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Secretos por estheyaoista

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Notas del capitulo:

Hola :( sé que me he demorado mucho en actualizar, pero el problema surgió porque el pendrive en el que tenía guardada la historia se llenó de virus y lo tuve que resetear... así que se borró todo el adelanto de la historia que tenía... por suerte lo tenía guardado en la compu de mi prima, pero ella tuvo que ir a una diligencia y no pasó en casa todo este tiempo... pero bueno...aquí está el cap y veré como recompensa si subo un cap más...

Gracias por sus hermosos comentarios.

 

       

13.- Regresando a la realidad, una dura realidad.

Yuuri abría los ojos perezosamente, un leve dolor en su cuello lo hizo llevarse una de las manos hasta ese lugar para dar un suave masaje, intentando disipar aquel hincón. Inspeccionó con los ojos medios soñolientos el lugar, parecía ser la sala de la casa de Wolfram, confundido con muchas dudas en su cabeza, se fue incorporando hasta sentarse en el sillón que tiempo atrás le había servido de cama. Rápidamente y como si de una película se tratase, recordó lo que había sucedido la noche anterior. Un bostezo salió de su boca para luego mirar a todos lados y darse cuenta que al menos la sala estaba un poco decente.

Se levantó suavemente del mueble, intentando no despertar a Wolfram, quien se encontraba acostado de lado, con un brazo sirviéndole de almohada y el otro levemente posado por encima de su cadera, tenía el rostro parsimonioso, ni siquiera parecía el chico explosivo y de carácter “especial” que era cuando estaba despierto, sonrió , miró la hora y notó que eran las nueve de la mañana, se estiró un poco y se dispuso a preparar el desayuno, después de todo, comer solo esas comidas chatarras no era saludable para ninguno de los dos.

Dio un último vistazo a su amigo y se retiró de la sala para adentrarse en la cocina, donde empezaría a preparar alguna clase de invento para desayunar.

Wolfram por el contrario seguía inmerso en el mundo de los sueños, en él sonreía felizmente ante la escena que se pasaba por su vista.

Su madre, su Nana y Yuuri estaban sentados alrededor de un hermoso lago, sonriendo y divirtiéndose en un picnic especial. Yuuri se acercaba delicadamente hasta el rubio y con una sonrisa en sus labios tomaba sus dos manos, llevándolas a la altura de su pecho, acercándolo todo lo que podía y robándole un beso demandante. Wolfram se dejaba besar, incluso empezaba a corresponder ante el contacto, pero su sorpresa aún seguía visible. Las dos mujeres sonreían felices al ver esa escena y aplaudían. Wolfram al fin se permitió sonreír, quería corresponder el beso como era debido, pero al momento de abrir los ojos, pudo ver a su mejor amigo con un gesto de tristeza y decepción por detrás de Yuuri, Shion parecía dolido. Se alejó de Yuuri y miró a ambos, no sabiendo que hacer. El sonido de un revolver se hizo presente para que luego todo se volviera blanco.

Despertó sudoroso y con la respiración agitada, pasó una de sus manos por sus cabellos, llevándolos hacia atrás con algo de nerviosismo. Miró a todos lados y suspiró aliviado, se encontraban en la sala de su casa, aunque no encontró a su amigo. El ruido de unos platos y el sartén le hicieron comprender que se encontraba en la cocina, sonrió. El recuerdo de la noche anterior y por qué se encontraban en el sofá lo envolvieron haciendo que esbozara una leve sonrisa, no podía creer que eso había pasado, en medio de la película se habían quedado más que dormidos y todo estaba alborotado.

-Cielos, esa película sí que fue la más aburrida que pudimos ver en toda nuestra vida—Susurró mientras se levantaba del sofá y daba un suspiro de cansancio.

Miró hacia la dirección en donde se podía llegar a la cocina y con unos pasos algo temblorosos, se adentró a zona peligrosa para él, pues al ser que no sabía ni hervir agua, la cocina se convertía en su campo de guerra. Desde la barra pudo ver a Yuuri preparando unos huevos revueltos con salchicha que olían delicioso, unas taza de café ya se encontraban listas encima del mesón junto con un vaso de jugo de naranja que había sobrado la noche anterior.

