Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

My Last Goodbye por MidNightFlower

[Reviews - 450]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Konbanwa preciosas personitas!!

aqui me tienen molestando nuevamente!! xD me di una escapadita y aunque me tarde acomodando el capi, creo que quedo bien, por eso aqui se los traigo!!~ yey!!

quiero agradecer a las maravillosas personitas que me dejan rr!! muchas gracias QueenRavenStark, Luis (x2), grimmyshiffer, innaluu, KamDreamFlu, LORDMOON, amry, Marrubji y  MarA!! muchas gracias por comentar!! se los agradesco de kokoro!! *O*

ahora espero no defraudarlos y que disfruten el capi!!~*

 


Harry no tuvo tiempo de reaccionar cuando la puerta le dio justo en la nariz y solo agradeció no haber puesto su pie para detenerla, si no ya podría haberle dicho adiós.


Estaba verdaderamente impresionado hallarse por voluntad propia en la humilde puerta de Draco Malfoy “quién diría que sucumbiría en un extraño mundo” pensó divertido, pero más extraño que estar en su residencia, era el hecho que él, entre todas las personas, estuviera viviendo en el mero centro del mundo muggle.


Por unos segundos pensó que era una broma de mal gusto, pero ver la trabajosa letra de la Peony, que ante el cumulo de ideas se notaba que no había tenido ayuda para escribirla, por tanto era obvio que el rubio no estaba al tanto de la invitación. La acción anterior le reiteró su suposición y solamente le mandaba buenos deseos a la pequeña porque no sufriera muchos regaños.


Cuando la puerta volvió a abrirse pudo ver en el portal a un Malfoy malhumorado con tremendo ceño fruncido tratando de demostrar toda su ira que a Harry solamente pudo causarle ternura que tenía unas arrebatadoras ganas de pasar sus dedos por esa arruga entre sus cejas “¿de cuando acá esas confianzas?” se quedó helado por su línea de pensamiento.


-Ok Potter bien venido a mini Malfoy Manor, la princesa Peony te recibirá en su palacio, pasa por el pasillo y ve hasta el fondo; es la puerta a la izquierda- Harry parpadeó varias veces. En definitiva todo está resultando tan bizarro, provocándole ganas de reír por la voz hastiada tratando de sonar ¿cortes? tuvo que hacer gala de su domino para contenerse pues podría tomársela tan mal  que en un abrir y cerrar de ojos le molería su trasero a punta de cruciatus.


-Malfoy, perdón por no avisar antes si podía venir o no, la verdad no sabía que pensar cuando recibí la nota de Peony y luego encontrarte aquí, es surreal… y bueno la verdad creí que estabas enterado…- el rubio rodó los ojos sacudiendo sus platinados cabellos alborotados que no pudieron ser domados y amasados en la rápida coleta baja.


No quería seguir pensando en ello. Ya había regañado a su pequeña por esa sorpresita y sin siquiera saber que mas hacer para que su traicionero corazón no siguiera saltando desbocado en su pecho, le abrió el paso.


-No hay problema, ella siempre es así… hace cosas que considera correctas sin detenerse a pensarlo mucho- como si no supiera a quien le recordaba. Negó con la cabeza.


El azabache sonrió descuidado haciendo tragar duro al ojigris. “Debí de haber hecho algo muy malo en el pasado para merecer eso” pensó queriendo aparecerse en cualquier otro lugar que ahí.


Para Harry eso iba subiendo en su escala de cosas raras y parecía que así seguiría por el resto del día, todo era bastante difícil de digerir. El departamento de Malfoy en el mundo muggle era bastante pequeño para un niño ricachón sangre pura que siempre se regodeaba de poseer lo mejor de lo mejor. “¿justicia divina? ¿Malas inversiones?” Seguía dándole vueltas al asunto tratando de darle sentido a lo que sus ojos verdes veían. No es que el lugar fuera feo, la verdad estaba bastante limpio, organizado y no parecía que ninguna mota de polvo osara posarse en algo antes de ser eliminada.


