De regreso a California, nadie comentaba nada. Cora estaba junto a Lydia durmiendo en su hombro mientras que Scott estaba junto a Stiles abrazándolo por los hombros, los dos callados viendo lo que se suponía era una película de comedia pero al final era solamente drama. Kira estaba durmiendo recostada en la venta, Malia suspiro desde atrás de la pareja de amigos, levantándose del asiento discreta; necesitaba llamar a su padre en este momento.
—Aló —respondieron desde la otra línea, no era la voz masculina que esperaba pero ya conocía a la que sonaba. John, de seguro Peter estaba cuidado a los gemelos— Aló, contenten escucho su respiración.
—John soy yo, Malia —Dijo, sonando tranquila. El mayor rio contento y pregunto por qué tan repentina llamada—, No estoy segura si debería decírtelo pero Stiles necesita ayuda especial en estos momentos.
— ¿Ah? ¿Qué ocurre con mi hijo? —Cuestiono sonando más preocupado.
—Tranquilo, es algo bastante simple, pero necesita de ti. Eres su padre al fin y al cabo además este tema es algo delicado de tocar vía telefónica —Hablo, abriendo la llave del lavamanos para mojarse la cara con solo una mano—. Espero que estén cerca de Beacon Hills, será donde llevare a rastras junto con Scott, a Stiles.
—Sí, estamos bastante cerca. Oh por favor Malia, cuida de mi hijo. Eres lo más cercano a hermana que tiene, y sabes cómo es él para meterse en líos. Peter te manda saludos, tengo que irme los gemelos están por despertar para su leche —despidió antes de cortar la llamada. La castaña reflejaba el dolor de solo ser considerada un familiar, ella no lo quería de esa forma.
Ella lo quería como a una pareja o esposo. Pero era una beta, no podría competir contra un alfa como Derek.
Abrió la puerta de la cabina del baño cuando choco con una figura de su mismo tamaño, más musculosa y voluminosa. Apestaba a Alfa así que se trataba de Scott.
—No te han enseñado a no entrar al baño cuando hay una mujer —murmuro tosca, sobándose la frente que había chocado con la cabeza del otro.
—Y a ti no te enseño Peter a no divulgar cosas personales de otros —respondió brusco; con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
—No dije nada que delatara la situación de Stiles, además es su padre y yo soy su hermanastra. Puedo hacer lo que me plazca para la seguridad de mi hermano. Como tú también lo has hecho —escupió desafiante, antes de que siquiera el alfa latino comentara algo una azafata los interrumpió, una beta. Les mando a sentarse nuevamente en sus lugares para no distraer al piloto ni poner nerviosos a los demás pasajeros.
El departamento de soltero del Alfa Hale estaba casi completamente deshabitado, si no fuera por el cuerpo casi inerte que yacía desmayado del cansancio de la anterior noche de celo, los brillantes ojos verdes del azabache parpadearon unas tantas veces antes de por fin abrir completamente los ojos.
Observo el lugar completo, era deprimente ver todo tan vacío, desde pequeño que soñó con vivir solo, lejos de su molesta familia. De los mocosos amigos de su hermana que invadían su territorio cuantas veces pudieran. Pero luego de unos años no creía sentirse bien tan solitario, pensó en que se mudaría junto a Laura, o hasta el los más imaginativos pensamientos que viviría junto a Stiles, el Omega irritante que le robo el aliento desde jovenes.
Se sentó en la cama sobándose la frente, ayer fue el martirio de su vida, con una fiebre altamente peligrosa para cualquier persona que no fuera un Alfa, durmió toda la noche desnudo; con el pene erecto hasta cuando se le ocurrió la magnífica idea de llenar la tina con hielo. Sirvió para controlarse mentalmente pero su cuerpo no reacciono de la misma manera.
El tintineo de su móvil lo despertó de los recuerdos de la noche anterior y tomo el aparato. Un mensaje, el remitente: su mejor amigo, Boyd.
