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Esperma, dinero, peleas y amor? por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holiiiiii

Bueno, se que paso mucho pero mucho tiempo pero tuve algunas cosas que arreglar

Sin mas que decir, les dejo el segundo extra, es algo más tierno y lamentablemente sin lemon

espero que lo disfruten 

 

Al parecer era un día demasiado normal para aquella familia, la mañana caótica llena de risas, reclamos, bromas y algunas peleas, era típico tener todo aquel alboroto en el desayuno después de todo no era fácil mantener la calma con 3 pequeños de 6 años llenos de energía, aunque por la contraparte un joven de 12, y dos adultos que sobrepasaban los 30 estaban para controlarlos, era una enorme familia feliz y ellos estaban lo suficientemente de acuerdo en eso, cada uno de los mayores había pasado su vida en la soledad pero ahora tenían un sueño, cada lágrimas derramada, cada herida profunda, cada dificultad superada no eran nada comparada con la dicha que ahora embargaba en sus corazones, tenían lo que mas habían anhelado, una familia hermosa y grande

 

 

-Vamos niños, tienen que alistarse ya, se les hará tarde – el rubio mayor se encontraba levantado de la mesa revisando su itinerario mientras también estaba pendiente de cada acción de sus pequeños

- pero  oto-chan – se quejaban cada quien con sus razones, sueño, pereza, aburrimiento, típicas de los niños de su edad

-hagan lo que su oto-chan les dice, apresúrense… saben bien que no me gusta la impuntualidad – el adulto de cabello azabache siempre hacia valer su autoridad y los pequeños sabían que si su oto-san les daba una orden debían obedecer de inmediato, se dejaron de quejar y acudieron a su habitación para arreglarse totalmente

- a veces me frustra que te obedezcan más a ti que a mi – Naruto se quejaba mientras mordía la última porción de su tostada

- deja de quejarte y apúrate dobe… tienes una reunión a primera hora – como siempre tan apacible el azabache halaba sin prestar atención a los pucheros de su pareja, con el tiempo él también había aprendido a ser un ser maduro y hasta formal

- ya se, ya se… ka-chan – se burló el rubio de ojos azules mientras salía apresuradamente evitando  el regaño por el apodo dado

- ustedes se llevan demasiado bien – sonrió el segundo azabache que permanecía sentado en la mesa degustando de un poco de fruta

- y tu que haces aquí, sube a alistarte también

-ya estoy listo, saldré en seguida, tomaré el tren más temprano, quiero evitarme la multitud – sonrió con cariño, era extraño que a pesar de ser un Uchiha su personalidad fuera totalmente diferente de la de su padre

-podríamos llevarte – ofreció con sequedad, su hijo mayor era demasiado independiente

-fueron tú y oto-chan que decidieron darme la oportunidad de una vida normal, si me llevaran en auto estoy seguro que sospecharían – se crio en una mansión lujosa pero su vida en la secundaria aparentaba ser la de un chico común y corriente, una oportunidad por convivir con gente humilde

-tienes razón

-creo que deberían dejar de llevar a los trillizos en el auto de la empresa – sugirió mientras observaba la pequeña reacción de su oto-san

-hablaré con el dobe sobre eso, talvez tenga que adquirir  uno bastante sencillo

-cómprame uno y yo  los llevaré – bromeó, un hábito que adquirió en concordancia de su querido padre rubio

-ni lo sueñes Sora, deja de bromear y vete de una vez

-bien oto-san

-odio que hayas aprendido a contradecirme al igual que el dobe

- ¿me parezco a oto-chan? – sonrió levemente emocionado

-en ciertas cosas

-eso es genial… al parecer estoy convirtiéndome en una persona interesante

- puede ser, pero nadie te quitara ciertas mañas heredadas de los Uchiha

- ¿cómo cuáles?

-el orgullo, la perfección y la fidelidad… también la obsesión con la persona que ames

-eso suena escalofriante – pero no podía impedir esas cosas, estaba en su sangre

El lío con los pequeños se extendió hasta su escuela, hasta el mismo instante que cada uno de ellos se despidió tras recibir un beso en la frente de cada uno de sus padres, muchas personas los observaban con curiosidad pero a ellos poco les importaba, el rubio se acercó a la maestra sonriendo con todo el esplendor que tenía y le pidió como siempre que si algo pasaba lo informara de inmediato y la señorita amablemente le aseguro que nada malo les sucedería, aquellos pequeños ingresaron cada uno a su salón, era una suerte tenerlos separados ya que juntos eran una bomba de tiempo

 

 

 

