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Equivocado por Yae

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X.-

 

 

El despejado cielo azul hicieron su espera más grata, una suave brisa ocasional refrescaba el ambiente, se hallaba de pie en la esquina por la cual Itachi siempre pasaba al salir del colegio.

Podía verle a unos escasos metros de distancia, meneando levemente la cabeza como si siguiese el compás de alguna melodía, estaba sonriendo, se veía tan feliz allí a tan solo unos pasos…

Que por unos segundos Sasuke también se sintió feliz, sus labios se curvaron sonrientes, ampliando de a poco esa expresión al ver a su hermano mayor acercarse, su corazón brincaba de emoción al sentirse la razón de tan agradable semblante en Itachi.

“¡Nii-san!” Gritó eufórico, acortó la distancia tan rápido como sus piececitos de niño de ocho años se lo permitieron.

“¿Sasuke?”

La diminuta sorpresa en el rostro de su mayor bastaron para acabar con la animosidad del más pequeño, Itachi no estaba sonriendo porque lo hubiese venido a buscar.

“Es peligroso que camines tu solo por la calle”

“…” Un puchero de decepción y los mofletes inflados demostraron su insatisfacción.

“¿Sasuke?” Itachi le miro curioso acercándose más, agachándose un poco para quedar a la altura de su hermanito. “¿No deberías estar en clases?”

“…” Se mordió los labios conteniendo la rabieta que quería soltar. “Pensé que me mirabas” confesó.

“¿Eh?” Crédulo se le quedó viendo esperando a que se explicara mejor.

“¡Hoy no vino la maestra y nos dejaron salir antes!” volvió a gritar sobresaltando a su hermano, sus pequeñas manos se hicieron puños conteniendo la esporádica rabia que lo embargaba.

“A… eso es bueno” algo contrariado Itachi le sonrió, “entonces tenemos algo de tiempo, ¿a dónde quieres ir, Sasuke?” le preguntó ofreciéndole su mano para que la tomase. “Hoy haremos lo que tú quieras.”

Los negros ojos del nombrado volvieron a iluminarse, acababa de escuchar de labios de su hermano lo que más le gustaba oír, no importaba el tiempo, siempre deseaba estar cerca de Itachi un poco más, toda la alegría que podía rememorar se debía a la presencia de su hermano mayor, siempre estaba allí cuando lo necesitaba, cuando estaba llorando, siempre lo encontraba en el momento justo. Ansioso sujetó la mano de su mayor y de ese modo ambos niños empezaron a caminar.

 

 

 

Reaccionó algo asustado luego de recordar aquello, sus ojos desesperados recorrieron el entorno, no estaba seguro de en qué momento se había quedado dormido, lo último en sus memorias era el haber llegado a casa de Naruto y… estar besando a Itachi.

La repentina laguna mental amenazaba con hacerle perder el control, se levantó del sofá aterrado de tan solo pensar en haber perdido de nuevo a su hermano mayor, paranoico pudo percatarse de que ya no llevaba su arma consigo.

— ¡Itachi! — Como poseso le buscó por la sala y la cocina del lugar — ¡Itachi! — gritó más fuerte temiendo volverse loco de ser abandonado una vez más.

— ¿Sasuke?

Para alivio visceral del Uchiha menor pudo ver al pelilargo salir de una habitación, aun con el cabello suelto y la expresión de agotamiento que le acompañaba.

— ¿Qué sucede?

Sin perder tiempo se acercó a abrazarlo con fuerza, tanta que Itachi apenas si le correspondió el gesto.

— ¿Tuviste una pesadilla? — Cuestionó preocupado ante la actitud de su menor.

— Creí que me habías abandonado de nuevo — se aferraba con tanta fuerza como si deseara fundirse con su hermano y no separarse nunca más.

— Ya déjalo Teme, parece que vas a partirlo en dos — Naruto emergió tras el mayor acomodándose la chaqueta dejando ver el vendaje que cubría la herida en su brazo.

Asesinos los ojos de Sasuke se clavaron el los azules del rubio, reclamando sin palabras el hecho de verlos salir del mismo lugar, percatándose de que su pequeño lapsus de inconciencia no era de más de media hora.

