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Inexistente por Drakarfox

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Notas del capitulo:

Pff, no saben lo que me ha costado terminar el capítulo a tiempo, pero heme aquí con uno nuevo, como dije (si es que lo dije, no recuerdo) trataré de subir uno cada viernes de nuevo, así que fiel a mi palabra aquí les dejo otro buen capítulo, uno más alrgo de lo normal. Es un intermedio dentro del pequeño "arco" de la historia. Así que.... disfrútenlo. 

Capítulo xx

 

Historia 0: Descanso

 

Plática de hermanos

 

Desde el primer momento que salió para investigar acerca de lo que había sucedido con el grupo enemigo, supo que ese día iba a ser completamente diferente. Algo se lo decía, algo que no lograba descifrar muy bien. Pero decidió dejar esa inquietud de lado al llegar a casa de Sora, no era como que le quedase muy alejada, pero si se hacía un tiempo largo para llegar a la misma, al menos unos cuarenta minutos a los escasos diez minutos cuando ambos se quedaban con sus respectivos primos. Sinceramente estaba algo preocupado por el chico, entendía que debía sentirse molesto y posiblemente devastado por lo que había pasado con sus primos, por todo lo que había pasado el día anterior y por desgracia él no encontraba la manera de alentarlo, de tratar de levantarle el ánimo, porque simple y sencillamente no la había. Lo único que se le ocurría era una conversación entre ellos tres, donde se gritaran, se insultaran y se dijeran todo lo que tenían que decir para tratar de conseguir una estabilidad de nuevo entre ellos. Conversación que en ese momento se le hacía completamente imposible. Suspiro antes de tocar la puerta, al menos haría el intento por distraerlo un poco, no podía quedarse con la imagen de un Sora cabizbajo, deprimido y lanzándose maldiciones a sí mismo por lo, según él, idiota que había sido. Podría haber seguido con ese tipo de pensamientos pero la puerta frente a él siendo abierta le obligo a dejar todo eso de lado, mostrándose sorprendido, en verdad sorprendido al ver al chico con una marca rojiza en la mejilla.

-Hola- saludó el castaño sin muchos ánimos.

-Hola… ¿cómo estás?

-Pues- comenzó a decir alzando los hombros. – no es como que la esté pasando muy bien en estos momentos, me sigo sintiendo como una mierda, así que creo que no ha habido mejoría.

-Sora, realmente no sé qué hacer cuando te pones así.

-No hay nada que hacer realmente. Al menos no he pensado en nada.-dijo dando un suspiro antes de escuchar su nombre en un grito por demás molesto.

-¡Sora!

-¡Ya me voy!- gritó de vuelta fastidiado.

-¡Más vale que te comportes hoy!

-¡Ya lo sé!- gritó de vuelta, cerrando la puerta con fuerza para comenzar a caminar, siendo seguido por Riku que estaba sorprendido.

-Discutieron.- afirmó al seguir observando la mejilla enrojecida del menor.

-Sí.

-¿Qué fue lo que paso?

-Fue algo así como un, hola mamá, hola Sora, ¿Qué hay de desayunar?, un poco de huevos ¿sabes cómo ha estado Ven? Recibí una llamada de su madre, no mamá no sé cómo ha estado, deberías de ir a verlo, debería, ¿han peleado?, algo así, haz las paces con él, no lo sé, no es una opción es una orden, mamá son nuestros problemas, no tuyos. No me importa, vas a hablar con él, es tu primo, por mi puede dejar de serlo, ¡Sora!, ¡que! Bien puede irse al demonio… y fue ahí cuando llegó la bofetada, diciendo algo que somos familia y que debía de arreglar las cosas con él. Fue justo cuando llegaste.- terminó de explicar con el ceño fruncido y mosqueado.

-Sora…

-No Riku, ni pienses en reñirme también, estoy cabreado y mucho, así que no quiero desquitarme contigo. Por ello hazme el favor de no meterte en esto.

-Pero Sora, hasta hace unos segundos habías dicho que te sentías como una mierda y ahora estas molesto.

-Lo estoy, estoy molesto con Ventus por habernos dado la espalda.

-Creí que ayer habías entendido su comportamiento.

-¡Y eso es lo peor!, Lo entiendo, ¡JODER! De verdad que lo entiendo, pero me cabrea saber eso y que nos haya dejado de lado sin siquiera pensárselo. Y me cabrea todavía más el hecho de que si estuviese en su lugar puede que yo no hubiese hecho lo mismo.

Suspiro al escuchar como el menor terminaba de hablar, sinceramente no tenía la más mínima idea de cómo el otro debía sentirse, no lo había experimentado.

-Es extraño como todo esto se ha salido de control, ¿no lo crees?

-Supongo que lo es- dijo llegando pronto a la estación del tren, tenían que ir con el resto del grupo para planear y ver qué diablos tendrían que hacer ahora, pero un par de comentarios hicieron que se detuvieran.

