Wade envió el mensaje y releyó el que le había llegado unos minutos antes
"Nueva misión, detalles en la ubicación de siempre. NO TARDES"
El número correspondía a su madre, sabía que tenía que tomárselo muy en serio.
...
Llego a la ubicación, una bodega abandonada desde hacía ya algún tiempo, que había sido adaptada como un pequeño laboratorio informático. En el centro, un escritorio con la mujer sentada en él, un sobre en la mano. —Al fin llegas. Creí que tendría que buscar otro para el trabajo.
—Hola má -noto la mueca de desagrado en su rostro al oír ese apodo. —Solo diré que no estoy dispuesto a ninguna misión de matar -sabía que a Peter no le gustaría saber que andaba por ahí —asesinando gente sin motivo —A menos que sea alguien que lo merezca –Si su objetivo era un asesino, un ladrón o algo así, Pete entendería ¿No? Después de todo ese es su trabajo, y él lo sabía desde un principio.
—Pues créeme, esta será muy divertida –le entregó el sobre, con la sonrisa filosa en sus labios. —Es el mismo cliente que defraudaste la vez anterior, así que no podemos darnos el lujo de fallar esta vez.
Wade abrió el sobre y sacó de su interior la fotografía, quedando completamente impactado… ¿Peter? ¿Por qué alguien querría dañarlo? Porque era una foto de su castaño, no de Spiderman, la foto de un simple adolescente. Rebusco en el sobre, a ver si no había más fotografías, encontrándose varias, incluso algunas junto a él pero ninguna con el traje de arácnido puesto
—Osborn está MUY interesado en acabar con Spiderman esta vez así que esto es solo una ventaja. Si no le entregamos su “encargo” mañana temprano, liberará las fotografías a la base de datos y todos los mercenarios podrán aceptar la misión. -notó el silencio nada usual en su empleado —No sabías que tu noviecito era Spiderman? Creí haberte entrenado mejor que esto.
—La pregunta es ¿Qué planeas hacer con esa información? ¿Desde cuándo lo sabes?
—Por favor ¿Que tan difícil puede ser descubrir a un chiquillo novato? Me sorprende que aún no lo hayan hecho. A excepción de Norman claro... Y solo es información. Sabes que en este mundo en que nos movemos puede ser la moneda más valiosa. Pero claro, no daré mi pase tan rápido. No le diré nada a nadie, más por petición del cliente que por nada. ¿Sabes cuánto aumentaría el precio por la cabeza de Spiderman? Es mejor que sigan creyendo que es la caza sencilla de un mocoso idiota.
Deadpool sintió su sangre arder, pero no hizo ningún intento de ataque. No podía atacar a su madre. — ¿Y por qué yo? ¿Por qué me dices esto?
—Porque eres mi mejor aprendiz, porque tienes que recordar que este es tu empleo, tu vida. Y en esta no hay espacio para distracciones como él. Eres un A-se-si-no –alargó cada sílaba —Y personas como nosotros no nos quedamos con él héroe -se acercó apoyando su mano en la espalda del contrario —Y más te vale apresurarte en decidir, que si tú no lo haces los mejores mercenarios de la ciudad irán por él. –Empezó a empujarlo hacia la puerta —Ahora, sal de aquí antes de que decida negarte esta oportunidad y lo atrape yo misma.
Wilson le lanzó una última mirada de furia antes de dejar el edificio. No podía dejar que lastimaran a su Peter y mucho menos podía entregarlo a ese hombre. Necesitaba un plan urgentemente.
...
Gwen y Flash se encontraban en una cita cuando el teléfono de la chica sonó.
— ¿Un mensaje de Peter? –leyó el mensaje preocupada. Peter no era de los que mandaban mensajes por lo que debería ser urgente.
“Necesito verte Gwen, por favor. Nos vemos en la biblioteca”
Parecía muy importante. Recordó que su amigo iba a verse con ese tipo todas las tardes ¿Acaso se habría sobrepasado con Peter? Aun cuando este último le había asegurado mil veces que nunca lo lastimarían, tenía una mala sensación con la situación. Se disculpó con su novio y explicándole la situación lo mejor que pudo. Claro, no le dijo que se encontraría a Parker por su vida amorosa, solo que debía verlo urgentemente.
—No te preocupes cariño, apenas termine de hablar con él te hablare para encontrarnos ¿Si? –se despidió con un apasionado beso, prometiéndole no tardar
...
