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Secretos por estheyaoista

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Notas del capitulo:

HI!!

Nuevo cap entre semana, es porque me encuentro muy feliz :D

Espero que este cap sea de su agrado :)

19.- Noticias. Regalo de navidad.

Yuuri yacía acostado en su cama, con el rostro hundido en sus almohadas que aún conservaban el aroma de Megumi, al menos ese pequeño detalle conseguía apaciguar su frustración. La mañana se empezaba a alzar por el cielo, hace unas horas que había llegado a casa, no le había importado recostarse en la cama con la ropa puesta, solo quería dormir.

Dormir y no recordar  nada de lo sucedido, su madre le había llamado, él decidió contestar desde ese momento a toda llamada que le hicieran, claro, su madre tenía un tono divertido y animado. Le había dicho que tenía una noticia que darle en cuanto volviera de sus vacaciones, simplemente le había dicho que esperaría hasta entonces, siempre intentando no sonar deprimido o triste.

El celular mostraba en la pantalla un mensaje, lo abrió y vio, mensaje de Cecile.

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Jueves: 00H35
De: Desconocido
Asunto: Regreso.

Yuuri-kun ¿Por qué no han contestado el celular? Wolfram tiene su celular apagado y tú no lo coges ¿Qué sucede? Bueno, quería decirles que vamos de regreso a Osaka, las cosas han salido bien por acá y anhelo decirle algo importante a mi hijo. Dile que nos espere pacientemente y que coma como es debido ¿De acuerdo? Nos vemos pronto.

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El corazón se le comprimió de dolor, esas dulces palabras que le parecían escucharlas de la propia boca de Cecile provocaron inseguridad de ser capaz de decirle lo que había sucedido. Dejó que se escaparan unas cuantas lágrimas de sus ojos mientras empuñaba su mano encima de su boca, intentando contener un hipido de dolor.

-Cielos, no creo ser capaz de decirle a esta mujer lo que ha sucedido—Entre gemidos de su llanto, el joven universitario intentaba conseguir fuerzas de donde pudiera obtener para lo que se le avecinaba, una ventisca que de seguro lo arrastraría con explicación y todo directo a la perdición.

Lanzó el celular lejos, cayendo por la cabecera de su cama, lo vio brillar un par de veces pero ya no le importó. Solo quería dejarse dominar por las olas de sueño, dormir para viajar a un mundo donde nada de ese problema le pesaba en los hombros.

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Murata y los demás habían llegado junto con la ambulancia al hospital, las patrullas que los escoltaban fueron enviadas directamente a la comisaría para que puedan encarcelar a los dos más buscados de toda Osaka, Yozak como testigo, tuvo que ir con los demás y dejar que Murata, Conrad y Gwendal siguieran el camino marcado por el vehículo de luces rojas.

Todos bajaron exasperados ¿Es que existía alguna clase de posibilidad con Wolfram? Vieron abrirse las puertas traseras de la ambulancia y de ella emerger los dos paramédicos, arrastrando consigo la camilla en un intento desesperado de salir corriendo. Vieron a Wolfram, tenía una mascarilla en su rostro y un tubo en su brazo derecho, corrieron preocupadamente a ver qué era lo que sucedía mientras acomodaban los instrumentos para ingresarlo al hospital,  solo eran iluminados por la luz de la ambulancia dado que el sol aun no quería emerger.

-¿Qué sucede? ¿Por qué encendieron la sirena?

-Sucede que este joven se encuentra con vida, eso sucede—Dijo uno de los hombres de traje blanco mientras terminaba de colocar los materiales encima de la camilla y empezaban a encaminarse dentro del hospital—No sé qué clase de primeros auxilios les enseñaron pero este muchacho tiene pulso.

-¡Eso es imposible! Tres personas tomaron su pulso y no existía ni un poco.

-Pues todos tres son unos incompetentes

-Ya, tranquilízate un poco Kuma-san, de seguro no sintieron su pulso porque estaban nerviosos, además, es algo leve, casi imperceptible.

-Me molesta que por culpa de ellos casi muere, si Densha no le hubiera tocado el pulso dentro de la ambulancia, de seguro y hubiera muerto en el trayecto para acá.

Corrieron con la camilla, evitando tropezarse con algún doctor o enfermera que estuviera por el recinto. El muchacho de cabellos rojizos empujó la camilla hasta una habitación vacía mientras el otro hombre se encargaba de pedir a un doctor y registrar su llegada.