-Parece que fue una chica.

-Pobre… no puedo imaginarme como debió sentirse para hacerlo.

Al escuchar los murmullos no pudo hacer más que una cara de fastidio. –Y para colmo, las malditas preguntas de mi madre por la chica que se suicidó ayer. No tengo ni la más mínima idea de quien se trata.

-¿Una chica que se suicidó?

-Sí, dicen que se lanzó de la torre del reloj, pero sinceramente, en serio, tengo otras cosas por las cuales preocuparme en lugar de estar pensando en una pobre chica que simple y sencillamente quiso escapar de todo… hasta pienso que sería buena idea seguir su ejemplo.

-No lo digas ni en broma.

-…Vale, vale, no lo digo ni en broma. Ya te dije que no me riñeras.- reclamó al momento de salir de la estación, tomando camino hacía su punto de encuentro con los otros. Por alguna razón Terra quería que los cinco fueran al centro comercial por un café y tal vez relajarse un poco, también para darle descanso a las heridas de todos ellos.

 

 

En cuanto despertó, no fue necesario el moverse un poco para saber que, efectivamente, estaba adolorido, era más que obvio que eso iba a pasar, pero de cierta forma no se arrepentía, tal vez lo haría en el momento en que se pusiera de pie, pero hasta entonces, seguiría igual de cómodo, sin moverse ni alejarse del otro. Sintió la respiración del otro por sobre su cabeza, no pudo resistirse a dejar su mano sobre su pecho, dejando que subiera y bajara por el ritmo tan tranquilo que el pelinegro tenía en su respiración. Suspiro, disfrutando de esa sensación, perdiéndose un rato en el cuerpo ajeno, permitiéndose también el pensar en todo lo pasado. Hasta apenas ayer se suponía que iba a llorar, que se sentía herido por todas las palabras que el castaño le había dicho, por su decisión de dejar a Sora de lado, por abandonar todo a lo que se aferró, a sus amigos, a todo. Se cuestionó, en ese momento lo hizo, de si había elegido bien. De si había sido una buena opción… no lo supo, no encontró una respuesta correcta y eso le molestaba un poco. Frunció el ceño para darle razón a sus pensamientos, pero no sirvió de nada. Cerró los ojos, se sentía cansado, había dormido mucho, pero su mente se sentía cansada, exigía algo de tranquilidad en ese momento, algo que le permitiera poder ver el lado bueno de toda esa situación, sobra decir que nada llegaba a su cabeza. Fastidiado se acurrucó más con el otro, escondiendo el rostro, buscando ahogar todo lo que le molestaba, de forma metafórica; claro está. ¿Por qué todo tenía que ser tan jodidamente difícil? ¿Por qué el idiota de Sora, sí, porque ahora era un idiota, no había decidido honrar su juramento? No era tan difícil, mucho menos imposible. Cuidar de sí mismos, cuidar de Roxas y tal vez, sólo tal vez, podrían saldar su deuda con él. Claro que nunca podría soportar lo que él había soportado. Ellos, y si, lo admitía, ellos dos amaban mucho su vida tal como era, tan buena, tan equilibrada. E incluso el mismo Roxas se los había dicho cuando por fin pudo hablar. No era una vida para ellos. Pero ahora esa idea le rondaba por la mente una y otra vez. Sí, no era vida para ellos, pero tampoco lo era para él. Ni siquiera era vida para Cloud o para Terra o Riku. Nadie merecía aquello. Pensó en eso por un buen rato pero sólo logró un dolor de cabeza. Estaba fastidiado, estaba cansado, estaba exhausto. Tomó aire, todo el que pudo y lo sacó de forma lenta, todo sin abrir los ojos. Se abrazó un poco más a Vanitas, necesitaba un momento de paz, de tranquilizarse porque en ese momento estaba comenzando a alterarse y no le gustaba. Para nada. Por ello se sorprendió al sentir otro brazo rodearlo, apegándolo lo más posible. Ninguno de los dos dijo nada, ni siquiera sabía en qué maldito momento Vanitas había despertado, sólo agradeció de forma silenciosa dejándose hacer, eso era parte de lo que necesitaba en ese momento.

-Tú siempre te complicas con todo- dijo en tono serio mientras dejaba que su barbilla pegara en la cabeza de Ven. No era que Vanitas fuese realmente más alto que Ventus, si acaso le sacaba cerca de cinco centímetros, cosa que no era mucho, pero esos cinco centímetros le habían llegado a dar una buena ventaja algunas veces. –Si quieres llorar, llora. Si quieres gritar, grita. Incluso si quieres golpear a alguien, golpéame. No te diré nada. Sólo hazlo.

-Estoy bien.

-No lo estás, puedo sentirlo, estas demasiado tenso. Te estas preocupando de más, las cosas no son tan complicadas Ven.