Había un juego de sala beige con chocolate frente a un centro de entretenimiento tan muggle compuesto de un televisor, mini componente, películas infantiles y libros coloridos a montón. Un refrigerador pequeño y un escritorio de madera en la esquina atestado de lápices, plumas, papeles con poststicks en ellas y en el centro una computadora y una impresora.


 “¿Qué fue lo que te paso Malfoy?” pensaba con curiosidad mientras avanzaba.


En el pasillo había fotos estáticas en la pared de todos tamaños, la mayoría eran de Peony en diferentes etapas de su crecimiento, desde un bebe dormido envuelto en una frazada rosa con flores, una niña con unas pequeñas coletas oscuras tratando de mantenerse de pie, una pequeña de no más de dos años soplándole a las velitas de su pastel de cumpleaños… pero la última fue la que atrajo la atención.


Era la más actual, de una sonriente Peony abrazada con fuerza de su papá mientras este le daba un beso en la mejilla; aunque su gesto se disimulaba a la cámara, pudo notar que estaba sonriendo, y no una sonrisa fría y arrogante como las que recordaba, si no una de genuina felicidad que entibió su corazón y a la vez un nuevo cuestionamiento le llegó a la mente ¿Dónde estaba la mamá de Peony? Pues en ninguna aparecía.


-Qué extraño…- murmuró antes de entrar al cuarto de la niña.


El cuarto era de un agradable rosa pastel que inundaba toda la estancia y que era engalanada con un enorme castillo pintado en la pared frente a la puerta; ahí se dio cuenta que no todo era rosa pastel, pues había un complejo entramado de cielo arriba del castillo que iba de tonos rojizos a violáceos a tenues amarillos que se perdían como rayos de sol.


-¡Señor Harry!- saludó la pequeña poniéndose de pie para irle a saludar. El azabache cerró su entreabierta boca pues estaba tan embobado con la pintura que ni notó cuando se abrió.


-Peony ¿Cómo estas pequeña? Veo que ya mejor- dijo sonriendo dándole un beso en la mejilla.


-¡Por supuesto! Peony ha sido una niña buena y ya no se ha dormido destapada- dijo dándole un gesto afirmativo con la cabeza y como si esperara algún tipo de halago abrió los ojos expectante.


-Eso está muy bien- acarició su cabeza con dulzura que fue bien recibida por la niña que le pidió que tomara asiento en su mesa de té; Harry solo esperaba no romperlo pues, aunque no era tan pequeño, se veía algo frágil –Traje unos bollo de mantequilla- señaló la bolsa de pan aun caliente gracias a un hechizo. La niña aplaudió emocionada.


-¡Perfecto! ¡Irá bien con el té de frambuesa!- tuvo que carraspear ante la noción de tomar té de verdad, pues no era de su agrado cualquier tipo de té, no soportaba el amargor que adquirían por las hojas secas –no haga gestos señor Harry, el té de frambuesas que trae mi papi es el mejor del mundo- dijo con orgullo alzando la cabeza “al parecer algunos gestos se heredan” pensó con media sonrisa.


-No lo dudo- le dio por su lado cuando escuchó un ruido de un portazo muy cerca haciéndole girar la cabeza. Quiso preguntar que fue, pero la niña pareció adivinar su pensamiento y le tomó la mano como tranquilizándolo.


-Solo fue mi papi, a veces es muy volátil- dijo sirviendo el humeante té en sus tacitas de plástico con una rosa abierta en medio –seguro ya se va a encerrar en su cuarto a pintar- Harry arqueó una ceja “¿Malfoy? ¿Pintar?” parecía que esas otras dos cosas no podían ir en la misma oración.


–Aunque le resulte extraño mi papi es muy bueno pintando, el pintó mis tacitas aburridas y las paredes de mi cuarto. Incluso me prometió cambiar mis paredes rosas por unas moradas que tengan muchas, muchas violetas  y una luna redondita en una esquina, estoy segura que se verá precioso- explicó con una brillante mirada mirando su cuarto como si fuera la primera vez


-Tu papi parece que es bastante bueno- dijo con agrado pensando en el Malfoy de la foto y el que estaba encerrado al otro cuarto, realmente adoraba a su pequeña.


