Capítulo 15 Patronus
Pov Harry
Las clases transcurrieron sin ningún problema, desde que hable con Lupin, me mira como si fuera un rompecabezas que necesita armar, no sé qué trama, pero más vale que no intente perjudicarme, he estado carteándome con mi padre, el cual me pide que no sea tan duro con dicho profesor, pero es algo que me es difícil de cumplir, pero lo intento, mientras no me provoque no creo tener problema, además no negare que es buen profesor.
Sus siguientes clases fueron tan interesantes como la primera. Después de los boggarts estudiamos a los gorros rojos, unas criaturas pequeñas y desagradables, parecidas a los duendes, que se escondían en cualquier sitio en el que hubiera habido derramamiento de sangre, en las mazmorras de los castillos, en los agujeros de las bombas de los campos de batalla, para dar una paliza a los que se extraviaban.
De los gorros rojos pasamos a las kappas, unos repugnantes moradores del agua que parecían monos con escamas y con dedos palmeados, y que disfrutaban estrangulando a los que ignorantes que cruzaban sus estanques. A pesar de que ya conozco sobre estas criaturas gracias a los libros de mi abuelo, no está de más repasar.
—Harry, ¿podemos hablar un momento? —les dije a los chicos que se adelantaran, no sé qué quiere ahora, pero ya me estoy cansando, primero sus constantes miradas y ahora esto.
—Sé que dijiste que no te hablara a menos que sea académicamente, por lo que me preguntaba si te gustaría aprender un nuevo hechizo, desde que te topaste con los dementores, has estado receloso y me gustaría enseñarte a protegerte de estas criaturas, el hechizo se llama patronus—por la forma en que mueve los dedos, me dice que está nervioso, estuve a punto de rechazarlo, pero si en algo tiene razón es que le tengo repelús a esas criaturas a menos que tenga algún tipo de protección, estaré kilómetros lejos de ellas, por lo que rápidamente calcule los pros y contras de esta situación.
Es de más preguntar porque seré el único en aprenderlo, se nota que quiere quedar bien, si fuera un estúpido sentimental, probablemente estaría conmovido, pero para su desgracia no soy ese tipo de persona y si acepto es porque me conviene.
—Acepto, siempre y cuando no intente trabar ninguna amistad conmigo—murmure con seriedad.
—No te puedo prometer eso, pero lo intentare, seré lo más profesional que me sea posible—exclamo feliz, evite hacer una mueca por sus gritos. Asentí en modo de despedida y salí.
A comienzos de octubre, sin embargo, hubo otra cosa que me mantuvo ocupado y es que Flint nuestro querido capitán, nos has estado fastidiando con el entrenamiento. Todo debido a Oliver Wood, el capitán de Gryffindor esta histérico, quiere ganar la copa debido a que será su último año, por lo que sus jugadores están siendo exprimidos, hasta las últimas de sus fuerzas.
Una tarde, después del entrenamiento, regresábamos a la sala común, con frío y entumecidos, pero contentos por la manera en que se había desarrollado el entrenamiento, y la encontramos muy animada, las chicas estaban sentada junto a la chimenea, ya es una regla no dicha, ese lugar nos pertenece, Callidus es una excelente guardiana, tiene su propio cojín, desde mi primer año, dejo que ande en su tamaño normal, no veo necesario que se oculte cuando todos ya saben de ella, muchos de los chicos mayores trataron de delatarme, informando al profesor Snape, para su desgracia mi querida Callidus, nunca es encontrada y ellos son castigados, por mentir y tratar de perjudicar a un compañero.
—¿Qué ha pasado? —pregunte a Pansy y Daphne, que estaban terminando unos mapas del cielo para la clase de Astronomía.
—Primer fin de semana en Hogsmeade, finales de octubre. Samhain —me dijo Pansy, señalando una nota que había aparecido en el viejo tablón de anuncios.
—Estupendo, tengo que ir a la tienda de Zonko: casi no me quedan bombas fétidas—dijo Blaise, evite preguntar para que las quiere, con Blaise nunca se sabe.
—Yo quiero comprarme dulces, ya se me acabaron los que madre mando—murmuro Draco, me senté en la que es mi silla, junto a Callidus, me conocen como el príncipe de Slytherin, por culpa de Draco, el empezó a llamarme así, dice que a pesar de que haya chicos mayores, todos piden mi opinión y en caso de extrema emergencia autorización, los prefectos nos dejan usar sus baños, lo cuales son increíbles. Supongo que usar a Callidus trajo sus beneficios.
