"El Despertar Del Duende"
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Era una oscura y terriblemente tormentosa noche y cierto peli rosa caminaba de forma extremadamente lenta y pausada. Por alguna razón, su ropa se encontraba sucia y desarreglada y en alguna que otra parte rasgada. Su cara estaba sucia y tenía el labio inferior partido, del mismo modo, su mejilla derecha estaba muy roja e hinchada, pero lo que más dolía ver era su mirada. Esa mirada que siempre irradiaba pureza y felicidad, ahora se encontraba completamente triste y dolida, de aquellos hermosos ojos amatistas caían varias lágrimas que se mesclaban con las gotas de lluvia, pero ¿Cómo llego a esa horrible y deplorable situación el peli rosa?
---FLASHBACK---
Todo comenzó a las ocho de la mañana, el famoso vocalista de Bad Luck se levantó para prepararse e ir a trabajar. Hizo lo de siempre; se bañó, solo que cuando termino de asearse, se vistió muy bien, porque ese día iría a celebrar con Hiro y Suguru. La era algo fantástico para el trio de jóvenes, porque primero no solo saldrían temprano, sino que también ese día comenzaría su tan ansiado mes de vacaciones, así que se puso sus mejores “trapos” y porque no decirlo, los más especiales, desde un caro pescador negro que se ajustaba muy bien a su cuerpo, además de estar muy pegadito, resaltando no solo sus muy bien formadas piernas y su esbelta cintura, sino que también su redondito trasero; se puso una camisa sin mangas de color lila, la cual le quedaba pegadita y llamativa, encima de esta, un suéter ligero de mangas largas de color morado, y por último, unos zapatos tipo tenis de color negro, todo especial para la ocasión y más especial, porque todo ese conjunto se lo había regalado su amado escritor. Luego se peinó y perfumo para, que después tratará de hacer su desayuno y el de su amado Yuki, pero sin querer los huevos batidos se le cayeron al suelo y la sartén se le quemo en el vago intento de hacer un delicioso desayuno. Quiso limpiar todo antes que su escritor favorito se levantará, pero el ruido y el olor a quemado no ayudaron y sin darse cuenta, Yuki ya estaba frente al pobre peli rosa y no tenía una cara alegre.
—Yu...Yuki...lo siento...yo limpiare todo. —Trato de disculparse de manera nerviosa y porque no admitirlo, también con temor.
—Eres estúpido, de verdad que no puedes hacer nada bien, más te vale que limpies todo y también deberás pagarme la sartén...mocoso idiota. —Advirtió el escritor totalmente furioso para después regresar a su habitación.
—El peli rosa entristeció, pero no le quedo de otra que limpiar. —Ya termine...ya me voy y tal vez llegue como a las nueve. —Aviso Shu en voz baja, pero no recibió respuesta alguna.
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Shuichi salió del departamento y con prisa llego a NG Records y cuando llego al estudio de grabación, hizo lo de siempre, se acercó a Hiro y comenzó a llorar, mientras el pelirrojo dolo se limitaba a darle palmaditas en la espalda.
— ¿Ahora por qué fue esta vez?—Preguntó Hiro, ya sabiendo los males de su pequeño amigo.
—Es que soy un Baka...wuaaa...quise hacerle el desayuno, pero sin querer derrame el huevo al suelo y queme una de sus sartenes...wuaaaa...Yuki me dijo que no sirvo para nada y que le tengo que pagar la sartén. —Explicó el peli rosa de manera entrecortada debido al incesante llanto.
—Tranquilo Shuichi, tal vez si le repones la sartén y tratas de no cocinar a Yuki-san se le pase el enojo. —Comentó Hiro de manera nerviosa, lo que menos quería era herir los sentimientos de su amigo.
Shuichi dejo de quejarse cuando Hiro le dijo esas palabras y por ello solo se limitó a sonreír fingidamente y ensayar, por alguna razón se sintió triste e inservible.
