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El tiempo paso; Yeraldin, Edward y Severus se dedicaban a enseñarle a Ciel hechizos básicos, había veces en que el azulino escuchaba a “la gata” hablar de cómo habían estado esos años en los que no se volvieron a ver, los amigos que encontraron en el colegio, sobre como conoció a Bellatrix Black; su pareja, sobre las estúpidas bromas que hizo Sirius Black, solo para llamar la atención del oji-ónix e incluso le conto sobre los “posibles” sentimientos que Severus tenía al Black recién nombrado, siendo obviamente negado por Snape…
Amo y mayordomo habían hecho salidas para resolver “las preocupaciones de su amada reina”, cada uno un tanto más “peligrosa” que la de antes; esto empezaba a molestar al oji-zafiro ya que ese tipo de misiones que le asignaban; podían ser fácilmente resueltas por los de Scotland Yard, ¿Qué mierda pretendía esta?; ambos se preguntaban esto, uno más formal que el otro…
La verdad es que las misiones eran sencillas, pero arriesgadas y fuera de lo normal, por ejemplo; un niño de ocho años había asesinado a toda su familia y vecinos en una posada; la mañana siguiente de que lo atraparan; este había despertado todo asustado, preguntando donde estaba su mamá; aparentemente no recordaba lo que había hecho…
Ese mismo día, unas horas después; se había aparecido el reporte de una serpiente gigante atacando un pueblito cercano…
O el aparente incendio que apareció de la nada en el centro de la ciudad; que obviamente fue provocado ya que algo como eso no podía pasar por si solo en semejante día de invierno…
Ahora el conde se encontraba en su despacho revisando algunos papeles, se le veía concentrado tratando de ver algo mas en ellos, antes de siquiera darse cuenta; su primo Edward ya estaba sentado enfrente de él…
-te ves estresado
Levanto la vista extrañado no había oído la puerta –adelante, pasa- le dijo sarcástico
-¿Por qué no dejas que te ayuden con esto?, tu mayordomo no estará para siempre contigo, sabes- le recrimino el rubio ignorando su comentario anterior.
-lo estará, al menos hasta que yo tenga que pagar por sus servicios- le corrigió, sin mirarlo.
El oji-castaño lo miro con preocupación, antes de marcharse le dijo –tal vez sea mejor que consultes al Sepúltero- al cerrar la puerta tras de sí, volteo a ver al azabache que estaba recargado en la pared que estaba al lado de la puerta, ambos empezaron a caminar hacia el jardín trasero donde Yeraldin los esperaba con una galleta en la mano…
-no creo que Ciel nos quiera ayudar con esto chicos- soltó por fin el Middleford con preocupación…
-sé que esto es difícil, pero tengo mucha esperanza en Ciel- animo el heredero de los Prince.
-yo tamgbin comngfio en crkel- comento la peli-vino masticando.
-trágate eso antes de hablar!- le riño el mayor, recibiendo como respuesta una lengua de fuera por parte de la oji-ámbar.
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El azulino después de ver por la ventana como los chicos “conversaban”; si así se le puede llamar, se quedo pensativo, ni siquiera se dio cuenta de que cierto oji-escarlata estaba frente a él con una bandeja en mano.
-bocchan?
Este se sobresalto al oírlo de pronto –se les está asiendo mucha costumbre eso de no tocar la puerta- acuso.
Este levanto la ceja interrogante – toque tres veces la puerta, como usted no contestaba temí lo peor, joven amo- respondió este con una de sus típicas sonrisa burlonas, logrando que su amo solo frunciera el ceño –tengo lo que me pidió- ante la seña que su amo hizo para que el prosiguiera volvió a hablar –según el testimonio del niño dijo que solo recordaba a una chica mayor le había apuntado con una varita de madera y después todo en blanco, algunos aldeanos del pueblo dijeron algo de haber a alguien con vestimentas raras merodeando por los bosques de ahí y el dueño del local de donde se inicio el incendio dijo que el techo se empezó a incendiar y luego las llamas se esparcieron muy rápido, pero que no sabía cómo había iniciado- terminó de contarle al conde.
Tanto amo como mayordomo fueron hacia aquel lúgubre lugar en busca de respuestas, grata su sorpresa al encontrar a la chica castaña de nombre Amanda...