Nos la pasamos platicando de lo que haríamos una vez que fuéramos al pueblo, han estado ocurriendo cosas muy raras, me siento observado, debido a esto decidí que Callidus estará siempre conmigo, últimamente la he estado dejando en mi habitación, algo no muy sabio de mi parte.
Hoy iríamos a Hogsmeade, me levante emocionado, a pesar de que solo iremos a un pueblo a solo unos minutos de Hogwarts es emocionante.
—Desayunemos en el pueblo—dijo Theo igual de animado, íbamos con ropa normal, por lo que me puse un pantalón de vestir negro y una camisa de botones blanca, con un dragón en la espalda, los converse completaba mi atuendo, siempre me han gustado son cómodos. Cuando íbamos bajando vimos a Filch, con una lista de los que tiene autorización de asistir, vi a Granger y Weasley, últimamente han estado muy calmados, lo que me dice que están tramando algo.
—¡Harry! ¡Harry! ¡Hola, Harry! —Era Colin Creevey, un estudiante de segundo que sentía veneración por mí y nunca perdía la oportunidad de hablar conmigo, me molesta que me llame por mi nombre de pila como si fuéramos grandes amigos
—. ¿Vas a Hogsmeade, Harry? ¡Eh! —Colin miró a mis amigos con interés, para luego palidecer al ver las miradas de pura frialdad que está recibiendo.
—En primera soy Potter para ti, no somos cercanos para que te tomes la libertad de llamarme por mi nombre —dije serio, no estoy de humor para ponerme delante de gente deseosa de contemplarme la cicatriz de la frente.
Draco soltó un bufido al ver que la mirada de veneración del chico no ha cambiado en lo más mínimo, suspire con exasperación y lo pasamos de largo.
—Es molesto, no tiene orgullo—exclamo molesta Pansy, viéndolo con asco.
—Ya te lo dije querida, está enamorado de Harry—sonrió con burla Daphne, espero que solo este bromeando.
—Muy graciosas, apresurémonos, tengo hambre y quiero hallar una mesa antes de que el lugar se llene, iremos a las tres escobas ¿no? —bajamos la colina, pasamos por la casa de los gritos sin darle una segunda mirada, ya tendremos tiempo de explorar el lugar, lo que quiero es comer, me muero de hambre.
—Por supuesto—exclamo Blaise feliz, al llegar pedimos un desayuno bien surtido, cuando acabamos paseamos un por el pueblo comprando dulces y todo lo que nos llamó la atención, fue un viaje productivo.
A la mañana siguiente me fui a reunir con el profesor Lupin, hoy empezaríamos con mi lección, Por lo que me dirigí al aula de defensa contra las artes oscuras.
—¿Harry? Pensé que no vendrías, pasa—el profesor Lupin me miraba desde la puerta de su despacho.
—Acabo de recibir un grindylowpara nuestra próxima clase—dijo sonriendo.
—En serio, he leído sobre ellos, pero nunca he podido conocerlos en persona—Entre en el despacho siguiendo a Lupin. En un rincón había un enorme depósito de agua. Una criatura de un color verde asqueroso, con pequeños cuernos afilados, pegaba la cara contra el cristal, haciendo muecas y doblando sus dedos largos y delgados.
—Es un demonio de agua, no debería darnos muchas dificultades, sobre todo después de las kappas. El truco es deshacerse de su tenaza. ¿Te das cuenta de la extraordinaria longitud de sus dedos? Fuertes, pero muy quebradizos—dijo Lupin, observando el grindylow ensimismado, el cualenseñó sus dientes verdes y se metió en una espesura de algas que había en un rincón.
—¿Una taza de té? Iba a prepararlo —le preguntó Lupin, buscando la tetera.
—Bueno —dije mientras me sentaba tranquilamente y esperaba su explicación sobre el hechizo que me enseñara. Lupin dio a la tetera un golpecito con la varita y por el pitorro salió un chorro de vapor.
—Lo lamento, pero sólo tengo té en bolsitas—lo mire con indiferencia no es como si me importara. Le comente sobre lo del boggart.
—Creí que estaba claro —dijo sorprendido, no lo único claro que tengo es que me cree débil y miedoso.
—¿Por qué? —volví a preguntar.
—Bueno, pensé que si el boggart se enfrentaba contigo adoptaría la forma de lord Voldemort. —respondió Lupin frunciendo un poco el entrecejo.
—No se ofenda profesor, pero eso es estúpido, principalmente porque no recuerdo nada del tipo, como puedo temerle a algo que no conozco, es más probable que apareciera un dementor que Voldemort—no pienso decirle que mi mayor temor es perder a mis seres queridos de la misma forma que perdí a mi abuelo, no es que en realidad me molestara no haberme enfrentado al boggart, ya que no deseaba ver muchos cuerpos acumulados en el aula, sería un escándalo y muestra de debilidad.