Spidey iba patrullando por las calles de New York. Desde que había empezado a salir con Wade no había podido hacerlo tan libremente, pero era algo que amaba. Columpiarse entre los grandes edificios de la ciudad, sintiendo el viento contra su piel, ese era el lugar al que pertenecía. De pronto oyó los ruidos de las sirenas de policía y supo que era el momento de ser el héroe. Empezó a seguirlas a través de los edificios hasta que finalmente llegaron al borde del puente donde se sorprendió al ver la escena. Habían barricadas que impedían el paso de los autos y del otro lado el tráfico se había detenido. Subió por el poste del puente, buscando lo que estuviera causando tal desastre. Flotando cerca del poste, del lado contrario al donde estaba, el destello verde llamo su atención. Era su mayor enemigo el Duende Verde.
—Hola Spiderman, al fin te dignas en aparecer –sonrío enseñando sus colmillos —Creí que con este pequeño obsequio ibas a aparecer más rápido –se inclinó sobre la parte superior del poste del puente, tomando algo entre sus brazos y volviendo a elevarse en su planeador –aunque tal vez es solo que no te importa mucho.
Cuando reconoció la figura entre sus brazos entró en pánico. Él... ¡Él tenía a Gwen!
—Vamos bella durmiente, despierta –empezó a darle pequeños golpes en la mejilla a lo que ella fue reaccionando lentamente.
— ¿Pero qué...? –alzó la mirada, encontrándose con el rostro del duende verde y dando un grito de terror. Empezó a forcejear, tratando de liberarse
—Oh, yo no haría eso si fuera tú. Una caída desde esta altura no sería nada agradable. –sus palabras lograron que la chica bajará la cabeza y al ver la gran altura se sostuvo más hacia él.
— ¡Déjala ir, duende! Ella no tiene nada que ver con esto.
—Oh, pero si lo tiene ¿no crees? Ella es importante para ti. Y tú me has quitado todo lo que me importa, mi prestigio, has dañado mi compañía y por si eso no fuera suficiente me has quitado a mi hijo. Y créeme, lo pagarás y muy caro.
—No te preocupes Gwen, todo saldrá bien –ignorando las palabras de Osborn se concentró en proteger a su amiga
— ¿Cómo sabes mi...? –tardó unos minutos en reconocer la voz — ¿¡Peter?! –el mencionado se asustó cuando ella mencionó su nombre en voz alta, pero la altura era suficiente como para no ser escuchados más que entre ellos.
—Oh, esto es adorable ¿Nunca le dijiste a tu supuesta mejor amiga sobre tu identidad? Tal vez así hubiera sido más precavida y no hubiera caído en esta trampa tan obvia.
— ¿Qué quieres de mí? Haré lo que me pidas, pero libérala.
—Verás "Spiderman" ese es el detalle. Yo no necesito nada de ti. Yo lo que quiero es destruirte, destruirte física y emocionalmente. Que entiendas que no puedes andar por ahí jugando al héroe sin que alguien salga lastimado. Quiero ver la desesperación en tu rostro cuando entiendas que no podrás salvarlos a todos. -como para remarcar sus palabras tomó a la chica del cuello y la arrojó por su lado del puente hacia el agua.
Peter salto hacia ese lado del puente. Lanzando una red hacia el poste y una hacia ella, logro sostenerla de la pierna y usando su fuerza la jalo hacia él. Claro que el no pudo oír el crujido cerca del cuello de la chica.
—Te tengo Gwen, y lamento haberte hecho pasar por todo esto. -con ayuda de sus telarañas descendió hasta el puente, cargando a la chica en sus brazos. Ya en el suelo se sentó sobre sus rodillas quedando la chica recostada en sus piernas — ¿Gwen? Ya pasó, puedes abrir los ojos. Despierta -empezó a darle leves golpecitos como hiciera el duende hace unos momentos pero sin obtener respuesta —Vamos Gwen, sé que te enojaste porque no te había dicho lo del traje pero esto no es algo con lo que deberías jugar. -la acercó más hacía él notando el silencio absoluto que provenía de la rubia. Ni una respiración. Ni un latido de su corazón. Sintió las lágrimas formarse en sus ojos —No... No puede ser ¡Despierta! Yo te salve... ¡Te salve! Tú no puedes estar muerta -se aferró más a ella abrazándola contra su pecho —No puedes dejarme. Eres mi mejor amiga... Gwen -al decir su nombre esa última vez algo se quebró en él. Acompañado de una rabia inmensurable dejo el cuerpo de la chica en el suelo, buscando al culpable con la mirada — ¡Duende! -grito para llamarlo, pero sin poder encontrarlo
— ¿Spiderman? -un paramédico se había acercado después de ver la caída y cuando se aseguró que el arácnido se había alejado de la chica se atrevió a acercarse —Él se fue ya hace unos minutos... Necesito llevarme a esta chica para salvarla...
—No es necesario, está muerta. -el paramédico fue capaz de detectar como su voz se quebraba —Spiderman la mató. -dichas esas palabras salió corriendo del lugar, una ira asesina corriendo en él.
...
