Luna Lovegood siempre ha podido ver más allá de las cosas evidentes desde que tiene uso de memoria y para ella esas peleas no tan bien actuadas entre el afamado niño dorado y el príncipe de las serpientes era todo un gran teatro escrupulosamente montado para esconder algo fuerte de tras fondo; pero aunque lo presentía no lo preguntaría, pues las cosas se darían a su tiempo, de eso estaba segura.
En ese su cuarto año representaba todo un gran hallazgo que jamás pensó experimentar, puesto que la convivencia con otros no era su fuerte… pero Harry Potter no la habían tratado mal ni con aversión ni nada parecido, es mas podía decir que incluso con un trato amigable, ajeno a todas sus expectativas, por ello sentía en su interior que estaría dispuesta a ayudarle en lo que pudiese aunque no se lo pidiera.
Caminando despacio, salió del castillo en busca de lo que podría ser un Snorkack de cuerno arrugado, o eso es lo que detectaba su cajita plateada tan especial que era ni más ni menos un detector de esas maravillosas criaturas (invención de su padre, patente pendiente).
Tras andar un gran rato en busca de donde provenía aquella emisión tan peculiar, se halló frente a la torre de astronomía y viendo hacia la ventaba pudo percibir una muy particular situación; nada más ni nada menos que Draco Malfoy siendo devorado a besos por un impaciente Harry Potter "al parecer fueron ellos lo que capto mi receptor de Snorkack de cuerno arrugado" pensó tranquilamente regresando al castillo dando brinquitos pues la imagen que había visto no causo mayor revuelo.
En definitiva iba a ayudarle en lo que pudiera.
Varios encuentros furtivos similares ocurrieron de los que ella fue espectadora (claro, sin proponérselo) y para su sorpresa, tal parecía que los amigos del Gryffindor no tenían idea alguna de lo que sucedía, incluso decían que pasaba algo entre su compañera de casa Cho Chang y el niño que vivió. "Nada más alejado de la realidad" pensaba divertida.
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Como las clases del Ejército de Dumbledore no tardaban en comenzar subió campante al quinto piso encontrándose con un Harry muy inquieto que aunque era igual de bueno y atento con sus alumnos, parecía que su mente divagaba en el infinito y más allá "probablemente por las mazmorras y más allá" corrigió en su mente.
Cuando estuvo a punto de partir, Harry parecía aireado porque su amiga Hermione Granger insistía en retenerlo preguntándole a donde iba con tanta prisa, Luna miró el reloj e intuyó que se le hacía tarde para su encuentro nocturno con el rubio que tanto parecía querer y con paso decidió se aproximó al azabache dándole un sorpresivo abrazo para decirle en el oído un "descuida yo te cubro".
Harry quedándose tanto absorto como perplejo asintió al ver un guiño en los soñadores ojos de la Ravenclaw y comenzó a alejarse. Luna se paró en frente de la alborotada castaña que estaba con una mueca de disgusto con los ojos clavados en la espalda del chico que presuroso no disminuía su paso y le sonrió.
-Hola Hermione ¿serías tan amable de ayudarme a buscar mi túnica? Es que ya está haciendo frio- dijo rodeando sus hombros con ambas manos. Un semblante iracundo dio paso a uno consternado y guió a la leona en dirección contraria.
****En una sala en desuso del séptimo piso****
-¿Qué carajo estabas haciendo Potter? ¿Crees que tengo todo el día?- el ceñudo rubio cruzó los brazos “realmente está molesto” pensó poniendo los ojos en blanco pues solo usaba su apellido para darle notar su enojo.
-Ay que delicadito Malfoy- dijo con sorna rodeándolo por los brazos -no te enojes... ya sabes, Hermione haciéndole de mama gallina diciendo que no hiciera algo estúpido...- dijo besándole la frente- pero sucedió algo curioso, al parecer Luna sabe de nosotros...-
-¿Quién?- meditó unos segundos de quién demonios era Luna -¿La lunática Lovegood?-
-Esa misma… aunque no está loca...simplemente es... amm... excéntrica- el Slytherin arqueó la ceja incauto.
-Como digas...-dijo comenzando a besarlo con ansias.
-Cambiando de tema... ¿cómo te fue en tu brigada inquisidora?- preguntó divertido separándose escasos centímetros para deleitarse de esos ojos grises que lo miraban molesto por separar sus labios que necesitaban probar mas de su dulce sabor.