-Lamento la rudeza de Kuma-san pero, es demasiado estricto con estas cosas—Dijo Densha mientras acomodaba a Wolfram con ayuda de Gwendal en la cama de cirugía—Por favor, ahora debemos salir, la doctora enseguida vendrá a realizar su trabajo y ya los he dejado llegar demasiado lejos.

Los tres hombres salieron topándose en el camino con una mujer de cabellos rojos que llevaba unos lentes redondos y con paso apresurado se dirigía a la sala de cirugía.

-¿Anissina? ¿Vas a llevar a cabo la cirugía?

-Gwendal ¿Qué haces aquí? Esta zona solo es para enfermeros y doctores.

-Yo los he traído hasta acá para que me ayudasen un poco, hermana, lo siento mucho.

-No te preocupes, Densha, hiciste bien. Ahora ¿Quién es el paciente?

-Mi hermano menor, Wolfram, Anissina, por favor, salva a mi hermano.

-Me dijeron que fue un disparo y ha sangrado mucho—Analizó el caso con un dedo en sus labios—No te preocupes, Gwendal, haré todo lo posible para que mi cuñadito sobreviva.

La mujer entró en la sala y la luz de emergencia se tornó roja, Gwendal, Conrad y Murata esperaron fuera de la habitación, rogando por el bienestar del rubio.

-¿Conoces a la doctora?—Preguntó Murata luego de un momento—Escuché que le dijo cuñado a Wolfram.

-E-es solo una amiga—Murmuró mientras evitaba la mirada del de lentes—Lo más importante, debemos dar aviso a Yuuri, lo hemos mandado primero y puede que madre lo llegue a contactar.

-Tengo su número, me lo ha dado en la comisaría—Dijo Conrad entregándole un pequeño papel que contenía el número de Yuuri.

-Yo lo llamo, le explicaré todo con calma.

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Yuuri abrió los ojos con fastidio, el constante vibrar del celular junto con el molesto tono de llamada lo estaban volviendo loco, desde hace un buen tiempo un número desconocido lo había estado llamando y no quería contestar, no solía tomar llamadas de personas no registradas en su celular. Con la frustración tatuada en su rostro, tomó el celular y contesto con evidente molestia.

-Quién es y porque me ha estado insistiendo a que conteste.

-¡Shibuya! Al fin te dignas a contestar-La voz molesta de Murata lo hizo espabilar de su sueño y la molestia que tenía—Te he estado llamando reiteradas veces para decirte algo importante y tu nada que contestabas.

-¿Murata? Lo siento, no suelo tomar llamadas desconocidas ¿Qué sucede?

-Ven al hospital central de Osaka, sala de emergencia ¡Ahora!

-¿Al hospital? ¿Por qué? ¿Qué sucede?

El tono se hizo presente, Murata le había colgado. Con desconcierto en su rostro, Yuuri bloqueó el celular y miró al frente ¿A qué se debía todo eso? Lo llamaba insistentemente y luego le decía eso.

Se recostó en la cama boca arriba, mirando el techo, no sabía si ir o no, no estaba de ánimos para salir. Un leve impulso lo hizo cambiar de idea, tomó la chaqueta que se había sacado anteriormente y salió de su habitación dispuesto a marcharse al hospital central.

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Cecile y Meiko subieron en el avión, ambas con una sonrisa de satisfacción, iban a regresar orgullosas tras ganar contra Waltorada, eso estaba bien. Cecile envió un mensaje de texto a Yuuri y Meiko asintió luego de subir, deberían de avisarle que llegarían para que se encuentren en casa, aunque Cecile había sido de la idea de sorprenderlos por si acaso algo hubiera pasado entre ellos dos, pero Meiko le negó eso.

-Oh, aún estoy resentida contigo Meiko por prohibirme no decirles.

-Cecile-san, recuerde que no es un juego, su hijo se molestaría mucho si llegase a hacerle eso—Cecile sonrió con ternura.

-Gracias Meiko, por siempre acompañarme en todo y aconsejarme en lo que pueda.

-No se preocupe, Cecile-san, también estaré con usted cuando le dé la noticia a Wolfram de Conrad y Gwendal. Sé que no se va a molestar o a decirle algo que la lastime.

-Mi Wolf, desde que supe lo que pasaba por su cabeza me sentí confundida, gracias al cielo que siempre te tuve a mi lado.

-Para eso estoy con usted, siempre.

Cecile tomó la mano de la que sentía ser su madre, recordaba el momento en que se enteró. Había escuchado sin querer el monólogo de su hijo, mientras se observaba en el espejo de su habitación. Aún recordaba las palabras que había dicho.