Llegó a la casa de los Osborn, obviamente sin su traje. Sabía que Norman no sería tan idiota como para quedarse en su casa después de lo ocurrido, pero tal vez Harry podría ayudarlo a encontrarlo. No estaba seguro de que haría cuando lo encontrara pero no le importaba. Necesitaba sacar esa ira de él, necesitaba venganza.
— ¡Peter! Me alegra que vinieras a verme. Quería hablar sobre lo ocurrido hace rato. Verás, la verdad es que a mí...
—No he venido por ti Harry. Estoy buscando a tu padre ¿Sabes dónde está? -Alzo la voz, portándose bastante grosero con él. Y no le importaba (por lo menos no en ese momento)
— ¿Mi padre? Porqué... ¿Por qué quieres hablar con él? -por su mente pasaron mil y un ideas. Recordó el celular y lo mucho que Peter había cambiado y le había abandonado ¿Acaso…?
—No es algo que te concierna Harry. Esto es entre él y yo. ¿Me dirás donde esta o tendré que averiguarlo por mi cuenta?
Harry sonrió. Peter se veía bastante enojado. Si de verdad su padre era… el que estaba lastimando a su Peter, el causante de su abandono, sabía que después de esto se detendría. Y él mismo se encargaría de refundirlo en la cárcel si no. No importaba que fuera su padre, nadie tocaría a su Peter. —Se fue a una de sus bodegas cerca del puerto. Llegó preocupado, tomó algo rápido y se fue.
Sin despedirse, Peter salió hacia donde le habían indicado. Conocía el lugar, ahí solía reunirse con Kingpin para hacer negocios. Lo confrontaría sin importar lo que ocurriese
…
La bodega estaba completamente oscura, pero cuando entro supo que él estaba ahí
—No seas un cobarde ¡Sal y enfréntame!
—Como tú digas –apareció atacándolo por la espalda con ayuda de su planeador. Ambos estaban sobre el vehículo, el mayor usando sus propios puños para atacarle. Peter no se quedó atrás y le devolvió los golpes cada vez más enfurecido y sin control. Toda la ira en su interior… quería matarlo ahí mismo. Le haría un favor a la ciudad si lo hacía. Vengaría a Gwen y a todos aquellos a los que alguna vez ese monstruo hubiera dañado. Con esos pensamientos como impulso lanzó un fuerte golpe con el que derribó al hombre del planeador cayendo de lleno al suelo. De un salto cayó a su lado dispuesto a darle los golpes finales.
—Eso es, ¡Destrúyeme! Demuéstrales quien eres en realidad. Ríndete a la ira y venga a tu amiga. Date cuenta Peter. Tú y yo no somos tan diferentes después de todo
— ¡Cállate! –le dio una fuerte patada que logró hacerle escupir sangre. Y ahí se dio cuenta. El duende tenía razón, si hacía esto, si sucumbía a la ira sería un monstruo tal y como él. Y no podía permitírselo. Gwen lo mataría si viera lo que estaba a punto de hacer. Su tío y su tía… ellos lo habían criado para que supiera la diferencia entre lo bueno y lo malo. Asesinar a alguien estaba fuera de sus límites, fuera de lo que él sabía que era lo correcto.
Se dio la vuelta y salió del lugar, sin atreverse a mirar hacia atrás. No sabría si podría detenerse si lo volvía a ver de frente. No le debía explicaciones y lo que menos necesitaba era volver a oír su voz. Lo que más quería en ese momento, lo que más necesitaba, era el consuelo de aquel en quien confiaba más que nada. Se dirigió hacia la ya muy conocida casa en la que sabía (o rogaba) estuviera él. Como haciendo juego con sus emociones una fuerte lluvia empezó, pero francamente no le importaba.
…
Wade aún estaba preocupado. Recordaba la misión que le habían encargado esa tarde y aún no podía decidir qué hacer para resolver ese “problemita”. Prendió la televisión para tratar de tranquilizar su mente
“Y en últimas noticias, una pelea entre el reconocido criminal El Duende Verde y el así llamado superhéroe Spiderman ha causado un enorme desastre en el puente de Manhattan así como una víctima que parece haber sido seleccionada y no al azar. La joven estudiante Gwen Stacy, cuyo padre fuera capitán de las fuerzas de la policía de New York y muriera el año pasado en un incidente sospechosamente también relacionado al héroe, ha sido asesinada en el enfrentamiento. Un paramédico que presencio la escena nos cuenta los detalles
—El duende verde la tomó del cuello, quebrándoselo y la lanzó. Cuando Spiderman trató de salvarla ya era tarde. Esto no fue su culpa, fue del Duende. Él no debe ser responsabilizado”
Reconoció a la chica inmediatamente y si las noticias estaban en lo correcto solo significaba una cosa. —Pete…