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Un Nuevo Tiempo por yumeorage

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Notas del capitulo:

Este capitulo se lo dedico a foolunderthestars (tumblr), gracias por tus hermosos dibujos y mensajes.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

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- ¿De verdad ha ocurrido eso?- Sakuma hablaba por teléfono con Kidou, contándole lo que había ocurrido hace poco.

Kidou claramente se hallaba sorprendido sobre los detalles que Sakuma le había relatado; de como su amigo había sobrevivido y ahora había regresado: Kazemaru había estado vivo todo este tiempo.- Se me hace sorprendente todo… la verdad. Quiero decir…- el de lentes se detuvo un momento, se había quedado sin palabras, es que después de todo no se lo esperaba. Sentía como si todo estuviera volviendo a su lugar repentinamente.

- Se que tienes tus dudas, yo también las tuve.

- Si, creo que eso es lo que siento.- respondió dudoso.

- Bueno, él nos recuerda y al accidente también, a Midorikawa, a Tobitaka también los recuerda.- aclaró Sakuma.- Incluso antes de irse, nos preguntó por Endou, Gouenji y por tí.-

- ...entiendo, entonces supongo que es real ¿Qué les dijiste sobre mí?

- Qué estabas trabajando, todos trabajando. Se notó un poco decepcionado por eso.- le hizo saber.- Sus padres confirman que es él y bueno, ya no me cabe duda al respecto, sobre todo con las pruebas del detective.

- Supongo entonces que iré a la reunión, estoy sorprendido, y al mismo tiempo tengo ganas de verlo.- agregó el de lentes.- Tendré que decirle a Haruna, pero no creo que este en condiciones de ir todavía.- recordó.

- Es posible que él pueda hacerle una visita a ella.

- Tienes razón. De todas formas Sakuma ¿podrías darme el nombre del detective? Quizás lo necesite para investigar algo del sector. Puede ser de gran ayuda.

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¿Cómo es que todo podía ir tan bien y repentinamente caer como una torre de naipes? Era lo que se preguntaba Hideki en ese momento. Había leído el contenido del mensaje de Kiyoshi, ya que Kazemaru le había entregado su teléfono. Hideki le hizo unas preguntas, pero el menor solo podía responder supuestos, porque no había logrado entender lo que Kiyoshi intentaba decirle.

Tal vez escuchó mal

Quizás no era nada importante.

Probablemente harían algún tipo de ceremonia por los años que estaba supuestamente muerto.

Intentaba engañarse, Hideki intentaba encontrarle alguna respuesta lógica y agradable para el menor. Kazemaru estaba sentado en el sofá, con sus manos sobre sus rodillas, observando el suelo muy nervioso, sentía que en cualquier momento caería por un profundo y oscuro pozo.

Hideki tragó saliva, su mandíbula tembló, pero se mantuvo tranquilo.- Muy bien…- comentó en voz alta y clara, con seguridad para llamar la atención de Kazemaru.- … no nos engañemos, hay una alta posibilidad, más bien es un hecho que me siguieron hasta aquí, cuando hice todo el viaje.

El menor volteo a verlo confundido, pero incluso antes de siquiera preguntarle algo al respecto, su teléfono volvió a sonar. No tardó en tomarlo, observó la pantalla con miedo, como si se tratase de una bomba, una que le iba a explotar en la cara. Trago saliva y desbloqueo su teléfono para ver que tenía un mensaje de Midorikawa.

- Es de Midorikawa…- le dijo, Hideki le observo desde donde estaba y se acercó hasta él.- Es una foto… y…- Kazemaru se detuvo en ese momento, tratando de ver bien a la persona que estaba en esa foto.

En aquella fotografía, estaban Midorikawa, Sakuma, Tobitaka y Fudou, claro que los reconocía perfectamente, pero había una quinta persona, demasiado familiar para él. Una vez que Hideki se acercó, también se le hizo familiar aquel joven que sonreía suavemente a la cámara junto con los demás.

Ichi-chan, hoy nos reencontramos con un amigo.

Espero que puedas reunirte también con nosotros.

Me gustaría que lo conocieses :D

Era el mensaje de Midorikawa, en ese momento no sabía cómo tomárselo, o que pensar al respecto.

- ¿Qué está pasando?- Kazemaru observó a Hideki, claramente el menor no se veía feliz, se veía serio, pero esa seriedad comenzaba a opacarse ante la preocupación y la duda en su rostro. Esa quinta persona, se parecía demasiado a él, solo que adulto, entre lo que Kiyoshi le había dicho, el hecho que Fudou no contestará sus mensajes, ese último mensaje de Midorikawa: estaba claro todo.

- Es uno falso.

- ¿Qué?- Kazemaru le observó sin comprender ante la súbita respuesta de su "padre".

- Que no es el real, escucha tu eres el real.- Hideki se veía tranquilo y seguro, incluso puso las manos en los hombros del menor, con tal de que se tranquilizará y darle confianza.- Tu eres Kazemaru Ichirouta.

Kazemaru le observó, no había duda en la mirada del contrario, pero él sí tenía muchas dudas al respecto, y sobre todo un sobrecogedor miedo. La verdad es que no sabía exactamente que pensar ¿Quien era esa persona? ¿Por qué se parecía a él? ¿De verdad era falso?

- Me siguieron.- dejó escapar él.- Es obvio que lo hicieron.

Kazemaru quito las manos de Hideki, actitud que sorprendió al mayor.- Si es así, esa persona es mala y mis amigos estan en peligro, también mi familia.- parecía decidido en salir y protegerlos a todos, aunque fuera a costa de su propia vida.

- No lo hará, no es tan sencillo.

- No entiendo

- Es una trampa, es obvio que quieren que vayas con ellos.

- Lo sé, lo puedo notar, pero si le hace daño a mi familia, a Fudou y los demás yo…

- Kazemaru Ichirouta, si te atrapan es el final, no solo para tí, si no para tus amigos, no habrá futuro que proteger, ninguna persona estará a salvo ¿estoy siendo claro?- la voz de Hideki sonó algo demandante, hasta él mismo notó ese cambio en su tono, ya que se mostró avergonzado después de decir esas palabras.- Perdón, estoy… tan nervioso como tú.- se sentó en el sofá, mientras Kazemaru solo podía apretar los puños con fuerza.

Entonces, si se acercaba a esa persona, él mismo se pondría en peligro por consiguiente también el futuro de todos. Pero si no lo hacía, sus amigos podrían, quizás, resultar heridos. No sabía que hacer.

- Hacer nada, es todo lo que podemos hacer.

- No.- Kazemaru se levantó, se notaba ofendido.- Debe haber algo que se pueda hacer.

- Sin el reloj, no puedo hacer mucho, no puede ver lo que cambiará. Necesito que te quedes en casa y trates de descansar, mañana tienes clase.-

Kazemaru frunció el ceño ante lo que escuchaba.- No puedo pensar en ir a clases con esa persona peligrosa cerca de mis amigos.

