Aunque él prometiera no dejarme ir, sabía que eso solo era como una dulce mentira, sabía muy bien que él no era más que un hombre errante, lo sabía, porque él es como mi padre, ese hombre que nos abandonó a mi madre y a mí.
Me levante esa mañana fría, pronto se acabaría el año, un año agridulce, solo quería volver a empezar, pero por más que lo pensara, volvía a mi mente los días que había vivido días atrás, no quería eso en mi vida, quería verlo sufrir de la manera en la que me había echo sufrir, pero a la vez no quería que hacerle daño, no quería volverlo a ver sufrir.
-Shion- grito él sacándome de mis pensamientos en los cuales estaba totalmente sumergido.
-¿Si?-lo voltee a mirar, las lágrimas cayeron de mis ojos sin que yo pudiera detenerlas.
-Shion ¿Qué sucede?
-Lo siento, haz de cuenta que no has visto nada-dije limpiándolas, él me miro con esos filosos ojos grises, en esos momentos no podía decir de qué manera me miraba, solo sabía que lo hacía, y los sentía realmente pesados.
-¿Cómo quieres que haga de cuenta que nos has visto nada? ¿Me crees estúpido? ¿Por qué estas llorando?-grito
-Solo hazlo, hazlo de la misma manera como me ignoraste cuando me abandonaste aquel día, no es la primera y no va a ser la última, así que asimílalo- conteste, me empezaba alterar, todo el dolor que había cargado se estalló tomando control de mis acciones.
-Aunque ya lo hablamos, aunque ya te pedí perdón, ¿aún no es suficiente para ti? ¿Cuánto más tengo que rogarte para que me perdones? ¿Cuántos te amo más que quieres que te diga? ¿Por qué no lo entiendes?
-Sabes, si repites mucho una palabra, es como si la estuvieras diciendo por decir, o aun peor como si fuera una costumbre decirle, como si esa palabra no tuviera ningún significado, como si esa palabra se la dijeras a cualquiera y me refiero al te amo- dije volteándome, sabía que lo había herido, pero ya no podía hacer nada.
-Sabes como soy yo, ¿y aun así dices que le podría decir esa palabra a cualquiera? No sabía que para ti era un monstruo, aunque si lo pensamos de esa manera, es verdad, siempre te he causado miedo, siempre he roto tu amor, siempre te he hecho daño, ¿de qué otra manera podrías mirarme si no es de esa?
Sus palabras eran dolorosas, se clavaban desgarrándome, solo quería cerrar los ojos y no despertar, y lo peor de todo es que era yo quien las había provocado.
-Solo déjame solo, por favor, no quiero verte.
-No quiere volverme a ver.
-Si dijera que si ¿Qué harías?
-Lo que desees.
-¿Vas a desaparecer a pesar de que lo prometiste?
-¿Entonces qué quieres que haga?
-No dijiste que morirías si lo hacías, que no podías vivir sin mí-grite, no entendía lo que sucedía, ¿que estaba mal en mí?, ¿por qué me comportaba así?, como una persona irracional.
-Shion es mejor que te calmes, supongo que me marchare por hoy, es lo mejor ¿No?
-No me lo preguntes no lo sé.
-Está bien- dijo marchándose, cerró la puerta con suavidad, escuche su agitada respiración detrás de la puerta, todo estaba mal, llore desarmándome.
-Tu mamá pregunto que si íbamos a ir hoy, que no le importara que fuera por un momento, que deseaba verte- dijo detrás de la puerta
-Entiendo, voy a ir, solo si tú vas.
-Shion.
-Solo si vas, he dicho.
-Lo entiendo, luego vengo a recogerte alístate.
Fui hasta la cama tendiéndola, no quería saber de nada mas, no entendía como podía ser tan irracional, me daba miedo la persona que podía ser por Nezumi, me aterraba perderme a mí mismo como me aterraba perderlo a él. Me termine de alistar a eso del mediodía, Nezumi aún no volvía. Escuche la puerta que se abría, Sali inmediatamente a ver de quien se trataba, Nezumi se encontraba totalmente arreglado, él me volteo a mirar, sus ojos eran extremadamente tristes.
-¿Vamos?- pregunto volviendo a sacer las llaves
-Si- conteste siguiéndolo, las cosas con mi mamá pasaron rápido, una simple comida, charlar con los demás, ver a Shion y nada más, volvimos a eso de las ocho de la noche, la luna brillaba acompañada de estrellas, realmente era hermoso.
-Quiero que me acompañes a un lugar-dijo Nezumi cogiéndome la mana, apreté su mano siguiéndolo en completo silencio, nos adentramos en el bosque del Bloque Oeste, caminamos hasta llegar a una especie de pequeño santuario, Nezumi me soltó mirándolo.
-¿Qué es?- pregunte, él se acercó y levanto una tela, allí se encontraban dos retratos junto con una vela y flores blancas.
-Te presento a mis papas- dijo sin despegar sus ojos de los dos retratos- Los mande a hacer según mi memoria, era pequeño cuando tuve que escapar de allí- los acaricio.
-Como lo siento.
