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Matrimonio por conveniencia por lilihunter

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Notas del capitulo:

en realidad este cap, deberia ser publicado hasta la proxima semana, pero no me resisti..

espero que lo disfruten.

ya lei sus comentarios y necesito aclarar algo con ustedes.

NOOOOO escribire itadei, ni saigaa, ni alguna otra incuerencia que se me ocurra, bueno incuerencia si, pero de esas parejas no.

lo aseguro, lo afirmo, solo seran los sexys uchiha's por naruto.

 

ahora si, disfruten de la lectura, por que escribi demasiado.. jajajaj

Al fin era de día, era su día prometido, comenzaba una nueva vida fuera de la mansión, estaba impaciente aunque en su rostro solo reflejaba seriedad absoluta.

Vistió el uniforme característico de la empresa, calcetines negros, zapatos negros bien lustrados, pantalón negro, cinturón negro con una hebilla plateada con un diseño elegante marcando el símbolo de Uchiha, una playera color gris, y encima de esta, camisa blanca manga larga y no podía faltar su saco de color negro sin corbata.

Miro su reflejo antes de bajar, solo ladeo una mueca en su rostro figurando que le agradaba como lucia, faltaba el toque peculiar de su fragancia varonil, todo listo, un rápido vistazo y bajo.

El camino fue algo incómodo puesto que no podría expresar lo que sentía en esos momentos, no mientras su hermano y el tonto de su primo estuvieran a la vista, admiraba casi embobado los grandes edificios, el ruido de los carros, lo curioso es que había un carril exclusivo en el que viajaban, ojala hubiese podido escuchar el ruido de algún pájaro, o mirar alguna chica, en realidad eso es lo que esperaba ver cuando se subió a la limosina, alguna chica caminando en la calle, su sorpresa fue , ninguna paso, ninguna caminaba, no había gente caminando, parecía la calle perfecta, solo autos, ningún auto iba a la par de su limosina, aunque estás estaban en otro carril, iban por muy detrás.

Al fin llegaron a la compañía, bajo con su peculiar porte, un enorme edificio, dudo en voltear hacia arriba, la tentación lo mataba, quería salir corriendo y expresar lo que sentía, entro, nadie miro hacia él, nadie le dijo bienvenido, algo no estaba bien, a lo mejor era porque su abuelo había muerto, todos estaban callados, los pocos que se cruzaban en su camino solo mostraban una reverencia y seguían su camino.

Había creído que la ceremonia era para presentarlo a él, no a su padre, él tenía que ser la estrella, se quedó sin refutar, solo sintió un codazo de su hermano.

—sasuke, compórtate.                              

Jamás le habían dicho algo así, compórtate, frunció su ceño, ¿Quién se creía itachi? ¿Él puede romper las reglas? Él se puede casar, Itachi, su hermano Mayor le tenía envidia, porque él podía ser feliz con una mujer, mientras que el, estaba destinado a morir virgen por siempre.

—sasuke acompáñame, te mostrare tu nueva oficina, espero que hayas leído el reglamento.

El solo asintió, su oficina quedaba en el área seis, dio un vistazo a su oficina, algo lúgubre para su gusto, no cabía duda, esa oficina tenía que haber sido de itachi, se sentó en su cómoda silla, seguido de esto entro un azabache pálido. Y le presento una hoja, la cual ni se molestó en leer, no era necesario, ya sabía que nadie debería hablar con nadie, según el reglamento nadie debería decirle a ningún trabajador lo que tenía que hacer, cada quien conocía su lugar y lo que debería hacer, se concentró en su computadora, abrió el programa entro con la contraseña que se le había designado y comenzó a trabajar, algo tan tonto y fatídico, solo miraba el reloj de la pared, quería salir  a desayunar, el necesitaba practicar su deporte favorito, baloncesto,  ya quería lucirse enfrente de todos, y ser admirado, aunque pensándolo bien, no había mujeres a las cuales seducir, y tampoco alguna para impresionar, pero alguno de ellos debería tener una hermana agraciada.