-Como siempre... la estúpida cacatúa de Umbridge nos estuvo alabando de nuestro maravilloso trabajo y a la vez exigiéndonos que nos esforcemos más buscando a los traidores que quieren apoderarse con todas sus fuerzas del Ministerio... aunque para tu tranquilidad, está muy lejos de saber dónde demonios esta el ED- su jovial sonrisa tan lleno de si mismo, cautivó al azabache.
-Gracias…- acarició su arrebolada mejilla que contrastaba maravillosamente con su palidez -Ay cuando quieras te doy clases de defenza…- Draco rodó los ojos, no era la primera vez que se lo proponía, pero cuando lo habían intentado siempre terminaban haciendo otras “cosas” nada que ver con repasar hechizos.
- Oye Harry... ¿Qué tienes planeado para San Valentín?- el Gryffindor sonrió notando el brillo tan especial de ilusión pura en los ojos grises “pero si todavía falta un mes para eso” pensó con alegría.
-Pues no mucho... solo darte una tarjeta que diga "mi corazón es tuyo" prosiguiendo a marcarte a fuego vivo con un tatuaje que diga "propiedad de Harry Potter, aléjese al menos 10 metros” y te hare el dulce amor hasta que amanezca...-
-Wow cuanto romanticismo...- dijo con sarcasmo -mis ojos se aguaron con tanta sutileza...- siseó molesto desviando la vista.
-Vamos Draco, al menos dije "hacer el amor" no follarte incansablemente hasta que olvides tu nombre- dijo satisfecho como si fuera una conversación del clima.
-Eso si me dejo Potty, no creas que mi dulce virtud te la daré en charola de plata…- dijo cruzándose de brazos mirándolo desafiante.
-No me tientes mi vida… que cuando me lo propongo puedo ser muy persuasivo- ciñó su cintura en uno de sus abrazos tan particulares llenos de ansiedad y amor.
-Uy que lastima que solo eso sea tu idea de romanticismo porque se me estaba ocurriendo comprar unas fresas, chocolate, betún e hidromiel, pero… creo que ya decidiste todo lo que quieres así que ce la vie...-
-Mmm... Parece que me gusta tu idea...- dijo coqueto poniendo su frente sobre la de él –sigue me contando para hacerme más a la idea-
-mejor que sea una sorpresa...-
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Con una mirada absorta se le quedó viendo a la alegre rubia que se acercó a él cuando estaba en la biblioteca rodeado por sus amigos. Pudo sentir la mirada retadora de Theo, la escéptica de Blaise; los puños cerrados y el crujir de huesos de Crabbe, Goyle y Millicent.
-¿Se te perdió algo Lunática?- preguntó burlona Pansy, pero pareció ser olímpicamente ignorada por la rubia que simplemente se puso en frente de Draco y le alargó un pequeño pájaro de papel que ocasionó una explosión de sentimientos en su interior que supo muy bien disimular.
-Todo es como debe de ser- le sonrió tras darle su encargo y dándose la media vuelta se alejó del lugar.
La sorpresa de esa aliada descolocaba a cualquiera, pero no le parecía mala idea alguien que borrara sus huellas, pues era consciente de la preocupación constante de su querido cara rajada de lo que pasaría si su ferviente sequito dorado se enterara de lo suyo.
Cada vez faltaba menos para su tan esperado día de los enamorados, que, aunque el perjurara que no era por mero romanticismo ya que él se consideraba que de romántico no tenía ni una pizca; se mordía las uñas porque estuvieran solos.
-¿Qué demonios es eso?- Preguntó al azabache que le alargaba un vaso con una espesa pócima.
-Poción multijugos-
-Eso ya lo note idiota, me refiero ¿para qué?- dijo con gesto hostil ante cualquier idea descabellada que se le ocurriera.
-Para que vayamos juntos a Hogsmade...- dijo con tímida emoción destilando de cada fracción de su rostro. El otro puso los ojos en blanco -me lo dio Luna, dice que le gustaría que pudiéramos pasar un tiempo solo nosotros dos- el rubor no se hizo esperas haciendo que el otro alargara su sonrisa.
-¿Y quién jodidas la va a tomar?- preguntó curioso, pero él no estaba dispuesto a hacerla de voluntario, era más que consiente que esa cosa sabia peor que orina de troll (no es que sepa a ciencia cierta que sabe esto último, pero eso es con lo que todo el mundo lo compara).
