Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Entre amor y secretos por RyuStark

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este One-Shot de "Los románticos" me tomó bastante a falta de tiempo y de inspiración. Pero se lo dedico a mi amado y dulce Taiga y también a todos los amantes de Gin x Izuru :3

Pero de una vez quiero aclarar que este no es romance esponjoso y tierno. Más bien es un amor intrigante, misterioso y psicológico. Yo con esta historia busco plantearles a una pareja enamorada muy a su manera en la cual sobreponen su “amor” por encima de la “verdad”.

Recuerden que el amor no se ve ni se oye más bien se siente y creo que todos tenemos una manera diferente de percibirlo. Antes de que empiecen la lectura me gustaría hacerles una pregunta ¿Ustedes que estarían dispuestos a hacer por amor y por esa “persona especial? Jajaja tranquilos tampoco es película de intriga.

Eso si quiero enseñarles la imagen en la que me inspire. Seguro que si son fanáticos de GinIzu ya la han visto pero como yo no conocía muy bien a la pareja hice lo mejor que pude /o/ Admiren a la familia Ichimaru totalmente feliz c:

Si tuviera que describir a mi marido con tres palabras serían: cautivante, pervertido y misterioso. Sobre todo las últimas dos, por más que me encante no puedo dejar de pensar que se comporta como un viejo rabo verde. Me muerdo un poco los labios para no reírme mientras doblo la ropa en la sala.

—¿Pasa algo Kira?

Volteo a verlo viendo como ha bajado su periódico y me mira curioso. Nada Ichimaru-sama.

—Me pareció que te estabas riendo. Vamos Kira deja ya eso de Ichimaru que tú también lo eres desde hace bastantes años.

Lo siento Gin-sama, es una costumbre que se me quedó. Me sonríe burlonamente bebiendo su café derramándose un poco en el pantalón poniendo una cara de gatito decepcionado mientras yo intento contener la risa. No suelo expresar mucho mis emociones pero este hombre definitivamente quiebra mis barreras.

—¿Te estás riendo de mí Kira?

Por supuesto que no Gin-sama. Le traeré otro pantalón de inmediato. Se levanta dejando su periódico caminando hacia mí, me toma por la cintura jalándome y chocándome contra la pared poniendo sus manos a mis costados pegando su frente con la mía. Aquí vamos de nuevo…

—¿Qué tal si mejor me los quitas y de paso nos divertimos un poco Kira? Los niños están en la escuela y es mi día libre, no me digas que piensas doblar ropa todo el día con tu marido en casa.

También tengo que lavar más ropa y tender las camas. Ambos sonreímos uniendo nuestros labios en un beso candente y ruidoso. Su lengua entra en mi boca excitándome totalmente mientras me aferro a su pecho. Jadeo entre besos apasionados llevando mis manos hasta su pantalón quitándole el cinturón abriendo sus botones con prisa bajándoselo un poco. Gin-sama…

—¿Me estás seduciendo con ese rostro suplicante Kira?

Me abrazo con fuerza a su cuello asintiendo. De inmediato me sonríe tomándome por los muslos cargándome, rodeo su cintura con mis piernas mientras nos besamos con pasión y deseo hasta que me sienta sobre la mesa. Rápidamente me quita los pantalones al igual que la ropa interior, cubro mi erección un poco apenado viendo como me sonríe perversamente lamiéndose los labios.

—¿Con dos hijos y seis años de casados te sigues avergonzando ante mí Kira?

Es porque usted es un pervertido Gin-sama. Se ríe asintiendo.

—Claro que lo soy, soy una víbora venenosa y tóxica y tú eres la presa de mis perversiones mi lindo ratoncito…

Termina de bajarse la ropa interior liberando su dura erección.

—¿Ya temblando del miedo Kira?

Ni siquiera me da tiempo de contestar acomodándose entre mis piernas, sujeta mi cabeza con una de sus manos atrayéndome hacía él para besarme agresivamente mientras que con su otra mano toma su erección llevándola hasta mi entrada penetrándome lentamente. Jadeo y me retuerzo aferrándome a sus brazos al sentir la enorme y gruesa intrusión a la vez que me ahogo entre sus besos apasionados y candentes. Gin-sama…haaahh…así.

—Kira…ahh, estás tan apretado y caliente y esa mirada tentadora. Te encanta seducirme ¿No es así?

