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Un Nuevo Tiempo por yumeorage

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Verdadero

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Despertó sudoroso, sobresaltado en medio de su habitación esa noche, algo estaba mal, muy mal. Aún seguía en su cama, en el mismo sitio donde se había dormido, con las mantas todavía cubriéndole, por lo que no sabía exactamente qué era lo malo. Lo primero que sus ojos observaron fue el techo, pero no había nada raro en él.

Barajaba la posibilidad que hubiera tenido un sueño, quizás habían sido las imágenes difusas de siempre, pero todo era oscuro cuando trataba de rememorar lo que había soñado. Escuchaba ruido afuera, pero solo era la lluvia que golpeaba suavemente su ventana, esta última se encontraba un poco abierta ¿No la había dejado cerrada? O quizás lo había olvidado.

Tenía toda la intención de levantarse e ir a cerrarla, para luego volver a intentar dormir, pero notó que no podía moverse, estaba paralizado. Respiro hondo o eso le pareció, para intentar hablar, pero tampoco podía pronunciar palabra, lo único que podía hacer era mover sus pupilas. Volvió a respirar hondo, comenzó a sudar frió, no entendía que ocurría ¿Por qué no podía hablar? ¿Por qué no podía moverse? Era como si algo o alguien invisible le estuviera aplastando.

Se estaba desesperando, sentía que alguien más estaba en la habitación, pero no podía ver nada, todo estaba oscuro, y a simple vista, parecía estar solo. Fue entonces que, por un segundo o milisegundos, gracias a un relámpago en el cielo, su habitación obtuvo algo de luz durante ese instante. Aunque, hubiera preferido que no, porque a pocos metros de la ventana, a los pies de su cama había una figura humana.

¿Hideki? Fue lo primero que pensó al ver que la figura parecía tener la altura de Hideki, aunque tampoco estaba seguro, pero se notaba más alto que él. De todas formas, desde su posición, allí acostado en su cama, no podía distinguirlo bien, sobre todo porque no alcanzo a ver más detalle, ya que la luz que se colaba a su habitación no duró mucho.

¿Quien es? Su vista se iba acostumbrando a la oscuridad, podía notar aquella figura dándole la espalda al parecer. Ahora que lo notaba, parecía tener el cabello largo.

No es Hideki ¿Quien es?

Pensó en pánico, sentía que podía mover su mano ¿o era su imaginación también? Quería pedir ayuda, pero no podía hablar. Vio a la figura moverse, pero no escucho ningún ruido, solo podía oír la lluvia golpeando su ventana cada vez más fuerte con cada segundo interminable que pasaba. Aquella figura se estaba dando la vuelta con lentitud, confirmando que si le estaba dando la espalda. Lo primero que atisbo, mientras este extraño ser volteaba a verlo, fue su ojo derecho, una pupila oscura y afilada, como la de un gato, rodeaba de un brillante rojo.

El terror comenzó apoderarse de su ser, un escalofrío desagradable recorrió desde la punta de sus pies hasta cada extremidad de su cuerpo. No quería verlo, tenía miedo de esa sola figura oscura que le miraba amenazadoramente. Quería huir pero no podía. Quería gritar pero no podía.

¡No quiero! ¡No quiero! ¡Aléjate de mí!

Gritaba en su interior con desesperación, intentando mover sus manos y piernas, pero sin éxito. Nadie vendría, porque nadie lo escuchaba, y eso le llenó de un terror tan grande que sintió que iba a enfermar.

- ¡ALÉJATE!- gritó finalmente, dañándose la garganta en el proceso y levantándose de su cama abruptamente, quedando sentada en ella. .

No pasó mucho para que Hideki hiciera aparición, literalmente azotando la puerta y prendiendo la luz de la habitación. Kazemaru tosía en su cama y respiraba con dificultad. A los ojos del adulto, Ichirouta era el único en su habitación, además de él. Hideki se acercó rápido, preocupado y asustado por aquel grito que literalmente lo sacó de la cama de un susto.

- Tranquilo, fue una pesadilla solamente.- intentó tranquilizarlo, hablando de manera calmada y suave.

Kazemaru se veía muy pálido, demasiado, incluso estaba completamente agitado y sudado, como si hubiera ido a entrenar.- Mírame… oye, mírame.- intento que lo observará, ya que parecía que su mirada estaba perdida entre las mantas, mientras sus puños se aferraban a esta con fuerza.

Finalmente colocó ambas manos suyas, que le parecieron cálidas a Kazemaru, en las mejillas del menor, para que volteara a verlo.- Está bien, todo está bien. Estoy aquí y nada te hará daño ni a tí ni a los demás.- le dijo con calma pero con seguridad, como si fuera un mantra o un hechizo. Hideki pudo sentir como el menor comenzó a temblar de nuevo, pero ya no parecía en pánico.

- Tranquilo.- le atrajo para abrazarlo contra su pecho con suavidad, mientras esperaba que el temblor en su cuerpo se le pasará.

No tenía ni la más remota idea de lo que había ocurrido, así que solo espero allí a que él finalmente se calmará para conversar. Eso último no ocurrió, ya que se había quedado dormido en sus brazos, así que no tuvo más opción que esperar a que despertará para interrogarlo.

Le dejo dormir en su habitación, no sin antes cambiar sus ropas, porque su pijama, incluso las sabanas del otro, estaban algo húmedas y frías. Además, si lo tenía en su habitación le podría vigilar por si ocurría de nuevo aquella pesadilla, no le importaba no dormir, después de todo estaba acostumbrado a ello. Lo que sí hizo, fue quitar las mantas y dejarlas en la lavadora, sólo en ese instante notó que la ventana de Kazemaru estaba entre abierta ¿había olvidado cerrarla? ¿Quizás eso le había causado malos sueños? Se rasco la cabeza confundido y preocupado. Cerro la ventana, no sin antes observar, solo por unos segundos, a la calle vacía y mojada por la actual lluvia.

Luego de dejar las mantas, volvió a su habitación, y notó que Kazemaru dormía tranquilamente, eso le relajó y se sentó en una esquina de la cama para vigilar su sueño ¿Qué había ocurrido para alterarlo de esa manera? Era obvio que había tenido una pesadilla bastante terrorífica.

Dejó escapar un suspiro, mientras sonreía con nostalgia.- Esto me trae recuerdos.- aunque esa sonrisa nostálgica se fue borrando lentamente, su expresión se torno triste, parecía sufrir.- Perdóname.- susurró, sin despegar la vista del chico que dormía en su cama ahora. Respiro profundamente, para volver a colocar su misma expresión tranquila de siempre.- Espero que por la mañana todo esté más tranquilo.-

Poco sabía Hideki que no todo iba a ser tan tranquilo como él quisiese que fuere. No al menos para ellos dos, no para Kazemaru.

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Temprano por la mañana, Fudou había acompañado a Fubuki a tomar su vuelo, entre bromas y despedidas, Fubuki le dijo que no metiera en problemas al pequeño 'Ichi-kun', porque claro, Fubuki pensaba que se metía demasiado con el menor. Fudou solo había dicho que exageraba y que se fuera pronto para que alcanzará a Endou. Así que finalmente, Fubuki también abandonaba la ciudad.

Luego de aquello Fudou salió del aeropuerto, con la intención de irse a su casa. Si bien parecía que los planes iban en la dirección adecuada, de todas maneras no se confiaba completamente, no era tan ingenuo como Endou, aunque quizás Akio estaba siendo demasiado precavido. De todas formas, relajarse no le haría mal, por esa razón se iba a su casa ahora, buscaría su auto que dejó estacionado, conduciría a casa, tomaría un baño y luego iría a ver al equipo que estaba entrenando, seguro que mañana sería un día ajetreado también.

- ah, demonios.- se detuvo ya que estaba lloviendo de nuevo, por la madrugada había caído una leve llovizna, pero al levantarse había desaparecido del todo, y ahora volvía a caer y claro, no había traído su paraguas. No tuvo otra opción que correr, ya no importaba que se mojara, debía irse de todas formas, el tiempo apremiaba.

Salió del aeropuerto trotando, la lluvia no era tan intensa, pero si se quedaba demasiado tiempo afuera terminaría empapado. Tuvo que detenerse en un semáforo, para su mala suerte, pero esperaba que cambiará pronto y así lo hizo; los autos se detuvieron, y la gente comenzó a cruzar hacia el otro lado.

Fudou también comenzó a moverse. Metido en sus propios pensamientos, troto rápidamente entre las personas, todas ellas con paraguas, y él, el único que no poseía uno.

Vaya, está lleno hoy.

Pensó Fudou, al ver la cantidad de personas que venían tanto con él, como los que venían hacia él. Pero el ya estaba habituado a ese tipo de aglomeraciones. No faltaba mucho para que llegara al otro lado, el solo trotaba sin chocar con nadie, cuando notó que algo -mas bien alguien- llamó su atención, una persona que iba en la dirección contraria a la de él.

Aquella persona pasó a un lado de él, notando que era tan alto como él y de contextura delgada, quizás era de su edad, no pudo ver su rostro, porque estaba oculto tras el paraguas de un tono amarillo pastel. Pero lo que había llamado su atención, había sido su largo cabello turquesa suelto, que llegaba a media espalda. Todo paso tan lento, que incluso parecía que volteaba a verlo en cámara lenta, mientras este individuo se colaba entre las personas a una velocidad normal.

Fue en ese momento, que sintió como si de repente se estuviera hundiendo en el agua, porque el sonido de las calles era difuso para él, todo parecía ir tan lento. El tiempo, el sonido, los pasos de la gente a su alrededor, la lluvia, incluso parecía que su corazón y su respiración se hubieran detenido de lo lento que iba.

Cuando por fin pudo reaccionar, volteo completamente para buscar aquella figura, pero no pudo hacerlo, el semáforo cambió y por pocos segundos casi lo atropella un auto, de no ser por sus reflejos. Calló al suelo de bruces y se quedó sentado en la calle, respirando agitado, parecía temblar. Su mente intentaba comprender qué había ocurrido allí.

- ¿Se encuentra bien?