Esa tarde los recogería su querido oni-chan acompañado por una de las sirvientas Ino que los quería como si fueran sus retoños, abrazos y sonrisas, sus ropas sucias debido al juego en el receso y un par de manchas de pintura por la actividad manual, todo era normal o casi todo

 

 

-oni-chan puedo preguntarte algo – el pequeño azabache que se distinguía por sus mechoncitos rojizos  estaba bastante inquieto desde que salió de su salón

-claro Yukio, tu oni-chan aclarará tus dudas – habían caminado bastante siguiendo el camino alejado de la escuela para tomar su respectivo transporte lujoso, ya era su costumbre hacerlo, al parecer era la mejor manera de ocultar que esos pequeños eran herederos de una enorme empresa

-es algo privado – susurró el pequeño ojinegro

-entonces paremos un momento, deja que los demás se adelanten – disminuyeron su ritmo de tal forma que quedaron solos en el camino – dime

- creo que soy raro

- ¿por qué lo dices? – le areció gracioso ver a su hermanito con esas pequeñas inquietudes

-porque… me gustan las niñas – Yukio mantenía su mirada firme y sus puños cerrados

-¿que? – el azabache mayor podía observar la duda del más pequeño y aunque le daba mucha ternura verlo tan preocupado y al mismo tiempo sentía ganas de reír ante esa pequeña duda – Yukio…

- soy raro ¿verdad?

-ven un momento –guió al pequeño para sentarse en medio de un pequeño espacio que vio en el lugar – ¿por qué dices que es raro que te gusten las niñas?

-Porque oto –chan ama a oto-san y también Iruka ama a Kakashi, ellos son normales ¿no? – a esa edad podían ser muy perceptivos, pero esa pregunta era…

-eres un pequeño muy observador, sabes – Sora acarició los cabellos azabaches con cuidado – eres muy inteligente y seguro oto-san estará orgullosos de ti

- ¿orgulloso? – preguntó emocionado

-sabes… las personas pueden escoger a quien quieran para amar, puede ser una niña o un niño, no importa el género… solo el sentimiento que está en el corazón – fueron las palabras más sencillas que pudo encontrar para explicarle al pequeño

- entonces… ¿está bien? – sonrió encantado, tenía esa inquietud surcando su pequeña cabecita desde hace días

- está muy bien, no debes creer que eres extraño Yukio

- me preocupé mucho por eso

- por eso estabas un poco callado estos días

-sí, es que pensé que era raro

- Yukio escúchame, no importa lo que decidas hacer en tu vida, oto-chan, oto-san, tu ni-chan, Shin y Haru, todos te apoyaremos y nunca dejaremos de quererte – le dio un fuerte abrazo cariñoso al más pequeño que sonrió con ternura

- yo los amo a todos – casi gritó

-y nosotros a ti pequeño

Era increíble la inocencia de sus pequeños hermanos, lo hacían sonreír, pero había algo que le preocupaba y era que estaban creciendo rápido, si  su oto-san se enteraba que Yukio estaba interesado en las niñas y que seguramente en una en especial se pondría… sobreprotector y si eso sucedía él también tendría problemas después de todo Haru seguía insistiendo en casarse con su oni-chan

 

 

 

 

 

Desde ese incidente pasaron varios días, algo venía cambiando en uno de sus hermanos, solía ser calmado pero ahora estaba exagerando con cada día que pasaba el venia un poco más callado, se veía preocupado y hasta triste, no fue el único en notarlo, sus padres intentaron animarlo o al menos averiguar que pasaba pero no lo lograron,  era un secreto de los pequeños ya que muy seguido se los podía observar juntos conversando seriamente, todo era realmente extraño

 

 

 

Esa mañana Sora vio entrar salir a sus padres junto con sus hermanitos con apuro, después de una pelea entre los trillizos tuvieron que cambiarse de nuevo debido a que varios platos volaron después de un movimiento errado, ahora estaban corriendo para no llegar tarde, el también llegaría con retraso si no se apresuraba y al igual que los demás tomó sus cosas y dejó que sus piernas recorrieran los caminos usuales; el metro estaba muy lleno y eso solo significaba una cosa, el acosos de las muchachas, al estar retrasado no podía darse el lujo de caminar o bajarse antes de la estación correcta por lo cual se vio en la tediosa necesidad de soportar los insistentes cuchicheos sobre su persona, roces intencionales y otras cosas, agradecía que por lo menos podía usar los auriculares y mostrar desinterés, no sabía cómo su oto-san soportaba eso en su juventud, se lo preguntaría después

 

 

