Mai, había identificado algo curioso en el rostro de Bakura, era algo que para ella no tenía mucha explicación, los ojos del albino mostraban un brillo particular y la forma en la que guardo la carta que escribió Ryou, comprobó que efectivamente había hecho un excelente trabajo al remover sentimientos en Bakura, con esto quería que todos sus escritos llegaran lejos y empezaría con ello.
Discretamente escribe un mensaje de texto para hacer una cita urgente con la escritora Ryouka White Warrior. Akefia, desconcertado, jamás había notado una expresión tan singular en Bakura, en el tiempo que lo llevaba conociendo, era la primera vez que se deja impresionar por algo que lee y más por algo tan simple como una carta. Le dio pavor verla de nuevo. Temía que su reacción hubiese ido más lejos de lo que podía imaginar. Mai al terminar de mandar el mensaje, fue a la cocina para tener más privacidad. Más adelante le llega una respuesta de la misma Ryouka
“Excelente, mándame ese escrito en un documento bien preparado con los datos de Ryou. Nos escribimos entonces queridísima Mai.”
El silencio incómodo en la sala era eterno. Bakura y Ryou casi no se miraban, Raphael preguntaba cosas sin sentido común para que todos dieran alguna opinión sobre el tema, pero fue inútil, Bakura hablaba de repente cuando se sentía un poco en confianza sin tener fija la mirada de Ryou, y Ryou, le sonreía a todos de todo, y esas eran sus respuestas. Akefia después, recordó la misma actitud de Bakura cuando lo conoció.
Fue un viaje de negocios en el Caribe, con hermosas playas y cruceros de increíble nivel social-comenzó a Redactar el moreno, tocó el hombro de Ryou y le sonrió, para darle un poco de más confianza. Bakura se incomodó más, porque las sospechas que tenía de Ryou eran acertadas en ese momento, él sí se sentía mal por el hecho de que Bakura fuese indiferente con él le dolía pero trataba de hacerse el fuerte, Para discretearse, continúa la conversación que Akefia había iniciado.
-Recordar- dice serio- Akefia ¿recuerdas también el viaje a Venecia?- dice mientras toma de la bebida que se había servido co anterioridad mientras todos estaban dispersos.
-¿cómo olvidarlo?- dice con una gotita en la cabeza- En ese viaje creíste que te había seguido desde el Caribe hasta Italia, y bueno oficialmente nos presentamos en la fiesta del embajador y bueno las cuestiones laborales no se dieron- Tomó de una de las copas disponibles y la sirvió de vino tinto- y se convirtieron en unas grandes vacaciones-continúa divirtiéndose de recordar.
Ryou guardó silencio, parecía que solo era conversación de Bakura y Akefia, al fin de cuentas, Ryou había sido un pequeño intruso en sus vidas, aunque él no lo quería ver así. Mai se sentó a un lado de Raphael y continuaron la plática también del cómo se relacionaron unos con otros hasta ser lo que son hoy en día. Ryou ahora se encontraba fuera de contexto, mientras tanto, en sus lagunas mentales, le llegaban ideas de arrepentimiento, lo que había escrito en esa carta lo sentía sincero, pero no oportuno. Había muchos sentimientos y recuerdos encontrados en la entre y corazón del albino. Así le llegó a la mente aquella ocasión en la que Bakura lo salvó en aquel callejón mientras se encaminaba al trabajo, por bravucones que Yami había mandado en su contra; que por cierto, él ya no lo había molestado en mucho tiempo y por lo que parece, Yugi se encontraba Bien, aunque ahora no podía decir lo mismo de Malik, por muchas cosas por las cuales su comportamiento estaba cambiando con él. Temía después por la nota que le había mandado Wheebel y anteriormente también había recibido otra nota anónima misteriosamente, cuando conoció a Akefia.