- Tendrás que hacerlo, por favor.- le imploró Hideki, luego se levantó para ir a la cocina.- Te prepararé algo para que te relajes.

Kazemaru estaba perdiendo la paciencia.- ¡¿Por qué estás tan tranquilo y seguro que no hará nada?!- Hideki se detuvo a medio camino ante el sorpresivo grito y volteo a ver al chico.

- Porque si… estoy en lo correcto, él no cambiará nada sabiendo que puede afectar este futuro y el suyo propio. Algo debe querer y es obvio que va a por tí y lo quiere hacer a través de tus amigos. La prueba es que se mostró ante ellos y no les hizo nada.- le explico.- Midorikawa te envió ese mensaje y la fotografía, es una prueba de que lo que sea que esté planeando, no lo hará pronto.

De alguna forma tenía sentido, pero no quería quedarse sin hacer nada.

Al poco rato Hideki había hecho una infusión para él, se la bebió, realmente le relajo, pero no podía dejar de pensar en esa persona, en sus padres y sus amigos. Con esos pensamientos se quedó dormido, de alguna forma se sentía bastante cansado.

Mientras Hideki, se había quedado en la sala, donde antes habían discutido, la estaba ordenando, aunque no estaba tan desordenada, pero estaba algo nervioso y necesitaba hacer algo mientras ordenaba sus ideas. Notó, mientras se aseguraba que la ventana de la sala estuviera cerrada, que esta estaba quebrada. Una grietas comenzaban desde el centro extendiéndose hasta las orillas, como si alguien le hubiese dado un puño o arrojado algo con fuerza. Dejó escapar un suspiro, no tenía tiempo para esto, cerró la cortina para volver a sus tareas.

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Nuevamente los sueños volvían aquel día, él en la isla Liocott, los partidos, los últimos días, ir a comprar algún recuerdo de la isla, fotografías en grupo, las últimas bromas de Kogure. Aunque esta vez, el sueño era mucho más claro, incluso más feliz; lleno de color, de vida, de risas, conversaciones casuales que se preguntaba porque había olvidado.

Puedo conversar un momento contigo, Kazem-

- ¿eh?- despertó justo en ese momento, alguien le había pedido tener una conversación pero ¿Quien? No tenía idea, de todas formas, en su mente había algo más importante que intentar recordar algo que seguramente no era importante.

Salió de su cama apresurado, hoy tenía clase, mañana día libre y en su mente solo había espacio para los extraños acontecimientos de ayer. Bajo las escaleras aún en pijamas, esperando encontrarse a Hideki, y justamente allí estaba.

Su "padre" estaba en el comedor, pero la mesa del comedor estaba llena de partes metálicas: tornillos, pequeño engranajes, circuitos, cables delgados, entre otras cosas más. Hideki se encontraba, en el extremo de la mesa, con una gran lupa sobre un soporte, que le ayudaba a ver mejor los detalles de aquel artefacto que había explotado.

- No dormiste…- comentó Kazemaru.

- Ichiro… no te sentí venir.- por fin separó la vista del reloj, sorprendido de verlo.- No, no dormí, no podía.

- Te hubiese podido ayudar.- aunque sinceramente, no sentía que pudiera ser de mucha ayuda, ya que no entendía nada de lo que él construía.

- No, uno de los dos debía dormir, además puedo pasar sin dormir unos pocos días.- desvió su vista hacia el reloj que había en la pared de la casa y notó que faltaba un poco más de una hora para que Kazemaru fuera a clases.- Desayunaremos en la cocina, prepararé algo mientras ve a prepararte para ir a tus clases.

- ¿De verdad debo ir?

- Sí, es mejor que piense que tu no sabes nada, hacer la vida íamos alarmarlo de alguna manera.

- Entiendo… pero tu…

- Buscaré a esa persona, le vigilaré desde lejos e intentaré buscar la forma de arreglar el reloj. Si no lo encuentro vigilaré a tus amigos, se donde están algunos..

- ¿y tu trabajo?

- Envié un correo para justificar mi ausencia, de todas formas iré para disculparme.- declaró, Hideki se veía decidido, al parecer tenía todo planeado. Se notó que trabajó duro toda aquella noche, para tener el día de hoy bien organizado. Se levantó a preparar algo de comer, también tenía hambre después de todo, así que envió a Kazemaru a alistarse para sus clases.

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No era algo que quería hacer realmente, pero debía ir a sus clases. Quizás incluso confiar más en Hideki, si él le decía que esa persona no haría nada, y solo lo quería a él, debía creerle. Al parecer, manipular el tiempo, era algo bastante delicado, incluso ilegal, por como le había explicado. Había soltado algo en plan broma, la posibilidad de que existiera algo como un policía del tiempo, Hideki tardó pero se rió de aquello. Había sido un comentario que había hecho sin pensar, pero que de alguna manera funcionó para relajar el ambiente.

Así que allí estaba en sus clases, había intentado estar lo más normal posible. Kiyoshi estaba entusiasmado por el día de mañana, porque claro, había olvidado lo del parque de diversiones con todo lo que estaba pasando. Kazemaru estaba barajando la idea de cancelarlo o simplemente no ir y que ellos fueran, pero no quería romper la burbuja de felicidad de Kiyoshi, incluso Taiki se veía entusiasmado. Por otro lado, Masaru se lo recordaría para siempre si cancelaba el paseo repentinamente o si él no asistía. Agregando además, que Kiyoshi les había dicho que el superior Sameshima, nunca había podido ir a un parque, sabiendo todo eso, de alguna forma no podía negarse, pero verdaderamente no le apetecía ir.

- ¿Ocurre algo, Kazemiya?- Kazemaru había estado mirando por la ventana del pasillo por bastante rato en el receso, justo delante de su salón, cuando aquella suave y tranquila voz llamo su atención.

- ¿eh? Superior…- reconoció enseguida la mirada tranquila y enigmática de Sameshima, venía cargando un par de portafolios.

- No pareces muy animado.- analizó él.

- ¿eh? Cla-claro que no, bueno… solo creo que dormí muy poco.

- Eso esta mal, debes cuidar tu salud, después de todo volveremos a jugar futbol pronto ¿no es así?- a pesar de que su voz siempre sonaba apagada y casi neutra, pudo notar una pizca de ilusión en ellas. Kazemaru sonrió.

- Si, debo cuidarme más.- sonrió avergonzado.

El azabache asintió.- Me quedaría a hacerte compañía, pero debo entregar esto en el salón de ciencias. Nos vemos, Kazemiya.- el peliturquesa solo se despidió, pero Sameshima se detuvo a medio camino, agregando unas últimas palabras.- ah, ansío ir al parque pronto.

A Kazemaru le sorprendió su comentario, pero terminó por asentir con poca confianza. Mientras Sameshima se alejaba, todavía pensaba en la posibilidad de cancelar o simplemente no ir al parque, debido a todo lo que estaba ocurriendo.

