A la mañana siguiente, ya se había metido a bañar y se había vestido, ese era su último día antes de salir un mes de vacaciones de verano.
Akefia aún no salía de su habitación y Bakura parece que no había llegado a dormir. Suspiró de relajación y comenzó a hacer su desayuno y dejarle algo a Akefia, hoy no iría a ningún lado y por ese motivo se había levantado tan tarde.
Ryou, sacó una hojita de color amarillo y una pluma dejándole un recado a Akefia, tomó su desayuno, mimó un rato a Diamante, lo alimentó y se fue a la escuela.
Caminó pacífico, viendo caer algunas hojas sonrió al sentir el calor del sol calentándolo, al llegar a la escuela Yugi y Mali estaban mostrando fotos de Ryou y preguntando si alguien lo había visto. A lo lejos ambos lo ven llegar sonriendo. Se miraron mutuamente y corrieron a abrazarlo.
-¿Dónde te metiste toda la noche Ryou?-Yugi con los ojos llorosos preguntó…
-Yugi, cálmate, no pasó nada, solo quise estar solo un momento y…-Yugi abrazó muy fuerte a Ryou interrumpiendo la explicación que el albino.
-Ryou, preocupaste a todo el mundo, ¿dinos en dónde estabas?..
-fui a visitar a Amane, es todo- Ryou soltó a Yugi porque notó particularidades en su mano derecha-¿qué paso con tu mano Yugi? ¿Yami volvió a lastimarte?.
-En realidad no, esto pasó porque al buscarte ayer por la escuela amm me golpee por ahí y de la preocupación no me di cuenta del moretón.
-Lamento que te haya pasado eso por estar preocupado, no volverá a pasar….
En el departamento, Akefia se había levantado, solo traía puestos unos bóxer rojos y su cabello estaba totalmente despeinado, cayó en cuenta que Ryou se había encerrado y parecía que aún no había salido de su pieza. Al ir al comedor notó que la mesa estaba puesta para una sola persona y una pequeña nota acompañaba la comida que aún permanecía caliente. Alzó la nota amarrilla y sonrió: “un nuevo día comienza, gracias por preocuparte por mi bienestar, nos veremos en la tarde… Ryou”. Vio ilusionado la comida que dejó Ryou y se sentó a comer cada bocado.
Bakura se encontraba en una recepción pagando el hospedaje de una noche en uno de los hoteles más prestigiosos de Dominó, la noche anterior no podía dormir por estar pensando en aquel pequeño albino que enloqueció al mundo esa noche.
Akefia, quería darle algo especial a Ryou pero aún no sabía exactamente qué regalar. En su mente viene el comentario de Bakura: “es una pérdida de tiempo estar con ese niño, honestamente estás cambiando mucho tus actitudes por él…., Te pones en mi contra por algo que no he provocado, ni si quiera sabía… Realmente ahora se sentía culpable con Bakura, pues de cierto modo estaba pasando las cosas que él le decía que pasarían.
Así que ahora pensó en comprar algo que los tres pudieran compartir… no había nada en su cabeza, pero ahora pensó que Ryou ya tendría tiempo para salir a varios lugares entre ellos ir a cenar la siguiente noche con Raphael a su casa a las afueras de Dominó.
Planeó entonces que sería mejor hacer de unas vacaciones para todos. Regresó a casa e hizo unas reservaciones al hotel de cuatro estrellas que estaba cerca de las Bahamas pero no había espacio para ellos, luego decidiría llevar a todos a la Patagonia, pero tampoco le salieron los planes como quería, Venecia era una gran opción, pero era demasiado pronto para Ryou hacer un viaje de esa magnitud, a parte porque quería que fuera aún más especial. París fue otra sugerencia, la ciudad del amor haría magia, pero no lo terminó de convencer. Un viaje a la playa sería lo más lindo, romántico y relajante. Sonrió con seguridad y llamó por teléfono….
Por otro lado un chico de pelo cenizo, iniciaría con su plan para alejar a Ryou de Bakura y Akefia. Sería buena idea que comenzara con Akefia que se alejara del chico para que él pudiera irse sin ningún problema, aunque no tenía muchas ideas para que él pudiera lograr aquella idea.
