El vapor de agua llenaba todo el cuarto de baño, Akefia tenía un leve color rojo en las mejillas y Bakura se balanceaba hacia él, su piel rozo en ocasiones la entrepierna del moreno y soltaba leves gemidos que a Bakura le fascinaban, cada vez su miembro se sentía más endurecido y su respiración cambiaba constantemente, Akefia acercó a Bakura a sus pectorales y en un profundo beso, roza con la mano el miembro del albino. Bakura comienza a Jadear, rítmicamente mueve sus caderas contra el moreno y con más frecuencia sentía su mano más y más cerca. Akefia voltea a Bakura y mientras estaba besándole el cuello, sentados en la tina, Akefia comienza a masturbar suavemente a Bakura, él hizo la cabeza hacia tras recargándose en el hombro de Akefia, con la otra mano, Akefia jugueteaba con los pezones de Bakura. Bakura pasó un brazo hacia atrás para presionar un poco más a Akefia para sentir sus besos en el cuello.
Ryou en su habitación, estaba arreglando su ropa para asistir al teatro del hotel, aunque de repente tenía pequeños flash backs con Bakura, empezando por aquella ocasión en la que le escribió en casa de Raphael. Aquello también fue una verdadera exageración de su parte pero el objetivo era hacer algún efecto co el contenido hacia los sentimientos de Bakura, se preguntó entonces, si había hecho lo correcto, también aquel beso robado en el restaurante no fue sino para provocarle algún sentimiento más profundo, ¡qué tontería!; creyó él. Es totalmente inaceptable todas estas conductas, literalmente solo lo hacía para llamar la atención, aunque no todo salió como él esperaba, ya que inconscientemente, lastimo a terceros, como Akefia. Un sentimiento de vacío en el estómago y pesadez en el mismo dejaron a Ryou perplejo, nunca se detuvo a explicarse exactamente por qué de ese sentimiento. Quizá, simplemente Bakura provocaba cierta intriga que le daba más y más motivos para involucrarse con él, era confuso, pero lo que Ryou sentía ya era amor puro, al igual que con Akefia pero de distinto modo.
Unos minutos más tarde, Ryou, frente a un espejo, estaba helado por sus pensamientos, ni si quiera se había arreglado para acompañar a los otros dos mayores al teatro. Akefia tocó la puerta de la habitación, pero no recibió ninguna respuesta, en seguida, Bakura llegó a su lado y le preguntó el porqué de la demora del menor.
-Ryou, se hará tarde, ¿vas a salir o te dejamos?- insistió Bakura.
-No seas así, ¿qué tal si no se siente bien?-Akefia intervino aún más comprensivo.
-Ryou…- tocó más fuerte la puerta- Sal de ahí enano.-Bakura dijo impaciente.
Ryou entro de la habitación, al escuchar las voces de ambos mayores, sintió de nuevo esa pesadez en el estómago, ya no se sentía del todo cómodo al estar con ambos, era extraño, pues él en la tarde había hecho que ellos se reconciliaran y que se dieran un símbolo de unión. Miró la sortija que traía puesta y apretó fuertemente los ojos. Ignoró los reclamos de Bakura, hasta que Akefia también se había puesto en una actitud un poco especial, al final terminaron marchándose sin él. Ryou se puso a pensar después, si en alguna ocasión le tocaría escoger a alguno de los dos, ya que en sí no se podía amar así a dos personas. Su mente se acomplejó al grado de llegar a los extremos, como por ejemplo, el querer separar a Bakura de Akefia para poder decidir quedarse con alguno y con quién de los dos sería verdaderamente feliz. Pero ahora eso era un pensamiento absurdo, primero ellos lo terminarían dejando antes de separase por un adolescente semi precoz. Aquí es cuando sus pensamientos opacan toda la felicidad que empezó a sentir en cuanto se ponía cerca de alguno de los dos mayores, las maneras más posibles en las que lo botarían, ¿qué será de él entonces? Por un lado quería tener la respuesta de Ryouka lo antes posible, saber si tendría esta gran oportunidad a su alcance o sería miserable como antes de conocerlos.