Recargo mis codos sobre la mesa mordiéndome los labios disfrutando como entra y sale de mi interior con fuerza a la vez que se aferra a mis muslos. Gin-sama…ahh, espere...ahh.

—¿Qué quieres más Kira? Por supuesto.

Me da duras estocadas clavándose en mi interior sacándome montones de  lágrimas de placer al igual que gemidos vergonzosos y escandalosos. Me dedica miradas completamente depravadas y siniestras que me hacen temblar anhelando a este hombre como nunca. Haahh…sí, ahí, ahí…haahh.. Gin-sama, me encanta. Rápidamente me cubro la boca bastante apenado mirándolo sonreír.

Intento aguantar mis ganas de gemir al sentir como su erección no para de rozar y golpear mi punto de placer. Gin-sama me quita la camiseta comenzando a besar y a morder agresivamente mi cuello enfatizando en mis clavículas sabiendo que es mi perdición. Mi cordura se esfuma mientras yo me pierdo ante el placer que me da mi marido. Vuelve a clavarse en mi interior solo para cargarme y llevarme hasta el sillón en el cual se sienta.

—Vamos Kira…muévete para mí.

Me abrazo a su cuello uniendo nuestros labios en un beso erótico y voraz como si quisiéramos devorarnos el uno al otro de tanta pasión. Comienzo a subir y a bajar clavándome en su erección con fuerza sacándole algunos gruñidos a mi esposo. Sonrío complacido de saber el placer que solamente yo le puedo dar.

—Ahh…así Kira, me fascinas.

Sus manos recorren mi cuerpo con codicia y desenfreno quemándome la piel al contacto, cada beso y caricia se vuelven totalmente adictivos. Haahh…Gin-sama lo amo. Me sonríe dándome un pequeño y tierno beso que me hace enamorarme aún más de él a la vez que disfruto su calor llenándome y provocando que me corra sobre mi abdomen. Caigo rendido en su pecho abrazándolo con fuerza. Gin-sama no se vaya.

—No me iré a ningún lado, estoy aquí contigo.

Entre cierro los ojos un tanto cansado sin dejar de aferrarme a él, Gin—sama deposita pequeños y dulces besos sobre mi rostro haciéndome sonreír hasta que siento como el sueño se apodera de mí. Me estiro un poco escuchando un par de risas y pequeñas carcajadas que me hacen abrir los ojos. Me incorporo viendo que me encuentro en mi cama en la habitación que comparto con Gin-sama.

Me levanto sintiendo un pequeño dolor en la espalda baja yendo hacia mi closet para colocarme algo de ropa ya que aún sigo desnudo. Por las risas y ruido que hay afuera Gin-sama pasó por nuestros hijos a la escuela, fijo mi vista en el reloj viendo que son las cuatro. Carajo ya es tarde y no he hecho la comida ni tendí la cama de los niños ni mucho menos eche la demás ropa a lavar.

Me termino de vestir con prisa saliendo hacía la sala en busca del escándalo llegando hasta la cocina. Me quedo pasmado viendo la linda escena, Gin-sama carga a uno de nuestros hijos en su espalda y al otro en uno de sus brazos a la vez que los tres están totalmente llenos de harina haciéndome reír. Gin-sama junto a mis hijos intenta batir algo en un enorme recipiente.

—¡Mami!

—Mamá no debías despertar, aún no hemos terminado.

¿Qué hacen?

—¡Un pastel!

Ohh ya veo ¿Qué tal van con eso? ¿Les ayudo?

—¡No! ¡Nosotros lo haremos para ti!

Está bien, está bien. Gin-sama me sonríe mientras terminan de colocar la mezcla sobre un molde para luego meterlo al horno. Yo miro toda la cocina hecha un desastre, trastes sucios, harina, cascarones de huevo y leche derramada por todo el lugar. Huele muy bien, seguro que será una delicia.

—¡Por supuesto! Nosotros lo hicimos después de todo.

—Será el mejor pastel del mundo ¿Verdad papá?

—Claro.

Los tres se acercan a mí abrazándome con ternura. La idea del pastel suena muy bien pero no me digan que solamente comeremos eso.

—Es verdad…

—¡Ya sé, pizza!

—¡Sí, pizza!

