El suave rosar de esos labios contra su piel y las delgadas manos aun inexpertas tratando de seducirle con sus movimientos.
-Jacob- Pronuncio tranquilamente, Edward tenia los ojos cerrados pero no significaba que de pronto pudiera dormir, su hijo se encontraba arriba de él apoyado en su regazo.
Jake le planto un beso rápido y se fue de ahí, solía hacer eso cuando tenia la oportunidad y a Edward le preocupaba que en todo este tiempo su hijo seguía sintiendo un extraño cariño, como si sintiera la necesidad de llenar el lugar de Bella, muy a su manera debía decir.
Jacob en unos días cumpliría los quince años, Alice no dejaría pasar la oportunidad de hacerle una fiesta sorpresa o cosas como esas.
Llego a la cocina y ahí estaba su casi puberto preparándose él mismo de comer, Jacob sintió su presencia y volteo a sonreirle.
-Hola sanguijuela, ten..- Susurro un poco dejando un vaso con un contenido rojo, seguramente sangre, mientras él se servia un vaso de jugo y se sentaba en la isla de la cocina a comer frente a su padre.
Edward miraba fijamente como cada mañana a su joven primogénito, le encantaba y mas cuando comía o dormía, Jacob solo le miraba de vez en cuando sonriendo, como las colegialas enamoradas cuando el chico que les gusta las ve, solo faltaba que soltara una risita.
-Llegaras tarde si no te apresuras, te espero en el auto- Su hijo rodo los ojos tomando un poco de jugo.
Paso una mano despeinado los cabellos del joven que se quejo por el acto, pero ya estaba algo lejos para oírle.
Jacob había crecido normal, parecía un humano, podía salir al sol, comía cosas humanas, en general un humano, pero los ancianos de la tribu y el olor tan fuerte que percibía de él le decían que era mas que eso.
Después de un tiempo desde la muerte de Bella, Los Vulturis enviaron una carta en un obsequio esperando que para entonces fuera una vampira, le tenia mal el hecho de que pudieran saber que Bella murió, pero que a cambio trajo al mundo un...un lobo.
Trato de llevarlo lejos de ahí pero el padre de su difunta esposa descubrió a Jacob y a Emmett merodeando por el funeral y tuvieron que explicarle que habían decidido adoptarlo poco antes de el ¨accidente¨ en el que murió, ademas que, claro, la tribu no lo dejaría llevarlo pudiendo ser un lobo.
Así que se quedaron, Jake creció como un niño casi normal, con su abuelo, estudiando en la reserva.
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