Tenía que establecer comunicación con alguno de ellos, en realidad el reglamento no prohibía convivir en el almuerzo ni a la hora de jugar baloncesto, tendría que empezar hacer amigos, el horror, tendría que dejar de lado su orgullo uchiha.

Las 3:00 pm, al fin, ya era la hora para salir a degustar sus sagrados alimentos, salió a paso rápido de la oficina, sería el primero en llegar a la cafetería, tomaría cualquier cosa, su estómago gruñía, no estaba acostumbrado a comer a tales horas, por lo general en la mansión desayunaba a las 7:00 am y su siguiente alimento era a las 1:00 pm y por ultimo a 8:00 pm, seria difícil acostumbrarse a semejante horario, no hubo desayuno, solo la segunda comida y dudaba que hubiera la tercera.

Grande fue su sorpresa, ninguna alma estaba en la cafetería, supuso que había llegado muy temprano, casi corrió, al menos no habría una larga fila cuando él estuviera, tomo todo lo que pudo en la bandeja de color rojo que había, busco un asiento y empezó a disfrutar tranquilamente su comida.

Los minutos pasaban y pasaban nadie había entrado aun a la cafetería, el almuerzo terminaba a las 4:30pm, pensaba que a las 3:30 ya debería estar llena, minutos más y su hermano se sentaba a su lado, solo con una simple taza de café, es ¿acaso nadie de su familia come?

—ya te acostumbraras a esto

Simple frase dio su hermano y se retiró, dejando la taza, no había visto a su padre, no puede ser que todos sean unos estirados incluyendo a su primo Barú, dieron las 4:30pm, soltó un quejido y se fue de nuevo a su oficina, no haría amigos si nadie había bajado a comer, ¿talvez hay mucho trabajo? Se cuestionó.

Al menos cuando regreso a su oficina, su asistente no estaba, genial, quizás bajo a comer, miro la pantalla del computador y prosiguió con su trabajo. Lo único bueno es que a las 6:00pm jugaría baloncesto.

 

.

Era incomodo trabajar con el de esa forma, solo miraba de reojo y se concentraba de nuevo en su trabajo, estuvo dando vueltas y vueltas al asunto, no sabía porque sentía tantos nervios, el solo era un simple empleado, el un uchiha, su apellido tenía más peso.

En esa oficina solo se escuchaba el sonido de los dedos en el teclado, nada más, ni un quejido, ni un silbido, ya habían pasado casi cuatro horas en la misma posición, con su anterior asistente no sucedía lo mismo, él podía ignorarlo olímpicamente, pero con este rubio, no imaginaba lo que pasaba, tal vez él podía romper la regla, total su hermano tenía derecho de casarse, talvez apoyaría a su hermano y él podía hablar con el rubio, talvez tener un amigo, alguien con quien platicar para variar, le había gustado la forma de tratar del rubio, alguien que rompía las reglas un Namikaze es lo que hacía falta a su vida.

Llego a esa conclusión no soportando más aquel ambiente, tan horrible si su hermano podía, el, definitivamente lo apoyaría, comenzaría hablar con el rubio, la cuestión era ¿de que hablaría con él? ¿Cuál sería la primera pregunta? ¿Por qué no me hablas? Pero en realidad ni hablaban, solo era una palabra, ahora ni eso podría soportar.

Decidido, se levantó de ese asiento, se ajustó su traje, y comenzó a caminar hasta su lugar, su pulso estaba decayendo, su vista se nublaba, algo se atoraba en su garganta, no pudo seguir caminando, algo había anclado sus pies a la alfombra de la oficina, su cabeza daba vuelta, sus parpados empezaban a estorbarle, algo pasaba en su cuerpo, talvez era adrenalina por querer romper las reglas, su cuerpo estaba experimentando sensaciones de malestar, no pudo más, algo pesaba sobre sus hombros, su pierna comenzó a flaquear, lo más probable es que le estuviera dando un infarto en ese momento, no pudo más y se desplomo.