-Claro que lo son…

-Quieres quedar bien con Roxas, pero no quieres dejar de lado a Sora. Puedes dejar de lado todo lo relacionado con los grupos, con los territorios, con todo. Lo que importa ahora es que todos tus lazos familiares estén bien.

No sabía muy bien la razón, pero podía jurar que la voz de Vanitas sonaba incluso más grave de lo normal, sonaba más como un adulto a como el chico de dieciocho años que apenas la noche anterior lo había embestido hasta morir por casi toda la casa. –Hasta tú puedes ser alguien maduro.

-Yo siempre soy maduro. Aunque si lo dudas podría recordarte todo lo que puedo hacer estando en mi “modo” maduro.

Y ahí se iba la magia, pero se imaginó porque el otro había roto con esa atmósfera, esa era la manera de Vanitas de decirle, “levanta el ánimo o el sexo voy a disfrutarlo sólo yo”, aunque claro, era muy su forma de levantarle el ánimo. Pero una que le funcionaba. –Ya lo tengo claro, gracias. Estoy lo suficientemente adolorido como para que me lo recuerdes. Ayer lo dejaste muy claro, en todo mi cuerpo, tranquilo.

-Me quitas la diversión, que te lo sepas.

-Ese es mi trabajo.

-Y el mío es el empotrarte todo lo que pueda mientras te pongo de a cuatro o con tus piernas sobre mis hombros, o tú montándome, eso sí que fue divertido.

-Van… será mejor que te calles-amenazó separándose un poco para poder verlo.

Sonrió para sí, al menos ya no estaba tan de deprimido. Ya estaba bien como para comenzar a regañarlo. –Bien, bien, me calló, pero sólo porque quiero repetir eso último. Nada más por eso- dijo al momento que se acercaba para poder besarlo, un beso suave. Lo que quería era calmar al chico, nada más. -¿mejor?

-Un poco… Nunca comprendí realmente como hacías eso.

-Es mi pequeño secreto… además tuve que ingeniármelas, acostumbras mucho a perder los nervios muy fácil y no me es sencillo lidiar contigo cuando estas todo histérico.

-Eres un idiota- se quejó separándose por completo del otro con intenciones de levantarse. Comenzó a incorporarse de forma lenta quedando sentado primero en la cama, debía pensar bien los movimientos que iba a hacer.

-¿Mucho ejercicio anoche?- preguntó con burla al ver lo que el chico hacía.

-Lo dicho, eres un idiota.- tomo su ropa interior para ponérsela al momento que se quedaba de pie, busco también entre la ropa que había en el piso, porque bien recordaba que la mayoría de la que llevaba el día anterior estaba en la sala, para poder ponerse algo más abrigador. Tenía un frío de muerte. Por fin su mirada cayó en una sudadera que estaba en la silla del escritorio, suerte que era larga, le ayudaría a cubrirse antes de que se metiera a bañar.

-¿A dónde vas?- preguntó al ver como el chico se encaminaba hacía la sala.

-Voy a ver que tanto desastre ha quedado de lo de ayer.

-¿Crees que soy tan desordenado?

-No lo creo, lo sé. –contestó desde fuera de la habitación, al llegar a la sala dio un suspiro, al menos no habían hecho un gran desastre, eso le daba algo de alivio.

-Te lo dije, no soy tan desordenado. –dijo desde la espalda.

-Creí que te quedarías en la cama,- comenzó a decir girándose para verlo, cayendo en cuanta que estaba desnudo. –Ponte algo ¿quieres?- pidió en tono cansado, siempre era lo mismo con el chico. Y siempre recibía la misma respuesta.

-Ya viste todo esto, ¿para qué ocultarlo?, mejor disfrútalo un poco más.

-Van, a menos que quieras que te mande a preparar el desayuno estando así, vas a ponerte algo.

-¿Qué tiene de malo preparar el desayuno así?

-No tienes protección para el aceite.- dijo como si nada, caminando hacía la cocina, comenzando a buscar algo para calmar su hambre.

-Eres cruel- contestó dramático, yendo al sofá por su ropa y comenzar a vestirse, conocía a Ven y era capaz de cumplir su amenaza. –Ven

-¿Qué pasa?

-¿Qué planeas hacer hoy?- preguntó dejando ya todo toque de burla, estaba preocupado en verdad por el chico.

-No lo sé realmente… me gustaría ver a Roxas.

-¿Quieres que te acompañe?

Negó con la cabeza. –Quiero verlo, pero no me siento todavía bien o al menos de forma estable para poder verlo.

-¿Entonces?

-No lo sé… puede que sea yo el único exagerado, puede que él también lo esté pasando mal, bueno, es obvio que lo está pasando mal… pero quiero, de alguna forma estar con él, pero no sé si pueda estar a solas con él.

-¿Por qué no hablas con Cloud?, siempre he visto que cuando tienen problemas, de cualquier tipo, si no pueden acudir al otro, acuden a Cloud.

