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My Last Goodbye por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Bueno queridas estrellitas mias, ha llegado el fin de esta historia! este medio año compartido con ustedes fue mas que enriquecedor para mi! tan lleno de altibajos, risas y lagrimas que no lo cambiaria por nada del mundo!

Espero que sea de su agrado este epilogo, que es especialmente hecho para ustedes! A leer se ha dicho~

Recargándose contra el rígido camastro de la terraza observaba con deleite a su pequeña Peony que correteaba de un lado a otro con su varita de entrenamiento en alto esparciendo sonrisas cada que lograba que chispas de colores salieran de ella.


Hacía un agradable clima con poco sol y una brisa refrescante tan propia de esa parte de Estados Unidos. Agradecía haber acondicionado la terraza con un hechizo especial para que los brotes de magia más frecuentes de Peony pasaran desapercibidos por los vecinos que eran en su mayoría, si no en su totalidad, muggles.


Un golpe en la puerta lo sacó de su ensimismamiento y  divisó a Draco entrando en la estancia acomodando su ahora corto cabello tras su oreja. Parecía que aun no se acostumbraba a traerlo a esa altura porque seguía buscando una forma de sujetarlo con una liguilla sin éxito, pues los mechones corrían libremente entre sus dedos haciéndole gruñir.


Harry sonrió radiante al ver a Peony acercase al ojigris y se acomodó mejor sus lentes para poder ver a ese maravilloso cuadro familiar que tanto amaba.


-¡Mira papi, Peony ya pudo!- exclamó triunfal cuando una nube de humo en forma de mariposa salió de la varita de madera y fue premiada por un beso en la frente de su amado ángel rubio que palmeando su cabeza le encomendó que siguiera jugueteando.


Dando una profunda inhalación, Draco clavó sus preciosos ojos de plata liquida en los suyos con una disimulada mueca que solo dejaba entrever aquellos sentimientos que eran solo para él. Harry se estremeció de pies a cabeza con ese momento compartido en silencio y más aun cuando con su elegante pero ahora más pausado caminar se le aproximó para sentarse a su lado.


Con la manía de antaño de querer tocarle cada que podía, retiró el suave cabello que ondeaba libre en el viento queriendo ocultar sus preciosos ojos y los acomodó como pudo tras de su oreja antes de besarle su mejilla arrebolada.


-Ahora que le compraste esa varita de entrenamiento no parará de usarla e insistir en mostrársela a sus amiguitos- murmuró haciendo un adorable mohín que ni él se tragaba que estaba molesto, pues Peony aunque un poco caprichosa como él, sabía obedecer a motivos.


Sin embargo como nunca estaba de mas, Harry se encargó de recordarle que su pequeña ya tenía edad para eso y más (aunque Draco de buenas a primeras dio un “no” rotundamente a comprarle una escoba de practica porque sabía que nada mas probarla no podría soltarla y eso era más difícil de ocultar que una varita).


-Pero ella sabe que es solo para la casa hasta que vaya a Hogwarts…- murmuró en su oído deleitándose con el pequeño estremecimiento que ocasionó. Como adoraba cada reacción en el cuerpo de su amado dragón, como era tan sensible a su cercanía y como sus mejillas pálidas ganaban rubor a ciertas palabras suyas o caricias prodigadas con ternura.


-Eso si va a Hogwarts…- rebatió y Harry solo exclamó un bufido. La tarde estaba transcurriendo tranquila y no quería echarla a perder siguiendo discutiendo sobre donde mandarían a Peony a estudiar, pues aunque él estaba seguro de que iría a Hogwarts, donde se conocieron y compartieron tan preciados momentos, pero el empecinado rubio no desistía la idea de mandarla a Beuxbatons.  “¿Qué hacerle? Ni cien hombres pueden combatir con un dragón enfurruñado” pero estaba seguro que mas a delante retomarían esa charla pendiente.


Como un felino mimoso, Draco se restregó contra su mejilla buscando ansioso sus labios y comenzó a  besarle lentamente, sin prisa. Ese exquisito sabor propio de Draco borboteaba en su interior instándole a buscar más de su néctar, a chupar y mordisquear esos delicioso labios que se acoplaban a los suyos, entregándose de igual manera a esa danza.


No sabía que hubiera hecho si Draco no le permitiera regresar o que no le recibiera, solo sabía que de haber pasado aquello, jamás se hubiera podido recuperar, pues ¿Cómo afrontar al mundo con solo una parte de su corazón?


“Menos mal que lo que sentimos es mucho más fuerte” pensó emocionado, recordando aquel día que armándose de valor llegó a Estados Unidos con un único pensamiento en la mente “recuperar a su familia”


*~*~*~*~*~*Flash Back*~*~*~*~*~*


-Ya estoy en casa Draco…- murmuró enterrando su nariz en ese sedoso cabello platinado inhalando su delicioso aroma amaderado con tenues notas de lavanda. Era tan suyo que podía perderse en ese olor por el resto de su vida.


-Harry…- dejó escapar en un murmullo mientras su delgado cuerpo temblaba –Oh Harry… realmente estas aquí…- dijo buscando su rostro con ambas manos, palmeándolo con cariño para sentir las características de su bronceada piel, como si su solo roce se hubiera quedado grabado en su mente.