-¿Un duelo de magia?- preguntó Harry confiado de sus habilidades mágicas, era imposible perder.
-Está bien Harry… lo haremos a tu modo...-
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-¡Estúpida falda! ¡Maldición me siento expuesto!- dijo bajando mas la grotescamente corta falda que para su gusto exponía más de lo que quisiera y por más que la estiraba no cedía.
-Pero no entiendo de que tanto te quejas, si traes mallas- dijo Harry quitado de la pena al momento que tomaba una de sus manos y la estrechaba entre las suyas -Qué lástima que no vino Draco Malfoy para hacerme la vida imposible- el otro con una expresión de hastío le enseñó el dedo medio haciendo reír al ojiverde; de verdad esos gestos no quedaban con la asiática Ravenclaw.
Harry estaba impactado que a Luna se le haya ocurrido utilizar el cabello de Cho Chang en la poción multilugos y más cuando le dijo que todo estaba bajo control pues la chica estaba bastante enferma y se había quedado encerrada en su alcoba junto con sus amigas.
-Ya deja de verme… o supondré que te excita la estúpida ojos de rendija…- dijo exasperado el rubio muerto de celos al siquiera pensar la posibilidad de que SU Harry estuviera interesado en alguien tan insípida como la chica en la que estaba transformado.
-Nup… - contestó enternecido por sus celos -solo pienso que te verías maravilloso con el cabello así de largo, tan rubio que cayera como una cascada hasta tu cintura…- el chico enrojeció y apretó la mano de su amor –aunque también estaría bien que usaras esa ropa cuando nos vemos en la torre. De Astronomía…- se ganó un codazo bien dado.
-Idiota…- agregó pegándose aun mas a su cuerpo –y sácame de esa duda ¿en verdad te besaste con esta tía sosa?- dijo señalándose mientras se veía en la ventana del aparador. Harry trató de contener su risa y negó con la cabeza.
-Claro que no ¿Por qué besaría a alguien además de ti? simplemente dio la impresión de que así pasó porque nos quedamos solos en la sala de los menesteres, pero como empezó a hablar de Cedric, comenzó a llorar… - dijo dando un sonoro suspiro, en verdad ni siquiera el había podido superar esa pérdida – y solo le di un hombro para llorar… claro que cuando Hermione me preguntó no negué lo de del beso y comenzó a propagarse como humo- se alzó de hombros dejándole con la certeza de simplemente creerle.
-Creo que le debemos mucho a esa Lovegood...- dijo suavizando su expresión acercándose peligrosamente al otro hasta sentir el dulce calorcillo que emana de su cuerpo.
-Tienes razón- dijo queriendo estrechar en sus brazos pero se escabulló antes de lograr su propósito.
-¡Mira!- dijo corriendo a un aparador y señaló un pulsera plateada con pequeños corazones, era sencilla elegante- me gusta para ella- le dedicó una maravillosa sonrisa que hizo que su corazon diera un brinco.
-Pero no crees que es demasiado… ¿diferente de sus gustos?-dijo señalando los exentricos gustos de su amiga Luna y Draco comenzó a recordar los rábanos en las orejas, las pulseras multicolores y el collar se corcholatas y no pudo más que asentir.
-Tienes razón... Merlín que está loca... pero es buena persona y... realmente creo que se le vería bien...- hizo un lindo puchero como el solo sabía hacerlos. y era más que obvio que Harry no podía hacer mas que ceder.
-Pues entonces… hay que comprársela…-dijo tomando su mano.
Tardaron más de lo que Draco esperaba, pues Harry se entretuvo en algo que no dejó que viera, asegurándole que era una sorpresa. Sin pensarlo mucho se dirigieron al café de Madame Puddipie que estaba atestado de gente, barullo y cosas cursis flotando aquí y alla. Ambos se regresaron a ver, en definitiva el perfecto escondite.
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Cuando regresaron, habían acordado reunirse en el lago negro con Luna para agradecerle debidamente su ayuda.
Sin hacerse esperar Draco le alargó la caja con su obsequio, esa pequeña muestra de afecto de hizo sollozar a la rubia que no pudo evitar avanzarse contra ellos para abrazarlos con fuerza. Luna sabía que mejores amigos que ellos jamás encontrarían y daba gracias el haberlos conocido.