-¡Sí, es el mejor papi del mundo!- aseguró abriendo los brazos para dar a entender su punto –aunque… mis amigos dicen que es amargado porque casi no sonríe…- hizo un mohín cruzándose de brazos. Era sorprendente como cambiaba de humor –pero lo que no saben es que no sonríe seguido porque sigue triste por mi papá… incluso a veces llora en las noches cuando cree que no lo veo…- dijo en voz baja como haciéndole confidencia y regresó a ver la puerta esperando que su padre no entrara a regañarla por decir algo que no debió.


Harry puso los ojos como plato. “¿escuché bien?”


-¿Dijiste papá?- no podía creerlo,  era demasiada información para digerir, aunque eso le daba una pista de porque había desaparecido del mundo mágico y se refugió ahí.


Embarazo masculino” pensó unos instantes. No era algo común en la última década, pero no era imposible, lo sabía porque lo vio en un semestre de su carrera y especialidad. Solamente los magos poderosos y de linajes ancestrales podían lograr concebir con su propio sexo como un mecanismo de supervivencia para no perder el apellido; pero sabía que era bastante difícil que se llevara a cabo pues era mediante una unión de almas, extrema compatibilidad entre los dos individuos, vaya, en palabras coloquiales un acto de amor verdadero.


-¡Sí! Yo tenía dos papis, aunque al otro no lo conocí… y  mi papi siempre cambia el tema cuando quiero preguntarle… incluso le dijo a mi maestra que estaba casado y que yo tenía una mami pero que nos abandonó cuando era muy pequeña…-Peony cerró sus ojitos antes de darle un sorbo a su té con una nota de tristeza que no pasó desapercibida por Harry que sintió su corazón estrujarse.


Dándole un apretón de manos, se empeñó en hacerle pasar el mejor tiempo posible; aunque en su mente estaba decidido a descubrir mas sobre lo que le acaba de decir la pequeña.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Luna” pensó al instante buscando sus polvos flu y optó aparecerse en el hogar paterno de su amiga, estaba seguro que ella tendría respuestas a todo lo que avasallaba en su interior rompiéndole la cabeza pedazo a pedazo al no saber que pensar.


-Hola Draco- saludo su rubia amiga llegando a su encuentro como si estuviera esperándole, eso solo le crispó más –Merlín, necesitas algo para revitalizarte, te vez bastante demacrado como si hubieras ganado 10 años- dijo con su sonrisa soñadora acariciándole las manchas oscuras bajos sus ojos, una actitud extrañamente maternal que había adquirido con el tiempo –Rolf, ¿podrías poner la tetera?- pidió a su marido que tras un leve asentimiento, se paró en dirección de la cocina.


-No, no me quedaré por mucho tiempo porque…-


-¿Es sobre Harry verdad?- “nada se le pasa” pensó el rubio apretando los labios queriéndole preguntar cómo le hacía –solamente alguien te puede poner así de alterado y ese es Harry, no hay que ser adivino para ello- “y lo volvió a hacer” se dijo irritado. Era casi como si pudiera leerle la mente.


-¿Qué sabes y que me puedes decir de ese mequetrefe Lovegood?- lo dijo tal como había circulado en su cabeza y su amiga le dedicó su clásica enigmática sonrisa.


-Ahora es Scamander, Draco… y no se mucho… pues después de “ese” incidente no he vuelto a hablar mucho con Harry ni con sus amigos… y solo te puedo decir que sigo firme en mi deducción, lo dije hace cinco años y sigo pensándolo -gruñó apretando los puños -Te lo había dicho Draco, pero no quisiste analizar detenidamente conmigo…- dijo solemne dándole un sorbo a su delicioso té que acababa de llegar.


Draco hizo una mueca de asco cuando olisqueó el famoso té amargo de Xenophilus Lovegood.


-Pero ¿pérdida de memoria? Es una estupidez, una locura… ¿Quién querría hacerle eso?- no tenía sentido, no lo tuvo hace tiempo y seguía sin cuajar en su mente.