Pizza será. Mis hijos sonríen corriendo alegres por todos lados mientras yo me aferro a su padre cuando de repente su celular comienza a sonar.

—Ya vengo.

Se separa tomando su celular sin contestar hasta que llega a su estudio y cierra la puerta no sin antes dedicarme una sonrisa. Ahí están otra vez las llamadas misteriosas. No es que crea que me engañe o algo así pero es realmente sospechoso. Lo que pasará ahora es lo siguiente, saldrá, me dará un beso en la frente y me dirá que tiene que salir por un rato debido a su trabajo lo cual serán bastantes horas.

Regresará y se disculpará diciendo que el compromiso le tomó más de lo pensado, a veces no sé si realmente me oculta algo grande. De repente sale y se dirige hasta mí abrazándome y dándome un beso en la frente, lo sabía. Gin-sama no olvide llevarse su abrigo. Me mira sorprendido sonriendo.

—¿Quieres que vaya a algún lado Kira?

¿Perdón? La llamada…

—¿Cuál llamada? Ahh eso, solo era el idiota de Aizen invitándome a tomar un trago el cual rechacé después de todo hoy es mi día libre ¿Recuerdas?

Ya…ya veo.

—¿Entonces de qué pedimos la pizza niños?

—¡Pepperoni!

—¡No! ¡Hawaiana!

—¿Qué tal la mitad y mitad?

—¡Sí!

Gin-sama carga a nuestros hijos a la vez que toma el teléfono y hace el pedido. Me sonríe tiernamente quitándome cualquier duda, definitivamente este hombre me ama. Es solo que realmente suele tener comportamientos muy intrigantes. Al terminar la llamada los tres me sorprenden con la idea de que ya han tendido las camas, lavado y doblado la ropa.

Al poco rato sacan el pastel el cual se ponen a decorar espantosamente pero con todo el amor del mundo para mí. Que yo recuerde hoy no es un día especial pero me tratan de lo mejor. Apenas llega la pizza mis hijos me dan la primera rebanada más unos jugosos besos llenos de caramelo y crema batida por las pequeñas probadas que le dieron al betún del pastel.

Los cuatro vemos una película en la sala mientras comemos pizza y un delicioso pastel de vainilla con enormes y deformes trozos de fresas y durazno. Las horas pasan divertidamente entre risas, bromas, derramamientos de bebidas y un sinfín de desastres. Nuestros hijos se ríen por las torpezas de su padre que apenas se cambia la camiseta vuelva a ensuciarse.

Después de un baño nuestros hijos se quedan totalmente dormidos. Por mi parte Gin-sama y yo tomamos una pequeña ducha acompañada de una sesión de besos candentes y apasionados que me hacen temblar de amor. Gin-sama siempre me ha tratado como su más delicada posesión, siempre es bueno y lindo aunque sea un pervertido.

—Kira saldré primero no te tardes.

Claro. Sale secándose mientras yo termino de enjuagarme el cabello y el cuerpo para luego cerrar las llaves y tomar una toalla pegándome a la puerta debido a que escucho su voz.

—¿Tiene que ser ahora? ¿Es realmente urgente? ¿Por qué no mandas a alguien más? Vamos aunque sea un trabajo rápido hoy no puedo. Lo sé, lo sé pero a veces me toma más de lo debido y si llegan más todo se complicará. Ohh…no me habías dicho eso ¿Cuánto otra vez? Claro ahí estaré.

Me despego de la puerta abriendo las llaves del lavabo comenzando a lavarme la boca viéndolo entrar colocándose una camisa, se acerca hasta mí dándome un beso en la frente.

—Tendré que salir un rato, es algo del trabajo. Prometo no tardarme ¿Sí? Te amo Kira, eres mi vida.

Sonrío y asiento sin sacarme el cepillo de la boca viéndolo terminar de vestirse, tomar su portafolio y salir. Apenas se va me cambio y recuesto sobre mi cama. Lo sabía, un día más no hace la diferencia después de todo esto pasa muy seguido desde que me case con él, pero no puedo evitar preguntarme ¿Qué clase de maldito compromiso puede tener un simple oficinista a las diez de la noche en Jueves?