Algo fue diferente ese día, algo le decía que necesitaba volver e ir con sus hermanos, tenía un mal presentimiento y no sabía cómo calmarse, llamó a sus padres y al parecer ninguno noto nada raro, fue un día bastante aburrido y se apresuró en regresar, se controló un poco pero no demasiado, se dio el lujo de tomar un taxi para llegar con presura, tenía un amargo sabor de boca y no se equivocaba

 

Ingreso de inmediato y busco a los pequeños que generalmente abrían corrido y arrojado al suelo, ¿desde cuándo no lo hacían? Ya ni siquiera estaba seguro de si en verdad eran los mismos de siempre, extrañaba aquella vivacidad de antaño

 

Preguntó por sus hermanos y las empleadas le dieron información de encontrarse jugando en su cuarto, con cuidado subió y exploró el pasillo, escuchó las vocecitas retumbar en uno de los cuartos y con sigilo se acercó, algo debía pasarle y quería saberlo con desesperación, era una misión de espionaje

-no quiero… mgh – Sora se detuvo en seco, los suaves sollozos de su hermano menor lo congelaron, el pequeño no solía llorar nunca, Shin era fuerte con la personalidad de un Uchiha

-tranquilo Shin, no llores – la voz dulce de Haru reconfortaba al pequeño azabache

- pero… es que…mgh… - a penas y se escuchaba las palabras y Sora se quedó parado en aquella puerta sin moverse, incluso dudaba si estaba respirando

- si lo hace de nuevo lo golpearé – Yukio estaba molesto demasiado como para que amenazara la integridad física de alguien, él no solía ser así

- deberíamos decirle a oto-chan – la suave voz de Haru se escuchaba un poco apagada

-no podemos, se enfadarán porque no podemos cuidar bien de Shin – reclamó el pequeño Yukio

-lo… siento – esto era demasiado, los sollozos y las disculpas, era un asunto muy grave

Sin aguantarse las ganas de saber, Sora golpeó suavemente la puerta con aviso de que ingresaría, con una sonrisa se adentró con suavidad y los pequeños saltaron del susto tratando de comportarse normal y Shin limpiando el rastro de lágrimas que desbordaban de esos bonitos ojos azules

- ¿qué hacen aquí?, pensé que vendrían a saludarme – bromeó un poco ocultando su curiosidad

- ¡ni-chan llegaste! – Haru se acercó mostrando una sonrisa que por esta ocasión se veía demasiado forzada

- ¿sucede algo? – los pequeños intentaron negarlo y Sora se sentó en medio de la habitación para estar al nivel de los pequeños, acarició el cabello de Shin que le daba la espalda intentando parar sus sollozos – ¿Shin que sucede?, ¿no vas a saludarme?

- él solo está cansado ni-chan – con esfuerzo Yukio intentó explicarse pero Sora no era tonto

-basta de mentirme Yukio – los pequeños se quedaron callados y los sollozos del azabache empezaron a volver de a poco – soy su hermano mayor, pueden confiar en mi 

-lo que pasa… ni-chan… ni-chan – los dos pequeños los veían con tristeza apretando sus manos en puños, estaban aguantando con todas sus pequeñas fuerzas y eso le partió el corazón al azabache mayor

- ¿Shin? – con una sonrisa dio la vuelta al pequeño que apenas lo vio directo a los ojos, se lanzó a sus brazos – tranquilo, estoy aquí contigo – correspondiendo al fuerte agarre del más pequeño acarició las finas hebras con cariño escuchando el llanto dolido de su pequeño hermano que se escondía en su pecho – puedes llorar con tranquilidad, no le diré a nadie – recogió al pequeño  con ternura sentándolo en sus piernas y dejándolo desahogarse

-ni…chan… ni… chan – los otros pequeños entonces se derrumbaron también, loa acogió a todos como pudo acariciando los cabellos de cada uno, y brindándoles palabras de cariño de la forma maternal que su oto-chan tenía con él

- su ni-chan los ama pequeños, pueden confiar en mi – tardo un rato en calmarlos y se sintió aliviado al verlos más aliviados – ¿ya están mejor? – cada uno asintió levemente y con cariño limpió cada rostro lloroso, los vio sentarse en frente de él y suspirar – ¿me contaran que pasa?

 

Los niños dudaron durante algunos minutos viéndose entre ellos y Sora con una sonrisa los alentaba a explicarse, el extraño comportamiento de sus hermanos tenía una razón y nadie impediría que él descubriera cual era en ese preciso momento, con cautela Yukio empezó a contarle la razón

 

-nosotros hemos estado cuidando de Shin desde hace algún tiempo

- ¿cuidándolo?, ¿de qué? – Sora miraba las pequeñas acciones de sus hermanos, estaban demasiado dudosos, ellos no eran así

- de su compañero, ese niño molesta a Shin, lo molesta mucho – la pequeña estaba alterada mientras relataba los hechos – nosotros tenemos que cuidarnos entre nosotros

- es verdad, ustedes tienes que cuidarse entre ustedes, pero ¿por qué molestan a Shin?

