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mi lindo gatito por Rachel-Sama

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Notas del capitulo:

estube perdida un buen tiempo, perdon.

Lily Evans no era una persona que se enamoraría fácilmente, aunque empezaba a dudar de eso; ¿Razón?, cada vez que estaba cercas de Cissa… ¿Cissa?, si había comenzado a llamarla por ese mote, por alguna razón se ponía algo nerviosa, y no era solo eso, le empezaba a molestar la cercanía que tenia con Nott, le daban ganas de llevarse a la rubia lejos donde nadie pudiera encontrarlas, sabía que era ridículo, ya que el peli-negro salía con su amigo Arthur… pero era inevitable…

-Sabes, el rojo de tu cara le está haciendo competencia a tu cabello- La voz de cierto oji-zafiro la saco de sus pensamientos…

-Ne~ Ciel…- la mirada insistente que le daba la peli-roja le hizo dudar si responderle o alejarse lentamente…

-¿Q-Que pasa?

-Me gusta Narcissa- Le espeto, apartando su mirada algo avergonzada…

El de pelo negro azulado al escucharla suspiro más tranquilo y con un semblante mas pacifico cuestiono -¿Y?

La oji-verde al oírlo lo miro expectante – Como que “Y”, Sirius me habría gritado improperios de solo enterarse- Reprocho con las mejillas infladas.

Pero yo no soy Sirius, yo no le veo el problema a que te guste Narcissa, estas exagerando un poco ¿no crees?- le contesto algo intranquilo, pero siendo cuidadoso de que su acompañante no se diera cuenta…

-Tienes razón, ¿Qué crees que debería hacer?

-No creo ser el más indicado para darte consejos sobre eso, pero deberías decírselo, por lo menos así te quitarías un peso de encima.

-Suena más fácil decirlo que hacerlo- comento con voz resignada.

-Es verdad~ Respondió con una gota de sudor frio en sus cien…

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Severus era consciente de los presentes que recibía de vez en cuando, por eso no le sorprendía que ahora le llegara una pequeña nota, en la cual su “admirador” le pedía verlo en cierta sala de des-uso poco concurrida por los alumnos…

Por lo que a paso tranquilo se dirigió al lugar donde lo citaron al llegar a la puerta, pudo apreciar que en ella se encontraba una hoja doblada con su nombre escrito en cursiva en el exterior, la tomo entre sus manos y la abrió para leer el contenido interior…

“Sé que no lo merezco, pero me gustaría que me dieras una oportunidad, quiero demostrarte que puedo hacerte la persona más feliz del mundo”

Trato de mostrarse lo más indiferente que pudo, pero aun así no pudo evitar soltar una leve sonrisa, se dio cuenta que esta nota no tenia remitente…

Se adentro en la habitación con curiosidad, donde se encontró diez escritorios con un florero en cada uno y una nota pegada a ellos, volvió a sonreír ladinamente al ver las flores, se acerco al primer adorno y tomo el papel, en el venia el nombre de las flores y un mensaje…

“Lirios malva: Tus ojos me enloquecen…”

Avanzo al segundo florero, era un muy lindo detalle, debía admitirlo; no se lo vio venir.

“Tulipanes blancos: Mi amor por ti es eterno…”

Llego al tercero…

“Margaritas azules: Te soy fiel…”

Leyó el cuarto y sintió sus pómulos arder…

“Lirios Naranjas: Ardo de amor por ti…”

El quinto florero era una combinación de colores…

“Margaritas blancas y rosas: Solo tengo ojos para ti…”

La sexta nota lo dejo algo estático…

“Violetas de Parma: Déjame amarte…”

Sintió su cola y orejas tensarse al leer la séptima…

“Pensamientos multicolor: piensa en mí como yo lo hago en ti…”

Continúo al octavo mueble…

“Tulipanes rojos: Te amare por siempre…”

La novena nota le recordó a su madre ella una vez le había mencionado que las plantas también hablaban…

“Mirto: Verdadero amor…”

El decimo escritorio tenía algo distinto, había un pequeño florero transparente con agua, frente a él un pequeño trébol de y una nota… la última nota…

“Me gustaría que dejaras este pequeño trébol dentro del florero si es que me aceptas…

Trébol de cuatro hojas: Se mío…”

-Ya puedes salir, Sirius- llamo al oji-azul que salía de su escondite sorprendido.

-Hey~ ¿Cómo sabias que er- su pregunta se vio interrumpida al sentir su cuello ser rodeado por los brazos ajenos; acercaldolo y juntando sus labios, sorpresas, sorpresas y más sorpresas…

-Eres más obvio de lo que crees- respondió sonrojado y apoyando su cabeza en el pecho del animago, este ni lento ni perezoso le rodeo la cintura con sus brazos, acercándolo más.

-Entonces… ¿Me aceptas, Severus Snape?- Sus ojos se iluminaron al sentir un asentimiento de cabeza de oji-ónix “Tomen eso todos los que dijeron que terminaría con un crucio en el trasero”- pensó emocionado el león.

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James Potter como todo buen Gryffindor era curioso y osado; que mejor forma que demostrar esto que ir a comprobar sus dudas que tenia a causa de “la gata”.

