Capítulo XVIII
Historia 0: Introducción
Adiós Roxas
No sabía porque estaba ahí, no sabía porque había aceptado, sólo sabía que tenía que irse, a la primera oportunidad, al primer momento, cuando fuera, en el sitio que fuese, en la situación que surgiera, pero tenía que irse. No soportaba quedarse en el sitio, no se soportaba el tener que seguir manteniendo esa máscara, no se soportaba a sí misma. Sentía molestia, ira, rencor en cada poro de su piel, eso no era bueno, como tampoco era bueno el sentir ese nudo subir más y más. La garganta dolía, la sentía irritada, los ojos, tenía que levantar la vista o fingir que un chiste o comentario de los otros le había dado demasiada risa para cerrarlos, no podía llorar, no frente a ellos. Luchaba porque no se cristalizaran, pero a cada momento que pasaba se le hacía más difícil. Tampoco podía huir, hasta hace unos pocos minutos había regresado del baño. Había escapado en primer lugar para encerrarse unos minutos, morderse los labios, seguir ahogando esa maldita necesidad de gritar, tenía que ser fuerte, ya lo había sido por mucho tiempo, tenía que seguir siéndolo ahora.
-Entonces Xion, ¿qué tal te la estás pasando?- preguntó el rubio al momento que la pelinegra logro controlar la risa.
-Muy bien Roxas, - mentira, ella lo sabía, una vil mentira más, se disculpó mentalmente con el rubio, él no merecía que le mintiera, tampoco Axel, nadie de la organización se merecía que les mintiera.
-¿Ves lo que hubieras podido disfrutar de habernos acompañado las veces pasadas?
-Si Axel, lo siento por eso, pero las misiones han sido más y más pesadas, me han dejado rendida.- Otra mentira, otra disculpa, se sentía peor, su tiempo se terminaba, lo sabía. ¿Cuánto le quedaría antes de explotar?, ¿Dos horas, cinco? Tal vez la suerte estuviese de su lado y esa liga que creía pronto se rompería se estirara un poco más, sólo un par de días para que por fin pudiese desahogarse de la mejor manera que pudiera, pero tenía que soportar, sólo soportar.
-Te entiendo Xenmas se ha vuelto un sádico- se quejó el menor –Axel y yo también hemos sufrido eso.
-Ya, pero al menos ustedes dos van juntos.
-Eso no es verdad Xion- reclamó el pelirrojo- en estas tres semanas sólo nos hemos visto cerca de seis veces, al menos en el día.
-Sí, sí. La noche ya es otra cosa, todo el mundo lo sabe. Pero sigo esperando a escuchar esos ruidos que indiquen embestidas salvajes- Un tono de broma, falso, muy falso para ella, pero no podía hacer más, no quería preocuparlos, no quería que se sintieran culpables, no era justo para ellos.
-Sí, yo también espero lo mismo, pero este chico no tiene para cuando- dijo siguiendo la broma.
-Vale ya, dejemos ese tema ¿sí?, no es como que me agrade mucho el hablar de mi intimidad con un tercero- dijo comenzando a avergonzarse por el ritmo que llevaba la conversación.
-Pero Roxas, sabes que es lo que más quiero ver. Nada mejor que ver a mi pareja favorita entregados a la pasión y eso- Sólo un poco más, un poco más. Podía soportar un poco más y lo sabía.
-Sí, lo sé, pero no Xion, no dejaré que veas eso cuando suceda.
-Pero vas a contarme ¿verdad?- distraerlos, sólo distraerlos por un momento, por un maldito y escaso momento para poder huir, un poco más, sólo un poco más.
-Lo hará y con lujo de detalles, ya lo verás- aseguró el mayor- si no lo hace, yo lo haré así que no te preocupes.
-Olvídate de que lo hagamos en algún momento Axel.- Sentenció el menor mientras le daba un sorbo a su bebida.
-Pero Roxas- se quejó- no puedes hacerme eso, he estado esperando mucho.
-Dos meses, casi tres.
-Pero eso solo siendo pareja, te conozco desde hace cinco meses.
