Me levante con jaqueca, no recordaba en que momento me había quedado dormido, cogí mi celular lleno de llamadas, limpie mis ojos quitando las pocas lagrimas que me quedaban.
El frio se hacía aún más fuerte, una tormenta se aproximaría, de eso estaba seguro. Sali de mi casa caminando por el extenso bloque oeste que ahora se enriquecía a causa del mercado que se había establecido, recogí algo de leña, la cual utilizaría para prender la chimenea, levante mi vista observando a lo lejos el distrito 5 que se extendía mostrando su hermosura, en ese lugar se debía de encontrar Nezumi, apreté la madera contra mi pecho, no quería recordar nada, fui hasta casa dejando está en la chimenea, se acercó a la puerta.
-Adiós-susurre trancándola, serví unos fideos y me senté a mirar el apartamento que habíamos construido juntos- No más dolor.
Deje que mis ojos se cerraran, pronto caí en un refrescante sueño el cual fue interrumpido por dos sutiles golpes en la puerta, me levante sintiéndome pesado, y aunque había perdido todas las esperanzas aun había algo en mi interior que hacia mi corazón palpitar, quería verlo. Me acerque a la puerta, la abrí recibiendo el invitado, por un momento mi mente se volvió totalmente blanca, cerré mis ojos con fuerza, al abrirlos la misma persona seguía allí.
-¿Qué hace usted aquí?- pregunte a Kazumi quien se encontraba frente a mí con un abrigo grande que la cubría del aterrador frio.
-Estoy buscando a Nezumi- dijo claramente, le había entendido perfectamente, lo que no entendía era porque lo buscaba, si él se suponía que debía estar con ella.
-Pero tu… Nezumi, deberían estar juntos ¿No?
-¿De qué hablas? No me he visto con Nezumi desde que estaban secuestrados.
-Mentirosa, ¿Qué le hiciste? Respóndeme- grite agarrándola y sacudiéndola con fuerza.
-No sé qué te dijo él, pero no ha pasado nada desde ese entonces.
-Pero…Nos mandaste una postal diciendo que estabas agonizando, por eso Nezumi se fue a verte.
-Así que fuiste abandonado.
-¡Claro que no!
-Es obvio, él nunca se va a quedar en un solo sitio.
-Todo fue un engaño tuyo, ¿qué le hiciste?- grite derramando lagrimas
-Ya te lo dije, yo no envié nada, nunca he tenido un contacto con él desde entonces.
-Esto no puede estar pasando, tú lo amas, estas obsesionada con él, por eso lo hiciste.
-No, él no es digno de que nadie lo ame, ¿sabes por qué estaba enamorada de Nezumi?
-No.
-Es algo estúpido, pero éramos amigos de infancia, creo que él no recuerda cuando me hizo esa promesa.
-¿Qué promesa?
-Él me prometió que cuando creciéramos se casaría conmigo, mantuve esa esperanza como una estúpida desde pequeña, ni en mis sueños más locos pensé que el resultaría de esa manera.
-Entonces si me abandono.
-Al jugar con Nezumi, entendí que en asuntos ajenos es mejor no meterse, no quiero volver a sentir ese dolor.
-Realmente lo amabas.
-Lo que más me dolió, fue el hecho de que prefirió hacerme daño, que hacértelo a ti.
-Quiero que seas honesta, cuándo estábamos marchándonos ¿Qué te hizo Nezumi?
-Él me partió la muñeca.
-Dios- puse mi mano en mi boca recordando aquel chasquido, seguido del grito de Kazumi.
-No vine buscándolo, lo que sucede es que afuera esta venteando demasiado, descubrí este sitio por casualidad, me acerque para pedir refugio y leí en la placa sus nombres, realmente no quería morir, por eso preferí tragarme mi orgullo y pedir ayuda ¿Podrías?
-Pasa- por un momento pensé que debía estar mal de la cabeza, pero coincidía con ella, ambos le teníamos miedo a la muerte.