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Al finalizar las clases Ryou salió entusiasmado, se adelantó a su casa para ver a Akefia, se sentía tan impaciente por verlo y abrazarlo al igual que con Bakura. Aunque él no le gustara la idea.
Dejó atrás a Yugi y a Malik, corrió rápido por las calles, era una felicidad inexplicable, dejó atrás muchas cosas además de sus amigo, las preocupaciones se habían alejado y las tristezas se marcharon, por el momento todo estaba muy alegre. Al llegar al edificio, entró rápidamente, el anciano portero lo recibió muy amigable pero notificó que el elevador nuevamente estaba estropeado. Ryou le sonrió seguro y agradeció, luego le dijo al anciano que no se apurara, él estaba tan alegre que no le importaría subir tantos pisos para llegar a casa. Corrió los cinco pisos hacia arriba sin detenerse. Las ganas de ver a Akefia eran gigantescas. Abrió la puerta y Diamante lo recibió muy cariñoso. Ryou sabía que Akefia no trabajaba ese día y lo buscó por todo el departamento sin éxito. Había salido y sin dejar nota alguna. Pasó media hora después y Ryou sentado en la sala juntando sus rodillas y hecho pelotita un poco impaciente. En la entrada del edificio Bakura, recogió la correspondencia y ni se molestó en saludar al anciano que lo saludaba a él. Bakura mientras revisaba la correspondencia casi no prestó atención al anciano que escribía un letrero de “fuera de servicio”, Bakura apretó varias veces el botón para llamar el elevador pero parecía no responder. El anciano pide permiso para que él pudiera pegar el letrero que había escrito. Cuando Bakura lo leyó le salieron varias venitas en la cabeza, miro enojado al viejecito y subió frustradamente las escaleras. Ryou, en el departamento escuchaba el tic tac de reloj, paró su oído cuando escuchó venir a alguien por el pasillo, luego las llaves bailaron un par de veces hasta que se escuchó como una de ellas era introducida en la puerta y así para abrirla. Cuando Bakura entró al departamento, sintió en su pecho una envestida suave y un estrujamiento muy tierno. Ryou se atrevió a abrazarlo. Hubo un momento de incomodidad, sin decir nada Bakura apartó a Ryou y lo miró muy seco. Dejó la correspondencia sobre la mesa y fue al baño para refrescarse un poco.
-¿no hay nada para comer hoy?-Bakura a lo lejos le preguntó a Ryou y Ryou sorprendido se acercó a la cocina para ver si Akefia no había dejado algo.
-Etto… Akefia no dejó nada, a lo mejor no tarda en venir.-Tragó duro, Bakura se aventó al sofá individual y encendió el televisor. Ryou se sentó en el sofá largo y se acomodó igual que antes. Ninguno se decía absolutamente nada. Bakura tenía mil y un pensamientos y no se concentraba en prestar atención al televisor, al parecer el tema de Ryou era una polémica para él. Ryou, por otro lado, se estaba muriendo por saber lo que pensaba Bakura, lo notó distraído a pesar de que aparentaba otra cosa. Nuevos pasos se escucharon, Ryou suspiraba ligeramente para que no se sintiera pesado el ambiente, sus ánimos descendieron y cada vez se abrazaba a sí mismo con más fuerza. Bakura parecía ejercer más presión y tensión entre ellos. Más tarde comenzó a llover con gran intensidad, las luces comenzaron a hacer corto circuito, los focos se encendían y se apagaban hasta que por fin los departamentos se quedaron sin luz. Ryou no quitó su posición y se petrificó más. Bakura se levantó, fue directamente a la cocina a buscar unas velas y al encontrarlas las colocó en la mesita frente a Ryou. Con los fósforos enciende dos de las velas que había agarrado. Se sentó con arrogancia en el sofá, soltó un suspiro y miró de arriba hacia abajo a Ryou, Ryou sentía a mirada tan penetrante de Bakura pero aun así no se atrevió a mirarlo a la cara.
