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Profesor al descubierto. por SigmaIII

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Notas del capitulo:

Hola, en este cap pongo las cosas del lado de Lucius y luego ¡UNA CITA DESASTROZA! con un final ¿Cachondo? 

;)

 

-¡¡¡NNNNNNNNNNOOOOOOOOOOOO!!! ¡¡¡Y NOOOOOOO!!!

-¡Mocoso malagradecido harás lo que te digo y punto!- Lucius se cruzó de brazos sin bajar la mirada mientras su madre le regresaba una igual de intensa y fría. -¿Entendido?-

Lucius no dijo nada, entonces Abraxas entró en acción se sentó en la cama junto a su hijo y lo abrazo mientras frotaba su mejilla contra el pómulo de su adoración.

-Yo creo que Lucius todavía está muy chico para casarse.

-Abraxas, estoy hablando- A pesar del terrible escalofrío que recorrió la espalda del hombre este siguió abrazando mimosamente a su pequeño y se dirigió a su esposa.

-Solo pienso que es demasiado pronto para que Lucius se casé, ni siquiera hemos iniciado la selección de pretendientes.

-No es necesario, ya tengo una apropiada lista de nombres.

-Por favor querida ¿De verdad quieres que tu único hijo se case con cualquiera?, al menos deberíamos hacer una búsqueda minuciosa, no me gustaría que mi hijo terminara atado a una persona poco digna de él- Ella concordaba pero ya era el momento de plantear la situación, (según ella) ya que en dos años Lucius se graduaría y no era bien visto que un joven mago de la clase a la que pertenecían permanecería soltero demasiado tiempo, no quería que tacharan de solterón juerguista a su hijo. De modo que como todo buen hombre de buena familia de magos lo propicio era una boda con una bruja sangre limpia de buena familia, porque había las brujas (en toda la extensión de la palabra) ¡Que tenían la osadía de casarse con mestizos! ¡Eh incluso los… no, ni siquiera podía pensarlo! 

-Por supuesto la prometida de Lucius debe ser digna, y no me molestaría que de una clase adecuada.- (Oséase con money)- El jovencito en cuestión hizo un puchero. Abraxas lo soltó tras un beso en la mejilla y se acomodó para hablar con su esposa.

Aunado al síndrome de “nido vacío” y que no tenía nada que hacer la mujer cursaba por ese periodo en el que su mente urgentemente le exigía jugar con la vida y futuro de su hijo como le diera su mentada voluntad. Aun así, Abraxas consiguió apaciguar brevemente al dragón que se cargaba por esposa y tras unos diálogos más la convenció de posponer el asunto al menos hasta que Lucius rondara por la mayoría de edad, pero antes de dar el tema por saldado un último comentario.

-Hijo mío, mi querido Lucius, ya tienes edad suficiente para entender lo que se espera de ti. Edad para entender tus obligaciones, no hay necesidad de recordártelo. Sé un buen hijo, no me hagas lanzarte un imperius, es mejor hacer las cosas bien.

-¡Yo, yo ya tengo mi novio! ¡Y me voy a casar con él cuando acabemos la escuela!

-Lucius todos aquí sabemos que eso no va a pasar. Puedes tener los novios que quieras pero eventualmente se hará lo que se tenga que hacer y hay modos para que eso pase. –

Al salir cerraron la puerta tras de sí y tras unos minutos Lucius se echó a llorar.

Estaba tan feliz porque ser vería con Remus en una cita y sus padres echaron a perder el día.

 

El día de la cita.

 

-¡¡MI AMOR!!

-¡Lucius!-

Lucius corrió hasta Remus, lo abrazo efusivamente y lo beso en la mejilla. El sonido resultante fue bastante fuerte.

“CCCHHHHUUUUUUUUU”

-¡Osito te extrañe tanto! ¿Me extrañaste? Porque yo te extrañe mucho- Remus no tuvo suficiente tiempo para contestar, estaba siendo estrujado por Lucius en un fuerte abrazo.

-..ssii- dijo con el poco aire que llegaba a sus pulmones.

