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Inexistente por Drakarfox

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Notas del capitulo:

¡Hey! aquí de nuevo con otro capítulo, ya el seis, vaya que esto va bien y me siento tan orgullosa de mí por no bajar el ritmo, pero creo que tomaré un descanso, ya diré porque en los comentarios finales, por mientras los dejo para que lean a gusto.

 

Por cierto, ¿alguno tendrá idea de como eliminar al maldito sincorazón del mundo de jack, uno que parece que es un sarcófago y tiene unos horribles tentáculos negros... no logró pasar de esa misión y comienzo a frustrarme. 

Capítulo VI

 

Bienvenido

 

-¡Ese grandísimo idiota!- escuchó que gritaron en la entrada. Se asomó un poco desubicado por no saber de quien se trataba si de Ventus o de Roxas.

-¿Quién es?- preguntaron detrás de él, asomándose sólo lo suficiente por la puerta de la habitación del chico.

-No tengo idea- contestó en tono bajo. –No salgas, de por sí ya tengo problemas con ellos y si te ven no pararán de molestarme en un buen rato.- dijo antes de salir de la habitación dejándolo encerrado.

-Bueno, como quieras- bufó molesto dejándose caer en la cama, - de todas formas se van a enterar en algún momento, ¿qué no?

Intento aparentar total indiferencia mientras se dirigía a la sala, estaba un poco agitado por lo que recién había estado haciendo con Riku y si se daban cuenta, ya fuese Roxas o Ventus, de verdad que sufriría la última semana que se quedaría ahí. -¡Dios, no lo soporto!- volvió a escuchar que se quejaban. Intento adivinar quién era antes de asomarse por completo pero no lo logró, así que se aventuró a ver cómo iba vestido. Al percatarse que la ropa que traía puesta era de un color claro, a excepción de la playera que era negra (asunto que siempre le había causado curiosidad, puesto que los gemelos se ponían el color de la playera contrario) supo que se trataba de Ventus. –Ven, regresaste más pronto de lo que esperaba- dijo viendo el reloj de la sala, apenas habían pasado tres horas desde que los gemelos se habían ido, normalmente cuando salían llegaban casi al anochecer.

-Si bueno, a Van le dio por hacer una bonita escena en mitad de la calle.

-… ¿pues qué te hizo?- preguntó al percatarse del estado en que estaba el chico. Aparte de que el rostro comenzaba a tornarse rojo, se veía la molestia a flor de piel.

Se quedó callado y quieto un momento. Tenía que admitir que todavía se esforzaba por recordar las sensaciones que apenas había vivido. Le había gustado, si, en eso le daba la razón al pelinegro, pero no era la forma. Simple y sencillamente no lo era. –… me beso en plena calle.- Dijo en un tono bajo. Desviando el rostro para evitar ver a Sora.

-¿Y eso es tan malo?- preguntó tranquilo. No le extrañaba, ya sabía que Van iba con intenciones claras de recuperar a su primo.

-Lo es cuando es en media avenida principal- dijo enfurruñado mientras se sentaba en el sillón.

-¿Sabes? Es curioso que te moleste más el lugar donde lo hizo a lo que hizo en sí.- dijo con tono de burla.

-Cállate- cruzó los brazos.

Esa fue la señal de Sora, cuando Ven se ponía así significaba que tenían que dejarlo solo. El rubio estaba en mitad de una pataleta. –Bueno, yo me callo. Voy a mi habitación.- dijo dejando al chico todavía en la sala.

 

-¿Y bien?- preguntó en cuanto lo vio entrar.

-¿Bien qué?

Rodo los ojos en señal de fastidio- ¿Quién era?

Sonrió ante la reacción- Ventus, parece que tuvo un percance con Vanitas.- comenzó a explicar mientras se sentaba en la orilla de la cama. –Y ahora está en medio de un gran berrinche.

-¿Por eso lo dejaste solo?- preguntó mientras se recostaba de lado para abrazar al otro por la cintura.

-Es lo mejor que puedes hacer en estas situaciones. – puso sus manos encima de las que rodeaban su cintura. –Nunca he podido calmarlo cuando está así, es Roxas quien tiene ese gran don.