-Por supuesto mi amor… no creías que te iba a obedecer y dejarte ir así como así sin dar pelea- esa brillante sonrisa acompañada de una burbujeante risa era la de su Harry, estaba tan embelesado que tenía que recordarse el respirar. Tenerle nuevamente ahí con él era demasiado que no cabía la sorpresa en su corazón. Hasta que estuvo conforme con el reconocimiento se abalanzó contra él devorando ansioso sus labios.


-Eres un idiota…- sollozó en su boca. Aquel bendito sabor de sus besos era el mejor bálsamo para curar sus heridas causadas por terceros y esta ultima por él mismo. Puede que sonara exagerado pero después de todo lo que vivió con su amado azabache, la vida sin él no tenía sentido ni forma salvo la constante presencia de Peony que le daba color a la pequeña burbuja creada entre ellos, pero a nada mas… empero ahora, se podía considerar completo.


-¡Papá!- exclamó Peony nada más verlo. Sus ojitos verdes llenitos de la emoción los veía dudando si ir a su encuentro o no, pero el brazo abierto de Harry le indicó aquello que quería hacer. Peony se abalanzó contra su cuerpo y enterró su cara en su estomago sollozando de alegría –Sabía que regresarías…-


Con una muda pregunta hacia el rubio, Draco asintió murmurando un “ella lo sabe” y Harry no cabía dentro de sí. Tenía todo un discurso planeado para cuando llegara el momento de revelarle que era su padre y que a pesar que no estuvo con ellos por un tiempo, siempre los amó.


-Mi pequeña…- dijo hincándose para poderla abrazar como era debido.


-¿Ya no nos vas a dejar, verdad? ¿Ahora si te quedaras con nosotros?- Harry asintió limpiando sus cristalinas lágrimas con el dorso de su índice.


-Claro que no me iré nunca más princesa. Los amo con todo mi corazón, mi lugar es a su lado-


-¿Enserio, enserio?- preguntó ilusionada.


-Es una promesa…-


-Eso espero- dijo Draco deshaciendo su hechizo glamour, dejándole ver aquello que quería ocultar de los ojos curiosos de sus compañeros de trabajo, pero que por el momento, era más que pertinente que su amante conociera su nuevo secreto.


Aquello dejó a Harry con la boca entreabierta sin poder armar palabras congruentes más que balbuceo sin sentido, no podía salir de su estupefacción. Draco poniendo los ojos en blanco, atrajo su mano hacia su vientre haciendo más real el momento.


-Mi vida…- musitó acariciando esa redondeada zona en la que descansaba su mano. Sentía la magia fluir en el interior de su dragón provocando un agradable cosquilleo en sus dígitos. Aun sin poder creerlo –es-es… es lo que creo que…- no podía hilar una frase congruente. Tan típica esa reacción de su torpe Gryffindor, pero eso no le evitó que esbozara una dulce sonrisa.


-Si Harry… vas a ser padre otra vez…-


*~*~*~*~*Fin del Flash Back*~*~*~*~*


Aquellas sencillas palabras fueron más de lo que una vez soñó. Su familia se expandía y él no podía ser más feliz de lo que era en ese momento. Con un cariñoso ademan acarició delicadamente el vientre abultado de su amado depositándole un beso. Cuando vio que empezaba a oscurecer y que el viento comenzaba a arreciar se dirigió a Peony.


-Vamos pequeña, abajo- la niña campante asintió haciendo un ademan militar y abrió la puerta para bajar de la terraza.


Al notar ese semblante digno de un muy lento y pesado Draco se enterneció de tal forma que sin advertencia lo elevó del suelo y acomodándolo entre sus brazos comenzó a descender las escaleras.


-¡Oye! ¡Bájame Potter, que puedo caminar! ¡Merlín que no estoy minusválido!- por más que protestaba, el azabache era oídos sordos para los quejidos de su amante quien pataleaba medio molesto porque lo estaba cargando como princesa – ¡Potter!- siguió vociferando.


Peony correteaba en círculos a su alrededor divirtiéndose de lo lindo por las rabietas de su papi. Mas que aclimatada de esas acaloradas pequeñas discusiones, sonrió hacia su rubio padre que era conducido a su recamara aun en brazos de su papá Harry.


-Vamos Papi, no seas tan llorón- expresó jubilosa cuando con todo el cuidado del mundo su papá lo depositó en la mullida cama y Peony se acurrucó en sus piernas.


-¡Peony!- chilló ofendido con una mueca de horror ante aquellas palabras –¡un Malfoy no es llorón!- se cruzó de brazos haciendo una comisura. No podía creer esa insolencia, él no educó así a su hija para que le contestara de esa forma y en menos de 3 meses, el nuevamente cuatro ojos va y deja que hable de esa forma.


-Pues este precioso puchero me dice lo contrario…- canturreó Harry alejando algunos mechones de cabello de su rostro y eso solo le sirvió para cabrearlo más.


-¡Tu cállate, Potter, que por tu culpa mi hija ya no me respeta!- Peony bajó la mirada mientras que con su manita palmeó su redondeado vientre y Draco casi se arrepintió de subir la voz.


-Papi, no te enojes… porque si no al bebe bonito le va a hacer daño- reprendió con ternura ablandándole un poco y solo refunfuñó dejándose mimar por las manos de su pequeña y de su medimago personal que sin aviso se había recostado a su lado.