-Piénsalo Draco, “el niño que vivió y venció al señor tenebroso, el elegido, el personaje más famoso del mundo mágico enamorado de un mortifago” eso dice mucho y antes de que me digas algo, se que eras un doble agente aunque no me lo dijeron, pero de ahí afuera nadie se enteró más que ustedes…- dijo meditabunda regresando a ver su tasa como si fuera lo más interesante del mundo.


Draco quiso protestar, decirle lo que fuera, pero era imposible, su subconsciente sabía tenía sentido.


-¿Porque?- preguntó en un hilo de voz.


-¿Celos? ¿Odio? ¿Ambición? eso es lo que menos importa…-


-No puedo creerlo…- apretó los ojos, mordiendo su labio con fuerza haciéndolo sangrar. Negó con la cabeza apretándola con ambas manos –no… el me mintió, el es un maldito bastardo…- se levantó dando un golpe en la mesa, quería decirle que se callara.


-¿Te ha tratado mal? ¿Ha sido cruel? ¿Te ha ofendido de algún modo?- el rubio desencajó la mandíbula que tembló ligeramente -¿crees que una persona que agrede y ofende, que manipula y doblega y que se regodea en lastimar podría estar en tu delante sin querer probar un poco de ser el creador de ese dolor?- Draco cerró la boca de golpe y se dejó caer en la silla sintiendo sus todos los músculos de su cuerpo volverse laxos – ahí tienes la respuesta a tu pregunta…- odiaba su fastidiosa solemnidad.


-Maldita sabelotodo…- rumió exasperado, tenía mucho que pensar y lo peor de todo es que el bastardo estaba en su casa jugando de lo lindo con su hija.


-Fue un placer tenerte aquí Draco, espero que regreses con Peony, quiero darle unos brotes de mis cerezas dirigibles- lo estaba despidiendo antes de que pudiera procesarlo y entrecerró los ojos disgustado, pero con bufido se levantó.


-Eso es falta de educación correr a tus invitados- dijo muy digno dándole un abrazo a Luna y un cortes apretón de manos a Rolf.


-Tu viniste sin invitación Draco- sonrió pasándole su caldero de polvos flu.


-Touché- dijo  con media sonrisa –antes de irme… ¿Qué me sugieres que haga? Digo, no es que realmente necesite que alguien me diga qué hacer, pero sería bueno escuchar tu TAAAN sabio concejo- Luna ladeó la cabeza divertido y acarició su mejilla dándole apoyo.


-Simplemente escucha lo que tenga que decir- fue lo único que dijo antes de desapareciera tras las llamas verdes.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Su cabeza seguía rodeando la idea de “pérdida de memoria” y su cerebro dolía.  No tenía idea que hacer, quería gritar.


Nada mas llegó se sacudió las cenizas de sus ropas y entró a la cocina para servirse una gran copa de whisky de fuego y queriendo llevar aire a sus apabullados pulmones salió a su balconcito. Ese lugar era un buen lugar para meditar y rebuscó en su escondite en la pared su cajetilla de cigarros y encendió uno sintiendo sus manos temblar. No sabía si por todas las ideas fluctuantes por la ansiedad queriendo ser apaciguada por ese asqueroso pero muy adictivo invento muggle.


Era imposible pensar en eso y olvidar las palabras más filosas que cuchillos rompiendo con cada una de ellas: su ilusión, su en sueño y su amor. No… aunque fuera verdad, no podía desvanecer de la noche a la mañana tantos años de odio, de alimentar su dolor con esas crueles palabras recordándole no confiar ciegamente ni sentir nunca más.


-Malfoy- llamó una voz a sus espaldas que no contuvo su necesidad de rodar sus ojos.


Ver a Malfoy bajo una diferente luz era un gran hallazgo. Bueno, de buenas a primeras volverlo a ver hizo que lo viera con otros ojos; no era lo que recordaba, estaba tan cambiado que se sentía ansioso, tanto que su corazón latía más rápido (claro, era la única explicación).