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Cuando dieron las tres de la tarde; Shuichi, Hiro y Suguru salieron de NG con dirección a un nuevo y popular restaurante, pero de camino el peli rosa se detuvo frente a una tienda de joyería irlandesa y entro como si algo lo hubiera llamado. Cuando los jóvenes entraron al lugar vieron a un joven hombre enano, de una apariencia algo llamativa y rasgos distintivos; cabello de un color rojo ladrillo, largo y atado a una coleta baja; piel ligeramente morena y ojos verde claro, con una mirada seria y algo fría. Vestido con una camisa blanca de mangas largas que se ajustaba a la perfección a su moldeado y algo musculoso cuerpo; un pantalón de color negro y zapatos del mismo color, un mandil negro con el dibujo de un trébol de cuatro hojas. El hombre les sonrió amablemente de manera momentánea.
—Buenas tardes. —Saludo amablemente el hombre.
—Buenas tardes. —Respondió el peli rosa con una sonrisa para después comenzar a ver todo el lugar.
—Suguru se acercó a Shu con fastidio, era más que obvio que no quería estar en ese lugar. — ¿Qué es lo que buscas Shuichi-san?—Preguntó de mala gana.
—No lo sé, es solo que la tienda me llamo la atención. —Contestó con una enorme sonrisa y la mirada brillando de emoción.
—El hombre solo veía a los tres chicos de manera sospechosa, no confiaba en nadie, si algo había aprendido en todos esos años era en no confiar en la gente. — ¿Van a comprar algo?—Preguntó de mala gana.
—Hiro se molestó ante la manera en la que el vendedor les hablaba, pero después de pensarlo muy bien, lo comprendió. —Yo no voy a comprar nada y por lo que veo tu tampoco Suguru, así que nos vamos adelantando, Shuichi encuentra rápido lo que vas a comprar y nos alcanzas. —Dijo el pelirrojo para después salir de la tienda junto con Suguru.
— ¿Por qué hiciste eso Nakano-san?—Preguntó el peliverde molesto.
—Yo también me moleste con el vendedor, pero creo que es comprensible, después de todo, hay personas racistas y seguro ese hombre ha tenido malas experiencias, pero creo que dejar a Shuichi lo animara, además si ese Baka dijo que algo le llamo la atención, es porque va a tardar mucho buscándolo. —Explicó Hiro para después comenzar a caminar junto con Suguru.
El peli verde asintió en silencio, era obvio que el mayor tenía razón y más porque en el tiempo que llevaba de conocer al peli rosa, se dio cuenta de que Shindo Shuichi era un tipo muy raro, pero de buen corazón.
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—Shu se quedó en el lugar y siguió mirando, aunque ahora de manera nerviosa. — ¿Y cuánto lleva trabajando en esto?—Lanzó una pregunta de una manera temblorosa y nerviosa, en un intento para mejorar el pesado ambiente.
—No mucho, pero si lo suficiente como para desconfiar en las personas que solo entran a husmear y no a comprar. —Respondió el pelirrojo de mala gana.
—Shuichi suspiro resignado, era evidente que no lograría mejorar ni avivar el pesado ambiente, así que se acercó al mostrador y luego sonrió. — ¿Qué me recomienda para la buena suerte?—Preguntó sonriente.
—El hombre se sonrojo apenas, pero en seguida regreso a su pose fría y seria, para después comenzar a buscar lo que le pidieron. — ¿Qué clase de buena suerte?—Pregunto en voz baja.
—El peli rosa se puso en pose pensativa. —Bueno, soy muy torpe y sin que yo me lo proponga me meto en problemas. —Dijo en voz baja. —Creo que una buena suerte para evitarme esos problemas.
El hombre saco unas cuantas cajas y las comenzó a revisar una a una, mientras que el peli rosa solo veía todo con curiosidad, pero se escuchó la campanita de la puerta sonar y la morada mirada viajo a la entrada, encontrando a un hombre que no tenía buena pinta y se acercaba al mostrador. Cuando el hombre llego al mostrador, empujo una pequeña estatua, rompiéndola en el acto, llamando la atención del pelirrojo y asustando al peli rosa.