-También había pensado en eso.

-Ya está. Llámalo, llama también a Roxas y se juntan los tres para lidiar con sus problemas de hermanos. Al menos creo que estando los tres juntos van a poder calmarse mutuamente.

-¿Tan preocupado estas?- preguntó girándose un poco para verlo y darle una sonrisa.

-Sólo un poco, estoy más preocupado por mi integridad física, si no estás bien Cloud va a matarme y también Roxas, y Roxas conoce a Axel que también conoce a Xigbar y si no escuchaste ayer, le debo dinero y mucho… así que mejor quedarme en paz con ellos, si hago enojar a uno sólo de ellos puedes darme por perdido.

Soltó una especie de risa mientras rodeaba al pelinegro por el cuello para darle un beso rápido. –No dejaré que le hagan nada a mi novio.

Contestó con una sonrisa. Novio. Que bien se sentía escuchar eso de nuevo, se maldecía mentalmente por no haberse apresurado para pedírselo de nuevo al chico, pero también se justificaba, pues esos besos robados y escenas que daban a mitad de la avenida sin ser pareja habían sido geniales. Claro que la ventaja del noviazgo era que podía tocar todo lo que quisiera del chico sin ninguna réplica, técnicamente tenía toda la libertad de tocar y hacer con el cuerpo del chico lo que quisiera y era eso lo que le gustaba más que nada. –Pues más vale que lo hagas o si no podrás considerarte soltero o viudo, como más te convenza.

-Tonto- dijo entre risas, para soltarlo y seguir con lo que hacía.

-Igual que tú y lo sabes.- Bueno, al menos había logrado que el otro se relajara un poco y es que era cierto, cuando el chico se tensaba nunca significaban cosas buenas para él.

 

 

Ambos estaban recostados en la cama del menor, después de pasar cerca de dos horas en la sala del sueño, Roxas había dejado a relucir el cansancio que sentía, sólo quería llegar a la cama y dormir, ya había llorado y gritado todo lo que debía, ahora sólo necesitaba un descanso y tiempo, mucho tiempo para poder sobrevivir a todo ello. Sabía que no iba a poder encerrarse en su habitación, justo como había esperado, al menos para llevar bien su tiempo de luto, tal vez desaparecerse del mundo por un par de días y no dejar que siquiera el aire entrara a la habitación, no iba a poder hacerlo por una simple y sencilla razón… Axel. Desde el momento en que se mostró cansado, el pelirrojo no se separó de él, en cuanto salieron de la sala del sueño, lo siguió como su sombra, rodeándole los hombros, cuando llegó a su habitación creyó que cada quien iría a su habitación, como pocas veces hacían pero Axel sólo dijo un rotundo “me quedaré contigo”, que sinceramente él no tenía ninguna intención de negar, quería estar solo, pero no le apetecía estarlo. Fue por eso que cuando despertó sintió unos brazos en su cintura, el mayor lo abrazaba y eso lo agradecía de verdad que lo hacía, porque hace mucho que no se había sentido de forma tan miserable. Su vida iba en mejora, después de cinco años iba en mejora y de pronto todo se derrumbaba para volver a hacerlo miserable. Parpadeo un par de veces para acostumbrarse a la luz, tratando de dar un repaso al otro, ambos se encontraban vestidos todavía, sólo se habían quitado los tenis y se habían recostado y eso lo sabía no por haberlo visto, sino por haberlo sentido, puesto que se encontraban cubiertos por las cobijas. Se quedó así un rato, sin moverse sólo con la mirada perdida en la nada. Él no era como Ventus, su hermano se movía, buscaba cercanía, se alteraba. Él sólo se quedaba quieto, sin hacer algún movimiento, sólo buscando algo que le distrajera lo cual solían ser sus pensamientos, sin decir nada o siquiera murmurar algo, sólo movía los labios. Una manía muy suya que no recordaba muy bien cuando fue que comenzó a desarrollar, el punto era que estaba así en ese momento. Axel seguía dormido y no quería despertarlo. Sabía que el otro necesitaba descansar, lo sabía perfectamente, por ello maldijo en silencio cuando sonó el celular, se movió lo menos posible para no despertar al otro y contestar de forma rápida. Haciéndolo claro está en un susurro, más porque vio como el pelirrojo se había movido un poco.

-Hola.

-¿Roxas?

-Ven… ¿qué pasa?

-¿Sucede algo?, ¿por qué murmuras?

-Axel está dormido… no tuvimos buena noche.

-… ¿Estas bien?- preguntó al haber identificado ese tono bajo en su hermano, lo había escuchado muchas veces como para no reconocerlo.

-Algo así- Vio como Axel volvía a moverse, murmurando un poco, sólo se quedó quieto, tratando de hacerle algunos cariños realmente suaves para que pudiese conciliar el sueño de nuevo.

-Crees que… ¿Crees que podamos vernos?- preguntó con duda en la voz, ya no estaba tan seguro de poder ver a su hermano, no si él no se sentía bien.