Ella había subido para decirle a su hijo que saldría con Meiko a comprar la comida cuando escuchó la voz de Wolfram.

-“No soy extraño, no soy extraño por ningún motivo, es solo un gusto que puede cambiar sin limitaciones. El hecho de que tenga gustos diferentes a mis demás compañeros no me convierte en un ser anormal. Yo quiero a una persona, amo a esa persona y no me voy a doblegar ante esa idea. El hecho de que me gusten los chicos….no me cambia en nada”

Esas palabras la habían dejado desconcertada, se había enterado de que su hijo menor tenía gustos diferentes, pero eso no le preocupaba o alarmaba como para reclamarle. Es más, se sentía feliz de que aceptara como era ante el espejo e intentara animarse él mismo. Bajó las escaleras, se encontró con Meiko y no dijo nada. Su hijo salió de la casa despidiéndose dispuesto a irse al colegio, era apenas un muchacho de quince años en ese entonces. Cecile le contó a Meiko y ella tuvo que detenerla para que no provocara alguna clase de vergüenza en su hijo.

-Gracias Meiko, por todo—Miró a la mujer de cabellos canosos—Fueron dos largos años esperando que mi hijo me dijera la verdad pero, los supe aguantar con tu ayuda.

-Usted también me ha ayudado mucho, Cecile-san, ya le dije que la veo como a mi hija, aquella que la muerte me arrebató.

-Hemos sido el sustento mutuo, espero poder seguir contando con tu apoyo, Madre.

-Así también lo espero, Hija.

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Yuuri miró hacia arriba el letrero del hospital de Osaka, entró sin prisa ni apuro, preguntó por la sala de emergencia y le indicaron amablemente donde se encontraba. Metió sus manos en los bolsillos, la nieve no había dejado de caer en todo ese tiempo, los adornos de navidad que había visto en todo su trayecto le parecían demasiados. Viró tres veces, subió unas escaleras y ya se encontraba en la sala de emergencias, donde la luz roja se hacía notar y la mirada de tres personas se posó en él. Miró confundido ¿Si estaban los tres ahí entonces que sucedía? Avanzó unos cuantos pasos hasta tenerlos a todos de frente.

-¿Qué sucedió?

Nadie dijo nada, todos permanecieron callados, la luz roja del letrero se apagó y después de unos segundos las puertas de doble pestaña se abrieron, dejando ver a una sudorosa Anissina que se quitaba la mascarilla y el gorro para luego mirarlos con severidad.

-Kuma me ha contado lo que sucedió—Miró a Gwendal con notoria molestia—No puedo creer que te dejaras cegar por el nerviosismo y no te hayas dado cuenta de… ¿Quién es él?—Detuvo sus regaños para mirar a Yuuri que se encontraba notablemente confundido.

-Un amigo de mi hermano—Dijo Gwendal desinteresadamente, Yuuri lo miró aún más confundido ¿Hermano? ¿Quién era el hermano de Gwendal?—Pero dinos, Anissina ¿Cómo se encuentra él?

-Gwendal ¿Tu hermano está aquí? ¿Qué le sucedió?

-Luego de la cirugía, le hemos puesto una pinta de sangre para ver como reaccionaba, gracias al cielo que la ha recibido sin complicaciones, más adelante le aplicaremos unos sueros, ahora lo llevaremos a la sala de Cuidados Intensivos, no digo que su estado está fuera de peligro, pero, tampoco es como si no pudiéramos hacer nada.

Yuuri sintió molestia al verse evadido por todos en la sala ¿Para qué lo habían llamado entonces? Eso le estaba causando una leve ofuscación muy dentro suyo.

Vio a la chica de cabellos rojos desaparecer por la puerta mientras las miradas nuevamente se posaron en él ¿Qué demonios era lo que sucedía?

-Murata ¿Para qué me has pedido que venga? Si se trata del hermano de Gwendal no tiene nada que ver conmigo.

-Lo tiene—Susurró Murata levemente.

-Pero si no lo conozco.

-Si lo conoces, y ahora guarda silencio—Gwendal se oprimió el puente de su nariz intentando controlar algo en su interior.

Las puertas nuevamente fueron abiertas, esta vez por una enfermera que era seguida por una camilla en la que una persona iba recostada, Anissina salió por el costado indicándoles a todos que la siguieran para que vean a donde quedaba la sala de Cuidados Intensivos.