-Shion, no puedo vivir sin ti, eso lo tengo claro, pero odiaría hacerte sufrir con mi presencia, así que, solo mátame- dijo sacando su navaja, mire el filo de esta reluciendo con el resplandor de la luna, él se acercó, cogió mi mano depositando allí la navaja, aun no lo podía creer, que él sugiriera algo así me atormentaba.
-Claro que no, ¿Qué te pasa?- Grite, pero el solo sonrió dándome la espalda, mis lágrimas recorrieron mis mejillas.
-Te hago sufrir, a este paso solo lograre que tu vida sea un infierno, me dolería verte hacer eso, y no orgullo no me deja morir a manos de alguien más, si tengo que morir que sea por tus manos, eres el único, sálvate Shion, gracias.
-No…- susurre, me acerque a él sosteniendo la navaja, no quería hacerlo, no iba hacerle daño, pase saliva mirando su indefensa espalda.
-Idiota-dije soltando la navaja, abrace su espalda sintiendo su calor.
-Shion…
-¿Crees que yo podría vivir si tú no estás? Pues no, no podría soportarlo.
-Idiota, solo hazlo, ¿cuándo más vas a tener esta oportunidad? No bajo mi guardia con regularidad.
-Lo sé, sé muy bien eso, así que por favor no lo hagas, te amo.
Él se encogió, yo lo volví abrazar, no quería dejarlo solo, no podía hacerlo, todo este tiempo el único que hacía daño era yo, mientras el luchaba contra sus demonios, lo único que hacia yo era incitarlo a lanzarse por un abismo.
-Lo siento, no quiero ser posesivo, pero realmente no puedo dejarte ir, incluso cuando desapareciste lo único en lo que podía pensar era en volverte a tener, cuando murió Safu te culpe, pero después me encontré sintiéndome aliviado de no fuiste tú el que murió, ¿crees acaso que puedo seguir sin ti?- dijo llorando, él jalo mi mano acorralándome en el piso, sus ojos relucían.
-¿Entonces qué quieres Shion? Me desespera no saber qué quieres- dijo poniendo su cabeza en mi pecho
-¿Es mucho pedir si digo que te quiero a ti?- pregunte abrazándola, él sonrió tomándome en sus fornidos brazos, me beso entrando de golpe su lengua, él bajo sus manos acariciando mi pecho, el roce que producía la tela sobre mi pezón me excitaba, él metió una de sus manos dentro de mi camisa, sobo mi pezón mientras que con la otra la desabotonaba.
-Ah- gemí ante las caricias de Nezumi, el saco mi camisa sacando de igualmente la de él- No puedo.
-Relájate, tómatelo como un cambio de ambiente, nos sentara bien- susurro en mi oído deslizo su lengua por mi pabellón auricular, con una de sus manos empezó a acariciar mi miembro ya erecto.
-No, tus padres…-logre decir entre gemidos, él se levantó bajando la tela, me jalo hasta llevarme a un árbol del lugar, se sentó posándome encima de él, sentí su pronunciada erección, volvió a besarme mientras bajaba mis pantalones y mi bóxer, quito esto sin dejar de acariciarme, me separe de él mirándolo excitado.
-Déjame hacerlo- susurre, me agache abriendo la bragueta del pantalón, saque su miembro, él me miro excitado, empecé a lamerlo de arriba abajo, este gemía por lo bajo, metí su miembro en mi boca succionándolo mientras que mi lengua recorría este, saque y volví a meter este dentro de mi boca, el gemía más y más, ese sonido me encantaba, cogí mi miembro masturbándome.
-Oh Shion, hoy quiero jugar con algo más que tu boca- gimio levantando mi cabeza, la verdad era que yo también deseaba tenerlo dentro de mí, me deje llevar por sus caricias y sus besos, me acomodo encima suyo lambiendo mis pezones mientras acostumbraba mi entrada, sus dedos se movían en mi interior conduciéndome a un deseado éxtasis.
-No puedo- gemí cuando el introducía el tercer dedo, los movió lentamente haciéndome estremecer, de golpe metió su miembro, me beso mientras acostumbraba mi entrada, lentamente empezó a moverse, moví mis caderas sincronizándome con sus estocadas, sentía su miembro cálido que me inundaba.
-Ah- cada vez gemía con más fuerza, me acerque a su cuello chupándolo, acción que él imito, sus estocadas se hicieron cada vez más profundas, alcanzando mi punto débil con cada una de ellas- Me vengo- susurre viniéndome, él siguió moviéndose hasta que se corrió después de mí, los abrace con fuerza, él hizo lo mismo, realmente lo amaba y no quería que nada nos separara.
Un fuerte estruendo nos sorprendió, volteamos a mirar al cielo que se llenaba de luces de colores, debían ser las doce de la noche, me levante dejando que su semen saliera.
-Qué lindo- dije emocionado, me encantaban los fuegos artificiales.
-Me gusta mucho esta vista-dijo sonriendo, me encontraba completamente desnudo, algo que había olvidado, me sonroje sintiéndome avergonzado.
-Idiota- susurre, él se levantó abrazándome por la espalda.
-Solo bromeo, mi vista preferida siempre vas a ser tu- dijo besándome.
<<Te amo>> pensé mientras él me besaba bajo las luces de los fuegos artificiales.