Le preguntó un desconocido que no debía pasar de sus 40 años ¿Quien no iba a preguntarle cómo estaba? En ese momento Fudou estaba más blanco que un papel, como si hubiera visto algo demasiado sorprendente, algo como un fantasma. Incluso otro transeúnte más apareció y parecía querer llamar a una ambulancia.

- Imposible…- se levantó con rapidez, eso hizo que se mareara un poco, pero en su mente solo quería buscar aquella figura que había visto, quería asegurarse que no había sido una ilusión.

- ¡oiga!- Pudo escuchar que alguien intentó detenerlo, ya que se levantó y volvió sobre sus pasos rápidamente, ignorando las llamadas de atención de las personas que se habían preocupado.

Así que volvió a cruzar la calle, sin detenerse a pensar en los autos, que para su suerte se detuvieron y él pudo cruzar rápido. No le importó mojarse más, necesitaba ver a ese individuo otra vez, aunque sabía que era algo imposible de suceder ¿verdad? ¿o se estaba volviendo loco acaso?

Sin embargo cuando llegó al otro lado de la calle, observando todo el lugar, no pudo ver a nadie. Recordaba muy bien aquel paraguas que era de un suave color amarillo, pero habían tantos de ese mismo color que no sabía dónde empezar. Corrió otro poco, observando a la gente detenidamente, buscando un rato largo. Sin embargo, ninguna persona parecía tener un largo cabello turquesa.

- Si, me estoy volviendo loco.- se dijo así mismo, parecía un idiota corriendo de un lado a otro en medio de la lluvia, mojándose y con la probabilidad de pescar un resfriado. Salió de allí, a paso lento, hacia su vehículo, sin notar que alguien le había estado observando.

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El día estaba completamente gris, habían pronosticado lluvia y le desanimaba de alguna manera ese clima, sobre todo por lo ocurrido aquella madrugada.

- ¿Estás seguro que quieres ir? Podrías descansar.- le había dicho Hideki, luego de contarle la horrible pesadilla que había tenido y lo que había sentido.

- No, prefiero ir y olvidarme de lo que ocurrió. Además, le prometimos a Kiyoshi ayudarlo a estudiar después de las clases.

- ….Esta bien.- Hideki no se veía muy convencido, pero por otro lado, distraerse un poco era mejor que seguir recordando aquel extraño sueño.

De esa forma, Kazemaru había ido a su secundaria, con suerte olvidaría todo lo ocurrido y eso fue exactamente lo que pasó. Estar con Kiyoshi y Taiki, parecía ser la cura a sus males, hablar de cosas normales, como las tareas o los exámenes, lo distrajo. Incluso Masaru paso con ellos la hora del almuerzo, aunque estuvo discutiendo con Kiyoshi a cada minuto.

Al final del día, los cuatro, si Masaru también fue invitado por Taiki, caminaron juntos para su reunión de estudio. Hoy Kiyoshi tenía día libre del club, dado que se acercaban los exámenes y su rendimiento hacia peligrar su titularidad en su equipo de baloncesto. En pocas palabras, o estudiaba o no jugaba los futuros partidos, eso le había dicho su entrenador.

- ¡Es injusto!- se quejó el castaño, dejando caer su cara contra su cuaderno abierto. A esa hora ya la lluvia se había detenido y se habían dirigido a la biblioteca apenas terminada las clases.

- No grites, estamos en una biblioteca.- fue el suave de regaño del peliturquesa. Masaru por su parte, sentado frente a Kazemiya, ya había sacado su libro, unos apuntes, lápices y había comenzado a escribir algo.

- Veo que ya tienes todo organizado, como se esperaba de tí.- Taiki le elogió con naturalidad, mientras Masaru solo sonreía orgulloso.

- Puedo complementar muy bien mis estudios con el club, así que tengo mis apuntes al día, no como otras personas que conozco.

- Oye, si quieres decir algo, dímelo a la cara.- Kiyoshi le dirigió la mirada, con el ceño fruncido.

- Vamos, vamos.- Kazemaru trato de calmar el ambiente.- Mira comencemos por matemáticas.- enseguida el peliturquesa alzó el libro de aquella clase, para distraer a Kiyoshi. Bastó con ver la portada del libro, para que el pobre castaño pusiera mala cara.

Así comenzaron unas horas largas para Kiyoshi, a quien le pareció una eternidad, pero él exageraba. Aunque no había que negar, que intentaba ponerle entusiasmo, ya que así tendría libre para ir a al parque de diversiones con sus amigos, esa era su principal motivación.

Luego de una hora de estudiar, Kazemaru tomó un descanso, fue a por un poco de beber, mientras Taiki conversaba con Kiyoshi sobre ciencias, y Masaru había ido al baño. El de cortos cabellos turquesas, estaba en el pasillo, sacó un jugo de manzana de la máquina dispensadora y comenzó a beberlo mientras caminaba de vuelta hacia la biblioteca. Observó por la ventana, que si bien había nubes grises, ya no llovía, incluso parecía que el sol quería salir. Su pequeña caminata, fue interrumpida por el repiqueteo de su teléfono, lo primero que pensó es que Hideki le había enviado un mensaje, pero no era él.

Enano ¿Qué haces?

Era el idiota. Al menos ese apodo le aparecía ya que él lo había registrado de esa manera. Por otro lado, Fudou ni siquiera saludaba, comenzó a escribir un mensaje entonces.

Buenas tardes, Fudou-san.

Esa fue la respuesta que envió, no le respondió la pregunta, ya que primero debía saludarlo, seguro se molestaría por ello. Al parecer Fudou no era muy educado, por dentro seguía siendo el mismo niño de hace 10 años. No tardó en recibir una respuesta, volviendo a preguntar lo mismo, Kazemaru dejó escapar un suspiro, pero antes de siquiera escribirle algo, recibió otro mensaje diferente.

¿Estas muy ocupado?

Aquella última pregunta le sorprendió ¿Acaso Fudou quería verlo? ¿hablar con él?

- ¿Alguna buena noticia, Kazemiya?- se sobresaltó al escuchar la voz de Masaru, el peliverde le miraba algo interesado, con una expresión leve de sorpresa. Al pobre Ichirouta casi se le cae el teléfono, ya que no había estado atento a sus alrededores.

- ¿A-a que te refieres?

- Parecías muy feliz mirando tu teléfono.- fue la respuesta del chico, quien se volteo para ir directo a la biblioteca y seguir estudiando con los demás.- Apresurémonos, quiero irme a casa y juro que me volveré loco con ver a Kiyoshi por más horas.- lo bueno es que Masaru no parecía interesado en lo que sea que estuviera viendo Kazemaru en su teléfono, así que no insistió..

Kazemaru se estaba preguntado, si realmente se notaba tan feliz como decía su compañero. De todas formas, lo que sea que quería Fudou tendría que esperar, no solo porque realmente estaba ocupado, si no porque había prometido a Hideki dejar de tener contacto con ellos por ahora. Le supo mal, pero debía decirle que estaba estudiando, aunque también le preguntó si ocurría algo malo, esperando que le dijera algo. Fudou no tardó en responderle.

Así que eres del tipo responsable.

No te preocupes, no es nada.

Nos vemos, enano.

No era la respuesta que quería, pero no insistió.

Con otro mensaje de 'Nos vemos', terminó la conversación con Fudou. De verdad le sabía mal no saber qué ocurría, quería ayudar si algo malo ocurría, o simplemente estar con ellos, pero por ahora no debía. Resignado, camino de vuelta a la biblioteca esperando que Kiyoshi ni Masaru estuvieran peleando, ni molestando a Taiki.

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- Toramaru ¿hiciste lo que pedí? Necesito averiguar lo que está ocurriendo.

- eh, si. Libere su agenda hoy y tiene el día libre.

- Tendré que ir a hacerles una visita.-

Goenji Shuuya, actualmente llamado Ishido Shuji tenía su mente totalmente concentrada en un evento que se salía completamente fuera de su control, incluso de sus más grandes fantasías. Si bien, debía estar concentrado en los próximos partidos, ya que estaban a nada de las semifinales, no podía simplemente dejar pasar este rumor.

Toramaru lo comprendía, después de todo, él había sido la persona en animarlo a que hablara con él hace ya tiempo. Incluso le había dado esperanzas, pero nadie sabía que todo iba terminar de esa manera al final. De alguna manera, se sentía responsable, aunque no tenía ninguna culpa, solo había sido un chico soñador que animó a la persona, que tanto admiraba, a dar el siguiente paso. Además, apenas eran unos adolescentes en ese tiempo, pero hay cosas que marcan y que el tiempo no puede borrar.

- Ishido.- Goenji estaba por despedirse de Toramaru y dejarlo a cargo, pero una tercera persona había entrado a su oficina.

- Senguuji.- el seitei suponía que él llegaría, pero no tan temprano, por eso se mostraba un tanto sorprendido al verlo allí. Su aparición no estaba en sus planes.

- Supongo que vas a la entrevista que tienes programada.- el moreno ataviado en su siempre traje blanco, le observó de manera enigmática.

- Cancele todo lo de hoy, me tomaré un descanso.- declaró sin vergüenza.

- ¿De qué estás hablando? ¿te golpeaste la cabeza?- a Toramaru no le gustaba por donde iba esto, Senguuji se veía muy tranquilo.- La prensa ya está aquí.

- ¿Disculpa?- el seitei parpadeo confundido, solo para buscar a Toramaru con la mirada, quien observaba su teléfono para verificar si era cierto. Él estaba seguro que había dejado la agenda completamente libre, había hecho unas llamadas, y cambio la fechas de muchas cosas. Cuando lo revisó, vio que todo estaba como antes.

- El torneo es una prioridad para el seitei, el programa debe seguir, el tiempo apremia Ishido y tu posición como el seitei está en juego. Hibiki y el Raimon son nuestros oponentes, no puedo permitir que cambies tu agenda.- Ishido frunció el ceño.- Pero si quieres que me encargue yo de to-

- Iré a la entrevista.- Toramaru le observo preocupado, Seguuji sonrió victorioso.

