Ryou regresó a casa con muchas cosas en la cabeza, no quiso prestar atención a lo ocurrido. Después de unos veinte minutos de estar sentado en su sala leyendo una y otra vez su libretita, se le ocurrió una idea bastante buena para su nueva historia que apenas se animaría a escribir. Se acerca a la computadora y abre u nuevo documento. El tiempo volaba, Ryou comenzó a escribir desde las 10:45 y casi se fue a dormir a las 5:00 am, estaba algo preocupado de que se le hiciera tarde para ir a la escuela pero optó porque solamente, esa ocasión faltaría a clases. Ryou había escrito un cuento con relación a los hechos que acontecieron a partir de que conoció a Akefia y al chico de su parecido (hasta ahora Ryou desconoce el nombre de su parecido). Después de escribir su loca experiencia, su mente viajó a un flash back de la tarde anterior, cuando llegó Bakura. Su corazón latía muy rápido y no lo dejó dormir bien. Cada detalle de su cuerpo pasó por la mente del menor, y sus ojos nuevamente se iluminaron aunque él no se percató, mirado el techo de su habitación, también vagamente recordó el cuerpo de Akefia y buscó relación entre ellos, pero solo tenían parecido en la cara, algunos rasgos, pero no había nada más. Poco a poco Ryou se perdió en su sueño. En él, se encontraba en la escuela bastante tranquilo, en la salida había un grupo en donde él se mezcló hasta que quedó en el centro, y su alrededor era lúgubre, los chicos de su clase lo miraron con desprecio, a su lado estaban Yugi y Malik tirados en el suelo y frente a él aparecieron Marik y Yami, que de burla agarraban a sus hermanos toscamente. Ryou gritó y les exigió que los dejaran tranquilos, nada más pasó, una sombra enorme lo envolvió y lo llevó a otra visualización en el sueño. Se encontraba en el campo, era una linda tarde, detrás de él corría una niña, Ryou no dudó en perseguirla.- Amane- gritó un par de veces pero ella no se detuvo jamás, Ryou la persiguió hasta que se tropezó en el sueño y en cuanto se levantó, se había topado con dos sombras largas y caminó hacia una de ellas. No recordó nada más.
Al levantarse, miró el reloj, eran las 9:20 de la mañana, cansado, se acercó a la cocina para comer de inmediato algo, tomó una pera del frutero y sacó una botella de suero, en realidad no tenía ganas de preparar nada, en cuanto sorbió unos tragos más del suero lo guardó en la nevera, en lo que se terminaba la fruta, revisó su libreta de qué actividades podría hacer antes de ir a la cafetería por la tarde. No resolvió nada y solo se aseó y se puso algo cómodo para quedarse en casa unas horas más. Ryou se sentó en la sala a ver un poco de TV, en seguid sonó su timbre, extrañado apretó el botón del control para silenciar la pantalla, abre la puerta y ve a un cartero muy simpático que le entrega un sobre bien decorado y muy lindo con un listón gris. En cuanto lo abre cae una invitación muy particular a una fiesta, no era tanto algo formal pero se haría por una gran causa. Ryou se entusiasmó y en cuanto vio quien la enviaba, creyó que se trataba de una broma.
La fiesta la organizó su gerente y el gran empresario Seto Kaiba junto con la familia de Yugi y Malik y uno que otro patrocinador anónimo. Ryou se estaba arrepintiendo de asistir, pero creía que con ello podía ganarse a Seto para que le consiguiera un empleo en la corporación y dejara eso de ser mesero en la cafetería. Era su sacrificio, pero lo mejor que le esperaba al final era su recompensa y era lo que él deseaba. Al acudir a la cafetería, con empeño trabajó aún el triple de lo que se esforzaba y sus compañeros lo notaron. Tea se acercó y le preguntó si era por el evento que su jefe había paneado, Ryou asintió pero enloquecido por el exceso de trabajo ya no le prestó más atención. El evento sería esa noche a las 9:00 en uno de los lugares en donde Seto se reunía con sus socios el evento era para subastar la cafetería Kuriboh’s ya que a Seto le importaban más otros asuntos en la empresa y el establecimiento le traía malos recuerdos de su familia aunque nadie sabía la verdadera razón del evento, aunque rumoraron que era una fiesta de cumpleaños adelantada. El lugar parecía una discoteca y el ambiente era muy agradable, la música y las luces instaladas hicieron contraste esa noche en muchos invitados.
