Esclavo y Amo del Universo
V
Amo
--Pero mira quién ha regresado…. Mi querido Edward, cuánto tiempo sin… vernos. –decía malicioso el Lord Obscuro.
--Lo suficiente para que temas por tu vida, Riddle. Créeme que no es momento para risas tétricas, siniestras, sarcásticas y demás. Hoy dejas este mundo y no es una opción. –sentenciaba Ed/Harry ante la atónita mirada de quienes alcanzaron a escucharlo.
--Pero querido, ¿Cómo matarás a quien solo te ha demostrado amor? ¿Cómo matarás al amor de tu vida, cariño? –preguntaba con falsa ternura Voldemort –¿Seguro que no estás molesto por no estar cerca de mía, como cuando asistíamos a Hogwarts?
>>¿Seguro que no son mis besos los que extrañas? ¿Seguro que no son mis caricias las que necesitas?... ¿Seguro que no es tu alma la pide por mí?
El monólogo del mago obscuro fue interrumpido por una patada en el abdomen de parte de Ed/Harry.
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Los pocos testigos no creían o no entendían lo que sucedía, Voldemort hablaba con tanta familiaridad a Harry pero, Harry parecía conocerle de igual manera, además, cómo iba Voldemort conocer a Harry si hace años que él asistió a Hogwarts… mucho menos, una relación.
Era escalofriante tan solo intentar imaginarlo. Voldemort hablaba como si ‘una relación’ entre ellos hubiera sido posible hace tiempo pero con Harry, tal vez, tal vez es con esa otra persona que los verdes ojos de Harry muestran en este instante. La rabia y el dolor que están impregnadas en las palabras que le dirige al Lord Obscuro.
Pero, ¿Qué hace esa persona en Harry? ¿Una posesión? ¿Un Imperio?... ¿Esa persona conoció a los viajeros?
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Por su parte, Al y Roy intentaban procesar lo que Voldemort estaba implicando. Al se entristeció, si fue cierto lo que Voldemort decía, eso significaba que cuando su hermano se decidió a aceptar un nuevo sentimiento en este mundo… fue traicionado, Ed no se merecía la traición. Ya no. Él merecía ser feliz después de todo lo que habían pasado. Es por ello que habían venido por él, para darle un futuro justo, no lo que tenía ante sus ojos, con más traición y odio hacia quien alguna vez amó.
En cambio Roy estaba por otro rumbo en sus reflexiones, el idiota de Voldemort intentó usar a Ed como un arma y cuando Ed se dio cuenta es lo que los llevó a la escena frente a sus ojos. Luego recordó algo que, aunque tonto en este tipo de situaciones le dio la esperanza que tanto había ansiado: Voldemort se parecía físicamente a él, antes de adquirir su repugnante semblante. Lo que rogaba era que el mago obscuro no haya interferido tanto en la vida del rubio, no quería perder una lucha en la que ni siquiera hubiese pelado. No por el fantasma que Voldemort dejaría en Ed.
Entre las reflexiones de los viajeros se vio inmiscuido un tema en particular: ¿Cómo llegó Ed a separarse de su cuerpo? ¿Por qué está como huésped en Harry Potter y no otra persona? ¿Cómo puede tomar el control del cuerpo en que se está hospedando?... ¿Les permitiría ayudarle a deshacerse de Voldemort?
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--Sie-siempre tan apasionado, mi querido Edward. –medio decía Riddle a casusa del dolor.
--No soy tuyo, Riddle. –afirmó Ed/Harry.
--Vamos, cariño, sabes que nadie te entiende mejor que yo… en este mundo, yo fui quien te enseñó, yo fui quien te brindó lo que tanto anhelabas: comprensión, conocimiento, ternura… amor… placer. –en este punto lo viajeros reprimían el impulso de abalanzarse al mago obscuro, cada uno con diferentes motivos para matarlo –¿Recuerdas, cariño? Yo fui el único que conoció ‘esa’ parte de ti… me siento tan honrado, nadie más que yo conoce ese adorable sonrojo tuyo, nadie más que yo ha escuchado tu voz cargada de….