- Deja el pasado atrás.- palabras que sorprendieron tanto a Toramaru y a Ishido por igual ¿acaso estaba enterado?- Los fantasmas del pasado son eso, fantasmas. No creas en rumores tan crueles, puede ser solo una ilusión.- explicó con suspicacia. Ishido solo suspiro profundamente, no quería molestarse con él, más que mal, tendrían que seguir juntos por bastante tiempo todavía.

El seitei comenzó a caminar hacia la salida, pero antes de que este se fuera, Senguuji le hizo una señal para que se quedará.

- Toramaru, me dejas un momento a solas con Ishido.- el pelinegro se sorprendió, pero sabía que debía obedecer. Hizo una leve inclinación y desapareció tras la puerta sin decir ninguna palabra más. Hubo un momento de silencio antes de que el de cabello rosa comenzará a hablar.- Si crees que ignoro, la pequeña visita que tuviste en tu departamento el día que fui a verte, estás equivocado.

La sorpresa en el rostro del seitei no se hizo esperar. En ese momento quería maldecir, dado que había sido descubierto.

- Lamento haberte ocultado eso.- no iba a negarlo, seguro que Senguuji tenía pruebas, debía suponer que había alguien vigilando las afueras del edificio donde vivía.- Pero ya te dije que-

- Lo sé, lo sé, no tomaré represalias contra el niño. Así que por favor, no vuelvas a cambiar de nuevo tu agenda sin mi permiso.- claramente era una total amenaza de parte de Daigo, ese hombre iba hacer de todo para cumplir sus objetivos.- Hay poco tiempo, el torneo ya casi acaba, después de los resultados, que espero que sean satisfactorios para mí, tendrás el tiempo que quieras.

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- Pero venir aquí así ¿estás loco? Podrías pescar un resfriado, lo que menos queremos es tener una baja tan cerca de las semifinales.- Tobitaka regañaba a Fudou, quien llegó a su lugar de trabajo completamente empapado. Tobitaka como el buen amigo que es, le invitó a su casa, que se encontraba justamente atrás del restaurante, le presto el baño y algo de ropa, que era una simple playera blanca y pantalones verdes. Ahora se encontraban en el pequeño comedor de su casa, cada uno ocupando una silla.- ¿al menos me estás escuchando? - pregunto al verlo escribir en su teléfono. Solo cuando por fin dejó su dispositivo en la mesa, le contestó a Tobitaka.

- Hablaba con el enano.

A Tobitaka no le gusto esa respuesta.- Pensé que habías superado ver a ese niño de esa forma, además me sales con que viste un fantasma.- Tobitaka se rasco su cabeza confundido.

- Estoy seguro que no era un fantasma.- la mirada de Fudou se veía decidida

- Es imposible, y lo sabes.

- ¿Haz hablado con sus padres?-

- Los únicos cercanos a sus padres son Endou, Sakuma y ese rubio que no recuerdo el nombre.- Tobitaka se veía malhumorado. Fudou se levantó de la silla.

- Hay que hacerles una visita.

Tobitaka le observó serio, incluso molesto.- ¿y qué harás? ¿Le dirás que viste a alguien muy parecido a Kazemaru en la calle? ¿sabes como se lo van a tomar?- Akio no contestó, Seiya sabía muy bien lo delicado que era el tema para Fudou cuando se trataba de Kazemaru.

- Solo necesito confirmar.

- Fudou, estás cansado, yo lo estoy. Quizás solo viste lo que tu mente quería que vieras.

El castaño volvió a sentarse, analizando las palabras de su amigo. Tobitaka suspiro aliviado, lo había detenido, iba a decirle algo más pero se levantó ya que el agua hervía. La cocina se encontraba en la misma habitación que el comedor, así que no le tomo mucho servir algo caliente a Fudou, para que se relajará.

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Hideki estaba en su trabajo en ese momento, como siempre se sorprendía del cambio total en su vida en ese momento; completamente positivo y totalmente diferente. Una de sus muchas habilidades, y de la cual estaba muy orgulloso, era el poder ambientarse a cualquier situación, y está, sin lugar a dudas, era una situación bastante ideal para alguien como él.

Se encontraba frente a su computador, terminando todo lo que debía hacer el día de hoy, día que ya casi estaba dando a su fin. Se estiró un poco en su asiento minutos después, porque ya tenía listo todo, solo faltaba que dieran la hora de salida y podría volver a su hogar.

Todos parecían bastantes concentrados, algunos incluso ya habían terminado y habían abandonado sus asientos, seguramente en busca de algo de comer o un café. Pero un pequeño pitido comenzó a sonar, interrumpiendo el monótono sonido de su oficina.

- ¿eh? Hideki-san, algo suena en tu bolso.- su compañero más cercano, que se desconcentro por aquel sonido, observaba el bolso con curiosidad.

- ¡ehh!… s-si.- el peliazulado se puso algo nervioso, no esperaba eso.- Es mi alarma, debo tomar mi medicamento.- tomó su bolso contra su pecho y salió de la oficina apresurado. Para sorpresa de su compañero y demás presentes que alcanzaron a verle salir apresurado.

Hideki se asustó, su dispositivo había emitido sonido en su trabajo, él estaba seguro de haberlo apagado, y no pudo evitar asustarse por el hecho de que algo iba mal. Corrió a los baños rápidamente, entró a uno de los cubículos, dejó su bolso en el suelo para sacar aquel reloj que había traído consigo..

- ¿Qué demonios?- la pequeña pantalla de aquel reloj, mostraba letras y letras, algunas confusas, otras veces símbolos que simplemente no entendía, se veían borrosos, incluso sin sentido. Era todo demasiado extraño ¿Qué estaba ocurriendo? Apretó uno de sus pequeños botones, una y otra vez, se supone que era para apagarlo, pero no estaba funcionando.

No pudo evitar soltar el reloj, que cayó al suelo, lo hizo por reflejo ya que se calentó rápidamente, incluso dejó una leve quemadura en la palma de su mano, pero no le importo por el momento. Observó aquel pequeño artefacto y este parecía querer hacer corto circuito.

- oh oh…- su palidez era totalmente notoria, volteo a abrir la puerta del cubículo, para salir y cerrar, justo cuando aquel pequeño aparato explotó. Si, era pequeño, así que la explosión no fue peligrosa, ni mucho menos ruidosa, solo emano de él una leve cantidad de humo.

Hideki tosió al respirar aquel humo tóxico, pero no era grave. Volvió a entrar al baño, disperso el poco humo, moviendo su mano de un lado a otro, como si fuera un abanico. Lo primero que notó fue el reloj maltrecho, de aquella pantalla lisa, su acabado estaba completamente quemado, los circuitos estaban destruidos. Decidió dejar la inspección para después, tomó su bolso y aquel reloj con cuidado, todavía seguía caliente, pero no quería dejarlo allí, ni mucho menos en la basura.

Necesito que vayas a casa, ahora. Es urgente.

Guardo aquel reloj en su bolso, y sacó su teléfono para enviar ese mensaje a Kazemaru, esperaba que le hiciera caso enseguida.

Maldijo en voz baja, una y otra vez, mientras salía del edificio. Se disculparía luego con sus compañeros por no despedirse, pero la situación acababa de cambiar completamente. El reloj destruido era un cambio total, estaba claro que se había sobrecargado ¿Con qué? Quizás eventos nuevos, ni él mismo lo sabía ahora.

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Kazemaru estaba haciendo su tarea de ciencias, mientras Taiki le enseñaba literatura a Kiyoshi, clase que se le daba con bastante facilidad al pelirrojo. Su teléfono repiqueteo de nuevo, otro mensaje ¿sería Fudou de nuevo? No lo era, el mensaje era de Hideki y lo alarmo un poco al leer el contenido ¿Qué había ocurrido ahora?

- Chi-chicos, debo irme.-se levantó de su asiento, un poco nervioso, pero trato de verse calmado.

- ¿eeh? Pero aún no terminamos.- reclamo Kiyoshi.

- La verdad es que llevamos bastantes horas ya.- fue el comentario del peliverde, quien ordenaba sus cuadernos.- Creo que podemos continuar otro día, tu cerebro se puede atrofiar.- Si, él también estaba dispuesto a irse, aunque en realidad estaba aprovechando que Kazemiya se iba para retirarse él también.

- ¡Deja de meterte con mi cerebro!

Taiki y Kazemaru sonrieron.- Bueno, yo me adelanto, mi papá me necesita y debo marcharme.- mientras conversaban, Kazemaru ya había guardado sus cosas.

- ¿Ocurrió algo malo?- Taiki se notaba preocupado.

- ¿eh? N-no me dijo, es para ayudarle con las compras.- inventó él.- E-en fin, nos vemos mañana.- y despidiéndose salió de la biblioteca.

En cuanto se aseguro que ellos no pudieran verlo, comenzó a correr hacia la salida de la secundaria ¿Qué había pasado ahora? ¿Estarían bien Endou y los demás? Se preguntaba mientras corría hacia su casa. Se estaba colocando en el peor de los casos y eso solo le angustiaba, pero no podía pensar nada positivo.

Lo bueno es que podía correr con libertad, había llovido y amenazaba con llover de nuevo, pero no lo parecía, por lo que las calles estaban un poco vacías, la gente temía mojarse como para salir. Así que corrió sin temor de chocar contra alguien, esquivando con facilidad a las pocas personas que estaban transitando por el sector. Le sorprendió ver a alguien usando un paraguas, pero no le presto atención así que rápidamente lo olvido debía llegar pronto donde Hideki.

- Se nota que estás disfrutando… Kazemaru

Siguió corriendo, pero algo extrañado y sorprendido, lentamente sus pasos rápidos se volvieron lentos, hasta detenerse completamente. Se quedó un momento quieto pensando y preguntándose: ¿había escuchado claramente? Observo hacia atrás, solo para alcanzar a ver como aquel paraguas amarillo desaparecía tras otra calle. Le tomó unos segundos comprender la situación, y mucho más, entender aquel murmullo que había escuchado o imaginado cuando paso por al lado de esa persona.