-¿Es necesario?- Pero ahí estaba, esa característica tan suya, sólo de él. La de olvidarse de lo que le puede pasar, la que se preocupa primero sólo por su hermano, la que se centra en ayudarle y salvarle cuando lo necesita.

-Si no puedes está bien… planeaba también llamar a Cloud, tal vez para que seamos solos los tres… no han sido días muy buenos para nosotros.

Dejó que una sonrisa cansada y triste saliera cuando su hermano menciono eso, era cierto, los últimos días habían sido un asco para ellos. –Podría ir.

-¿Seguro?

-Oye, si mi hermano quiere verme, entonces yo iré a verlo- quiso agregar el “aunque yo me sienta del asco” pero sabía que si lo decía sólo haría que Ven se sintiera peor.

-… Cloud  dijo que iba a estar en el centro comercial… ¿está bien para ti?, podemos cambiar de sitio si es lo que quieres.

-No, está bien. Está perfecto. ¿Vas camino hacia allá?

-Sí, bueno, creo que todavía me quedan unos veinte minutos de camino.

-Entonces voy saliendo, yo me hago de diez a quince. ¿Dónde vamos a vernos?

-Cerca de la fuente. Hay un café cerca, podría servirnos el tomar algo.

-Supongo que sí, entonces te veo en un rato.

-Roxas… ¿en serio estas bien?

-Si hombre, estoy perfectamente. Te veo en un rato ¿vale?

-Vale.

Con eso colgó, no supo en que momento fue que comenzó a dejar de susurrar, pero lo había hecho porque se había dado cuenta que Axel estaba despierto, atento a lo que decía. Sólo que el instante no lo recordaba. Tomo aire para comenzar a separarse del otro y poder levantarse.

-Roxas…- llamó al ver lo que tenía planeado hacer, él no consideraba muy adecuado que el otro saliera solo en esas condiciones, porque ya sabía perfectamente que el otro iría solo.

-No digas nada Axel.

-No estás bien.

-Eso lo sé.

-¿Entonces por qué vas?

Suspiro, estaba batallando con ponerse las zapatillas deportivas, pero al escuchar aquello desistió de su intento y se quedó sentado en la cama, dándole la espalda al chico. –Porque mi hermano me necesita, por eso voy.

-Roxas, no puedes ir, tú no estás bien- dijo pronunciando bien el “no estás bien”.

-Axel, apreció lo que haces, pero estás cansado y también necesitas desahogarte. Si no quieres hacerlo conmigo presente, está bien. –Comenzó a decir volviendo a batallar con sus tenis,- te dejaré solo un rato, pero desahógate si es que lo necesitas. Porque tú tampoco estas bien. Así que voy a ver a mis hermanos, mientras que tú, te vas a cambiar, vas a meterte bien bajo las cobijas y dormirás todo lo que puedas, para que después sigamos charlando. –Suspiro, girándose a ver al chico. – Descansa, en serio hazlo. Este es un momento que nosotros en verdad necesitamos… los tres. ¿De acuerdo?

Se resignó, no iba a poder hacer cambiar de opinión al menor, asintió de forma lenta, sólo se sentía cansado así que le haría caso y volvería a dormir. –Llámame si pasa algo, ¿de acuerdo?

-De acuerdo- se acercó a darle un beso corto en los labios. –En cuanto regrese vendré contigo, que descanses.

-Suerte.

Y con eso salió, sinceramente no quería salir, pero lo dicho, por su hermano lo haría, sólo por él. Tenía una corta lista de las personas por las cuales iría por mar y tierra para que se sintieran bien. En ella se encontraban Ventus, Cloud y anteriormente Sora, ahora dudaba si seguía en esa lista, pero podía incluir también a Axel, también haría lo que fuera por el chico.

 

Estaba en el centro comercial esperando a sus hermanos. Admitía que la llamada de Ven lo había descolocado un poco y también lo había preocupado, más por el hecho de que de alguna forma estaba viviendo una especie de deja vú, ¿No era eso lo que había pasado exactamente cuando los gemelos tenía trece?, ¿cuándo había pasado lo de la tontería de Ventus y Sora? Sí, eso era un perfecto deja vú y por eso ahora estaba sentado en la orilla de la silla, con el teléfono entre las manos y esperando a que alguno de los dos atarantados que tenía por hermanos se apareciera. Además de que lo dicho por Valentine le seguía dando vueltas por la cabeza. La organización había perdido un miembro y estaban de luto. ¿Cómo lo supo el pelinegro? Simple, el mismo Xenmas se lo había dicho al llamar por algunos trabajos que necesitaba. La organización estaba suspendida por un rato. Ahora estaba en verdad preocupado por Roxas y no sólo por Ven. Recostó su cabeza en la mesa, esos dos lo volverían loco algún día. Suspiro, buscando la mejor forma de conseguir aire, no entendía bien cómo diablos había llegado a todo eso. Y también estaba el tema de Sora, maldito Sora, maldito un ay otra vez. No podía simplemente haberse hecho a un lado. No. Tenía que ponerse en contra de sus hermanos como si fuese realmente lo correcto. -¡Joder!- dijo entre dientes, entendía que él no era nadie para calificar lo correcto de lo incorrecto, porque de ser así, él se habría estad moviendo mucho dentro de los ámbitos incorrectos.