-oh~ Ciel-kun!, ¿cuánto tiempo, no cree?- saludo con una sonrisa juguetona.
-¿Amanda?, ¿dónde está Undertaker?- cuestiono entrando al lugar seguido de un mayordomo curioso, ¿desde cuándo su amos o conocía a personas que no eran nobles o humanos?...
-También me da gusto volver a verte y claro que estoy bien, gracias por preguntar...- Contesto sarcástica, pero al ver la ceja alzada del oji-zafiro prefirió guardarse sus comentarios para después -Undertaker-Sama, salio por un asunto y me dejo a cargo de tu pe-di-do~ El tono juguetón que utilizo le dio a entender que sabía algo que el no, aunque de igual modo siendo ella una Shinigami no dudaba que supiera todo...
-¿Qué es lo que sabes?
-Conde usted sabia que por amor muchas personal pueden cometer locuras, las personas despechadas y desesperadas llegan a cometer actos terroristas, como incendiar su propia casa con cosas relacionadas a ese amor no correspondido dentro para ponerle fin a su miseria, algunas recurren al suicidio, otros pueden llegar a matar a aquel ser que les provoca ese sufrimiento o incluso llegan a invocar un demonio para tomar represalias en contra de aquel individuo que los lastimo, ¿verdad mayordomo-san?
-Ciertamente ha pasado antes con muchas humanas- Respondió ante la mirada curiosa que le brindaba su "señor".
-¿Me estás diciendo que una mujer incendio un local, logro que una serpiente gigante atacara un pueblo y manipulo un niño para que asesinara a toda su familia y vecinos?-Cuestiono un poco incrédulo.
-En realidad son dos y ninguna tiene la edad como para ser una mujer, pero si tienen la determinación suficiente como para provocar una guerra en ambos mundos- comento esta vez más seria.
-¿Ambos mundos?-Cuestiono esta vez el oji-rojo
-Este mundo en el que habitan los humanos sin alguna habilidad sobrenatural, comúnmente llamado "muggle", por aquellos humanos que nacieron con la habilidad de crear "milagros" y que prefirieron ocultar esas habilidades en un mundo en el que personas con las mismas capacidades eran bienvenidas a permanecer ahí el tiempo que quisieran, el mismo mundo al que fue Severus después de la muerte de la señora Eileen, para serte sincera yo estuve a punto de asesinar a su esposo por lo que le hizo, claro que fui detenida por William-Sempai- Contó con una risa nerviosa al ver la mirada perdida del azulino.
-¿Qué sabes de esas dos chicas Amanda?
-Ambas tienen 16 años, una es peli-roja de ojos castaños se llama Molly Prewett; la otra es rubia de ojos azules, no tengo su nombre en nunguno de mis registros, asi que supongo es extranjera, eso es todo lo que yo puedo decirte, pero si quieres saber más sobre esas dos... Deberías poner mas atencion en ese chico de ojos ónix que tienes en tu manción- respondio mirando distraidamente sus uñas -despues de todo viene del mismo colegio que ellas.
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-Lo que tengas que decir dilo.- Comento sintiendo la mirada rojiza de su mayordomo sobre él.
-A decir verdad, me estaba preguntando ¿cómo es que bocchan conoce a gente sobrenatural?-cuestiono el azabache viendo distraidamente por la ventana del carruaje (refiriéndose a la shinigami y los dos magos que estaban en la mansión).
-A Severus, Yeraldin y Amanda los conocí cuando tenía 6 años, mis padres habían organizado un fiesta en la que invitaban a viejos conocidos suyos, Undertaker nos había presentado a Amanda como una amiga "extranjera", y mi padre me había presentado a la señora Eileen, su hijo Severus y su "sobrina" Yeraldin.- Relato el azulino bajo la atenta mirada del demonio.
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Un "no" era lo que se había necesitado para comenzar esta catástrofe...
Todo Londres se encontraba en llamas... las causantes dos chicas despechadas... y un ángel con una ideal... Aquellas dos magas se las habían arreglado para encontrar al ser responsable del asesinato de los Phantomhive, su plan era simple en realidad, lo único que querían era venganza... venganza a todos aquellos Slytherin's que les quitaron lo que más querían...
