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Dandelion por muse darkkness

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Notas del capitulo:

Hola personas especialmente especiales~

ya sé que he tardado en este capítulo, pero como prometí en este capítulo es la cosecha... Que la disfruten :)

 

 

Capítulo quinto.

 

 

Cuando la cosecha regresó inminente.

 

 

Fue mi último año en la escuela y no es por ello que tengo pésimo humor, no es porque al cumplir dieciocho años deba bajar a las minas, donde murió mi padre, a trabajar; sino porque hoy hace un año Peeta Mellark y yo no hemos vuelto a dirigirnos la palabra.

Cuando sabemos que el otro se encuentra en la periferia de la visión, simplemente apartamos la mirada, tratando de convencernos de que es lo mejor... O al menos yo soy quien trato de convencerme a mi mismo. No quiero admitirlo pero es frustrantemente doloroso saber que la persona que más quisiste y que aún sigues queriendo pasa completamente de ti, en estas ocasiones son cuando siento celos de Katniss, ya que ella aún conserva sin querer el aprecio del chico del pan.

Mi humor va empeorando mientras la mañana va avanzando... Es dia de cosecha. El año pasado los dos chicos de La Veta que fueron tributos volvieron a casa pronto, ella en partes esparcidas por el féretro de madera, él aunque entero, sabíamos que su corazón se detuvo cuando los profesionales le clavaron un cuchillo. He llegado a sentir el miedo, el terror que todos profesamos por estos campos olvidados, llenos de inmundicia y pobreza, puedes notarlo en las miradas ausentes de los niños con mejillas carcomidas por la hambruna que se pelean por las pocas migajas que alguien está dispuesto a botar sin conmiseración, y está mañana puedo sentirlo perfectamente ya que sé que soy la persona que tiene más papeletas con su nombre en la urna de cristal. Sé perfectamente que la muerte puede estar estirando su brazo frío hacia mi, marcándome.

Regreso al distrito después  de sacar de mis trampas unas cuantas ardillas huesudas. No hay mucha gente en las calles polvosas, ya que al ser dia de descanso obligatorio hay quienes prefieren dormir hasta tarde tratando de olvidar el acontecimiento de hoy, donde sus bien amados hijos pueden terminar en El Capitolio como monos de entretenimiento.

 

Me acerco con desgana pero con ilusión hasta la panadería, donde sé que el padre de Petta hará un buen trato por mi caza, puede ser que su hijo menor, aquel que aún me roba los pocos sueños que me quedan, este con él; la especialidad del negocio por el dia de hoy son galletas con formas de flores con glaseado azul, nunca he probado una pero mi madre y mi hermana coinciden en que son hermosas.

Me detengo fuera de la tienda ya que no podré ofrecer mi producto si su mujer está cerca, el robusto hombre me mira a través de la puerta y con la cabeza me indica que valla a la puerta trasera; sigo sus instrucciones asi que me encaminó hacia allá, donde se encuentra el corral de sus cerdos. El rostro de este hombre siempre me ha parecido apacible, es como si me recordarse a mi propio padre. Nunca necesité cuestionarle a Peeta sobre el porque lo prefería sobre su madre, él es un hombre serio que se sabe protector de su hogar y al cual le deseas que su vida acabe de anciano, aunque con las pocas probabilidades de sobrevivir en este infierno puede ser que eso nunca ocurra.

La mirada sentimental que me da me eriza la piel, muy pocas veces podía apreciar esa mirada en un habitante de este distrito, ya que el anhelo es una cosa poco apreciada por aquí.

-Gale.

-Señor Mellark.

Ambos sabemos que en un sitio asi no podemos desearnos buenos dias asi que simplemente pronunciamos nuestros nombres (en el caso de él su apellido ya que seria descortés de mi parte tratarlo con familiaridad). Comienzo a sacar las ardillas de mi bolsa de cuero de ciervo para mostrarlas, el señor Mellark las mira sin realmente hacerlo, como si su mente estuviera divagando en otro sitio, en sus recuerdos; asi que solo toma una ardilla de las tres que llevaba, me sorprendió un poco ya que normalmente separaba dos del montón, sabia que la otra era para Peeta ya que me lo había confesado una vez hace ya mas de un año. Suspiré, el hombre frente a mi no era el único sentimental esta mañana. Se adentró a la que es el sitio donde prepara sus delicias para sacar una charola con pan aún caliente de su horno de piedra; a los pocos segundos sale con un pan envuelto en una pieza de papel.

-te ofrezco pan de naranja recién salido del horno.

Mi sorpresa es grande al contemplar el bollo de pan caliente del tamaño de mi mano, el cual guardo en mi bolsa junto a las ardillas que cambiaré en el quemador, probablemente con Sae la grasienta. Ambos nos miramos a los ojos por ínfimos segundos que parecieran una eternidad, asi que agradezco con un asentimiento de cabeza para marcharme decepcionado de que mi antiguo compañero no se encontrara ahí.

-Buena suerte.

Es lo único que escuché después de dar la vuelta para retirarme, al volver la cabeza el hombre ya había entrado a continuar sus deberes.

Continúe haciendo lo mío con el presentimiento de que esta cosecha seria atroz. Sae aceptó las ardillas más por necesidad que por ganas, ya que hoy ni mañana podría tener "carne fresca" para su sopa de dudosa procedencia, a cambio me dio unos anzuelos oxidados que podríamos usar Catnip y yo para pescar.