Yuuri se volteó para depositar los platos en la barra cuando vio a Wolfram de pie en la entrada, lo miró por unos minutos en silencio para luego saludarlo con tranquilidad.

-Buenos días, Wolfram.

-Hola, Yuuri, se ve apetecible el desayuno.

-Sí, bueno, cuando mamá trabaja hasta tarde en la empresa yo suelo hacerme el desayuno.

-Qué bueno.

-Siéntate, ya está todo listo.

Wolfram se sentó en su respectivo puesto y esperó a que Yuuri hiciera lo mismo, luego de agradecer por los alimentos, ambos se dispusieron a comer.

-La última película fue demasiado aburrida ¿No crees?—Dijo Wolfram mientras se llevaba el vaso de jugo a la boca.

-Sí, un poco, bueno, desde el principio me di cuenta que la tercera película que íbamos a ver sería aburrida, no debimos escuchar al vendedor.

-Tienes razón, lo hizo solo por vendernos eso.

-Bueno, como estaba aburrida, incluso hubiera aceptado hacer la tarea de matemática o física, creo que hubiera sido más interesante que cualquier cosa.

-Oh, creo que no estás siendo exagerado, yo hubiera hecho lo mismo.

-A todo esto ¿No te dejaron tarea?

-No, le pedimos al profesor que nos dejara las vacaciones libres y a cambio de eso trabajaríamos duro en nuestro último trimestre—Comió un poco de su plato y pasó su mirada a la nada—Bueno, a decir verdad ellos decidieron eso, no yo.

Yuuri solo lo miró, sabía de la mala relación de su amigo con sus compañeros, quizás y siempre había sido así y era por eso que se comportaba de esa forma a su lado, no tenía alguna clase de experiencia amistosa con otras personas aparte de su familia. Al pensar en eso, inconscientemente se vino a su cabeza la imagen de Shion Takamura, el amigo de Wolfram. Se habían conocido desde pequeños, pero entonces ¿Será que al rubio no le gusta rodearse de personas y solo elige a unos cuantos? Es decir, en el jardín lo tuvo a Shion y ahora en el colegio fue amigo de Adalberto, pero como su amistad terminó y llegó él, quizás por eso lo aceptó como su amigo.

-¡Yuuri!

-¡Eh!

Yuuri miró asustado a su compañero de desayuno, la ceñuda expresión que tenía le hacía comprender que le había estado hablando hace un buen tiempo y que no lo había escuchado en lo absoluto, sintió culpa por un minuto al ver la reprobatoria mirada de Wolfram.

-¿Es que piensas no escucharme?

-Ah, lo siento, lo que pasa es que estaba pensando en algunas cosas. ¿Qué decías?

-Que qué vamos a hacer hoy en la tarde, tenemos que arreglar la sala pero ¿Y después de eso?

Yuuri pensó mientras terminaba de dar su último sorbo de café, no sabía qué hacer, las películas que habían alquilado eran realmente malas como para si quiera pensar en volverlas a ver, aún les faltaba una película que parecía ser de terror, aunque no diera ni tanto miedo la portada. Dio un suspiro y no le quedó más de otra que decirle para ver esa película que más que seguro iba a ser aburrida.

-Tenemos aún una película que no hemos visto, la podemos ver luego de recoger el desastre de la sala ¿Qué te parece?

-De acuerdo, pero mejor la vemos en mi habitación, no quiero volver a dormir en el sofá, además me duele demasiado todo el cuerpo como para recostarme vuelta en ese infernal sillón.

Yuuri rio tras el comentario de su amigo pero le dio la razón, a él también le dolían partes que nunca pensó que iban a doler. Al terminar de desayunar, ambos se dispusieron a arreglar la sala, los cojines de los muebles estaba regados por todo el entorno de los mismos, como si una batalla hubiera ocurrido en ellos, miró de reojo a Wolfram y recordó las reiteradas ocasiones en las que tuvo que levantarse del piso y volver al sofá por la mala forma de dormir del rubio.

Wolfram recogió lo que había en la mesa de centro, las bandejas vacías y la caja de pizza las juntó todas para llevarlas en un solo viaje, después recogería los envases de jugo y los vasos.