-Está bien…-


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Con los ánimos ya apaciguados y una sustanciosa cena en la cama, Peony subiéndose al regazo de su papi entre mimos y muchos besitos le deseo un “dulces sueños” a él y al bebe y con una risilla se fue corriendo al lado de Harry para que la acompañara su cuarto.


Mirándoles salir del cuarto, Draco recargó su cabeza sobre la almohada mirando al techo con una tímida sonrisa; seguía sin poder creer que estaba gestando nuevamente, mucho menos ahora que la vida de su adorada princesa estaba cambiando en tantos aspectos, desde su nueva vida en el continente, sus nuevas expresiones de magia, hasta la convivencia con Harry después de que durante seis años, solo habían sido ellos dos.


Aunque infundado, le asustaba como se lo tomaría, de buenas a primeras sabía que su niña era un pan de dios, tan dulce y pura sin una pizca de maldad en ella, pero tal vez no le haría mucha gracia tener que compartir su afecto con el nuevo bebe. Apretó sus ojos y acarició su vientre descartando aquello tan rápido como llegó.


Peony adoraba al nuevo bebe, se veía a leguas con sus detalles y brillantes ojos cada que veía su vientre. Suspiró más tranquilo. Todo resultaría bien, o al menos Harry se encargaría de hacerle ver el lado positivo a todo.


Viendo a Harry emerger del umbral se le quedó viendo esperando encontrar todo dentro de lo normal.


-¿Peony ya esta acostada?- el moreno asintió -¿le pusiste su luz de noche?- volvió a asentir atusándose sus cabellos eternamente alborotados -¿le leíste un cuento? Porque ha está muy interesada en ese tal Tom Sawyer que no entiendo que le ve pero que sigue insistiendo que le lea…-


Harry sonrió con ternura ante su dragón preocupón y besó con cariño su coronilla. -Draco, tranquilo… claro que lo hice, no es la primera vez que lo hago, ni la última- el rubio asintió soltando lentamente el aire.


-Claro- dijo condescendiente para sorpresa de Harry ya que siempre era costumbre de Draco rebatir cualquier apertura que le dejara, pero al ver que se puso serio, consideró que debía cambiarse rápidamente para poder acurrucarse a su lado y mimarlo un poco.


Draco se mordió el labio observando la espalda del moreno y se maravillo por la manera en que sus músculos se movían, tensándose y relajándose, tan marcados y apetecibles que tuvo que contener un gemido; “Estúpidas hormonas” pensó sintiéndose como un tonto adolecente caliente.


-Harry…- susurró suavemente captando por entera la atención del ojiverde que regresándole la mirada, pudo notar el deseo brotar por cada poro de su cuerpo. Harry no tuvo que meditársela ni dos segundos pues al instante sus labios ya estaba sobre los de Draco, moviéndose, jadeando contra ellos, abriéndose paso a explorar la dulzura de su húmeda cavidad que le enloquecía.


Con su brazo lo atrajo para ponerlo sobre sus piernas y tener mayor acceso a su boca y su delicado cuello que comenzó a marcar con estrellas rojas. Draco ya era un manojo de sollozos y gemidos entrecortados. Sentía las caricias totales de Harry prodigadas a cada centímetro de su cuerpo, restregándole su más que dura erección entre sus nalgas, Merlín, cuanto ansiaba eso, que su piel parecía que entraría en combustión al instante.


Pero Harry al llegar a sus endurecidos pezones, cesó su lengua y haciendo un gesto de querer detenerse. Draco sollozó frustrado.


-¿Si no hubiera regresado no me habrías dicho de nuestro bebe?- dejó ir aquella pregunta que venía rodando su cabeza, interrumpiendo de paso el mágico instante de tajo. No es que no ansiara hundirse en el delicioso interior de su ángel, pero con dos semanas de convivencia aun no habían hablado con entereza de todo y con honestidad odiaba pensar que otra vez lo hubiera alejado cuando más le necesitaba y mas en aquel momento que el fruto de su amor crecía en el bello interior de su dragón.


Draco protestó exasperado y miró hacia la ventana, ¿Cómo pudo romper el momento así como así? Bufó molesto, estaba más caliente que el sol y Harry se le ocurría preguntar aquello en ese preciso momento. Ni el mismo estaba completamente seguro de su respuesta. Siguiendo la lógica de sus acciones exhaló un suspiro dignándose a contestar.


-Estaba confiado que tarde o temprano ibas a venir por nosotros… no lo sé… ¿confianza ciega, tal vez?- Harry sonrió estrechando su mano acariciándola con su pulgar -Pero no estaba cien por ciento seguro…- ladeó la cabeza como si presintiera lo que diría, sin embargo no llegó a interrumpirle -pero creo que no te lo habría dicho… no querría forzarte a permanecer con nosotros por un nuevo bebe…- Harry boqueó y entrecerró los ojos algo dolido.


-¿Cómo puedes decir eso? ¿Obligado a quedarme? Draco, te amo… los amo bastante, muchísimo más de lo que imaginas, son mi familia…. ¿Qué más valioso hay que eso? –Draco bajó avergonzado la cabeza. Sabía que había sido tonto decírselo o pensarlo, pero no pudo evitarlo; “malditas hormonas” pensó a la par que comenzaba a sollozar ye hizo el intento de quitarse de encima de sus piernas para salir corriendo de ahí, pero Harry le retuvo –no llores mi vida-


-Pero… es que no pensé correctamente… bueno… si… pero no esperaba estar de nuevo embarazado…- gimoteó quedito mientras Harry repartía dulces besos por todo su rostro deteniéndose especialmente en sus parpados -¿estás enojado conmigo?- preguntó con vergüenza nada natural en él.