Yuuri iba alejado, no tenía que ver en nada de eso, por eso prefirió mantenerse al margen de todo. La mano de Murata lo arrastró para que estuviera junto a la camilla que esperaba pacientemente el ascensor que servía solo para esos momentos, la sala de Cuidados intensivos se encontraba un piso arriba del que estaban. Yuuri subió al ascensor con la única compañía de la doctora y dos enfermos, los demás se quedaron abajo esperando que el ascensor se desocupara para subir. Yuuri miró un tanto inquieto a la persona que estaba recostada, sus cabellos estaba cubiertos por un gorro azul y en su rostro había una mascarilla, Anissina presionó el botón de subir y el ascensor empezó con su trabajo. Iba lento, como debía ser, ese ascensor era especialmente hecho para trasladar personas en estados graves, así el movimiento no afectaría en nada al paciente.

Yuuri acercó su mano a la camilla y miró cautelosamente a esa persona, regresó la vista para saber si no le iban a impedir que lo hiciera pero no recibió reclamos, se acercó con más confianza y pudo ver de quien se trataba.

El leve respirar que emitía por su boca hacia que la mascarilla de plástico transparente se empañara un poco, Yuuri sintió que el mundo se le venía encima al verlo de esa forma.

-Wolfram—Su voz fue quebradiza, a punto de un lamento y casi sollozo, por un momento sintió que las piernas le fallarían y se sostuvo fuertemente de la mano de Wolfram que inconscientemente había sujetado. Acarició levemente la mejilla maltratada de Wolfram y escuchó como las puertas se abrían. El enfermero le hizo aún lado y salieron siendo seguidos por Anissina, que no quitaba su mirada del muchacho de cabellos negros.

Yuuri salió aún confundido por todo lo que pasaba, vio a la doctora y los demás ingresar en una habitación que se encontraba al fondo del pasillo, la luz verde de las siglas C.I se encendieron y su rostro se llenó de lágrimas. No comprendía ¿Wolfram estaba con vida? Pero le había tomado el pulso ¡No respondía! Eso debía ser un simple sueño, eso imaginó, debería de encontrarse durmiendo en su cama, y si ese fuera el caso, no quería despertar.

El ascensor nuevamente hizo acto de presencia, de él se bajaron Murata, Conrad y Gwendal. El muchacho de lentes lo tomó de los hombros al ver que casi caía al suelo de rodillas, lo sostuvo con fuerza y lo dejó posar sus manos encima de sus brazos. Siendo guiado, Yuuri llegó a la banca que había fuera de la sala de C.I, temblaba, asustado o quizás de felicidad inverosímil.

-Era Wolfram—Susurró mientras miraba la punta de sus zapatos como si fuera lo más interesante en toda la sala.

-Lo es, es Wolfram—Sonrió Murata ante la reacción de su amigo—Su pulso se encontraba casi inexistente pero, lo consiguieron sentir al momento de regresar. Ya escuchaste a la doctora, no es como si estuviera fuera de peligro, pero tampoco es como si no existiera una esperanza.

Yuuri dejó caer más abiertamente las lágrimas, ahora si podía estar tranquilo, aunque no mucho, restaba pensar que debía dar la noticia a Cecile de que estaban en el hospital para que toda su felicidad se bajara.

-Pueden pasar a ver a Wolfram, les pediré que coloquen esto aunque lo vayan a ver por detrás de un vidrio.

Anissina había salido de la sala y les entregaba con sus manos unos trajes parecidos a los que ella tenía, guantes, gorro, mascarilla y una túnica de doctor color celeste. Tomaron uno cada uno y entraron.

Wolfram estaba—Como había dicho Anissina—detrás de un vidrio insonoro, siendo analizado por otros doctores y acomodando los artefactos como era debido, Densha estaba dentro, revisaba las máquinas de cardiografía con total normalidad.

-Densha me ha dicho que no fue su culpa el que no sintieran su pulso, era leve, tan leve que ni incluso él casi lo percibió. Aunque fuera un experto en eso.

Anissina recordó detalladamente lo que había contado de lo que sucedido dentro de la ambulancia. Densha había estado mirando con tristeza a Wolfram, la pena lo invadía al pensar que aquel joven muchacho no tendría la oportunidad de vivir como lo merecía. Había tomado su mano y con la esperanza de sentir un leve latir, había presionado fuertemente en la muñeca. Algo dentro de él dijo que había vibrado al sentir el leve latir del rubio.