Se preguntaba que estaban haciendo sus amigos, o incluso esa persona ¿estaría rondando por allí? ¿Hideki se lo había encontrado? Temía a esas respuestas, sobre todo si esa persona resultaba violenta. Y como si los hubiera invocado, su teléfono sonó, tenía un pequeño mensaje de Midorikawa.

Hey! A que no lo sabes pequeño hermanito

Fudou esta enfermo

¿Qué? Aquel último mensaje le sorprendió ¿Acaso sería a causa de esa persona? ¿Esa persona, que estaba tomando su lugar, le había hecho algo? ¿Estaría grave? Se puso realmente pálido que ni siquiera sabía como responder al mensaje en ese momento.

Al parecer le dio fiebre.

Al leer eso, solo opto por escribir el siguiente mensaje, temiendo que fuera algo grave: Quisiera ir a verlo ¿Puedes darme su dirección, hermano?

oh, claro :D

Le vendrá bien la compañía

Ya que no tiene a nadie que lo cuide.

Al parecer Fudou estaba solo, por lo que comprendió. Después de otro corto intercambio de mensajes, Kazemaru había finalmente obtenido la dirección de la casa de Akio. Se despidió rápidamente ya que su siguiente clase estaba por empezar, así que le agradeció a Midorikawa por avisarle.

Estaba claro que después de clases, iría a ver a Fudou. Se suponía que regresaría a casa apenas terminar la clase, pero quería asegurarse que estaba bien, aunque fuera una visita corta.

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Así que allí estaba, no le había costado llegar al sector donde vivía Fudou, solo le tomó una parada en tren. Aprovecho de comprar algunas cosas en el camino, como banditas frías y una botella de agua, esperaba que fuera suficiente. En el camino se preguntó si debía avisarle a Hideki sobre donde estaría, pero decidió que su "padre" ya tenía suficientes problemas con los que enfrentarse. Además, planeaba que fuera una corta visita, solo quería asegurarse que en verdad solo fuera un simple resfrió.

No tardó mucho en entrar en el edificio donde Fudou vivía, ingreso y busco el número de Fudou. Era en el segundo piso, así que subió las escaleras y busco el número en las puertas, lo cual hizo con facilidad.

Respiro hondo antes de tocar, estaba muy ansioso, pero quería ver que todo estuviera bien con él, le dejaría lo que le trajo y se iría, eso era todo, tampoco quería estar fuera de casa con esa persona caminando por allí. Entonces llamó a la puerta con tres golpes, se acomodo un corto mechón detrás de su oreja y espero a que abriera.

- Enseguida voy.- pudo escuchar una voz que venía de adentro, pero no se parecía en nada a la voz de Fudou, lo cual le extraño ¿tendría visitas? Según Midorikawa estaba solo, pero no tardó en averiguarlo. Apenas si pensaba en quien estaría con Fudou, la puerta se abrió, dejando al menor en shock.

- Si ¿Quien eres?- pregunto la persona que se asomo, el mayor le miró con curiosidad, pero con una amable expresión en su rostro. Tenía puesto un delantal de un suave color azul encima, dejando ver una playera gris de mangas cortas y cuello en uve, y unos pantalones cortos de color negro, que dejaban a la vista sus tobillos. Iba descalzo, solo unos calcetines cortos cubrían sus pies. Lo mas importante era su largo cabello turquesa, y aquel fleco que cubría casi la mitad de la cara del contrario.

No, no, no, no. no. No. No, no.

- ¿Ocurre algo? ¿te equivocaste de dirección?- hablo el mayor, mirando confundido ante el eterno silencio del menor.

Justamente Hideki le había dicho que no se acercará y estaba frente a esa persona que se parecía a él. Esa persona que se estaba haciendo pasar por él, que podía dañar a sus amigos, que podía dañar el futuro estaba justo frente a él, solo observándole con una inocente expresión.

El menor estaba apunto de abrir la boca, de salir de su estupor, de enfrentarlo, quizás era una estupidez, pero debía ser el primero en moverse. Había reunido el coraje para encararlo, para hacerle preguntas, pero alguien habló primero.

- ¿Quien es?- pudo reconocer la voz rasposa de Fudou venir desde adentro. Este se acercó, y el pelilargo se hizo a un lado para que pudiera ver quien había venido a su departamento.- ah, enano… no sabía que vendrías.

- ¿Lo conoces?- preguntó el pelilargo.

- Si.

- Lo-lo siento.- hablo sin tratar de tartamudear.- Solo me sorprendí, pensaba que estabas solo, ya que Midorikawa…

Fudou se rasco la cabeza antes de contestar, estaba en pijamas, con una bandita fría sobre su frente.- Si, le dije que estaría solo, pero después apareció él, Sakuma le dijo que estaba enfermo. Vamos entra, estaré en mi habitación.- camino a paso lento hacia su habitación, mientras el menor se quedaba allí.

- Pasa…- le invito aquella persona, con una afable y sincera sonrisa en su rostro.

- eh, sí.- dudoso entró y el mayor cerró la puerta una vez estuvieron dentro.

El departamento de Fudou era bastante moderno, no era para nada enorme como el de Gouenji, pero tenía suficiente espacio para una familia de cuatro miembros. Lo primero que vio, fue el pasillo, obviamente se quitó los zapatos antes de entrar, lo que no le gustaba es que esa persona, esa persona que Hideki le había dicho era peligrosa, estaba observándole con tranquilidad.

Camino por el pasillo, deteniéndose en la primera puerta, que estaba abierta, era la habitación de Fudou.

- ¿Quieres quedarte con él, mientras yo termino de hacer la comida?- fue la pregunta amable del mayor, de verdad que en ese momento no sabía que contestarle. Así que solo asintió con la cabeza, algo nervioso, incluso estaba listo para hacerse hacia atrás por si él lo tocaba, pero eso no ocurrió.

- Se llaman igual…- escucharon la voz de Fudou, debajo de las mantas.- Ustedes dos.

- oh, es así.- sonrió el mayor, luego su rostro paso a la sorpresa .- Entonces tu debes ser quien me comentó Midorikawa.

Así que Midorikawa le había hablado de él, de seguro estaba muy feliz de encontrarse con su supuesto amigo después de tanto tiempo, no lo culpaba por tener tanto entusiasmo.

- Me había dicho que nos juntariamos para conocerte, que buena sorpresa.- le hablaba con normalidad y soltura, siempre en ese tono amable y educado, se notaba feliz.- Bueno, iré a la cocina.- enseguida les dejo solos, se alejó murmurando algo sobre que dejó la olla sola y que todavía debía cortar algunas verduras.

- ¿Te ocurre algo enano?- la voz de Fudou le sacó de sus pensamientos, volteo a verlo enseguida, recién notando el estado de la habitación de Akio, la cual estaba completamente ordenada. Una cama de una persona en medio, un armario cerca de la puerta, un escritorio con su respectiva silla cerca de los pies de la cama. Había una lámpara de pie en el lado izquierdo de la habitación y un mueble de noche al lado de derecho de la cama, encima del mueble había un vaso medio lleno de agua.