Sentía una ligera brisa en su cara, debía estar imaginando algo así, sentía que alguien desajustaba su corbata y tocaba su cuello, algo se disparó en él, una sensación rara, pudo sentir por un breve instante un calor que emanaba de esos dedos que se atrevieron a tocarlo como queriendo adivinar su pulso, sus parpados aun pesaban, se incorporó lentamente como pudo.

¿Quién había sido la persona que removió esa sensación en él? Ese calor, ese contacto, deseaba más, no, más bien anhelaba sentirlo de nuevo, nadie antes había tocado su piel, había removido una fibra de su ser, ni su hermano, ni padre, ningún uchiha había sido tocado, salvo cuando eran pequeños.

Miro a la única persona que compartía su oficina ese instante, aquel rubio de ojos azules, su asistente, era el, que lentamente pasaba una de sus manos en su espalda, provocando que se erizaran los vellos de su cuerpo, solo se limitó acomodarse en el sillón que había en la oficina.

Un segundo en que momento había llegado al sillón, y además estaba acostado en él, seguramente se desmayó y el rubio lo cargo y acomodo, ese rubio se estaba propasando más de lo que debería.

— ¿estás bien?

Su voz, su dulce voz, volvía a escucharla, luego de casi 4 horas de soportar dicha tensión, al fin había dicho más de una palabra, una simple pregunta, no iba a ruinar lo que podía ser su único amigo, al fin un contacto con el mundo exterior, ciertamente parecía un bicho raro haciendo un amigo.

La tensión era casi palpable, no lograba tan siquiera responder esa pregunta que le habían echo, que tan difícil había sido en su vida contestar un simple “si”, su cuerpo comenzó a tener los mismos síntomas de hace un poco, era una tortura, se volvía a sentir mal, en unos segundos, ¿Dónde estaba su educación?

—será mejor que te recuestes de nuevo.

Hizo lo que su asistente le dijo, como niño chico cual enfermo esta, y su madre lo reconforta al menos así debería sentirse.

—mandare por tu padre.

De nuevo hablaba, no tenía una voz muy grave, en realidad le había hablado casi susurrando todo este tiempo, ¿Cómo sonaría su voz normal?, reacciono rápidamente, su cuerpo se movió por sí solo, fue un impulso cuando escucho la última palabra su “padre”, lo sujeto del brazo y lo jalo hacia él.

—no. Estoy bien, necesito unos minutos nada más.

Jamás había creído que él, pasaría hablar con alguien que no fuera de su familia, y la primera vez que habla, resulta que él está enfermo, al menos nunca le había contestado ningún saludo al rubio, solo contestaba en su cabeza.

No se había percatado que todavía tenía el brazo de su asistente a su entera disposición, solo miro sus ojos, ese azul profundo, ¿Cómo un chico podía tener ese color de ojos? podía estar por horas mirándolo, no se cansaría, sería como mirar al cielo, ese color de piel, el calor que emanaba de su cuerpo, algo andaba muy mal en el para pensar en ese tipo de cosas.

—de acuerdo.

Soltó su agarre, y sin más, impulsado por su tonto cerebro que al parecer no estaba funcionando correctamente se atrevió a seguir hablando.

— ¿Por qué no me hablaste? ¿Porque no me distes los buenos días? ¿Porque no silbaste? ¿Sucede algo? ¿Te incomodo como nuevo jefe? ¿Por qué no sonríes?

De acuerdo eso fue más de lo que tenía que haber cuestionado alguien en su vida, nunca antes hablo tan corridamente, expreso más de lo que debería, una persona normal hubiera cuestionado otras cosas ¿Qué me paso?¿cómo llegue aquí?¿por qué me hablas?¿por qué me tocaste? Esas eran las preguntas que debió haber formulado.

Mientras tanto su espectador quedo sin palabras, por única vez en su vida, Uzumaki Naruto la persona que hablaba más en su vida, quien no respetaba una regla, nunca le decía que no alguna apuesta, el Namikaze que se hacía notar por el más descarado de todos, el único miembro que arruinaba la reputación de la familia, le comió la lengua el ratón.