-No, no estoy enojado… ven- expresó sentándolo en sus piernas para poder besarlo profundamente –nada me alejará de ustedes… te amo mi bello ángel-


-Yo también te amo…-


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Con varios desacuerdos y muchas reconciliaciones, pudieron llegar a un acuerdo. Draco podía seguir trabajando, pero tenía que hacerlo desde la comodidad de su casa, limitar sus salidas a la oficina para no abusar de su magia con el glamour y por ultimo tenía que pedir sus vacaciones por adelantado cuando estuviera en su último mes. Aunque a Draco no le gustó mucho ceder, Harry tuvo métodos muy ardientes… eh, persuasivos, para hacerle cambiar de opinión.


Aun que aun tenían un asunto pendiente. El bebe. Draco no daba su brazo a torcer con ello y se negaba a ir con un medimago a que le llevara el registro de embarazo.


-¿Porque no quieres ir con el obstetra Draco? necesitas un control…-


-Estoy bien- siseó en advertencia –confió plenamente en los suplementos de acido fólico y re- estructuradores de magia que me provees, aparte, para tu información, ya tuve una hija y no necesité ir al tonto hospital para que me diga que estoy bien, algo que por adelantado ya se-


 


Harry consideraba muy arriesgado que siguiera de esa manera tan terca, pero Draco insistía en hacerse oídos sordos y prefería salirse por la tangente.


-Draco…-


-Y bueno Harry aun no me has dicho ¿porque tardaste tanto en volver? 4 meses no pasan en un suspiro- peguntó mientras leía cómodamente en su amplio sillón chocolate rehuyendo su severa mirada.


El moreno resopló audiblemente “y lo vuelve a hacer” pensó poniendo los ojos en blanco, pero por el momento lo dejaría pasar; las hormonas estaban jugando mucho con su dragón poniéndolo de un humor volátil, bueno, mas volátil que el de costumbre y era mejor tenerlo de buenas; por otro lado, pensó que ya iba siendo momento de tocar el tema pues desde el mes pasado que regresó a ellos, no le había hecho tal pregunta y decidió contestar de buena manera.


-Pasar esos cuatro meses lejos de ustedes fue una verdadera tortura… pero era necesario y no pasó en un suspiro como dices- contestó haciendo espacio en el sillón para que se recostara sobre él.


Draco interesado en escuchar se recostó sobre su pecho y guardó silencio. Harry con media sonrisa acarició sus cabellos y comenzó a relatar todo; desde el doloroso funeral de su querida Hermione con su ardua tarea de ayudar a Ron, quien parecía que había perdido el norte y no encontrara motivos suficientes para vivir; hasta lo destrozados que estaban los Weasley por lo de Ginny y su reclusión en Azkaban que tampoco hizo más llevadero lo de Ron pues al principio tanto Arthur como Bill parecían echarle por entera la culpa de la demencia de Ginny con su cortante trato y secas expresiones.


Los primeros dos meses fueron difíciles, pero fue gracias a Molly, quien, aunque dolida, atenuaba todas las asperezas generadas en la Madriguera, reiterándole que pese al mal tiempo, ellos siempre le considerarían como un hijo más y que no estaba resentida con él y les haría ver a todos que él no tenía culpa de nada.


Recuperar sus recuerdos fue otro cantar; pues tanto Luna, como el psicomago Rigan y Pansy llegaron a la conclusión que sus recuerdos no estaban tan bien conservados como esperaban, al parecer Ginny no se tomó la molestia de ponerlos en un medio adecuado para su preservación como correspondía “claro, como si le hubiera importado mantenerlos íntegros” y Pansy con buena disposición, se comprometió a hacer todo lo posible por devolvérselos lo mas intactos posible. Pero en palabras de Rigan “es más fácil extraer un recuerdo, que devolverlo en su condición inicial” y contra todo pronostico, les tomó otros quince días tener todo listo y en las mejores condiciones posibles.


-Así que ya te imaginaras, entre los tres desenredando mi mente como si de una bola de hilo de tratara… aquello les llevó casi dos días y medio y al termino estuve en “sueño inducido” por dos semanas más bajo observación- Draco se tensó y apretó su mano.


-¿Porque demonios Luna no me lo dijo? ¿O Pansy?- dijo mas que ofendido y furioso con sus mejores amigas. Pero Harry lo tranquilizó recorriendo su suave mejilla con ternura.


-No te dijeron nada porque prefirieron seguirnos el juego y pretender que tal vez no íbamos a estar juntos nuevamente…- esbozó una sonrisa triste y Draco se sintió mal, aunque no hubo tono acusador de por medio –así que cuando me recuperé, recordé prácticamente todo y fue maravilloso, incluso renació mi ira hacia Ginny por haber hecho algo tan atroz como hacerme olvidarte…- hizo una mueca de horror y apretó ligeramente el agarre de Draco como si temiera que de un momento a otro se desvaneciera nuevamente como un sueño -pero bueno, después de eso, programé mi traslado al hospital  Santa Rita aquí en California y heme aquí-


-Cuanto lo lamento Harry… debí estar ahí contigo, pero…- Harry lo interrumpió poniendo su mano sobre sus labios.