-Roxas- llamó al chica,- no puedes ser tan malo con Axel, se condescendiente.
-Eso, eso, ella me entiende, ¿ves?, no seas tan malo enano, demuestra que no sólo tienes maldad en el cuerpo, sé que en el fondo puedes ser una persona muy buena.
-Claro, sólo cuando te conviene.
-Vamos Roxas- intervino la chica- no puedes ser tan malo.
-Lo pensaré- dijo en tono bajo, no podía lidiar con los dos al mismo tiempo.
-Te debo una Xion.
-Ya sabes cómo pagarme contestó siguiendo la broma, se esforzaba, comenzaba a cansarse, pero tenía que seguir dando más, no podía rendirse en ese momento.
-Te daré un adelanto- dijo con una sonrisa pícara tomando por el mentón al menor, acercándolo para darle el inicio de lo que sería un ferviente beso.
Se alegraba, eso había sido un respiro, Axel le había dado un poco más de tiempo, sólo un poco más, tal vez cuestión de minutos, pero lo había logrado y agradecía que esa escena hubiese pasado frente a sus ojos porque ahora no se le olvidaría por el resto del día y para ella mejor, necesitaría algo que la impulsara para seguir adelante y que mejor que eso. Incluso quiso aprovechar el momento que el pelirrojo le había otorgado para guardarlo, sacando su teléfono y tomando una foto, un regalo que podría darle a Roxas en el último momento.
Se separaron, un poco recelosos, más el rubio quien seguía buscando el contacto del otro.
-Roxas, contrólate- dijo burlón separándose del otro, causando un sonrojo en el otro.
-L-lo siento. – Dijo avergonzado.
-Roxas, me has dado el mejor fondo de pantalla para mi celular que puedo tener- dijo burlona, quería mantenerse de esa manera un poco más, sólo un poco más, era lo único que pedía.
-¿Tomaste una fotografía?-preguntó sorprendido.
-Yo quiero verla Xion, muéstramela- pidió Axel emocionado.
-Mira- dijo tendiéndole el aparato. – Ha salido genial.
Quedó sorprendido por la fotografía- Vaya Roxas, has salido muy bien- dijo al ver el rostro del chico- te ves adorable.
-Déjame ver eso- exigió tratando de tomar el teléfono.
-No- dijo la chica- así de lejos, te conozco y sé que trataras de borrarla, ahora se ha vuelto mi tesoro y no dejaré que me lo quites tan fácil.
-Bien, sólo de lejos- dijo bajando los brazos viendo la fotografía… justo después se maldecía por no haber tomado el celular- bórrala.
-No, no lo haré, ya te dije, es mi tesoro, será mi nuevo fondo de pantalla- dijo guardando el celular.
-Eso es ser cruel Xion.
-No hables de crueldad Roxas, la crueldad es distinta- dijo demasiado seria para gusto de los otros dos. Cambiando inmediatamente su expresión, -lo siento, no hagan caso de eso.
Axel suspiro, ya lo había hablado con Roxas así que lo llevaría a cabo, - Xion, hay algo que nos ha mantenido preocupados.
-¿Qué es?
-¿Por qué sufres Xion?- preguntó el rubio- sufres y mucho, de eso podemos darnos cuenta.
-… estoy bien chicos.
-No, no lo estas- afirmo el pelirrojo- conozco esa sensación Xion y todas sus señales, todos en la organización hemos pasado por ello y tú lo estas sufriendo ahora, ¿por qué?
Suspiro,- estoy bien, tú mismo lo has dicho, todos lo hemos sufrido, es sólo una mala racha.
-Xion, yo sé de malas rachas, he pasado por muchas de ellas- empezó a decir Roxas- y tú tienes más que una mala racha, ¿qué es lo que te tiene así?
-… no es nada.
-Xion, puedes confiar en nosotros y lo sabes.
-Es… es solo que… desde la batalla que tuve con Riku he pensado en muchas cosas, cada una peor que la primera.
-¿Qué fue lo que te dijo?- preguntó el mayor en tono serio. Conocía las artimañas de Riku, de todos los KM.