Pensando detenidamente lo que estaba pasando por su cerebro, ¿Cómo responder a las inquietudes de su ahora jefe? ¿Se supone que ellos no hablan? De haber sabido que ese muchacho era uno de los hijos del dueño, jamás le hubiera dirigido la palabra, el muchacho le empezaba a caer bien, para él, los Uchiha’s eran personas, pedantes, malolientes, que se hacían ricos acosta de los demás, tendría un serio problema, perdería la bendita apuesta con sus hermanos, él no podría respetar las reglas, se la pasaba hablando a la hora de la comida todo lo que podía, ni hablar de la hora del deporte, no podría mantener su boca cerrada, ya había fallado de por sí, chiflaba y hablaba, al menos podría cumplir con la apuesta, esto se estaba tornando interesante, si el Uchiha le hablaba era bueno para sus fines no lucrativos, cumpliría la apuesta y se lo restregaría en la cara a sus hermanos y amigos.

—discúlpame

Una simple palabra para responder todas las preguntas, se atrevería a jugar con fuego, no importaba, una puesta era una puesta y lo lograría, no había imaginado que su nueve jefe seria ese muchacho que le encubría los silbidos, el muchacho que se la pasaba espiándolo, claro la conclusión a la que llego, seguramente está enamorado de mí, sin querer había entablado una “amistad de complicidad” con él.

—me tomo por sorpresa que fueras uno de ellos.

Esas palabras acarreaban más dudas para el Uchiha presente, no quería perder ahora a su nuevo amigo “secreto”. Amigo impuesto por él, aun no lo preguntaba a su asistente si eran amigos.

— ¿te molesta mi apellido?                                

—  No. Me tomo por sorpresa que seas mi jefe.

—quiero que seas mi amigo.

Ahora si, al parecer en el desmayo, el oxígeno no llego a su cerebro, porque estaba experimentando lo de un niño de kínder, solo faltaría un caramelo para que sellaran su amistad o algún tonto pacto de sangre, donde jurarían eternamente que nada ni nadie se interpondría en su amistad, un nuevo nivel de estupidez estaba emanando de su cerebro y lo peor de todo no le importaba quedar como un reverendo idiota.

—claro, me encantaría.

Sínico, esa era la palabra, esta vez sabía de antemano que se iría al infierno y se quemaría por toda la eternidad, “amistad” verdadera con un uchiha, ni hablar, se lamentaba, tal vez si el chico no fuera uno de ellos, la amistad pudiese surgir.

—pero no puedes contarle a nadie de nuestro secreto.

Genial, ahora estaba elevando los niveles de idiotez que tenía en su cabeza, no contarle  a nadie de su pequeño secreto, se lo había sacado de la manga en el último momento. Está bien que su cerebro no haya recibido oxigeno por unos segundos, pero esto.

—claro, por el meñique hay que jurarlo, no se lo digas a tu papa.

Si itachi, hubiese tenido una educación diferente, seguramente haría caso omiso a tales palabras, “no se lo digas a tu papa” en lugar de alegarse inmediatamente del chico, el deseo de llevar la contra a las costumbres Uchiha’s fue su perdición

—trato hecho.

No hablaron más, cada quien se sumergió en el trabajo que tenían, el resto de la tarde paso sin más complicaciones para itachi, luego tendría que hablar con el médico de cabecera y explicarle los síntomas que experimento, talvez le diría que checara también su cerebro, probablemente se calló y golpeo su cabeza, su cerebro se inflamo y empezó a decir disparates.

Llego la hora establecida para el reglamento para ir a comer, necesitaba alimento, era una verdadera lástima que no pudiera comer con su amigo secreto, desafortunadamente el horario de comida eran variados tanto por los miembros de la familia y por los departamentos, cada asistente particular al menos tendría 1 hora para comer, solo eso 1 hora, naruto ¿podría aguantar tanto tiempo? Aun no conocía muchas cosas de su amigo secreto.

