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Ayudándote a superar tu claustrofobia por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Disfruten del capítulo

 

 

Acostumbrarse a su nueva vida era difícil. Su abuelo lo recibió con una sonrisa, se reunió con sus amigos y juntos fueron a la mansión que sería su residencia. Allá se enteró que Yamamoto y Gokudera permanecerían a su lado en ésta dura etapa, siendo entrenados para servirles de mano derecha para administrar todos los negocios. Eso era algo que ellos habían decidido y que era una sorpresa para Tsuna, pues al parecer Timoteo se escapaba de vez en cuando para conocer a los allegados del castaño y en cierta ocasión el par de chicos le comentaron que deseaban ayudar al castaño en esa dura tarea. Siendo Timoteo una persona con grandes cualidades, les dio una solución sencilla “cuiden de mi nieto aquí, después pueden ir a Italia y ayudarlo en todo lo que necesite. Yo me encargaré de que se acostumbren al negocio familiar”. Al parecer el abuelo era tan descabellado como el castaño e incluso Iemitsu, Tsuna se lo agradecía, aunque ya había escuchado rumores de que a su abuelo le gustaba incorporar gente de confianza en su familia, pero no pensó que sería tan extremo como para encontrarle un par de guardaespaldas vinculados con él desde su infancia

 

Tardó algunos días en acoplarse al ambiente y a su vez lograr que sus amigos también lo hicieran, después de todo tanta formalidad no les parecía nada común. Tsuna se había reído mucho cuando Yamamoto había intentado ponerse una corbata y terminó con un nudo sin precedentes. Gokudera era más natural debido a la influencia de sus padres los cuales eran gente de oficina, sabía comportarse bien, aunque en ciertas ocasiones su personalidad explosiva daba rienda suelta al caos. Era divertido, al menos el castaño no estaba solo en ese nuevo mundo.

Su abuelo les ayudó en todo “pronto los llevaré a la oficina para que todos los conozcan, pero ahora solo disfruten de éste país. Pueden hacer un paseo turístico si así lo desean” siguieron esa recomendación sin siquiera dudarlo. En la mansión la comida japonesa estaba en el menú, pero afuera los platillos eran completamente diferentes. El idioma era otro obstáculo. Tsuna y Gokudera podían hablarlo sin problemas debido a que sus progenitores tenían descendencia italiana, pero Yamamoto, al ser netamente japonés, parecía como un niño tratando de dar sus primeras palabras, era sumamente divertido escucharlo.

Pasearon cada día tratando de memorizarse cada calle en la gran ciudad, pero mayormente se la pasaban en el pueblo cercano. Los tres disfrutaban también de los sembríos y la paz de aquellas tierras y en la noche Tsuna se comunicaba con Hibari para hablar un poco. El castaño trataba de recordar la diferencia de horarios para no interrumpir las labores del azabache, y se emocionaba cuando era Hibari el que lo llamaba. Aquel hombre no emitía muchas palabras, pero un par de ellas o un simple deseo de buenas noches eran suficientes para Tsuna.

La añoranza lo acompañaba cada día y su abuelo le ofreció regresar a Japón, pero el castaño se negó “es muy pronto, tengo que adaptarme a mi vida aquí primero”. Era increíble la fuerza de voluntad que mostraba, aunque en el fondo de su mente sabía que si regresaba la distancia solo sería más difícil de combatir. Tsuna viajaría cuando fuera el momento adecuado. Uno de esos días quiso visitar a su abuelo, brindándole una sorpresa. Gokudera y Yamamoto estaban con él y tomando un taxi llegaron al edificio en donde su abuelo debía encontrarse trabajando, estaban emocionados por ingresar al lugar que tenía un toque bastante cálido desde afuera. El signo de la familia se alzaba con esplendor en una figura brillante en la puerta de ingreso y sonrieron, era un hermoso detalle que los identificaba

 

 

—Disculpe, ¿me podría decir en qué piso puedo encontrar al señor Timoteo? – Tsuna con cortesía se presentó ante la mujer que atendía en la primera planta

—Tsuna, estás hablando en japonés – se burló el azabache al ver cierta confusión en la mujer de la recepción

—no hay problema, puedo entenderlos por completo – aquella chica los miraba con reprobación mostrando una mueca de desagrado – ¿tienen cita?