-¿Por qué existe la organización?, ¿Quiénes son los buenos?, ¿Quiénes los malos? No sé si todo lo que he hecho ha sido lo correcto o no. Ya no sé nada- comenzó a decir desesperada- ni siquiera tendría que estar aquí, ninguno de nosotros, todos debimos morir en su momento.
-¿Eso te dijo Riku?- preguntó serio- ¿qué no debemos estar aquí?, dime Xion, exactamente ¿de qué privilegios goza Riku para decir eso?
-No lo entiendes Axel, somos distintos en todo y eso me lo ha dejado claro.
-Por supuesto que somos distintos Xion- dijo Roxas en tono seguro- todos lo somos, pero no por ello significa que no tengamos derecho a estar aquí. Nos hemos ganado ese derecho y ha sido ese mismo el que nos permite tener una visión distinta del mundo, de cualquier tipo de situaciones y de tener una forma muy distinta de reaccionar.
-No todos- dijo en un susurro.
-¿Cómo dices?- preguntó el mayor.
-No todos se han ganado ese derecho- dijo en voz alta-, puede que ustedes sí, pero habeos algunos que sólo tomamos ese privilegio sin merecerlo.
-Xion…
-No, es verdad, sé que todos ustedes se ganaron ese derecho, pero yo no.- se detuvo un momento para seguir hablando- yo tendría que estar muerta, yo no gane mi batalla, ustedes sí. Mi lucha fue suspendida, fue peleada por los médicos y no por mí… yo no quería seguir viva.
Ninguno de nosotros quería- dijo Axel serio- todos en algún punto perdimos esperanza, el punto es que aquí seguimos y es por algo.
Lo sabía, ellos no entendían su situación, eran diferentes, en todos los aspectos. Asintió, no había más que hablar con ellos dos.- Es difícil comprender eso ¿sabes?
-Bueno Xion, nadie dijo que fuera sencillo- dijo el rubio.
-Tampoco nadie dijo que estuviésemos haciendo lo correcto.
-Ni lo incorrecto- contestó Axel- ¿sabes en qué se basa la naturaleza humana Xion?
La chica negó, no lo sabía, no se lo había cuestionado.
-Sobrevivir Xion, la naturaleza del humano es ser egoísta, por lo tanto buscamos sobrevivir a todos los problemas que se nos pongan enfrente, no hay alguien bueno o alguien malo, sólo buscamos lo que nos conviene y lo que nos ayude a seguir. Es cierto que la sociedad nos marca patrones y situaciones a seguir para definir algo como bueno o como malo, pero nadie se ha atrevido a preguntarle a todos los que nos encontramos debajo, en estos barrios, que es lo correcto o no. No dejes que nadie te diga que eres parte de los villanos o de los héroes Xion, ellos no existen, sólo céntrate en conseguir y compórtate como tú creas adecuado.
-Axel, no es tan sencillo.
-No, no lo es… pero déjame decirte una cosa, no eres la única, y más vale que no lo hayas creído, que ha pasado por ese tipo de colapsos. Todos, en algún momento los sufrimos, el punto está en que logramos superarlos. Es cierto que si le preguntas a algún otro, incluso a Roxas- dijo señalando al rubio a un lado de él- te dirá una definición distinta de la vida, pero en esencia todas llevan lo mismo… nadie nos ha dicho que somos o que podemos ser, así que más vale que a ti tampoco te lo impongan.
¿Demasiado tarde?, si, sentía que era demasiado tarde para escuchar esas palabras, lo que Riku le había dicho, de que pertenecía a un grupo que sólo buscaba su propio beneficio, que no le importaban más que ellos, que estaban centrados en una venganza que no tenía fundamentos ni razón de ser habían quedado grabados en lo más profundo de su persona. No es como si fuese una muy buena idea decirle todo eso a una persona que no está del todo cuerda, mucho menos a alguien que apenas y va conociendo lo que tiene a sus alrededores. No, ella era distinta, lo sabía ella, lo sabía Riku y lo sabía Saix, ahora creía que también esos dos lo sabían, sólo que no habían logrado entenderlo al cien o no había querido notarlo… No, lo habían notado, eso era obvio, totalmente obvio, por eso estaban preocupados, porque sabían que ella no tenía lo que podría decirse fortaleza mental, al menos ya no la tenía. – Lo entiendo- mentira y ella lo sabía. – Creo que comprendo lo que quieres decir- otra mentira, esta vez a medias, comprendía lo que el pelirrojo quería decirle, darle a entender, pero no por ello significaba que lo aceptara, porque no lo hacía.
