Ryou se acerca con sigilo, aún no entendía lo que estaba pasando, esa chica era una verdadera maniática. En una parte del comedor, ya en el restaurante, ve a Bakura y Akefia sentados, uno con las manos cerca de la cara y el otro dándose cuenta de su presencia. Aquel moreno que se dio cuenta, hace un ademán de disgusto pero no le quita que deba seguir siendo amable con él, realmente eso no era del todo su responsabilidad. Se levantó de la silla para darle la bienvenida a Ryou y acomodarlo en la silla de en medio de los mayores.
-Arigatou- agrega Ryou en un tono dulce-¿ya ordenaron algo?
-Pedimos algo para que comamos los tres- agregó Bakura muy cortante, Ryou hizo un gesto decepcionante. Guardaron silencio en lo que su orden llegaba. El mesero que los atendía fue a la mesa de los tres, notando que había llegado un chico más a la mesa cerca de las palmeritas con los dos empresarios más poderosos.
-Hai! Bienvenido, ¿le gustaría algo de beber, joven?- Dice cortésmente.
-¿eh?, ahh no, bueno- leyó el nombre del gafete del chico y sonrió- Jonathan, me podrías traer una naranjada, sin agua mineral y sin jarabe endulzante ¿por favor?
-Claro, en un momento se lo traigo- se retira, en medio del camino no duda en voltear de nuevo hacia Ryou sonriendo, parecía que su sonrisa no se desvanecería jamás, y eso casi le costó un choque con el platillo de un comensal. Ryou al verlo también sin quitarle la mirada, ve la acción y suelta pequeñas risitas.
-Ryou- interrumpe Akefia en un tono muy fuerte y severo.
-¿EH? Dime Akefia ¿pasa algo?- jugando con la servilleta, desvía un poco la vista como si fuera un niño pequeño.
- ¿Por qué besaste a esa tipa?- dice revolviendo los hielos con su bebida.
-¿Yo? Espera… no es lo que crees- reacciona muy precipitado- eso no fue nada más que un mal entendido.
-El que te haya besado esa loca ¿se te hace un mal entendido?- Bakura comienza con sus ironías.
-Así es- Ryou dice molesto- esa chica es odiosa, es una Jr., esas personas no valen la pena, me molesta que crean que la besé por gusto… ni si quiera la conozco ni nada.
-Pero tendrás una cita con ella ¿no?- Bakura arqueó una ceja y lo miró con ojos muy fríos que hicieron que Ryou dudara mucho en la siguiente respuesta que daría.
-No, no quiero y no la tendré- hace un puchero- ya deja de decir eso.
-Pero ese es tu premio- Akefia interviene comiendo un totopo partiéndolo a la mitad y degustando un poco el sabor, imitó el gesto de Bakura para mostrar un poco más de insensibilidad.
-Pues no lo quiero, es más, les cedo el premio de la cena romántica y lo del spa, en lo mientras veré si puedo ir al teatro o algo así, o de plano quedarme encerrado y ya.- su determinación no era la correcta, pero creía que así convencería al par que lo estaba celando.
-Sí claro, no resistirías estar encerrado todas las vacaciones tonto- Bakura suelta un Bufido.- Quiero una prueba de lo que dices… que no te importa esa escuincla. Vamos, demuéstralo.
Ryou lo tomó como un reto- Bien lo haré- respondió por fin, Bakura ladea los labios a modo de sonrisa, pero se le desvanece de repente cuando Tenía a Ryou casi de frente para besarle los labios. La suavidad y esponjosidad de ellos los delataron ante el mesero, que llegó con la naranjada de Ryou, él se sonrojó y se apenó de verlos.
-Dis... disculpe, aquí le tengo su bebida- pone el vaso sobre la mesa y sale veloz de ahí, en su mente pensó *este chico... Ay pero qué estoy diciendo ¿por qué es tan lindo?, no, él tiene pareja, ¿o son Trio? No sé… lo lamento Johnny él no es para ti y jamás lo será, así que deja de soñar.