-Mala suerte supongo.

-Muy mala suerte.- Giro su torso un poco para ver mejor al peli plateado. –Pero no es algo que haya necesitado muy seguido.

-Pero en ocasiones como esta creo que sería muy útil.

-Sólo dale tiempo,- dirigió su atención al reloj que estaba a un lado de la cama- unos diez minutos a lo mucho. No tardaremos en escuchar la puerta de su habitación azotándose.

Se le quedó viendo un rato en silencio hasta que el menor volteo a verlo. -¿Qué pasa?

-Considero que eres alguien demasiado curioso.

-¿Por qué lo dices?

-Sabemos que Ven es totalmente declarado ¿cierto?

-Cierto- contestó extrañado por el rumbo que llevaba la conversación.

-También sabemos que a Roxas no le importa el género, si a él le gusta, le gusta y punto. Pero el chico no se considera del todo bisexual. ¿No es así?

El castaño volvió a asentir, dándole toda la atención al mayor.

-Y se supone que tú eras heterosexual pero nunca lo aseguraste, es más decías que no pensabas catalogarte de alguna manera- hizo una pausa para observar las reacciones del más chico- lo que si aceptabas es que eras un chico por demás curioso, cualidad que compartes con los rubios de la casa.

-¿A qué quieres llegar Riku?

-A que la curiosidad mato al gato Sora- decía levantándose de forma que quedará recargado en sus antebrazos acercándose a su rostro,- y tú estás llevando muy lejos tu curiosidad. – Dijo quedando a escasos centímetros de sus labios.

-¿Y eso te molesta?- preguntó con algo de burla. Acercándose un poco más.

-No del todo, es bueno saber que yo soy tu curiosidad.

-Y yo la tuya, ¿no es así?- preguntó con una sonrisa antes de decidirse a besarlo. Beso que supo correspondido al instante. Hace unos días atrás ambos habían hablado sobre el interés que un chico podía desarrollar por otro. Siendo ambos heterosexuales, según la sociedad y conocidos porque ellos nunca lo habían asegurado, eso les causaba curiosidad; así que llegaron a un tipo de acuerdo. Lo intentarían, sería entre ellos. Puesto que se conocían de años y se tenían confianza, lo intentarían. Llevaban sólo unos días, casi una semana y no habían pasado de los besos, no eran apasionados ni buscaban profundizarlos, se trataba sólo de pequeños roces, inocentes sin buscar segundas intenciones, al menos no todavía.

Se separaron después de unos segundos, Sora mostrando una enorme sonrisa mientras que Riku una más discreta. Tenían que admitir, y los dos estaban de acuerdo, que se habían acoplado bien, demasiado bien para ser la primera experiencia, no había tanto nerviosismo como se habían esperado, podría ser por el hecho de conocerse o porque lo que llevaban, como quiera que se llamase, era de mutuo acuerdo.

-Eres una curiosidad buena, lo admito- dijo Riku en cuanto se separaron.

-Eso lo sé, pero gracias por recordármelo.

-Aunque algo creída.

-¿Y eres tú quién lo dice? Ahora me siento ofendido.

Iba a reclamar cuando el sonido de una puerta cerrándose con gran fuerza lo interrumpió.

-Y allí va- dijo Sora suspirando.

-Conoces bien su rutina.

-Es mi primo después de todo, además de que paso mucho tiempo en su casa.

-¿Y Roxas hace lo mismo?

Sora levanto una ceja mientras dejaba salir una risa burlona- Si claro, bueno fuera.

Se sorprendió ante la respuesta. -¿Pues qué hace o qué?

-Roxas es… algo impulsivo.

-Un cabezota como Ven y tú… hhg- se quejó al recibir el golpe en el brazo- es la verdad y lo sabes.

-Cómo te decía- siguió explicando notoriamente molesto- Roxas es impulsivo, pero lo que me sorprende es que puede mantenerse muy tranquilo cuando de verdad lo quiere.

-¿No es contradictorio eso?