- Dijo mi…- cuando comprendió el mensaje comenzó correr para alcanzar a la persona que le había hablado. Pero al llegar a la calle por la que había desaparecido, no había señal alguna de aquel paraguas de color amarillo pastel.- ¿fu-fue mi imaginación?- llevó una mano hasta su boca, solo para sentir como alguien lo jalaba levemente hacia un costado.

Una mano se había posado en su brazo izquierdo, provocando que volteara a ver sorprendido, solo para reconocer a Hideki.

Este agitado, intento recuperar el aliento, para luego hablar.- Que bueno que te encontré.- también se veía aliviado, pero el rostro de Kazemaru no parecía verse muy feliz.- ¿ocurrió algo?

Ichirouta abrió la boca, para luego cerrarla, pensó en lo que iba a decir. Volteo a ver la calle, donde no había pista alguna de la persona que había visto, de todas formas, como había ido tan apurado y metido en sus propios pensamientos, lo único que recordaba era aquel paraguas que esa persona usaba, a pesar de no haber lluvia.

- ¿Ichiro?- llamó Hideki preocupado, volteo a ver a la dirección en la que el menor observaba tan concentrado, pero él no veía nada extraño. Solo era la calle, rodeada de casas, alumbrado público, un par de personas caminando hacia su dirección, metidos en sus propios asuntos. Nada extraño se veía en esa imagen, al menos no a los ojos de Hideki.

El sol comenzaba a salir, como si fuera la señal de que algo bueno iba a ocurrir, pero Kazemaru no sentía que fuera de esa manera.

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Después de un momento, habían llegado a su casa, Kazemaru en modo muy silencioso y preocupado, no solo porque le pareció que alguien le llamaba por su nombre, sino también porque Hideki le había apresurado a venir a casa por sus propios motivos. No tardó en contarle lo que había visto, pero la verdad es que ahora no estaba seguro si solo estaba confundido y lo había imaginado o todo había sido real. Después de todo, corrió rápidamente sin fijarse mucho en la gente, solo lo suficiente para no chocar contra ella, así que lo único que recordaba de esa persona era que usaba un paraguas.

- Quizás… no sea del todo una imaginación tuya, pero espero que sí sea.- Kazemaru negó con la cabeza, se había cambiado, tomado un baño caliente, quitado aquel collar que siempre portaba. Hideki le había insistido que se pusiera cómodo y se relajará, podía notarlo nervioso y estresado. El mayor se veía claramente preocupado, pero quería que el menor lo tomará con calma, por lo menos con la suficiente calma para pensar con claridad.

Entonces Hideki comenzó a relatarle lo que había ocurrido, para finalmente sacar el dañado reloj, que parecía totalmente descompuesto. Nada quedaba de él.

- El reloj que tanto me ayudaba se destruyó.-

- ¿Qué significa?

- No estoy muy seguro, pero fue una sobrecarga debido a muchos eventos que ocurrirán…- respiró hondo antes de continuar.- O que algo se va a salir de nuestro control.-

Kazemaru trago saliva, no iba a negar que estaba algo asustado.- a… ¿algo malo?

- Es una posibilidad.

- ¡Hay que advertirles!- Kazemaru, que había estado sentado en el salón de su casa todo este tiempo, con Hideki, se levantó abruptamente.

- Exactamente ¿sobre qué vamos a advertirles?- pregunto Hideki mirándolo con tristeza.- Estoy pensando en tomarme una semana del trabajo, no sabemos qué pueda ocurrir, puede que sea algo bueno o malo. Quizás sea el simple resultado del torneo que traerá grandes cambios.- enseguida notó la expresión preocupada de Kazemaru.- Yo también estoy preocupado, sobre todo porque el reloj no tiene reparación y no pensé que esto ocurriría, hay que averiguar que ha cambiado, por lo menos no he oído ninguna noticia importante del sector.

- ¿sería bueno contactar con los demás?

- Si, creo que es necesario, pero que no se vea sospechoso.- le lleno de dicha escuchar aquello, aunque le hubiese gustado que fuera en otras circunstancias.

De todos modos, sabía muy bien con quien comunicarse primero y ese era Fudou, podía decirle que simplemente quedó preocupado por su mensaje y que ahora que estaba libre, quería saber si todo iba bien. Solo había un problema con ello, Fudou no contestó su mensaje y eso le estaba preocupando. No tardó en preocuparse al notar que había pasado media hora y no le había contestado, decidió probar con Midorikawa.

- Cierto, debo llamarlo hermano.- se recordó el mismo, editando el mensaje antes de enviarlo.

Hola Ichi-chan!

Todo bien por aquí

¿Qué tal tú? :D

Había sido su animado mensaje, con aquel emoticon al final. Le alivió ver que le contestó rápido y sobre todo, tan animado. Rápidamente le preguntó si sabía de Fudou, que durante la tarde le había enviado un mensaje pero había estado ocupado como para contestarle en ese mismo instante.

Por la tarde se que estaba con Tobitaka.

Pero no te preocupes, por él, sabe arreglárselas solo.

Al parecer no había problemas, incluso Midorikawa mencionó que en ese momento no estaba en casa, si no que se dirigía a ver a un amigo. Por los mensajes se notaba entusiasmado, así que Midorikawa no parecía en problemas o en algo sospechoso.

Le informo a Hideki que todo iba bien al parecer, mientras el mayor, intentaba recuperar información del reloj dañado, pero parecía imposible.

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- ¡hey! ¡Sakuma!- Midorikawa entró alegre a la oficina de su amigo, en la secundaria Teikoku, a esas horas los alumnos habían partido desde hace un buen rato.- Me agrada que me llamarás, fue una sorpresa.

- Si, me alegra verte mejor, Midorikawa.- le tendió la mano para saludarse. Luego de eso, se quedaron en silencio un momento.

Midorikawa sonrió, estaba confundido, veía a Sakuma algo ansioso.- ¿ocurre algo?

- Si te llame es para algo, verás… unas personas me pidieron reunirnos.

- ¿Unas personas?- Midorikawa estaba confundido.- ¿Quienes?

El del parche en el ojo, respiro hondo.- Los padres de nuestro fallecido amigo, los padres de Kazemaru.- el peliverde parpadeo un par de veces antes de comprender bien la información.

- ¿Disculpa…? Pero… ¿Por qué? - No es que Midorikawa le pareciera mal verlos, bueno la verdad es que desde el "funeral", no los había visto. Si, había escuchado que habían seguido adelante y todo, pero estaba tan ocupado por sus propios problemas en ese tiempo, que nunca pensó en visitarlos o algo. Tampoco es que se sintiera tan cercano como lo eran Sakuma o el mismo Endou.

- Si, yo también estoy un poco sorprendido, dijeron que querían hablar con nosotros. Pero Endou y Fubuki no están, y no regresarán pronto. Llame a Fudou y a Tobitaka, ellos dijeron que... - Sakuma interrumpió la explicación ya que su teléfono sonó. Contesto, solo era un aviso que ellos habían llegado y estaban de camino a su oficina.- Llegaron sus padres.

Se podía leer en el rostro de Midorikawa que estaba tan confundido como él, el peliverde no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, Sakuma solo hacía el favor que le habían pedido, pero no comprendía porque les quería reunir a todos, lamentablemente ni siquiera había podido lograrlo.

La puerta se abrió, la primera en entrar fue la mujer, esta vez su largo cabello castaño claro, estaba completamente amarrado. Sakuma observó los ojos de la mujer, que le recordaban de cierta forma a su amigo fallecido.

- Jirou, me alegra verte otra vez.- exclamó, el muchacho pudo notar que se veía notablemente más feliz y enérgica que antes.- Tu debes ser… Midorikawa…- El peliverde asintió al ver que la atención estaba sobre él, sorprendido que le recordará, ya que él apenas le conocía.- Has crecido mucho.

- De verdad me alegra verle.- hablo Sakuma.- Sobre todo se ve contenta. ¿Cómo está, Kazemaru-san?- saludo Sakuma al esposo de la mujer, quien se había detenido a medio camino. Eichiro Kazemaru, observaba todo con tranquilidad, se veía algo cansado, pero sonreía.

- Digamos que han sido unas semanas ajetreadas, pero estoy bien.

- ¿Nirai no vino con ustedes?- preguntó el del parche, al darse cuenta que solo ello dos habían venido.

- Nirai ha estado en casa de mis padres, sus abuelos, durante algunos días.- respondió Eichiro. Sakuma frunció el ceño algo confundido al respecto ¿Por qué lo habían dejado? Tenía curiosidad al respecto, pero el de cabellera negra siguió hablando.- Hemos estado trabajando en algo, y nos parecía mejor que Nirai no se viera envuelto hasta estar seguros.

- ¿en algo?- pregunto el peliverde.- ah, por cierto soy Midorikawa Ryujji, mucho gusto.- el moreno le sonrió,

- Si, se muy bien quien eres Midorikawa, después de todo fuiste buen amigo de Ichirouta.- le hablo el mayor con calidez, cosa que Midorikawa solo sonrió orgulloso de ser reconocido a pesar del tiempo.

- ¿Qué está ocurriendo realmente?- preguntó Sakuma preocupado, parecía que era algo bastante delicado.

- Bueno, me hubiese gustado que estuvieran todos para explicarlo.- habló la castaña observando que solo estaban ellos dos.

- Lamento eso.- hablo Sakuma.- Algunos ni siquiera están en la ciudad, Fudou y Tobitaka dijeron que vendrían, pero creo que han demorado.

- No te preocupes, después de todo fue bastante improvisado y repentina mi llamada.- habló la mujer presente.

- Pero creo que es mejor que sean pocos.- otro hombre entró a la sala, se veía bastante mayor. Usaba su gabardina negra abierta, dejando ver su camisa blanca y pantalones de color gris oscuro a la vista.- Tampoco es bueno que se agobie con tantas personas presentes.

Midorikawa y Sakuma se miraron confundidos, ninguno conocía a esa persona, se veía alguien bastante rudo a sus ojos, a diferencia de su suave y tranquila voz.

- Mi nombre es Rowan Lane, es un gusto en conocerlos a ambos.- se presento con formalidad y respeto.