— Voy a preparar ramen — bufó ignorando la expresión en su “mejor amigo”, le resultaba hasta doloroso no poder hallar en aquellos ojos algo del Sasuke que conoció hace mucho.

— No tengo hambre.

Naruto detuvo sus pasos volteando a verle. — No pienses solo en ti, tu hermano se ve peor que yo después de un entrenamiento.

Molestó consigo mismo se mordió los labios, aquel dobe rubio tenía razón, si se ponía a hacer cuentas correctamente Itachi apenas si había probado bocado en más de una semana, tal vez a eso se debía la fiebre del día anterior y la creciente debilidad en el mayor… de seguro estaba tan agotado que no podría oponérsele de ser necesario. En medio de aquellos pensamientos al fin cayó en cuenta del hecho de saberse desarmado.

— ¡¿Dónde está mi arma?! — quiso ir tras Naruto acusándolo de ser el responsable.

— De que hablas, — Itachi lo detuvo sujetándolo de un brazo con gesto preocupado — estabas de acuerdo en que yo la guardaría.

Sasuke se sobresaltó al escucharlo, no recordaba haber accedido a cosa semejante. — ¿Dónde está? — inquirió sin desear exaltarse y arriesgarse a lastimarlo.

— Tranquilízate — afligido le tomó de las manos, su hermano menor parecía tener más de un problema en su mente — no voy a irme, te pido que me creas y que confíes en mí.

La mirada fija y aparentemente sincera de su mayor hicieron que  contra todo pronóstico asintiera, dudoso se dejó guiar de nuevo a la sala para sentarse en el sofá.

— Creo que aún nos queda una oportunidad para solucionar esto, ahora no estoy muy seguro, pero es probable que Kisame pueda…

— ¿Quién es Kisame? — Sasuke presionó el agarre que tenía sobre una de las manos de su hermano sin verle.

— Uno de mis amigos — cerró los ojos al sentir la fuerza aumentar hasta el punto de resultarle doloroso — él también es abogado y… de lo contrario terminaras en prisión.

— No será así si nos vamos lejos.

Itachi le miró de lado con genuina tristeza, era increíble hasta donde había llegado todo este asunto, con tantas personas buscándolos, suspiró en silencio cuando la presión en su mano cedió, al menos ahora Sasuke parecía escuchar lo que le decía y estaba dejando de tratarlo como a un “rehén”.— Si seguimos huyendo será más complicado después.

— Van a separarnos, vas a dejarme.

Inspiró agotado, no hallaba recurso para conseguir que su menor le creyese y dejara de acusarlo de algo que se había jurado no volver a hacer, que a pesar de todo lo que pudiese significar en adelante no lo abandonaría nuevamente. Ya no era capaz de seguir viviendo en la fantasía perfecta que hace años había creado, necesitaba sacar todo aquello atorado dentro suyo y de ese modo tal vez crear otra historia.

— Aquí esta — Naruto salió de la cocina con tres botes de ramen instantáneo en manos dejándolos sobre la pequeña mesa en medio — ahora si podemos hablar de lo que quieran — sentándose frente a los hermanos se puso a comer ingeniándoselas para hacerlo solo con una mano. Pudo ver a Itachi coger los palillos de madera para proceder a comer el ramen en diminutos bocados en intervalos muy pausados, Sasuke permaneció en silencio mirando la alfombra del piso tal vez.

El rubio inspiró hondo, lo poco que había logrado hablar con el Uchiha mayor no fue del todo productivo; aseguraba que Sasuke no lo estaba reteniendo a la fuerza y que todo el asunto podría interpretarse como un enorme mal entendido. De creer algo tan disparatado resultado del evidente estado de agotamiento de Itachi, el problema real estaría en la pelea donde resultó herido, Naruto bien sabía que dispararle a un oficial y huir de la escena con una acusación de secuestro encima no le ayudaría en nada a Sasuke, de seguro esa era la razón por la cual necesitaban su ayuda, pero existía un vacío en aquella coartada…

— ¿Nos vas a decirme nada? — sus azules ojos escudriñaron la expresión en su mejor amigo.