—Tsuna no necesita cita – gruñó el peliplata notando las miraditas que la mujer les daba – ¿podría dejar de vernos como si fuéramos vándalos? eso no es cortés – le reclamó de pronto y la chica solo frunció el ceño molesta

—calma Hayato – lo detuvo el moreno, sonriéndole – es su trabajo después de todo. Estamos usando ropa común, debe ser extraño que alguien así venga a pedir hablar con el presidente. No te enojes

—no te preocupes Gokudera-kun – calmó el castaño a su amigo – Yamamoto-kun tiene razón – sonrió dirigiéndose a la mujer – lo lamento, pero no tengo cita, yo vine sin a…

—sin cita el presidente no los recibirá – la mujer ignoró la mirada asesina del peliplata – si me permiten… — los miró de cabeza a pies con una mueca de desagrado –  su imagen no es la correcta para estar en un lugar de negocios tan importante como este

—¿qué dice?  Por si no lo sabe… – el peliplata intentó reclamarle pero

—calma Gokudera-kun/ Hayato – ambos chicos lo calmaron, evitando que empezara un escándalo por una simple… tontería

—pero esta mujer es arrogante – se quejó mientras retomaba el control de sus palabras. Batalló con la mirada de aquella mujer, quiso decirle algo más, pero sus amigos no lo dejaron

—a dicho que necesitamos una cita – sonrió el castaño viendo el leve asentimiento de la mujer – espere un momento, en seguida la tendré

—no lo creo – habló la chica viéndolos como si estuvieran locos – ¿acaso no saben que el señor Timoteo es el presidente? No tiene tiempo de hablar con… chiquillos

—¡ya verá! – susurró el peliplata con burla y la mujer solo se enfadó más. Ella le hizo una seña al guardia y éste empezaba a acercarse

—cálmate Gokudera-kun – el castaño estaba realizando la llamada mientras con ayuda de su amigo azabache detenía al peliplata y observaba al guardia que se acercaba. Eso era un problema que quería evitar – ¿abuelo? – todos se detuvieron para escuchar la conversación – quería hacerte una visita sorpresa, pero al parecer tienes bastante seguridad – sonrió al escuchar un “¿no te dejaron entrar? espera ahora mismo mi secretaria ira a recogerte y avisaré a la recepcionista” – gracias, esperaré y lo siento… por molestarte – los presentes lo veían un poco raro y el castaño solo sonrió con naturalidad – ahora mismo todo se solucionará

—¿si? – el teléfono de la recepcionista sonó casi instantáneamente. El peliplata sonreía de forma altanera acercándose a la mujer y observándola burlonamente – ¡sí!  ¡Si! … lo siento, cometí un error – los gritos de cierta mujer detrás del teléfono podían escucharse claramente

—¿acaso no sabes que Tsuna es el décimo? – se burló el peliplata ante la mirada confundida del guardia y de esa intolerable mujer

—¡¡qué haces!! – del ascensor salió una señorita bien vestida, castaña y de gran presencia, joven y muy molesta. Con paso presuroso se acercó a la mujer recepcionista y al guardia – ¡como osan tratan así a Sawada—san! – los chicos solo pudieron ver el regaño de lejos ya que al parecer la mujer estaba muy alterada

—disculpe señorita, pero… – Tsuna intentó calmarla – ellos solo hacían su trabajo – sonrió al ver el sonrojo de la mujer – no merecen ese regaño

—el décimo siempre es tan amable – el peliplata sonreía ante el desconcierto de los presentes. La sonrisa de su amigo movía montañas, él mismo lo comprobó cuando era más joven

—Tsuna tiene razón, estas personas no merecen ser regañadas – apoyó Yamamoto – nosotros cometimos el error de no avisar antes