Pov’s Ryou
Nada de esto hubiera pasado si me hubiera resistido a no darle esa carta, ¿ahora estará enojado? No me ha ni dirigido ninguna mirada desde que se sentó a platicar con Akefia, y Akefia igual, aunque esa sonrisa que me dio no me convenció mucho, (mira a los lados con la mirada agachada)
Fin del pov’s
Bakura se le ocurrió mirar en dirección a Ryou, notó esta peculiaridad en su forma de mirar. Pensó entonces, que Ryou se había incomodado con la plática. Calló un momento mientras Akefia continuaba más a delante con la conversación. Él y la pareja de casados estaba disfrutando mucho de la noche a pesar de aquel inconveniente con los albinos.
Ryou no volvió a participar en la plática durante el resto de la noche, sus pensamientos lo estaban abrumando mucho y su preocupación por dejar tan intranquilos a los mayores no lo dejó en paz.
En la despedida de la cena, Bakura volvió a apartarse de todos a conversar po última vez con Raphael.
-Debes arreglar este problema Bakura, de verdad nadie te perdonará ese error que estas cometiendo.- Dice con un tono bastante serio detrás de Bakura.
-No haré nada, porque yo ya no estoy de tras de nada, Ryou es el del problema con esos sujetos, yo una vez traté de ayudar pero…
-Pero echaste a perder todo, te estás equivocando muchacho, te arrepentirás si no detienes esto a tiempo..- abraza a Bakura y se despide de él.
Por otro lado, Mai hablaba con Ryou sobre la posible cita que podía tener con una de las escritoras más extravagantes y que pronto le estaría escribiendo ella personalmente al albino. Ryou agradeció por la cena y lo demás, dejó escapar un suspiro y Mai notó que no era algo por cansancio, sabía que se sentía mal por lo de antes ocurrido.
-Animo, Bakura en verdad es así, jamás muestra nada sincero en sus emociones desde que lo conocemos, tú hiciste un gran trabajo hoy al crearle una reacción distinta, ya sabes lo que dicen, “si te queda el saco”... –ríe.-Tranquilo, no pasa nada, esto puede ser tu boletín de salida- sonríe.
-Gracias querida Mai, eres muy amable.-La abraza. Por fin todos se despiden, Raphael se acerca a Ryou para darle un último consejo.
-No dejes que ese hombre sea así contigo, si Akefia logró un gran avance con él, tú podrás llegar más lejos..-guiño. Ryou se alegra un poco y le agradece por todo a Raphael. Al final las miradas de Raphael y Bakura chocaron fuertemente creando un abismo en tiempo.
-Vámonos ya- Concluye Bakura.
Ryou se despidió con la mano Y Akefia mandaba señas a Raphael sobre la siguiente apuesta que harían sobre su ejercicio. Los tres suben al automóvil y continúan su trayecto por la carretera, a todos les encantaba viajar de esa manera, A Bakura y Ryou les llamaba mucho la luna que parecía que los seguía a todos lados y eso era fascinante, Akefia no podía admirar el paisaje, porque él era quien conducía, miraba de repente por el retrovisor para ver a Ryou recargado sobre la ventana y su rostro estaba siendo iluminado por la luz que el satélite natural. Bakura también estaba recargado en la ventana, pero no veía el exterior como tal, más bien se fijaba más en su reflejo y pensó entonces en lo que Raphael había planteado. La luna se veía enorme o eso creía Ryou. Mágica como cualquier esfera de los deseos, era muy fascinante que lo inspiró a escribir un cuento sobre la luna. Lo pondrá en marcha y saca una pequeña libreta y les pide a los chicos una linterna si es que tenían alguna, pero no hubo buenos resultados. Esta vez se conformaría con la luz que su inspiración le regalaba. Y comenzó a escribir.
Bakura unos minutos después miró sobre el retrovisor para ver a Ryou, se particularizó con algo y decide volear, Ryou se había quedado totalmente dormido, tenía un rostro muy tranquilo, recostado en el otro asiento deja caer la pluma y la libreta donde había empezado a escribir. Akefia al mirar a Bakura que voleaba hacia atrás de una singular manera, ve a través del retrovisor, y admira un minuto al angelical risueño que dormitaba en el asiento de atrás. Ladea los labios y muestra un rostro de felicidad, luego mira a Bakura reconfortado, sigue sin comprender muchas cosas, pero pronto esos misterios sobre sus sentimientos se aclararán.