-“Enciende la sirena, acelera el paso de la ambulancia, debemos llegar pronto al hospital. Este muchacho sigue con vida”

Se sentía orgullosa de que su hermano sea todo un profesional en eso, su carrera apenas empezaba y para doctor le faltaba mucho, pero sabía que iba a ser uno muy bueno. Miró al pelinegro que no despegaba la mirada de Wolfram, parecía tener un cariño muy grande por el rubio como para encontrarse con esa mirada de felicidad plena.

-Le colocarán unos sueros que le ayudarán a aceptar la transfusión de sangre con rapidez. En el momento que salga del semi-coma en el que ha entrado lo llevaremos a una habitación normal y lo podrán ver de más cerca.

-Le agradecemos por todo lo que ha hecho por Wolfram, Anissina-sama—Dijo Murata muy agradecido con la doctora.

-Es mi trabajo—Sonrió de lado y se retiró, con las manos en sus caderas, entrando en la sala junto a su hermano que le entregaba las lecturas de los aparatos del corazón.

Yuuri regresó la vista a Wolfram, quería que el muchacho se despertara lo más pronto posible, verlo lleno de tubos por doquier no le parecía nada bueno, miró el reloj de su muñeca, eran las siete de la mañana, en todo el trayecto del hospital, cambiarse de ropa y la agotadora carrera de una sala a otra el tiempo había volado. Recordó que debía decirle a Cecile donde se encontraba, quizás y debiera calcular el tiempo que demoraría en viajar y decirle antes de que lleguen a casa donde se encontraban. Iba a ser un poco complicado. Recordó que el mensaje le había llegado a las doce de la noche, eso significaba que Cecile le había enviado el mensaje a las tres de la tarde desde Inglaterra y estaría llegando a las nueve de la mañana, por lo que tendría más de dos horas—Contando con el tiempo que se demoraría en el aeropuerto y viajando desde Narita a Osaka—para pensar las palabras que le diría. Pero, algo le rondaba la cabeza desde un principio.

-Gwendal—El aludido miró al pelinegro que no despegaba la mirada de la habitación—Hace un momento dijiste que Wolfram era tu hermano ¿Qué hay de cierto en eso?

-Pues todo—Dijo desinteresadamente el hombre de gran porte.

-Eso es ilógico—Yuuri miró a Gwendal sin creerle ni lo que comía—Chery-sama solo tiene un hijo y es Wolfram.

-Pues no, no es así. Cecile von Spitzberg tiene tres hijos.

Yuuri miró con sorpresa a Gwendal ¿Era verdad lo que le estaba diciendo? Si era así, entonces comprendía porque el oficial de policía había sucumbido a participar en la misión.

  -P-pero no te pareces en nada a Wolfram.

-Es porque somos hermanos de madre, nuestro padre es diferente para los tres—Repuso Conrad tras la mirada aún más confundida de Yuuri.

-¿T-tú también Conrad?

-Yuuri, antes de que nuestra madre se una en matrimonio al padre de Wolfram, William von Bielefeld, tuvo dos compromisos, el primero fue con el General Frank von Voltaire, padre de Gwendal, falleció en la guerra que hubo al poco tiempo de haber nacido Gwendal. Luego conoció a mi padre, Dan Hiri Weller, pero este también falleció ya que era oficial de policía.

-P-pero porque…porque Wolfram no me había dicho nada de esto.

-Porque él no lo sabe aún. Nuestra madre tuvo que mantener silencio por el bien de la compañía, pero después de todo esto no permitiremos que Wolfram siga sufriendo de este modo, como hermanos que somos, debemos protegerlo, así nuestra madre se ponga en contra—Gwendal apretó sus puños, su mente le pedía un poco de consideración pero su corazón ya le gritaba que se dejase de esconder de su hermano menor.

Yuuri miró a Wolfram, ahora comprendía muchas cosas, la vida de Wolfram era una maraña de secretos, no solo de su parte sino también de parte de su madre. No quería imaginar cuantos problemas más deberá de enfrentar. Solo esperaba que ahí terminasen los secretos de la familia Bielefeld porque no imaginaba cosa más extrema que eso. Haber visto morir a tu padre, asesinar a un niño cuando apenas tenía cinco años, que tu madre te oculte la existencia de dos hermanos, ser traicionado por tu mejor amigo, un amor escondido que causó sufrimiento, tantas cosas que en la vida de Wolfram se habían acumulado, tantos perjuicios por sus gustos. De verdad que sentía compasión del joven rubio.

-“Wolfram, de verdad que lamento lo que pasas, prometo nunca dejarte solo”

Pero tarde se enteraría que las promesas pueden llegar a representar grandes pesos en los hombros que a veces decidimos soltar y no continuar.