-¿Segura?- preguntó el menor dubitativo.
-Segura- asintió, fingiéndose del todo convencida.
Axel la observo un rato, estudiando todo lo que pudiese, la organización hacía gala de sus poderes de observación, se sentía algo culpable por llevarlo a cabo con la chica, pero necesitaba convencerse, convencerse de que la chica en verdad había comprendido lo que había dicho, al menos una señal de que hubiese entrado en razón… no la encontró. –Xion.
-Estoy bien ahora Axel… ya comprendo la situación en la cual me puso Riku.
-¿En serio?
-En serio… ¿podríamos cambiar de tema?
-Xion…
-Mejor dime Roxas, ¿cómo es que tú has terminado casi sin heridas mientras que Axel ha tenido que sufrir un rato con Vexen?- preguntó buscando una manera rápida de olvidar la conversación que llevaban, no quería alertarlos, no quería que se preocuparan… no antes de tiempo.
-Creo que… cuestiones de defensa- dijo algo inseguro de lo que decía. Sintió como Axel lo tomaba de la mano, debajo de la mesa, eso le dio seguridad de que podía cambiar de tema. Tal pareciese que el pelirrojo se había dado cuenta de que o lograrían tocar el tema anterior de nuevo, al menos por ese día.
-¿Cuestiones de defensa?
-Yo estaba peleando con Sora- dijo tranquilo, -no es la primera vez que lo hago, antes acostumbraba a entrenar con él y con Ventus, por eso es que no tuve mucho problema prediciendo sus movimientos, aunque no significa que haya sido un adversario sencillo. Es sólo que lo tenía un poco más sencillo que con los demás.
-Pero, ¿por qué Axel termino así?
-Un error de cálculo Xion, - comenzó a explicar- Riku resulto ser mejor de lo que esperaba y fue en un descuido mío que uno de sus golpes me asesto de lleno.
-¿En qué clase de descuido Axel?
-Tenía que cuidar de este enano- dijo señalando al chico, ganándose un codazo en el costado. –Pero es la verdad Roxas, tenía que cuidarte para que en el momento adecuado entrara a rescatarte de tu molesto primo.
-¿Y quién rescato a quién?
-Bueno, como dije un error de cálculo.
-Entonces fue Roxas quien termino rescatando a Axel.
-Sí, dando un buen golpe a Riku, técnicamente podría decirse que quedamos en las mismas condiciones.
-Con una linda abertura en la cabeza.- comentó Roxas.
-Sí, pero ellos no tienen a Vexen quien los hace sufrir.
-No,- negó el menor- tienen a Aeris y a Aqua que son mucho peores.
Se sintió estremecer- ¿de verdad son peores?
-Sí, porque además de que te curen la herida con cantidades insanas de alcohol, te llevas un buen regaño y posiblemente algún otro golpe de su parte.
-… creo que prefiero a Vexen.
-Te dije que no sería tan malo.
-Chicos- interrumpió la chica- ustedes son sin duda una pareja muy animada.
-Te imaginas si no lo fuéramos Xion- dijo divertido el rubio- escucha, contrario a lo que piensan, no es sencillo soportar a Axel.
-Hey…
-Chitón- dijo callándolo- es alguien molesto con ciertos temas, insistente y desesperante. Cuando hay algo que no le gusta replica y replica hasta el cansancio dándote una infinidad de razones por las cuales no le agrada y por las cuales no debería agradarte. Intenta siempre mantener su posición como “macho alfa”- dijo marcando las comillas- e intenta todo el tiempo cuidarme de cosas que no necesito. A veces puede llegar a ser algo exagerado, más en las misiones. Se cree un sabelotodo y la mayoría de veces es la persona más arrogante que te puedes encontrar.