— Necesitas algo, que yo pueda confesar — Sasuke se irguió viéndole fijamente con una sonrisa socarrona — hasta que tus oídos sangren por oír todo lo que te diré.

— Si quieren mi ayuda, quiero que me digan toda la verdad — se mordió los labios enfadado — nunca he sido muy listo pero no soy tan estúpido como para creerme lo que tu hermano dijo.

Los oscuros ojos del hermano menor viraron lentos hacia Itachi. — ¿Qué fue lo que te dijo?

— Sasuke — el mayor se apresuró a responder — solo le dije que tú y yo estamos enamorados y que tuvimos un accidente — dijo de corrido.

Pareció tardar un poco en procesar la mentira dicha por su hermano, luego de unos segundos apenas pudo exclamar un ahogado y sarcástico ¡Ah!

— Naruto-kun — prosiguió con educación — debe entender que una relación de este tipo no se puede divulgar alegremente, por esa razón decidimos irnos de la ciudad sin decirle a nadie, tan solo Kisame malinterpretó todo y… este fue el resultado.

La conciencia de Sasuke reía histéricamente triunfante, satisfecha por como Itachi parecía empeñado en defenderlo contra la realidad.

— Si ya sabes cómo sucedieron las cosas deja de estar preguntado usuratonkachi — agregó.

— Tsk. — El rubio chasqueó la lengua ofendido por la actitud de los hermanos, si había arriesgado su trabajo y reputación para ayudarlos al menos se merecía la verdad. — Bien, hagamos de cuenta que soy tan idiota como en  primaria y que me creo ese cuento -que aparentemente no era mentira del todo- necesitarán un abogado porque debemos tomar declaraciones y desvirtuar lo del secuestro.

— Yo soy abogado — Itachi intervino — yo me ocupare de todo, solo necesito saber si vas a hablar del incidente del disparo, eso podría ocasionar problemas legales.

Naruto rodó los ojos algo hastiado por la exagerada sobreprotección que el mayor demostraba, como decirle que no podía ser abogado defensor de Sasuke porque con el testimonio de la chiquilla que los vio en aquellas cabañas y la evidencia recolectada fácilmente podrían diagnosticarlo con “síndrome de Estocolmo” -cosa que no parecía muy alejada de la realidad- y descalificarlo como profesional competente.

— Necesito hablar contigo a solas Sasuke — se enfocó en su antiguo mejor amigo ignorando al mayor y su perorata — después de eso podrás contar conmigo.

El mencionado meditó la propuesta, si Itachi estaba diciendo la verdad y no lo abandonaba pese a todo, convencer a Naruto sería una mera formalidad y vería su sueño hecho realidad.

Siempre y cuando lo que Itachi dijo fuese verdad.

Un mugir silencioso alertó a los tres, el celular de Naruto vibraba en el bolsillo de su pantalón,  el rubio vio por la pantalla del móvil el número para ponerse de pie a toda prisa — Shikamaru no deja de llamar, será mejor que le diga que estoy bien, deben estar buscándome — bajo la atenta mirada de los hermanos se dirigió a la cocina para contestar.

— Podría ser una trampa.

— No lo es.

— ¿Cómo estas tan seguro? — Sasuke se balanceó de lado buscando recargar su peso en el hombro de su hermano.

Itachi se mantuvo en silencio con claros deseos de dormir, podía sentir sus propios párpados temblar como si fuesen a cerrarse en cualquier momento, apenas había ingerido la mitad de la porción del ramen envasado, pese a tener mucha hambre bien sabía que comer bruscamente podría resultar contraproducente en su situación, lo ideal sería poder descansar unas horas y comer después. Se hallaba realmente preocupado por su hermanito, este parecía haber olvidado por completo su conversación de hace algo más de cuarenta minutos,  podría deberse a muchos factores pero las probabilidades de un trastorno real se incrementaban con el tiempo.

Naruto regresó al cabo de un par minutos tan solo para informar que debía regresar a la Estación de Policías para evitar que más patrullas se pusieran a buscarlo.

— Regresare en cuanto pueda, no vayan a irse.