—Es evidente que estaba en un error. Pero no creí que fuera buena idea que Voldemort se materializase en la sala de profesores. Pensé que se aterrorizarían. —añadió Lupin, frunciendo el entrecejo.
—Sera mejor que me explique en qué consiste el hechizo, aunque ya conozco la teoría, no sé si me dirá algo que usted sepa y que yo haya pasado por alto—dije cambiando de tema.
Cuando iba hablar, le interrumpieron unos golpes en la puerta.
—Adelante —dijo Lupin.
Se abrió la puerta y entró el profesor Snape. Llevaba una copa de la que salía un poco de humo y se detuvo al ver a Harry. Entornó sus ojos negros.
—¡Ah, Severus! Muchas gracias. ¿Podrías dejarlo aquí, en el escritorio? —dijo Lupin sonriendo, Snape posó la copa humeante. Sus ojos pasaban de Lupin a mí.
—Estaba enseñando a Harry mi grindylow—dijo Lupin con cordialidad, señalando el depósito.
—Fascinante, deberías tomártelo ya, Lupin—comentó Snape, sin mirar a la criatura.
—Sí, sí, enseguida —dijo Lupin.
—He hecho un caldero entero. Si necesitas más... —es obvio por el olor que es matalobos.
—Seguramente mañana tomaré otro poco. Muchas gracias, Severus—lo mire, no creo necesario ocultarle el motivo que me trajo aquí.
—De nada —respondió Snape.
—El profesor Lupin se ofreció a enseñarme el hechizo patronus ¿Poción Matalobos? —pregunte, aunque ya lo sabía. Lupin me miro sorprendido y preocupado, el profesor de Snape solo asintió, igual de indiferente.
—El profesor Snape, muy amablemente, me ha preparado esta poción. Nunca se me ha dado muy bien lo de preparar pociones y ésta es especialmente difícil, es una pena que no admita azúcar —dijo Lupin, cogió la copa y la olió, tomando un sorbito y torciendo la boca.
—Los dejo—dijo el profesor Snape yéndose.
—El patronus es una especie de fuerza positiva, una proyección de las mismas cosas de las que el dementor se alimenta: esperanza, alegría, deseo de vivir... y no puede sentir desesperación como los seres humanos, de forma que los dementores no lo pueden herir. Pero tengo que advertirte, Harry, de que el hechizo podría resultarte excesivamente avanzado. Muchos magos cualificados tienen dificultades con él—asentí, tengo que lograr hacerlo para sentirme seguro cerca de esas cosas.
—Tengo pensado usar un boggart, para que utilices el patronus en el—no había acabado de hablar, cuando me puse rígido, si usa un boggart se dará cuenta de mi mayor miedo, prefiero mil veces que aparezca un dementor e incluso Voldemort antes que vea mi mayor temor, menos él.
—¿Ahora? Preferiría que primero me enseñe como debo de mover la varita primero, cuando me sienta seguro, lo intentare con el boggart —espero que no, debo de encontrar la forma de aprender por mi cuenta, solo necesito el movimiento de varita.
—Si te hace sentir seguro, me parece bien—mire el movimiento de su mano, a veces un hechizo no sale o no se hace bien porque agitas demasiado fuerte la varita o lo haces de la forma errónea, no quiero arriesgarme.
—El hechizo es Expecto Patronum-asenti, me concentre en el recuerdo más feliz, me vino a la mente el día que celebre mi primer cumpleaños con el abuelo.
—Expecto Patronum—sonreí cuando de mi varita salió una niebla blanca y espesa, lo intente varias veces hasta que logre que esta fuera mayor y más grande. Continuamos practicando por dos horas, gracias a Merlín no usamos el boggart, quiero hacerlo perfectamente para nuestro próximo encuentro, no quiero arriesgarme a verme vulnerable menos delante con él.
Lo único que conseguí en todo este tiempo fue hacer que la niebla empezara a volverse más espesa y que empezara a formarse algo, aunque aún no se ve bien.
—Continuaremos en la próxima lección, ¿Qué tal las clases? —lo mire con indiferencia, pero, aunque estoy agradecido, no pienso a tener una charla amistosa con él.
—Bien, agradezco las lecciones, pero tengo que terminar mis deberes, con permiso—incline mi cabeza en modo de despedida y salí, los deberes siempre los términos el mismo día. Muy pronto tendremos partido contra Ravenclaw, por lo que toda la semana tuvimos entrenamientos intensivos, lo que quiero es descansar un rato.