-Vaya, en qué lindo concepto me tienes.- reclamó enfurruñado.
-Pero también es alguien seguro de lo que hace, cumple sus promesas, es demasiado astuto y eso lo usa mucho a su favor, es cuidadoso en sus acciones y admito que me encanta cuando tiene ciertos detalles conmigo, tratándome con tanta delicadeza que es imposible no pensar que te halaga de muchas maneras. Tiene bastante bien ordenadas sus prioridades, es alguien muy paciente y también muy leal, sé que si necesito su ayuda en algún punto me la va a brindar sin ningún problema.- dijo apretando el agarre de manos- Y también, creo que es de las mejores personas que pude encontrarme en la organización… aunque me haya catalogado como un gato y a veces me trate como tal.
La chica quedo sorprendida por todo lo dicho, también Axel, pero el pelirrojo, sólo atino a acercarse al rubio y darle un beso en la mejilla.
-Eres un enano lleno de sorpresas.
-Lo sé.
La atmosfera comenzó a tornarse demasiado amorosa para la chica y aunque los otros dos lo negaran, se sentía en un tercio nada bueno.
-Chicos, ustedes empiezan de caramelosos, así que mejor los dejo.
-Tú tranquila Xion-dijo Axel- puedes quedarte.
-No gracias, está bien que me agraden como pareja y eso, pero sé cuándo necesitan intimidad aunque estén en un sitio público.
-Eres aburrida.
-A veces tengo que serlo, entonces me voy, los veo en la organización- dijo poniéndose de pie.
-Xion, ¿de verdad estas bien?
-Sí, tranquilos, no haré nada malo y eso.
-¿Podemos confiar en ti entonces?- preguntó el rubio.
-No lo sé Roxas, ¿pueden?- dijo de último antes de caminar hacía la salida del lugar.
-¿No estas tranquilo?- preguntó el mayor cuando se quedaron solos.
-¿Tú lo estás?
-La verdad es que no. Creo que Riku hizo muy bien su trabajo.
-Sí, creo lo mismo.
-¿Y tú qué harás con ellos?
-No lo sé… No creo poder hablar con Sora en un buen rato y posiblemente Ventus ya los haya dejado.
-¿Eso crees?
-Eso creo, después de todo es mi hermano.
-¿Cómo crees que lo hayan tomado los KM?
- Han de haber armado un gran escándalo.- Y eso no estaba tan alejado de la realidad.
-¡Que Ventus nos dejó!, debes estar bromeando- replicó Aqua sin creerse del todo eso. Sabía que Terra y Ven habían discutido, se había dado cuenta, pero no creía que en verdad lo hubiese expulsado del equipo- hablamos de una leyenda, de uno de nuestro grupo, un buen miembro, ¿ese mismo Ven nos dejó?
-Si Aqua, ese mismo Ven nos dejó.
-Pero Terra- comenzó a reclamar Kairi- ¿cómo pudiste pedirle que se fuera?
-Es un traidor Kairi, Terra hizo lo correcto- refutó Riku.
-¿Tú no vas a decir nada Sora?- preguntó el mayor al chico.
-¿Cambiaría algo? Creo que más bien esa fue decisión de Ventus, quien sabe, a lo mejor ahora lo vamos a ver con Roxas, los dos formando parte de ese estúpido grupo- dijo con odio en la voz.
-Sora, ¿crees que ellos acepten a Ven?
-Es lo más probable, ¿crees que puede dejar solo a su hermano?- continuó diciendo poniéndose de pie- es un traidor y punto. ¿Te dijo algo más Terra?
-Sí, algo de que no volviésemos a quedar frente a él.
-¡Bien, perfecto!, ¡No será tan difícil cumplir esa petición!, ¡Yo tampoco quiero verlo!- dijo saliendo del lugar.
-¡Sora!- llamó Riku siendo completamente ignorado.
Suspiro, -No podemos pedirle más, después de todo, hablamos de su primo.
-Terra, acabamos de perder a un buen miembro, ¿qué piensas hacer al respecto?
-No lo sé Aqua, sé que Ven es un miembro importante, pero no puedo hacer nada.