Me tapo y apago las luces pensando muchas cosas. Gin-sama y yo nos conocimos cuando yo cursaba mi último año en la preparatoria. Él estaba por terminar la Universidad pero aun así nos dimos el tiempo de salir. No diré que me enamoré de él desde que lo conocí, a decir verdad me daba bastante miedo, si ahora lo considero intimidante en ese entonces ni se diga, temblaba con solo tenerlo cerca.

Pero a pesar de su aspecto él supo a travesar mi coraza, siempre siendo muy insistente conmigo en todo, tanto en citas como en regalos. Dijo que se enamoró de mí apenas me vio y definitivamente todas sus acciones me lo probaron. Cualquiera diría que es una mentira pero no recuerdo ni una sola vez en la que hayamos peleado, nuestra relación ha sido casi perfecta.

Nos hicimos conocidos, luego amigos y rápidamente novios. Al poco tiempo tuve sexo con él en su departamento, los encuentros se fueron haciendo más frecuentes hasta que un día como casi de la nada mientras paseábamos tomados de la mano viendo las flores brotar por la primavera me pidió que me casara con él. Fue algo sorprendente pero de inmediato acepte. Mis padres no se opusieron así que todo fluyó de maravilla.

Tuvimos una hermosa boda en un elegante salón de fiestas con todos los arreglos y caprichos que yo quise, claro que todo lo pagó él. En ese momento estaba tan emocionado que no me di cuenta de muchas cosas. Por ejemplo que él nunca me habló de su familia y si yo tocaba el tema él simplemente lo evadía. Sin mencionar que a nuestra boda tan solo fueron dos amigos suyos, Aizen Sousuke y Kaname Tosen, las únicas personas cercanas a él que conozco.

Después de casarnos comenzamos a vivir juntos en esta preciosa y enorme casa que él compró, a decir verdad tampoco le pregunte dónde consiguió el dinero para comprarla porque creí que sería grosero de mi parte. Tal vez cuando éramos novios no me daba cuenta ya que no vivíamos juntos pero desde hace seis años que lo hacemos de vez en cuando recibe misteriosas llamadas como la de hace un rato. Y sea día, tarde o noche él se va a atender esos “compromisos”

Claro que miles de escenarios han cruzado mi mente, la primera es que me está engañando pero cuando me pregunto ¿Con quién? La idea desaparece ya que Gin-sama jamás ha demostrado interés algún en otra persona que no sea yo ya sea hombre o mujer. Y las demás opciones abarcan mi imaginación creyendo que es un mafioso, súper agente secreto o tal vez un simple asesino a sueldo. Sé que no tiene sentido pero para ser un simple oficinista vivimos como si fuera el dueño de una corporación multimillonaria.

Que tonterías las mías, un hombre que tiene dos pies izquierdos, que ama los caquis secos, que siempre se derrama sus propias bebidas, que cocina pasteles y adora a los niños es incapaz de matar una mosca, bueno eso si no es que se tropieza en el intento. Sea lo que sea su trabajo le deja bastante dinero a nuestra familia. Es realmente imposible que un padre de familia tan lindo como Gin-sama sea un perverso asesino ¿Cierto? Vamos Kira deja de pensar en tonterías, él te ama y te lo demuestra a diario.

Abro los ojos viendo que me quedé dormido, miro el reloj de la mesita de noche que marca las cinco y media de la mañana, me giro viendo que no hay nadie a mi lado pero rápidamente identifico el sonido de las llaves de agua de mi baño privado. Me levanto asomándome en silencio viendo a Gin-sama lavarse con prisa las manos y el rostro. Me quedo estático al ver como tiene la camisa blanca totalmente empapada en sangre. Gin-sama… Me voltea a ver totalmente sorprendido ¿Qué le pasó?

—Ahh…Kira…¿Esto? No…no es mí sangre no te preocupes.

¿Eso no lo hace aún peor? Abre los ojos mirándome fijamente haciéndome temblar para luego sonreírme. Se acerca a mí acariciando mi rostro pero instintivamente retrocedo un poco sin dejar de mirarlo asustado.

—Lo siento, es solo que me tuve que meter para detener una pelea callejera y uno de ellos tenía la nariz totalmente rota por lo cual me ensucie pero no te asustes ¿Sí?