-Potter- contestó soltando una bocanada de humo que el azabache dio una negativa ante esa acción – ¿no deberías de estar en una fiesta de té con mi hija?- preguntó arqueando la ceja empinándose el vaso hasta el fondo. Lo necesitaba, necesitaba fuerzas. Lastimas que su tolerancia al alcohol era mínima porque reamente apreciaría poderse beber todo su repertorio de bebidas alcohólicas para suprimir la molesta voz de su subconsciente repitiendo una y otra vez “pérdida de memoria”.


-Se quedó dormida en medio de el mago de Oz, vaya que le gusta esa película y se la sabe de memoria, es maravillosa…- Draco asintió, lo sabía, su pequeña era espectacular y demasiado alegre e inocente que temía porque alguien le hiciera daño.


-Dime algo que no sepa Potter-  juntó toda su soberbia dispersa y la soltó en esas seis palabras. Harry sonrió, no sabía porque, pero le parecía interesante la actitud desafiante que quería portar, aun cuando su rostro dolido demostraba su infinita tristeza escondida bajo esos ojos grises que presagiaban una tormenta.


-Que no deberías de poner en tu boca ese taco de cáncer que le hará daño a tu hija- como niño chiquito se sacó de mala gana el cigarrillo y lo apagó en su cenicero.


-Lo que haga o deje de hacer no es tu problema-


-Lo sé… pero trataba de ser amable- dijo divertido al notar que le había hecho caso.


-Pierdes tu tiempo- agregó dándole la espalda. Con una inhalación dio un paso al frente hasta llegar al barandal y se recargó para verle mejor -¿ahora qué quieres?- dijo ceñudo.


-Decirte que Peony me invitó a su recital de ballet que es en un mes …- “esa niña” pensó rejuntando sus ojos –y quería saber que te parecía, pues cuando abriste la puerta no te veías muy bien y realmente no quiero causarte molestia- rechistó. Era un idiota, un sentimental Gryffindor idiota.


-Si ella así lo quiso es porque le caes bien… para su edad es buena juzgando a las personas…- dijo asomándose para ver el piso, era mucho mejor que ver los ojos verdes que tanto tiempo le cautivaron y enloquecieron durante insufribles días queriéndose perder en las llanuras de ese paraíso terrenal que representaba su mirada.


-Realmente lamento lo que dije en San Mungo… no tenía idea…- arqueó una ceja, pues no tenía idea de que estaba hablando -pero mantengo lo de que hiciste un buen trabajo criándola, es bastante atenta, linda e inteligente- su boca formó una “O”  y dio un asentimiento de cabeza.


Harry quería hacerle tantas preguntas, pero sabía que eso solamente pondría en mal posición a la pequeña ojiverde, aunque pensándolo bien, tal vez ya la dejó mal al decirle aquello.


Sabía que su pequeña a veces no podía evitar hablar de más “perfecto otra cosa igual” dijo dándole la vuelta para recargar sus codos en el barandal.


-Hago lo que puedo… le doy todo lo que puedo tratando de no mimarla demasiado, que aprenda valores que yo aprendí tardíamente- dijo echando la cabeza hacia atrás.


La curvatura que formaba su cuello hizo que se le secara la boca al ojiverde que solo carraspeó desviando la mirada.


-Ella realmente es una niña saludable y me agrada muchísimo…- dijo genuinamente. Aunque solo había estado con ella en cuatro ocasiones, se había inmiscuido en su corazón demandando su atención y afecto que estaba seguro le daría sin dudarlo.


-A ella también le agradas mucho…- dijo por fin mirándolo a los ojos que Harry no supo porque pero contuvo la respiración sitiando encontrar algo en ese brillo plateado que había perdido, pero no estaba seguro de que era.


 

Notas finales:

Aww ¿que les parecio?!!  (aunque no me pueden ver, me estoy moridiendo las uñas preocupada de que no lo hayan disfrutado!! TOT)

Espero sus preciosos rr que me alegran el dia (aunque sean crucios, no importa!! xD)

[*kaoru-chan ¿donde estas?!! TOT*]

Bueno me despido mandandoles besitos!! los adoroo!! y nos leemos el jueves~*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).