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Cecile baja de un lujoso auto negro en compañía de Meiko, llevaba un traje negro de empresaria que consistía en una blusa blanca manga larga que encima llevaba un saco negro de tres botones en el centro, permitiendo que sus abultados senos se exhibieran bondadosamente, la falda ajustada a los muslos llegaba por encima de las rodillas y le dejaba ver sus tonificadas pantorrillas, todo esto acompañado de unos tacos altos de color negro junto a una cartera negra en la que resplandecía la hebilla dorada con las iniciales que dejaban saber que la cartera era de marca, una Michael Kors.

Meiko iba elegante, no muy arreglada como lo estaba Cecile, pero si decente. Tenía una blusa de seda a medio brazo y unos pantalones de tela color crema que combinaban con el blanco de la blusa, unos zapatos bajos negros y su cabello iba sujetado en un moño, a comparación de su amiga que lo llevaba suelto y exhibiendo sus hondas.

-Tranquila, todo va a salir bien.

Meiko dio aliento a su amiga y patrona que se encontraba nerviosa mientras miraba la entrada de esa gran empresa que le pertenecía, pero que sin embargo sería ese día el campo de batalla perfecto.

-Lo estoy, Meiko, lo estoy.

Apretó sus manos encima de las orejas de la cartera y dio un suspiro, debía de ser valiente, Meiko se había dado cuenta de su nerviosismo, intentaría disimularlo un poco más, no le iba a permitir a nadie que la intimidara de una forma psicológica, dio un paso hacia el frente mientras sintió el viento mover sus cabellos, iba a ser una batalla muy reñida ahí adentro, así que atacaría con todo lo que tenía.

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Megumi acomodaba su blusa de randas en los bordes mientras se miraba en el espejo, debía de notar cualquier imperfección en ese momento que estaba con su tía, no quería ir y darle una mala impresión a Yuuri y que este se diera los aires de rechazarla nuevamente, aunque nunca la había rechazado.

-Linda, te ves simplemente linda.

-Gracias, tía, es gracias a ti.

-Todo por complacerte, ahora ve y reclama lo que es tuyo.

-Lo haré, claro que lo haré.

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Shion se encontraba en la sala acompañado de su madre, quien con una sonrisa miraba la televisión desinteresadamente. El chico adolescente intentaba quitarse de la cabeza la idea de que ese tal Yuuri Shibuya se encontrara mucho más cerca de su amor, lo que le intrigaba de todo el caso era que su amigo nunca había sido sociable ¿Y ahora lo tenía a ese? Sinceramente sentía que algo estaba pasando en ese momento y no podía hacer nada.

-Si tanto quieres ir, ve, no te detengo.

Shion miró confundido y nervioso a su madre, esta solo dio un bostezo y se acomodó mejor en el sillón, viendo atentamente la novela que trasmitían en ese momento.

-¿A qué te refieres? No comprendo.

-Sé que te estas desesperando por ir a la casa de Wolfram por lo que te dije anoche, así que si quieres ir, ve, no te detengo.

-N-no es cierto eso.

-Hijo, te di la vida ¿Piensas que me puedes mentir? Ahora ve y conversa seriamente de todos los problemas que te agobian ¿De acuerdo?

-Madre—Miró un tanto apenado a su madre mientras sonreía—Gracias.

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-Jefe ¿No cree que lo hemos dejado mucho tiempo sin trabajar a ese muchacho? Va siendo hora de que empecemos a darle nuevo trabajo.

Matsumoto miró a través de la copa de vino que tenía entre sus manos al hombre que le exigía poner a trabajar a su rubio juguete, en cierta parte tenía razón, no lo había molestado en un buen tiempo desde que le dejó el regalito en la entrada de su casa. Sonrió al imaginar que reacción tendrá cuando lo vuelva a ver, tomó un poco de vino de la copa y asintió.

-Tienes razón, las entregas de hoy serán hechas por él, pero solo le daremos una, la última foto será para sellar con broche de oro, no quiero desperdiciar nada.

Un chico de lentes miraba fijamente al jefe de esa banda, debía de vigilarlo, había dicho que iban a llamarlo, entonces tendría la oportunidad de conversar con su ayudado, eso era un poco peligroso dado que los podían descubrir, pero tenía que hacerlo, se había prometido ayudarlo a todo precio.