El miedo que Ryou se creó de perderlo todo solo por un pequeño pensamiento insignificante, lo ha llevado a muchas conclusiones nada favorables, lo único que pudo hacer es tirarse a la cama y quedarse en medio de ella hecho una pelotita mientras lloraba en silencio. La soledad lo abarcaba por casi todo el cuerpo, la sensación de vacío creció y su pequeño autoestima bajó impresionantemente. Mientras tanto, en el teatro, la obra que se estaba presentando era de la escritora Jane Austin, con su clásico Orgullo y Prejuicio. Las escenas en donde la actriz protagonista y su enamorado, discutían por básicamente no querer acepta sus sentimientos mutuamente, le hizo pensar muchas cosas a ambos mayores, más con respecto a la situación en la que Bakura manejaba con Ryou, aparentaba no quererlo, aunque po dentro se moría el deseo por aquel albino pequeño. Akefia al verlo, nuevamente tuvo un resentimiento contra Bakura y a la vez contra Ryou, ambos por no ser sinceros. Esto era un circo silencioso de celos, orgullo y muchos pensamientos oscuros de cada trío. Ryou pensó después, que lo mejor era que nunca se hubieran encontrado en la vida lo hubieran dejado, probablemente a la deriva de la muerte. Ya que ni sus padres, ni sus amigos, ni ellos estarían apoyándolo. Vaya autoestima que se cargaba.
Akefia no dejó su mete tranquila después de ver aquella obra de Jane Austin, imaginó el extremo a donde llegaba los deseos de Bakura hacia Ryou y mutuamente.
Flash Back.
*En el teatro*
Bakura y Akefia estaban sentados en los mejores lugares cerca de escenario, estaban más tranquilos después de haber tenido una ducha tan placentera. Akefia y Bakura en ese momento, estaban un poco preocupados por la ausencia que Ryou les había hecho sentir en ese momento.
-¿qué le habrá pasado? Se sentirá mal?- Akefia comenzó la conversación de Ryou con Bakura.
-No sé, ni debe importar, si de verdad quería evitaros nos lo hubiera dicho en lugar de estar encerrado.-Akefia miró molesto a Bakura, por la tarde se le había confesado, de que sus sentimientos hacia Ryou era reales, y que temía mucho e perderlo. Pero honestamente, no estaba actuando como tal. Más bien ahora estaba abandonando todos sus ideales por la belleza de sentimiento que le nació por Ryou. Eso para el moreno era más como hipocresía.
Se alzó el telón y comenzó el espectáculo. La actriz que hacía de Elizabeth Benet, la protagonista, tenía cierta similitud con Ryou, en seguida Bakura hizo un gesto de desagrado, El actor que hacía del el Señor Darcy era el mismo mesero que había atendido a Ryou.
Unos minutos más tarde, cuando comenzó la escena del baile y cuando estos dos personajes se conocerían. Ryou hizo aparición en las butacas detrás de Bakura y Akefia, ninguno de los dos se dio cuenta. El momento se hacía más incómodo para Akefia. Bakura lo notó pero no se explicaba la razón por la cual Akefia haya llegado a tal situación. El “Señor Darcy” se dio cuenta cuando Ryou se acomodó en el asiento separado de los otros mayores, su corazón latió muy rápido, su mirada se perdió en una pequeña sonrisa que Ryou hizo al empezar a disfrutar de la obra.
Se perdió un poco en el diálogo y sus nervios se elevaron hasta que se comenzó a poner colorado. Los espectadores comenzaron a soltar pequeñas risitas al notar eso. Ryou también le pareció divertido, La actriz pidió con una mirada un poco de más seriedad. John trató de concentrarse lo más que pudo, y ahora a la actriz la veía como si Ryou estuviera actuando co él. Básicamente los que conocían a Ryou lo veían manifestado en la chica.
Johnny estaba tan inspirado que todas las escenas que creía que no le saldría fueron todo un éxito. La manera de manifestar indiferencia y a la vez mucho interés sobre lo que sentía. Cuando Ryou interpretaba todos los mensajes que la obra le quería dar a entender, recordó aquel día en donde Bakura y él veían el Moulin Rouge, y se preguntó después si él hará todo eso por amor a él, pero, lo que él sabía no era más que un sentimiento forzado para el albino mayor, con ello concluye que su amor estaba siendo forzado, debían regresar ahora mismo a casa para averiguar todo, temía mucho por lo que fuera a pasar. Pero estaba seguro que si no hacía esto, jamás sabría si en verdad Bakura y Akefia tenían la intención de amarlo.
En varias escenas de la obra, Darcy hacía muchos actos de amor por la señorita Benet, pero para Ryou no había muchos de esos actos, aunque por parte de Akefia sí veía efectos de ello, Bakura no quería estar con él, Bakura siempre quiso estar lejos de Ryou, Bakura nuca quiso que Ryou estuviera cerca de sus vidas. Esa idea retumbó en su cabeza mucho tiempo y así o pudo terminar bien la obra aunque permaneció sentado hasta el final.
Continurá.