Harry Potter, el salvador del mundo mágico, se encontraba esperando, en ese oscuro pasillo con ladrillos oscuros y brillantes que daba entrada al Wizengamot. Durante esos últimos meses Harry había estado ayudando a deliberar los juicios del Wizengamot en contra de los mortífagos, había sido seleccionado por el ministro Kingsley para esa tarea.
Harry pensaba que le debía una a Draco y Narcissa, por lo cual, ayudaría a que salieran libres de esta. Sin embargo, no dejaba pensar en aquel rubio, no sabía por qué cada vez que lo miraba a los ojos, algo ocurría dentro de su cabeza y estómago, se sentía raro. Como con ganas de golpearlo, o tal vez no, algo más confuso, algo que se había mantenido en secreto durante todos esos años. Desde que lo vio por primera vez. Odiaba tanto a ese chico, pero sentía otras cosas más.
De pronto se sintieron unos pasos caminando hacia la puerta dorada con la “w” marcada, Harry vió la hora y faltaban solo 5 minutos para comenzar el juicio. Los pasos venían del vestíbulo, vió a lo lejos las siluetas de un chico y una mujer, eran Narcissa y Draco Malfoy. El chico rubio pasó por el lado de Harry Potter observando con una mirada de desprecio , a lo que Harry respondió con una sonrisa.
El ministro de Magia, Kingsley Shacklebolt esperaba en la puerta de entrada al juzgado Wizengamot, les dio las manos saludando cordialmente, a Harry, Narcissa y Draco, indicando con el dedo dónde debían sentarse para proceder con el juicio.
- El wizengamot comienza una sesión – Dijo Shacklebolt con autoridad, sentado en el medio de la sala circular y mirando fijamente a Narcissa y Draco Malfoy, quienes estaban frente a él. – El día de hoy, tenemos a Narcissa y Draco Malfoy, madre e hijo, quienes han sido citados con los cargos de encubrimiento e intento de asesinatos para las filas del recién caído, Lord Voldemort. Para precisar los detalles del caso, el sr. Draco Malfoy, padre de Lucius Malfoy, mortífago prófugo de la justicia, ha sido inculpado por intento de asesinato al fallecido Albus Dumbledore y encubrimiento de planes para Lord Voldemort. A su lado, Narcissa Malfoy, esposa del prófugo Lucius Malfoy, ha sido inculpada con los cargos de encubrimiento de planes para Lord Voldemort. Ambos ex mortífagos. ¿Tienen algo que agregar?. – Preguntó seriamente Shacklebolt.
- Acepto los… Cargos – Dijo con nerviosismo Narcissa- Para ser sincera, realmente participe y fui cómplice de mi propio esposo y Lord Voldemort. Sin embargo, debo declarar que me siento completamente arrepentida de haberlo hecho.
Draco con la cabeza abajo y sin saber qué decir, sabía que tenían razón y que ya no servía de nada el hecho de estar arrepentido de lo hecho, y mucho menos haberlo hecho solo para ayudar a su padre con su estúpida misión de mantener la pureza de la sangre.
- Acepto absolutamente todos los cargos, quisiera agregar, que jamás lo hice yo queriendo, ustedes bien saben que el señor tenebroso extorsiona a sus seguidores, por lo cual, para proteger nuestras vidas no tuvimos otra opción. Sé que esto sonará un poco egoísta probablemente, pero lo hice por mi padre y por el miedo a perder mi propia vida si es que no actuaba en las filas del mago oscuro – dijo Draco con sinceridad.
- ¿Alguien quisiera agregar algo más? ¿Alguien quisiera testificar a favor o en contra de los Malfoy? – Preguntó abiertamente Kingsley.
- Yo declararé a favor, sr. Shacklebolt. Harry James Potter.
Toda la sala dirigió una mirada de sorpresa hacia Harry, el héroe del momento, quien había luchado en contra de los mortífagos. Era casi increíble pensar que el enemigo de Draco Malfoy quisiera testificar a favor de él. Draco se puso rojo de vergüenza y Narcissa Malfoy se sintió más segura al saber que el chico al que había encubierto ante Voldemort estaría ayudándola, quizás devolviéndole el favor.
- Es cierto que ambos participaron en las misiones que Voldemort les dio, fueron mortifagos. Puedo darles por seguro a todos los señores presentes, que no lo hicieron bajo sus propios juicios. Fueron extorsionados, amenazados y obligados a cumplir las tareas que Lord Voldemort les entregaba. A pesar de eso, Draco Malfoy intentó encubrirme en su mansión, cuando nos encontraron el año pasado. Él sabía que era yo, pero lo negó ante todos los mortifagos.