-Claro que te entiendo mi amor, primero está tu seguridad y la de Peony… así que no te disculpes, estuvo bien lo que hiciste- Draco le besó con ternura, tan suave y tembloroso derritiéndose de amor por ese hombre que estuvo a punto de perder.


-Bueno, ahora habiendo aclarado todo, creo que iremos con el medimago…-


-¿Por qué?- preguntó horrorizado Draco ante la nueva sonrisa picara de Harry. “Rayos, creí que lo tenía”


-Tiene que revistarte- Hizo nuevamente berrinche ignorándolo e intentó ponerse de pie pero el peso era demasiado “maldición, parece que voy a explotar” pensó horrorizado sobando su vientre –Draco…-


-Pero tú puedes más que medicarme Harry, aparte no me siento mal, solo este cochino dolor de espalda y de pies, pero de ahí afuera me siento bien, las pociones que me das obran maravillas- Harry arqueó la ceja y la mueca de Draco se pronunció.


-Pero no es lo mismo, yo no soy especialista en esa rama- solo hubo un bufido como respuesta –vamos Draco, que no es la primera vez que vas con un obstetra- dijo con suavidad al más que refunfuñón dragón enojado –aparte, tenemos que programar cuando será la cesárea- no hubo cambio en el ceño fruncido –y… ¿acaso no tienes curiosidad por ver a nuestro pequeñín?- eso fue el empuje que necesitó.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


“Son dos… Merlín, son dos” La explosión de júbilo en su interior no podía atenuarse con nada en el mundo, ser el doble de feliz con una noticia era más que difícil de digerir y ni hablar de sobreponerse al arcoíris meloso sobre sus cabezas que amenazaba con no disiparse en lo que restaba del año.


-Draco, me haces el hombre más dichoso del mundo- dijo dándole un beso rápido al instante que levantaba por los aires a una emocionada Peony quien estaba casi tan radiante como él.


-¡Hermanitos, hermanitos!- exclamaba lanzándole besitos a su papi y los nuevos bebes que ya pronto conocería.


“Por Salazar, por eso parezco hipopótamo” Draco ante la noticia sintió desmayarse y estaba seguro que nada calmaría su nerviosismo como una gran rebanada de pastel de chocolate. Con un escalofrió reprimió su antojo y negó, no quería seguir engordando y encargó a Peony ponerse a hacer su tarea esperando que así bajara un poco su emoción y le dejara descansar pues como le dolían los pies “y todavía me faltan 4 meses, Morgana me libre” rumió poniéndose un paño húmedo sobre la frente.


Desglosando sus útiles sobre la mesa, Peony obediente comenzó sus deberes sin borrar su sonrisa y comenzó a tararear una cancioncilla que a Draco le resultó pegajosa.


-¿Y cómo les pondremos?-  preguntó Harry comenzando a masajear los hinchados pies de su dragón con sumo cariño. Esbozando un pequeño gemido de alivio se arrellanó en el sofá “que delicia” pensó mordiendo su labio dejándose llevar por esas caricias, en definitiva Harry podía hacer maravillas con sus manos “y con otras cosas” rió para sus adentros tratando de controlarse. Estaba tan relajado que casi se le olvidó que Harry había hecho una pregunta.


Pensándoselo por unos momentos carraspeó y se dirigió a Peony.


-Quiero que tengan nombre de flores o estrellas… pequeña ¿tú qué dices?- la niña dejó de colorear en su cuaderno y de un brinquito se aproximó al vientre de su padre para comenzar a trazar círculos como si pudiera sentir la magia de los pequeños.


-¡Violeta! ¡Si es niña quiero que se llame Violeta!- exclamó triunfal. Draco asintió, se oía lindo –y… ¡Edelweiss!- Harry arqueó una ceja. Se escuchaba raro para él.


-Muy bien Peony- profirió Draco palmeando su cabeza. Harry absorto ladeó la cabeza.


-¿Qué es Edel…guis…?- Draco rió, era de esperarse algo así de su Harry.


-Es Weiss… se pronuncia “vis” “Edelviss”- dijo el rubio como si fuera lo más lógico del mundo “al menos no para mi” pensó algo molesto Harry.


-Es una flor muy blanca papá. Es pequeña y tiene como brillantitos de cristal… abuelita Cissy tiene una peineta de Edelweiss inmortales- dijo emocionada apretando sus ojitos como tratando de recordar su forma.


-Bueno…- dijo rascándose la nuca -¿y si son niños?-


-Hyperion- dijo la niña muy segura que Harry se quedó en las mismas que el nombre anterior. –o Arthurus-


-Pero Hyperion no es nombre de estrella-


-Lo sé papi… es el nombre de un titán de la mitología… pero a Peony le gusta cómo suena- Draco lo meditó y pareció conforme con su resolución.


-Bueno, como estoy seguro que serán un niño y una niña ¿Qué te parece Lily Violeta Malfoy-Potter y Sirius Hyperion Malfoy-Potter?- los ojos de su moreno resplandecieron ante el nombre de su madre y su padrino y asintió gustoso.


