Especial de T.V.
Lucius todavía veía a Sev como un amigo, por eso era difícil; por su parte el pocionista no solo amaba a Lucius, también le atraía físicamente. Las relaciones eran increíbles, ahora mismo se estiraba encantado, la sensación era deliciosa. Se movió un poco y apretó los ojos y los dientes una vez más.
Se encontraba recostado sobre la cama y boca arriba, con el mago mirando en su dirección y sentado de lleno en su pelvis quien tenía los pies estirados, Severus sujetaba cada tobillo con las manos a la altura de su cabeza de modo que obligaba al mago a permanecer en esa postura mientras disfrutaba de su dulce cavidad.
-¡Ah! ¡Se siente tan bien!- espero unos instantes, respirando agitadamente cuando su cuerpo se relajó lo miró. – Lucius ¡Tócate!, quiero que te vegas conmigo- Permaneció mirando embelesado al mago que lo miraba contrariado, es decir, Le estaba viendo todo ¿¡Y todavía quería espectáculo!?-Me estoy pasando ¿verdad?- por su expresión entendía que para el mago esa petición ya era de muy mal gusto, por supuesto Lucius provenía de una familia muy tradicionalista. – Lo siento- dijo tras una gran inspiración. Se quedó así asimilando las sensaciones en su cuerpo y exhaló encantado.- Bien, ya- le acomodó las piernas a sus costados y se incorporó lentamente hasta estar a su altura, en contrapartida el mago las dobló, sus ojos se encontraron y sus narices casi chocaban- Lo besó y lo abrazo. Lucius sujetaba su camisa para impedir que se abriera por la mitad mientras que con la otra mano masajeaba su pene erecto, del que Snape tenía plena vista en la otra posición. Severus se separó lento, le sacó un suspiro a Lucius y eso lo hizo feliz. Poco a poco lo recostó en la cama, sin salirse, para quedar arriba, con el mago recostado en la cama y siendo cubierto por su cuerpo, ahora no podía verle los genitales, pero si podía acariciarlos con la mano mientras le comía la boca.
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-Se siente tan bien dentro de ti- Reposaba a su lado, le besó el pecho, el mago estaba agotado. Lo siguió haciendo- ¿Te gustó? Dime, quiero saber. -Lucius asintió, pero lo cierto era que estaba un poco adolorido.
Severus lo supo, no quiso hacerle daño, por el contrario quería complacerlo. Quería quedarse allí, a su lado por siempre pero quería confortarlo. Se puso de pie y le dio un beso en la frente.
-Te traeré algo de beber-
Lucius sonrió.
Se preguntaba porqué se dejo convencer de hacerlo así, si se sentía bien pero era extraño. ¡Por supuesto era porque Sev no le había dado tiempo ni oportunidad de enseñarlo a hacerlo como quería y como le gustaba!
Severus llegaba con el vaso de agua y contestó a sus pensamientos.
-Eso es porque no pudiste adiestrarme como a tus demás parejas. –
Lucius se rió, él no era un monstruo ni nada… pero si admitía que lo hizo un poquito.
Luego reaccionó.
-¡Perdón! ¿Soy tan obvio? ¡No fue mi intención ofenderte!- Severus se alarmó ¡¡Qué imbécil!! ¿Porqué le leyó la mente? ¡No debía invadir así la privacidad de Lucius!
-¡Digo! ¡Quiero decir!...- Pero el rubio continuó.
-¡Pero si lo sabes!, ¡Entonces haz lo que digo! -
¡¿Qué?!
-No, y sabes, yo te amo más que ellos, soy más especial porque yo sí seré sincero, no te diré lo que quieres oír. No me rendiré a tu manipulación, y vas a odiarme pero sé que terminarás amándome sin remedio. – Severus le tomó la mano y se la beso. Lucius estaba molesto, le hablaba duro, pero claro era su típica grosera honestidad de siempre. Sintió que Severus deseaba con todo su ser ese desenlace, que terminara queriéndolo sin remedio. ¿Por qué creía que no era así?
-Yo ya te quiero.
-Sí pero también quiero que me quieras como amante, ser mejor amigo ya me agotó mucho. Los sentimientos son los mismos o más fuertes pero el corazón se erosiona, las citas han sido maravillosas y divertidas, el sexo… fui muy feliz la primera vez, pero ahora me duele que tras tres meses no hayamos tenido más que tres encuentros. Eres tan apasionado Lucius ¿Por qué no puedes darme de esa pasión? Escucharte hablar de Lupin todo el tiempo, de sus juegos en la oficina- desvió la mirada, agobiado le dio la espalda.
-Yo no…
-No es tu culpa, nunca supiste. Yo tengo la culpa, por tomarme tu amistad como un rechazo llenó de desprecio, me resigné, pero tampoco busque amor en otro lado, a estas alturas para mí no tenía sentido, habría sido una relación insípida, a quien quiero es a ti. Correspóndeme por favor. – Lucius asintió, nunca se imaginó a Severus diciendo tales cosas.