-Lo es, es que Roxas es raro. Puede actuar impulsivo, de verdad impulsivo sin pensar las cosas cuando lo único que quiere hacer es desquitarse, pero si sabe que no es el momento y sabe que puede soportar un poco más se tranquiliza, pero lo hace de forma tal que es espeluznante el cómo lo logra. Ya después de eso llega lo de encerrarse en su cuarto y poner su música a todo volumen.

-Al menos tiene buen gusto en música.- Dijo divertido.

-Claro, si para ti es divertido escuchar un montón de gritos a los cuales no se les entiende nada.- dijo sarcástico.

 

Estaba en la torre del reloj, escuchando lo que podría considerarse su canción favorita con los audífonos y como era su costumbre a todo volumen.- Are you still breathing? It´s your heart that’s beating inside, that keeps us alive and for the very first time, we’re pushing aside to surrender. Everything that I see in my eyes except for the one thing on my mind. That I am alive, for the very first time!- Susurraba, en algún tiempo había intentado cantarla, pero no podía alcanzar ese efecto con la garganta por mucho que quisiera.

-¿Ya te he dicho que te quedarás sordo algún día?- preguntó mientras bajaba los audífonos del rubio.

-Sí, al menos unas cuatro veces.-contestó divertido. –Pero si va a pasar, al menos que sea a causa de lo que me gusta ¿no crees?

-Ese es un buen punto, aun así, ¿qué escuchas?- preguntó quitándole los audífonos al chico y poniéndoselos él. –Por dios, ¿cómo entiendes esto?

El chico levantó los hombros. –Me costó trabajo al principio, pero pude entenderle después de escuchar la canción unas seis veces seguidas.

-¿Y quiénes son?- Por fin se sentó a un lado del chico devolviéndole el aparato.

-Suicide silence, la canción es “You only live once” es una buena canción, claro cuando logras entenderle.- agregó al ver el rostro del pelirrojo.

-Si tú lo dices.

-Bueno, dejemos mi música en paz, mejor dime. ¿El otro quedó igual o peor que tú?

-¿Qué?-preguntó extrañado.

-Esto- dijo al momento que ponía una mano en la mejilla herida del pelirrojo, obligándole a ladear el rostro para quedar de frente. –Fue un buen golpe.

-Ah, eso, las cosas se complicaron un poco en la misión.-comenzó a explicar intentando girar el rostro. –No sé supone que me viera inmiscuido en eso, pero parece que hay algunas cosas que aunque quieras evitar terminan pasando.- dijo marcando nuevamente distancia entre el rubio y él.

-¿En qué trabajas Axel?

-Vaya, sí que tienes algo de prisa enano. – Comentó con una sonrisa- ¿por qué no empiezas tú contándome tus secretos?

-Porque no soy yo quien tiene un golpe en el rostro. Además de que fuiste tú quien llego tarde.

-No Roxas, comienza tú, porque para que puedas entenderme tendremos que ir a otro lugar… además el tema es algo delicado.- dijo un poco serio.

Se extrañó al ver de esa forma a Axel, no es como si en esas tres semanas que se estuvieran frecuentando lo hubiese visto serio. No era algo tan común. Detuvo la reproducción del celular, puesto que todavía seguía escuchándose y se centró en el mayor. Soltó un suspiro y comenzó a hablar.- No es la gran cosa, mi última relación fue hace tres meses. – comenzó a jugar con sus manos desviando su mirada hacía ellas.- Fue con una chica llamada Naminé. Hasta donde recuerdo fue un noviazgo estable.

-¿Y por qué terminaron?

Soltó una risa baja observando ahora al frente. –La verdad… no lo sé. Creo que yo empecé a cambiar mucho. Y sigo cambiando, de eso me he dado cuenta. – espero a que el pelirrojo dijera algo, pero al no escuchar nada continuó. –Creo que comencé a aburrirme de todo, ya no quería salir de casa, ya no quería estar con los amigos, simple y sencillamente comencé a alejarme, no estaba de humor para soportar a nadie y aunque Nami me apoyo de una manera simplemente increíble, no pudimos hacer nada. Terminar la relación era inevitable. Yo le estaba haciendo daño y también me estaba perdiendo a mí mismo. Creo que fue por eso que terminamos, necesitaba encontrarme a mí mismo antes de estar con alguien.