Akefia hizo una reacción no muy animada al ver que el beso iba dirigido a Bakura, y ahora que lo pensaba, Ryou pasaba más tiempo con Bakura, lo de la película, lo de las velas, la carta, y ahora esta prueba. Miró entonces con ira y desprecio a Bakura po esos pequeños detalles.
-Claro, y yo no te puedo decir nada ¿verdad? Ahh pero el tarado de Akefia todo pasa por alto…- se levanta de la mesa y avienta la silla.
-¿qué?- Bakura lo miró confundido- hey Akefia, espera… ¿qué te pasa?-Se separó de Ryou.
-Yo iré- sentando de nuevo a Bakura- parece que esto fue culpa mía, déjame arreglarlo…--Miró a Bakura como si pidiera autorización.
-Está bien, pero cualquier cosa que pase, me avisas, Akefia es algo duro cuando se molesta.-Bakura se sentó con fastidio, Ryou salió detrás de Akefia- ¿por qué se habrá puesto así?
Estaban alejados del restaurante y Akefia tenía los pasos muy largos, Ryou corrió lo más que pudo hasta que supo que no lo alcanzaría, le gritó.
-Akefia… no te vayas… espera, quiero hablar contigo!!!- Ryou detenido, juntó sus manos para amplificar el llamado.
-¿Hablar? No hay nada de qué hablar Ryou… me queda todo claro, anda vete con Bakura, no los necesito a ninguno de los dos- Akefia se había dado media vuelta para responder, en cuanto vio a Ryou negar con la cabeza regresa a su rumbo perdido y no dejó continuar a Ryou, Ryou no quiso rendirse con Akefia, así que lo siguió hasta tomarle el brazo y colgarse de él, escondió su rostro en la musculatura y Akefia no tenía una expresión muy agradable, pero eso no le impidió escuchar a Ryou.
-No quiero que ninguno esté peleado, con sus comentarios me di cuenta que ustedes me vieron besando a esa chica, o bueno, que ella me besó, pero eso no significó nada. Yo los amo a ustedes, Bakura aún requiere tiempo para que se adapte a mi amor, pero tú… Tú eres el que me abrió las puertas para amar y sentirme amado- Le brillan los ojos.
-Ryou…- Akefia siente impresión con el comentario de Ryou, lo intenta abrazar pero Ryou con lágrimas en los ojos sonríe- Ohh no, por favor, no llores…-limpió sus mejillas.
-No, no te preocupes… no es nada, ahhh soy patético; no me hagas caso…- lo mira directamente y lentamente se acercaba a su rostro, acariciaba la cicatriz vieja de su rostro, lo abrazó rápido. Bakura los fue a buscar porque ya habían tardado un rato, recargado en uno de los arcos de la entrada del restaurante los vio, sentía un vacío en el estómago, una rabia insoportable que sentía que todo el cuerpo le ardía.
Su rostro parecía neutral aunque por dentro se estaba deshaciendo completamente. En ese momento Ryou, volvió a tomar el rostro de Akefia, que poco a poco se sonrojó hasta un punto al que Ryou, no pudo detener la aproximación de un beso. Sus labios chocaron por causa de Ryou, quien lo incitó a tomar esos no tan rosados labios del mayor. Ese beso fue tan dulce y delicioso, que ninguno de los dos se quiso separa. Akefia fue profundizando la situación.
Bakura hizo una que otra mueca sin disfrutar nada de la vista. Se sentía celoso de ambos, quería a los dos y a la vez no quería estar con ninguno.
Ryou se aferró al cuello de Akefia y Akefia lo tomó por la cintura. Ryou ahora sí estaba totalmente confundido. En ese momento, se escuchó un grito.
-¿qué demonios?- Steisy estaba parada delante de ellos haciendo una cara de repulsión- ¿eres gay?...-detrás de ella venia Serenity.
-Steisy, te dije que no vinieras…-dice con el aire cortado.
-quiero una explicación- miró a Akefia con un poco de lujuria pero no quitó el gesto mal logrado- ¿eres gay?