-Perfecto. Me parecen perfectos-


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Los antojos lo estaban matando lentamente. Como odiaba tenerlos esporádicamente y con tal fuerza que sentía que enloquecería si no se le cumplía su capricho. Se removió inquieto en la cama y se quitó el maldito cobertor opresor de su cuerpo y despertó a Harry.


-Harry… quiero pastel…- gimoteó como un niño pequeño. Harry amodorrado gruñó y tanteó en su mesita de al lado buscando sus lentes e invocó un lumus seguido por un tempus las tres cuarenta y cinco de la madrugada” bufó frotando sus ojos. Esa noche había estado más que movida por que por su enorme vientre, Draco no encontraba una buena y cómoda posición para descansar y si hacia cuentas, solo llevaban dos horas de sueño.


-Draco… duerme, ya se te pasará mi vida- besó su cabello y volvió a acomodarse. Draco estaba más que ofendido por esa batea, ¿Cómo se atrevía a menos preciar su antojo? Y para acabar de rematar su enojo, Harry comenzó a roncar plácidamente.


Eso era el colmo. Entre bufido y bufido se levantó acomodando su bata de seda verde y a lentos pasos se dirigió a la cocina. Con un movimiento de varita insonorizó la habitación de su pequeña y le lanzó un sonorus especial a Harry.


Sacando con mucho trabajo harina, huevos  chocolate y mantequilla, puso a andar la batidora en su máximo volumen. Un grito proveniente de su cuarto le reiteró que su plan funcionó y al ver a su azabache llegar a trompicones a su encuentro le hizo fruncir el entrecejo.


-¡¿Qué estás haciendo?!- preguntó sobrepuesto de su primer susto, pasando a un tono de irritación que no hizo mella en él.


-¿Qué parece que estoy haciendo? ¡Estoy haciendo mi propio pastel ya que no quieres comprarme uno! Claro, como un antojo es una tontería y todo eso…- Harry bajó lentamente sus hombros y frotó el puente de su nariz. Necesitaba demasiada paciencia para su dragón enfurruñado.


-Draco, deja eso- se acercó a apagar la batidora infernal y acarició los brazos cruzados del rubio -¿de qué quieres tu pastel?- los ojos de Draco brillaron expectantes y Harry supo que hizo lo correcto.


-Quiero un pastel de chocolate con almendra y mucha crema ganache y frambuesas… también un pastel de chocolate blanco bañado con cajeta y caramelo y hojas de oro como el que hacen en casa de Pansy- “oh Merlín, Parkinson me matará” pensó asintiendo mientras que lo cargaba para regresarlo al cuarto.


Calmar a Draco prometiéndole regresar con sus pasteles fue fácil, llegar a la mansión Zabinni-Parkinson a pedir que le hicieran un pastel a las cuatro de la mañana fue lo difícil. Tras varías reprimendas y chillidos inteligibles para Harry por parte de la pelinegra, la mayoría de las palabras que se colaban a sus oído serán algo como “¿no pudiste venir a una hora más razonable?” o “¿Por qué no lo hacer mejor tu?” (Estaba muy cansado para rebatirle y guardaba paciente silencio), logró que aceptara cumplir el capricho de su dragón. Así que concentrado en su misión le dio las gracias y se marchó.


Por unos momentos pensó que aquella travesía había sido en vano, porque más de una vez en el mes Draco le había salido con sus antojos dulces a mitad de la noche, pero casi siempre terminaba por vencerle el sueño antes de que regresara.


Así que verle despierto y ansioso le dejó un bueno sabor de boca y más con la maravillosa expresión en su dulce rostro cuando probó el pastel no entendía que tenía de interesante la crema de ganache o el oro comestible, pero si Draco era feliz, ¿Qué hacerle? –Gracias Harry- dijo relamiéndose de sus labios el betún que a Harry se le antojó y le ayudó a limpiarlo con su lengua. En definitiva el sabor de Draco se acentuaba con el dulce y sonrió.


-¡Oye! ¡Consigue tu propio pastel!- expresó apartando el plato y dándole una mordida a la porción de su cuchara. Harry rió y procedió a besar su mejilla, en definitiva valió la pena su salida nocturna.


*~*~*2 meses después*~*~*


Si a Harry le hubieran dado a escoger, en definitiva tener a Narcisa Malfoy en casa no era una de sus opciones, pero como Draco se mostró inflexible ante la idea de que su madre no conociera a los nuevos bebes, no quedó de otra que recibir con los brazos abiertos a su suegrita quien parecía tenerle en la misma estima que a los gusanos y ya ni hablar del veneno reservado solo para él.


-Espero señor Potter que esta vez, trate a mi hijo como se merece- siseó la elegante dama mirándole de arriba abajo con su total desprecio.


-Madre- reprendió Draco por lo bajo con las mejillas encendidas.


-Descuide señora Malfoy, mi deseo en esta vida es vivir lo más feliz posible al lado de su hijo y compensar con todo lo que tengo el daño que ocasionado por terceros- contestó sin inmutarse.


Draco como detestaba que su madre sobreactuara, aunque la comprendía, esperaba de todo corazón que pudiera comprender su situación y le diera el visto bueno, Harry se lo merecía –Madre, bien sabes que Harry no tuvo la culpa…-


Narcisa arqueó una ceja incrédula y soltó un bufido nada digno de su alcurnia –Claro, olvidaba que los amigos del elegido tienen una peculiar manera de protegerle de aquellos inferiores a él- sin esperar respuesta la rubia comenzó a caminar hacia la biblioteca donde decidió encerrarse.