Bajo hasta  la cafetería, diviso a su hermano, solo como la soledad misma, el tonto de su hermanito no se acostumbraría fácilmente a esa forma de vida, se acercó a la barra y tomo un café, se dirigió al asiento de su hermano.

No conversó nada, se le fue el mínimo apetito que traía con solo ver a su hermano con múltiples alimentos, lo imaginaba, el pequeño sasuke no soportaría el horario de comida, según recordaba el horario de comida de los asistentes era de 4:00pm a 5:00 pm ¿naruto soportaría tanto tiempo sin comer? Anteriormente su comida era de 1:00pm a 2:00pm, era una gran diferencia, se levantó de inmediato de ese lugar.

Llevaría comida escondida a naruto, su asistente no moriría de hambre, talvez pudieran hasta comer juntos, ingreso sigilosamente a la cocina y cogió lo primero que encontró no sabía que le gustaría a su amigo, ¿dulce o salado? No importaba, llevo 2 de cada cosa que encontró.

La hora de comida se aproximaba, tendría que darse prisa, sin más guardo todo lo que había raptado de la cocina, como pudo camino a paso rápido, otra vez usaba el elevador, llego a su piso, volteo hacia los lados discretamente cual ladrón fuera, abrió su oficina y entro lo más rápido que sus piernas le permitieron.

Se sentía genial romper las reglas, toda su vida sumida en la monotonía, había echo realmente algo malo, robo comida de la cocina, para comer en su oficina y además con su asistente.

El mencionado, lo observo con cuidado, miro lo que había llevado ¿en verdad itachi uchiha había robado comida? Se estaba arrepintiendo de la apuesta, la mayor parte de su vida le habían instruido que los uchiha’s eran malos, que se creían los dueños del universo, pero este joven, hijo  mayor del jefe absoluto, le hablo, le miro, guardo su secreto, hasta le propuso ser amigos y encima de todo le traía comida, lo admitía su estómago gruñía desde hace horas, el nuevo cambio de alimentación traería consecuencias severas a su organismo.

Con detalle no perdía de vista cada alimento que itachi trago, inclusive estaba al borde del llanto, el hambre lo estaba matando, quería decirle lo amable que fue al traer alimento.

—gracias.

El aludido solo mostro una ligera sonrisa en su perfecto rostro, denotando la satisfacción que tenía, se percató que el chico comió la mayoría de las partes dulces, estaba conociendo a su mejor amigo, gustaba de cosas dulces y él era un salado. ¿Un salado y un dulce se llevarían bien? Una nueva intriga abarcaba sus pensamientos. Decidió acompañarlo tomando un trozo de pan blanco.

Era la primera vez que disfrutaba de una comida con alguien, aunque solo fuese un trozo de pan que había probado, pues su rubio amigo tenía un estomago bastante grande, él había comido demasiado despacio, o el susodicho realmente moría de hambre.

—este horario me sienta bastante mal.

La respuesta que emano de su boca respondió la intriga que se había plasmado, entendía esa preocupación por su amigo, tendría que bajar todos los días y robar comida de la cafetería y con cautela regresar a su oficina para que el rubio no muriera de hambre. El protegería a su amigo de todo y de todos inclusive si eso significaba llevarle la contra a su padre.

.

Llego la hora del deporte, al fin, luego de horas de aburrimiento, podría fingir que estaba trabajando, al menos miraría más personas, miro como todos salían de su celda de trabajo y se encaminaban cual robot fueran, todos en fila, inclusive sus familiares.

Luego de 10 minutos de caminata se rompió la formación de soldados, por una vez en su vida, estaba respirando el aire fresco, llego una persona con cabello negro bastante largo, en sus parpados estaban pintados de color morado, seguramente algún loco.

—ya saben lo que tienen que hacer.

Cada persona se fue por un rumbo diferente, el campo era enorme, diviso a lo lejos la palabra basquetbol, surgió una pequeña sonrisa en su rostro, demostraría lo que uchiha sasuke era capaz.