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Reiko lanzaba pequeñas piedrecillas a los barrotes de la celda en la que se encontraba, donde iba a permanecer hasta ser enviado a una de máxima seguridad, su hijo estaba en frente de él. No quería verlo, la vergüenza invadía su rostro completo, imaginarse haber caído tan bajo, era todo un dolor de trasero.

-No puedo creer que hayamos terminado de esta forma—Dijo Kyo sin levantar la cabeza, con un ánimo alejado de lo que podía ser realidad. Sí, no estaba acostumbrado a esa forma de vida que debería vivir desde ese momento. La vida que había llevado desde pequeño había sido una llena de lujos y comodidades ¿Qué haría? La compañía no tendría quien la maneje por lo que el juez de seguro la vendería y el dinero lo utilizaría para fondos del orfanato de Japón. Eso le molestaba, él debía haber heredado la empresa y no venderla para dar su dinero a muchachos pobres.

-Silencio—La voz de Reiko salió toda rasposa, sin siquiera rastros de lo que había sido de ella, miraba la palma de sus manos, pronto saldría, de eso estaba seguro, tendría que idear una forma de escapar de esa cárcel junto a su hijo y vivir de incógnita en otro país.

-No estaremos mucho tiempo en este basurero, te lo aseguro.

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Cecile y Meiko estiraban las piernas luego de un largo viaje en avión y tren, le molestaba el cambio de hora, no habían conseguido dormir como era debido y las ojeras en sus ojos eran apenas visibles. Cecile dio un suspiro de felicidad al percibir el aroma de la nieve, sus pies crujían al contacto con ella y dejaban rastro de su caminar por la calle, el ambienten navideño le hizo sentir un calor en su pecho. Habían vuelto a su hogar.

-No cambiaría esto por nada, ni por todos los lujos del mundo—Dijo Cecile mientras caminaba por las calles de Osaka.

-Tampoco yo, Cecile-san—Susurró Meiko, quien abrigaba sus manos en los bolsillos de su chaqueta de lana—Ya quiero llegar a casa, abrazar a mis dos niños y preparar una merecida cena, con pavo, vino y muchos dulces al gusto de Wolfram.

-Y al gusto de Yuuri también.

-No, a él no le gustan casi los dulces.

-¿Enserio? Pues creo que ahí se verán disparejos esos dos.

-Hay muchas cosas en los que no son iguales—Meiko caminó unos pasos y se detuvo—Por ejemplo: A Yuuri le gusta el baseball, el café, no es bueno en la música, le gusta no causar muchos problemas, es animado y le gusta ayudar en lo que puede, también es algo alocado y un poco torpe. 

-A Wolfram le gusta esgrima, el chocolate con leche, es excelente en el violín, no le importa que digan de sus acciones, es un poco reservado y no es fanático del contacto de otra persona que no sea su familia, también podría decirse que es alocado pero de una forma diferente y ve los más mínimos detalles de las cosas.

-Uh, completamente diferentes. Aunque sé que así, ellos no se cansarán nunca uno del otro, siempre tendrán una nueva aventura por contarse.

-De eso estoy segura, Meiko—Cecile sonrió, la vibración de su celular la hizo buscar en su bolsillo, un mensaje de Yuuri en la gaveta de entrada con un asunto “Importante”

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Jueves: 09H40 AM
De: Yuuri-kun
Asunto: Importante aviso.

Cheri-sama, por favor, apenas lleguen a Osaka diríjanse directamente al hospital central de Osaka, nos encontramos allí, cuando vengan les explicaré todo.

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Cecile tembló por un momento, sintió que algo malo había sucedido, desde ese día se sentía de esa forma, dejó que Meiko leyera el mensaje y ambas se miraron.

-¿Será que les sucedió algo grave?

-No puedo asegurar nada, Cecile-san, lo que podemos hacer por el momento es tomar un taxi y dirigirnos al hospital, ha dicho que nos explicará todo en cuanto lleguemos al hospital.

-Solo espero que no sea nada grave.

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Continuará.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, la etapa de descubrimiento de secretos casi llega a su final, solo faltan unos detalles y todo terminará.... aunque solo son esos secretos, de los que ya conocemos, luego van unos dos o tres más XD por eso su excelente y original nombre :P

Nos vemos este fin de semana con la nueva actualización:

Respiro de paz: De nuevo a clases parte 1.

Ojo!!! Que el tema no los engañe...

Nos vemos!!


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