-es que le dicen cosas feas – la niña fruncía su ceño levemente

- Shin, creí que podías defenderte solo, siempre has sido muy fuerte – comentó el azabache mayor mientras acariciaba la cabecita agachada del mencionado

- yo trate… de hacerlo… pero – Shin aun no podía dejar de hipar por el reciente llanto

- Shin es muy fuerte, pero ese niño no deja de decir cosas feas y Shin no puede hacerle frente – el ojiazul más pequeño se mantenía cabizbajo mientras su hermano de cabello rojizo se expresaba sumamente enfadado

- ¿pueden decirme que es lo que le dice ese niño a Shin? – ahora estaba sintiendo una fuerte ira dentro de sí, pero debía mantenerse calmado

-Jiro es muy altanero, no me agrada ni un poco y siempre se la pasa molestándonos a los tres – habló Yukio moviendo sus manitas con fuerza

- ¿y por qué solo Shin esta tan afectado?

- porque es su compañero y puede molestarlo en todo momento – el pequeño de mechones rojizos trataba de explicarse mientras Haru se mantenía sujetando la mano de Shin

- ¿pidieron ayuda a su profesora?

- ella solo lo advierte, pero después de un rato sigue molestándolo

-están evitando decirme que es lo que sucede,  vamos pequeños no quiero rodeos

- ni-chan – la pequeña Haru empezó – Jiro dice que nuestra familia es extraña

- ¿que? – Sora se congeló un momento, sabía que algo no andaba bien, ese momento llegaría pero no pensó que tan pronto – ¿cómo qué extraña?

- él dice que no podemos tener una familia tan grande y tan diferente a la vez – el joven Shin habló esta vez, se había callado mucho y necesitaba desahogarse

- dime que es lo que exactamente ese niño dice – sintió su corazón romperse, a él también le fue extraño acostumbrarse pero siempre tuvo el cariño de sus padres, ahora era momento de tomar ese rol con sus hermanos

- él… dice que no puedo ser el hijo de oto-chan – se quejó muy triste, el ojiazul estaba demasiado melancólico

- eso no es verdad – Yukio defendió a su familia, negándose a creer esas palabras tan feas – ni-chan  nosotros…

- todos somos hijos de oto-chan, Haru, Yukio, yo y claro que tú lo eres también – explicó Sora con tranquilidad

- pero… ¿por qué los niños dicen tener una mamá y un papá? – la voz temblorosa de Shin resonó en la habitación

- porque todas las familias son diferentes

- Jiro dice que eso es muy extraño, que no es normal, que somos una mancha de la sociedad – insistió el ojiazul

- no importa lo que él dice, nosotros somos una familia, y nuestros padres nos dan todo el amor que necesitamos – razonó con palabras sencillas

- así que ese era el secreto que ustedes guardaban – la voz profunda de Sasuke resonó desde la puerta – debieron contarnos desde el principio

- mis niños – Naruto apareció alado del azabache – esa era su gran duda – sus ojos se cristalizaron levemente – lamento que tengan que pasar por esto – se acercó arrodillándose cerca de los niños y extendió sus brazos para acoger a su hijos, a sus tesoros, a su vida

- oto-chan, oto-san – los tres pequeños se aferraron al rubio, uniéndose a este gesto Sasuke abrazó al grupo con fuerza mientras besaba la mejilla del rubio que aguantaba las lágrimas, Sora solo miró en silencio, pensando en cómo podía ayudar, pensó que ese momento estaba aún muy lejano

 

 

Los mayores estaban preocupados, ese día al recibir la llamada de Sora planearon regresar antes, y al escuchar a todos sus hijos charlar sobre un asunto bastante delicado decidieron permanecer en silencio, analizando como evolucionaba el asunto, era difícil enfrentar ese problema, pero era inevitable

 

Platicaron con los pequeños dándole miles de ejemplos para que entendieran la situación “hay niños que solo viven con su mami, otros solo con su papi, algunos con sus abuelos y otros como ustedes pueden vivir con dos padres”, recordaban la plática con Sora hace varios años, estaban usando la misma estrategia pero había algo muy diferente en esta, jamás pensaron que un tercero podría causarles semejantes problemas, debían hablar con los padres de ese tal Jiro, ¿Qué clase de educación le daban? ¿Cómo era capaz de molestar permanentemente y con palabras hirientes a uno de sus compañeros?, de algo estaban seguros, lo pagarían, aunque se tardaron mucho, los trillizos terminaron entendiendo que su familia era afortunada, recibían el doble de amor que cualquier otro y mejor aun teniendo una gran familia podían tener un mayor apoyo moral que los demás