Los miembros del equipo nos pusimos la túnica esmeralda. El viento era tan fuerte que nos tambaleamos al entrar en el campo. A causa del retumbar de los truenos, no podíamos saber si nuestra casa nos aclamaba.
Los de Ravenclaw se aproximaron desde el otro extremo del campo, con la túnica azul. Los capitanes de ambos equipos se acercaron y se estrecharon la mano.
—Monten en las escobas—La señora Hooch se llevó el silbato a los labios y dio un pitido que sonó distante y estridente... Dio comienzo el partido. Me elevé rápidamente, pero la Nimbus oscilaba a causa del viento, pude ver que los chicos están teniendo el mismo problema, este partido será complicado, principalmente porque la lluvia me impedía ver con claridad.
Al cabo de cinco minutos, estaba calado hasta los huesos y helado de frío. Apenas puedo ver a mis compañeros de equipo y menos aún la pequeña snitch. Atravesé el campo de un lado a otro, adelantando bultos verdes y azules, sin idea de lo que sucedía. El viento no me permitía oír los comentarios. La multitud estaba oculta bajo un mar de capas y de paraguas maltrechos. En dos ocasiones estuve a punto de ser derribado por una bludger.
Perdí la noción del tiempo. Era cada vez más difícil sujetar la escoba con firmeza. El cielo se oscureció, como si hubiera llegado la noche en plena mañana. Dos veces estuve a punto de chocar contra otro jugador; que no sabía si era de mi equipo o del oponente. Todos estaban ahora tan calados, y la lluvia era tan densa, que apenas podía distinguirlos. El cielo empezó a iluminarse debido a los rayos.
Brilló otro rayo, seguido por el retumbar de un trueno. La cosa se ponía cada vez más peligrosa. Tengo que atrapar la snitch antes de acabar electrocutado y quemado.
Me volví, intentando regresar hacia la mitad del campo, pero en ese momento otro relámpago iluminó las gradas y vi algo que me distrajo completamente: la silueta de un enorme y lanudo perro negro, claramente perfilada contra el cielo, inmóvil en la parte superior y más vacía de las gradas: Padre, no comprendo que haces aquí y en tu forma animaga.
Las manos entumecidas me resbalaron por el palo de la escoba y la Nimbus descendió varios metros. Retirándome de los ojos el flequillo empapado, volví a mirar hacia las gradas: había desaparecido.
—¡Harry! ¡Harry, detrás de ti! —gritó Flint angustiado, desde los postes de Slytherin. Mire hacia atrás con los ojos abiertos de par en par. Cho Chang atravesaba el campo a toda velocidad, y entre ellos, en el aire cuajado de lluvia, brillaba una diminuta bola dorada...
Con un sobresalto, me maldije por haberme distraído pegue el cuerpo al palo de la escoba y me lance hacia la snitch como una bala.
—¡Vamos! —grite a la Nimbus, al mismo tiempo que la lluvia me azotaba la cara. Mire como Chang perdía velocidad, un extraño silencio cayó sobre el estadio, mire arriba y jadee al ver a varios dementores sobrevolando los cielos, muchos de los jugadores se dieron cuenta, pero por desgracia Chang y yo, estábamos más cerca de ellos, me acerque a ella quien se había quedado paralizada y temblaba, tome mi varita, la cual había ocultado cuidadosamente dentro de mi uniforme, no sé si esto me traerá problemas, pero no quería arriesgarme.
—Expecto Patronus—lo dije concentrándome en el recuerdo más feliz que tengo, a pesar de que ahora poseo todo, todo fue gracias a Callidus, la felicidad que tuve cuando me di cuenta que pertenecía a un lugar, gracias a ella conocí a mi abuelo. He estado practicando por horas, todos los días.
Miré con asombro como mi patronus adquirió forma corpórea, sonreí ante la hermosa serpiente y no cualquier serpiente, sino que es mi querida Callidus, despues de todo ella es única, no sé si mi magia reacciono a mis sentimientos, fruncí el ceño al ver aparecer otras figuras, un puma y un ciervo. Que mejor tributo que este, una forma de agradecer que hayan salvado mi vida. Ondas de magia salían de los animales, golpeando a los dementores que estaban más cerca de nosotros.
Cuando los tres atacaron al resto de los dementores y los alejaron, reí incrédulo al ver que la snitch está justo frente a mí, estire la mano y la tome, antes de que cambiara de dirección, Chang me miro asombrada, pero no por tomar la snitch sino por el hechizo que utilice, al verla estable me dirigí donde mis amigos.