Tomo aire de nuevo, necesitaba relajarse otro poco y el café tardaba mucho en llegar al igual que sus hermanos menores. Cambió de posición recargándose de lleno en el respaldo de la silla, echando la cabeza un poco hacía atrás, se entretuvo viendo el techo. No sabía que decir, se había planteado la situación muchas veces pero no sabía que decir en caso que ambos temas salieran a flote y eso le molestaba. Él qué siempre se jactaba de ser un buen hermano mayor, él, Cloud Strife, estaba realmente en un aprieto, porque no sabía de qué manera ayudar a los gemelos, al menos para levantarles el ánimo, porque sabía que Ventus estaría totalmente hundido por toda la situación, por no hablarle a Sora, por haber dejado a los KM, por sentir que pudo haber traicionado a Roxas, por no cumplir con su juramento. Y luego estaba Roxas, debería sentirse atacado por todo y por todos, traicionado, tal vez incluso defraudado pero la reciente noticia era la que en verdad lo ponía alerta, estaría decaído, en verdad decaído, y molesto. Posiblemente también lo estaría. Fue con eso que se sintió perder de nuevo, podía lidiar con un rubio pequeño deprimido, era difícil pero podía lidiar con eso, sólo era cosa de algunos momentos juntos, conversaciones, muchas conversaciones, pero después de unos meses, tiempo más tiempo menos, podía decir que había logrado que el chico se sintiese mejor, pero nunca había lidiado con dos, nunca y eso, aunque nunca lo admitiera porque eso le quitaría todo orgullo de hermano mayor, le daba miedo. Bien pudo seguirse mortificando pero vio a lo lejos que alguien se acercaba, se preguntó si sería Ventus o Roxas, a la distancia le costaba reconocerlos, pero en cuanto vio las “pintas” supo que se trataba del gemelo mayor. Sonrió un poco mientras se ponía de pie.

-Roxas.

-Cloud- saludó con un tono demasiado bajo para su gusto. Se acercó al otro y le dio un rápido abrazo. De nuevo estaba acudiendo a su hermano, pero no por voluntad propia, estaban ahí por Ventus, no por él. Eso le causó cierta molestia pero no la exteriorizo, sólo se soltó al mayor y se sentó a su lado.

-¿Cómo estás?- preguntó al chico una vez se sentaron a esperar al que faltaba.-Me enteré de parte de lo que sucedió ayer.

-Si… he estado mejor, no lo niego, pero sólo tengo algunas heridas, nada grave, todo superficial.

-Hablando en un plano físico.

Calló un momento sin ver al otro, suspiro pasando una de sus manos por su cabeza, alborotando más su cabello ya de por si rebelde. –Hablando en un plano físico, pero por ahora yo no soy importante Cloud, Ven quería que nos reuniéramos.

-Y tú viniste a pesar de notarse que no estas ni de asomo en tus cinco sentidos.

Alzó los hombros- mi hermano quería que nos viéramos, así que por eso vine.

-¿sabes?, a veces pienso que deberías de pensar más en ti que en Ven, él también tiene dieciocho Roxas, él también puede cuidarse solo.

-Tal vez, pero el problema en sí es que él no ha pasado muchas veces por todo este dilema.

-Y tú sí.

-Exacto, por ellos es que tengo que estar para él, para ayudarlo, sé perfectamente lo que se siente que todo se vaya a la mierda- dijo de forma seria- y sé que es difícil al principio asimilar todo lo que está pasando y eso es algo que no siquiera tú sabes.- dijo viéndolo por un momento.

-Puede ser… Pero aun así Roxas, a veces podrías ser un poco egoísta, no está de más el preocuparse un poco por sí mismo.

-Lo haré después… cuando esto se haya calmado.

Suspiró derrotado, su hermano sí que era todo un terco y si no quería terminar mal, lo mejor era quedarse callado antes de que surgiera una pelea entre ellos. No se mencionó algo más, se quedaron callados un momento en espera del rubio faltante, hasta que una chica se acercó a su mesa dejando una taza de café para Cloud. –Gracias- agradeció observando como su hermano empezaba a buscar en la carta algo para tomar.

-¿Podrías traerme un latte de caramelo?- la chica asintió antes de retirarse de nuevo.

-¿caramelo?- preguntó algo extrañado, normalmente su hermano era de bebidas más fuertes y simples.

