Cuando salí de ver a Osvaldo me encontré con su madre.
-Encontrare al maldito que le hizo esto a Osvaldo y sabrá lo que es el infierno en vida.
-Ya atraparon a los que le dieron la paliza y esta mañana dieron un retrato hablado de quien los contrató.-me dio una hoja la cual al verla me sentí que fui del cielo al infierno en un segundo. Era mi padre. Quien había contratado a esos hombres. Me llene de una ira. No había duda. Él era capaz de ello.
-Lo encontrare y pagara por lo que hizo.
-Solo quiero que lo traigas a mi. No te vallas a manchar las manos con sangre, no quiero que mi hijo sufra de nuevo por ti.
-De acuerdo-salí de la clínica a toda prisa, lamentaba no tener mi moto.
Una hora mas tarde me encontraba frente a la casa de mi padre. Llegó un auto lujoso y de el bajó mi padre.
-Pero hijo que haces ahí parado. Entra por favor.
Entramos ambos y pasamos a su oficina.
-Bueno escucho tus disculpas-dijo sentándose en su silla. Yo que estaba de pie a la entrada di un carcajada.
-¿Quien maldita sea dijo que me vine a disculpar contigo?-me acerque y golpee el escritorio-Vengo a pedirte explicaciones.
-¿De que hablas hijo?
-¿Por que enviaste a esos estúpidos a pegarle a Osvaldo?
-No se de que hablas hijo.
-¡Deja de hacerte el tonto! Ya dieron una descripción y concuerda perfectamente contigo.
-Mira hijo aunque tu no lo creas este negocio se basa mucho en las apariencias y yo no podía dejar que mi hijo maricón manchara el nombre de mi compañía.
-¿Porque maldita sea te metiste con él? No teníamos nada.
-Bueno yo supe otra cosa.
-De verdad me fastidias. Si quieres cambiare de apellido, de cualquier manera no quiero que la gente sepa que soy hijo tuyo.
-Maldigo el día que tuve un hijo maricón. -bufó rojo de ira
-¡Y yo maldigo el día que nací para ser tu hijo!-el hombre me dio vuelta la cara con una bofetada, mi cara ardió al segundo.
-Si le hice eso al chico es para que te des cuenta que tu lugar es a mi lado, siendo mi hijo. El heredero del imperio que he construido con mucho esfuerzo.
-Así que tu fuiste.
-Si. Yo fui y lo volveré a hacer con cualquiera que se acerque a ti. Tu volverás hijo.
-Prefiero morir antes de negar lo que soy. Amo a Osvaldo. Amo a un hombre y eso me hace feliz.
-Solo espero que recapacites luego
-Lo mismo digo para ti. Espero que el tiempo en la cárcel te sirva.-salí de su oficina dando un portazo. Fuera de la casa saqué la grabadora de mi bolsillo y la apagué.
Luego de ese lugar fui a donde la mujer llevándole la grabación.
Me quedé el resto del día junto a Osvaldo al anochecer volví al departamento de Rene que estaba viendo las noticias y mostraban como se llevaban detenido a mi padre.
Pero aun había algo que no me dejaba dormir tranquilo. Si el sabia que estaba tras Osvaldo, ya me temía por la vida de Leo.
Al día siguiente temprano fui a la oficina, llegué y entré como tenia por costumbre y la escena que encontré me dejó bastante...sorprendido por decir algo, Leo siendo jodido por el chico de la sala de fotocopia.
-Lo siento-dije al encontrar mi mirada con Leo. Cerré la puerta riendo. En verdad no pensaba que Leo le ponía los cuernos a Lizbeth-Oye no quise interrumpir, solo necesito hablar contigo. Iré al baño y vuelvo en diez minutos.
Bajé al baño y no se porque pero por un lado me alegraba saber que Leo no lo estaba pasando mal. Se notaba que el chico lo deseaba desde un principio.
Luego de quince minutos me encontraba en la oficina de Leo.
-Oye sobre lo que viste....
-Me alegro que estés bien-sonreí al verlo incomodo.
-Que bueno que hayas venido. ¿Cómo sigues? ¿Donde te estas quedando?
-Estoy se paso en la casa de un amigo. ¿Y como ha estado Lizbeth? ¿Y tu hijo?
-Bien. Supongo. Es bastante insoportable a veces, pero supongo que es por el embarazo. ¿Y tú? Vi la noticia sobre tu padre.
-Estoy viendo a Osvaldo de nuevo.
-Me alegro por ti.
-Gracias. Sobre lo de mi padre... ¿nunca te pasó algo mientras estábamos juntos? ¿Nunca te amenazó? Se sincero conmigo por favor.
-No Vladimir. Nunca lo he vuelto a ver desde la ultima navidad que estuvimos con tu padre y mis padres.
-Bueno solo era eso. Cualquier cosa no dudes en llamarme. Quiero que ese maldito se quede un buen tiempo dentro de la cárcel.
-No juntes tanto odio Vladimir. Solo intenta ser feliz con el gruñón, que lo demás no te importe.
-Pareciera que fuera así de fácil, pero necesito que pague por lo que le hizo. No quiero que lo vuelva a hacer.
-Bueno. Espero te valla bien.
-Debes avisarme cuando nazca tu hijo.
-Claro. Tu seras el padrino.-rió
-Prefiero que no. Tu sabes que no me llevo con los niños.
Al salir de allí fui nuevamente a la clínica para ver a Osvaldo, pero la madre de él no me dejó verlo y me echó al saber que mi padre había sido el culpable. Ahora me odiaba por haberle causado ese daño a Osvaldo.
Estuve por cerca de una semana buscando trabajo, no era tampoco que me esforzara, el no ver a Osvaldo me tenia mal, de verdad necesitaba sentirlo junto a mi. Encontré un trabajo temporal como recepcionista de un hotel pequeño, ya que yo sabia ingles y me manejaba algo en varios idiomas. El día era ajetreado pero no lo suficiente para dormir rápidamente en la noche que era cuando mas pensaba en mi gruñón. El sueldo era suficiente como para arrendar un departamento pequeño y así lo hice. Por suerte encontré uno amoblado y cerca del hotel.
A las dos semanas de haber entrado a trabajar vi noticias que había comenzado el caso contra mi padre, pero lo que mas me afectó fue el saber que Osvaldo llevaba en estado grave dos semanas. Temí no volver a verlo a los ojos causándome un gran dolor.
No sabia que podría pasar al día siguiente y tuve mucho temor.