Entro al cuarto donde deberían cambiarse, por suerte para él, había un locker con su nombre, el único locker que figuraba, el único baño, donde él podría cambiarse, al menos poseía una distinción del grupo de perdedores.

Claro que no se había imaginado, que una vez adentro de los vestidores todos cambiaban su humor, hablaban, sonreían, hacían bromas, inclusive gritaban todo tan diferente a lo que había mirado esta mañana.

El contexto sobre todo y todos cambio, cuando miro a un rubio escandaloso, ojos azules, piel canela, y una inigualable sonrisa, en conclusión un perdedor más, pero por alguna curiosa razón no podía separar su mirada de ese tonto que se cambiaba sin ninguna vergüenza delante de él. Fue sacado de sus pensamientos cuanto escucho los murmullos acerca de su persona.

—ya viste, es otro uchiha, es el nuevo

—otro al que debemos soportar

—deberíamos darle la bienvenida al estilo del grupo.

—hay que hacerle la vida imposible como al Namikaze 

—no entiendo que hace ese imbécil aquí, ¿acaso su familia no es rica?

—de seguro es la vergüenza de la familia

Eso y muchas cosas más escucho sasuke acerca de su persona y el tal Namikaze, ¿Quién era esa persona? No le interesaba en lo absoluto, debería de empezar a socializar con otras personas, investigar si alguno tenía alguna buena hermana de grandes pechos, una mujer digna de admirar y de envidia, porque debería existir alguien así.

Formaron los equipos de baloncesto, para su mala suerte el otro equipo de basquetbol estaba otro integrante de la familia su hermano mayor y el estúpido de barú, sería interesante competir contra ellos, no sabía por qué estaba del lado contrario, pero demostraría que era mejor que el resto de los que figuraban en su propio equipo.

Comenzó la competencia, por su puesto él se adueñó del balón, hizo una jugada sola y como era de esperarse quedo en ridículo al mirar a itachi como le arrebato el balón con un simple movimiento, hubo comentarios de que era el mejor en cualquier disciplina.

—imbécil pásame el balón

Algún estúpido cretino estaba gritando a diestra y siniestra, hasta que por fin cayo en cuenta, que aquel imbécil, estúpido y tarado, era un miembro de su propio equipo, y le estaba molestando a él, ese infeliz se atrevió a insultarlo a él.

Su ira se disparó en instantes, perdió el control de su propio cuerpo, no podría arrebatarle el balón a su hermano, su cuerpo no coordinaba con la jugada, no estaba jugando en equipo y quedo en vergüenza absoluta.

—egoísta!, infeliz

El rubio con ayuda de sus compañeros de equipo pudieron acorralar al joven itachi, logrando naruto arrebatarle el balón. Sin haber hablado, habían expuesto con sus miradas que nadie le pasaría el balón al prepotente menor de los uchiha, algo nació de repente en los jugadores, el espíritu de competencia se había manifestado en ellos, no podían dejar que itachi ganara una pequeña competencia, a donde iba el joven itachi a jugar siempre lo dejaban ganar. Pero esta vez no sería así.

.

Era la primera vez que itachi figuraba en el equipo de baloncesto, obviamente se cambió de inmediato al mirar a su amigo que se adentraba a los vestidores de dicho deporte, cambio los papeles, él  había entrado esta vez al tenis, pero prefirió divertirse con su amigo, la suerte no estaba de su parte, creyó que haría equipo con él, no que terminaría compitiendo con él, ahora el problema sería, ¿qué pasaría si no dejaba ganar a su amigo? ¿Debería usar a barú?

Su estúpido hermano también estaba en ese equipo, el muy tonto imagino en su retorcido mundo que podía competir contra él, no era por presumir pero era demasiado bueno en cualquier deporte, simplemente evitaba el contacto con las demás personas, por eso siempre figuraba en el tenis, caminata y el ajedrez, aunque el ultimo no era considerado un deporte en sí.

Por otro lado competir con su rubio amigo, no había cruzado por su cerebro, que naruto pudiera ser tan competitivo, además del hecho que estaba insultando a su torpe hermano, era digno de escuchar los agravios que salían por la boca de su compañero.