-Puedes pedirle que regrese, decirle que has meditado lo de expulsarlo.
-No puedo.
-¿Por qué?
-Porque al final fue decisión de Ventus el dejarnos.
-…Por haberle obligado a atacar a Roxas- dijo Riku en tono bajo.
-Eso mismo.- afirmó el mayor- de verdad que no quería que nos dejara, pero en ese momento estaba molesto.
-Lo golpeaste.
-Mierda, que eso ya lo sé Riku, no tienes que recordármelo.
-Y Vanitas salió en su defensa- dijo Kairi.
-Exactamente.
-¿Qué vamos a hacer ahora?- preguntó la pelirroja.
-Recuperarnos Kairi, después planearemos una mejor táctica.
-…Iré a ver a Sora.
-Intenta hacerlo entrar en razón- pidió Aqua. Sabía lo cabezota que podía ser el menor.
-No prometo nada.- Contestó saliendo de lugar, buscando a Sora.
El chico se encontraba en la parte trasera del lugar, sentado en el piso, recargado en la pared, observando la nada.
-No tomaste muy bien la noticia- dijo el mayor sentándose a su lado.
-Eso ya lo sé.
-Te ha molestado que Ventus nos haya dejado tan fácil.
-En parte es eso.
-¿Y en parte no?
-…Yo debí de haber ido con él.
-¿Dejar también el grupo?, ¿bromeas?- preguntó sorprendido.
-Posiblemente no lo hubiese dejado si yo lo hubiera apoyado con todo el tema de Roxas y eso…
-Pero fue tu decisión el no apoyarlo, no puedes arrepentirte ahora.
-No fue del todo mi decisión Riku… tú estabas de por medio… no pueden hacerme elegir entre Roxas y tú… simplemente me sentí presionado, fue eso lo que me llevo a actuar como actué.
-¿La presión?
-Eso mismo, yo le debo mucho a Roxas y más que ir pagando mi deuda la voy aumentando más y más.
-Me elegiste por sobre tu familia.- Exclamo en tono bajo.
-Eres alguien importante, no podía simplemente dejarte de lado- dijo pensando que esa respuesta era demasiado obvia.
-Mucho más importantes que tus primos.
Asintió con la cabeza, seguía sin moverse de su posición, tenía muchas en la cabeza, se sentía molesto con Ventus por haberlos dejado, con Roxas por haber herido a Riku pero también con él por haber abandonado a sus primos sin ninguna duda, al menos en su momento.
-Sora- llamó pasando su brazo por sobre los hombros del más chico- te quiero, te quiero demasiado- dijo girándole el rostro para poder besarlo de forma dulce y tranquila.
-Y yo a ti…- contestó cuando se separaron, el beso había sido rápido.
-Lo sé, pero eso no quita que seas un idiota.
-Muchas gracias- contestó con sarcasmo.
-Creo que tienes razón, si hubieses apoyado a Ventus tal vez las cosas hubiesen tenido un desenlace distinto, pero no ha sido así y no es como que puedas hacer algo para cambiar lo que ha pasado, incluso yo me he encargado de una de esas chicas.
-¿Qué hiciste?- preguntó alterándose un poco, si Riku había actuado no podría salir nada bueno.
-No hice mucho, la mayoría del trabajo lo hizo ella misma, tiene la mente demasiado atrofiada.
-¿Qué hiciste?
-Jugar un poco con su auto estima, lo normal, lo que tú me ayudaste a perfeccionar. Pero como dije no fue mucho trabajo de hecho.
-Riku… espero, tanto por tu bien como por el mío que esa chica no haga nada estúpido.
-Si lo hace te darás cuenta de ello.
Decidió relajarse un poco, no podía ir y comprobar el daño que el otro había causado, no podía darse ese lujo, se acomodó de nuevo, esta vez usando a Riku como respaldo, -quiero hablar con Roxas… y con Ven, quiero disculparme con ambos.
-Voy a acompañarte a, pero tal vez sea mejor hacerlo cuando las cosas se hayan calmado un poco, no creo demasiado prudente el presentarnos después de lo que ha pasado
-Puede que tengas razón.