-“No permitiré que te sigan haciendo daño, sé que cometiste un error, pero fue suficiente ver la muerte de tu padre, debes tener al menos un momento de tranquilidad en tu agitada vida, von Bielefeld”

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Yuuri acomodaba unas almohadas en el respaldar de la cama, había llevado las de su habitación para poder estar a la par con su amigo y no discutir por quien tenía más almohadas, miró a Wolfram colocar la película mientras leía el resumen en la parte trasera del estuche, pudo notar que en momentos fruncía el ceño y los labios para luego hacer una sonrisa de mofa en tanto tiraba el estuche aún lado de la cama.

-Sinceramente no sé qué esperar de la película, parece aburrida.

 

 -Al parecer, no fue buena idea dejar que el dueño nos recomiende unas películas también.

-Ese hombre estaba más concentrado en coquetear con esa chica que buscaba discos de música que en atendernos ¿Recuerdas que incluso nos estaba devolviendo el dinero con el que le pagamos?

-Sí—Rio Yuuri mientras se acomodaba en la cama de su amigo—Lo recuerdo, y juro que me quise reír, pero iba a ser algo descortés hacerlo, así que me aguante hasta que salimos de ese lugar.

-Y luego te descociste riéndote fuera de la tienda y a quien vieron extraño fue a mi—Wolfram le tiró un cojín que encontró cerca de su alcance, dándole de lleno en la cara.

-Ya, ya, es que no podía contenerme un poco más.

-Como sea ¿Cierro las cortinas? Creo que es mejor ver esta “película de terror” con las luces apagadas y las cortinas cerradas.

-¿No será que quieres intentar algo conmigo, verdad?

-¿A qué te refieres con eso?

Wolfram puso sus dos manos encima de su cadera mientras ladeaba la cabeza y alzaba una ceja en forma de interrogación y superioridad. Si alguien viera esa escena, diría que Wolfram era el adulto en esa habitación, con su pose demandante, mientras Yuuri solo se ocultaba tras el cojín que le había tirado Wolfram hace unos minutos. El diablito que habitaba su cabeza le decía reiteradas veces que hacerlo rabiar sería divertido, y lastimosamente siempre le hacía caso.

-Digo, después de todo es una película de terror, estamos los dos solos, una habitación obscura, sin nadie que te interrumpa. Alzas los brazos tras un grito y te aferras a mí en un intento de miedo mientras cubres tu rostro con mi pecho y sollozas espantado. Escena perfecta para un movimiento a favor.

-¿No será que tú lo quieres así?—Había sido una buena forma de responder a la acusadora respuesta de Yuuri, pero este sonrió con más picardía.

-No, pero es lo que tu deseas—Touché, le había ganado ese round. 

Lo vio, vio que con cada palabra que salía de sus labios el rubio fruncía más la boca junto con sus cejas y empezaba a tomar color en sus mejillas, quizás había sido muy directo, pero de esa forma le iba a hacer saber que no le importaba si tal vez en un tramo de la película se asustaba y quería abrazarlo, también le quería dejar en claro que no le importaban sus gustos y que era libre de hacer o decir cualquier cosa en frente suyo, claro, bajo ciertos puntos infranqueables.

-¡Yuuri Shibuya que demonios es lo que estás diciendo!—No, esa vez no fue un nuevo cojín, fue el control del televisor que cayó directamente en el rostro de Yuuri, siendo detenido por el cojín que tenía en las manos, sonrió tras su resguardo, viendo la furiosa mirada de su amigo, claro que se había enfadado, pero incluso así le parecía una escena divertida. Lo escuchaba dar gritos de desesperación y frustración adelante suyo, mientras lo miraba cubierto por el cojín de color café y sonreía animado, se acomodó mejor en la cama y sin darse cuenta aplastó el botón de “reproducir” que había en aquel aparato, dando por iniciada la película.

El sonido estaba a su máximo con el cine en casa adaptado a la pantalla plana de Wolfram, con las cortinas ya cerradas—Pues Wolfram las había cerrado mientras Yuuri decía cosas que lo hacían enfadar—y con todas las luces apagas junto a la puerta de su habitación semi abierta. El grito que dio al iniciar la película hizo que Wolfram diera un brinco, ya que al estar cerca del televisor, el grito le había hecho alterar su sistema nervioso.