- Solo estoy sorprendido…- contestó tratando de aparentar normalidad, observó a Fudou quien parecía estar bien cuidado ¿esa persona estaba cuidando de verdad de él? Pero Hideki había dicho que podía ser peligroso.

- Si, también estoy sorprendido que haya venido, no esperaba visitas la verdad. Sakuma le fue con el chisme que enferme.- Fudou seguía en su cama, cubierto por su manta, Kazemaru solo se acercó a él, hasta estar a su lado.- Se sintió culpable y bueno, vino a cuidarme.

- ¿culpable?

- Larga historia.- Fudou no le quiso contar, quizás muy cansado o simplemente no quería, al menor no le gusto esa respuesta.

- Estás seguro…- intentó hablar él.- De… bueno…

Se quedó en silencio un rato, Fudou solo arqueo una ceja.- ¿De qué?- se animó a preguntar, un poco molesto porque no continuará con su pregunta, cosa que el menor notó, así que decidió hacer la pregunta.

- ¿Estás seguro que solo es un resfriado?- terminó por preguntar fingiendo una sonrisa.

- Claro que sí.- dejó escapar un bufido.- Estas muy raro hoy.- Fudou se levantó un poco, quedando sentado en su cama y observándolo serio.

Solo estoy preocupado, sobre todo si estas con una persona peligrosa.

Pero no dijo aquello, se guardó esos pensamientos, era mejor actuar normal.- Solo me sorprende que Fudou-san sea tan descuidado como para pescar un resfriado, pensé que era más fuerte.- comentario que molestó un poco al castaño, este puso su mano en la cabeza del menor, pero en vez de apretar su cabeza, comenzó a desordenar sus cortos cabellos de una manera un poco brusca.- ¡O-oye! ¡Me duele!

- No me llames débil, enano.- le indico, mientras Kazemaru intentaba quitarse la mano de Fudou de encima.

- Es-esta bien, esta bien.- cuando Fudou escucho eso le soltó, solo para observarlo y luego echarse a reír.

- Tu cabello es un desastre.- el menor se sonrojo por eso, e intentó ordenar su cabello como mejor pudo.

- ¡Es por tu culpa!- decía nervioso y avergonzado, mientras Fudou se burlaba de él.

- Espera… déjame a mí.- no tardó en sentir las grandes manos de Fudou, sobre su cabeza. Moviendo algunos mechones de cabello y dejando ordenada su corta melena, lo cual no fue difícil. A Kazemaru le pareció sorprendente lo gentil que podía ser repentinamente, podía sentir las manos tibias de Fudou sobre su cabeza moviendo sus mechones con suma delicadeza. No supo porque pero sintió un leve ardor en sus mejillas, suponía que era por la vergüenza de que le ayudará o porque también se estaba enfermando.

- Parece que se llevan bien.- una tercera voz provocó que se bajara de la nube donde se había subido sin querer. Fudou dejó de ordenar su cabello, pero ya había arreglado el problema.

- Es un enano problemático, pero es un buen niño.- le dijo Fudou con su usual sonrisa, cosa que sorprendió al menor, notaba que la expresión de Fudou era mucho más amable que antes. Akio siguió hablando, dirigiéndose al mayor.- Sabes que no tienes que quedarte ¿verdad?-

- Puedo hacer lo que yo quiera Fudou, estoy preocupado por tí.- sonrió el de largos cabellos.

- Que molesto eres.

- Pero te gusto lo que te preparé en el almuerzo, así que no soy tan molesto.- Fudou chasqueo la lengua, admitiendo que era cierto con su silencio, mientras el mayor solo sonreía con gentileza.- ¿Te quedarás a cenar?- le pregunto ahora al más joven de la habitación. Claro que él quería quedarse y vigilarlo, pero por alguna razón sentía que no podía soportarlo, era todo muy incomodo ¿No se suponía que esa persona era el malo? ¿Por qué era tan amable y cortez? De alguna forma eso en él, comenzaba a molestarle. Además, Fudou parecía estar bien, incluso la expresión del castaño era mucho más suave con esa persona y le desagradaba ese hecho.

- No, debo regresar antes que anochezca.- contestó finalmente, aunque se arrepentía por esa respuesta ¿Por qué tenía que ser tan cobarde a veces?

- Es una lastima, pero tienes razón, no creo que debas estar tan lejos de tu casa. Si sales ahora, llegarás antes que anochezca.

- Gracias.- nuevamente el mayor los dejo solos, para alivio del más joven..

- Será mejor que te vayas ya, sabes que te acompañaría solo para asegurarme que no te salgas del camino ¿verdad?- Ese era Fudou, quien le miraba con severidad, al menos aún seguía protegiéndolo como siempre.

- No creo que en su estado pueda hacerlo.- volvió a bromear.

- No me tientes.- si, él podría fácilmente salir de la cama, pero sabía que quien lo estaba cuidando, no lo dejaría ir. Además se sentía muy mal, aún tenía fiebre, no es que estuviera muriendo, pero su cabeza dolía un poco.

- Iré directo a casa, lo prometo.- le dijo él para que no se preocupara, y la verdad es que quería regresar a casa pronto, necesitaba hablar con Hideki sobre esto, tenía muchas preguntas, todo era muy extraño.

Dejó las cosas que había comprado para Fudou, lo cual el castaño agradeció a su manera, osea sin decir gracias. Kazemaru solo le dijo que era muy grosero, para luego despedirse.

Fue hasta la puerta, se preguntó si debía ir a la cocina a despedirse de esa persona, pero no quería, no le gustaba para nada esto. Es cierto que parecía ser una buena persona, pero de alguna forma no le agradaba, y no solo por lo que le dijo Hideki, si no porque parecía tener la confianza total de Fudou. Eso último ciertamente le causaba un poco de enojo, así que simplemente decidió irse sin despedirse de él, de todos modos llevaba prisa.

Sin embargo, no se dio cuenta que alguien le seguía demasiado cerca. Estaba por ponerse los zapatos, cuando sintió la presencia de alguien tras suyo. Volteo asustado, sorprendiendo al otro ¿cómo no estarlo? prácticamente casi no había espacio entre ellos ¿En qué momento se había acercado tanto si él estaba en la cocina? Por reflejo se alejó rápidamente, manteniendo la distancia entre ambos.

- Perdón ¿te asusté?- era él, aquel de largos cabellos turquesas, seguía con el delantal y seguía con ese tono y gesto amable, que comenzaba a molestarle.- Solo venía a despedirme, no puedo dejarte ir sin decirte adiós.

- Si, pensé que estaba ocupado.- no le devolvió la mirada.

- ¿Te desagrado?- esa fue la directa pregunta del mayor, cosa que sorprendió a Ichirouta, aún así no levanto la mirada.