El pequeño encuentro era divisado de lejos por los padres de Remus con quien habían acordado que lo dejarían en el callejón Diagon mientras ellos hacían unas compras y lo verían más tarde. Ella al borde del llanto tenía su pañuelo a la mano. Por su lado el hombre tenía sentimientos ambivalentes por un lado feliz por su hijo, orgulloso pero también estaba angustiado, sabía que los Malfoy tenían una reputación de temer y si bien ese chico Lucius por la manera tan efusiva en la que se saludo con su hijo parecía inofensivo tenía sus dudas, convenció a su esposa de marcharse, ella realmente quería conocer a Lucius pero Lyall supo que no era buena idea.

Lucius tomo de la mano a Remus y se lo llevo consigo.

-¿Lucius?

-¿Sí mi amor?   

-Te quiero.

-mpphh ^^ y yo a ti. -

Tal y como lo había imaginado su cita fue de ensueño, pasearon de la mano para recorrer las tiendas, tuvieron el almuerzo con una copa de helado para compartir y encontraron una banca donde sentarse frente a una fuente y aun con las manos estrechadas Remus inspiró mucho aire y se inclinó brevemente hacia el frunciendo los labios. Lucius correspondió al beso. Entonces repentinamente fueron apartados uno del otro por una fuerza sobrenatural difícil de distinguir, causando un sonoro ruido “CHHUUUUU” y derramamiento de saliva por ambas partes, hasta estar cada uno hasta el otro extremo de la banca, a Remus le ardieron las nalgas por la fricción contra la madera.

-Mis más sinceras disculpas amo Lucius pero la ama fue muy clara en cuanto lo que tiene y no permitido hacer en esta cita.

-¡¡DOBBY!! – Gritó Lucius lleno de exasperación al elfo doméstico que se encontraba frente a ellos. - ¡¿Me has estado espiando?!

-Por indicación de sus padres- contestó con su voz chillona.

Lucius pataleo y apretó los puños exasperado.

-¡LAARGGGGOOOOOOOOO!

-Me temo que no puedo marcharme, su madre me ha encomendado la tarea de vigilarle pero si lo hace sentir más cómodo puedo volverme invisible.

-¡NO DOBBY! ¡NO VAS A VOLVERTE INVISIBLE! ¡TE VAS A IR DE REGRESO A LA CASA Y BUSCARAS ALGO QUE HACER!

-Me temo que no puedo hacer eso. No cuando su madre me ha dado la orden de seguirle y asegurarme de que no haga nada vergonzoso, no cuando esta en vísperas de su compromiso.

-¿Compromiso? ¿Qué compromiso? ¿Prometerte tú? ¿Cómo qué comprometerte? – preguntó todo asustado el lobito.

-No es nada, solo una estupidez. ¡Y tu elfo idiota debería aprender a mantener tu bocota cerrada! – Lucius se puso de pie y obligó a Remus a seguirlo tirando de su ropa.

-Vámonos-

Por supuesto el pequeño elfo los siguió de cerca.

-Todo ha sido muy romántico- dijo Remus sonrojado, y tomo de la mano a Lucius mirando sobre su hombro para corroborar que el elfo no intentaría nada- aunque pensar que hemos sido espiados desde el inicio del día es escalofriante.

-Estúpido- fue la única contestación de Lucius.

-¿Vas a cortarme? – preguntó triste Remus.

-No seas absurdo, tu eres mi novio y lo serás indefinidamente es solo una idea de mis padres, después de todo soy su primogénito.

-¿Sí pero es muy pronto no lo crees?

-Remus, yo sé perfectamente que es muy pronto, pero a veces lo que yo piense no importa, ya veré como resolver esta situación, mientras tanto tu labor es consentirme.

-Claro. Lucius me gustas.

 -Y tú a mí amorcito. ¡Mira allí esta Knockturn! – Lucius lo condujo en dirección al tenebroso pasillo.

-¡No lucius no deberíamos ir allí!

-Asshh yo vengo aquí todo el tiempo Osito.

-Lucius nos meteremos en problemas

-No seas aguafiestas, además si algo pasa culparemos a Dobby.

-¡Lucius!

-Mira seguro encontramos algo útil para ti en Borgin y Burkes.

-¡NO! ¡No! ¡No!- dijo lleno de miedo, pero de algún lado Lucius siempre sacaba esa fuerza sobrenatural que enganchaba bien la mano de Remus y prácticamente lo hacía correr tras el para no quedarse sin mano.