-Bueno… me hace falta algo dulce en mi vida, así que podría comenzar con un café- contestó con una pequeña sonrisa, era un pequeño cambio que estaba seguro podría soportar.

No se dijo nada más hasta que vieron al menor de los tres aparecerse, venía escuchando su música, por lo que al llegar a la mesa guardó los audífonos y se acercó primeramente con Roxas, para saludarlo con un abrazo y después a Cloud. Se sentó con calma, pidió una café, un moka y en lo que esperaba a que llegara comenzó la tan dichosa conversación que los tres esperaban, si, de eso no había duda, pero que también sentían un poco tediosa.

-Entonces Ven…- comenzó a hablar el mayor de los tres -¿qué es lo que ha pasado?

El chico soltó un suspiro, realmente aunque le estuviera dando de vueltas a la situación, no había logrado encontrar una forma de poder comenzar dicha conversación. –Ayer deje a los KM.- dijo por fin después de un rato de seguirlo pensando.

-Creí que te ibas a quedar con ellos un poco más- dijo Roxas tomando un poco del café frente a él.

-Más bien, debí de haberlo hecho desde un buen rato atrás… desde que me dijeron que fuera tras de ti.

-Tal vez.

-¿Y qué fue lo que te impulso a que los dejarás?- preguntó el mayor sintiendo un poco de resentimiento en las palabras de Roxas.

-Bueno, ya iba con esa idea desde el momento en que me lance a ayudar a Roxas en la pelea de ayer, pero apenas llegar a nuestro punto de reunión Terra habló conmigo, era obvio lo que iba a pasar, y había sido claro y él también lo fue. Yo soy alguien que no vale la pena, así que me expulso, cuando intente hablar con él pensó que iba a tratar de convencerlo pero en si iba a decirle que me iba por mi cuenta. Hubo otras palabras entre nosotros, como el hecho de que estaba cansado de que intentara llamar su atención, un golpe y después de ello, salí de ahí con un Van bastante molesto que se atrevió a entrar de nuevo para gritarles a todo que eran, técnicamente, unos hijos de puta.- explicó agradeciendo que su café llegara tan rápido, dio un sorbo, agradeciendo por sentir el líquido caliente bajar por su garganta.

Los dos estaban sorprendidos por ello, no tanto por lo de la expulsión, lo esperaban sinceramente, pero el golpe y lo que había dicho no era algo que habían contemplado. Cloud de nuevo fue el primero en hablar. -¿Estás bien?

-Supongo que hasta donde se puede. Pensaba desahogarme ayer, pero no logré nada.

-¿Van estuvo contigo?- preguntó su gemelo.

-Sí, digamos que, terminamos bien, también creo que él se aprovechó mucho de la situación.

-Entonces, ¿qué paso con él?

-Podría decirse… bueno más bien, debería decirse que regresamos.

-Cediste al final.

-Te dije que lo haría, sólo era cuestión que él preguntara.

-Y eso hizo.

-Bueno Ven, al menos hay alguien que te va a cuidar y apoyar.

-Ya…. Pero no quita que me sienta horrible.

-Apuesto que no eres el único- aporto por fin Cloud- estoy seguro que Roxas también se siente mal, bastante mal.

-No es verdad- dijo observando a su hermano mayor con una mirada de reproche.

-Seguramente… no es algo que pase muy desapercibido Roxas… ¿qué ha pasado?

Ahora se giró a ver a Ven, no quería decirlo, no sólo porque la herida fuese muy reciente y todavía estuviese fresca, más bien porque quería que fuese su hermano quien se desahogara primero, pero al sentirse presionado por ambos lados se resignó. –No estoy bien realmente, eso lo sé, pero tampoco es como que pueda estar de otra forma- empezó a contar- ayer fue un día demasiado movido, muchas emociones de golpe… demasiadas.

-¿Qué paso?- preguntó el mayor.

Tomo algo de aire antes de hablar, observó primero a Cloud y después a Ventus, ambos esperaban pacientes, quiso tener un poco más de fuerza antes de decir algo. –Ayer… Xion salió de la organización.

Ambos se quedaron callados, esperando a que el otro continuara, no era como que solo por eso se encontrase de esa forma. No era como que Roxas fuese muy sensible, al menos no con ese tema.