- eh… no, bueno…- titubeó un poco porque la verdad es que quería decirle que si.- ¿de verdad eres tú?- preguntó finalmente, esta vez le observó y solo pudo atisbar la expresión de confusión en aquel rostro que se le hacía aterradoramente familiar.

- Perdón… no entiendo.

- No, no es nada. Creo que solo… solo estoy cansado.

- Espero que no te hayas contagiado de Fudou, recuerda tomar muchos líquidos.- le hizo saber él, con un tono de entusiasmo en su voz, el menor asintió nervioso con la cabeza, para comenzar a abandonar el departamento.- Y no te preocupes por Fudou, seguro mañana ya estará bien, yo me encargaré de eso.- Una vez afuera volteo a verlo, pero solo logro ver la afable sonrisa de aquella persona antes de que cerrará la puerta. Algo no le gusto en aquellas últimas palabras

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Apenas llegar a casa, Kazemaru le contó todo a Hideki, incluso recibió un regaño por ir sin avisarle, pero poco duró su sermón al escuchar los detalles de esa visita.

Estar sorprendido era quedarse corto, con todo lo que Kazemaru le estaba contando. El pequeño, a quien le había agarrado tanto cariño, había estado cerca de aquella persona que podía ser peligrosa, pero allí estaba el menor, a salvo en casa. Incluso, por lo que le contaba, Fudou parecía estar bien cuidado. Todo eso le parecía raro.

- ¿Estás bien?- Hideki notó algo en la expresión de Ichirouta, se veía desanimado, incluso triste. Además ni siquiera le respondió la pregunta, parecía perdido en sus propios pensamientos.- ¿Ichiro?- llamó él.

El menor solo pensaba en lo que había visto, a ambos interactuar con tanta naturalidad que no le había agradado en lo más mínimo. ¿En qué momento se habían vuelto tan cercanos? ¿Qué había ocurrido ayer para que de pronto Fudou hiciera ese tipo de expresión?

- Ichiro…- la voz y manos de Hideki sobre sus hombros llamaron su atención, sin darse cuenta tenía a Hideki frente a él, arrodillado observándolo con preocupación. Él solo seguía sentado en el sofá, sorprendido por no haber notado la cercanía de Hideki.

- Lo siento ¿decías?

Hideki suspiro, se levantó y se sentó a su lado.- ¿hay algo que te molesta?

No dudo en responder que sí.- Toda la situación es... - no encontraba las palabras, pero se sentía más que agobiado. Hideki no volvió a preguntar, comprendía que todo era complicado, y notaba que Kazemaru tenía miedo. Por su parte, también tenía, estaba muy confundido ¿Qué estaba planeando? ¿O acaso él se había equivocado? Eso claramente era imposible para Hideki.

El adulto dejó escapar un suspiro y decidió relatarle lo que él había logrado hacer.

- Estuve vigilando a tus amigos. No ha habido ningún cambio. Tobitaka y Sakuma trabajando, nada raro. Midorikawa me costo encontrarlo, ya que no sabía donde trabajaba, pero cuando lo ví, parecía muy feliz.- le relato.- En fin, que no ocurrió nada inusual. Termine por regresar a casa.

- Podría decir que eso me alegra, pero...

- Si, yo también estoy un poco nervioso.- completo la oración por el menor, quien se había quedado en silencio.- Algo está planeando.

Justo en ese momento sonaba el teléfono de Kazemaru, pero el dueño del telefono no tenía ganas de responder. Hideki observó el teléfono de su "hijo" luego a él, repitiendo la misma acción un par de veces más. Kazemaru parecía bastante cabizbajo como para siquiera levantarse y contestar, así que Hideki fue quien abandonó el sofá.

- Es Kiyoshi…- comentó al ver la pantalla.

El menor dio un suspiro.- Debe ser por lo del parque, no me apetece ir, le daré las entradas a ellos.- Hideki frunció el ceño levemente y contestó por él.

- Hola Kiyoshi, soy el papá de Ichirouta.- respondió ante la mirada casi inexpresiva del menor.- Si, está tomando un baño por eso no contestó.- le dijo lo más natural y tranquilo, como si la crisis por la que estaban pasando no existiera.- No, no te preocupes, claro que irá al parque.- palabras que provocaron que la expresión de Kazemaru pasará a sorprendida en segundos.- Le diré de tu parte, adiós.- y colgó.

- Pero… ¿Por qué…?

- Dijo que espera con ansias ir al parque.- luego le miró un momento, estaba claro que el menor esperaba una respuesta.- Podrías despedirte de ellos al menos.

- ¿Cómo? - Kazemaru no entendía a que se refería con "despedirse".

- Esa persona está aquí por tí, no sé que está planeando, pero te vio… seguro va a actuar pronto. Pero si te vas, te perseguirá.- no hubo palabras al respecto, de alguna manera tenía lógica. Si se iba, dejaría en paz a sus amigos, tal como apareció, este desaparecería. Tal como esa persona inventó una excusa para aparecer, seguro podría inventar otra para desaparecer, o simplemente irse. Como sea, no le gustaba la idea.- Pero…- siguió hablando Hideki.- Aún no he podido arreglar el dispositivo, aunque sea para marcharnos unos años más lejos. Como sabes, el reloj se llevo toda mi atención, quizás deba darlo por perdido y arreglar el dispositivo para viajar en el tiempo.

Kazemaru ya tenía clara su respuesta.- Bien…- no tenía mucha confianza en su voz, pero Hideki logró escucharlo.- ¿Qué tengo que hacer?

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Fudou estaba acostado en su cama, había cenado, su cocinero no lo hacía nada mal, y ahora estaba relajado descansando, y pensando al mismo tiempo sobre los sucesos en estos pocos días, o día. La aparición de Kazemaru, tan milagrosa como sorprendente, le hizo cambiar completamente, en el sentido que de alguna forma se sentía feliz. Siempre había estado preocupado por haberle arrebatado la vida, pero allí estaba él: vivo. Aunque, no le parecía correcto que hubiera pasado 10 largos años sin ellos, pero a Kazemaru no le parecía importar ese hecho o eso parecía. Según decía él, cuando comenzó a recordar, también comenzó a extrañarlos pero también sentía que, por haberlos olvidado por tanto tiempo, no merecía regresar. Fudou odiaba que pensará de esa manera, pero no lo culpaba por tener miedo.

Para su compañero, que había estado perdido, todo estaba perdonado, aún así Fudou tenía cierto sentimiento que algo allí faltaba, pero no sabía que era, o simplemente era su resfriado que lo estaba confundiendo. Con esos pensamientos fue quedándose dormido, estaba cansado, todo el día enfermo era agotador, su cuerpo dolía y esperaba mañana estar mucho mejor.

No supo cuánto tiempo durmió, pero despertó lentamente. Sus orbes verdes observaron su habitación oscura, su vista lentamente se acostumbraba a esa oscuridad, entonces se dio cuenta que no estaba solo. Una figura delgada, justo al lado de su cama, le observaba y eso le asustó por unos segundos, provocando que se sobresaltara en su cama.