—lo siento – se disculpó la castaña, nunca había visto una sonrisa tan bella y sincera en un jovencito. Nadie a parte de su jefe la poseía, al menos no que ella lo recordara – en verdad se nota que usted es el nieto del presidente – sonrió con cortesía haciendo una leve reverencia y amenazando a los empleados detrás de ella para que hicieran lo mismo. Ellos muy sorprendidos la siguieron – perdone la falta de tacto. Lo llevaré en seguida con su abuelo

—gracias – sonrió Tsuna mientras seguía a la mujer ante la mirada asombrada de los presentes. Gokudera sonrió de forma altanera al pasar alado de la recepcionista y Yamamoto lo siguió como si nada – lamento haber causado tanto desorden

 

 

Al llegar con su abuelo se ganó varias miradas de parte de los trabajadores. Nadie lo había reconocido sin ese traje formal que llevó la última vez, de cierta forma era gracioso. La mujer castaña al parecer era la secretaria de su abuelo y se disculpó una vez más por el mal rato, “no se preocupe” la sonrisa del castaño cautivó a los presentes. Cada empleado se quedó admirando aquella aura de paz que lograba emitir el jovencito, que, en conjunto con su abuelo, quien lo recibió en medio del pasillo, el ambiente cálido embriagó el lugar. No cabía duda que llevaban la misma sangre. Timoteo lo llevó dentro de su despacho, estaba demasiado animado charlando con su nieto y sus amigos hasta que cierta repentina interrupción extraña los interrumpió

 

 

—Parece que Tsuna está adaptándose demasiado rápido, apenas van diez días en Italia y ya está armando alborotos en la oficina – Reborn ingresaba de lo más normal usando uno de sus trajes más elegantes, su fedora ocultaba la pequeña risa que mantenía en ese momento. Los presentes se saludaron con cortesía, no era extraño para ellos estar familiarizados entre sí

—¿por qué dices que Tsuna causó un alboroto, Reborn? – Timoteo parecía saber la razón, pero de todos modos quería confirmar

—pues en el pasillo muchos empleados rumoraban acerca del nuevo integrante de la familia. Además de cierto inconveniente que está sucediendo en la planta baja – el hombre de patillas se mantuvo sereno contando los segundos antes de que algo muy interesante sucediera

—que incon… — Tsuna se vio interrumpido por el ingreso repentino de la secretaria de su abuelo y de la mujer que lo atendió en el ingreso

—perdone mi interrupción, pero necesitaba enmendar el error de hace unos momentos – aquella castaña parecía sumamente enfadada – ahora discúlpate como es correcto – ordenó a la otra empleada

—yo… lo siento mucho. No debía tratarlos de esa manera – dio una pequeña reverencia y suspiró profundamente

—es lo menos que podía hacer por haber tratado al décimo como una persona común y corriente e incluso tratar de sacarlo usando al guardia de seguridad – reclamó alterado el peliplata mientras el moreno trataba de calmarlo indicándole que no era momento de hablar del tema, después de todo Tsuna no haba querido contarle los detalles a su abuelo

—Tsuna… — el azabache de patillas admiró a su sobrino que se mantenía en calma admirando el rostro de la muchacha que se disculpaba – debes responder

—yo… – desde pequeño le habían enseñado a tratar bien a las demás personas y ver ese comportamiento tan descortés en aquella mujer no le gustó nada, pero tampoco iba a guardarle rencor o algo así – por el momento no aceptaré sus disculpas – todos lo admiraban con algo de duda – cuando realmente estés pidiéndome disculpas sinceras las aceptaré. Las palabras falsas que pronuncias en este momento no me sirven de nada

—¡ahora soy yo la que debo disculparme! – la castaña se veía totalmente conmocionada ante tanta sinceridad de parte de Tsuna y al mismo tiempo estaba enfadada con la muchacha que estaba parada sin saber qué decir – creo que debo tomar medidas…

—tampoco lo he dicho para que tomen reprimendas con ella – se apresuró a discutir el castaño con algo de nerviosismo – es solo que no me gusta que las personas pronuncien palabras solo por obligación, eso es todo

—pero un comportamiento como ese, no es adecuado para la recepcionista – corrigió Reborn. Las empleadas se tensaron, conocían muy bien la personalidad del hombre imponente, un perfeccionista sin precedentes. No entendían como alguien como Reborn podía ser hijo de un hombre amable como Timoteo

—¿qué crees que debemos hacer, Tsuna? – la voz de su abuelo era tranquila – ¿crees que merezca ser despedida?