- Sakuma, Midorikawa.- habló la castaña.- El señor Rowan es un detective, y su jefe estuvo relacionado con el caso de Ichirouta.

Sakuma parpadeo confundido ¿había escuchado bien? Y si era así ¿Por qué estaba aquí? Volteo a mirar a la pareja, ambos se veían notablemente tranquilos, incluso se observaron cómplices.- ¿Qué está ocurriendo?- preguntó Sakuma, Midorikawa a su lado, también tenía las mismas dudas, pero se quedó en silencio.

- He de decir, que ya hace bastante, volví a retomar el caso de Ichirouta, debido a nuevos testigos.

El peliverde frunció el ceño al escucharlo hablar.- Disculpe, pero ¿De qué se trata esto? ¿Es acaso una broma?

- No lo es, jovencito.- indicó Rowan.

- Yumiko-san, Kazemaru-san.- Sakuma se dirigió a la pareja.- Podrían ser más claros al respecto, me gustaría oír la explicación de ustedes.- estaba claro que el de largos cabellos no confiaba en aquella persona.

- Entiendo la desconfianza, pero si quieren que ellos le expliquen no tengo problema.- contestó el hombre sin sentirse ofendido al respecto.

- O quizás, simplemente deba mostrarme para acabar con el misterio.- Sakuma y Midorikawa voltearon al escuchar una voz más provenir desde afuera de la oficina, no pasó mucho tiempo antes que la puerta se abriera nuevamente, y dejara pasar a un muchacho que al parecer tenía la edad de ellos dos. Vestía deportivamente, con unos pantalones azules, zapatillas negras, polera blanca y un chándal oscuro abierto al frente. Lo que más resaltaba en el muchacho, era aquel largo cabello turquesa que llegaba a media espalda, con un fleco que cubría su ojo izquierdo.

Hubo un momento de silencio entre los presentes, tanto Sakuma como Midorikawa estaban absortos en la nueva presencia, que les miraba con una leve sonrisa avergonzada y nerviosa. Midorikawa fue el primero en moverse y fue hasta aquella figura con rapidez, solo para colocar sus manos sobre las mejillas de aquel chico.

- Es real…- murmuró, mirando los ojos del contrario, o ojo en este caso, tan sorprendido que movió los labios unos momentos, pero sin decir nada, las palabras no le salían.

- Imposible…- fue lo único que dejó escapar Sakuma.

Aquel muchacho sonrió levemente, cosa que sorprendió al peliverde.- La última vez que te vi, fue en el aeropuerto, me alegra verte bien, Midorikawa.

- ¿De verdad…. tu? ¿Por-por qué?- tartamudeo, aún sin soltarlo y con ganas de llorar.

- Es una historia muy larga.- habló el detective, quien se había mantenido en silencio observando con cierta curiosidad la escena, incluso se podía notar incómodo.- Pero un milagro ocurrió, su querido amigo estaba vivo, Kazemaru Ichirouta está vivo.- Sakuma paseo su mirada desde el detective hasta el chico que se hacía llamar Kazemaru, tan estupefacto que no sabía como reaccionar.

- Sí lo soy.- una leve sonrisa, que parecía aparentar felicidad, se formó en sus suaves labios.- Soy Kazemaru Ichirouta.

Tanto Midorikawa como Sakuma no pudieron aguantar más y le abrazaron, el primero claro fue Midorikawa, que soltó unas pequeñas lágrimas mientras temblaba. Sakuma se unió al abrazo segundos después, aún sin poder creerlo todo, pero el que los padres de su amigo estuvieran aquí, le decía que era verdad, o que todo estaba siendo un sueño, uno bastante bonito y cruel.

- Pero ¿cómo?- Sakuma se separó primero, tratando de buscar respuestas, su querido amigo, que se suponía muerto estaba vivo. El del parche observó a los padres de su amigo, Yumiko limpiaba unas lágrimas, pero sonreía.- Ustedes…

- Si, hace unas semanas atrás lo supimos, quisimos mantener esto en secreto, porque no estábamos seguros.- explicó el papá de Kazemaru, quien se acercó a su hijo para acariciar su cabeza, Midorikawa no lo había soltado todavía, como temiendo que todo fuera un sueño.- Hoy por la mañana regreso a casa, él insistió en verlos… y bueno, aquí estamos.

El detective carraspeo.- ¿Qué tal si nos sentamos? Les explicaré lo que gusten.- su tono amable trajo la atención finalmente de Midorikawa quien se separó de su amigo, ambos se miraron sonrientes, uno con lágrimas y el otro simplemente mirándolo de manera dulce.

Sakuma los reunió, dentro de la habitación había una mesa, por lo que todos se sentaron alrededor, mientras el detective explicaba como los reportes llegaron a sus manos y como reanudó la búsqueda de manera independiente y personal, hasta que finalmente le comunicó a los padres del chico sus sospechas.

- Entiendo…- dijo Sakuma.- Entonces fueron a la isla.

La madre de Kazemaru asintió.- Hace varios días atrás ya. Quisimos buscarlo.- hablo la castaña, se notaba bastante feliz.- Queríamos verlo con nuestros propios ojos, saber si era real o no y solo con verlo supimos que era él.

- Pero, Ka-kazemaru… ¿cómo es que tu? ¿el accidente...?- preguntó Midorikawa, el peliturquesa sólo le observó con tranquilidad, enseguida estiró uno de sus brazos, y subió la manga de su chándal, para dejar ver su brazo, tenía una fea cicatriz. Eso sorprendió a Midorikawa y a Sakuma, incluso podían sentir el dolor que debió haber pasado ¿Tendría más cicatrices debajo de esa ropa? Se preguntaron ambos.

- El accidente ocurrió, está es una de las pruebas, pero me rescataron.

Sakuma frunció el ceño.- ¿Por qué no dieron aviso entonces? Si te encontraron entonces debieron avisar ¿dónde te tenían todo este tiempo?

- Se podría decir que estaba secuestrado.- explicó él, dejando algo asustados a Sakuma y Midorikawa.- No se preocupen, no me hicieron daño.

- Lo ocurrido con Garshield.- esta vez fue el detective quien retomó la historia.- Dejó a muchas personas tras las rejas, no solo él fue juzgado, muchos de sus empleados también lo fueron: fraude, secuestro, portación ilegal de armas, entre otras cosas acusaciones.- tanto Sakuma como Midorikawa se miraron confusos, no entendían que relación tenía Garshiled con su amigo que había estado extraviado por diez años, pero le dejaron continuar.- Claro que no todos fueron apresados, algunos huyeron. Obviamente no podían abandonar la isla, el aeropuerto de Liocott estaba bastante bien vigilado durante ese tiempo, así que muchos se escondieron en la isla, en la selva, en sus bosques, al parecer tenían una base ilegal oculta. Algunos de ellos eran mercenarios, así que sabían sobrevivir. Lo que ocurrió con su amigo fue simplemente suerte y un gran milagro al encontrarlo.- terminó por dar la explicación importante.

- Entonces… esas personas, peligrosas y malvadas ¿te salvaron?- pregunto el peliverde sin poder creerlo.

- Si, es difícil de creer, pero tenían miedo de ser descubiertos, no querían ser encarcelados.- Siguió explicando el peliturquesa.- Cuando me encontraron me llevaron con ellos, temiendo que tal como la corriente me llevó hacia ellos, alguien podría localizarlos. Quizás incluso solo sintieron lástima por mí, no lo sé, ya no me hago esas preguntas.- sonrió con algo de pena.

- ¿No te dejaron ir?- Sakuma le miró preocupado.- ¿te apresaron o algo?- Jirou estaba asustado por la sola idea de que su amigo hubiese estado amarrado tanto tiempo.

El chico respiró hondo antes de contestar.- No había necesidad de encerrarme o algo, apenas si sentía mi cuerpo debido a las heridas que tenía. Estuve al borde de la muerte y no entendía nada, dormía mucho, casi nunca estaba despierto, pase meses de esa manera.- se detuvo un momento a observar la punta de sus dedos, como si le ayudarán a concentrarse.- Todavía tengo esos días confusos.

- Tranquilo hijo, no importa, solo cuenta lo que puedes recordar.- la cálida mano de su madre sobre su hombre le hizo sonreír.

- Gracias, mamá.

- ¿Lo que puedas recordar?- pregunto el peliverde.

- La verdad es que todo parece un sueño ahora que puedo recordar todo o casi todo.- le sonrió a Sakuma y Midorikawa, intentado ocultar su expresión afligida.- Estar en aquella habitación, sin ver la luz del sol, era confuso, pero se que intentaron curar mis heridas, por lastima quizás. En ese momento de mi vida, para mí ellos eran la único que existía, porque no podía recordar siquiera mi nombre.- información que dejó preocupados tanto a Midorikawa como a Sakuma.

- El golpe debió haber afectado su memoria.- volvía a hablar el detective.- Según los doctores, fue un shock bastante fuerte para que no pudiera recordar, aún ahora hay consecuencias de ello.

- Si, temía no reconocer sus caras al ver que había tras la puerta cuando entre hace un rato atrás, pero me arme de valor.- observó a Sakuma y Midorikawa sonriente. Los dos chicos le devolvieron la sonrisa.

- ¿te dejaron libre, después?- preguntó Sakuma.

Kazemaru negó con la cabeza.- Como dije, para mi ellos eran lo único que tenía. Me recuperé, pero tenía muchas secuelas, la más importante era el dolor que me impedía caminar en ocasiones, era frustrante y doloroso. En ese momento no pensé que mi perdida de memoria fuera importante, hasta que comencé a recordar, pero ya habían pasado años y todo era muy confuso en ese momento, tenía miedo.

- ¿fu-fueron malos contigo?- era la pregunta preocupada de Midorikawa, pero al recibir una sonrisa del antes desaparecido chico, se relajo un poco.

- No, nunca me pusieron un dedo encima.- contestó con sinceridad.- Me dejaron ir cuando crecí, pero tenía miedo de alejarme de ellos. A pesar de ser unas supuestas malas personas, me comprendieron.- les explico con un pequeña sonrisa.- Cuando finalmente tuve valor, y caminé por esos lugares donde habíamos ido de niños por el torneo, lentamente comencé a recordar más y más cosas.- su rostro que hace unos segundos se mostraba sereno y en calma, paso a la tristeza y vergüenza enseguida.- Pero aún así, hay cosas que no he podido recordar, siento que mi mente es un rompecabezas con piezas perdidas.