- ¿Te desperté?- pudo reconocer la voz de Kazemaru.- Lo siento, sólo quería asegurarme que dormías y llenar tu vaso con agua.- El nombrado prendió la luz y Fudou volteo a ver la mesita de noche, no recordaba haberse bebido todo el agua, pero el vaso estaba vacío.

- ¿Qué hora es?- preguntó, mientras que quien le cuidaba, tomó una botella de agua, y llenaba el vaso de Fudou.

- Más de medianoche.- le sonrió, cosa que sorprendió al castaño.- Déjame cambiarte tu bandita fría.

- ¡¿No deberías estar en casa?!- le preguntó Fudou escandalizado.

- Fudou soy un adulto, puedo pasar fuera de mi casa una noche al menos.- decía él con total tranquilidad, mientras sacaba una de las banditas frías que le habían traído a Fudou. Claro Akio olvidaba que Kazemaru tenía la misma edad que él y que ya no era un niño, no era el 'enano'.

No era el 'enano'.

El enfermo dejó escapar un corto suspiro, aún así estaba preocupado.- Lo sé, pero tus padres seguro quieren pasar tiempo contigo.

- Sí. es verdad, pero ya les avisé, les dije que me quedaría a dormir aquí, contigo.

Fudou se sonrojo un poco por ese comentario, mientras el otro quitaba su bandita fría, y colocaba otra nueva en su lugar, sobre su frente. Se sentía bastante fresca.

- No recordaba que fueras tan atrevido para autoinvitarte a una casa ajena.

- Lo siento si eso te molesta, pero me siento muy preocupado. Además, han pasado 10 años Fudou, no deberías sorprenderte por mis cambios.- sonrió.

- ¿Hay más secretos que debería saber?- le dijo con una sonrisa ladina en su rostro.

- Quizás haya aprendido alguna y que otra cosa, como defensa personal y esas cosas.

- ¿En serio?

- Quizás… ¿Quieres intentar?

- Me encantaría

Ambos se miraron y ninguno, por lo menos no Fudou, se dio cuenta que el espacio entre ellos se había hecho cada vez más corto. Se observaban como si se estuvieran retando, y había una cierta tensión en sus miradas.

- Vas a tener que recuperarte de tu resfriado, si quieres comprobarlo.- Kazemaru fue el que se separó, siempre tranquilo y fresco. Pero Fudou, se sintió realmente incómodo cuando se dio cuenta que había estado a nada de besarlo.- En fin ¿tienes alguna manta? Dormiré en tu sofá.

- La buscaré por tí.- Fudou iba a levantarse pero una suave mano en su pecho le hizo detenerse casi de inmediato.

- Dime dónde las busco, tu solo descansa.- le hizo saber con una expresión seria, no estaba jugando, luego le empujó con suavidad a la cama nuevamente, regalandole una sonrisa. Fudou accedió y le dijo dónde encontrar mantas para él, muy hipnotizado por esa tranquila mirada como para reclamar.- Entonces, buenas noches, Fudou. Si necesitas algo, solo despiertame.- le hizo saber antes de abandonar la habitación y apagar la luz, cerrando la puerta al irse.

Una vez solo, el castaño suspiro y observo el techo seriamente, que extraño se había sentido hace tan solo unos minutos atrás. No le siguió dando vueltas al asunto, pensando que solo era la fiebre que tenía, simplemente se acomodó en su cama para volver a dormir.

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Fudou despertó a la mañana siguiente, sintiéndose mucho mejor, la fiebre había desaparecido al parecer. No tardó en levantarse, por fin podía salir de su cama sin sentirse mal, se estiró y salió de su habitación hacia el pasillo, que conectaba con su sala. En el sofá pudo notar unas mantas, ya dobladas y dejadas ordenadas, pero no a la persona que las uso. Escucho unos ruidos en la cocina y caminó hasta allá.

Oculta tras una pared, justo al lado de su sala, estaba su cocina comedor, al fondo pudo ver a cierto peliturquesa estar preparando algo en la cocina. Se le quedo viendo un rato, el chico seguía con la misma ropa de ayer, podía notar como su largo cabello se movía cuando él lo hacía, se veía lleno de energía. No pudo apartar la mirada de su figura, no supo porque.

- ¿Dormiste bien Fudou?- Esa pregunta sorprendió a Fudou ¿había notado que estaba allí observándolo? El chico volteo a verlo sonriente.- Pareces tener una mejor expresión y más color en tu rostro.- le analizo desde donde estaba.

Akio salió de su estupor, ya que él pensaba sorprenderlo, pero parece que él había sido sorprendido observando a su compañero.- Si, me siento mejor ¿estás preparando el desayuno? No tenías que hacerlo.

- Perdón, es la costumbre, siempre los hacía antes, bueno… todo en general.

- Si.

- Hice huevos y tocino, y calenté pan, no es un desayuno muy japonés, pero…

- No, está bien, usualmente no desayuno en ocasiones. Es un cambio.- le dijo.

- Entonces deberías cambiar eso, no es sano.- fue el sutil regaño del chico.- Date un baño. y desayunamos.

- Bien, bien, bien.- Fudou bostezo y fue al baño, no tardo mucho en salir ya limpio, se sentía bastante más ligero, y sobre todo, sano. Tomó su lugar en la mesa, mientras Kazemaru le servía un poco de jugo de naranja y té caliente, luego él también le acompañó. Conversaron tranquilamente, sobre lo que Fudou hacía y cómo jugó profesionalmente durante un tiempo. Luego, Fudou quiso saber sobre lo que planeaba hacer Kazemaru.

- Bueno, ver a mi pequeño hermano por fin, es lo que espero con ansías y nuestra junta de mañana.

- uhmm

- ¿lo conoces también, no? ¿A Nirai?

- La verdad es que no había visto a tus padres, desde bueno… ya sabes.

- Entiendo.

- Había escuchado que habían tenido otro hijo, Sakuma me lo dijo hace años, pero al menos yo estaba ocupado jugando y estudiando.

- Comprendo, veo que todos se separaron.- lo dijo con un tono de tristeza.

- Es lo normal, algunos no siguieron jugando, otros viajaron, perder el contacto no es de sorprenderse.

- Si, tienes razón.

- ¿verás a ese niño Nirai hoy?

- Eso creo, mis padres estaban con él ayer.

- oh, por eso te quedaste aquí.- Kazemaru sonrió avergonzado al ver que Akio dio en el clavo.

- Digamos que no quería quedarme solo en casa, perdón. Aunque también quería verte.

Fudou no le iba a dar importancia a su comentario, hasta que dijo aquello último, casi escupe su jugo.- Ya-ya veo.- se atrevió a decir sin dedicarle una mirada, pero Kazemaru sonrió ante su graciosa reacción.

- Pero debo irme pronto, además ya estas mejor.

- Si, no te preocupes. Seguro que Nirai también quiere conocerte.