Salgo del baño solo para volver a recostarme ¿Espera que le crea eso? Vamos Kira tranquilízate, Gin-sama te ama. Algunos minutos después siento como se mete a la cama acercándose a mí para abrazarme con fuerza pegando mi espalda contra su pecho. Deposita algunos besos sobre mi cuello a la vez que mete su nariz entre mi cabello.

—Kira te amo ¿Me estás oyendo? Te amo más que a mi vida, tú y los niños son todo para mí. No vuelvas a mirarme de esa manera nunca más por favor. No me gusta que me tengas miedo. Soportaría lo que fuera menos tú desprecio.

Es normal temerle a lo desconocido Gin-sama, buenas noches. Carajo ¿Cómo le pude haber dicho eso? Ahora seguro que está enojado y pelearemos, no más bien ese es el problema nosotros nunca peleamos.

—Kira mírame…mírame Kira ¡Kira mírame!

De repente siento como me gira agresivamente para que lo mire. Trago saliva perdiéndome entre sus preciosos y divinos ojos que me hipnotizan.

—Lo siento no quería gritarte pero ¿Con desconocido te refieres a mí? ¿Dices que no me conoces después de todos estos años juntos? ¿Es eso?

Siento lo que dije Gin-sama.

—No quiero que me pidas disculpas, lo que quiero es que confíes en mí Kira.

Yo confío en usted Gin-sama, usted es mi amor y mi adoración, mi más grande tesoro. Día tras día no hago más que amarlo aún más pero no me pida que confíe en usted cuando todas las noches mientras duermo llega a mí regalándome caricias mustias susurrándome entre sueños que lo perdone.

Si me dirá algo hágalo, pero sino por favor no me mienta ni me pida que confíe en usted porque yo únicamente confío en el hombre con él que me case hace seis años. El hombre dulce y dedicado, ese torpe sin remedio que me dio dos hijos. Gin-sama no tengo miedo a la verdad, más miedo me da saber que después de alguna de esas llamadas que suele recibir usted no regrese a mi lado.

No le estoy pidiendo que me cuente sino quiere, solamente le pido que no dude de mi amor por usted. Yo le seré siempre fiel sin importar nada. Buenas noches. Vuelvo a voltearme mordiéndome los labios, lo deje sorprendido ¿Pero qué rayos acabo de hacer? Nuevamente se pega a mí depositando un beso sobre mi nuca.

—No te cansas de hacer que me enamore de ti una y otra vez cada vez con más intensidad ¿Cierto Kira?

Tiemblo y me estremezco al sentir su aliento cálido sobre mi cuello a la vez que sus manos recorren mis muslos metiéndose entre mi ropa interior. Gin-sama, mañana tiene trabajo.

—No importa, quiero hacerte el amor Kira.

Me gira a la vez que se coloca encima de mí besándome desesperadamente, es inútil resistirme porque todo de mí desea a este hombre. Me abrazo a su cuello sin parar de besarlo mientras él me quita la ropa interior y se acomoda entre mis piernas. Jadeo al sentir sus labios suaves sobre mi oído y como su lengua juguetea con mi piel sensible llevándome al exceso.

—Kira tengamos otro hijo.

Lo miro sorprendido sintiendo mi respiración totalmente agitada ¿Otro hijo? Me sonríe y asiente dándome un pequeño beso.

—Esta mañana tampoco usamos protección y si no lo recuerdas me corrí dentro de ti, más todas las veces que lo haré en este momento hasta embarazarte ¿Crees que es demasiado?

Mi corazón late desenfrenado, tanto que estoy seguro de que Gin-sama puede oírlo. Rápidamente niego con la cabeza. No es demasiado, yo también quiero tener otro hijo suyo Gin-sama. Me sonríe haciéndome gritar al sentir como comienza a adentrarse en mí. Me aferro a su espalda clavándole las uñas por la profundidad de sus penetraciones.

Mis gemidos se ahogan entre sus labios, siento que me derrito entre suspiros de amor y el placer de tenerlo dentro de mí. El deseo de poseerlo por completo me carcome hasta las entrañas ansiándolo cada vez más. Me embriaga con cada beso y caricia que me da quemándome la piel. Gin-sama…haaah. Me masturbo ansioso sintiendo el final cerca a la vez que él continua hundiéndose en mi interior.

—Kira…haahh…me corro, carajo…ahh.