- Tranquilo hijo.- Eichiro hablo esta vez.- Lo importante es que estás aquí. con nosotros.

- Lo sé, pero no me siento tranquilo el tener esos espacios en blanco en mi cabeza.- dejó escapar un suspiro.- Supongo que tendré que aprender a vivir con eso.

- Te ayudaremos en lo que podamos.- dijo Midorikawa lleno de energía y confianza. En respuesta, el peliturquesa le sonrió.

- Veo que has madurado mucho, Midorikawa.

- ¿eh?- el peliverde se sonrojo un poco, pero sonrió.- Cla-claro que sí ¿oíste eso, Sakuma?- en respuesta Sakuma solo le observo algo entretenido.

- Aunque debo decir.- interrumpió el detective.- Que, tal como dijo el doctor, quizás haya memorias que no puedas recuperar jamás.- los más jóvenes se sintieron devastados por esa noticia, cosa que el detective notó por el cambio del ambiente.- Pero también puede que recuperes toda tu memoria, pero no enseguida, hay que tener paciencia.

- Lo sé.- no parecía completamente derrotado.- Al menos aún puedo recordar a mis amigos y mi familia, espero no haber olvidado a nadie.-

- ¿Qué te parece si te muestro Teikoku?- Sakuma se levantó interrumpiendo la conversación, para así cambiar de tema.- Me gustaría saber más, pero quizás un poco de aire fresco sea bueno.

- Me encantaría, gracias.-

Así todos comenzaron a caminar, Sakuma, Midorikawa y su recuperado amigo, iban al frente. Sakuma le decía en que trabajaba ahora, así como Midorikawa le decía que estaba ayudando a Nagumo y Suzuno por sus negocios. Mucho más atrás venía el detective, seguido de los padres de Kazemaru; Eichiro hablaba por teléfono con sus padres, mientras Yumiko observaba desde la distancia a su hijo.

- Así que ellos comenzaron a abandonar el lugar lentamente ¿eh?- preguntó Midorikawa, ya que hablaban de la estadía del chico con aquellos prófugos.

El aludido asintió con la cabeza.- No los culpo, llevaban años escondidos, tenían contactos fuera la isla, así que gracias a eso sobrevivían, muchos de ellos vinieron a visitarnos, trajeron identificaciones falsas para salir de allí. Incluso hubo algunos que se fueron por un bote, para atravesar el mar, todo ilegal claro.-

- Debió ser peligroso.- comentó Sakuma, al mismo tiempo que llegaron a la zona del club de fútbol, justo a la cancha que usaban para entrenar.

- Me ofrecieron irme con ellos, pero tenía miedo en esos momentos.- como siempre la mueca de vergüenza volvía a su rostro, pero desapareció enseguida después.- Años después comenzamos a vivir más cerca de la ciudad, otras dos personas más y yo, pero siempre me mantenía ocultó, a ellos no les importaba, dado que ayudaba en casa. No pregunté como se hicieron con la casa, simplemente vivíamos allí, no había nadie cerca, así que nadie nos hacía preguntas.

- Supongo que al final, querrían una vida normal y tranquila.- mencionó Ryuuji, quien se detuvo junto con los otros dos, en medio del campo. Sakuma notó que el peliturquesa asintió, pero también notó aquella expresión de ensoñación, como si estuviera recordando algo, observaba todo como si fuera muy brillante.

- ¿Estás bien?- preguntó el del parche.

- Si, es solo que creo que no recuerdo el lugar, lo siento.

- No te sientas mal por eso, el lugar a cambiado desde hace 10 años de todas formas.

- Pero si recuerdo algo.- Midorikawa volteo a ver como su amigo al escucharle decir eso, este observaba el piso de pasto sintético de la cancha y su mirada se paseaba por cada extremo del campo.- La sensación de jugar todos juntos.- les regaló una sonrisa, que enseguida se les contagió.

Tanto el detective como los dos adultos que le acompañaban, se quedaron al margen, fuera del campo observando a los más jóvenes.

- La recuperación será lenta, pero en sí está muy bien de salud.- le explico.

- Muchas gracias por todo su trabajo.- el morocho hizo una leve inclinación, al igual que su esposa.

- Es mi trabajo, no se preocupen.- también se inclinó como ellos.- Debo irme, mi informe no se hará solo, tienen mi tarjeta por si ocurre cualquier otra eventualidad.- tanto Yumiko como Eichiro le dieron las gracias una vez más, mientras este se alejaba por el pasillo y el eco de sus pasos se perdía, al igual que su silueta. No pasó mucho desde que el detective se hubo retirado, cuando llamó su atención los pasos apresurados de otra persona, que al parecer venía hacia su dirección ¿acaso Rowan había olvidado algo? Se preguntaron ambos adultos, pero quien venía corriendo no era el detective, sino un castaño de frondosa cabellera.

El castaño, se detuvo a un lado de la pareja una vez allí, la pareja observaba confundida al jovencito que tenían al frente, agitado por haber corrido. Este vestía unas zapatillas amarillas, playera blanca y pantalones verdes, bastante común y casual, como para salir a correr, justo lo que había hecho.

Los tres que estaban en medio de la cancha, platicando con tranquilidad, voltearon a ver a la persona que había aparecido, dedicándole una mirada de sorpresa al nuevo invitado.

- Fudou…- mencionó Sakuma, el peliturquesa le observo cuando le nombró para luego voltear al frente y ver la expresión agitada y sorprendida del castaño que iba dirigida a él. Este cerró los párpados con suavidad, mientras se dibujaba una sonrisa en su rostro.

- Entiendo…- murmuró en voz baja.- Ha pasado tiempo, Fudou.

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Hace algunas horas atrás, Kiyoshi volvía a su casa, aunque en realidad se había desviado a ver a su tío. Sí, que debía regresar a casa a seguir estudiando, ahora que tenía fresco todo el contenido en su mente, pero quería relajarse y sabía que su madre le obligaría a estudiar apenas le viera. Así que, ahora caminaba al pequeño restaurante de su tío, le pediría un plato de fideos gratis, porque sí, sabía que su tío no se lo negaría.

Iba muy feliz, cuando escucho a dos personas gritando.

- ¡Espera Fudou! ¡No vas a ir en ese estado!

- ¡Te dije que estaba en lo correcto! ¡Ese era Kazemaru! ¡¿Acaso no escuchaste hablar a Sakuma?!

Hablaban a gritos, pero reconoció las dos voces, eran Fudou y su tío, estaban gritando dentro del restaurante, pudo notar el cartel de cerrado, pero no por mucho. La puerta se abrió bruscamente asustando al de cabellos cortos, de él salió Akio, completamente metido en sus propios asuntos, se veía claramente alterado.

- Quítate.- Fudou ni siquiera tuvo la decencia de pedir permiso, solo empujo a Kiyoshi a un lado.

- ¡O-oye!- el chico quería una explicación o una disculpa, pero eso no paso. Fudou se dirigió a su auto, que estaba aparcado a unos metros más allá. Tobitaka salió segundos después gritando a Fudou que lo esperará, mientras cerraba el local.

- Kiyoshi, vuelve a tu casa.- fue lo primero que le dijo Seiya al chico al notar su presencia, para seguir a Akio inmediatamente después.

- Es-espera… ¿Qué ocurre?- Kiyoshi comenzó a seguirlo, caminando al ritmo de Tobitaka, quien se veía bastante exaltado también, apenas si le había dedicado una mirada. Era inevitable no tener curiosidad, cuando ambos se estaban comportando extraño, sobre todo Fudou que estaba muy alterado.

- Solo vamos a ver a un amigo.. eso cree Fudou…- contesto Tobitaka, incluso él se veía dudoso.- Solo regresa a casa.

Kiyoshi detuvo sus pasos confundido, pero Tobitaka no lo hizo, al final los perdió de vista a ambos. De todas formas no sabía que ocurría ni a dónde se dirigían ellos, solo sabía que hoy no tendría ramen gratis y que debía volver a casa.

- ¿y quien es Kazemaru?- murmuró para sí mismo, mientras retomaba su camino a casa a regañadientes, decidió enviarle un mensaje a un amigo, quizás él supiera más, después de todo parecía bastante cercano con el grupo de su tío. Sí, se moría de curiosidad, podía esperar a que su tío se desocupara para preguntarle, pero se veía tan serio y confundido, que seguro pasaría un tiempo para que dijera algo o incluso terminaría por no querer decirle nada.

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Si, Fudou había literalmente conducido rápido, para susto de Tobitaka, quien apenas subió al vehículo este partió. Sakuma le había llamado, solo le había dicho que quería verlos en Teikoku, pero Fudou le insistió en saber que para que los quería allá. Jirou finalmente les dijo que los padres de su fallecido amigo, querían hablar con ellos, mensaje que activó las alertas de Fudou casi instantáneamente. Enseguida saltó a conclusiones, como que la persona que había visto cerca del aeropuerto si era él, Tobitaka le pidió que se tranquilizará, pero claro Fudou no escuchaba razones. Apenas si tomo prestadas un calzado deportivo de Tobitaka, mientras Seiya trataba de tranquilizarlo, aunque se estuvieron gritando todo ese tiempo, así que no parecía una charla tranquila.

Finalmente llegaron al lugar, Fudou se estaciono lo mejor que pudo debido a las prisas que tenía. Tobitaka apenas cerró la puerta y Fudou ya estaba corriendo hacia el lugar en cuestión. Atravesaron los fríos pasillos de Teikoku, no había alumnos a esas horas, así que no se cruzaron con nadie, Fudou solo se detuvo para preguntar donde estaba Sakuma y siguió corriendo. Atrás de él, Tobitaka apenas si había podido tener un respiro.