- Espero que sí.- sonreía encantado por la idea.- Y espero agradarle.

- Ya verás que si.-

- ¿...crees que soy agradable?- Fudou casi escupe su jugo por segunda vez en tan pocos minutos.

- Yo no he dicho eso.

- Perdón, fueron imaginaciones mías.- accedió a él, le bastaba ver el rostro avergonzado de Akio como respuesta.

Al final, luego de lavar lo que usaron para el desayuno, terminó por abandonar el hogar de Fudou. Akio insistió que le quería acompañar a la estación, pero el de largos cabellos se negó. Le dijo que debía descansar para no recaer de nuevo, si no lo quería en su casa otra vez cuidandolo. Fudou rió ante ello, aunque por dentro pensaba que no estaría tan mal.

Finalmente Fudou se quedó solo, sin nada más que hacer, era fin de semana, día libre. Ayer no había ido a trabajar por estar enfermo y hoy no había trabajo. Al parecer sería un día tranquilo para él.

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Atravesó las puertas de su casa aquella mañana, sus padres estaban allí, pero el pequeño a quien realmente quería conocer, no lo estaba.

- Podrías anunciar que llegaste.- Su padre se sorprendió al verlo, mirando la sala de un lado al otro, como buscando algo, mas bien a alguien.

- Perdón, creo que debo acostumbrarme de nuevo a ello.- le indicó él.

- Cariño, Ichirouta ya está aquí.- el morocho solo le sonrió con gentileza, para luego gritar en dirección de las escaleras, enseguida volteo nuevamente a ver a su hijo mayor.- Queremos llevarte a un lugar.

El de largos cabellos turquesas le observo algo sorprendido- ¿eh? ¿Con Nirai?- por su tono de voz, se oía realmente ilusionado.

- No, lo de Nirai tendrá que esperar. Tus abuelos se fueron de viaje ayer en la tarde, a las afueras de la ciudad. Nirai ama mucho el campo y no pudimos decirle que no fuera. Además, hace un año que ya no íbamos.

- Entiendo…- sonaba bastante decepcionado.

- Pero, solo fueron por un par de días, mañana estarán de regreso, y lo dejarán aquí directamente.

- oh, pero mañana tengo la reunión con los demás, y podré ver a Kidou y a los otros finalmente.- le dijo preocupado.

- Bueno, cuando regreses, será como una sorpresa.

- Una sorpresa que ya sabré cual será.- bromeo él, su padre rió también.

En ese instante la rubia bajó las escaleras.- Hijo ¿Qué tal está tu amigo?- ella fue directo hacia él, colocando ambas manos en las mejillas del contrario.- No parece que te hubieses contagiado.- le decía con alivio.

- Claro que no, y Fudou esta muy bien.

- Porque no vamos entonces. Luego podemos comer en algún lugar.

- ¿A dónde vamos?- el más joven se mostraba confundido, no sabía a donde irían, todo parecía demasiado improvisado.

- Vamos a hacer una visita un poco adelantada, tú no te preocupes, seguramente lo sabrás cuando lleguemos allí.- le dijo con mucha confianza su madre. Se acomodo uno de sus largos mechones rubio tras su oreja y jalo con suavidad de su hijo para que fueran al auto.

El viaje fue tranquilo y feliz, había un poco de tráfico, pero la espera se hacía amena gracias a las anécdotas que contaba Yumiko acerca de lo que había hecho cuando él no estuvo. Había obtenido un ascenso en la empresa donde estaba trabajando, pero luego tuvo que dejarlo ya que era muy exigente y ella se había embarazado. Le había dicho que había sido un embarazo bastante delicado, pero que no tuvo muchas complicaciones en el parto, gracias a la tecnología actual.

Al final, llegaron a su destino, su padre aparcó y la familia bajó del automóvil. El más joven se dio cuenta que estaban en un cementerio.

- No me digan… que… es mi…

- No, no, no.- negó la mujer.- Es verdad que hicimos una ceremonia simbólica, pero nunca llegamos hasta aquí y me alegro que no lo hayamos hecho.- sonrió con alivio y sin pesar alguno.

- Aquí están las flores, los girasoles son sus favoritas.- Eichiro había sacado un ramo de girasoles del auto, las cuales había dejado en la parte de atrás. Se las tendió a su hijo, quien las tomó con algo de duda, su padre esperaba algo al parecer, pero él solo pudo asentir con algo de nervios.

- ¿Me estoy perdiendo algo, verdad?- preguntó él. Ambos adultos se miraron.

- No te preocupes si no recuerdas, ya nos habían dicho que no todo volvería, así que no te frustres.- eran las cálidas y consoladoras palabras de su madre. El más joven sonrió tenuemente, pero frunció levemente el ceño.

- El hecho de estar perdiéndome algo importante, no me está gustando.- le hizo saber a sus padres, mientras caminaban hacia el lugar, él solo los seguía.- Lo lamento, papá… mamá.

- Esta bien, ya te dijo tu madre que no es necesario que te sientas mal, seguro todo tomará su lugar en tu mente con el tiempo.

El peliturquesa asintió ante las palabras de su padre, sin mucha confianza, pero decidió ser paciente, solo por ellos.- Supongo que solo debo tranquilizarme, tal como dicen ustedes.- Caminaron entre las lápidas, habían bastantes, apenas si se notaba algo de pasto entre ellas, pero era todo muy tranquilo y muy limpio, hasta se podría decir que silencioso, porque todos iban allí con respeto, y ellos no eran la excepción.

- Aquí es.- le indicó su madre, deteniéndose frente a una de las tumbas. Le hizo una seña para que la viera y ella se quedó a un lado, dejando el espacio libre a su hijo.

El joven observó a su madre y luego la tumba, no había nada en especial en ella, era como las otras tumbas. Pero algo le decía que era importante, bastaba ver como su madre le observaba. Volteo a ver a su padre quien solo le sonrió dulce y comprensivamente, le devolvió la sonrisa, aunque un poco nervioso.

Nuevamente volvió a observar la lápida, esta vez con más atención, para leer el nombre de quien le pertenecía.- Nagaoka Himeko… es tu apellido de soltera, madre.- la rubia asintió.- Entonces es familiar tuyo, mas bien nuestro.- se quedó pensando un momento, frunció el ceño como intentando recordar a la fuerza.

- Esta bien, no te presiones.- le habló con dulzura. Le quitó el ramo de girasoles con gentileza y las puso sobre aquella tumba.- Era una tradición venir cada año, el día de su fallecimiento. Es mi hermana menor, murió hace 24 años…- le indico.- Desde pequeño te traía aquí a verla ¿sabes?

- Perdón por no recordar a alguien tan importante para tí, madre.- se disculpó verdaderamente arrepentido, incluso parecía que sus ojos se cristalizaban. Su madre negó con la cabeza.

- No importa, porque lo que importa es que hayas vuelto y estés aquí vivo, Himeko seguro esta feliz.- puso su mano en el hombro de su hijo, para darle apoyo y consolarlo.- No estoy molesta, asi que tranquilo.