Por eso en ese momento los sirvientes de la casa Phantomhive, Madam Middleford y su hijo Edward se encontraban ayudando a algunos heridos y llevando a los demás aldeanos a las afueras del pueblo mientras los del cuerpo de bomberos trataban de apagar las llamas de los edificios.
Había varios shinigami's en los techos estables; tomando registros de las almas de aquellos que habían muerto.
Y eso no era todo ambas chicas habían aprovechado la distracción para atacar a "la madriguera", claro que no contaron que el hecho de que cierta peli-vino llegara a esta primero informándoles del posible ataque, llevándose con la sorpresa de encontrarse al mayor de los Black entreteniendo con gestos graciosos al pequeño Percy.
Hechizos eran los que volaban de un lado a otro, tanto Edgar Nott como Sirius Black competían para ver quien lanzaba mejores ataques mientras que los hermanos Weasley se concentraban en bloquear los ataques de aquellas dos y por ultimo estaba Yeraldin poniendo hechizos de protección en la casa evitando daños a aquellos dos críos que estaban dentro...
En Londres cierto azabache volaba en una escoba por encima de todo el pueblo siendo seguido muy de cerca por Lucius Malfoy quien iba montado en otra escoba ambos buscando a cierto chico al que ayudarían a pagar su contrato.
Lo habían encontrado, habían encontrado al ser responsable del asesinato de Vicent y Rachel Phantomhive y causante de la humillación que sufrió Ciel Phantomhive...
Todo paso rápido; el azulino se encontraba con una herida no mortal sobre aquel puente a medio destruir, mientras su mayordomo se encargaba de culminar el contrato que los unía. El oji-ónix y el rubio platinado al haberlos encontrado descendieron hasta la altura de ellos; siguiendo el pedido del mayordomo, Lucius lo subió en su escoba y lo llevo al puerto; el único lugar lejos de la demás población, en donde podrían terminar con todo.
Se preguntaran ¿qué hace el heredero de los Malfoy's ahí?... Vicent Phantomhive; como un plan de improvisto le había pedido ayuda a su amigo y colega Abraxas Malfoy, este como todo Malfoy que cumple su palabra; le había enseñado aquel hechizo tan complicado y peligroso a su hijo, claro contándole también sobre aquella situación.
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Su ojo... ¿dolía?... ¿podía sentir dolor estando muerto?... Se oían unos murmullos a su lado... ¿era eso posible? ¿No se suponía que Sebastian devoro su alma?, intento reincorporarse, pero una pequeña punzada de dolor en su abdomen lo devolvió a donde sea que estuviera recostado.
-No te levantes aun estas muy débil- le aconsejo una voz amable pero autoritaria al mismo tiempo.
Con un poco de pesar abrió su ojo izquierdo, teniendo el derecho cubierto por algunas vendas que rodeaban su cabeza, vio a aquel chico rubio que lo movió del puente...-¿Quién eres? y ¿porque estoy...?- su pregunta se vio interrumpida por el oji-plata.
-No puedo responderte esa pregunta, pero si puedo presentarme, Soy Lucius Malfoy, un placer- contesto con una sonrisa.
-¿Malfoy?...
-Nuestros padres se conocieron en el colegio, tal vez hayas conocido a Abraxas Malfoy en algunas de las fiestas que organizaban tus padres cuando eras niño, padre contaba cosas buenas de ti, decía que si te hubiera conocido me habrías caído de maravilla- contó con una sonrisa nostálgica.
-Lo recuerdo, para ser un noble era muy amable, como la señora Eileen...
-¿Sabes?, tienes muchas personas que se preocupan por ti- menciono divertido abriendo la puerta de la habitación; dejando caer a los cinco sirvientes de la mansión, más otros cuatro chicos de los que ya se había acostumbrado.
-je je... es de mala educación espiar- riño burlón viendo a los otros avergonzados por ver se descubiertos.
Luego de haber convencido a sus sirvientes de que estaba bien, avisarles de los próximos cambios que habría en la mansión y explicarles todo lo sucedido con su mayordomo (claro con varias caras de sorpresa y preocupación por parte de los cuatro más jóvenes sirvientes), para sorpresa del oji-zafiro todos ellos tomaron la decisión de permanecer sirviendo al joven Phantomhive...