-Eso se escuchó muy profundo Roxas- dijo ligeramente sorprendido. En un principio había intentado comprender en qué punto se encontraba el chico, pero después de eso se dio cuenta que estaba más perdido de lo que pensaba.

-No es profundo, es algo que a cualquiera le puede pasar.

-Eso no es verdad- dijo en un tono alto llamando la atención del menor- sólo algunos podemos pasar por eso- tomo aire antes de continuar- ¿Sabes Roxas? Hay gente allá afuera, incluso más cerca de lo que crees que nunca se han perdido a sí mismos. Tienen tanta seguridad en su persona, en su vida; que nunca olvidan lo que es ser ellos. Incluso me atrevería a decir que nunca se preocupan por cambiar, porque aunque tengan un momento de debilidad, de tristeza como ellos le llaman, siempre recuerdan quienes son. Y habemos otros, si me incluyo en esta categoría- dijo volteando a ver al otro un momento para continuar- que llegamos a un punto en el cual llegamos a perdernos, no porque olvidemos quienes somos, sino que las personas que somos en esos momentos no es suficiente para enfrentar todo lo que nos pasa. Somos esas personas las que necesitamos reconstruirnos, dar un vistazo a la persona que éramos antes y ver qué es lo que ya no nos funciona. Somos nosotros quienes buscamos el cambio para adaptarnos a una sociedad de porquería. Cuando en si tendríamos que ser aceptados sólo por lo que somos.- se detuvo al darse cuenta que había dicho mucho y de forma tan rápida- Lo que quiero decir Roxas, es que… te perdiste a ti mismo, si, y está bien. Porque no quisiste quedarte en ese olvido, al contrario, te buscaste a ti mismo, buscaste quien eras y eso, ese sencillo paso ya te hizo crecer de una forma tal que no tienes idea. No somos débiles. Por eso sientes que no encajas con nadie, por eso tienes problemas con los chicos esos con los que peleaste la otra vez. Porque ellos no entienden por lo que pasaste o estás pasando. Porque ellos no han sentido el dolor que conlleva el perder la existencia ni la satisfacción que se siente al recuperarte después de un largo tiempo.

Quiso decir algo, pero la sorpresa no se lo permitía, sabía que eso, de una forma muchísimo más sutil, había sido un regaño causado por la autocompasión que había tenido. ¿Si lo tenía merecido? Tal vez, ¿Había sido injusto? Puede que un poco, pero no era algo que le preocupará en el momento, más bien era que Axel conocía bien la sensación, Axel había pasado por algo parecido y puede que no sólo una vez, sino que una cantidad considerable.- Pues… - se aventuró a comentar- podría decirse que sigo recuperándome.

Lo observo detenidamente, sabía que era mentira, sabía que el chico todavía no comenzaba realmente con la búsqueda que necesitaba. Se perdió un momento en sus recuerdos. La primera vez que él se perdió fue cuando tenía dieciséis años, la adolescencia es un proceso complicado y bastante peligroso, pero una vez pasas eso y sobrevives al llegar a los dieciocho, bueno el quedarse en los veintidós, como era su caso, no era tan complicado. Le dedico una sonrisa al chico antes de preguntar- ¿Y sólo has tenido relaciones con chicas?

No esperaba la pregunta, más bien, él sabía que no era algo que se preguntará así de sencillo, o al menos no le pasaba de una forma continua. –No exactamente, no soy del tipo de personas que se centran en un género específicamente.

-¿Entonces?

Levantó los hombros- si alguien me gusta, me gusta y punto.

-¿Así de fácil?

-¿Qué no las cosas siempre son así de fáciles?- preguntó con burla. –No me mortifico por las batallas internas en cuanto a algo nuevo o me martirizo porque no puedo aceptarme como soy. El punto es ese soy como soy y no hay más. Si me gustaba Naminé, me gustaba y punto, si me gusta algún chico, me gusta y ya. No hay que darle tantas vueltas al asunto.