--¡Cállate! No importa lo que digas, no te salvarás… nadie me utiliza y sigue con vida. –decía mordaz Ed/Harry.
--¿Cómo lo harás, cariño? Tu barita está bien guardada en mi mansión, no te atreverás a soltarme por temor a lo que pueda hacer… todos están aterrorizados de mí como para ayudarte… –una mueca semejante a una sonrisa se plasmó en la viperina cara del Lord.
--Sabes Riddle… este tiempo te ha afectado el cerebro, tanto que evocas el pasado y eres tan idiota para no recordarlo TODO. Jamás me subestimes. –dijo Ed/Harry.
Una sonrisa ladeada, una mueca realmente, es lo que apareció en el rostro de Harry… era una mirada impropia de él… Ed era el autor de esa tenebrosa imagen. Ed/Harry se encargó de inmovilizar los brazos de Riddle, el crujido de algo rompiéndose, huesos tal vez, hizo eco en el atrio, apenas un par de gemidos fue lo que el más temido mago dejó salir por su boca antes de ser obligado a mirar directamente los ojos esmeralda de su archienemigo… esos ojos esmeralda que mostraban el alma de alguien más.
Lo siguiente que los testigos en el atrio del Velo escucharon, fue algo que a excepción de los viajeros no esperaban escuchar: gritos… gritos de dolor imaginario… gritos de terror… gritos de desesperación… gritos que se convirtieron en ruegos, ruegos por tener un final.
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Aquellos magos que habían quedado inconscientes despertaron de la peor manera, el shock impedía movimiento… ¿Movimiento para qué?... Pese a lo aterrados de lo que veían y escuchaban, el-que-no-debía-ser-nombrado no merecía compasión.
Lo bizarro era la imagen a unos metros de distancia, la de un Harry que infligía todo ese sufrimiento jamás les abandonaría en lo que les resta de vida. Aun había preguntas… era evidente que no era Harry quien torturaba a Voldemort… una de las chicas que acompañaron a Harry aguantaba la sensación de vomitar, una rubia se tapó los oídos y trataba de bloquear tan horribles gritos, otra de las chicas era sujetada de manera protectora por el mejor amigo de Harry… los demás no se movían, ni siquiera los adultos.
El otro mago, el que recién había llegado miraba sin creer lo que estaba frente a él. El mago obscuro, el mago más poderoso, aquél que por temor nadie decía su nombre… estaba siendo torturado, qué más si no, los gritos que abandonaban su boca, los hilos de sangre que empezaba a escurrir de sus oídos, de la comisura de su boca, la postura de derrota que le invadía a cada instante… todo eso no mentía.
Lord Voldemort estaba siendo… derrotado, por Harry Potter… y alguien más.
Edward Elric.
Sí era él. El pequeño viajero que llegó un día, el pequeño que acogió y no dudó en mostrar su favoritismo… hasta que le fue arrebatado por Tom Riddle. Había tantos planes para ese pequeño… todos y cada uno de ellos se hicieron pedazos cuando ya no pudo alejarlo de Tom. Fue influenciado, fue dominado… pese a lo surrealista de la ocasión, se permitió una pequeña sonrisa, era lógico que Edward Elric encontraría la manera de… bueno, de demostrar que no, que nadie podría manipularlo.
Cómo ansiaba volver a hablar con el joven Elric.
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En la mente de Harry, en un lugar semejante a un gran salón, él esperaba el regreso de Ed. Le parecía injusto, ahí donde estaba no podía escuchar nada, Ed le pidió que esperara mientras este hacía una ‘visita’ a la mente de Voldemort.