-Todos en la organización fuimos mandados a buscarla… Axel y yo la encontramos. –Levantó la cabeza quedándose mirando el techo por un rato antes de continuar, todavía repetía la escena en su mente, dudaba que fuese algo que pudiese olvidar tan fácil. –estaba en la torre del reloj… intentamos detenerla pero no corrimos con mucha suerte.- bajo de nuevo la mirada para centrarla ahora en la taza de café-se lanzó… yo vi… vi el momento justo en que su cuerpo impacto con el pavimento. Vi cómo fue bajando… escuché algo, no lo sé. No sé bien que haya escuchado, no sé bien que pensaba en ese momento, pero estoy seguro que… de no haber sido por Axel yo la hubiese seguido… tal vez sólo por impulso, pero me hubiera lanzado con ella, sólo para tratar de salvarla, tal vez para que fuese yo quien recibiera todo el impacto en lugar de ella… pero cuando me encontraba al borde Axel me jalo, me cubrió los ojos y me llevó hasta la pared, sentándonos… creo que grite, no recuerdo… como dije, todo me parece confuso, no recuerdo muchas cosas con claridad.- termino de explicar sintiendo la mirada de sus hermanos sobre él, tenían razón y él lo aceptaba, no estaba bien, para nada bien y lo notaba porque podía sentir ese nudo en su garganta, ese ligero ardor en sus ojos, los cerró con fuerza, no volvería a llorar, al menos no frente a esos dos, ese era su problema y ellos no tenían que pagar las consecuencias.

-…Roxas…- llamó Ventus en voz baja, completamente sorprendido por todo aquello. Se giró a ver a Cloud, también se veía sorprendido, preocupado. Trató de pasar algo de saliva, de pronto sentía la garganta demasiado seca. -…Roxas yo…

-No hay nada que decir- interrumpió, tomando más de su café. –No hay algo que quiera escuchar. Sólo… ya conocen la historia. Estoy bien, no hay mucho problema con ello.

-Roxas, tú eres ahora quien más preocupa-dijo algo acelerado. –debes de entenderlo.

-No le tomes importancia Ven, tú eres quien me preocupa, así que… vamos a centrarnos en ti, ¿de acuerdo?, lo mío va a pasar, es sólo que necesito tiempo de duelo, nada más. Tú debes de recuperarte y solucionar los problemas que se te están juntando.

-Roxas, ambos son importantes, no puedes quedarte de lado en eso. Me preocupan, ambos así que… quiero ayudarlos.

Los gemelos se quedaron callados, observando al otro, pensando en que deberían de decir. Por fin Roxas iba a decir algo, tal vez a renegar de nuevo la ayuda, que Ven era más importante. Pero las palabras quedaron en su boca.

 

-Roxas…- llamó interrumpiendo esa atmósfera tan rara que existía entre los Strife. Se había animado al ver que tal vez podría tener una oportunidad de arreglar las cosas, sabía que las heridas estaban recientes, demasiado y todavía sangraban, pero quería intentarlo, quería demostrarles que estaba decidido a ayudarles a limpiar y curar sus heridas, que les apoyaría en todo. –Ventus… yo…- pero no pudo decirlo, no pudo siquiera pensar en algo más que decir. Apenas los nombres de los chicos salieron de sus labios vio la mirada que le lanzaban. Decepción en su mayoría, rencor, tristeza, una muy grande. Muchas cosas que tal vez él ya hubiese sentido, pero nunca que fuesen dirigidos a su persona, al menos no con esa intensidad. Apretó los puños, quedándose con las palabras en la boca. No sé esperaba esa reacción, de ninguno de los tres.

Los chicos lo vieron, no lo pensaron, cada uno con una expresión distinta pero que en esencia se parecía, Roxas estaba furioso, demasiado y juraba que si no hubiese sido porque estaban en un lugar público; se hubiese lanzado contra Sora en ese momento, pero se contuvo, poniéndose de pie de forma lenta. Ventus estaba herido y decepcionado del castaño. Técnicamente todo lazo que tenía con el castaño había quedado flojo, casi disuelto por las accione cometidas. Tomo aire, siguió el ejemplo de su hermano y se puso de pie. Ninguno dijo nada, sólo pasaron a cada lado de Sora, sin detenerse sin decirle nada. Tomando distancia para esperar a Cloud lejos del castaño.

El mayor estaba sorprendido, demasiado con esa reacción, él se había quedado sentado, observando todo, cuando vio lo que los chicos hacían suspiro, ya se imaginaba algo así, se puso de pie también poniendo una mano sobre el hombro del chico. –Dales tiempo… ambos están… bueno, no están muy bien… ten paciencia Sora.- termino de hablar para comenzar a acercarse a sus hermanos.

 

Fue con toda esa acción que el chico lo supo, la había cagado, había mandado todo a la mierda. Y por primera vez, después de un muy, muy buen tiempo sintió una gran presión en el pecho, había dolido, esa indiferencia, ver esa decepción, esa ira contenida, ver todo eso en ojos de sus primos, casi hermanos, habían dolido. Demasiado. Se quedó en el sitio, con la respiración algo acelerada. Quería arreglar todo, pero lo había entendido bien… su relación con los tres hermanos Strife se había acabado. 

Notas finales:

Pues, no tengo mucho que decir, aunque... la próxima semana será el capítulo de "los héroes", ya saben, Riku, Kairi y Sora, pensaba que fuera este, pero no sé, quería otra reunión entre estos buenos hermanos...

Me despido, muchas gracias por los reviews. Nos estamos leyendo.

 

Drakarfox


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