Cuando los cinco salieron de la habitación dejando solos a los chicos Ciel hablo.
-Creí que era mi decisión el permanecer o no con vida.
-No era mi intención molestarte Ciel, pero... alguien me pidió como favor que realizáramos el hechizo... lamento si no era lo que realmente querías- se disculpo el descendiente de los Prince con algo de pesar en su vos y omitiendo quien fue ese "alguien".
Yeraldin como toda buen Gryffindor y gran temeraria reprocho -Ademas, ni que fuera la gran cosa eso de ser devorado por un demonio... ¡Eso no es divertido!- haciendo un puchero y moviendo frenéticamente su cola, ocasionando una carcajada en los que estaban ahí.
-Gata deja de comportarte como un...
-Déjala Edward, solo está intentando aligerar el ambiente, muy a su estilo, claro- defendió el conde sacando una sonrisa gentil en el oji-plata, el azabache y la shinigami -¿Ese lugar... Hogwarts es tan buen colegio como mencionaron?-cuestiono algo pensativo.
Por supuesto que el festejo no se hizo esperar; la oji-ámbar se puso a dar saltitos alegrada, Middleford abrió los ojos sorprendido y la cambio por una sonrisa aliviada, Severus tenía la emoción marcada en toda la cara, mientras el peli-largo y la castaña mantenían su sonrisa gentil.
-¿P-Piensas... asistir a Hogwarts?- pregunto su primo un tanto ingenuo.
-Si me aceptan claro- comento divertido ante el nerviosismo de aquel que siempre mantenía un semblante indiferente.
-Le avisare a madre, ¿Amanda me acompañas?- Pregunto sonriente, recibiendo un asentimiento de cabeza de la nombrada...
-¡Te ayudare con tus cosas!- Aviso una entusiasmada gata desapareciendo de la habitación.
-Severus- Llamo el platinado antes de que este también dejara el cuarto -una lechuza llego en navidad dejando un presente para ti- Informo mostrándole una caja pequeña elegantemente decorada con una carta junto a esta.
-Quien sea que te los haya regalado debes gustarle mucho- Menciono el oji-zafiro al ver el diseño tan familiar de aquella caja...
Porque si; Severus Snape había recibido una caja de chocolates; provenientes de aquella compañía tan conocida por los muggles; la "Funtom Company", extrañado decidió leer la nota:
"Querido Severus:
Se que esta carta te parecerá un poco atrevida e insolente, pero debo decirte que eres la persona más maravillosa que he visto en mi vida, desde aquella vez que te vi junto aquella peli-roja, el primer día de Hogwarts, en el gran salón; quise tener un lugar en tu vida, pero era tan idiota que solo lograba tener una mirada irritada de tu parte, aun así pienso conquistarte, haré hasta lo imposible para tenerte a mi lado, que seas mio y compartir una vida juntos, así que prepárate Severus Snape por que caerás ante mis encantos.
Atte: Tú futuro esposo."
Tanto el azulino que se encontraba reposando, como el heredero de los Malfoy's miraban atentos como el azabache tenía un muy notorio sonrojo en sus mejillas, su cola de gato estaba esponjada y sus orejas estaban erectas; dando el aspecto de sorpresa.
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Luego de que Lucius diera por hecho de que Ciel ya se podía retirar las vendas este se llevo una gran sorpresa al encontrase su ojo derecho idéntico al izquierdo, sin ningún rastro del contrato que sostuvo con aquel demonio...
..."aun así se siente extraño..."- Pensó relajando sus expresiones y despejando su mente.
Así pasaron sus últimos días de vacaciones; Madam Francis se había encargado de avisarle a Dumbledore, sobre el ingreso de un nuevo alumno, Amanda, Yeraldin y Severus llevaban al azulino de lado a lado en el Callejón Diagon buscando lo que necesitaría en su estadía en Hogwarts, mientras Edward y Lucius se encargaban de enseñarles a los sirvientes a NO destruir la mansión…
Ese había sido el retorno de los Phantomhive, o bueno del único que quedaba vivo…
///Fin del Flash Back///