El campo de fútbol era su objetivo, en el pasillo vio a un hombre que caminaba con tranquilidad, pero no le presto atención, solo tenía un objetivo en mente, saber que era lo que ocurría. Llegó hasta el final del pasillo y notó allí a tres individuos que llamaron enseguida su atención, al menos uno de ellos resaltaba mucho más para él. La pareja que estaba a un lado suyo le observaba, pero él no parecía preocuparse por ellos, estaba más preocupado por la presencia de aquella persona y el poder recuperar el aliento, aunque no sabía exactamente cual de las dos priorizar primero.

- ¿Qui-quién eres tú?- fue la única pregunta que salió de sus labios ante la presencia de aquella persona, al mismo tiempo Tobitaka recién llegaba, no tan agitado como Fudou, él había corrido a su ritmo. La expresión anonadada que tenía Fudou, ahora la poseía Tobitaka, en sus pensamiento la frase: "Maldito Fudou tenías razón" era lo único que pasaba por su cabeza.

Es que ese chico, que veía Tobitaka, era demasiado parecido, claro que ahora más adulto, con el mismo color de cabello, el fleco ocultando casi la mitad de su rostro, dejando aquel ojo visible, del cual podía distinguir fácilmente aquel color que tenía un toque castaño. Seiya no sabía exactamente que estaba ocurriendo aquí ¿Era un fantasma? ¿Una ilusión? ¿Un pariente quizás? Pero pronto encontraría respuestas.

No pasó mucho tiempo para que Midorikawa hablará antes que nadie.- ¡Hay mucho que contarles a ustedes!- como siempre animado, se acercó a los dos recién llegados al lugar, sacándolos de su estupor, ya que no se habían movido de sus posiciones.

El de largo cabello dejó escapar un suspiro.- Supongo que debo acostumbrarme a ese tipo de reacciones.- no lo decía con molestia, incluso sonreía.- Pero me preocupa causarle un ataque a alguien.- le mencionó a Sakuma con una expresión preocupada.

- Eso no pasará.- Sakuma pensaba positivo de todo esto, mientras Midorikawa traía consigo a Fudou y Tobitaka, quienes estaban tan anonadados, que no se habían movido desde que llegaron.

Ryuuji intentaba contarles la historia, aunque con un poco de ayuda de Sakuma y su amigo recién aparecido, este último interviniendo de vez en cuando, para aclarar detalles olvidados por los otros dos.

- … es todo tan irreal… quiero decir.- Tobitaka no sabía por donde empezar.- Tenerte aquí, sé que no estoy loco, porque los demás pueden verte.- el peliturquesa dejó escapar una corta risa.- S-si, me recuerdas ¿verdad?- se apuntó así mismo Seiya, un poco nervioso.

- Al principio tu rostro solo se me hizo muy familiar, pero rápidamente me di cuenta que sabía tu nombre.- le decía con una cara de sorpresa, para luego sonreírle.- Es extraño, pero de alguna manera natural. Pero si Tobitaka, te recuerdo.

- Es todo… tan increíble…- Tobitaka rasco su cabeza con confusión levemente,- Aún estoy digiriendo la noticia.

- Cuando vi a mis padres en la isla, también creía que era todo irreal, pensé que era solo mi imaginación, pero no lo era.

- ¿ellos fueron por tí?- preguntó Seiya.

- Si, ellos estuvieron una semana en la isla, me encontraron y pasamos días juntos. Luego se fueron, yo me quedé por unos días más, para hacer trámites y luego los seguí, llegué recién hoy.

- ¿recién hoy?- Tobitaka volteo a ver a su castaño amigo, quien se había mantenido en silencio, quizás aún impactado con todo esto.- Entonces tenías razón, lo que viste cerca del aeropuerto durante la mañana, Fudou.- pero Akio ni siquiera le miro, solo observaba a aquella persona que pensaba que estaba muerta.

- ¿eh? ¿De repente te volviste tímido, Fudou?- se burló Sakuma, pero ni siquiera una burla de Sakuma, le hizo reaccionar.

- ¿Ocurre algo, Fudou?- la mirada del hijo mayor de la familia Kazemaru, se veía angustiada.

- ¿Me recu...recuerdas?

- Creo que aún está anonadado.- comentó Midorikawa.

- ¿Recuerdas… ese día? ¿el accidente?

- Fudou…- regaño en voz baja Sakuma ¿acaso no había oído que había sido un trauma para su amigo? Incluso había perdido la memoria y él sacaba el tema de una manera poco sensible.

- Esta bien Sakuma, no me importa.- pero la voz de su amigo, le hizo desistir de seguir regañando a su compañero.

- Cuando caminaba finalmente por la isla, llegue a ese lugar, fue difícil para mí observar ese sitio, sentía mucho terror y todo era muy confuso. Con el tiempo, mientras recordaba, me dí cuenta porque termine de esa manera y en esa situación.

Fudou sintió un pesar en su alma al escucharlo decir esas palabras, el chico notó aquel corto temblor en el contrario, así que hizo una leve pausa y se acercó a él, tomó una de sus manos entre las suyas llamando la atención de los presentes al no entender lo que haría.

Fudou levantó la mirada, solo para ver aquella mirada dulce y cálida, no solo le recordó al pasado sino también a su presente, pero ignoro esos sentimientos, sobre todo por las palabras que escucho a continuación.

- En ningún momento me arrepentí de haber salvado a un importante amigo. Fudou, tu eres importante, y me alegro verte tan bien.- le regalo una sonrisa, los demás también sonrieron tranquilos, aunque esa sonrisa paso a la sorpresa cuando Fudou repentinamente abrazó a aquel que tenía enfrente.

Ninguno de ellos daba créditos a lo que sus ojos veían, incluso el propio chico que estaba atrapado en un abrazo. Sakuma quería tomar una foto para el recuerdo, ver a Fudou abrazando a alguien tan repentinamente, sobre todo de esa manera tan cariñosa, era algo que no se lo esperaba. Sí, entendía el motivo, pero era algo que no se vería de nuevo, sobre todo frente a un público. Pero una señal de su compañero aún atrapado en aquel cálido abrazo, le indico que no lo hiciera.

- En eso no has cambiado, sigues siendo tan bueno y maduro.- resoplo Sakuma, guardando su teléfono sin muchas ganas.

Luego de eso, Fudou seguía callado, Sakuma decidió dejarles solos hasta que ellos lo vieran necesario, y se acercaron a los padres de Kazemaru, quienes habían tomado asiento en la banca esperando y observando con ilusión a su hijo.

- Hubiesen conversado con nosotros un rato.- le dijo Sakuma, mientras Midorikawa y Tobitaka sentados en un extremo, hablaban sobre la buena comida, o mas bien, Tobitaka lo sermoneaba con que debía alimentarse sanamente.

- Esta bien, el quería reunirse con ustedes, no queríamos entorpecer su reunión.- le dijo Yumiko.- Aunque me da mucha pena que no todos estén aquí.

- Cuando Kazemaru me pregunte por ellos, le diré que ocurrió.- le dijo Sakuma.- Seguro esperaba ver a Endou.

- Claro, con Mamoru eran grandes amigos.- sonrió Eichiro, el padre de Kazemaru.

Mientras tanto, Fudou quien había roto el abrazo, se había mantenido en silencio. En realidad, ambos estaban en silencio, hasta que finalmente uno de ellos comenzó a hablar.

- No pensé que te dejaría tan en shock, Fudou. Bueno sí, pero no a ese nivel.-

El castaño chasqueo su lengua y rasco su cabeza con pereza.- Es confuso y casi irreal, aunque me lo imaginaba cuando te vi cerca del aeropuerto.

- ¿Me viste?

- Estabas con un paraguas.

- ah, claro. Entonces si era yo, volví porque se me había quedado una maleta, estaba algo emocionado con ver todo.- comentó con vergüenza, otra vez se quedaron en silencio. Akio estaba muy confundido, no sabía que decir o que hacer, ese abrazo había salido de la nada y ahora se sentía realmente incomodo. Finalmente, fue el mismo castaño quien rompió el silencio.

- Ya no se como tratarte.

- ¿eh?- sorprendido, no pensó que eso era lo que le molestaba.

- Quiero decir, yo pensaba que…- se detuvo porque incluso la imagen de cierto chico vino a su mente, sabía que era imposible y ahora lo confirmaba,

- Estas confundido y esta bien, no me molesta ¿Qué tal si me tratas como si recién nos estuviéramos conociendo? Solo hasta que todo sea más normal.

El castaño lo pensó un momento.- … parece un buen plan.- ante su respuesta positiva, el otro le sonrió y le tendió su mano.

- Soy Kazemaru Ichirouta, un gusto en conocerte.- Akio carraspeo, no le gustaban esas formalidades, pero bueno, por él y por el día de hoy, le seguiría el juego.

- Fudou Akio, mucho gusto.- correspondió el saludo, apretando levemente la mano que le ofrecían, siempre con su tono orgulloso.

- Espero que seamos muy buenos amigos, Fudou.- un poco orgulloso, pero terminó por sonreír levemente. La verdad, es que él también deseaba que fuera de esa manera.

Luego regresaron con los demás, entre burlas de Sakuma, preguntándole a Fudou si lloró y luego ambos peleando, parecía una reunión bastante normal si ignoraban los hechos recientes. Pero aquella hermosa reunión debía terminar, Yumiko estaba preocupada por su querido hijo, había llegado recién de un vuelo y no había ni siquiera descansado. Así que la reunión acabó allí, claro que no sin antes programar una futura cita entre ellos en el restaurant de Tobitaka, cosa que sería pronto, tendrían el local solo para ellos. Sakuma dijo que se aseguraría que esta vez vinieran todos, o la gran mayoría. Había mucho que contarle para ponerle al día, pero sabía que no debían presionarlo con tanta información y por estos días era mejor que estuviera tranquilo.

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En casa con Hideki, Kazemaru estaba algo nervioso aún, ni siquiera quería ir a la cama, no creía poder dormir. De por sí, el hecho de pensar en ir a dormir, le recordó a ese estado de parálisis que había tenido, eso logró asustarlo más, pero trato de mantener la cabeza fría, lo intentaba al menos.