— ¿Qué rayos crees que haces?—Preguntó el pelirrojo muy molesto.
—¿Tú qué crees?—Preguntó el hombre alto y musculoso sin exagerar, cabello negro y corto, ojos negros y piel ligeramente blanca, vestido con una camisa negra de mangas cortas y un pantalón azul de mezclilla, zapatos negros.—Vine para recordarte que gente como tú no es bienvenida por aquí.—Dijo el pelinegro con molestia mientras golpeaba el mostrador.
— ¿A qué te refieres con gente como yo?—Exigió saber completamente molesto, mientras apretaba los puños.
—¡¡A MALDITOS ANORMALES COMO TÚ!! —Grito el pelinegro.
—El pelirrojo salió a encarar al pelinegro. —Yo no soy ningún fenómeno o anormal y tampoco las personas que son como yo. —Se defendió completamente ofendido.
—¡¡MALDITO ENANO, NI SIQUIERA TE ME ACERQUES!! —Grito el pelinegro mientras golpeaba al pelirrojo y lo mandaba lejos.
—El peli rosa se dedicó a ver la escena y de manera rápida marco a la policía, pero se preocupó mucho cuando golpearon al pelirrojo, así que con prisa se acercó a ayudarlo. — ¿Esta bien?—Preguntó preocupado.
—El hombre se sorprendió de la amabilidad del chico. —Si...estoy bien. —Respondió con sorpresa.
—Me alegro. —Dijo Shu con una sonrisa para después encarar al pelinegro. —Llame a la policía y ya están en camino. —Advirtió con seriedad. —Debería darle vergüenza...abusar de su fuerza para que lo sepa todos somos iguales pero, sabe creo que el verdadero fenómeno y anormal es usted, peor que eso, usted es un monstruo. —Reclamó el peli rosa seriamente.
—El pelinegro se molestó, pero no pudo hacer nada porque escucho las sirenas de la patrulla. —Maldito enano esta me las pagas y tú mocoso será mejor que te cuides. —Advirtió con odio para después irse con prisa siendo seguido por la patrulla.
—El pelirrojo seguía sorprendido, era la primera vez que alguien lo veía como alguien normal y cuando vio la sonrisa que Shu le daba, por primera vez su corazón bombeo fuertemente. —Gracias por ayudarme. —Dijo ligeramente sonrojado.
—No hay de que, ese hombre es un papanatas. —Dijo el peli rosa cruzándose de brazos y haciendo un gracioso mohín, gesto que le pareció tierno al pelirrojo. — ¿De verdad se encuentra bien?—Preguntó preocupado.
—Sí, no te preocupes. —Respondió el hombre con un sonrojo más notable.
—Me alegro, bueno creo que elijo esta pulsera y eso será todo. —Dijo mientras agarraba una cadena con una moneda dorada.
— “Ya se va, pero si lo acabo de conocer, creo que piensa que soy un grosero después de todo lo fui y él me trato amablemente y siempre me mostro su hermosa sonrisa y yo lo trate muy mal, creo que es hora de remediar mi error”. —Pensó con decisión. —Tómalo como un regalo de agradecimiento y disculpa. —Dijo con una sonrisa.
—Pero yo lo ayude porque usted no se merece ese trato y su forma de tratarme la comprendo. —Se negó el peli rosa.
—Acéptalo por favor. —Suplico con angustia.
—Shu vio la angustia del hombre. —Lo aceptare en señal de amistad. —Dijo para después ponerse la pulsera y luego despedirse.
— ¿Cómo te llamas?—Preguntó emocionado por saber el nombre de su ángel.
—Shuichi, Shindo Shuichi. —Respondió el peli rosa con una sonrisa. — ¿Y tú?—Pregunto intrigado.