Aferra sus manos a mi cintura jalándome contra él con fuerza penetrándome salvajemente. Grito y me retuerzo corriéndome sobre mi abdomen sintiendo como a los pocos segundos él lo hace en mi interior. Cae rendido encima de mí jalándome para darnos la vuelta y que yo quede encima.

—Vamos Kira, aún no hemos terminado te dije que me correría dentro de ti hasta embarazarte.

><><><><>< 

Desde aquella noche en que tuvimos ese diminuto argumento o al menos así lo considero yo ya que él nunca me había gritado todo ha cambiado. Apenas amaneció su celular sonó pero por primera vez Gin-sama no lo contesto, de hecho me dijo que iría a dejar a los niños a la escuela y después regresaría para volver a hacerme el amor. En cuanto le pregunte por su trabajo simplemente me dijo que renunciaría.

Dijo que el dinero y los amigos van y vienen pero lo único que se queda siempre es la familia y él no estaba dispuesto a perder la suya por un trabajo que ni siquiera era la gran cosa. No voy a mentir, cuando dijo eso realmente me alegre, me alegre como nunca. Esas palabras que le dije en la noche casi de golpe y sin sentido para él realmente significaron algo. Y así tres semanas después confirmamos mi embarazo.

Por momentos llegue a pensar que cuando me pidió que tuviéramos otro hijo solo lo había hecho para que yo olvidara lo sucedido pero en realidad Gin-sama fue el que más se alegró con mi embarazo. Aunque las llamadas seguían llegando el dejó de contestar definitivamente hasta que cambió de teléfono. Todo empezó a ir aún mejor que antes, Gin-sama consiguió un trabajo como maestro en una Universidad cercana por lo que todos los días llega a comer sin falta.

Otra cosa que note es que desde que dejó su anterior empleo nuestra familia ha tenido que ir recortando algunos gastos pero nada que duela o sea lamentable. Al contrario creo no me importan los regalitos caros si en lugar de ellos puedo tener a mi marido en casa. Los meses han pasado y estoy en mi última etapa de embarazo, nuestro bebé está por nacer en apenas algunos días por lo que se me ha hecho guardar reposo absoluto.

Gin-sama está en su trabajo mientras que los niños están en la escuela y yo recostado en mi cama cambiando los canales de la televisión con el control remoto en una mano y una enorme bolsa de caquis secos en la otra comiendo alegre. Me lleno la boca disfrutando el sabor de los frutos a la vez que acaricio tiernamente mi vientre hasta que mi vista se fija en el closet que se encuentra entre abierto, miro el portafolio metálico que Gin-sama solía ocupar para su anterior trabajo.

Me levanto con mucho cuidado abrazando mi vientre caminando hasta el closet, tomando el portafolio, lo llevo hasta la cama tanteándolo y percibiendo que aún tiene cosas dentro. Intento abrirlo inútilmente al darme cuenta que tiene clave numérica ¿Cuál podría ser? Sé que no debería revisar pero la curiosidad me está matando, a donde quiera que fuera Gin-sama jamás dejaba su portafolio. Pruebo con fechas de cumpleaños y hasta la de nuestro aniversario inútilmente.

De repente llega a mí un día especial el cual ambos recordamos bien, el día en que nos conocimos. Meto la numeración abriendo el portafolio con éxito, miro tan solo algunos folletos y papeles sin sentido que leo hasta que se resbala el portafolio cayendo de la cama sorprendiéndome al ver como se parte lo que parece ser la cubierta liberando un arma y un sobre. Lo miro detenidamente en el piso para luego agacharme con precaución y tomar el arma viendo que aún está cargada.

Me siento sobre la cama tomando el sobre y abriéndolo con prisa viendo que está lleno de fotos de algunos individuos que lucen como personas con mucho dinero, son fotos que al parecer ellos no notaron que les tomaron ¿Qué es esto? ¿Clientes de cuando era un oficinista? ¿Pero para qué quería el arma? ¿Por protección? Si, debió haber sido eso. No entres en pánico Kira no queremos que se empieces labor de parto por una tonta impresión.

Es peligroso tener un arma con niños en casa por lo que rápidamente la desarmo como mejor puedo con intención de tirarla. De una vez arrojo las balas en la tasa del baño bajándole con prisa, saliendo al jardín trasero en donde quemo las fotografías seguido de mi recorrido por el vecindario depositando las diferentes piezas del arma en los botes de basura y cavando un poco entre los árboles de un parque cercano para ocultar cualquier evidencia.