Levantó los pies rápidamente y gateó con desesperación en sus acciones hasta el otro lado de la cama, sosteniendo una almohada por delante suyo como lo había estado haciendo Yuuri. El universitario miró todo eso como fiel expectante y las ganas de reírse no se contuvieron dentro.

-¡¿De qué te ríes maldito engreído?!

-Es que….es que—La risa no lo dejaba continuar, el golpe en su hombro lo hizo mirar enseguida a su amigo pero sin parar de reír, estaba hecho una furia, le había despertado la bestia de fuego que llevaba dentro—Esta película va a ser interesante.

-Desgraciado, me las vas a pagar una a una.

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Cecile miraba atentamente a todos los que se encontraban en la mesa de conferencia, intentaba no mostrar lo nerviosa que la tenían, era una prueba de resistencia que debía ganar, esos traga empresas no le iban a quitar lo que había conseguido con tantos años de esfuerzo junto a su esposo, incluso su cuñado debía de saber que no iba a permitir que un simple vicepresidente se llevase lo que más amaba después de su hijo.

Meiko se encontraba tensa, acomodaba las hojas que le habían entregado anteriormente uno de los ocho personajes que estaban en la mesa, le habían declarado directamente secretaria de Cecile, aunque se había intentado negar, tras la mirada de súplica que le envió su amiga no pudo resistirse.

-Cecile-san, este documento de aquí, puede que le sirva para refutar sobre dejar la empresa.

Cecile miró el documento que tan seriamente le había entregado Meiko, lo analizó y dio en el blanco, abrazo con efusiva emoción a su amiga mientras le agradecía en susurros. Sí, ese era el punto que debía topar para poder quedarse con la empresa como correspondía, iba a ganar, claro que lo iba a hacer. Pero sin embargo, el nerviosismo no pasaba de su corazón, estaba inquieta por algo, quizás por la presentación que debía hacer, pero algo más cruzo su cabeza, algo que la dejó un tanto alterada, la imagen de su hijo pasó por su mente.

-Debo salvar la compañía por mi hijo, por Wolfram.

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Llevaban media hora acostados en aquella gran cama de tres plazas, en todo ese tramo la película había presentado dos escenas de terror absoluto, sin contar la del principio. Yuuri y Wolfram habían quedado de acuerdo en que no iban a pelear en medio de la película, pero el rubio se había prometido hacerlo caer inminentemente a su compañero, después de todo se había reído a costa suya y eso no le iba a permitir de ninguna forma.

Wolfram estaba atento a la película, la escena se llevaba a cabo en una casa de verano en medio del bosque, un par de amigos habían ido de excursión y se encontraron con dos chicas, como toda buena película de terror, ambos chicos intentaban seducir a las chicas, pero en medio de la escena de un beso, un ambiente pesado se empezaba a forma sin darse cuenta. Se escuchó una risa con un eco estremecedor y ambos chicos miraron para encontrarse con el rostro deformado de un hombre que tenía un hacha bañada en sangre, dispuesto a matarlos. El chico empujó a la chica y esta cayó lejos de donde aquel hombre deformando incrustaba el hacha en medio de su cráneo para luego, cortar su cabeza.

No lo soportó, Wolfram no soportó ver tanta desesperación en el grito de la chica e hizo lo que no quería hacer y se había prometido no hacerlo. Hundió su rostro en el hombro de Yuuri y apretó con fuerza la manga de la camisa del mismo, mientras escuchaba el sonido del hacha y la sangre junto con el grito de la chica. Apretó los ojos con desesperación y sintió una mano apretar su hombro, rodeándolo por encima de la cabeza y acercándolo con un poco más de contacto a su pecho. Miró un tanto sorprendido a su amigo y este le dio una sonrisa nerviosa para luego mirar la película.