Sabía que Ed le ocultaba cosas… también sabía que Ed no quería que él se enterara de lo que provoca las ansias de venganza. ¿Cómo podía hacerlo? Ed siempre le decía que no gastara su vida en busca de una venganza que después le traería desdicha, pero, ¿Ed sí podía vengarse?
--Eso es porque soy un caso especial. –dijo la voz perteneciente al rubio.
--¡Ed! –exclamó mientras se acercaba a él.
--Tranquilo, ya no tendrás que preocuparte por ese psicópata que acecha tu vida. –decía el rubio con calma –Es probable que lo que veas al regresar a tu cuerpo te cause… bueno, muchas cosas. Escúchame Harry, volveré a mi cuerpo y no sé si pueda recuperar el control sobre él de inmediato, así que, pon atención.
>>Cuando Riddle iniciaba su búsqueda de la vida eterna, y no pudo obtener nada de mí, decidió hacer algo llamado Horocrox. En términos sencillos te diré que, para no abandonar este mundo partió su alma en varios fragmentos, los ató a ciertos objetos y hasta que no se destruyan esos objetos Voldemort podrá volver. No temas, en lugar de esconderlos, los dejó en el único lugar al que jamás nadie tendría acceso: mi cuerpo.
>>En el cinturón, de mi cuerpo, hay seis compartimentos en donde están guardados con magia y alquimia. Destrúyelos, destrúyelos con la espada de Griffindor o si puedes conseguir el veneno del Basilisco en la cámara de los secretos, debe ser con algo realmente poderoso. Puedes pedirle al Coronel, al pelinegro de los que aparecieron antes de la batalla que intente destruirlos con su ‘especialidad’.
>>Es probable que el viejo haga una teoría en la diga que tú posees un Horocrox de alguna forma… bueno, evocará la noche en que Riddle irrumpió en tu casa y sucedió lo que todos saben. Yo también estaba ahí ¿Recuerdas que te lo conté? Bueno, fue en ese momento en que de alguna manera intercepté el alma de Riddle, en lugar de su alma, fui yo quien quedó en ti. Lo que habita mi cuerpo, era el fragmento de alma de Riddle, está por ahí escondida y es de lo que me voy a encargar en este momento.
>>Pronto recuperarás el control en tu cuerpo. No me despido aún, así que no pongas esa cara, no me despediré para demostrarte que ‘volveré’ en mi cuerpo.
>>¿Entendiste? –preguntaba Ed.
--Sí… Ed, ¿Qué diré cuando me pregunten por ti? ¿Por lo que sucedió?... Harán muchas preguntas. –decía Harry, hablaba más para retener a Ed un poco más que para obtener respuestas.
--¿Qué es lo que creer que yo diría? –preguntaba Ed con una sonrisa.
--… No es de su incumbencia.
--Exacto. Dile a mi hermano y al coronel que estoy bien, que los veré pronto. –dijo Ed antes de desaparecer y que Harry recuperara todos los sentidos de su cuerpo.
“Se siente extraño… ya no siento la presencia de Ed”.
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Los espectadores soltaron el aire que estaba reteniendo inconscientemente, los gritos cesaron, el lord cayó al suelo sin vida… observaron a Harry que se dirigía hacia la ‘prisión’ de Acero, vieron cómo era liberado, vieron con extrañeza cómo sacó su barita, le apuntó a Acero y murmuró el hechizo… un color verde… verde.
Luego de que el hechizo llegara a Acero, vieron cómo Harry sacudía su cabeza como alejando pensamientos e intentar enfocarse en el lugar que estaba, lo que acababa de hacer.
Harry se arrodilló ante el rubio inconsciente, los viajeros se le unieron en el intento de ‘despertar’ a Acero, miraron cómo Harry murmuraba algo a los viajeros y cómo le quitó el cinturón a quien seguía dormido. Salieron de su estupor, uno a uno fueron avanzando hacia Harry, con cautela, como esperando que les atacase… hasta que vieron esos ojos a los que estaba acostumbrados.
