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My Last Goodbye por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Muy buenas noches mis queridos y adorados lectores!! aqui estoy nuevamente trayendoles esta mi humilde (aja...) historia!! 

quiero mandarles muchos muchos besitos y mi amor a las hermosas personitas que me mejan rr!! muchas gracias kaorugloomy, Luis, QueenRaven-Stark, grimmyschiffer, innaluu, LORDMOON, kyoru, mariel, Anonimo y Vura5!! los adoroo!! valen mil!! *O*

Ahora a leer se ha dicho! espero que les guste~*

Risas en la lejanía, el aroma de la canela tan suave que inundaba sus fosas nasales, unas manos frías sobre las suyas tan pálidas que se entremezclaba agradablemente con su calidez y un semblante de profundo dolor helando su corazón.

 

“¿Qué fue eso?” se preguntó Harry apretando los ojos tratando de apagar las terribles punzadas que le aquejaban.

 

-Malfoy…- pronunció en tenue voz buscando con su mirada verde a la par que se incorporaba con pesadez, su cabeza seguía doliendo y parecía que esta vez no sedería, temía que de un momento a otro se desplomara como piedra en la camilla; una medibruja se aproximó para detenerlo pues se veía desubicado e inestable.

 

-No sé sobre esfuerce medimago Harrison solo sufrió una hipoglucemia por ello se desmayo, pero descuide no es nada grave- habló con un tono maternal dándole ánimos como si no supiera lo que la hipoglucemia es.

 

-¿Dónde está…?- preguntó sobando su cien con genuino pesar intrigado crecientemente con saber que le sucedía.

 

-¿El señor Malfoy? No hace mucho se fue, se veía preocupado, pero le dije que todo estaba bajo control- Harry se dejó caer sobre la cama consternado y agregó desganado.

 

-Gracias Sanadora Parker… ¿sería tan amable de dejarme solo unos momentos?- la bruja con una sonrisa bonachona asintiendo.

 

Demonios, no entiendo nada” se dijo cubriendo sus ojos con su brazo. La congoja se hizo presente y sentía sus manos temblar, ¿Qué le habían hecho para que le pasara eso? ¿Por qué? ¿Quién fue el causante? Esas y muchas preguntas más llegaban de un salto para agazaparse unas con otras en una batalla épica por saber quien sonaba más fuerte en su mente, pero ninguna se comparaba a las que le había hecho el rubio justo antes de desmayarse.

 

“¿A qué juegas Potter? ¿Se te hace conocido?” Repitió en su mente sintiendo a cada palabra la voz desgarradora que había empleado, como si su alma se rompiera en miles de fragmentos y en un lamento de atormentados sentimientos al desnudo.

 

Gruñó alborotando su cabellera rebelde con ambas manos dándose jalones indoloros y ocultó su rostro en la almohada.

 

-¡Si tan solo supiera de que estabas hablando Malfoy!-

 

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

 

Draco prácticamente huyó de ahí, necesitaba hablar con alguien de inmediato, necesitaba despotricar todo lo que pudiera hasta hartarse y que le dijeran que jodidas pasaba en ese revoltijo.

 

-Papi  ¿crees que el señor Harry está bien?- preguntó Peony removiéndose inquita en su agarre, sentía preocupación por su héroe que seguía inconsciente cuando se habían marchado de San Mungo.

 

-El está bien…- dijo no queriendo pensar mucho en ello; odiaba tener esa creciente duda clavada en su pecho “que tal si no miente y no te recuerda Draco” le dijo una vocecita en su mente muy parecida a lo que su amiga Ravenclaw como esa vez hacía casi seis años.

 

-Ahh cállate Luna… no es cierto…- murmuró por lo bajo en un imperceptible gruñido. No lo aceptaría, sabía que el jueguito del azabache se estaba pasado “¡¿Por qué lo sigues negando Potter?!” simplemente no era posible.

 

Necesitaba un trago, un filtro de paz y tal vez un cigarrillo.

 

-Peony… vamos a ir con la abuela…- la niña ladeó la cabeza interrogante, pero enseguida su rostro afligido se iluminó ante la idea de visitar a su amada abuela.

 

La casa de su tía Andrómeda era tan espaciosa, tan iluminada que realmente agradecía de todo corazón que haya aceptado tener a su madre sin rechistar, con una afable actitud y comprensión, pues perderlo todo había sido un golpe fatal para ambos, pero más para ella.

 

Aunque Narcisa Malfoy estaba acostumbrada a los lujos y la vida cómoda; esos últimos años prefería recluirse en la soledad de su amplia alcoba, de vez en cuando salía a tomar un té con su hermana, otras con Draco y su hija, pero los paseos en Viena por diversión, las exuberantes compras en Paris, todo eso ya no existía.