—Bashe, Walsh Bashe. —Respondió el pelirrojo.
—Un gusto y hasta luego Bashe-san. —Dijo el peli rosa con una sonrisa para después irse.
—El pelirrojo suspiro enamoradamente. —Shuichi-chan...mi ángel. —Susurro con una boba sonrisa.
Después de eso Shu llego donde sus amigos y les contó lo sucedido y luego de terminar con su festejo, el peli rosa compro la sartén para reponer la que quemo y fue al departamento.
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Eran las ocho de la noche, Shu dejo la sartén nueva en la cocina y luego se acercó al estudio y acecho, viendo que Yuki se encontraba escribiendo, así que entro sigilosamente.
—Yuuukiii. —Grito alegremente la peli rosa mientras se acercaba al escritorio del rubio pero, no se fijó que en el suelo había una lata de cerveza y la piso, torciéndose el tobillo y empujando el escritorio, haciendo que el café que el rubio tenia se chorreara y mojara unos importantes papeles. —Itte...mi pie me duele. —Se quejó el peli rosa, pero al ver la cara del escritor cambio su expresión de dolor por una de miedo.
—Maldito mocoso ya viste lo que hiciste, es que no puedes hacer nada bien. —Dijo el escritor con furia.
—Lo siento, es que me resbale con esa lata. —Se explicó con miedo.
—En primer lugar tienes prohibido entrar aquí y en segundo no sirves para nada y como ya me enojaste te me vas. —Dijo Yuki mientras jalaba del brazo al adolorido peli rosa y lo sacaba del lugar.
—El peli rosa comenzó a llorar. —Lo siento. —Susurró para después comenzar a caminar lentamente por su adolorido tobillo con dirección a la casa de Hiro.
Shu llego a la casa de su amigo, pero cuando se dispuso a tocar el timbre recordó que ese mismo día Hiro se iría con Ayaka a disfrutar de sus vacaciones, luego recordó a Suguru, pero descarto la idea al recordar que él también se había ido a disfrutar con su familia, luego recordó a sus padres y hermana, pero recordó que ellos se habían ido a visitar a una tía, así que decidió irse al parque a matar el tiempo en lo que Yuki se calmaba.
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Ya como a las once de la noche, el peli rosa comenzó a caminar de regreso al departamento y por más que haya descansado su tobillo, este no mejoraba de hecho estaba hinchado y le dolía a horrores, pero ahora solo le importaba llegar a su hogar ya luego iría al doctor, durante su camino se topó con la tienda de joyería irlandesa pero, la paso de largo, total las luces estaban apagadas pero, al llegar a la esquina fue jalado bruscamente a un callejón y al ver de quienes se trataban se asustó mucho.
—Te dije esta tarde que te arrepentirías mocoso y como ves yo cumplo mis promesas, aunque déjame decirte que me encontré con unos amigos y ellos me contaron que a ti no solo te encanta que te lo metan duramente, sino que también te gustan las sesiones fotográficas. —Dijo el pelinegro con malicia mientras veía a sus tres amigos y agarraba al peli rosa de los cabellos. —Pero, antes de disfrutarte te voy a castigar por lo de esta tarde. —Dijo para después darle un puñetazo en la mejilla derecha al pobre peli rosa, haciendo que su labio inferior se partiera y comenzará a sangrar y su mejilla quedará roja.
—El peli rosa se sobo la mejilla y vio con temor a esos cuatro hombres, especialmente a tres de ellos que reconoció inmediatamente y recordó lo sucedido con Tachi. —De...déjenme ir. —Suplicó en susurro.
—¡¡CALLATE!! —Grito el pelinegro para después golpear al peli rosa en el estómago. —Te dije que no te escaparías. —Dijo mientras volteaba a Shu y lo dejaba bocabajo. —Esto solo es el comienzo de tu infierno. —Susurró en la oreja del peli rosa, el cual se retorcía y movía en un intento de escape. —Va lo mejor. —Dijo para después bajar el pescador y ropa interior de Shu y luego sacar su erecto miembro y meterlo bruscamente en la entrada del peli rosa.