- Pero sr. Potter – interrumpió una voz de mujer formal- Se nos había informado, que el mismísimo Draco Malfoy había tratado de asesinarlo en la sala de los menesteres, el día de la batalla de Hogwarts, es eso cierto?- Dijo dudosa Mafalda Hopkirk.
- Eso solo fue una sugerencia que Goyle le dio, él ni siquiera intento asesinarme. Por lo tanto, Draco Malfoy es una persona que no actua bajo su propia razón. Además, me gustaría agregar que Narcissa me encubrió ante Lord Voldemort, mintiendo ante él para poder salvarme. Arriesgo su vida diciéndole a Voldemort que yo estaba muerto cuando él me lanzó el hechizo en el bosque prohibido. Me gustaría que se retiraran los cargos de ambos. Son inocentes, actuaron bajo la influencia de otros.
Todo el juzgado quedó impresionado bajo las declaraciones del mismísimo Harry Potter, quien estaba tratando de salvar de las condenas a sus enemigos.
- ¿Alguien tiene algo que añadir? ¿Alguien más desea testificar a favor o en contra de ambos acusados? – volvió a preguntar de forma abierta al juzgado Kingsley.
Todos seguían mirándose los unos a los otros, con caras de sorpresa y tratando de decir algo, sin embargo, nadie más dijo nada. Eran demasiado increíbles las declaraciones de Harry Potter.
- Al parecer nadie quiere añadir nada a las declaraciones, por lo cual, invito a nuestro jurado a deliberar cuál será la condena de los Malfoy, o si bien, se e retiran los cargos. Solicito silencio ante la corte durante algunos minutos.
Kingsley y los demás miembros del jurado comenzaron a murmurar y hablarse entre sí, Harry Potter y los Malfoy observaban con nerviosismo.
Draco Malfoy miraba aún sorprendido a Harry, como si quisiera decirle algo, estaba profundamente agradecido pero se preguntaba por qué, su enemigo desde pequeño estaba tratando de ayudarlo, se sentía realmente extraño.
De pronto, Kingsley fijó la mirada en los imputados y preguntó nuevamente ante toda la sala.
- Quienes estén a favor de condenar a ambos imputados.
Solo dos brujos de aspecto reñido levantaron sus manos, mirando con recelo a los Malfoy.
- Quienes estén a favor de retirar los cargos – Preguntó el ministro.
El silencio se rompió y más de 18 manos se alzaron, incluyendo la de Harry Potter.
- Los cargos quedan absueltos, sin embargo, la mansión Malfoy será investigada durante estos días, para ver si existe algún tipo de encubrimiento. Por lo cual, le sugiero a la familia que se hospede en otro lugar.
Harry Potter y todos los miembros salieron de la sala en dirección al Vestibulo, los demás miembros del Wizengamot salieron caminando, pero Harry se quedó esperando a los Malfoy en la puerta, cuando vio que se acercaban, dedicó una sonrisa a Draco, esperando un claro signo de desaprobación. Harry tenía pensado tenderles una mano, ya que tenia un hogar solo para él, hogar que también Narcissa Malfoy conocía.
- Sé bien que deben dejar la Mansión por algunos días- Dijo Harry acercándose cuando los Malfoy caminaban a la puerta- Así que… Estaba pensando ofrecerles el número 12 de Grimmauld Place, mi actual residencia.
- ¿Qué tramas, Potter?- Preguntó inquisitivo el rubio menor.
- No estoy tramando nada, bobo – Golpeó con suavidad el hombro de Draco- Solo quiero ayudarlos, así como ustedes lo hicieron conmigo. Además, tu madre conoce perfectamente Grimmauld Place, fue el hogar de su primo, Sirius.- Indicó Harry dirigiéndole una mirada de confirmación a Narcissa Malfoy.
- Draco, yo creo que está bien. No tenemos donde más ir, nuestra fortuna… Todo lo tiene Lucius, así que.. Potter… Acepto tu proposición- Indicó tímidamente Narcissa.
Harry estaba contento ya que lo único que quería, ahora que no deberían haber remordimientos ni rivalidades, era conocer de forma más profunda a quien fue su enemigo, por esas cosas extrañas que sentía cada vez que se le acercaba. Quizás podría ser una advertencia, o tal vez otra cosa. Pero la idea del rubio instalado en su hogar, hacía que su mente planificara con nerviosismo. Pensaba y pensaba en cómo complacerlo para que estuviera cómodo. Cada vez se sentía más avergonzado de este extraño sentimiento, a veces pensaba en el chico rubio e inexplicablemente ocurría una erección, algo que jamás había pasado con otro chico ni chica, ni siquiera con su actual novia, Ginny Wisley. ¿Significaría esto algo malo?. ¿Draco Malfoy sentiría esta extraña pasión? Era algo que hacía a Harry pensar a mil por hora.