-Lo haré- Se acercó y posó su mano en su hombro, el mago dio la vuelta y lo estrechó en sus brazos, lo besó y Lucius correspondió. Le acarició la cabeza.- Calma Sev- El moreno no quería parecer patético, pero estaba cansado, ya sabía que la razón era que sencillamente no le atraía a Lucius. Por su parte el mago pensaba que si bien se sentía un poco cohibido a la hora de estar a solas con Severus, creía que era porque lo respetaba y siempre era vergonzoso, y que Sev se sintiera así, tan ganoso seguro era por urgido, es decir si Severus había estado reprimiéndose todo ese tiempo como había dicho, casi veinte años o más, era comprensible que tuviera tanta necesidad, solo contaba con su mano y revistas, era un cerdo y desadaptado que no quería tener citas y solo follar. Solo quedaba la duda de si ser partícipe de su depravación. –Sabes que Sev, pienso que tienes un poco de razón, debes sentir que no me gustas o algo pero eso es porque eres un depravado, está bien, intentaré llevarte el paso.- Lo estrecho fuerte.
-¿Qué? ¡No!- ¡Eso no era cierto! ¿O sí?, si Lucius lo decía entonces. ¿Estaba sobreactuando? Pero el abrazo de Lucius lo distrajo y correspondió muy contento al mismo.
No lo sabían pero en unas horas habría un segundo round.
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Lucius despertó adolorido. ¡Ese Sev! Le dijo que lento y el infeliz se lo clavo rápido y bien duro. De verdad que le urgía. Se incorporó lento y se acaricio el cuello, bostezo. Pasaría la noche con Sev, Narcisa había ido a casa de sus padres y con Draco en la escuela no había nadie en casa. Se incorporó y vistió la ropa interior, se puso la bata de Sev y deambulo por la casa buscándolo.
-¿Sev?-
No estaba, regreso al dormitorio y allí en la cómoda la nota que no había visto.
“Fui a comprar unas cosas, ya regreso”
Lucius bostezo aún más. Entonces estaba solo. Se dirigió a la sala y se sentó en el sillón, sin darse cuenta se sentó en el control remoto.
Brincó cuando el televisor se encendió y la comentarista del canal de noticias daba lo últimos informes.
-Estúpido retrato me asustaste-
El caso es que sostuvo una acalorada disputa con el “retrato” que no entendía que debía callarse.
Hasta que finalmente probo con la varita intentando silenciarlo en vano.
-Finite in cantatem. Mmmnn Debe ser un espejo mágico- Lo inspeccionó de cerca pero la estática en sus dedos lo hizo gritar y limpiarse las manos sobre la ropa como si hubiera agarrado algo pegajoso.
-Y ahora continuamos con nuestra programación...
-¿Por qué no mejor recreas algo más agradable? ¿Qué diablos? Estúpidos muggles en un estúpido hotel, sí, sí...
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Minutos más tarde.
-¡Sal de allí hay un asesino! ¡Mujer corre! ¡No seas estúpida!-
-Lucius♥ regrese.
-¡AAAAAAHHHHHHHHHHHHH!-
Lucius respiro boqueando intentando recuperar el aliento. Se llevo una mano al pecho, mirando a Severus que volvía de hacer unas compras, vestía al estilo muggle.
-¡SEV CASI ME MATAS! –
-Lo siento aunque no entiendo porqué. – Severus miro el televisor encendido.
-Oh, eso, me senté y tu …........................ ahmm eso....
-Es un televisor- Severus se sentó a un lado. Y vio la escena donde la protagonista entraba a la casa del homicida.
-¡Hay no esa tonta! ¡Hay un loco Sev y anda suelto!
-Es ficción, tranquilízate.- Se dejo caer contra el. Miraron el final de la película. Severus lo abrazó para protegerlo de nada, tal vez solo del miedo.
-Ahora seguimos con…
-¿Qué diablos nunca para?
-No, sigue así por horas, ya muy noche solo hay propaganda para venta de artículos.
-Que miedo, ¿Quién quiere algo así?
-A los muggle les gusta mucho. No todo es de terror, hay noticias, clases de cocina, tele… digo novelas, ópera, de todo.
-Ah.
-Yo no sé, es entretenido pero me molesta que para mi padre fuera más interesante que yo. –
Lucius lo abrazo.
-Ninguna caja es más interesante que tú-
-Gracias Lucius- correspondió al abrazo y lo estrecho fuerte.
Este tipo de situaciones eran tan curiosas, era un mago pero también era muggle, o al menos fue muggle, en su infancia no sintió pertenecer a ninguno de los dos mundos, al menos en su vida adulta juraba y perjuraba ser mago, solo le fallaba el lugar donde vivía, si tenía electricidad era porque los chismosos vecinos notaron cuando no le llegaba el recibo de la luz. La luz y la electricidad, y se quedó con el televisor. Cuando era niño, en vez de comprar un nuevo caldero o ampliar la chimenea lo primero que su padre compró fue el televisor y a eso le siguió el reproductor de casetes VHS. Aun conservaba algunos de los filmes de su padre.
Cenaron y los dos se fueron a la cama para descansar.
-Sev…
-mmm
-¿Estás despierto?
-mmffff
-Oye y si es ficción, ¿Por qué murió esa gente?
-Eran actores y fingieron su muerte.
-Ah.
-..mmnn… aunque creo que la historia se basa en un hecho real.
-¡No, no es cierto!
-Sí y creo que la película esta maldita porque los actores que participaron murieron de forma violenta meses después.
-¡Sev! ¿Qué vamos a hacer?
-Tranquilo ya te dije que es ficción, vamos duérmete- Lucius se durmió no sin antes exigir un abrazo de Severus el cual el moreno otorgó felizmente.