Por la Mañana, Ryou despierta acurrucado en una habitación extensa y muy elegante, no comprendió nada, se levantó y fue directamente al baño a lavarse la cara, en ese momento supo que sus vacaciones habían empezado. Se sonrió a sí mismo y con el poco vapor que se generó sobre el espejo, dibujó con la yema de los dedos un corazón. Se duchó rápidamente y salió de la habitación a explorar el lugar, era un lugar mágico, era como si las habitaciones del hotel flotaran en una pequeña laguna cristalina, cerca de ahí al caminar más adelante había arena blanca y muy suave, Ryou se retira los zapatos y da vuelas en su mismo eje, era una emoción increíble. En la habitación que estaba en frente de la de Ryou, Bakura y Akefia apenas se estaban despertando, Akefia fue el primero en levantarse a arreglarse, a través de su ventana al levantarse vio caminar a Ryou sin rumbo, temía que se perdiera, y se apresuró. Bakura también lo podía ver, con un ojo abierto, podía admirar la hermosura de su sonrisa mientras giraba, en cámara lenta, veía cómo su cabello se alborotaba mientras hacia esos movimientos, y con los brazos extendidos, manifestaba sus manos como si se sintiera libre.
Bakura se levanta con calma y se ducha, esa mañana aprovecharía para empezar bien, planeó entonces que toda la tarde estaría nadando hasta que se cansara, ya que no muy lejos de ahí estaba la playa. Akefia apresura a Bakura y él con su traje de baño y una toalla sobre el cuello salió de la habitación para alcanzar a Ryou. Akefia disfrutaba del panorama antes de que se fuera (ustedes entienden) Bakura Rebelde, toma a Ryou de la muñeca y lo jala con poca fuerza, Akefia va de tras de los albinos para ir a desayunar.
En el restaurante del hotel, Ryou tenía apetito de algo dulce, así que ordenó Hot cake con miel y frutos rojos que le sirvieron en una copa con deliciosa leche condensada (lechera), Bakura había pedido un filete asado con ensalada y un jugo de naranja y Akefia tradicional, pidió huevos fritos con tocino y un café negro. Bakura no quiso dirigirle ninguna palabra ni a Akefia ni a Ryou, quienes empezaban a tener una conversación con las actividades que tendrían, Bakura estaba actuando de manera digna, que claro que el papel no le queda, más bien es como si se comportara como un tonto con un ego muy elevado. Pronto, Ryou haría un comentario sobre la carta que le escribió, Bakura, a penas y le lanzaría una mirada de atención.
-Akefia, ¿crees que exageré al escribir esa carta?-Pegunta el albino menor, tomando un poco del café del oji-lila.
-Amm amm Es buena Ryou..-Se atraganta de tanta comida que come para no darle una respuesta.
-¿Por qué insistes con eso?- Bakura sentía tener muy poca paciencia para hablar del tema.
-No volveré a molestar con eso…-Bakura y Akefia hicieron un gesto de alivio- Hasta que me digan una crítica completa de esa carta-Ryou aclaró su punto seriamente.
-Sí, exageraste, y no empleas nada bien la gramática, y bueno creo que en varios renglones repites lo mismo pero lo planteas con otras ideas, te esforzaste en vano.-Contestó finalmente Bakura con la ira en la punta de los nervios.
-Bueno, gracias, eso es todo-Tomó bastante comida sobre sus cubiertos y se atascó la boca igual que Akefia, creo que un poco más que él. Bakura al terminar luego, luego fue el primero en levantarse de la mesa y caminar hacia el lado donde estaba la playa.
-No quiero que me molesten, estaré todo el día de este lado.-Dice de nuevo con el ego elevado.
-Si de verdad ese escrito fue tan malo, lo que no entiendo es que Mai se haya comunicado con una de las escritoras más extravagantes de Europa.-Dice algo decepcionado e indignado.
-No es que te falte nada de eso, creo que Bakura se refiere que aún necesitas más práctica, pero no eres nada malo. A contrario, y por eso Mai te trata de ayudar.- Toma su mano y sonría de nuevo.