— Ni siquiera pienses en decirle a alguien de esto Naruto — Sasuke le miró amenazante, siendo detenido por su hermano antes de acercarse al rubio si quiera.

— Tengo una maldita herida de disparo que atender correctamente además de tener que inventar algo para “ayudarlos” — hizo énfasis sarcástico en la última palabra. — Y tenemos una estúpida conversación pendiente Sasuke. ¡Así que deja de provocarme! — elevó la voz furioso al ver la sonrisilla socarrona que el otro le dedicaba.

— No te preocupes — el mayor intervino — estaremos aquí cuando regreses.

Mordiéndose los labios para contenerse Naruto salió de la casa azotando la puerta al hacerlo.

Y sin perder tiempo al hallarse solos de nuevo, el menor de los hermanos empezó a registrar cada mueble y rincón de aquel lugar.

 

 

 

 

Sentado frente a una laptop revisaba una y otra vez aquellas páginas donde cualquiera podía adquirir componentes químicos y armas de todo tipo. No había recibido ni una sola llamada en más de dos días y el celular de Sasuke se hallaba apagado, temía que lo hubiesen atrapado o algo peor… que hubiese conseguido escapar junto a su hermano.

Irritado ante la posibilidad optó por morderse el dedo anular de su mano izquierda sin dejar de teclear con su diestra buscando algo que no parecía poder encontrar.

La puerta de la diminuta habitación se abrió dejando entrar un haz de luz amarilla proveniente del pasillo iluminando escasamente el oscuro entorno salvado por el brillo de la pantalla. — He hablado con mis amigos y he revisado cada maldito diario publicado el día de hoy — Suigetsu aventó las publicaciones a los pies de su compañero — todavía no atrapan a Sasuke, deja de preocuparte Juugo. Cuando lo cachen se seguro será una noticia nacional — bromeó ante el sombrío semblante del de cabellos anaranjados que apenas si reparaba en presencia sin detener su búsqueda en la internet.

— Necesita nuestra ayuda.

— Pfff — el albino se mordió el labio inferior con sus filosos dientes conteniendo la risa — si nos necesitara ya nos habría buscado, debe estar en su luna de miel tirándose a su hermano como si no hubiese un mañana.

La reacción de Juugo fue demasiado sorpresiva, de inmediato lo tenía sujeto por el cuello de la ropa mirándole con cierto enfado mal disimulado. — No digas eso de nuevo.

— Solo dije la verdad — pese al ligero pánico Suigetsu no dejo de sonreír sin intentar zafarse si quiera — a mí me da igual que Sasuke guste de un hombre o de su propio hermano y sé que tú también te has dado cuenta de eso.

Afiló su mirada soltándolo de golpe para regresar a la silla donde hace poco estaba sentado, para enfocarse de nuevo en la brillante pantalla.

Acomodó su ropa arrugada limpiando polvo imaginario de ella antes de torcer los labios al ver a su amigo ignorándolo de nuevo.— De no ser porque te conozco muy bien podría jurar que estas celoso.

El más alto apenas si detuvo su afán de navegación un segundo al oírlo para luego continuar.

— Siendo tú el que más ha ayudado para que su hermano no escapase, sería ilógico que ahora te arrepintieras. —Dicho eso Suigetsu salió de la habitación dejando todo de nuevo casi en penumbras.

La preciada laptop se estrelló contra la puerta cerrada destrozándose en el acto, cayendo al piso en pedazos resultado de la fuerza con la que fue arrojada, la sonrisa descolocada de Juugo apenas si se reflejó en la maltrecha y parpadeante pantalla cuando este se inclinó con intención de recogerla.

 

 

 

 

— ¡Ya deja eso! — molesto Itachi apartó a su hermanito de uno de los tanto muebles que este  había registrado como criminal.

— ¡Entonces dime donde esta! — Le gritó sujetándolo de un brazo — ¿Se la diste al imbécil de Naruto, no es así? — le acusó seguro al no haber hallado su arma por ningún lugar.