—… —  vio la desesperación de la mujer que era acusada y sonrió, ese era un castigo suficiente – abuelo no creo que debas ser tan drástico – sonrió levemente – no tengo conocimientos del rendimiento de tu empleada como para juzgar si debe o no ser despedida, mucho menos estoy capacitado para despedir a alguien, tampoco tengo rencores. Lo único que pido es que cuando esté lista vuelva a disculparse con nosotros

—ya lo has escuchado. Ahora vuelve a tu puesto y trata de ser digna de permanecer en ésta empresa – ordenó Reborn con seriedad – recuerda que Tsuna, Gokudera y Yamamoto ahora formarán parte de ésta organización. Trátalos bien porque serán tus futuros jefes y recuerda que cuando estés lista debes venir a disculparte con todos ellos

—gracias – fue lo único que aquella mujer dijo y salió de inmediato tras dar una reverencia notable

 

 

Timoteo halagó la respuesta de su nieto, Reborn se limitó a revolver los cabellos del castaño y los demás volvieron a su tranquilidad inicial. No cabía duda que sería un buen líder, con gran corazón, pero a su vez con toda la fuerza de voluntad para mantenerse firme ante cualquier dificultad. Con ese pequeño incidente se demostró que Tsuna podía tomar un cargo tan importante como ese, el cual conllevaba a tomar decisiones difíciles, pero a su vez teniendo prioridad por el bienestar de las personas que protegía

 

 

Las dificultades siguieron al conocer a ciertos socios a los cuales no les gustó nada que un jovencito sin experiencia fuese a tomar las riendas del negocio, pero claro, Tsuna primero terminaría sus estudios antes de tomar esas responsabilidades. Faltaba mucho para eso y el plan de su abuelo era proporcionarle todas las herramientas e incluso irle enseñando cada cosa relacionado con los negocios familiares mientras estudiaba. Sería duro, pero Tsuna se propuso lograrlo con mayor entusiasmo. El castaño sabía que ganarse la confianza de todos los altos cargos no sería nada fácil pero tampoco era imposible

 

 

Tiempo…

 

 

Un mes había pasado demasiado lento para el castañito, pero ahora Tsuna se reía bajito al notar en dónde estaba. Sólo cargaba una maleta con las cosas necesarias para su estadía en ese lugar, sus documentos y un poco de dinero. Había tenido un arrebato ya que, al parecer el hecho de ser impulsivos, era una cualidad de familia. Primero llegó a la oficina de su abuelo un poco triste por no haber visto a su novio en un mes, luego Timoteo había hecho una llamada secreta y un rato después simplemente ambos estaban en el aeropuerto. Había sido una travesura de la que ahora se estaba arrepintiendo un poco, pues descubrió con horror que se había olvidado las llaves del departamento de su tío. Suspiró pesadamente, necesitaba dejar sus cosas en algún lugar para sentirse más cómodo, así que una idea loca se le vino a la mente “LAMBO”. Se pudo analizar la situación… según sabía Tsuna, su tío había regresado a Japón hace quince días, pero el día anterior Reborn había viajado de Japón a Alemania, así que no había ni una pisca de esperanza que alguien lo recibiera en el departamento. Sólo le quedaba preguntarle a Lambo si podía acogerlo o si tenía las copias de las llaves que su tío le dio. Lo normal sería ir corriendo a ver a Hibari, pero no iba a ir así. Se miró en el reflejo de una ventana, estaba usando la ropa que utilizaba para pasear en el pueblo y con una maleta en la mano. No sería una buena impresión después de tanto tiempo, así que terminó usando sus amistades