Pov’s Ryou
Otra vez, está haciendo otra vez eso, ¿por qué cubre de ese modo a Bakura?, ninguno de los dos está actuando como debe, bueno, Bakura lo hace, pero creo que hay veces en las que exagera con ese ego.
Fin del pov’s
En la playa, Bakura se había instalado lejos de los demás visitantes y huéspedes del hotel, en un lugar con una buena sombra, fresca y calmada, colocó su toalla y algunas cosas que podría necesitar. Entre ellas una playera roja con un estampado de letras de color blanco, que decía Bad Boy. Habían varias chicas que al pasar cerca de él lo miraban deseosas de conocerlo, no estaba nada mal, un cuerpo algo bien definido y delgado, la estatura perfecta de casi 1.85, cabello largo y un rostro muy peculiar, eso atraía mucho y más en ese lugar.
Akefia acompaña a Ryou por algunas cosas que podrían ocupar, ahora sería el turno de Ryou para conocer la playa, el océano y los hermosos atardeceres en ese paraíso tropical. Antes de eso, Akefia propuso pasear un rato por la zona. Ryou aceptó. Lo tomó del brazo como si fueran marido y mujer y salieron del hotel. Pasaron por un montón de tiendas y compraron un helado cada quien, era un delicioso helado de Yogurt, cerca de ahí, pasaron por una joyería muy hermosa, la atención de Akefia le llamó con ver cinco sortijas de distintos metales preciosos, de oro, de plata, de oro blanco y un oro de tono más oscuro simulando un tono viejo. Ryou estaba distraído en la tienda de mascotas hablando con los animales.
-Sí, así es querido conejito, mi mascota se llama Diamante, es un gato muy bello y elegante pero siempre se desaparece, espero que Yugi o Malik lo hayan encontrado y lo cuiden-dice pensativo.
Akefia se adentra a la joyería y pide ver los modelos de las sortijas, había una con diseño entrecruzado y otro en forma de eslabones, uno que era liso y delgado y los demás tenían cierto grosor con grabados bastante llamativos.
-parece que Usted tiene buen ojo (jeje por qué será que originalmente Akefia es un ladrón) ¿es para alguien en especial?- dice el vendedor.
-así es, de hecho son para dos personas especiales, y el otro para mí..-El señor sonríe y le muestra la variedad que tenía.
Tomó los tres de diferente tono, el de oro, era para Ryou, el de oro blanco era para Bakura y el que estaba entrecruzado bañado en oro y plata era para él. Ahora los tres ya tendrían algo con qué sentirse unidos. Pues estas vacaciones servirían para unir a lo que llaman su nueva familia.
Rápido salió de la tienda y con varias gotitas en la cabeza, vio que Ryou seguía con las mascotas acariciándolas y cargándolas. Los pequeños obsequios los guardó en la bolsa del pantalón y fingió que no había pasado nada. Regresaron al Hotel y ambos se alistaron para ir a la playa. Ryou no cabía ni en su propia felicidad. Era fantástico que ahora conocería el mar, y estaría con las personas que más quiere. Aunque hubiera deseado que su hermana menor estuviese con él.
Bakura salía de haber ido a las partes un poco profundas, las mujeres que lo vieron babearon casi creando un nuevo océano de esos fluidos, cuando Bakura se escurre el cabello, escucha una vocecita conocida, entre abre los ojos y hace un gesto algo incómodo junto con unas gotitas sobre la sien; ve que Ryou y Akefia se acercaban, Ryou corrió hasta donde estaba Bakura y abrió los ojos bastante ilusionado. El sonido que hacían las olas al chocar con la arena y la espuma que se creaba, el agua fresca que tocaba sus pies en un vaivén y las huellas marcadas en el suelo que de la nada se pierden el rastro gracias a las olas. Ryou dejó que la brisa acariciara su cara y agitara su cabello, con la luz del sol sus ojos y el agua brillaban a la par. Fue un hermoso momento. El corazón latía tan fuerte que no sabía si cabría más tiempo en su pecho, colocó su mano para sentir su palpitar e inhalar profundamente mientras sus ojos se hacían cristalinos a su felicidad y la belleza que admiró en ese momento.