-No puede, la tengo.
Cuando regresaron a la organización, después de seguir conversando de cosas triviales, haber comido y haberse permitido estar un rato de románticos, notaron que algo andaba mal. Comenzando desde la entrada, no existía el clásico barullo, ni tampoco se escuchaban las clásicas amenazas de muerte o las risas por haber ganado una apuesta o los reclamos por haber sido interrumpido en medio de una actividad importante. Todo se encontraba en absoluto silencio. Eso les preocupo, se apresuraron a entrar esperando que no fuera algo que no tuviera solución, en cuanto entraron al primero en encontrar fue a Saix, quien esperaba demasiado paciente para gusto de ambos, en el centro de la sala principal.
-Axel, Roxas, por fin llegan.
-¿Qué está pasando Saix?- preguntó el pelirrojo buscando con la mirada al resto del grupo- ¿dónde están los demás?
-Buscando.
-¿A quién?
-A Xion.
-¿Qué le paso a Xion?- preguntó de pronto el menor, eso era malo, muy malo.
-Se fue, llegó la organización, dijo algo de abandonarnos y se fue antes de que alguien pudiese seguirla.
-Pero…
-Todos la están buscando. Xenmas lo ordeno. Yo me quede aquí esperando a que regresaran. Tienen que participar en la búsqueda de esa chica. –Su culpaba, ahora de verdad que se culpaba, según el avance que llevaban, veía a la chica mejor, sin ningún problema, totalmente acostumbrada a la organización, pero ahora se daba cuenta que había dado por sentado muy rápido las buenas ideas. Xion no estaba bien, seguía sufriendo, seguía metida en su mundo y ahora se daba cuenta que en verdad no había podido adentrarse a ese mundo ajeno. –Tenemos que encontrarla.
Los chicos asintieron, saliendo de forma apresurada del lugar, comenzando a pensar en que sitios podía estar la chica.
-Seguramente el resto ya ha visto en los alrededores.- dijo Axel sin detenerse, caminaba sin rumbo, sólo necesitaba moverse.
-¿Dónde crees que podría estar?- preguntó el menor siguiéndolo de cerca. No quería que a Xion le pasara algo, quería que regresara con la organización, que platicaran, que les contara que era lo que la tenía tan mal.
-Tal vez… ¿crees que este en la torre?
Se detuvo de golpe, claro la torre, tenía que estar ahí, ese era el sitio que más le gustaba a la chica, le encantaba, no había otra opción. –Tenemos que apresurarnos Axel- dijo tomando camino hacía el sitio mencionado.
Ambos corrieron, apresurándose para poder llegar a tiempo, no sabían para que, sólo sabían que querían estar con la chica, decirle que no estaba sola, que si estaba deprimida pensara que no era la única, que ellos también habían pasado por eso y no por ello se habían dejado vencer, seguían adelante con sus vidas, a pesar de las heridas que pudieran aparecer con el paso del tiempo, a pesar de que la sociedad pudiera catalogarlos de personas débiles. Ellos habían logrado mostrarle al mundo que aunque una persona tenga depresión, se sienta abatido por no saber que es o quien eso, siempre podías ver a los demás a la cara y mostrarles una sonrisa, prueba de que no te habías dejado vencer. Querían decirle todo eso y más. Axel se detuvo un momento, ¿qué tenía qué hacer? Dejo que el menor avanzara, que fuese él quien llegase primero, avisaría a Saix hacia donde se dirigían y para que estuviera al pendiente, posiblemente necesitarían ayuda en cuanto la encontraran.
Roxas llegó a la torre del reloj, cuando estuvo al pie de las escaleras comenzó a subirlas lo más rápido que podía, se detuvo a la mitad de camino intentando recuperar el aire, sólo unos segundos. Se dio cuenta que el mayor no lo seguía, terminaría por aparecer tarde o temprano, continuó con su camino, llegando por fin al final de la torre. Se permitió tomar otra bocanada de aire, intentando normalizarse antes de salir y encontrar a la chica o al menos eso esperaba. Salió, de forma lenta, temeroso de que sólo encontrarse el lugar vació. –Xion.