Serví un poco de té, mientras ella encendía la chimenea, se sentó cerca a esta estirando sus brazos al acogedor fuego.
-Antes aborrecía el fuego, me recordaba cada jodido segundo de sufrimiento de esa masacre, pero entendí que lo necesitaba para sobrevivir, no la hemos tenido fácil ¿Sabes?
-Lo sé, lo entendí de Nezumi.
-Gracias- dijo tomando sorbos de té, sentí su presencia demasiado lastimera, me sentía confundido, mire al vacío esperando poder aclarar mis pensamientos, pero no logre, cerré mis ojos durmiéndome.
Me levante sudando, estaba tapado con una cobija que no recordaba haberme puesto, mire todo el sitio, el cual se encontraba solo y oscuro, encendí la luz revisando el lugar, Kazumi se había marchado, volví a revisar todo, todo estaba en su orden, me puse un abrigo y sali al frio del amanecer, vi una silueta sentada en la entrada del subterráneo.
-¿Kazumi?-pregunte acercándome, él volteo su rostro mirándose con sus afilados ojos grises, paralizándome, pase saliva, él sonrió levantándose.
-Ella se fue hace un rato.
-¿Qué haces aquí? Pensé que ya estarías lo suficientemente lejos de este sitio.
-Supongo que ya te enteraste de todo.
-Supones bien.
-Todo fue una mentira, lo siento.
-No me lo tienes que decir ya me entere de todo.
-No es culpa de ella, fui yo el que decidió irse.
-¿Por qué? Si tanto te querías ir ¿Por qué vuelves? ¿Tanto me odias? ¿Tanto quieres verme sufrir?
-No es eso, yo… Te amo.
-Por favor no mientas más.
-Es verdad, pero cada día la ansiedad de salir y explorar me consumía, necesitaba escapar, irme, pero si te lo decía, ibas a decir que no podía ser una persona errante ¿O me equivoco?
-No me voy a ir de aquí, así que allí está el camino se libre- dije dándome la vuelta, sentí mi corazón arder, las lágrimas caían.
-No-dijo sosteniéndome en sus brazos
-Suéltame- dije soltándome de su agarre, el me jalo y me apretó con fuerza a pesar de mis forcejeos.
-No puedo irme, no hay nada que se compare a sentir la ansiedad de tenerte a mi lado, desaparecí para ponerme a prueba, quería ver que era lo que realmente quería hacer, al estar vagando sin rumbo fijo, me desespere, las oscuras noches no fueron pasajeras, me consumía el sentir el frio, el no tener tu cuerpo junto al mío.
-Todo es mentira.
-No, y ahora lo entiendo, te amo más que nada en este mundo, siento haberte mentido, sé que te hice daño, pero necesitaba saber lo que realmente sentía, Shion te amo, no hay nada más, discúlpame, por favor, no puedo aguantar el no tenerte.
-No, eres un mentiroso, te odio- dije sintiéndome cada vez más pesado, pronto mi espalda se fue volviendo húmeda, allí entendí que eran sus tibias lagrimas cayendo sobre mí.
-Shion, perdóname, por favor, una segunda oportunidad, sin ti me volvería loco, por favor.
Nunca había visto a Nezumi suplicar por algo tan desesperadamente como lo hacía en ese momento, pero…
-Te volverás a ir, y la historia se repetirá mil veces, no se cuanto pueda aguantar con esta inseguridad.
-No lo hare, si es tu deseo enciérrame con grilletes cadenas, lo que sea, solo no te alejes de mi lado, por favor.
Muy en el fondo de mi corazón sentía miedo, pero era verdad, yo tampoco soportaría mucho tiempo sin estar a su lado. Me voltee mirándolo, él agarro mis mejillas atrayéndome, nos besamos, sentí un escalofrió cruzar mi cuerpo, con desespero agarre su cuerpo con firmeza, él hizo lo mismo.
-Nunca te vuelvas alejar-susurre
-Lo prometo.