 

 

 

 

Fue una tarde difícil, pero más difícil fue la plática con la maestra de cada pequeño, si bien era sabido que el rubio era gentil, paciente y muy amable no le agradaba nada que sus pequeños hubiesen sufrido de maltratos psicológicos y que sus maestro no hubiesen hecho nada, por otro teníamos a un furioso azabache que mantenía su mirada fría y calculadora, un aura oscura rodeándolo mientras escuchaba cada explicación y casi escusas de parte de los educadores, incluso la directora sudaba frio al tenerlos a ambos en la oficina “hicimos lo mejor que pudimos, pero no sabíamos que los pequeños estuvieran en tantos líos” el silencio era incómodo “¿y porque no nos avisaron antes?, no es esa su obligación querida señorita” la voz profunda del azabache asustó a las mujeres “que pretendían al esconder ese pequeño hecho, sabían perfectamente que me molestaría tal falta de tacto con mis hijos” amenazó el rubio “parecía que podríamos arreglarlo” ni las disculpas fueron suficientes “ustedes sabían perfectamente nuestra situación, al momento de confiarles a mis hijos les explique el asunto y pedí discreción, ahora me vengo a enterar que un niño a estado molestando a mis hijos con insinuaciones con respecto a su  nacimiento, crianza y familia, no es conveniente que hagan enojar al principal portador de ingresos de esta escuela, saben que el poder de mi apellido puede destruir a cualquiera” el rubio parecía tener un iris rojo al momento de hablar, la voz calmada y los gestos tranquilos podían mantener un ambiente demasiado tenso “cálmate Naruto, yo solo quiero hablar con los padres del pequeño, si lo criaron de esa forma… desearía platicar con ellos y decirles un par de verdades”

 

 

Al final terminaron desgastando todo un día de trabajo en la mañana con los directores y profesores y en la tarde con aquellos padres, el hombre resultó ser un homofóbico de primera y la mujer una sumisa que se dejaba manipular por su esposo “me parece que la escoria de la sociedad está en frente de mi” el rubio sonreía ante la mirada de aquel hombre de porte elegante “ustedes son los únicos seres antinaturales, unos niños nacidos por inseminación y bajo un entorno familiar de ese tipo solo están destinados a ser despreciados por todos” ese momento de tensión el blondo tuvo que detener a su pareja para que una disputa se saliera de control y pasara de palabras a golpes, después de todo el azabache no era una persona demasiado calmada “señor creo que se tendrá que ver con mis abogados, la citación le llegará en unos días, alegaré daños y prejuicios a mi integridad, discriminación por preferencias sexuales y como evidencia está la grabación y el testimonio de las maestras que escuchan detrás de la puerta” el rubio mostraba su sonrisa común mientras declaraba todo esto con la mayor calma del mundo “¿Quién se a creído para hacer esto?” el hombre se había exaltado mucho pero claro que el azabache le contestaría como se debía “¿acaso el apellido Namikaze no le suena?, agradezca que el dobe es demasiado gentil, si por mi fuera usted estaría en el hos…” solo un golpe por parte del rubio lo detuvo “silencio Sasuke, deja que yo resuelva esto, señora debería criar mejor a su hijo, usted parece una buena mujer, con bases bastante buenas no deje que su esposo la domine, usted tiene libre albedrío y su hijo se merece crecer en un ambiente sano y sin prejuicios, y con respecto al señor espero que tenga buenos abogados porque… bueno digamos que yo me doy el lujo de escoger a los mejores, eso es todo” lo que les esperaba a la pareja no era nada bueno, como era de esperarse los trillizos fueron retirados de ese establecimiento y reintegrados a otro con garantías de cero discriminación, el problema fue resuelto con la mayor discreción y al fin pudieron verse en calma

 

 

 

Al menos eso creyeron….

-¿Pueden decirnos como llegamos al mundo? – a dulce Haru se mostraba curiosa, demasiado

-los niños dijeron que su mami tenía una pancita muy grande y que de ahí venían sus hermanitos y ellos también – Shin estaba más hablador que de costumbre

- pero ¿y nosotros? –Yukio no dejaba de moverse tratando de llamar la atención

-los demás dicen que nacemos de nuestra mamá

-pero nosotros tenemos dos papás, entonces ¿y nuestra mamá?