-… no sabría decir cómo te veo ahora.- Dijo con algo de duda. –Eres un caso raro.

-Puede que lo sea.

-Es que, la verdad nunca había conocido a una persona que aceptase tal clase de cambios así de sencillo. Siempre tienen algo de dificultad para aceptar ese tipo de cosas.

-Sólo mortificarse por cosas sin importancia… creo.

-¿Y no te molesta lo que piensen los demás de ti?

-La verdad es que no… puede que me aislé y todo, pero es que todo es tan monótono que deja de importar, puede que cuando tuviera catorce o quince todavía me importará, pero con dieciocho, ¿crees que sea algo que me quite el sueño? 

-No, no lo creo… pero dime, ¿cuándo fue tú última experiencia con un chico?

El menor hizo memoria, ¿hace cuánto había sido?- Creo que fue hace seis meses, días más, días menos, no recuerdo muy bien.

-¿Y cómo se llamaba?

-No fue del todo una relación, más bien fueron algunos encuentros. Por ello el nombre no lo recuerdo.

-¿Qué clase de vida llevabas?- preguntó con una sonrisa a modo de burla.

-No mal pienses las cosas Axel, ya te dije que fueron encuentros, el chico quería intentar algo nuevo y yo simplemente estaba aburrido.

-Vuelvo a preguntar ¿qué clase de vida llevabas?

-Ya deja eso- exigió divertido indicándole que le soltaría un golpe si no cerraba la boca.

-Vale, vale- decía mientras levantaba las manos frente a él para defenderse- tampoco es para que te pongas así.

-Bien- dijo relajándose- como ves mi vida amorosa no es tan interesante… no sé porque tanta insistencia para conocerla.

-Es simple Roxas, puedes conocer mucho de una persona por su vida amorosa. Además de que la tuya es sumamente interesante.

-Venga ya, ¿y yo te creo no?

-Deberías hacerlo, ¿acaso no eres tú quien puede manejar la información a tu conveniencia?

-… así que eso era lo que buscabas.- dijo en tono bajo.

-Exactamente.

-¿Y qué más buscabas Axel?- preguntó comenzando a sentirse algo molesto. Cosa que el pelirrojo noto.

-No te molestes, al menos no todavía. Dije que te diría en que trabajo ¿verdad?- vio como el chico asentía y prosiguió con lo que planeaba decirle- Y en serio voy a contarte, pero primero hay algo que te quiero preguntar.

-¿Y ahora qué es?- preguntó cruzando los brazos.

-¿Qué dirías de unirte a un grupo en el cual todos los integrantes del mismo han experimentado lo que tú en distintos niveles?

-¿Qué quieres decir?- preguntó algo extrañado.

Tomo un poco de aire antes de continuar-A eso mismo. Seamos sinceros, estás solo, nos vemos en las tardes y eso, pero es porque tienes vacaciones, las cuales terminarán en unos cuantos días, ¿no es así? Así que ¿por qué quedarte solo? Únete a nuestro grupo Roxas, estoy seguro, créeme que de verdad lo estoy- dijo viéndolo fijamente- que encajaras a la perfección. Todos los chicos del grupo hemos pasado por una situación similar a la tuya, al menos en cuanto a las consecuencias. Por eso sé que quedarías bien entre nosotros, porque en verdad comprendemos.

-¿Era eso lo que buscabas en primer lugar Axel?, ¿buscabas que me uniera a tu grupo?

-Siendo sinceros… si- llevó una mano detrás de su cabeza intentando ver cómo salir de la situación.-la primera intención fue la de convencerte para que te nos unieras, pero de una u otra forma estoy seguro que estaríamos en la misma situación.

-¿Qué situación?

-Tú y yo aquí platicando de cualquier cosa, haciendo el vago y a veces el tonto.

-¿Y por qué estás tan seguro?