-Igual y encontramos algún chico de nuestra edad con el que puedas hablar, para que sean amigos ya sabes que también sea Lican… nnnmmnn……-

Remus lo alcanzo y le tapó la boca violentamente, el impulso lo hizo dar contra el muro próximo. Lucius tembló de miedo y sorpresa por el exabrupto. Remus respiró agitadamente pero entonces reacciono y quito su mano de encima.

-¡Perdón! ¡Yo no debí hacerlo! ¡Lo siento!

-Ahmm- Los ojos de Lucius se humedecieron.

-¡Lucius perdóname! – dijo nervioso posando sus manos en sus hombros.

Dobby se acercó y se interpuso entre él y el peli plateado.

-¿Amo desea que lo dañe?- Lucius negó estaba sumamente sorprendido por la agresividad de Remus nunca se había comportado así y menos con él.

–¡Lucius!-  

-Rem yo no tengo porque soportar esto de ti- Se apartó.

-Dobby vámonos.

-A su orden- El elfo doméstico tomo el brazo de Malfoy y desaparecieron.

............. 

Hoppe sentía mariposas en el estómago no podía relajarse por la emoción. Ella y su esposo almorzaban en el Caldero Chorreante y cuando vio a su adoración caminar hacia ellos se puso de pie.

-¡Cariño!-

Pero por la cara larga enseguida se angustio.

-¿Qué ocurre tesoro?

-Hice algo estúpido- Dijo y sentó junto a ellos en una de las bancas se cruzo de brazos y dejo caer sobre la mesa donde sollozo.

-¿Qué le sucede al pequeño?- preguntó la mesera.

-¡Me odia!- dijo con voz apenas audible.

-Tuvo su primera cita- dijo Lyall.

-Oh pobrecito, pero no te sientas mal amor- dijo ella.

-¡No era la primer cita! ¡Yo lo amo! ¡Y ahora me odia! ¡No volveremos a salir nunca más! – dijo entre sollozos.

-Oh, cosita, espera unos segundos, voy por un chocolate para ti.

-¡No se moleste!

-No, no. No. Yo lo invito no tengo corazón para ver esto, al menos déjeme hacerlo.

-Es usted muy amable- 

Regresaron a casa. Remus corrió a su habitación donde se encerró.

-Qué pena -dijo Hope a su marido mientras guardaba parte de las compras en las estanterías de la cocina.

-¿Y qué esperabas que ocurriera?

-¿Perdón?

-Esto paso porque el no supo comportarse, no deberías alentarlo tanto.

-¿Y qué querías que hiciera Lyall? ¿Decirle a mi hijo que no puede amar porque jamás será amado?- dijo ella al borde del llanto- ¡Remus está creciendo, va a entrar en celo muy pronto y.. y no quiero saber que contagio a alguien! ¡Quiero que mi hijo tenga una vida normal!

-¡Nuestro hijo no es normal! Y no puede darse el lujo como cualquier chiquillo calenturiento, ¡Tiene que aprender a controlarse Hope!.

-¡Y ya lo hace por todos los cielos!, cada ciclo, él solito en la oscuridad, va y se oculta en el interior de esa espantosa casa y a pesar de la transformación es capaz de regresar por sí mismo al colegio y ponerse al corriente y tener notas excepcionales. ¡No se merece ser feliz?

-¡Mujer, claro que se merece eso y más!- dijo al borde de las lágrimas el hombre, por supuesto sus sentimientos eran tan fuertes. Después de todo él tuvo la culpa… el tenía la culpa. - ¡Mi hijo! ¡Mi único hijo, solo quiero lo mejor para él! ¡No tolero verlo así! –

Los dos se abrazaron.

A la mañana siguiente Remus se levantó tarde pero fue recibido con un enorme desayuno que incluía todos sus postres favoritos. Así como su mamá que hacía un esfuerzo por mantenerlo cómodo.

-No tienes que comer si te sientes mal cielo. ¿Por qué no miras televisión?- Remus ya llevaba media hora mirando el plato de los waffles sin probar bocado. Parpadeo y se puso de pie, se sentó en la sala para mirar el televisor (después de todo su madre es muggle) pero no hizo más que mirar al suelo, cuando salió el comercial del shampoo para el cabello más sedoso Remus se soltó a llorar.