Viendo a Harry tensarse, Draco lo sostuvo por el brazo y le agradeció silenciosamente que no hiciera ni contestara nada que le hiciera enojar.


-A veces me saca de quicio…- murmuró dando una profunda bocanada y Draco se aproximó a acariciar los hombros agarrotados de Harry.


-Lo sé… pero sigue muy sensible porque no hay alguien adecuado a quien reprocharle por lo ocurrido… pero ya se le pasará- Harry ahora fue el que arqueó la ceja aprensivo –aparte, con ese regalito que le hiciste estoy seguro que termina por convencerla de tu inocencia- Draco sonrió cariñosamente y Harry bufó dudando seriamente de ello pues, aunque la idea de conseguir un cuadro especial de Lucius Malfoy fue enteramente suya y la elegante mujer aceptó de buena manera tener es preciado recuerdo vivo de su difunto esposo, seguro este en lugar de ayudarle, le echaba fuego a la hoguera.


-No lo creo, recuerda que Lucius tampoco me tenía en gran estima- besó tiernamente los finos nudillos de Draco.


-Se supone que tú eres el optimista, así que borra esa amargura de tu cara- Harry esbozó una forzada sonrisa –que tenebroso- dijo entre risas y eso logró que Harry se relajara un poco –así me gusta más… aunque tengo una idea de cómo mejorar aun mas este semblante- rodeó su cuello con sus brazos y con un travieso brillo Harry posó sus manos en su cadera.


-¿Enserio? Muéstramelo…- antes de que sus labios pudieran tocarse la risita de Peony los detuvo.


-¡Papá Harry, papi, miren! Tía Pansy me regaló una nueva muñeca que se llama “Pancycel” y ¡es muy linda!- dijo dando saltitos en el regazo de Luna.


-¿Otra muñeca Pansy? Me la estas mimando mucho- reprendió aun en brazos de Harry, un poco frustrado por interrumpir su momento de miel.


-Ay Draco, los regalos nunca son muchos para mi princesita- dijo Pansy acariciando los largos cabellos de Peony y se arrimó a saludar a la pareja –ya sepárense, por Merlín, que parecen lapas, cada que vengo están a menos de cinco centímetros hacen que me quiera dar un vaguido- dijo dramáticamente.


-Pues si no te gusta, no mires, Pansy querida- dijo besando lentamente a Harry ocasionando muecas a la morena.


-¡Potter! ¡Saca tu lengua de la garganta de mi dragón, que ese no es espectáculo para una niña!- la pequeña solo reía avergonzada mientras Pansy cubría sus ojos.


-Vamos Pansy no reprimas las muestras de amor de dos personas que se quieren y se merecen este momento- la voz calmada de Luna hizo que Draco detuviera su afán de molestar a Pansy –hola Harry- dijo besando la mejilla de su amigo y se siguió hacia el rubio –Draco, yo que tú me pondría saliva de gnomo en ese piquete de doxie que tienes en el cuello, porque esta tan grande que tu madre seguro y se escandaliza- tanto Harry como Draco se ruborizaron ante eso y se separaron un poco –hola pequeños, ustedes se ven muy fuertes y bellos- dijo pasándole las manos por el vientre más que pronunciado de Draco –serán unos niños muy sanos… felicidades-


-Gracias Luna- dijo con un asentimiento Harry apretando el agarre de Draco.


-Por supuesto que serán muy sanos, no por nada son Malfoy-Potter, tienen el mejor material genético –pudieron ver como Draco se infló de orgullo y los otros tres por su parte rodaron los ojos –y bueno, aunque podría seguir hablando de lo maravillosos que son mis pequeños, el motivo por el que quería que vinieran era para… a-agradecerles por todo lo que hicieron por nosotros- Draco recargó su cabeza en el hombro de Harry –y hemos estado hablando y nos gustaría, claro, si aceptan… ¿les gustaría ser madrinas de los bebes?- Luna aplaudió con ese gesto soñador de antaño y Pansy soltó un chillido nada digno.


-¡Oh por Salazar, dragón! ¡Claro que me gustaría! No entiendo como pues dudarlo…- abrazó efusivamente Draco e hizo un puchero que parecía que iba a llorar en cualquier momento.


-Sería un placer para nosotras Draco, muchas gracias- imitando a la mujer, los abrazó por igual –saben que siempre podrán contar con nosotras…- hizo una pausa ante el gesto descompuesto de la ex –Slytherin y con un movimiento de cabeza se excuso para llevarse aparte a Pansy para que llorara tendidamente sin temor de mostrarse demasiado sensible ante Potter.


Peony curiosa corrió a ver qué harían y Draco acomodándose mejor entre los brazos de Harry se dejó llevar al balcón para disfrutar del atardecer y de esa tranquilidad que sentía en su pecho.


-Era lo menos que podíamos hacer… ellas hicieron lo nuestro posible- dijo a su oído acomodando sus lacios cabellos platinados; el ojigris no pudo más que asentir, todo estaba en su lugar, tal cual debería ser, aunque aun tenía un último pendiente y mirando por el rabillo del ojo a Harry  vio sus masculinas facciones iluminarse doradas con los rayos del sol y realmente agradecía la nueva oportunidad a ser enteramente feliz y con su infinito amor que apenas y le cabía dentro de su pecho, se mordió el labio antes de hablar.