—Harry ¿Estas bien? —pregunto Draco, una vez que estuve al alcance.
—Sí y además ganamos—dije mostrándole la snitch.
—¿Qué paso? Vimos tres resplandores, pero nada más, la lluvia está muy fuerte para distinguir algo, no sé cómo permitieron que dementores sobrevolaran el lugar, pudimos haber muerto—no me sorprende que no hayan visto nada, escuche el silbato que daba por terminado al partido, Blaise le dijo a Madame Hooch que yo tengo la snitch.
Todos bajamos felices, mire a Chang que hablaba con sus compañeros de equipo, señalándome constantemente, es realmente molesto. Fuimos a los vestidores a cambiarnos, el partido de hoy fue realmente agotador y solo quiero dormir.
Íbamos a salir cuando el director entro con el profesor Snape, Lupin, Flitwick, McGonagall y Chang, todos los miraron sorprendido, ya me lo esperaba.
—¿Pasa algo profesor Snape? —pregunto Flint mirando con recelo al resto.
—El director desea saber cómo el señor Potter puede realizar un hechizo de alto nivel, de forma magnifica—mire al director que me miraba con seriedad.
—Le dije al director que yo te enseñé el hechizo, solo que no esperaba que consiguieras la forma corpórea tan pronto—intervino el profesor Lupin.
—¿Qué hechizo? —pregunto curioso Theo.
—Expecto Patronus, lo aprendí porque quería saber defenderme contra los dementores, el profesor Lupin tuvo la amabilidad de enseñármelo—le respondí a Theo tranquilamente.
—Pero usted logro lo inesperado y en tan poco tiempo, es muy difícil conseguir la forma corpórea y usted no solo posee una sino tres, según nos informó la señorita Chang ¿Cómo lo hizo? —hablo por primera vez el director.
—Soy autodidacta, una vez que supe cómo realizarlo, practique todos los días, con respecto a la cantidad no sé, ya que no lo esperaba ¿Nos quitaran la victoria por esto? —pregunte serio.
—No, la señorita Chang nos informó que usted tomo la snitch limpiamente—respondió el profesor Flitwick.
—¿Algo más? Porque si no es así, me gustaría retirarme el partido de hoy fue agotador—murmure tranquilamente.
—Se pueden retirar—dijo el profesor Snape, todos salimos, Chang nos siguió.
—¿Harry? —solté un suspiro exasperado.
—¿Qué? —exclame bruscamente.
—Gracias—sonrió y se fue corriendo. Idiota. Ahora debo de comunicarme con mi padre y saber que lo trae de incognito en Hogwarts.
Pov Dumbledore
—Es un mago sumamente poderoso, conseguir la dominar ese hechizo a los trece y no solo eso, sino que son tres, es la segunda persona que conozco que posee tres patronus, pero es mejor ya que Minerva logra invocar tres, pero son idénticos, el niño posee tres criaturas completamente diferentes y los animales son una incógnita, bueno solo dos porque la serpiente es obvio que es por su casa, solo que no esperaba que la apreciara tanto—acabo de decir Flitwick totalmente emocionado.
—Los otros dos son como un tributo a sus padres, ambos eran animagos, un ciervo y un puma, aprendieron a transformarse para ayudarme—murmuro melancólico Remus, las cosas se están saliendo de control, lo que menos esperaba, es que el chico mostrara magia tan avanzada a tan corta edad, debo de tenerlo bajo mi yugo pronto.
—No sé de qué se sorprende, el niño desde que entro a demostrado tener un gran potencial mágico, tengo unas pociones que realizar—murmuro Severus yéndose.
—Es una lástima que haya quedado en Slytherin—suspiro McGonagall, saliendo tambien, al igual que Flitwick. Maldición debo de buscar la manera de contactarme con Black, si consigo tenerlo de mi lado, el chico tambien lo estará.
—Remus mi muchacho ¿Por qué no me dijiste que estabas enseñándole al chico? —pregunté fingiéndome decepcionado.
—Lo siento director, no volverá a pasar—siempre ha sido fácil de manipular, ver la mirada de culpa, es realmente satisfactorio.
—Eso espero, sabes que solo quiero lo mejor, estar en Slytherin puede ser perjudicial para el niño, sabes que hay muchos hijos de seguidores ahí—lo mire tratándome de mostrar preocupado.
—Lo comprendo—mire dudas en su mirada, como si no supiera si creerme o no, debo de estar más pendiente, no me gusta que empiece a dudar de lo que le digo.