-la maestra dijo que las mujeres son las encargadas de dar vida

- ¿y nosotros? – se turnaban apara hablar, y no dejaban de preguntar cosas demasiado difíciles para responderles con sinceridad

Tanto Sasuke como Naruto no sabían cómo reaccionar ante esas pequeñas dudas, era muy pronto y no habían pensado como responder a esa difícil pregunta, se miraban entre ellos sin saber cómo empezar, no podían decirles la verdad

- ¿quieren saber? – Sora se encontraba sentado riéndose de sus padres pero decidió ayudarlos como siempre

- siiii –gritaron con emoción rodeando a su ni-chan

-oye Sora… ¿qué piensas hacer? – entonó algo nervioso el rubio mientras su pareja fruncía el ceño pareciendo que hablaba mentalmente con du hijo

-contarles, claro está –sonrió el azabache de ojos verdes

-pero eso no es conveniente, tu sabes eso… pero ellos – incluso el gran Uchiha Sasuke estaba dudoso de lo que haría su hijo mayor

-además nos odiaran en cuanto se enteren, deben ser más grandes para poderles explicar la situación– el rubio estaba desesperado mientras hablaba bajito

- ustedes tranquilos, yo me encargo de eso –Sora se veía bastante confiado

-oye niño más te vale que no enredes las cosas – gruñó el mayor de los azabaches

-solo les contaré una historia, para calmar su curiosidad hasta que tengan la suficiente edad

- ¿y eso sería?

-solo escuchen, ustedes también están invitados

Los pequeños fueron acomodados en su propia habitación, sentados en aquel suelo alfombrado y rodeado de juguetes esperaban ansiosos a que su hermano empezara, los adultos se sentaron en la cama de uno de los pequeños algo angustiados tratando de imaginarse que es lo que el mayor de sus hijos haría

-Les contaré un pequeño relato, algo que me contaron oto-san y oto-chan cuando era pequeño y tenía las mismas dudas que ustedes – mintió sonriendo ante la amenazadora mirada de su oto-san

- pensé que nos dirías de donde nacimos – reclamó Yukio con un puchero

- son muy pequeños para saber eso todavía, cuando sean mayores oto-san y oto-chan les contarán todo

-y entonces… ¿que nos vas a contar? –la pequeña mantenía su oso de peluche abrazado con cariño

- una historia, solo escúchenla es bastante interesante

- bien, pero si me aburro te reclamaré ni-chan – finalizó Shin

- ahora empezaré

 

Hace mucho tiempo, en la época en donde los humanos residían en la tierra aprendiendo a vivir por su cuenta, sin protección de los dioses, existía un pequeño problema, como los Dioses no tenían que responder a las peticiones de los humanos se dedicaron solamente a sus obligaciones y nada más, algunos de ellos se encargaban de hacer crecer las plantas, otros tenían que proteger a los animales, otros decidían el clima, todos tenían que hacer algo importante para el planeta, pero ellos también tenían sus familias, algunos Vivian apartados, en bosques lejanos o en la cima de las cascadas más altas, eso lo hacían para que nadie los encontrara, les gustaba mantenerse tranquilos

-Tengo una pregunta –dijo Shin levantando su mano para llamar la atensión – ¿cuantos Dioses había?

- muy pocos, como los dioses estaban obligados a cumplir muchas tareas, y sus hijos nacían cada mil años solo había pocos – explico Sora divertido por las caritas de los pequeños y las caras extrañadas de sus padres

- eso es muuuccho tiempo – dijo la niña

-pero ellos eran Dioses y Vivian muchos miles de años – ironizó mientras hacía pequeños gestos –  ahora continuaré

 

Muchos dioses llegaban a enamorarse, unos de personas comunes y corrientes y otros de algún otro dios, todo era bastante calmado, feliz de cierto modo. Pero no todos estaban satisfechos de lo que tenían, al momento en que la paz reinó en la tierra el Dios de la guerra, fuerte y temerario no tenía nada que hacer y el Dios de la fortaleza y de los sueños al contrario permanecía haciendo algunas tareas en la mañana, pero tenía demasiado tiempo libre

-tengo una pregunta – ahora fue Yukio quién interrumpió

-dime Yukio -

- ¿qué hacía el dios de la fortaleza y los sueños?