 Lyall trató de hablar con él al volver del trabajo pero no dio resultado.

Y como ella estaba tan desesperada busco consejo en uno de los pocos sitios en los que realmente confiaba, el programa para mamás radio escuchas de Hellen O´neil.

-¿Hola? Estás hablando con Helen ¿Dime querida en que te puedo ayudar?

-Hola Helen, ¡Es un verdadero placer hablar contigo! ¡Necesito tu ayuda! Mi hijo sufrió una ruptura amorosa y esta tan triste, ¡No sé qué hacer! ¡Nada de lo que hago para animarlo funciona! Y cambia de humor tan rápido, ayer le gritó a su padre pero el por lo regular es dulce y gentil, obediente, pero no sé que le ocurre.

-¿Qué edad tiene?

-¡Dieciséis!

-Oh tesoro, seguro muchas se sienten identificadas con tu historia, es la adolescencia, ahora le duele y en un par de días te apuesto a que saldrá de fiesta con sus amigos, pasaran un buen rato y volverá a salir con alguien, de seguro su volverá con su novia en menos de lo que canta un gallo después de todo esta aprendiendo a relacionarse, no esperes una relación madura de su parte esto es muy normal a su edad.

-Si bueno, mi hijito es especial.

-Como todos los niños, y si me permites decirlo te preocupas demasiado, no sufras, no quieras cambiar su estado de ánimo eso perturba más a nuestros niños, en realidad los dañamos cuando queremos evitar que vivan emociones que como padres no queremos que experimente pero que son necesarias para que se desarrollen como personas, y  todos sobrevivimos a una ruptura amorosa, duele sí, pero lo superara.

-Sabes que, tienes toda la razón, no es el fin del mundo, mi bebé debe aprender a aceptar y sobreponerse a sus emociones.

-Ese es el espíritu.

-¡Helen ha sido todo un placer me has ayudado tanto, te lo agradezco!

-Yo he agradezco a ti.

-¡Adiós! ¡Por cierto me encanta tu programa!-

Hope colgó llena de dicha, ese era el empujoncito que necesitaba. Y por la ventana vio partir a la lechuza familiar con una nueva carta.

-Remus- él estaba en el escritorio. – Dale un descanso a Redwings ha llevado cartas a diario. – sobre este había un montón de hojas con corazones rotos y otros mal dibujados así como un montón de bolas de papel arrojadas al cesto.

- Me odia-

Ella iba a decir algo como “mi amor nadie jamás odiaría a un muchacho lindo como tú” pero recordó el concejo de Helen.

-¡Basta!- El lobito se sorprendió- Remus, entiendo que estés triste pero este cuarto es un desastre y no has sacado la basura en dos semanas, acordamos que tendrías tu propia lechuza si Redwings tenía una jaula limpia y no ha sido así, así que tienes mucho trabajo por hacer jovencito. – Ella lo beso en la frente y se marchó.

“Supongo que debo limpiar” y lo hizo muy lentamente.

Oscureció y Remus se encontraba recostado boca abajo hubo un golpe en su ventana pero lo ignoro por completo. Y otro, y otro.

-¡¡QUÉ!!- si era ese niño de la casa de enfrente le iba a dar una paliza. Pero fue mayor su sorpresa cuando se encontró con Lucius esperando sentado en el techo. Abrió a toda prisa para dejarlo entrar.

-¡¡¡¡LUCIUS!!!!

-Hola.

-¡¡ OH Lucius, Llevó intentando hablar contigo desde hace dos semanas!! ¿Qué haces aquí, como llegaste? ¡¡Por qué no me respondiste?? Te he escrito todos los días.

 -Tenía que castigarte, nadie me levanta la mano.

-Ya te pedí perdón, realmente me siento muy arrepentido.

Lucius suspiró- Supongo que también hice mal, no debí ser tan indiscreto.

-Perdóname, de verdad lo lamento. Ahora sigo sin entender porque me hablas.

-Porque te quiero- Lucius se aproximó y lo beso en la mejilla. Luego lo abrazo- no quiero que eso pase otra vez.