— Eso ahora no importa — retrocedió un paso notando de inmediato que había pisado un pequeño álbum de fotos desparramado seguramente por su menor en el ajetreo. Allí en medio de las capturas se hallaba una donde Naruto y Sasuke juntos en primaria en algún tipo de festival escolar, nada especial pero sin duda el resto de las fotografías donde en alguna parte, también figuraba su hermano, le hicieron entender porque aquel ojiazul parecía tenerle tanto cariño. — Tenemos que hablar — inspiró hondo sentándose en la única silla de aquel pequeño despacho.

— Tu dirás — el más joven lo soltó quedando de pie entre la puerta y su hermano.

Itachi rememoró cada momento vivido junto a la persona más importante de su vida, las noches que siendo niños las pasaron a la intemperie y los días que transcurrían buscando algo de comer en la caridad de algún vecino, su pequeño Sasuke siempre fue muy listo pese a ser tan inocente, en ocasiones cuando su madre los sacaba de su casa era quien sugería jugar a las escondidas para olvidar el mal rato, pese a que cuando lo encontraba podía claramente verle sollozar. Lo pensó un poco más, no encontraba ningún recuerdo que le sugiriese que su hermanito hubiera olvidado algo de un momento a otro.

— ¿No vas a decir nada? — el Uchiha menor flexionó las rodillas para poder ver a Itachi a los ojos sonriendo un poco al apreciarle tan concentrado — Podemos irnos ahora, antes de que ese dobe vuelva — sugirió afable acercando su rostro para aspirar el aroma del otro. Aun huele a jabón.

—  Sasuke…

— ¿Por qué  me dejaste? — Adelantándose a lo que el otro hubiese querido preguntar inquirió — ¿Es que ya no me querías? Te estuve esperando… siempre estuve esperando a que volvieras por mi… pero nunca sucedió.

Sentía sus ojos escocer y el genuino deseo de llorar buscaron menguar aún más su casi inexistente fortaleza, nada estaba bien, aunque lograse que Sasuke no fuese a prisión lo más probable es que terminase en algún psiquiátrico diagnosticado con alguna enfermedad mental. Psicosis, esquizofrenia, trastorno de identidad, nada de lo que quisiese deducir era alentador.

— Llévame a casa. — Pidió el menor abrazando a su hermano con cariño.

Itachi también le abrazó sintiendo su corazón demasiado roto, como pudo abandonarle, como dejo que un simple prejuicio gobernara su vida, de nunca haberlo hecho las cosas serían demasiado diferentes. — Lo siento, nunca voy a dejarte de nuevo — prometió aun sabiendo que en las dos ocasiones que se alejó de su hermanito fueron por pedido de este.

Cálidas las manos de Sasuke se pasearon por la espalda del mayor reteniendo la cercanía con verdadero anhelo, no debía preocuparse, estaba seguro que teniéndolo a su lado no volvería a perderse, que las odiosas voces a su rededor desaparecerían y que todos sus recuerdos jamás desaparecerían de nuevo. Deseosos sus labios viajaron hasta los de su hermano para besarle con cierta desesperación.

Le amaba no iba a negarlo, desde hace años sentía amor no filial por su propio hermano, en algún momento de su niñez su cínico corazón empezó a incubar tan malsana emoción, atesorando a su pequeño hermano a quien se supone debía cuidar y proteger incluso por encima de su propio bienestar. Como había deseado dejar de sentir culpa por amar de aquel modo a quien consideraba lo único sincero en su vida…

Pero ya no era así…

Todo rastro de inocencia en Sasuke se hubo evanescido durante aquellos años en que decidió alejarse, ahora una profunda y tenebrosa oscuridad parecía haber engullido a su hermano y pese a tan desoladora realidad Itachi jamás dejaría de amarle, sacrificaría cada minúscula partícula de su ser para hacerle feliz.

El ansioso beso compartido cumplió el cometido de arrasar la duda entre los hermanos, los brazos del mayor se abrieron para recibir entre ellos al más joven, una breve pausa y su aliento renovado volvía a fundirse con el contrario. Sasuke le prensó en su abrazo clavándole los dedos en el cuero cabelludo tirando de las brunas hebras con cierta saña sin dejar de besarle, sin dejar de desearle como lo había venido haciendo desde hace ya bastantes años, buscando regodearse al tener a su hermano mayor dispuesto a corresponderle. Del cabello contrario sus manos descendieron sobre la camiseta que portaba introduciéndose bajo esta para recrearse con la suave piel a su alcance, sus labios bajaron hacia el blanco cuello besando todo a su paso.