-se encargaba de guiar a los humanos a cumplir de forma adecuada cada aspiración que tenían, dándoles fuerza y energía suficiente

-¿eso no es mucho trabajo para una persona? Aunque sea un Dios –reclamó el pequeño ojiazul

-ya te lo explico, ahora quiero seguir sin interrupciones ¿bien? – los más chicos asintieron, ahora permanecerían en silencio

 

El Dios de la fortaleza y de los sueños quería tener a alguien con quien compartir sus tareas, siempre le había gustado estar acompañado y no le gustaba la soledad, pero no se sentía muy cómodo entre los humanos ya que ellos llegaban a tratarlo diferente y él solo quería ser tratado como a un igual

Un día mientras el Dios de la guerra paseaba buscando algo que lo emocionara se encontró con el Dios de la fortaleza y los sueños, que se mantenía siempre sonriente mientras plantaba varias flores en su pequeño jardín, al principio no se llevaron bien, peleaban muy seguido debido a sus diferentes trabajos y opiniones pero después de un tiempo entendieron que tenían muchas cosas en común y poco a poco fueron mejorando su relación, aquellos dioses formaron una enorme amistad y después un gran lazo de amor, vivieron muchos años juntos ya que se divertían cada día, eran muy felices cuidando uno del otro

 

 

El dios de la guerra tenía un hijo, un niño que recién estaba cumpliendo sus cien años y que era indefenso y sin experiencia, con gusto el dios de la fortaleza y los sueños lo recibió, éste dios adoraba al pequeño y le compartió su tarea, le cedió los sueños y ahora el pequeño seria el dios de los sueños, eran una familia unida pero el Dios de la fortaleza no se sentía completo, le faltaba algo y era sus propios hijos, no es que no quisiera al pequeño dios de los sueños sino que quería tener una gran familia y crear los lazos con el dios de la guerra para que así estuvieran más unidos que nunca

 

Los dioses que deseaban tener hijos tenían que realizar una pequeña ceremonia, era su tradición, pera también era bastante agotadora aunque fueran dioses y los involucrados a veces no llegaban a completar con la ceremonia, por eso había tan pocos dioses bebés

 

La tradición decía que ambos padres, debían permanecer rezando por un año en un gran lago celestial viviendo solo de la naturaleza, después tenían que sumergirse en sus aguas y cazar 200 pececillos ancestrales, estos pececillos eran puestos en la tierra y empezaban a transformarse en una planta, con cada pececillo que colocaran una nueva rama nacía, así que al terminar de hacerlo tenían un enorme árbol, después debían viajar para encontrar las plumas del fénix y regresar para enterrarlas junto al árbol, esto hacia que pronto el árbol se nutriera y formara sus hojas, por ultimo debían irse al mar y obtener las lágrimas de una criatura antigua para regar las raíces del árbol y que se llenara de frutos, había muchos frutos en ese árbol y tenían que esperar otros cien años hasta que maduraran, siempre rezándole sin falta, porque así le daban sus cualidades de dioses al pequeño ser que crecía, al final solo quedaba un fruto y de éste nacía el nuevo dios bebé

 

 

Era una ceremonia bastante larga y difícil y pocos la terminaban, los dioses de la guerra y de la fortaleza lo hicieron, viajaron, rezaron, nadaron y esperaron con mucha emoción, el pequeño dios de los sueños siempre se mantuvo con ellos y esperaba con ansias a su nuevo hermanito, cuando el día llegó y el ultimo fruto quedaría, algo extraño pasó, el fruto también se marchitó y desapareció, nunca había pasado algo así, y el dios de la fortaleza lloró amargamente creyendo que hizo algo mal, lo intentaron un par de veces más pero en cada ocasión jamás lograron tener un bebé y el dios de la fortaleza se entristecía mucho, entonces el dios de la guerra consultó a la diosa de la sabiduría, no quería ver sufriendo a la persona que más amaba, esta diosa solo les dijo “al parecer ustedes no pueden tener un hijo, lo lamento pero no hay solución”, el dios de la fortaleza sonrió para reconfortar a su amado pero en las noches derramaba un par de lágrimas de tristeza y decepción

 

Un día, llegó una mujer muy hermosa, una joven humana que estaba buscando su camino hacia la sabiduría, el dios de la fortaleza la recibió con cordialidad ayudándola en lo que pudiese, se hicieron amigos y el dios le contó su problema, ella quería hacer algo para ayudarlo y un día la mujer humana decidió volver a su viaje “te prometo que volveré, encontraré una solución y volveré a ayudarte” la mujer se fue mencionando esa promesa, pasaron años, siglos y el dios de la fortaleza perdió esperanzas ya que era mucho tiempo para que un simple humano viviera pero se sorprendió cuando la misma mujer regresó, no había cambiado nada en todos esos años y sonreía, había alcanzado un poder misterioso comparado con la de los dioses y con eso quería ayudar a aquella familia que soñaba con un nuevo bebé

 

 