La peli-vino les había contado las vacaciones que tuvieron en la mansión de Ciel, por eso mismo ahora se encaminaba hacia donde se encontraba el mismísimo Phantomhive, según el mapa del merodeador se encontraba en la biblioteca, empezaba a creer que el azulino jugaba a las escondidas porque no estaba en ninguna de las mesas de ahí, se encamino entre los estantes, lo encontró; el oji-zafiro estaba sentado hasta el final de una escalera con un libro en mano… un libro muy gordo, cabe decir…

-¡Hey!~ Le llamo la atención y una vez volteo le sonrió socarronamente y le hizo señas para que bajara…

El conde cerro el libro y lo dejo donde antes estaba sentado, para luego bajar, una vez en el suelo, el castaño lo tomo del brazo y lo arrastro hacia la mesa mas apartada y escondida; que por suerte no era ocupada…

-¿Tenia cuernos?- Pregunto ansioso y con aire infantil a un agitado y confundido nuevo Slytherin…

-¿El qué cosa “tenia cuernos”?- cuestiono sin saber a qué se refería.

-El demonio con el que tuviste un contrato, ¿Cómo era?- Se explico y volvió a mirarlo expectante…

-tenia apariencia humana…-respondió algo extrañado por la curiosidad del contrario.

-¿Y fue divertido?, ¿te violo?, ¿fue consensual?, ¿para qué lo contrataste exactamente?- lleno de preguntas el de lentes a un sonrosado Ciel.

-Oye, oye, para con ese tipo de preguntas incomodas- exigió apenado con voz baja…

-Bien, pero… al menos responde la ultima- pidió resignado.

El azulino después de verlo unos instantes con seriedad, suspiro y contesto –Cuando era niño, unas personas provocaron el incendio que mato a mis padres, forme ese contrato para limpiar su honor, ya sabes; para que pudieran descansar en paz.

-… ¿y te violo?- Volvió a preguntar para salir del ambiente tenso que se había formado…

-¡Para con eso!- Exclamo-Susurro, mientras el castaño se iba corriendo…

-¿Por qué lo mentiste?- pregunto una voz a sus espaldas una vez que el león se fue.

Reconoció al oji-verde dueño de aquella incógnita, volteo a verlo con una sonrisa conciliadora –Si le decía la verdad nunca me lo sacaría de encima- se encogió de hombros restándole importancia.

-¿Qué es lo que buscas en esta sección de la biblioteca?, casi nadie viene aquí- interrogo mientras veía los títulos de los libros en los estantes.

-¡Vaya!, parece que los Gryffindor no son los únicos curiosos- comento a un sonrosado Riddle.

-Está bien, lo entiendo, he estado actuando raro- Le tranquilizo –Pero hay algunas cosas que aun me inquietan y no quería alarmar a Severus.

-¿A qué te refieres?- pregunto algo alarmado, pero disimulando calma.

-Tranquilo, no es nada de preocupar, es solo un tonto rumor- le resto importancia mientras acomodaba los libros que antes había sacado –Ah~ lo olvidaba, escuche algunas chicas hablas sobre una salida a Hogsmeade, ¿de qué trata?- cuestiono algo interesado…

-Se nos da permiso de salir del colegio y pasear por el pueblo- paro de hablas cuando el sonido de un libro cayéndose llamo su atención -¿sucede algo?- se extraño por el repentino acto de peli-negro azulado…

-no es  nada, simplemente lo sujete mal-contesto recogiendo el libro y devolviéndolo a su lugar.

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Edward Middleford es un Slytherin que era conocido por no relacionarse con nadie fuera de lo estrictamente necesario, por eso a muchos les extrañaba el hecho de que Yeraldin Maharet se tirase a “abrasarlo” (taclearlo), siendo claramente esquivada por el rubio…

Como en ese mismo instante que por los pasillos se veía esa escena cómica entre la serpiente y la leona…

-Casi…- susurro entre enojada y entusiasmada.

-sabes que existen modos menos prácticos para saludar a alguien- recrimino con una venita saltada en la sien.

-¡Vamos!, no te enojes- al ver que el oji-castaño no cambiaba su expresión, replico -¡que pesado!, solo venia a invitarte a la salida de Hogsmeade- miro curiosa como el contrario relajaba su expresión y se sonrosaba un poco.

-Me niego, ya tengo planes- respondió apartando la mirada.

-are~ le sonrió con sorna -¿una cita acaso?

-Piérdete saco de pulgas- los pocos alumnos que quedaban en el pasillo huían al sentir el aura asesina que rodeaba a esos dos.

-¿Evasivas?, el gran Edward Middleford, teme decirme quien será su cita~

-Serás u-

-Espero que lo que estoy presenciando no sea una pelea, o me veré en la penosa necesidad de sancionarlos- advirtió una molesta Minerva, que al verlos estáticos agrego – ¡váyanse ahora!- al instante los dos se fueron por caminos distintos…

Notas finales:

gracias por seguir leyendome, animo ya casi termina este fanfic~Rachel-Sama


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