No dejaré que nunca nadie perjudique a Gin-sama, primero muerto. Dios, estoy realmente agotado, ahora será una tortura regresar a casa yo solo, me duelen los pies y los tengo hinchados. Me seco el sudor de la frente terminando de alizar la tierra suspirando tranquilo.

—¿Kira? ¿Qué haces aquí ratoncito? Deberías estar en casa guardando reposo.

Elevo la vista asustado viendo a Gin-sama. Bien…bienvenido.

—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? ¿Qué haces en el parque?

¿Qué hay de usted? ¿Salió antes?

—Sí porque pedí permiso para pasar a verte y luego ir por los niños. Kira estás sudando necesitas descansar ven aquí.

Me pasa su maletín el cual abrazo contra mi pecho y de inmediato me toma entre sus brazos cargándome. Lo abrazo con fuerza besando su rostro. Gin-sama lo amo.

—Y yo a ti Kira, te amo ¿Cómo te sientes? ¿El bebé?

Bien, ambos estamos bien. Ahora estamos mucho mejor. Me sonríe caminando lentamente mientras escuchamos un poco de ruido de los vecinos y demás. Gin-sama…

—¿Qué pasa cariño?

¿Usted qué cree que es el amor?

—¿El amor?

Rápidamente asiento. Si yo le pidiera que describiera el amor para mí ¿Cómo lo haría?

—Veamos…creo que el amor es paciente y bondadoso, no es envidioso, ni jactancioso ni orgulloso. Creo que el amor definitivamente no se comporta con rudeza, no es egoísta y no se enoja fácilmente. El amor puro no guarda rencor y no se debilita. El amor sincero todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera y soporta. Creo que el amor es confianza y paz que solamente una persona te puede dar. En mi caso tú eres mi definición de amor Kira.

Lo miro fijamente sonriendo para él. El amor es proteger a la persona que amas por sobre todas las cosas sin duda alguna. Gin-sama aun cuando todo el mundo le falle yo no lo haré, siempre me tendrá ahí para usted.

—Gracias Kira, lo sé. Sé que eres la única persona en la que puedo confiar.

Sonrió y asiento. Así que dígame ¿Cómo le fue en el trabajo?

—Ohh, de maravilla. Tengo que contarte lo que le pasó a uno de los maestros, se cayó en pleno pasillo, fue maravilloso.

Ambos nos reímos llegando a casa en donde mi amoroso marido de inmediato me sirvió mi bebida favorita y nos pusimos a platicar y a reír como los buenos amigos y amantes que somos. Esa tarde mientras comíamos junto a nuestros hijos me di cuenta que el amor no es ciego sino que más bien cuando realmente estás enamorado, no solo amas las cualidades de una persona sino también sus defectos, sus errores, su pasado, sus secretos y sus verdades.

No sé si Gin-sama haya hecho cosas de las que se pueda arrepentir o no pero los momentos maravillosos que me ha hecho pasar a su lado no se comparan con nada. Tal vez hay cosas que es mejor nunca saber, pero sea cual sea la verdad al final siempre se sabe y cuando ese momento llegue yo simplemente estaré listo para aceptarla. Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta porque en definitiva amar no es solamente querer, es sobre todo comprender.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado. Sé que la pregunta que les flota en la cabeza es ¿Cuál era “el trabajo” anterior de Gin? Y solo diré que es un secreto. Se quedaran en blanco como Izuru él cual ama tanto y cree ciegamente en su marido que está dispuesto a pasar por alto ese “pequeño detalle”

Quiero aclarar que bajo ninguna circunstancia creo que está bien ocultar cosas pero hay veces que todos sabemos que por no dañar a los demás es mejor guardar silencio y pretender que no pasa nada. Por cierto, en sí el punto era dejarlos intrigados pero si realmente tienen muchas dudas no tengan miedo de preguntarme que les contestaré lo que sea ;)

¡Gracias por leer! Por fin termine este Fic de tres One-Shots *llora de la felicidad* Muchos de mis lectores me han hecho pedidos y les juro que les cumpliré a todos ¿Sí? Bueno pues los que leen "Enamorado del Comandante" por ahí nos vemos ¡Los amo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).