Wolfram con su vista elevada hacia el universitario, se sonrojó. Si su madre los viera en ese momento, él siendo abrazado por Yuuri mientras depositaba sus dos manos en el pecho del mayor, seguramente aplaudiría y celebraría por todo. Un sentimiento de revuelo le llegó al estómago, la imagen de Shion pasó por su cabeza, sintió un poco de culpa, pero no podía tan siquiera imaginar el hecho de alejarse de Yuuri, su contacto era cálido, confortante y su aroma embriagador, posó su cabeza en el hombro de Yuuri y ya no vio la película, sino que se dejó divagar por sus pensamientos.

¿Le gustaba Yuuri? ¿Acaso sentía alguna clase de gusto hacia su amigo? ¿O simplemente era aprecio por la amistad que le estaba dando? No sabía ni que era lo que sentía. Puso en la balanza los sentimientos por ambos chicos, recordó cuando se encontró con Shion en la tienda y lo tuvo tan cerca suyo, el nerviosismo si pasó por su sistema y su corazón se alteró un poco, ahora, percibía los sentimientos en este momento, era cálido, confortante y acogedor, el momento que le dio aquel casi beso pudo sentir un hormigueo en toda su piel y con la compañía de Yuuri podía sentirse seguro.

-“Yuuri… ¿Me gusta?”—Miró con cautela a Yuuri y suspiro, el moreno lo regresó a ver y este enseguida posó su mirada en la película, se asustó por un minuto—“Yuuri ¿Me gusta?”—Se volvió a cuestionar mientras alzaba nuevamente su mirada, para encontrarse con la fija mirada del moreno en su persona, esos ojos negros intenso que lo comían casi vivo, sintió aquella electricidad recorrerlo completamente y supo comprender—“Yuuri me gusta”

  Sin darle permiso a que se moviera, su cuerpo se empezó a elevar, su cuello se estiró un poco y sus manos se fijaron con fuerza en el pecho de su amigo, cerró los ojos en la obscuridad y poco a poco se fue acercando a Yuuri, quien con un gesto de sorpresa estaba presenciando todo en cámara lenta, sin poderse mover del asombro. Faltaba poco, el espacio entre ellos dos se iba acortando de tal forma que solo en un leve movimiento de cabeza ambos podría rozar sus labios, pero el timbre de la casa los hizo volver a la realidad. Wolfram abrió los ojos con sorpresa y pudo notar el rostro de incredulidad de Yuuri, sintió los nervios en toda su piel y como la desesperación tomaba posesión de su mente, inmediatamente supo que decir para justificar su acto indebido.

-¡Ja! Deberías ver tu cara de tonto, estas todo desconcertado, te he hecho una buena ¿Verdad?—Sí, era mejor de esa forma, caso contrario la incomodidad iba a surgir y no iban a poder convivir el resto de tiempo que les quedaba a los dos solos en la casa.

-¿Eh?—Yuuri miró a Wolfram y luego hizo un gesto de molestia mientras se incorporaba y miraba al rubio— ¡Eso no se hace, Wolfram von Bielefeld! Si te querías vengar debías de haber hecho algo diferente.

-Es que… es que—Era mejor fingir una risa a dejar ver sus ganas de llorar—No podía contener las ganas de hacértelas pagar todas.

-Oh, que malo que eres. Wolf…. ¡Me asustaste!

Se asustó, esa era la única idea que pasaba por la mente de Wolfram, claro que se iba a asustar ¿Quién no se asustaría si su amigo, considerado su mejor amigo, le intentaba besar? Había sido un tonto.

-Claro—Rio mientras se levantaba de la cama y Yuuri ponía pausa a la película.

De nuevo el sonido del timbre se hizo presente, ambos se miraron un poco confundidos y decidieron ir a ver de quien se trataba. Yuuri seguía a Wolfram, un poco nervioso por lo que había pasado hace unos minutos ¿Qué se supone que debía hacer? Sintió por un momento deseos de separarlo bruscamente, pero de esa forma hubiera asustado a su amigo y quizás todo a partir de ese momento hubiera sido incomodidad absoluta.

Wolfram llegó al intercomunicador y aplastó el botón negro para saber de quien se trataba, la mano aún le temblaba por los nervios y su voz parecía que iba a salir algo quebradiza. Dio un suspiro y pregunto de la forma correcta de quien se trataba.

-Buenas tardes, disculpe ¿Esta es la casa von Bielefeld?

-Si ¿A quién busca?