- ¿Hoy se cumplen esos 24 años?- la mujer negó con la cabeza.

- Quise traerte porque quería decirle a Himeko que habías regresado, pero todavía falta para su aniversario.

- Espero que para ese entonces, pueda recordar todo eso.- le dijo decidido, como si fuera una competencia, una que no quería perder.

- Aún si no lo haces, estoy feliz de que estés de vuelta, ambos lo estamos.- dijo observando a su esposo.- Los tres, porque se que Himeko también lo está, a ella le hubiese gustado mucho verte crecer, era mi única hermana después de todo.

El de cabellos turquesas sonrió, limpiándose una lágrima que escapaba de sus ojos- Gracias por todo.-

- No tienes que agradecer, hijo.- ahora le hablaba su padre, quien se acercó y puso una mano sobre el hombro del más joven, los tres se sonrieron en ese instante.

Luego de hacer unas oraciones frente a la tumba, decidieron que era hora de marcharse, Eichiro enseguida dijo que les invitaría a almorzar algo delicioso, esperando que para la próxima oportunidad Nirai se les uniera.

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Así que allí estaba, literalmente obligado a ir al parque, quien lo diría. De verdad hubiese preferido enfermarse o algo ¿Por qué Fudou no pudo contagiarle algo? Quizás así, hubiese tenido una buena excusa y Hideki no lo hubiese enviado a divertirse. No creía que fuera el momento, no podía estar divirtiéndose mientras Hideki trabajaba. Aunque, él también estaba allí para cumplir su propia tarea.

Así que mientras Hideki intentaba ver que hacia aquella persona, él comenzaría por aquí con sus amigos. Tal como había hablado con Hideki: una posible "despedida" era lo que haría.

Dejó escapar un suspiro, mientras esperaba a sus amigos, aunque no tuvo que esperar mucho, cuando Taiki apareció.

- Disculpa la tardanza.- el de cabellos naranjas vestía zapatillas, pantalón corto y ancho, con bolsillos a los costados, de un color oscuro y una playera de un suave color rojo, que era cubierta por una delgada chaqueta sin mangas, del mismo color que su pantalón.

- No te preocupes, no hace mucho que llegue.- Kazemaru vestía con ropa liviana también, solo unos simples pantalones color caqui y una playera de mangas cortas de un color azul marino, también lucía un calzado deportivo, pero a diferencia de Taiki que era un calzado blanco, el de Kazemaru era negro.

- Masaru dijo que estaba cerca.-

- Buenos días.- un saludo los asusto a ambos, no se habían dado cuenta que el superior había llegado y estaba justo frente a ellos.

- Superior Sameshima.- exclamaron ambos. Como siempre su mirada era neutra, vestía de colores oscuros, a excepción de su playera blanca, que tenía el logo de la marca en color rojo justo sobre su pecho. Usaba incluso una chaqueta de mangas largas negra, e incluso sus zapatillas eran oscuras.

- Veo que faltan dos.- Sameshima observó el sector, se supone que se reunirían en la entrada del parque. Justamente había bancas para sentarse, pero todas estaban ocupadas, así que simplemente estaban de pie en un sector visible. A pocos metros de ellos, estaba la entrada al parque, que les daba la bienvenida, donde ya había mucha gente entrando. Además, el lugar tenía una hermosa vista de la playa desde donde estaban. Si, el parque estaba justo a un lado de la playa.

Todos debían levantarse temprano para tomar el tren, para que así la hora alta no les retrasará, y claramente todos lo hicieron, excepto uno. Porque, minutos después de que llegó Sameshima, Masaru se presentaba, con pantalones cortos hasta sus rodillas, de un suave color verde, playera oscura de mangas largas, además de las típicas zapatillas deportivas blancas. Masaru llevaba además, un bolso que cruzaba su pecho, era pequeño y traía algunas pocas cosas allí.

- No me digan, falta Kiyoshi.- fue el saludo que les dio a los presentes. Los otros restantes asintieron, no paso ni un segundo para que el peliverde sacará su teléfono y marcará un número.- ¡¿DONDE ESTAS IDIOTA?!

Kazemaru se quedó en silencio, al igual que los otros dos, mirando con algo de pena como Masaru le gritaba al teléfono.

- Creo que Kiyoshi nunca cambiará.- suspiro Taiki.

- Me sorprende la energía de Masaru.- comentaba Sameshima.

- eh… si.- Kazemaru sonrió nervioso.

Poco rato después Masaru colgó, murmurando cosas ininteligibles, para luego dirigirse con más calma a los demás.- Aún está en el tren, y por lo que alcance a entender, le tomará una hora llegar hasta aquí, y se disculpa por llegar tarde, pero yo no lo perdonaría.

- ¿Qué hacemos?- preguntó Kazemaru.

- ¿Qué tal si damos un paseo por la playa?- propuso Taiki, a su lado Sameshima asintió ante su idea. Kazemaru sonrió y Masaru solo menciono algo de que golpearía a Kiyoshi cuando llegará.

Caminaron entonces hasta el sector de la playa, que no estaba muy lejos, incluso podían distinguir las olas desde donde estaban, a los bañistas y los surfistas. Kazemaru esperaba que Hideki estuviera bien, incluso observó su teléfono para asegurarse si Hideki (o alguno de sus amigos) le había enviado un mensaje, pero no tenía nada.

- Kazemiya apresúrate.- estaba tan ensimismado en sus pensamientos y preocupaciones, que Masaru tuvo que llamarlo, ya que se habían adelantado y él no lo había notado. No tuvo más opción que seguir el ritmo de los demás por el momento.

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Continuara.

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Notas finales:

Próximo Capitulo: Cambios

Hago mención especial a foolunderthestars (es el nombre de su tumblr), quien ha hecho mucho dibujos del Kazemaru de este fic, aunque no solo del fic. Es excelente en lo que hace, y sus dibujos son muy bonitos y detallistas. Me encanta su estilo. De verdad, gracias por tus dibujos!

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YEEEEPA Gente! XD Con este capitulo doy por cerrada las votaciones para elegir a la pareja de Kaze, dejando a Fudou como el ganador. Así que celebren nenes!

¿Qué les pareció el capitulo?

¿Alguna parte favorita que nombrar?

¿Esperaban más de cierta escena con Fudou? eeeeh?

¿Algún otro comentario? ¿Teorías?

Pueden dejarlos en la cajita de comentarios!

El siguiente capitulo estará lleno de cambios(?), y quizás haga aparición Kidou y Hideki, que deje muy abandonada su 'relación', que se que hay gente que los shippea. Además obviamente estará la parte del parque de diversiones, donde se viene la escena más esperada por... mí :u o quizás la cambie xD La verdad no lo sé, lo meditaré.

Y ya esta nenes :D Espero que tengan un buen día/tarde/noche. No olviden comentar, que es gratis!


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