No dudaron en hacer sus preguntas. Unos exigieron una explicación, otros seguían sin creer lo que acababa de ocurrir, y otros más apuntaron sus baritas a Acero. Esto provocó que el aire se tornara pesado… los viajeros y Harry se interpusieron, estaban dispuestos a pelear… incluso Harry.
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Ya en Hogwarts, en la enfermería, los viajeros estaban a cada lado de una de las camillas, una en la que un rubio, añorado para ellos, yacía aún inconsciente. Ya habían pasado tres semanas desde que lo encontraron… tres semanas en las que aún no despertaba.
La llegada de Harry, su presencia, siempre era bien recibida… nada como escuchar sobre Ed de la boca de quien estuvo tanto tiempo con él. Los viajeros no forzaban a Harry para que les contara todo lo referente a Ed, había una especie de trato entre ellos, una pregunta por día, Harry les hacía una pregunta y ellos contestaban lo mejor que podían, con anécdotas y detalles de lo sucedido; ellos también hacían una pregunta y Harry contestaba, les contaba o que vivió y en lo que Ed siempre le ayudaba.
Harry y Al se hicieron amigos muy pronto, ambos concordaban que Ed era el mejor hermano (casi padre) que les pudo haber pasado. Incluso cuando estaban de humor, hablaban de los arranques que Ed tenía cuando le llamaban ‘enano’. Entre risas, imaginando lo que pudo haber sucedido, un día Ed despertó.
Fingió una voz furiosa por estar burlándose de su estatura, luego abrazó a Al y Harry… Ed y Roy Mustang se miraron a los ojos, Ed desvió la vista y Roy empezó a reñirle, por el papeleo que le ocasionó, por los problemas que causó… y luego empezó con sus clásicas bromas sobre la estatura del rubio. Sin darse cuenta, estaba ayudando a Ed a entender que Riddle ya estaba muerto y que Roy no era Riddle.
Los viajeros y Harry le pusieron al tanto de lo que sucedió después de ese día: destruyeron los Horocrox, encerraron a los Mortífagos, restauraron el nombre de Dumbledore, Harry y de él mismo… aunque, no sería lo mismo, todos tendrían miedo de él. Incluso Harry era temido, pese a explicar lo ocurrido, los demás magos no podrían olvidar que fue Harry quien destruyó a Voldemort. No faltaron unas cuantas cosas que Ed dijo, llamando hipócritas y cobardes a quienes juzgaban a Harry, primero querían que los salvara y luego que hizo resulta que podría ser demasiado peligroso.
Harry mostró su deseo de acompañar a Ed a su mundo, no quería seguir en un lugar como ese. Había tomado su decisión, tras una larga charla con Ed, él y los viajeros aceptaron.
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Pasó otra semana en la Ed estuvo se estuvo recuperando por completo, odiaba las miradas que los magos le dirigían, jamás le gustó que lo miraran con lástima ni pena por él… evadía aceptar visitas, no contestaba las preguntas de los del Ministerio, respondía a medias a Dumbledore, y preguntaba a cada momento cuándo partirían.
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Después de tantas batallas, de varias pruebas y un sinfín de preguntas… los viajeros, todos ellos, acompañados de Harry y Sirius, desaparecieron en un resplandor azulado, en medio de la enfermería.
A pesar de los años, en Hogwarts se sigue contando la leyenda de los viajeros de otro mundo, uno que llegó por error, otros dos que vinieron en su búsqueda… y los tres ayudaron al salvador del Mundo Mágico a derrotar al Mago Obscuro.
Mientras, en otro mundo, siguen las anécdotas del Alquimista de Acero, el salvador del pueblo, y sus dos hermanos: otro alquimista sin título militar y un mago. También se rumora que el Furer está prendado del alquimista de acero… pero piensan que nadie lo sabe.
Fin.