-Porque te comprendo en el nivel que necesitas y por lo que me acabas de contar, sé que todavía vivirás otro tipo de situaciones. Por eso lo sé. Estoy completamente seguro de ello. ¿Por qué no lo intentas? No somos lo mismo que los keyblade, quiero aclarar desde ahorita, somos diferentes en muchos aspectos así que no tendrías que esperar a que intentáramos convencerte de la misma forma.

Se quedó meditando lo recién dicho. Era cierto que se estaba llevando bien con Axel y había encontrado mucha comprensión en cuanto a ciertos temas, se sentía integrado sin ninguna dificultad o esfuerzo. -… pues…- dijo dudoso.

-Inténtalo, podrías encontrar un buen sitio entre nosotros. Incluso podrías experimentar en primera mano en que trabajo.

-¿Y terminare con golpes como ese?, diablos, eso hace que me lo piense, ya sabes. Me encanta ser golpeado- dijo con mofa, quería aligerar un poco el ambiente. Se había sentido extraño y algo molesto al saber que Axel sólo buscaba convencerlo pero dejo de darle importancia con las últimas palabras del otro.

-Bueno, no te aseguro que te salves de algunos, pero puedo decir que la mayoría de las veces es un trabajo tranquilo.

-Si claro.

-¿Entonces?

Soltó un suspiro, pensando que esa sería la última vez que podría hacerlo de manera tan tranquila y sólo por cuenta suya. –Podría intentarlo…

-¿En serio?- preguntó animado por la respuesta, había planeado mucho lo que le diría al chico para no hacer que huyera y desapareciera por completo. Y tal parece que la forma en que había pensado había sido la correcta.

-Sí, ¿por qué no? Además como dices, pronto comenzaré las clases y no me apetece del todo estar solo, no por el hecho mismo- aclaro a tiempo- sino que puede que vuelva a encontrarme con los chicos y no sería muy divertido tener una confrontación tres contra uno.

-Bien- dijo emocionado poniéndose de pie- entonces podemos irnos.

-¿Irnos?, ¿a dónde?- preguntó también poniéndose de pie.

-Te dije que tendríamos que ir a otro sitio si querías saber sobre mi trabajo, así que vamos para allá- dijo dirigiéndose a la entrada de la torre.

-¿Te han dicho que ocultas muchas cosas?- preguntó siguiéndolo de cerca.

-¿Te han dicho que haces lo mismo enano?

-Y ya vas de nuevo con eso.- rodo los ojos ante el apodo, realmente no le molestaba, si, era más chico que Axel, mucho más chico que él y ni como negarlo. Pero era divertido por momentos montar ese tipo de escenitas.

-Cuando crezcas podrás reclamarme lo que quieras- decía al momento que ponía una mano sobre la cabeza del rubio con intención de despeinarle un poco.

-Eres un idiota.

-Sólo contigo, es que quiero que me mires todo el tiempo, por eso quiero tener tu atención siempre- dijo con una sonrisa.

-Lo dicho, eres un idiota.- lo golpeo en el brazo con una sonrisa.- ¿Cómo es qué sueltas ese tipo de comentarios sin vergüenza alguna?

-Porque es lo que siento Roxas- contestó continuando la broma- ahora acabas de romper mi pobre corazón al reírte de mí- dijo dramático- yo te confieso mi amor y tú lo tomas así, que cruel eres.

-Si Axel, lo soy, por eso no es bueno que te me confieses de golpe.

-Y entonces- dijo mientras acercaba al chico hacía si para susurrarle de la forma más elegante posible al oído- ¿cuál es la mejor forma de declararme?- se separó en el momento que termino la pregunta, estallando en carcajadas al ver el rostro completamente sonrojado del rubio. –Roxas… tienes que aprender… a controlarte- dijo entre risas.

-C-cállate- lo había sorprendido, estar tan cerca del otro, el tono que uso y la forma en que lo dijo lo tomo por sorpresa, por ello no logró evitar sonrojarse y pensaba que aunque hubiese podido hacerlo no habría logrado mucho. –Sólo me tomaste desprevenido.

-Pues sería bueno que cuidarás tu espalda.