-Y no pasara nunca más, te lo prometo. – y lo abrazo muy fuerte. – te amo… Por cierto ¿¡Cómo llegaste aquí!?

-Tengo mis métodos.

-¿Hurtaste la escoba de tu padre?

-Ashhh siempre regañándome y yo que hice todo este recorrido a escondidas para encontrarte.

-Lo siento, ohmmm ¿No te habrán seguido? Ya sabes.

-Ya me encargue- dijo con una sonrisa sospechosa- no nos molestarán. Lucius se acercó y le acaricio el brazo de manera sobre sensual haciendo estremecer el interior de Remus cuyo vientre le comenzó a arder. “Mierda”

-Lucius, no es buen momento. Ahora mismo estoy… estoy indispuesto. Te amo.

-¿Me estás echando?

-No, no es eso pero yo.

-Mira Remus, vine porque pienso que sobreactúe y aunque fuiste muy grosero…- “Mierda, mierda, porque tiene que hablar con esa boca tan suculenta, con esos labios, joder quiero morderlos, tengo tanta hambre, mi cabeza quema”.

Remus no lo dejo terminar porque lo beso efusivamente, posesivamente y sin soltarlo, Lucius lucho para soltarse y lo apartó empujándolo.

-¡NO SOY TU BURLA! –

Pero Remus no respondió lo atacó de nuevo, beso esa boca y lo sujeto fuerte por los hombros para evitar que escapara, y con un movimiento de cadera restregó su pelvis contra la de su novio. Lucius se sorprendió al sentir el pene erecto de Lupin contra él. Comenzó a golpearle la espalda para lograr soltarse.

-¡Rem…!-

Besándolo chocaron contra la cómoda haciendo caer la lámpara y algunos portarretratos. Los padres de Remus que descansaban en la sala corrieron para averiguar que ocurría, desde el ataque…. Desde el ataque Lyall no descansaba en paz. Corrió dispuesto a proteger a su hijo.  

-¡Remus!-

Pero su sorpresa fue mayor al presenciar el espectáculo que su hijo montaba contra el joven mago de cabellos platinados. Temiendo que su hijo hiciera algo inapropiado Lyall lo jalo de la ropa pero con un movimiento del codo Remus lo empujo lejos. Hope se acercó para alejarlo pero el no dejo que se acercara.

-¡¡LYALL SE VOLVIÓ LOCO!!-

-¡Chico malo! ¡Malo!

-GRRRRRRR- Lyall tuvo que arrastrar a Remus fuera de la habitación pero este alcanzo a aferrarse con las uñas al piso de la alcoba dándole más batalla a su padre quien tiró fuerte de sus piernas para llevárselo de allí mientras Hope se acercaba a Lucius para asegurarse de que estaba bien.

-¡De verdad lo siento mucho! ¡No fue su intención! ¡Él no es así! – Pero Lucius no escuchaba, estaba al borde del éxtasis, esto era muy excitante. –De verdad lo siento, es un buen muchacho- Lucius asintió. Nerviosa pensó que lo más apropiado era asegurarse de que Lucius regresara a casa.  -¿Dónde vives? Yo te llevo. – ofreció Hope mientras buscaba las llaves del auto en su bolso. En cuanto las vio Lucius reaccionó.

-¡No! Yo no, me voy por mi cuenta- dijo alcanzando la escoba.

-El vecino tiene red Flu.

-Ehmm. Sí, creo que eso esta bien.

-Bien vamos- dijo ella y Lucius la siguió. Pero regreso unos pasos cuando en dirección al baño donde encontró a Remus bajo la regadera que había abierto su padre y donde lo dejo para que se empapara con agua bien helada.

-¡Malo muy malo! – decía él. - ¡No se le debe saltar a la gente encima!

-Te veo en la escuela Osito. Jeje- Hope llegó hasta él y se lo llevo del brazo para sacarlo de allí.

-¡¡Helen tenía razón!!- dijo ella muy emocionada. -¿Entonces siguen saliendo?

-Sí. - Dijo Lucius muy quitado de la pena.

-¡Me llamo Hope soy la madre de Remus!

-Lucius-

 

Notas finales:

Gracias por su preferencia.

Saludos. :D


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