-¿podrías dejar de abrazarte de esa manera? ¡Pareces una nena!- Bakura se cruzó de brazos. Ryou imaginó que Bakura volvería a portarse violento con él, para evitar más conflictos con él prefiere no hacer caso a lo que dice aunque terminó por sentarse adecuadamente.
-etto... amm ¿qué tal el día de hoy?- Bakura lo miró extrañado después de la pregunta, de por sí había un silencio incómodo, con la mirada y sin la respuesta de Bakura aún era más tenso.
-Bien, gracias…-Bakura volteó en seguida hacia si derecha. Ryou ahora se sentía apenado y un profundo sonrojo lo envuelve. Otra vez ese silencio. ¡Qué incómodo!, pensó Bakura y Ryou a la vez.-¿qué tal el tuyo?- Bakura se atreve a preguntar, la luz de las velas los enredaban en un momento realmente especial.
Pov’s Ryou
Cuando me hizo la pregunta, sentí una pesadez en el estómago, luego un vacío continuó, tragué un poco de saliva para poder hablar, fui volteando mi cabeza medio centímetro por segundo, todo parecía un sueño, envuelto en el color del fuego que tenían las velas de la mesita, la cera caía. Lo mejor de todo fue mirarlo, sentado prácticamente a mi lado como siempre tan sexy, su rostro iluminado con la pequeña luz que generaba la vela de su lado y el efecto de la penumbra, lo hacía más apetecible. Su piel Blanca trastornada por un color anaranjado, esos ojos tan profundos y provocativos, me hipnotizaban, no podía dejar de verlos. Mis labios temblaron y mi voz casi entrecortada a penas y pude contestar.
Fin del Pov’s
-Muy buen día, gracias, ahora ya tengo vacaciones- Ryou se ocultó en su cabellera, ni si quiera le permitió ver el sonrojo a Bakura, que a fin de cuentas no lo notó por la tonalidad que estaban dando las velas en su piel.
-Me alegro… ¿en dónde carajos se metió Akefia?, tengo mucho apetito y no hay nada, lo peor es que no hay luz para ordenar algo y llueve como si nunca hubiera llovido.- Bakura habló entre-dientes revisa su teléfono celular para ver la hora. Guardó el dispositivo y miró de nuevo a Ryou, actuaba como si le temiera. Y eso empezó a preocuparlo, pensó que al no querer admitir sus sentimientos, ahora sí había alejado a Ryou por completo. Lo deseaba, ambos se deseaban, (ahhh arrójate hacia él, no se resistan más).
Pensamientos de Bakura:
Bakura, decidido, había jalado a su pequeño hacia él. Tomó su rostro, el cabello de Ryou se había alborotado. Las caricias que Bakura le daba a Ryou lo provocaban, sus miradas cruzadas, se decían todo, Bakura se balanceó al menor y por primera vez (sobrio) toma los labios de Ryou y se ahogan en un profundo beso….
Pensamiento de Ryou.
Ryou miró a Bakura con inocencia, sentía que sus ojos brillaban, se acercó a Bakura y se recostó en su pecho inocentemente y así decidido con la acción le diría a Bakura lo que sentía por él- Bakura, yo, no sé cómo decir esto, pero aun así te lo diré-Tragó duro y continuó- Te amo Bakura.. me enamoré de ti…-se levantó del pecho de Bakura y frente a frente se siente atraído más y más al mayor, las velas se apagan y ellos se recuestan Bakura sobre Ryou, ahí dándose besos definidos…
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Ambos albinos después de ver un largo tiempo las velas y de imaginarse sus fantasías se miraron mutuamente y la vergüenza aparece después. En ese momento Akefia entra al departamento todo empapado, la camisa que traía puesta se transparentaba, marcando el pecho, el abdomen y los brazos del deseoso moreno, aun no llegaba la luz y nuevamente la penumbra le daba un efecto sexy al mayor, el cabello empapado y acomodado hacia atrás lo hacía más tractivo. Traían una mochila que contenía un folder ninguno de los albinos le tomó encuentra el folder por la “distracción” que tenían. Ambos volteaban recargados en el respaldo del sofá, Bakura no paraba de babear y Ryou tenía un sonrojo imperdonable.
Continuará….