-No- dijo más tranquilo- sé que tú la cuidarás por mí.- termino de decir sintiendo que con eso ya se había cobrado la broma anterior.

-Apenas y puedo cuidar la mía, pero haré el intento- decía levantando los hombros para quitar importancia.- Bien, ahora hay que ir por acá- le dijo al momento que pasaba un brazo por los hombros de Roxas- el camino es algo complicado y bastante tedioso.

-¿Y eso por qué?- preguntó levantando la cabeza para ver mejor el rostro del pelirrojo.

-Porque somos personas complicadas- dijo con una sonrisa –cuando lleguemos vas a entenderlo. Lo verás a la primera.

-Lo dices con mucho ánimo… y eso me preocupa un poco.

-Oh vamos, no será tan malo créeme.

Siguieron hablando de cosas sin importancia, Roxas dejado que fuese Axel quien marcase el camino, sin percatarse del todo de las tantas vueltas que habían dado, al menos hasta el momento en que llegaron al sitio donde él fue a parar después de huir de la propuesta que le habían hecho los chicos.

-Conozco este lugar- dijo de pronto.

-¿En serio?- preguntó sorprendido.

-Si… ya he pasado por aquí… o eso creo- observaba lo que había alrededor intentando recordar si era cierta que había pasado por el sitio o no.

-Intenta hacer memoria, puede que así me ahorre un poco.

-Si… ya he estado aquí… allí hay dos entradas ¿no?- preguntó señalando un sitio algo escondido del camino que estaban siguiendo.

-Si- dijo algo inquieto. ¿Cómo era que Roxas conocía ese detalle?- Exactamente ¿cómo fue qué terminaste por este sitio?

-Ah… pues, fue cuando me propusieron lo de entrar en los keyblade, creo que esa vez sólo me deje llevar y me metí por lugares que no conocía.

-Entonces, si tuvieras que regresar aquí ¿podrías hacerlo?

-Probablemente no. Creo que la primera vez sólo fue suerte.

-¿Y qué más paso esa vez?

-Pues, recuerdo que cuando salí a una avenida principal choque con dos chicos pero…- se calló de golpe al intentar recordar ese momento.

-¿Con dos chicos?

-Si… no recuerdo bien como eran…

-¿Tenías una sudadera negra en ese momento?

-Ah, si… ¿por qué?

Se echó a reír antes de contestar- Roxas, ya estaba destinado que nos conociéramos.

-¿Por qué?

-Porque ese día chocaste conmigo y con Demyx, un chico del grupo.

Abrió los ojos debido a la sorpresa de esa noticia. -¿Es en serio?

-Lo es, ¿ves? De una u otra forma hubiéramos terminado conociéndonos.

-Pff- bufó- entonces no me salvaría de ti de una u otra forma.

-Para nada… bueno- se detuvieron frente a un muro que el rubio ya había identificado, tenía ese grafiti tan llamativo junto con los números en romanos.- llegamos.

-¿Aquí?

Soltó al menor del agarre que todavía tenía en sus hombros y se puso frente a él, dándole la espalda a la pintura en el muro. –Aquí, bienvenido al castillo inexistente Roxas.- Sonrió al menor cerrando un poco los ojos- bienvenido a la Organización XIII.

“Bien” se dijo a sí mismo, ahora ya tenía una idea de con qué clase de locos había terminado. 

Notas finales:

Tan, tan. Como dije arriba me siento orgullosa de llevar un buen ritmo, pero verán la próxima semana no habrá actualización, estoy en la peor temporada para un estudiante, así es... exámenes. 

¡Son horribles! 

Pero en fin, la actuaización será hasta dentro de dos semanas y será capítulo doble para recompensarlos. Por mientras les daré un consejo:

No estudien diseño gráfico y si deciden estudiar a carrera que no sea sistema cuatrimestral y si deciden que sea sistema cuatrimestral les deseo de todo corazón que no les toquen unos profesores tan cabrones como los que a mí me an tocado (en el buen senntido de la palabra ¬¬ hay que aclarar todo aquí porque luego se presta a malas interpretaciones). 

Nos leemos luego

 

Drakarfox


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