-Roxas- contestó la chica, se encontraba de pie, cerca de la orilla, pero sin estar en el borde. Volteo a ver al chico, la habían encontrado más rápido de lo que había pensado.
-Xion, ¿qué haces aquí?, Todo mundo te está buscando.
-Lo siento… quería hacer esto rápido, pero tal parece que fui demasiado lenta.
-Xion, volvamos, todos están preocupados.
-Roxas… yo no soy como ustedes.
-Claro que lo eres…- dio un paso para poder acercarse a la chica.- eres igual que nosotros, perteneces a nosotros.
-No Roxas- se alejó- no soy como ustedes. Soy alguien diferente, en todos los aspectos. No soy ni siquiera como Larxene, ella es mucho más fuerte que yo… no soy alguien adecuada para llevar el número catorce de la organización, ¿lo entiendes verdad?
-Xion- escuchó pasos, posiblemente Axel llegaría pronto, tenía que convencer a la chica. – No digas esas cosas no dejes a Riku salirse con la suya. Tienes que proteger tu dignidad.
-Ese es el problema Roxas, ya no tengo dignidad.- dijo acercándose más a la orilla. Se dio cuenta de cómo la puerta se abría, dándole paso a Axel. Ahora lo dos estaban ahí, tenía que darse prisa.
-¡Xion!- llamó el pelirrojo acercándose a los menores.
-Lo siento Axel…
-Xion espera…
-Por favor Xion, queremos hablar contigo.
La chica negó, acercándose todo lo posible a la orilla –adiós Roxas…- y sin más salto.
-¡XION!- gritó el rubio acercándose a la orilla siendo testigo del momento justo en que el cuerpo de la pelinegra golpeaba contra el piso.
-¡No mires!- gritó Axel tomando al menor de la cintura, jalándolo hacía su propio cuerpo, recargándose en la pared, cubriéndole los ojos. Él ya había visto a la muerte, pero sabía que Roxas nunca la había experimentado tan de cerca.
Estaba impactado, la imagen de la chica recostada en el suelo sería algo que le quedaría grabado el resto de sus días, comenzó a hiperventilar, sintió como Axel comenzaba a sentarse llevándoselo a él en el proceso, dejándolo en medio de sus piernas. Intento hablar o algo, pero nada podía salir de su garganta… no asimilaba lo que le pasaba, lo que había sucedido, comenzó a llorar.
-Roxas- lo apretó más contra él, sentía las lágrimas salir, pero no pensaba quitarle la mano de encima de los ojos, no todavía, con la mano que tenía todavía en la cintura del otro sacó su celular, marcando el número de Saix. –La encontramos- dijo una vez que el otro le hubo contestado- no pudimos hacer nada… estamos en la torre del reloj… sólo, sólo apresúrate Saix, yo iré después al igual que Roxas…- colgó, no quiso contestar la última pregunta, ¿qué si el chico había visto todo? ¡Claro que lo había visto! Pero no quería decirlo, no quería repetirlo. Se sintió romper, Roxas lloraba, llamando a Xion en voz baja, eso le destrozaba, levantó la mirada al cielo, no quería llorar, no debía llorar, tenía que quedarse con Roxas, tendría que ayudarle a sopesar la muerte de Xion y a lidiar con la imagen de la misma.
-Xion……Xion- los sollozos fueron en aumento, también los temblores del cuerpo y de pronto lo hizo- ¡AAAAAAAHHHHHH!- Gritó, un grito que le desgarro la garganta, un grito donde sacaba todo lo que posiblemente sentía en ese momento pero que no podía explicar.
Axel apretó los dientes, escuchar, ver y sentir a Roxas así no le gustaba, no le agradaba, quería evitarlo a toda costa. Sólo podía hacer una cosa, abrazar al menor lo más que pudiera, estar con él… y tal vez contarle toda la verdad del asunto. Era tiempo de que Roxas comprendiera quienes eran las leyendas, los héroes y ellos, los inexistentes. Después de todo aunque fuera su primero encuentro con la muerte no podía asegurar que fuera el último.