Sin más, fue rodeado por naruto y sus demás camaradas de equipo, se la estaban poniendo difícil, en un ligero movimiento por parte del rubio, le fue arrebatado el balón, con una destreza increíble se apartó en un solo pestañeo, naruto se movía de un lugar a otro, había invadido el área, manejaba el balón como si fuese un profesional, pasaba el balón a sus compañeros, lo increíble de la situación es que miraba a sasuke todo sudoroso y corría de un lado a otro, intentando que uno de los miembros de su equipo le pasara el balón, era ignorado olímpicamente por los demás.

—imbécil, atrápala.

No reacciono a tiempo, el balón le había dado de lleno en la cabeza, su vista se nublo, al parecer el balonazo fue arrogado con mucha fuerza, un uchiha había sido golpeado, nada más y nada menos que por Uzumaki Naruto.

El juego había terminado, mientras él estaba recostado en una de las bancas de los vestidores, lentamente se recostó, sus compañeros estaban con él, le dedicaron una mirada asesina.

—perdimos por tu culpa, maldito egoísta.

Alguien le había dicho semejante cosa, no supo quién, aún estaba aturdido, no recordaba lo que había pasado, sentía un fuerte dolor en su cabeza, al parecer sus compañeros se habían dirigido a las duchas porque lo habían dejado completamente solo.

— ¿te encuentras bien?

—no sé qué fue lo que paso.

—uno de tus compañeros se apiado de ti, te paso el balón y no reaccionaste, te golpeo en la cabeza, te desmayaste, él te trajo aquí, perdieron el partido por que salió naruto, y bueno creo que tus compañeros están molestos. Naruto será sancionado por tomar ciertas libertades al cargarte y traerte aquí, nuestro padre está hablando seriamente con él.

— ¿naruto?

—mi asistente y amigo

— ¿tú tienes un amigo?

Grave error al decir que era su asistente, peor aún decir que era su amigo, ahora su hermano lo cuestionaría de todo, debería conservar la calma, averiguar primero lo que su padre estuviera hablando con el rubio, ¿Por qué la vida era tan cruel? Acababa de ser un amigo, y ahora su padre posiblemente le estuviera dando semejante sermón, talvez hasta lo despidió, maldición, metería las manos al fuego por él.

Si bien era cierto, que había roto una regla al cargar a sasuke como un costal de papas, él estaba herido, claro también fue culpa del rubio, pero su padre debería ser justo, naruto todavía se preocupó por sasuke, ¿Quién había sido el chismoso que fue por su padre? Lo averiguaría, a esa persona si merecía ser sancionada, movería cielo mar y tierra para dar con el culpable.

—sino hubieses sido tan egoísta, esto no estaría pasando.

Itachi no siguió con sus palabras pues el rubio sexi de ojos azules, estaba entrando en ese preciso instante, dejando a itachi con un semblante de preocupación, el rubio se miraba decaído, seguramente su padre lo había expulsado.

— ¿todo bien?

Por primera vez en su vida sasuke noto la preocupación en el rostro de su hermano mayor, ¿acaso itachi había tartamudeado?, ¿Qué significaba esa expresión en el rostro del mayor? ¿Tan importante era este naruto? Tendría que indagar si esa persona era alguna pieza de vital importancia para manipular a su hermano, tenía que hacer que su propio hermano lo apoyara, se valdría de naruto e incluso lo amenazaría con tal de lograr su objetivo.

Notas finales:

bueno me disculpo de los horrores de ortografia, espero que haya sido de su completo agrado, me gusta leer sus comentarios.

 

la proxima actualizacion de este fic sera hasta principios de marzo, pero como se que no me resistire mucho, talvez lo suba antes de que termine febrero.

me disculpo de nuevo, pero tambien comprendan que escribi mucho jajaja, bueno en mi opinion escribi demasiado..

este cap seria en 2 partes, pero no lo pude cortar.

 

mata ne.

 


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