 

-¿Mamá?- le llamó con voz baja cuando entraron en su oscura morada. La elegante mujer estaba recostada en su cama sosteniendo posesivamente entre sus brazos el cuadro de su amado esposo.

 

Draco sintió un tirón en el pecho ante la escena, realmente quería hacer algo por ella; no era justo que estuviera viviendo así después de todo lo que hicieron por el bienestar de la comunidad mágica exponiendo de tal manera sus vidas para que así fueran recompensados… pero creía que sería incluso peor si se la llevara con él a vivir al mundo muggle, en definitiva no lo soportaría.

 

-¡¡Abuelita Cissa!!- llamó la niña sacudiendo el hombro de la rubia mayor que abrió los ojos un poco aletargada y sonrió al ver el rostro infantil con los brillantes ojos jade.

 

-Cielo, ¿como estas princesa?-

 

-Lo siento madre, por importunar…- se disculpó Draco bajando la cabeza y su madre con una cariñosa mirada acarició su mejilla y levantó su mentón; pues un Malfoy ante nada debe de mostrar esa particular señal de sumisión.

 

-Descuida cariño, está bien, tenerlos cerca siempre alegra mi día- se incorporó con toda su gracia y se acomodó el arrugado vestido sin soltar la fotografía de su marido ni un instante. La regresó a ver con melancolía y tras darle un beso, la depositó en su lugar sagrado, en la repisa de la chimenea.

 

-Lo extraño…- dijo Draco mirando el gesto altivo de su padre, denotaba todo lo que se supone que un sangre pura de la ancestral casa Malfoy debería de ser.

 

-Yo también…- lo abrazó con ternura tratando de consolar la desolación de sus almas con ese gesto; que al instante en una necesidad de atención la pequeña Peony se coló entre ellos para también recibir el cariño.

 

Como intuyendo que sucedía con su hijo simplemente le dio un beso en su frente deseándole que todo en su vida se solucionara o que encontrara por fin la paz que tanto ansiaba –ve a hacer lo que tengas que hacer, Dragón, yo cuidaré de ella-

 

Draco asintió dándole un silencioso “gracias” y se despidió de ellas prometiendo regresar cuanto antes.

 

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

 

El lugar en el que quedó de verse con sus amigos era su clásico punto de encuentro. El caldero chorreante. Pues, era el más accesible y curiosamente el lugar menor propenso a encontrarse a un intolerante anti -ex -Mortifagos.

 

Draco sintió su alma regresar a su cuerpo cuando llegó y divisó a sus amigos en grandes platicas, sonrió para sus adentros y apenas llegó a la mesa tomó el vaso de vodka que Pansy estuvo a punto de llevarse a los labios y se lo empinó hasta el fondo.

 

-¡Drakis!- reprochó la azabache al verlo, pero por mucha molestia de que se haya tomado su trago, la alegría de verle integro fue mayor y se abalanzó sobre él en un efusivo abrazo.

 

-Hermano, te vez fatal-dijo Blaise dándole un apretón de manos.

 

-Me siento fatal- dándole la razón con desgano, tomó asiento frente a ellos -¿y Milly, Theo y Greg no van a venir?- preguntó consternado.

 

-Seguro y llegan tarde como siempre, tú solo encárgate de relajarte y disfrutar el melancólico ambiente…- Draco rodó los ojos. Se sentía incomodo hablando de sus sentimientos en un lugar público y suspiró.

 

-Vamos Drakis, solo si lo sueltas podrás superarlo, dinos que te acongoja y blasfema todo lo que quieras a Potty- robándose otro trago comenzó a relatarles lo que pasó. Todo con lujo de detalles hasta la vil mentira en su cara de que el jodido niño que vivió y venció, no recordaba absolutamente nada de él, ni siquiera el insulso y corriente collar que le regaló junto la promesa de su futuro juntos.

 

Pansy y Blaise contuvieron el aliento durante todo el relato tratando de mantenerse ecuánimes, pero al llegar a la última parte la bruja se puso de pie con su varita empuñada con firmeza y una mirada furibunda. Quería darle muerte al idiota cara raja dade la manera más lenta posible.

 

-¡¡Como se atreve maldito miserable, voy a ir a buscarlo!! ¡Y cuando lo encuentre…!- berreó siendo detenida en el acto por su marido.

 

-No harás tal cosa… no quiero que vayas a Azkaban por una tontería…- dijo Draco más calmado después de haber hablado durante largo rato.

 

-Draco… no es justo que quiera burlarse de esa forma, tiene que pagar, sufrir en carne propia lo que sufriste y todo lo que te hace… ese maldito miserable no tengo idea de cómo puede dormir por las noches… si tan solo supiera donde vive lo molería a crucios…- dijo balanceando de un lado a otro su varita, que Blaise consideró más prudente arrebatársela de las manos.