De: Boyd
Para: Derek
Espero que estés mejor, Erica está que muere por la noticia y no poder ir a verte.
¿Noticia? ¿Qué noticia?
Arrugo el entrecejo, debía ser algo muy importante para que Erica dejara sus uñas y manicure para estar molesta con él. Bufo por el dolor de cabeza y lanzo el teléfono al otro lado de la cama; mañana o más tarde respondería, era su día de descanso, y además semana de celo, merecía tranquilidad al menos una vez al año.
Abrió la puerta del refrigerador sacando la leche, ignorando los ruidos de los animales del frente abajo en la calle, las mañanas se volvían un martirio para él por tanto animal molesto que ladraba o maullaba. Pensó en hacer algo de ejercicio en el salón pero lo dejaría todo apestoso, y para que conste no era que fuera un maniático de la limpieza, simplemente no le gustaba el olor a sudoración de las personas, tampoco la de él mismo.
Rasco su abdomen encendiendo el televisor, cuando el sonido de su teléfono fijo sonó en la pared junto a la entrada de la cocina. Bufó más que molesto y lo dejo sonar para que aprendieran a no molestarlo en sus días para él solo.
Lastimosamente, como era Derek Hale, el ser humano con menos suerte en todo el mundo. Todos los teléfonos del departamento incluyendo el móvil comenzaron a sonar a la misma vez; era obra de Laura, lo tenía claro. Y era más que obvio también que la bruja esa había obligado a todos sus empleados a llamarlo a la misma vez.
Se acercó al más cercano para al fin contestar entre tanto bullicio que abruptamente se detuvo.
—Aló —gruño, con la voz más ronca de lo normal. No escucho mucho del otro lado, lo que significaba que era el teléfono de la oficina de Pedro.
—Derek. Estas en un gran lio.
¿Esa era su hermana Cora? ¿Qué hacía llamando desde la oficina de su tío?
—Ven ahora mismo a california, y trae a la pandilla de lobos encuerados que necesitaras apoyo para esto —escupió molesta, podía escuchar por la línea telefónica el rechinar de los dientes de la menor. Se sorprendió bastante cuando un gruñido femenino que no era el de su hermanita le contesto.
—Derek. Soy Lydia, será mejor que vengas rápido. Se trata de Stiles.
El rubio lleno de rizos abrió la puerta del copiloto para invitar a entrar al rubio oji verde, quien bufo y entro sin más vacilación. Isaac dio la vuelta al auto hacia la puerta del piloto echando andar el automóvil y bajando el seguro.
—No entiendo por qué debíamos volver a California, podíamos quedarnos en Francia más tiempo —murmuro berrinchudo, cruzándose de brazos.
El rubio más alto sonrió divertido de su compañero— Vamos, Jackson. Al bebé no le gustara que estés así por venir a ver a nuestros amigos y a sus tíos —dijo pendiente del camino y de su pareja.
—Lo que digas, como si Ámbar se alegrara de venir a ver a Erica —susurro entre dientes, sintiendo una patada en el bajo vientre al nombre de la loba rubia— ¡Bien ya entendí, estas de lado de tu padre! ¡Deja de pegarme coño!
El oji azul rio enternecido, pero fue interrumpido por el sonido del teléfono de Jackson, ambos se miraron pero el oji verde alzo las manos a la defensiva—: No me mires a mí, no les dije a ninguno de los chicos. Estuve la mayor parte del tiempo con Danny y lo sabes.
Exhalo rendido y respondió en altavoz el llamado.
—Aló Erica, ¿Qué ocurre? —pregunto alto, para que la chica lo escuchara.
—¡Derek preño a Stiles! —grito desde el otro lado la misma voz chillona de siempre, casi chocan de la sorpresa y Jackson abrazo su vientre hinchado viendo sorprendido a su esposo—¡Isaac respóndeme!
—¿No estás de coña?