— ¡¡AHHHH...DUELE!! —Grito el peli rosa de dolor mientras varias lágrimas resbalaban por sus mejillas.
—Eres...muy estrecho. —Dijo el pelinegro mientras embestía salvajemente al pobre peli rosa.
Ese horrible acto duro aproximadamente dos horas y en ese tiempo los cuatro hombres tomaron turnos, inclusive llegaron a ser dos al mismo tiempo y cuando terminaron todos se fueron y dejaron al peli rosa tirado en la lluvia.
---FIN DEL FLASHBACK---
Shuichi caminaba lenta y pausadamente y cuando por fin llego a su meta, cayó de rodillas, al menos su teléfono estaba intacto, así que marcó el número de la única persona que podría salvarlo.
—Yuki estaba muy molesto, su borrador estaba arruinado, por suerte tenía una copia pero, no lo diría, quería darle una lección a ese Baka, quiso seguir escribiendo, pero el teléfono lo interrumpió, así que contesto de mala gana. —Quien quiera que sea no es hora para llamadas. —Bramó molesto.
—Yu...Yuki...ayúdame. —Susurró entrecortadamente.
—El escritor se extrañó por la manera de hablar de Shu, pero lo tomo como un berrinche. —No estoy de humor mocoso. —Dijo fríamente.
—Ayúdame...estoy afuera...pero, ya no puedo moverme. —Susurró como la primera vez.
—Ahora sí, el escritor se preocupó mucho, pero no lo demostró, estaba seguro que eso era otro berrinche de Shuichi. —Sí estas afuera entra solo o mejor aún piérdete y no regreses, es que solo sirves para la cama y ya, así que deja de molestarme. —Dijo fríamente para después colgar.
Shu lloro amargamente, eso sí que le dolió profundamente, pero ¿qué más podía hacer?, ¿pedir ayuda?, ¿para qué? Y tratar de moverse le era imposible, uso sus últimas fuerzas para llegar con su amado, pero este al parecer no lo quería y nunca lo haría, así que con dolor decidió entregarse a la inconsciencia.
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Yuki se sentía pésimo, dijo cosas sin sentirlas, intento llamar a Shuichi para disculparse, pero este no le contestaba, eso solo hacía que se preocupara más, llamo a Hiro, Suguru, incluso a la familia Shindo y todos lo mandaron al buzón de mensajes explicando su ausencia, lo cual lo preocupo todavía más, así que tomo sus llaves y se puso su saco para después salió, pero al llegar afuera del edificio lo que vio lo lleno de angustia y preocupación.
—Dios mío...Shuichi. —Susurró con impotencia mientras tomaba con cuidado a su amante y lo metía en el asiento trasero de su auto. —Por favor resiste pequeño. —Murmuró el escrito lleno de angustia. Tarde se vino a preocupar y ahora se arrepentía.
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En la joyería irlandesa, el pelirrojo estaba por cerrar cuando una piedra rompió una ventanilla, cuando tomo la piedra vio que tenía una nota, la cual leyó, pero al hacerlo se llenó de una ira incontrolable.
—Maldito solo te bastaba con molestarme a mí...no tenías que hacerle daño a Shuichi-chan, pero juro que te hare pagar cada lágrima que mi ángel derramo. —Dijo con odio mientras apretaba la nota, la cual decía "entre fenómenos se entienden, pero creo que ese chico tenía razón, soy un fenómeno, porque disfrute de ese lindo y apetecible trasero".
Lo que esos tipos no sabían es que ese enano como le decían era un duende y no uno cualquiera, sino uno enamorado y con poderes sobrenaturales y hacerlo enojar era lo peor que habían hecho. Habían abierto la caja de pandora y liberado a un peligroso y posesivo demonio que solo buscaba vengar el daño que le habían causado a su ángel.
CONTINUARA