-Harry… ¿eres feliz?-preguntó de repente sacando a Harry de su ensoñación y le regresó una incrédula mirada como si le preguntara con ella ¿enserio estas preguntándolo?


-Jamás en mi vida he sido más feliz que a tu lado Draco ¿acaso lo dudas?- el rubio negó.


- Eso solo que… he estado pensando que tal vez… bueno… -Harry se tenso en su lugar- es que… como bien sabrás la comadreja no es de mis personas favoritas, ni mucho menos es alguien a quien aprecie…- Harry no comprendía a que iba con lo de la mención de Ron, pero lo dejó seguir.


–Pero sé que tú le quieres, con eso de que son amigos inseparables desde los once años y todo eso… y bueno como supongo que ha estado triste por lo de la san… Granger… supongo que podrías invitarlo a la casa para que disfrute otros aires que no sea Londres con su cielo nublado y su melancólica humedad… seguro le sienta bien el sol de California, bueno… digo, no se…- Harry creyó que saldría flotando hacia el cielo, en definitiva su dragón era el mejor y en ese momento sintió que podría morir de amor por él.


-Mi vida, eso sería estupendo-


El sol comenzaba a ocultarse y ya le estaba provocando pensar que ese hermosa realidad solo era producto de un sueño, ya que ser tan feliz como lo era, le resultaba aterrador. Pero sentir la suave piel de Draco apretarse contra él buscando su calidez le reiteraba que era imposible que fuera un simple sueño.


-Deja de pensar en tonterías, que te estás humeando…- murmuró en sus labios esbozando una divertida sonrisa.


-Solo estoy pensando en lo afortunado que soy… aunque no recuerde todo por completo, sé que mi amor por ti es lo mas real del mundo y nada me hace más feliz que eso…- Draco le regaló aquella sonrisa que era tan refrescante y dulce como ninguna y tanto amaba.


-Y esto solo es el comienzo, Harry…-


 


 


 


Fin.

Notas finales:

Bueno queridos mios eso es todo! ahora, he de decir muchas gracias por todo su apoyo, a todos ustedes personitas que me acompañaron en silencio y aquellas especiales que me mandaron su animo una sola vez con bellas palabras que siempre estaran conmigo, Meisy, vania, sara, gemma, Increible, aki-chan, Mariel, vuras, vicky, Daniel, Marrubji, Mizuzu Black, Lizz Salazar, hikariusagi24, sasha, esme, Mel-Loveless95, MarA, amry, Nikita, Kyoru, hidatyb, Pandy, Jaqueline, enamorada del yaoi, Laene, Lady~Potter, marypa, saya, Fetsu, yuuki uzumaki, asdsfer, kori, imaginis, jokerina, kira, Samantha E. Malfoy, TIAMAT, kyra, Victoria Dvalos, Mariel, dou-san, Alys, Alex Luna, UkeTierno, sayuri, draBLR, los varios anominos y Takamina...

Aquellas personitas que me siguieron solo hasta medio camino por diversas razones, pero que siempre recordare con sus burbujeantes comentarios y maravillosas ideas: yui_shirogane, Salo Reyes, AYALIN, KamDreamFlu, SkinBlue, LizzySD, Kat-Winner y Lady Yandere Rivaille!

y con mucho cariño y todo mi amor a quellas personas que estuvieron practicamente desde el principio (y si no, que permanecieron fieles en la espera de lo que seguia) brindandome mucha felicidad y animo como no tienen idea mis pequeños! gracias Kaorugloomy, mi linda innaluu, QueenRavenStark, LRMV, grimmyschiffer, Marshalperroyaoista, dark moon 1515, Aylin, LORDMOON, Annie, Aby Black, HelenHades y CaocTaisho~ los adoro con el kokoro >//<!

Y para terminar, un poco de propaganda! (claro, no podia faltar la propaganda jiji) si les interesa, pronto subire un nuevo fic HARCO que titulare "Burn your fat with me" una comedia romantica ligera (segun yo jaja) y aqui les dejo el resume~

"Mirarse en el espejo no era lo que solía ser hacia un par de años. Le daba asco el ser repugnante en el que se había transformado. Su orgullo masacrado quería hacerle sollozar. Con decaimiento regresó a ver una rana de chocolate que le llamaba a gritos desde las manos del maldito auror entrometido que sonreía con ironía.

-¡Soy un cerdo!- exclamó horrorizado al ver esa criatura con tantas tallas más grandes que las suyas. Ese no podía ser él. Desvió la vista horrorizado.

-Mmm… yo no lo diría así… tal vez ¿una vaquita marina?- contestó analítico observándole de arriba abajo con divertimiento.

-¡POTTER!- siseó Draco mientras el otro reía divertido.

-Cálmate y ven aquí…- murmuró sensualmente, jalándole de su brazo hasta que el rostro enrojecido del rubio quedó escasos centímetros del suyo y antes de que el otro reprochara como siempre, lo acalló con una sugerente mirada –déjame a mi hacer mi trabajo, que te haré sudar como nunca en tu vida…-"


Espero encontrarlos por ahi!! muchos besitos! y nuevamente gracias!~

 

 


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