 

-A, busco a Yuuri Shibuya ¿Será que se encuentra?

-¿A Yuuri? ¿Quién lo busca?

-Soy una amiga que lo viene a saludar ¿Será que puedo verlo?

Wolfram miró a Yuuri y este que recién llegaba lo miró confundido.

-¿Qué sucede?

-Te buscan, es una mujer, dice ser tu amiga y que quiere verte.

-¿Quién? Yo no tengo conocidos en Osaka—Dijo mientras pensaba ligeramente de quien se podría tratar—No puede ser ¿Será ella?—La sonrisa que se dibujó en el rostro de Yuuri hizo que Wolfram comprendiera de quien se trataba, sintió una opresión en su pecho al imaginar a esa chica.

Yuuri corrió a la puerta seguido de Wolfram, quien daba pequeños pasos por el temor de en algún momento llegar y verla. Como pudo y con la determinación que acumuló, salió de la casa y la vio.

-Megumi—Susurró Yuuri desde unos cuantos pasos cerca del portón— ¡Megumi!

-¡Yuuri!—La hermosa chica de largos cabellos castaños y ojos color miel saludó a Yuuri desde fuera del portón, llevaba una linda blusa de randa ajustada a su cuerpo, dejando ver sus grandes atributos y esbelta figura. Sus torneadas piernas lucían simplemente hermosa con esa mini falda color negra que se había puesto. Era hermosa y debía de aceptarlo.

Yuuri corrió a su encuentro y cuando estuvo en el portón tomó ambas manos de la chica mientras sonreía, la puerta se mantenía cerrada pero eso no le impidió a Yuuri que la abrazara como podía.

-Wolf, abre la puerta por favor.

Megumi miró hacia donde había hablado su ex novio pero no vio a nadie, enseguida la puerta fue abierta y Yuuri la acercó a él, envolviéndola en un efusivo abrazo que ella lo recibió gustosa.

Wolfram se asomó, sí que era un masoquista de primera, ver a su mejor amigo abrazar a su ex novia le dolía, sí, porque estaba enamorado de él y ya no lo podía ocultar.

-Megumi ¿Cómo has estado? ¿Te has quedado aquí todo este tiempo? Dime, perdón por no haberte llamado, pasaron muchas cosas y no he conseguido contactarte como era correcto.

-Ya, Yuuri, tranquilo—Dijo entre risas la chica mientras llevaba un dedo a los labios del moreno—Lo que importa que es vine ¿Verdad?—Lo miró con cariño mientras acariciaba su mejilla en un roce sensual—Tengo que hablar de un tema muy importante contigo, Yuuri.

-Sí, claro, hablemos, debemos hablar de muchas cosas—Yuuri tomó de la mano a la chica y rodearon el portón, Wolfram se asomó un poco más y el moreno lo llamó—Wolf, enseguida vuelvo—Y haciéndole unos gestos de felicidad, salió con Megumi de la mano.

La castaña miró hacia atrás y pudo notar al rubio de pie en las escaleras para entrar en aquella gran casa, sonrió complacida al ver el rostro de tristeza que se iba formando en el rubio. Orgullo de mujer.

Wolfram por el contrario regresó sus pasos hacia dentro de la casa, sintió una tremenda molestia en su pecho al momento de ver tan feliz a su amor recién revelado, no quería verlo con nadie más que lo haga feliz que no fuera él. Cerró la puerta de la casa y se dejó caer por ella, recordó el ambiente que habían formado en la habitación, si tan solo no hubiera sonado el timbre ¿Qué cosas hubieran pasado nomás?

-Mi destino es sufrir siempre por la misma razón.

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Yuuri sentía su pecho rebozar de felicidad, el volver a ver el rostro de su amada Megumi le hacía sentir que podía morir en paz, el hecho de que lo haya ido a buscar y con una sonrisa le saludara significaba que iba a salir todo bien, quizás y volvían a ser los mismos novios cariñosos que fueron anteriormente.

Llegaron cerca de un parque que había por la zona, Megumi tomó las dos manos de Yuuri y lo hizo parar en frente suyo, el moreno se encontraba con un gran rostro de felicidad que lo único que hizo fue aumentar el orgullo de la chica. “Gané” fue la palabra que hizo eco en su cabeza.