Itachi creía estar seguro del tiempo que había pasado desde el inicio de todo este “reencuentro” pero de tener que responder a ello no podría, en aquel momento la disyuntiva en su conciencia entre continuar o detenerse parecía estar carcomiendo demasiadas neuronas… un fatal dolor de cabeza le hizo sentir mareado. Pero aquel dolor no emergió de forma espontánea, cuando enfocó el techo del lugar cayó en cuenta de estar recostado sobre el nada cómodo piso de madera culpando al agotamiento por ni siquiera haberse percatado de semejante acción.

— No me dejes desaparecer… — y entonces el menor susurró.

— Sasuke… — apenas pudo pronunciar en respuesta abrazándole con ternura, como no quererle, como no amarle si su hermano menor siempre fue lo más valioso en su mundo. Su camiseta quedó suspendida pero sin que se la quitaran del todo, en cambio el menor dejó su propio torso desnudo dejando a un lado las prendas antes de inclinarse nuevamente encima de él.

Necesitaba algo más de energía, algo más de fuerza, volvía a sentirse afiebrado y delirante. Pero lo dejó ser, le dejó besarle y acariciarle casi jadeando cuando se percibió por completo desnudo ante la enfocada mirada del más joven, reteniéndole demasiado cerca al tener las manos posicionadas en su espalda.

— Te amo Itachi… — para Sasuke poder palpar tan vivamente sus anhelos representaba un sueño verídico, podía apreciar las imperfecciones sobre la piel de su hermano consecuencia de las quemaduras que poco o nada estaban sanando, aun así sus dedos las delinearon con delicadeza antes de enfocarse en la intimidad del mayor. Con cuidado buscaba complacerlo oyéndolo jadear eventualmente cuando hacia bien su labor. —Quiero oírlo — murmuró demasiado bajo sin dejar de estimular a Itachi, deseaba oír toda la verdad de los labios contrarios, todo ese pasado de infancia que hubieron compartido, cada evento que su traicionero cerebro le había arrebatado, deseaba oír cada secreto que escondiese hasta sentir sus oídos iluminados del todo.

Antes de que pudiese descargase entre las manos de su menor el otro se detuvo, algo más casado Itachi se incorporó levemente para besar e intentar satisfacerlo antes de que al dueño del lugar le diese por regresar.

Sasuke empezó a gemir quedito sintiéndose desfallecer cuando los largos dedos de su hermano mayor comenzaron a masturbarlo luego de bajar el cierre de su pantalón hallando su intimidad tras el bóxer, pero no quería solo aquello así que con pereza lo detuvo oyendo su propia respiración mas apresurada, perdiéndose en lo que sintió como la mirada más “bonita” de Itachi cuando le observó. A penas sonrió antes de dejarse ir de nuevo sobre su hermano forzándolo a recostarse de nuevo sobre el piso, sin desear lastimarlo pasó algo de saliva por sus dedos introduciéndolos con cuidado.

Un ligero quejido, un pequeño espasmo, no fueron más que segundos antes de que pudiese sentir a Sasuke en su interior completamente arrastrándolo  a ese vórtice de concupiscencia, sin reparar en el dolor que recorría su espina al hallarse tendido en el piso o la culpa de tener a su pequeño hermano moviéndose encima suyo, rodeó con sus brazos por la espalda de Sasuke aferrándose tentativamente al compás de los movimientos entre puyantes y satisfactorios. Cada uno de sus sentidos fue embotándose a medida que el tiempo iba consumiéndose restregándole en el alma lo placentero de aquel encuentro.

