En un impulso el peliverde levanto con fuerza al cocinero, tomándolo por sus caderas y abrazándole contra su pecho mientras le besaba con furia y lujuria mal contenida. Al separarse, la furiosa mirada del moreno dejo todo en claro para su acompañante, quien sonrió con ironía mientras se pegaba aún más a él, jadeando y con las mejillas sonrojadas producto del alcohol.
-¿y bien? ¿Te has decidido ya?-pregunto, llevando una mano hasta su propia entrepierna, masturbándola con descaro sobre su pantalón- ¿serás tú el que me dome, gran espadachín, o te convertirás en un minino completamente a mi merced…?
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Zoro trago saliva nervioso, desviando la mirada mientras dudaba, sin saber elegir entre las propuestas que había formulado el rubio. Por una parte se encontraba la tentación de hacerle suyo, de arremeter en su interior hasta escucharle gemir por más. Pero por otra…
Un gemido escapo de su garganta al sentir las manos del cocinero recorrer con avidez su torso desnudo, lamiendo su cuello con infinita sensualidad, provocándole con cada toque de su lengua contra su piel sudorosa y caliente. Cada caricia lograba su objetivo, haciéndole desear aún más, cayendo en las garras del oji azul casi sin darse cuenta.
Jadeo sonoramente al sentir un pequeño mordisco en uno de sus hombros, el camino de besos y chupones hasta sus pectorales, donde poco a poco y con una paciencia envidiable se encargó de ponerle aún más a tono mientras jugueteaba con sus pezones.
Sus piernas temblaron producto del placer, gruñendo molesto al sentir una suave risita proveniente del oji azul. Sus ojos se encontraron con los suyos, viendo con un tic en la ceja el leve brillo de burla y diversión que brillaba suavemente en estos.
-Parece que marimo kun aún no puede decidir- comento, arrastrando las palabras con algo de esfuerzo producto de su evidente estado etílico- pero no te preocupes, yo te ayudare si hace falta-
Dispuesto a rebatir sus palabras y tomar de una buena vez el control el peliverde intento hablar, cuando un prologando gemido nació desde lo más profundo de su garganta al sentir como Sanji paseaba su lengua por su miembro, aun sobre la ropa interior.
Maldijo entre dientes. Ese estúpido cocinero sí que sabía ponerle a tono con tan poco…
Siguió tentándolo de aquella manera hasta que sus piernas perdieron toda fuerza y cayo de rodillas al suelo, mirándole con la vista nublada, sin creer que solo con un par de caricias le había llevado al borde mismo del éxtasis.
Bruscamente el rubio se puso de pie, perdiendo el equilibrio durante unos segundos mientras se apoyaba contra la pared más cercana. Levanto un poco su cadera, dejando a la vista su más que prominente erección mientras empezaba a quitarse su saco poco a poco, dejando que cayera al suelo con lentitud, provocándole una y otra vez sin descanso.
Con movimientos fluidos y bien intencionados hizo lo mismo con la camisa, arrojándosela al rostro en un claro mensaje: era su última oportunidad para decidir lo que quería o él lo haría por su cuenta.
Lentamente se deslizo hasta sentarse en el suelo, abriendo sus piernas en una posición más que sugerente. Le hizo una seña al espadachín con sus manos mientras sonreía de manera seductora, mordiendo levemente su labio inferior a causa del deseo.
Una sonrisa cómplice apareció en el rostro del moreno, acercándose a gatas hacia Sanji, deleitándose con su imagen, completamente embaucado con sus movimientos. El rubio por su parte ensancho su sonrisa al ver como este se acercaba, rodeando su cuello con su corbata y atrayéndolo de manera desesperada, demandante, antes de unirse en un nuevo y profundo beso.
Separo sus labios al sentir como esta vez era Zoro quien lo masturbaba sobre su ropa, arqueando levemente la espalda mientras gemía sin tapujos. Con movimientos rápidos y certeros logro deshacerse de su pantalón y dejarlos a ambos en igualdad de condiciones, solo con una prenda cubriendo su intimidad, completamente deseosos de pasar a la siguiente fase.
Abriendo su único ojo sorprendido sintió como Sanji le sentaba sobre sus caderas, haciendo presión en el punto justo y logrando que su miembro se frotara con fuerza contra su trasero. Las manos del oji azul se pasearon descaradamente por sus piernas, abriéndolas un poco más antes de romper sin contemplaciones su ropa interior.
-Maldito embaucador-logro maldecir con molestia mientras se aferraba con fuerza al pecho del cocinero, intentando contener como podía los gemidos que luchaban por escapar de su garganta-¿tú no dijiste…que podría tomar una decisión…dependiendo lo que yo deseara…?-pregunto con tono indignado, apoyando su frente contra uno de sus hombros, tensándose al sentir sus juguetones dedos preparándole con dedicación-
-te dije que podías, pero tardaste demasiado-respondió contra el oído del peliverde dejando que su aliento, una suave mezcla de tabaco y alcohol, lograba bajar aún más sus defensas- pero no tienes por qué enfadarte. Tu turno vendrá después-
Temblando de anticipado por las palabras del oji azul Zoro ahogo un grito al sentir como este le tomaba con la guardia baja, introduciéndose en su interior sin reparos. Podía sentir a la perfección el duro miembro del cocinero, abriéndose paso en sus entrañas y haciéndole jadear por más casi desde el inicio.
Aquella posición resultaba un tanto incómoda para el espadachín, tan cercana e íntima. Se sentía fuera de lugar, sin saber cómo reaccionar ante el dulce trato que estaba recibiendo, ante sus movimientos y acciones que le llevaban al borde del delirio. De las palabras tiernas que le dedicaba al oído en medio de sus erráticas pero placenteras embestidas.
Si, sin duda Sanji podía convertirse en un verdadero seductor gracias al alcohol en sus venas, pero también era sin duda un embaucador de primera, haciéndole caer en sus redes con tanta facilidad que el mismo había llegado a sorprenderse.
Beso con urgencia sus labios al sentir como Sanji le abrazaba con fuerza contra su pecho, seduciéndolo hasta el borde del delirio mientras sentía el orgasmo cada vez más cerca.
Si, el rubio era un verdadero embaucador. Pero él se encargaría de demostrarle que no era el único capaz de seducir de esa manera cuando su turno de cambiar los roles finalmente llegara…
Tsusuku (o tal vez no xD)