—¿¡Jackson?! ¡Hola! ¿Cómo está mi sobrina favorita? —como si fuera magia, el llamado de la rubia a la pequeña bebé en el vientre del rubio pateo entusiasta, provocándole dolores más fuertes que el anterior a su progenitor.
—Está bien Erica, pero dinos. ¿Cómo es eso de que Derek preño a Stiles? ¿Están juntos al fin? —pregunto Isaac, viendo atentamente al móvil, la mujer lo pensó bastante antes de contestar.
—No Isaac. Fue un lio de una noche, Kira nos acaba de contar. Se enteraron todos en Cancún —respondió media entristecida. Ambos bufaron molestos, ese par no podía ser más imbécil por que no nacieron antes, hasta la pequeña Ámbar estuvo de acuerdo pateando levemente el embonen de Jackson.
—Nos encontraremos con Lydia en casa de John y Peter, estoy más que seguro que llamarán a Derek para aclarar las cosas —insinuó Whittermore, terminado la llamada, acomodándose mejor en el asiento y ajustando el cinturón de seguridad perdido en el camino pensando en lo que le acababan de decir—. Dios nos libre de esos dos gilipollas.
—Tú lo has dicho cariño.
La pareja de hombres adultos miraba con pena y cariño al menor que estaba recostado en asiento más grande, acariciando el vientre que pronto se hincharía. John fue el primero en saludar a su hijo cuando aparecieron él y sus amigos por la puerta de la gran casa que compartía con su esposo Peter, pero cuando notaron el semblante decaído del menor Stilinski supieron que no todo iba bien luego de las vacaciones.
—Vamos Stiles, el bebé no tiene culpa alguna —murmuro Kira, dejando las tazas de té que preparo para todos en la mesa de café.
—Lo sé Kira, es solo que. No creo que al padre de mi bebé le guste la situación —susurro, observando como la pareja Alfa-Beta, de Cora y Lydia aparecían entre los pasillos saludándolos a todos— ¿Vendrá?
—Sí, Cora casi lo sentencia a muerte pero logre calmar la situación. Lo más probable es que llegue la otra semana.
—Su celo —comento Peter, cruzándose de brazos—, no puedo creer que mi sobrino fuera tan irresponsable.
—Peter, no fue solo su culpa. O estaba saliendo de mi calor también.
—Hijo, eso no lo justifica. Él debió cuidarse mejor, solo tienes diecinueve y es tu penúltimo año de universidad, ni siquiera tienes trabajo ni casa propia, no siempre estaremos John y yo ni Scott para protegerte. ¡Derek con suerte puede mantenerse a sí mismo y a la empresa! Ten por seguro que no tendrá tiempo para ir a algún partido del niño o algún concierto, lamento ser tan duro Stiles. Pero es la verdad —Hablo con seriedad el barbudo, todos en la sala quedaron callados en un desagradable silencio. Ni siquiera los gemelos dormidos en el segundo piso hacían ruido para interrumpir aquello—, ¿Qué harás?
—¿Cómo qué que are?
—¿Mantendrás al bebé?
—¡Peter!
—John, es la vida de Stiles. Es joven y no ha vivido la vida, será peor para el niño después —razono Melissa que salió de la cocina con una mirada seria—, además Derek… Derek ni siquiera ha querido estar con un chico ni chica después de lo de Kate.
El silencio retomo lugar, Stiles estaba devastado. Todos tenían puntos razonables, no quería deshacerse de su bebé eso era seguro, pero ¿Cómo lo haría con Derek? todos sabían cómo había quedado luego de lo de Kate, en especial Stiles que lo acompaño en sus penurias como confort, pero ahora que llevaba a su bebé ¿Qué seria? ¿Lo aceptaría? Sí, Derek era muy correcto para dejar al así a la ligera, pero ¿Lo querría?
Sacudió la cabeza para tratar de centrarse en lo importante, él bebe.
De repente una de las canciones de Skrillex resonó por toda la casa y rápidamente contesto para no despertar a sus hermanitos.
—¿Hola?
—Stiles. ¿Qué ocurre?
Oh no, Derek.