-Creo que te habrás dado cuenta de eso, ¿por qué esa cara? ¿te da asco saberlo?, déjame decirte algo, no me gustan las chicas que son Juniors.-Ryou contestó fría e indiferentemente, algo que aprendió de las actitudes de Bakura.-así que puedes dejarnos solos- se voltea y camina de regreso al restaurante, tomado de la mano de Akefia. El moreno estaba impresionado y ríe burlón.
-No… no me puedes dejar así!!! Ryou!!! Nuestra cita…- Serenity sonríe a Ryou y él le regresa la sonrisa, luego ella jaló a Steisy llevándosela de ahí haciendo berrinche.
Bakura entra entonces al restaurante y se sienta en su lugar, Akefia y Ryou se sentaron unos tres minutos después de él. Ya estaban más tranquilos con la situación pero Bakura seguía sintiendo inconformidad, las preferencias de Ryou con Akefia continuaron siendo grandes, eso Bakura no lo toleró porque parecía que también Akefia prefería más a Ryou. Bakura sabía entonces que, Ryou no podía estar ni con Akefia ni con él. Aunque ya temía alejarlo de sus vidas.
Después de comer, regresaron a la playa, Bakura estaba bajo la sombra de una carpita que habían rentado, tenía un bonito diseño, muy elegante y caro, Bakura en una silla de playa leía un libro, esta vez no quiso acompañar a Ryou ni a Akefia a nadar.
No muy lejos de la orilla, Akefia y Ryou se lanzaban agua, chapoteaban muy divertidos, un momento más tarde, Akefia jaló a Ryou a la parte más profunda, Ryou ya no sentía el suelo, se sujetó del torso de Akefia, posó una de sus manos cerca de sus pectorales bien marcados, su respiración se agitó, su pretexto fue que el agua estaba muy fría, pero su sonrojo lo delató, Akefia simula creerle aunque sabe cuál era el motivo. Lo besa un par de veces en la mejilla, Ryou ríe al sentir cosquillas en el cuello y cerca del lóbulo de la oreja. Akefia se sumerge en el agua con todo y Ryou, lo comienza a guiar mientras nadaban cerca de una roca, había peces de muchos colores, Ryou apenas con uno de sus ojos semi abiertos, logró ver los colores brillantes en las escamas. Al salir del agua, Ryou se frota un poco la cara como para quitarse lo salado del mar.
-¿qué te pareció eso?- Akefia sostuvo a Ryou por el torso para que no se hundiera mucho.
-Fue fantástico, me encantó- Ryou sonrió y el mayor disfrutando de esa sonrisa, lo imitó.
Nadaron hasta la orilla, Akefia en la arena se sacudía el cabello, la expresión de Bakura cambió, en efecto de cámara lenta, veía como el moreno se acercaba, unas cuantas gotitas caían sensualmente por su abdomen y algunos músculos de las piernas.
Bakura dejó su libro a un lado y se levantó en la entradita de la carpa, Akefia, involuntariamente, hizo un gesto muy provocativo, la mirada en seguida fue hacia el albino, Bakura respondiendo con el efecto de la mirada, lanza una mirada muy profunda y provocativa hacia Akefia. Cuando se para a un lado de él, Akefia le da un beso en la mejilla y luego en el cuello. Se empareja un poco la situación pero, al no tomar en cuenta lo siguiente, ambos quedan boquiabiertos.
Ryou iba saliendo del mar, exprimiendo su cabello, la luz del sol lo alumbraba como si fuera un Dios bajado del cielo y sus súbditos le hicieran una entrada perfecta alumbrándolo con destellos de diamantina o como si su piel fuera de un material especial haciendo un efecto hipnótico ante los ojos mortales.
Ninguno de los dos mayores perdía de vista el espectáculo que Ryou les estaba dando, Akefia sonríe disfrutando del panorama, Bakura, por otro lado, procuraba no agitarse al ver al menor de esa manera.
Continuará….