Justo a tiempo llegó Ryou, la gente invitada ya estaba bailando como loca y eso lo animó mucho, en la barra de servicio se sentó unos minutos solo hasta que llegaron Yugi y Malik preocupados. Se desparecieron de sus hermanos unos minutos.
-Ryou, ¿qué pasó contigo?- Yugi preguntó exaltado.
-ah Yugi me alegro de verte aquí, igual tú Malik.- Sonríe tiernamente, ahí, vio entrar a Bakura y a Akefia bastante bien vestidos. Akefia iba con una camisa remangada a medio abrochar de color gris, mostraba un poco de su pecho masculino y bien marcado con unos jeans que contrastaban muy bien, Bakura llevaba una camisa azul casi de la misma manera que Akefia, solo que su figura delgada y un tanto trabajada le daba un estilo un poco más fina que la del moreno. Ryou parecía que escupía saliva de la sorpresa, Yugi y Malik notaron esta peculiaridad en su amigo, sus ojos se iluminaron nuevamente, los otros dos menores miraron hacia donde Ryou se había distraído, cuando vieron la cara de ambos, se miraron mutuamente preocupados, llamando de nuevo al albino.
-Ryou, ¿en verdad no tienes nada qué ver con ellos?- Yugi interroga de nuevo a Ryou.
-Yugi, ¿pero cómo puedes desconfiar de mi? ¡jamás en mi vida me había relacionado con ellos…
-Pues tu cara nos dice todo lo contrario, Ryou, debes tener cuidado con ellos dos, son bastante poderosos o bueno, por lo menos Bakura sí lo es, Akefia impone, dicen algunos chicos que están con mi hermano que Bakura enloqueció y mató a su única familia, una mujer muy sencilla y que en cuanto la asesinó, apareció Akefia a su lado. Son unos malnacidos, han hecho de todo.
-¿qué? ¿En verdad creen que me tragaré eso?, solo son cuentos.
-Ryou, ¿por qué los defiendes tanto? Ni si quiera los conoces…
-Bueno, es verdad pero…- Atemu apareció de tras de su hermano abrazándolo por detrás, miró a Ryou con ojos amenazantes.
-Yugi, ¿qué haces? Tenemos que estar del otro lado, la subasta va a ser primero.
-¿Subasta?-Ryou preguntó deteniendo a Malik, Yami jaló a Yugi y con aún mas rencor dirigió su mirada.
-¿qué no sabes?- Malik alzó la ceja- Seto Kaiba va a subastar la cafetería y de los fondos se irán a empresas del orfanatorio de Cuidad Dominó. Probablemente ya no exista Kuriboh’s…- Marik después apareció para jalar a su hermano, pero él aún tenía la fuerza para oponerse, golpeó a Marik en el brazo y se alejó, Marik luego miró a Ryou, y él se sorprendió con la presencia que imponía aquel mayor. Sus miradas cruzadas dijeron mucho a cerca de los sentimientos que Ryou puede expresar, justamente recordó la mirada de Bakura, sus ojos de una tonalidad más oscura que los suyos decían más, mucho más, aunque los ojos de Marik eran distintos en forma, sentía que expresaban lo mismo, de repente también la mirada de Yami tenía cierta afinidad con las otras miradas. Para uno de sus escritos, esto sería fascinante describir. Después de todo ese espectáculo de miradas. Todos dejaron solo a Ryou, la bebida que Ryou tenía en las manos ya estaba caliente de tanto tiempo que la tenía y casi sin probar. Tea conviviendo con todos los demás, se dio cuenta que Ryou se encontraba solo, mirando la bebida caliente que después dejó sobre una de las mesas en donde se sirvieron los bocadillos. Tea caminó hasta donde estaba Ryou y lo tomó por el hombro.
-Hey Ryou, ¿por qué no salimos a tomar aire fresco?- Ryou sonrió al verla y asintió con la cabeza.- qué bien te ves así vestido.
-Gracias Tea, pero la verdad me vestí como usualmente visto.-se sonroja y le sale una gotita en la sien. Dentro del evento en las butacas en donde estaban los invitados especiales de Seto, se encontraban Bakura y Akefia, a su lado estaba Yami y Yugi y atrás de ellos se encontraban Marik y Malik. La tensión entre todos ellos se hacía muy grande, de repente Seto se percató y con varias gotitas en la cabeza estuvo presentando la razón del evento y el inicio de la subasta.
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