Mas jadeos y gemidos, aferrando las caderas de Itachi fue moviéndose más rápido, reconociendo aquel cuerpo, memorizando cada punto exacto en el que le oía llamarle en un tono más ahogado como si no pudiese huir de cada sensación que estaba experimentando, satisfaciendo sus deseos pudo sentirle llegar al clímax aspirando aire agotado hasta que Sasuke fue consumido también en esa nube orgásmica. Jadeante se apoyó en sus manos para evitar aplastarlo, le apreciaba realmente cansado con los ojos entrecerrados y llenando de aire sus pulmones con la boca ligeramente entreabierta. Los agotados brazos de Itachi cayeron rendidos a los lados mientras el otro seguía observándole embelesado sonriendo a medias, Sasuke ahora sentía ser único e irremplazable, deseaba retener aquella sensación lo más que pudiese así que se quedó dentro de su hermano, ahora algo más renovado sus manos recorrieron las facciones del rostro ajeno con cuidado memorizando esa imagen en sus pupilas.

 

 

 

 

Repentinamente el intenso pitar entre sus oídos hizo al menor arrugar el entrecejo tornando casi irreal su entorno como si estuviese dentro de un sueño.

“¿Te divertiste?”

Sasuke pudo oír claramente la pregunta brotar de labios de su hermano y de pronto el rostro exhausto que apresaba con suavidad entre sus manos ahora le sonreía cínico, los largos y negros cabellos se tornaron rojos e inexplicablemente quien yacía debajo de su cuerpo no era Itachi si no una mujer.

Espantado se irguió lo que pudo dudando del rostro que ahora veía, la ricilla de la mujer acompañada de muchas más que oía a lo lejos, de inmediato la reconoció como Karin enfureciendo, no podía haber imaginado tan sublime acto compartido con la única persona que amaba, rápidas y precisas sus manos apresaron el cuello de la muchacha tratando de castigarla por tan terrible osadía, asfixiándola. Rabioso hizo más presión al oír jadeos desesperados, sintiendo las manos ajenas tratando de apartarle.

 

 

 

 

 

— Sa…Sasu…ke — el balbuceo de Itachi pareció cobrar efecto, la presión en su tráquea disminuyó levemente antes de quedarse sin aire, posó una de sus manos sobre la mejilla de su hermanito.

 

Y echo el truco Sasuke reaccionó, vio sus propias manos sobre el cuello de su hermano, consternado las apartó del todo viendo las rojizas marcas que quedaron en la piel consecuencia de la fuerza ejercida, la tos que asaltó al mayor lo horrorizaron alejándose por completo dejando al otro girarse tosiendo bruscamente para recuperar el aire perdido. Fue entonces que la culpa hizo a Sasuke temblar, dudando  ahora de su realidad, fueron sus propias manos las que estuvieron a punto de matarlo.

Itachi se encogió lo más que pudo cuando la tos al fin cesó,  el regusto de la sangre paseándose en su boca le confirmaban lo que pudo pasar. No podía entender a que se debía aquel arrebato por parte de su hermano menor, quien le decía te amo para después buscar ejecutarlo, acongojado no se atrevió a mirarlo.

La solitaria lágrima descendió hasta chocar sobre el hombro del mayor. — Lo siento… — gimoteó ocultando su mirada.

Al sentir aquella diminuta gota Itachi viró con cuidado, de inmediato Sasuke se puso de pie aun con los pantalones puestos para salir de esa habitación. Adolorido casi en la totalidad de su cuerpo se incorporó como pudo sintiéndose fracasado, no podía ayudar a su hermano, como si cada cosa que hiciera en lugar de socorrer a Sasuke lo hundiese más, la angustiante sensación quiso hacerle sollozar como hace años no había sucedido.

 

 

 

 

Continua.

 

 

 

 

Notas finales:

 

(:D)… ¿Qué tal, les gusto el capítulo? Algo que puedo alegar en mi defensa es que resultó el doble de largo que uno normal, pude haber dividido esto en dos y así por una vez publicar seguido *risa maniática*, pero no hubiese quedado bien por eso preferí dejarlo todo como salió en un solo capitulo, además como ya no falta mucho para terminar este fic quedó así. Espero les haya agrado o al menos les resultara algo interesante, muchas gracias a quienes se toman su tiempo para leer y más para comentar.

Nos leemos en el siguiente.


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