Aún a pesar de mi mal humor regresé al bosque, sabia que mi amiga y casi rival de amores saldría a cazar algo para "el festín" de esta noche. Cuando la encontré, sus ojos brillaron ante la hogaza de pan aún caliente que había cambiado esa mañana más temprano y que había insertado en una flecha, ya que necesitaba animarme un poco, el miedo se había ido pero ahora era abarcado por la ira y la resignación.

Las siguientes horas pasaron volando; recoger fresas, pescar, recolectar verduras es lo que hace de este día mas llevadero, ya que es algo que haríamos un dia cualquiera. Regreso con Katniss al quemador donde cambiamos los peces y las verduras ya que las fresas tienen un propósito mayor... La casa del Alcalde.             

Sabía que no debí tomarla contra Magde, pero el sistema de teselas en conjunto con lo que el capitolio nos hace me llena de rabia, en este lugar solo esperas morir pero por el momento lo único que me espera es un baño y la mejor ropa que conservamos de mi padre.

La una en punto, es la hora marcada en la cual nos dirigimos para descubrir si la muerte esta de nuestro lado o ha de esperar un año más para nosotros, por fortuna para mi madre este será mi último año, pero desde el siguiente mis pequeños hermanos desfilaran por este camino de muerte, iniciando con Rory.

Cuando mi familia y yo llegamos a la plaza no logro evitar mirar con detenimiento a Peeta que se encaminaba hacia la fila con los chicos de su edad después de dirigir unas ultimas palabras con su hermano mediano, que tiene mi misma edad. Su cabello rubio se ve como las flores del diente de león cuando cubren el campo y no puedo evitar sonreír acomodándome en mi lugar.

Sobre las dos de la tarde da comienzo al espectáculo que se transmitirá por toda Panem. Cada año es lo mismo: los días oscuros, el Tratado de la Traición, tanto asi que  prefiero mirar unas líneas más adelante donde se encuentra Peeta; lo único que hace que desvíe la mirada es Haimytch quien hace un escándalo, esta mañana estaba en el quemador la primera vez que fui asi que debe estar completamente borracho.

 

Effie Trinket desde que puedo acordarme ha sido siempre quien determinaba quien iba al capitolio a morir, siempre comenzando con las mujeres. Cada año deseo que no sea Katniss ya que su familia la necesita, eso me lo dejó muy claro esta mañana, pero yo también sé que no puedo dejar esté distrito sin Peeta. La encargada de decidir el destino de muchos decide tomar una papeleta del fondo de la urna de cristal. De repente volteo a ver a mi amiga, la cual me intenta sonreír, sabe que en la urna de los hombres hay cuarenta y dos papeletas con mi nombre y que no es justo el sistema que se maneja.

-Primrose Everdeen.

Es lo que pronuncia Effie con su voz del capitolio tan afectada; me quedé en shock, sé perfectamente que es lo que sigue. Aún no sé porque Katniss no reacciona ya que cada paso que da la pequeña rubia la acerca mas a la muerte. Es ahí, cuando esta a punto de subir a la tarima que puedo escuchar el grito estrangulado de Katniss dándose paso entre la multitud, intentando llegar hasta Prim.

-¡Prim!.... ¡Prim!... Me ofrezco voluntaria!... ¡Me ofrezco voluntaria como tributo!

Todo es confusión, comienzo a caminar entre la multitud y me detengo a un palmo de distancia de Peeta, sé que él tambien lo siente porque escurre su mano entre la mía; nos sujetamos y nos miramos por un instante, la expresión de su rostro me dice que es lo que tengo que hacer así que le suelto y continuo mi camino hacia Prim. Ella grita con desesperación a su hermana que la está salvando de su destino funesto y cruel, sin pensarlo mucho la arrasto hasta donde la madre de ambas chicas se encuentra, de reojo puedo notar que la chica que podría ser mi prima, la que es mi mejor amiga sube a la tarima donde el alcalde, Effie Trinket y Haymitch Abernathy esperan.

Mientras intento llevarla con su madre pienso que de haber sido Rory, Vick, incluso Posy hubiera hecho lo mismo, de no ser porque este es mi último año y mis hermanos apenas comienzan el año que viene, yo haría exactamente lo mismo, incluso si se tratara de Peeta no dudaría en correr hacia el estrado y presentarme voluntario para morir por ellos en los juegos. 

Por lo mientras debo mantener la mente fría, Katniss y yo hicimos un juramento por si acabábamos en los juegos asi que es tiempo de que cumpla mi parte del trato. 

Es hora de que escojan al hombre de este año, el compañero de Catnip, ya estoy llegando hasta donde se reúnen quienes ya pasaron por la cosecha o los que todavía esperan. El silencio después de lo de Katniss es sepulcral, casi estoy rezando para no ser yo, pero no lo soy, es...

-Peeta Mellark.

Definitivamente la suerte es una perra, mi mejor amiga, el chico que amo, ambos están destinados a morir. Me detengo un segundo para ver como Peeta comienza a caminar y tengo la necesidad de correr hacia él y protegerlo como Katniss hizo hace un momento con Prim. La niña me hace reaccionar cuando se suelta para correr directo a su madre, por mi parte comienzo a caminar hacia el estrado cuando Effie pide voluntarios pero puedo percibir como disimuladamente Peeta me pide no seguir avanzando con su mirada fija en mi. Desisto finalmente y me quedo parado en la mitad de la multitud dejando que los presenten como los tributos del Distrito doce.   

 

 

Notas finales:

 

 

bien, eso es todo por ahora. El siguiente será la despedida:v

besos con conejos

muse <3


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