Por otro lado, Fudou ni siquiera había contestado sus mensajes, comenzaba a preocuparse. Justo cuando pensaba en ello, su teléfono sonó ¿sería Fudou? Aunque quizás solo era Midorikawa. Tomó su teléfono, que justamente estaba en el asiento de al lado del sofá, donde se hallaba sentado. La televisión estaba prendida, pero no estaba prestando realmente atención.

Al revisar el dispositivo, se dio cuenta que no era un mensaje de ninguno de sus "antiguos" amigos, si no de Kiyoshi.

Vi a Fudou y a mi tío, muy apresurados y nerviosos, saliendo del local de Ramen.

Me pareció raro y me quede sin comer, ya que mi tío cerró y se fue con Fudou.

Kazemaru dibujo una pequeña sonrisa al leer eso último, seguro que fue allí para evitar estudiar más en casa, pensaba él. Por lo que había oído, la mamá de Kiyoshi era estricta, no mala persona, pero incluso Tobitaka parecía respetarla. Aunque esa pequeña sonrisa se borró, con el siguiente texto que le enviaba su compañero.

Mencionaron algo de un tal Kazemaru, y salieron huyendo.

Te lo menciono porque te llevas bien con ellos y pensé que podrías saber algo.

Quede con la curiosi-

Pero no siguió leyendo el mensaje, se quedo pensando en lo que acababa de leer por varios segundos antes de hacer una llamada de Kiyoshi.

- Kiyoshi…

Por el otro lado de la línea se notó la feliz y tranquila voz de su compañero.- ah, Kazemiya ¿recibiste mi mensaje?

- eh… s-sí…- mientras que la voz del peliturqesa se oía algo preocupada y nerviosa.- ¿estás seguro sobre lo que escuchaste?- trataba de sonar tranquilo, pero tenía bastante miedo. Hideki se acercó a la sala al escucharlo hablar, se quedó en el umbral de la puerta.

- Sí ¿te suena de algo? mi tío no me quiso decir nada, aunque tampoco pude preguntarle, ya que se fueron a ver un amigo.

- ¿u-un amigo?

- Si, olvide decirte eso en el mensaje.- al parecer Kiyoshi no notaba el tono de voz preocupado del compañero con quien hablaba.- Estaban gritando algo de un tal Kazemaru cuando llegue al local. Entonces Fudou-san literalmente me empujo de la puerta al salir, y mi tío lo siguió enseguida, diciendo que irían a ver a un amigo. Así que me vine de regreso a casa, no los iba a esperar.

Ichirouta se quedó en silencio en ese momento, pensando que había pasado para que reaccionarán así ¿por qué lo nombraron? Aunque también existía la posibilidad de que no estuvieran refiriéndose a él, si no a sus padres. Pero Kiyoshi mencionó que irían a ver a un amigo, y no creía que ellos fueran cercanos a sus padres, no para llamarlos amigos al menos ¿Qué estaba ocurriendo?

- ¿Kazemiya? ¿ocurre algo?- preguntó su amigo, ya que se había quedado en silencio durante bastante rato.

- N-no… es nada, también quedé con curiosidad.

- Entonces tampoco le conoces.- no contesto a eso, dejó que el silencio respondiera por él.- Bueno, tampoco es importante supongo… aunque estoy molesto con Fudou, ni siquiera se disculpo conmigo cuando me empu-

- ¡Kiyoshi Kaito!-

Kazemaru se alejó del teléfono al escuchar esa voz femenina tan alta.

- oh oh, es mi mamá. Nos vemos Kazemiya.- y cortó la comunicación antes de que el peliturquesa pudiera despedirse, seguramente recién llegó a su casa. De todas formas, observó la pantalla oscura de su teléfono, observando un poco su reflejo, se notaba preocupado y confundido, su mente tenía tantas dudas como preocupaciones.

- ¿Ocurrió algo malo?- Hideki finalmente habló, estaba en silencio observando las acciones del menor esperando que lo notará, pero no lo hizo. Él también estaba preocupado, y lo último que quería era que Ichirouta le diera otra noticia mala.

- Eso me pregunto.- Kazemaru volteo a verlo, tenía una cara de total aflicción.- No, no lo sé. No se que esta pasando.

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- ¿Qué tal el baño?- preguntó la castaña.- Te prepare tu plato favorito: soba.- le dijo encantada de verlo allí frente a él, finalmente estaba allí en familia.

- Me encanta, gracias mamá.-

- Es lo menos que puedo hacer, han pasado 10 largos años. Que bueno que el pijama que compré para tí te quedó.

Su joven hijo, vestía con una simple pijama de algodón de dos partes, que cubría por completo sus extremidades, era de un suave color azul, por lo que le coordinaba maravillosamente con su cabello.

- Mamá… eh, me da un poco de vergüenza... - rascó su mejilla un poco, algo avergonzado y tímido.

- ¿Qué ocurre? Puedes pedirme lo que quieras.

- Bu-bueno…- titubeó un poco.- ¿Podrías peinar mi cabello? La verdad es que extraño eso.

- Pensé que nunca me lo pedirías.- sonrió ella con dulzura.- iré por un cepillo, tu come antes que se enfríe.

Fue cuando el morocho entró a la habitación.- Es increíble verte de nuevo

- Hasta para mí lo es, papá.

- ¿De verdad querías quedarte escondido para siempre?- el joven escuchó sus palabras sorprendido.

- ¿Estabas escuchando cuando hable con el señor Rowan?- no necesito respuesta.- Sí, tenía miedo. Después de todo habían pasado casi 6 años cuando por fin pude recordar con claridad, pero tenía miedo de volver.- explicaba todo con un tono de arrepentimiento.- Imaginaba que ya no me necesitaban, que todos habían seguido con su vida, que yo no era necesario.

Su padre suspiró, no estaba enojado.- Entiendo que pensarás así, pero me alegra que hayas superado ese miedo.

- Pero los extrañaba mucho, y por favor no le digas a mamá eso. De verdad lo siento.

- No te preocupes no le diré.

- Gracias.- comió un poco de su plato, mientras seguían charlando de una y otra cosa.- Papá, me gustaría mucho conocer a mi pequeño hermano, ese de que tanto me han hablado.

- Seguro se llevarán muy bien, pensábamos que estaba mejor con sus abuelos, mientras hacíamos esto.- hizo un movimiento con su mano para indicar que se refería a ellos, sobre todo a él.

- ¿Cuándo iremos por él? Ver a mis abuelos también me gustaría hacerlo.

- Tomemoslo con calma por el momento. No queremos que tus abuelos se lleven un ataque al verte.

- ¿eh? Tienes razón, seguro que se sorprenderán.

- Además debemos explicarle todo a Nirai, antes de que lo veas.

El chico asintió y sonrió comprensivo.- Espere años para verlos a ustedes, unos días más no me afectarán para conocer a mi hermano menor, pero no voy a negar que me entusiasma.

- Y nosotros estamos entusiasmados que ustedes se conozcan.

- ¿De qué hablan?- la castaña apareció, con un cepillo y secador de pelo, en sus manos.

- De la próxima reunión con Nirai.- contestó su esposo, mientras su querida esposa comenzaba a secar el cabello de su hijo mayor.

- Si, tengo muchas ganas de hacer una foto familiar, los cuatro juntos ¿No te parece, hijo?

- Sabes que siempre me han gustado tus ideas mamá.

- Me alegra que siga siendo así.-

Al poco rato, estaba en su antigua habitación, según su padre, su madre decidió mantenerla con los mismos muebles, sin mover nada. Pero ya que él había regresado, seguramente cambiarían algunos de ellos, por algo más nuevo y moderno.

- Si no lo recuerdas, nuestra habitación está a dos puertas de la tuya, hijo.- habló la mujer, deteniéndose para

bostezar un poco.- Asi que si-

- Mamá, debes ir a descansar, no te preocupes por mí, creo que recuerdo muy bien la casa.- le interrumpió con suavidad.- Por la mañana podemos seguir charlando todo lo que quieras, me gustaría escuchar tus historias.

- ¿No quieres que me quede hasta que te duermas?

- Mamá… tienes ojeras, por favor ve a dormir, te lo pido por favor.- le suplico con amabilidad.- No me gustaría verte enferma.

- Hazle caso a tu hijo, él ya está grande.- Eichiro apareció en el marco de la puerta, observando a ambos. Su pequeño hijo, aunque no tan pequeño, ya que ahora era un poco más alto que su esposa, le sorprendía, no había cambiado, seguía siendo el mismo chico amable y comprensivo a pesar de los años.

El muchacho bostezo, cosa que ambos adultos notaron.- ¿lo ves? está cansado, todos a dormir.- indicó el morocho, con un leve toque de severidad, pero claro que iba en broma.

Al final, Yumiko y Eichiro fueron a su propia habitación, dejando a su hijo mayor ya acostado en su propia cama, no sin antes desearle buenas noches. El peliturquesa cerró los ojos con lentitud, dejándose llevar por el pesado sueño que llevaba encima.

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Continuara.

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Notas finales:

Estas notas finales serán cortas xD para no añadir nada más :u

¿Qué tal va todo? Espero que hayan pasado unas buenas fiestas de fin de año!

¿Qué parte fue su favorita? ¿Creen que algo va a cambiar de aquí en adelante?

Como siempre agradecer sus comentarios, etc, y espero poder actualizar pronto el siguiente capítulo cuyo título será: Fiebre. ¿Quien creen que será el protagonista?

Ahora que ocurrió esto, puedo decir que ya vamos más de la mitad del fic o la mitad(?). Los próximos capítulos deberían ser los del parque y el capítulo especial de MIYASAKA, porque si, él tiene un capítulo especial uwu y es el que más he querido publicar y ya se acercó el momento. Incluso lo podría publicar en el próximo y no afectaría mucho la verdad, pero irá el de Fiebre primero si o si.

Espero sus comentarios!

Gracias por leeeeeeeeeeeer!

Nota Final que olvide decir: Uno de los comentario que me dejaron en fanfiction (Mili), menciono que encontró el fic por facebook, no se que página será, pero agradezco la publicidad nenes, esperemos que el fandom de Inazuma nunca decaiga!

 

 


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