-Yuuri.

-Megumi por favor perdóname, de verdad, era algo que tenía que hacer y fue muy importante, no pude soportar la idea de terminar contigo, amor, sabes que lo eres todo en mi vida.

Megumi sonrió.

-Lo sé, tú también lo eres todo y también me dolió el hecho de terminar, pero entiende, me molesté porque pensaste en otros en lugar de mi—Bajó el rostro para ocultar su felicidad, ese acto para Yuuri fue de tristeza—Por eso, quería pedirte que volviéramos a ser novios.

-¡Claro que sí!—Dijo Yuuri mientras la elevaba con felicidad y besaba en los labios con desesperación. Megumi sonreía llena de dicha mientras rodeaba el cuello de Yuuri con sus brazos y apretaba sus pecho en el pectoral del universitario, que al momento de sentirlos formó una sonrisa pícara—Sabes, ya extrañaba ese contacto dulce.

-¿El del beso o de otra cosa?­—Preguntó mientras intentaba sonar inocente.

-Ambos.

-Yuuri.

La chica lo abrazó mientras miraba hacia la derecha, en ella su tía estaba sonriendo mientras asentía feliz por su victoria.

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No sabía cuánto tiempo había estado sentado en la entrada de la casa, para cuando despertó de su ensimismamiento fue demasiado tarde, esperaba poder ir a limpiar su rostro que se había bañado en lágrimas antes de que Yuuri regresara, pero el timbre señalando que Yuuri había llegado le hizo saber que no tenía tiempo. Con el dorso de su mano se limpió como pudo y salió al encuentro de Yuuri, quien muy a su pesar, llevaba sujetada de la cintura a Megumi, se había cumplido su peor pensamiento. Volvieron.

-Wolf ¿Qué sucede? Te noto ido.

-Eh, no, no pasa nada, terminé de ver la película, fue muy interesante al final.

-¿No te asustaste verdad?

-C-como crees.

Megumi apretó el agarre de Yuuri y este se dio cuenta que no los había presentado como era correcto.

-Wolf, ella es Megumi Kinomoto. Megumi, él es Wolfram von Bielefeld, mi mejor amigo.

-Mucho gusto—Dijo extendiendo su mano hipócritamente mientras sonreía orgullosa de haber ganado con sus grandes “atributos”

-El gusto es mío—Quería gritarle que se fuera de su casa, pero simplemente no podía, no podía hacer eso y ya, le dolía no poder defender su amor.

-Wolf, tenías razón, pude solucionar las cosas, Megumi y yo volvimos.

-¿Eh? ¿Enserio? Que felicidad, sabía que todo te iba a salir bien.

-Te lo agradezco mucho, Wolf.

-N-no fue nada.

El celular de Wolfram sonó, pidiendo disculpas, abrió el mensaje que había recibido, llevándose una gran sorpresa.

Lunes: 16H25 PM
De: Shion Takamura
Asunto: Importante.

Wolfram, veámonos en el parque que queda a unas cuadras de tu casa en media hora, estoy de camino hacia allá, quiero hablar de algo importante contigo.

Wolfram sintió una opresión en su pecho, no sabía qué hacer, si Yuuri se veía feliz al lado de Megumi ¿Por qué quitarle la felicidad? debía de ser fuerte y decidirse por sí mismo.

-Yuuri, tengo algo que hacer, regreso enseguida, si quieres puede hacer pasar a Megumi-san a la sala, no hay problema, ahora vuelvo.

-Claro ¿Pero a dónde vas?

-Shion me pidió que lo vaya a ver, dijo que tiene algo importante que decirme.

-¿Shion? ¿Y qué crees que quiera?

-No lo sé, por eso voy a verlo, nos vemos enseguida. No demoro.

Y salió corriendo.

.

.

.

.

Continuara.

       
Notas finales:

Todos quieren que pase algo pronto con estos dos XD incluso yop...pero les tengo algo bien reservadito para ese momento así que tiempo al tiempo....

¿Les gustó? espero que sí porque estoy poniendo mucho esfuerzo en darle una buena trama que sea interesante para ustedes que los quiero mucho :)
Siguiente cap...

       

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