 

-No Pansy, no lo vale… ya no…- suspiró frotándose el puente de su nariz, ya estaba harto de ese idiota y todo lo que representaba.

 

-Pero…-

 

-Drakis tiene razón- esta vez fue Blaise el que calló a la morocha. Aunque le doliera no era la mejor manera de enfrentar el problema – ¿y tú qué piensas hacer?- Draco clavó su mirada en la madera destartalada que tenían por mesa y con un gesto nervioso comenzó a pasarle la uña.

 

-Creo que… lo dejaré como esta…- volvió su mano un puño para poder darles la mirada de “todo está en orden” a sus amigos que quisieron protestar –ya no tengo motivo para verlo, Peony ya se encuentra bien y la próxima vez que se enferme iré con un especialista… y antes de que me reprochen, tengo el dinero suficiente para ello, sé que mi empleo mediocre parece no darme lo suficiente, pero tengo mi ahorradito- dijo muy orgulloso de sí mismo.

 

Aunque claro era lo único del orgullo de antaño que le quedaba, pues su orgullo personal se había ido al caño después de esa fatídica tarde del golpe maestro de la realidad.

 

-¿Entonces se quedara así?- no podía creerlo. Tuvo que tomarse un par de minutos para captar lo decidido que estaba el rubio a dejar las cosas sin darle pelea ni nada –humm… en fin, como quieras… y ya sabes que sea lo que sea que necesites, nosotros te vamos a apoyar- Draco después de todo el día pudo por fin sonreír de alivio.

 

-Ashh… está bien…- dijo a regañadientes la ojiverde tamborileando las uñas –que se joda Harry Potter- dijo haciendo un brindis con su vaso medio vacío.

 

-Que se joda- completaron tanto Blaise y Draco juntando sus vasos en un elegante tintineo “y que por nada del mundo tenga que volver a verlo”

 

*~*~*2 semanas después*~*~*

 

Pensando que por fin podría regresar a sus austeros pero pacíficos días nunca intuyó con lo que se encontraría esa tarde de domingo.

 

Odiaba y amaba los últimos domingos de cada mes; pues, aunque podía compartir gran parte su día junto a su adorada hija, la parte mala era que tener que soportar a las visitas “especiales” que su pequeña invitaba, siendo principalmente sus compañeros del kínder. Tener que soportar los chillidos, disputas, gritos de niños correteando por el minúsculo espacio de su departamento casi siempre le dejaba los nervios crispados deseando a gritos un whisky de fuego y un filtro de paz.

 

Pero por el momento, preferiría todo aquello a lo que sus ojos grises captaron.

 

-¡¿Qué haces aquí?!- preguntó alarmado sintiendo el súbito golpe de querer gritarle y maldecirle por turbar su hogar con su impía presencia.

 

-Amm pues vine por…-hizo una pausa sacando una hoja rosa de su bolsillo con una letra torcida que era difícil no reconocer -una invitación oficial de la princesa Peony-

 

Draco casi se va de bruces al escuchar eso y en automático regresó a ver a su campante hija que estaba vestida como princesa medieval, con un amplio vestido naranja con un azul metálico y una corona con brillos. La niña se quedó parada en el corredor, debatiéndose entre la alegría y el terror viendo a ambos adultos.

 

-Permíteme un segundo- antes de escuchar protestas le cerró la puerta en la cara. Con un grácil movimiento se giró a su pequeña que se veía nerviosa pues su padre nos estaba para nada alegre.

 

-Explícate-

 

-Papi… dijiste que los domingos de juego debíamos invitar a un amigo “especial”… y yo quería tomar el té con mi nuevo amigo el señor Harry…- jugueteó con sus manitas nerviosa mirando hacia arriba con sus ojos llenitos, suplicando piedad con su regaño.

 

-Sí,  pero me refería a tus amigas de la escuela no a… a…- no pudo terminar la frase -¿Por qué Potter?- exclamó con una nota amarga.

 

-Porque dijiste que hay que ser amables y agradecidos y a mí me cae bien el señor Harry… aparte no olvides que es mi héroe…- su voz se agudizó mas al pensar en el medimago como su heroico salvador que Draco quería golpearse con fuerza contra la pared; en definitiva el destino era algo cruel.

 

Maldita estupidez” pensó desganado abriéndole la puerta a la última persona que quería ver en esos momentos.

 

 

Notas finales:

OMGSHH!! ya vamos por el capitulo 15!! realmente espero que les haya gustado!! el sabado subo lo que sigue para no tenerlos taaan en la espera de lo que pasara! (procurare hacerlo lo mas temprano que pueda jeje)

les mando besitos~  nos leemos prontito <3


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