Les dijo que había una forma de crear a un dios bebé y que ella sería la conexión para que esa familia se agrandara y los dioses cumplieran su sueño de ser padres, sembraron un huerto y rezaron por un mes, la mujer les pidió que le dieran un mechón de los cabellos de cada padre y los unió con una cinta roja, se paró en medio del huerto y las puso ahí “tienen que rezar y dejar un poquito de su amor todos los días, hasta que ésta flor se abra, de ella nacerá su hijo, todo depende de ustedes” los dioses tuvieron fe, mucha fe y cumplieron con la ceremonia todos los días, la mujer siempre cantaba mientras se sentaba alado de la flor que poco a poco empezaba a crecer, siempre veía al cielo, siempre le ponía agua y los padres rezaban y dejaban su amor cada día

 

Pasaron muchos días, muchos meses, muchos años pero por fin, la flor había crecido y era enorme, su capullo tenía tres colores diferentes y era muy bella, pronto el día esperado llegó, el dios de la fortaleza, el dios de la guerra, y el pequeño dios de los sueños se quedaron mirando como poco a poco la flor se habría, la mujer humana se mantenía sentada, cantando con cariño, acariciando el suelo, aunque se veía cansada por el esfuerzo, era humana después de todo

 

 

Todos se sorprendieron al ver que dentro del capullo no había un bebé, sino tres, eran muy pequeños y lloraban con fuerza, tenían las características de sus padres, eran una mezcla de ellos, eran frágiles y muy bonitos, los dioses lloraron al ver su sueño cumplido, la mujer les sonreía “yo solo he puesto mi energía en ellos, son tres porque ustedes se aman demasiado, ahora he cumplido mi promesa” ,  su familia había crecido mucho, eran felices porque sus lazos se unieron volviéndose más fuertes, la casa tuvo que ampliarse mucho para que todos estuvieran cómodos, el pequeño dios de los sueños estaba emocionado por ser el hermano mayor y desde ese día los cuido con mucho cariño, los padres estaban satisfechos por la felicidad con su familia y la mujer se marchó con una sonrisa por haber cumplido con su palabra

 

 

 

Cuando terminó el relato los pequeños se veían demasiado emocionados, les había gustado mucho la historia

-¿Ni-chan esos dioses se parecían a oto-san y oto-chan? – la niña estaba saltando mientras abrazaba al pequeño osito

- ¿ni-chan, así es como nosotros nacimos? – Yukio se lanzó a los brazos de Sora

- ¿ni-chan, esos bebés se parecían a nosotros cuando llegamos a esta familia? – a pesar de que Shin era calmado ahora parecía demasiado interesado en saber los detalles

- cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia – se rió el ojiverde mientras los pequeños lo derribaban para seguirle preguntando cosas

 

Solo unos minutos después se calmaron y dejaron de hacer preguntas extrañas, se veían más animados, corriendo fuera del cuarto para jugar en el patio, eso había sido muy agotador

-¿de dónde sacaste esa historia? – le interrogó el rubio

- estaba leyendo un libro de la antigua Grecia, culturas antiguas, Roma, dioses mitológicos y simplemente se me ocurrió – respondió restándole importancia

-no me mientas Sora, lo ensayaste – corrigió Sasuke

- me atrapaste, hace algún tiempo Yukio me preguntó si era raro que le gustaran las niñas – trató de no reírse por el ceño fruncido de su oto-san y el rostro confundido de su oto-chan

-¿Yukio te preguntó eso?, ¿porque no me lo dijo a mí? –reclamó Naruto con un puchero

-deja que termine de explicarse dobe –

- bueno, cuando eso pasó me puse a pensar que pronto les daría curiosidad saber quién era su madre, investigue un poco y escribí esa historia, me la memoricé y lo demás fue cuestión de tiempo – sonrió mientras su oto-chan le apretaba las mejillas

- me hiciste sufrir en vano – reclamó el blondo pellizcando las mejillas de su hijo mayor

-fue… difer… divertido –admitió mientras trataba de liberarse

- aunque debes admitir que fue bueno, dobe – halagó Sasuke mientras se retiraba del lugar

-¿a dónde vas teme? – reclamó el blondo soltando al fin a su hijo

- a averiguar que más me esconden mis pequeños hijos, quiero saber si ellos ya están pensando en novias o novios – habló con seriedad mientras se alejaba de la habitación

-eres un padre celoso, déjalos en paz – trató de detenerlo el blondo mientras Sora se quedaba recostado en la habitación, masajeando sus mejillas adoloridas

 

Estaba claro que ser padres era una tarea dificil

 

 

 

 

Notas finales:

que les parecio?, jejeje se me ocurrió al ver una imagen espero que les haya gustado

si se me ocurre algo más subiré otro extra, o si tienen alguna sugerencia de que podria relatar pueden dejarme un review

 

Besos a todos los lectores, nos veremos en otra ocasión 


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