 

 

—¡Me alegra verte Tsuna! – había entonces llamado a su amigo ojiverde y este en seguida lo había citado en una linda cafetería – ¿cómo te ha ido? – el más joven abrazó con fuerza al castaño, mostrándole su mejor sonrisa

—ha sido estresante, pero productivo – verlo después de tanto tiempo hizo que el castaño se emocionara, pero notó algo diferente en su amigo… tal vez melancolía

—ahora hablas como todo un hombre de negocios – se burló Lambo riéndose bajito ante el sonrojo del castaño

—¿tú crees? – tal vez sonara raro, pero para Tsuna esas palabras lo halagaron un poco. Se había esforzado mucho en ese último mes

—algo así – se rieron juntos debido a la clara ironía. Permanecieron un rato hablándose de trivialidades, contándose las anécdotas tanto buenas como malas, imaginándose lo que sus vidas les deparaba y por un instante olvidándose que esa visita sería solo momentánea –… creí que irías corriendo a ver a Hibari—san – le reprochó el azabache después de su plática. Los detalles importantes surgieron en la mente del jovencito cuando el ambiente de confianza los envolvió

—no puedo hacer eso, a estas horas debe estar ocupado. Apenas es media tarde y yo salí de Italia en un arrebato, no pensé en la diferencia horaria – se reía un poco avergonzado por la locura cometida

—¿entonces?… si fuera tú iría de inmediato

—quiero cambiarme primero por eso te llamé, Lambo. Quería saber si tienes las llaves del departamento o si me puedes dar posada en tu casa

—¿y Reborn? – Tsuna sintió un leve cambio en el ánimo del más joven – ¿No está en casa?

—no – vio un poco de tristeza en aquellos ojos verdes, ¿qué estaba ocurriendo? – está en Alemania… pero pensé que lo sabias

—lamentablemente no, Tsuna – se sinceró. Tsuna era su mejor amigo así que podía contarle los detalles

—¿y por qué?

—yo… — suspiró antes de seguir – Tsuna no he visto a tu tío desde hace más de quince días – confesó Lambo con un aura depresiva

—¿y por qué? ¿Pelearon? O… — conociendo a su tío sería lo más normal, pero…

—nosotros ya no tenemos nada – las palabras de Lambo tenían un toque muy suave, la mirada estaba un poco apagada

—pero… pero tú lo amabas y mi tío…

—Tsuna tu tío no sentía nada especial por mí, esa es la realidad – suspiró pesadamente al decir aquello

—yo no lo creo – el castaño sabía que esos dos tenían una relación extraña, pero presentía que su tío si sentía algo muy fuerte por el más joven. No podía ser cierto que eso se acabara así de fácil – ¿acaso tuvieron una riña o algo así? – admiró la serenidad del más joven, aquella que guardaba un secreto – no te preocupes, todo se solucionará. Reborn es de carácter fuerte, pero creo que cederá si se trata de ti

—fui yo quien lo dejó… al menos formalmente – las palabras de Lambo estaban llenas de tristeza

—¿tan serio fue? Lambo, tu… — Tsuna estaba confundido ¿acaso su intuición le falló?... creyó que ellos dos seguirían juntos por largo tiempo

—tu tío me traicionó – soltó sin dudarlo admirando la sorpresa de su acompañante

—¿qué? Pero… yo – no sabía que responder en ese momento, era conocimiento general que su tío era un sádico de mal carácter, pero ¿traicionar? – ¿no fue un malentendido?

—¿Tsuna de verdad quieres saber?

—debe ser doloroso para ti. No debes contarme si no quieres

—te contaré… tal vez así me alivie un poco, pues serás el único en saberlo – susurró el muchachito que respiraba hondo antes de empezar. No le gustaba recordar lo que vio – unos días después de que te fueras a Italia, bueno… mejor dicho cuando Reborn volvía dejándote en Italia, parecía que todo iba normal, pero… fui una tarde al departamento pensando en esperar a tu tío hasta que volviera del trabajo. Era temprano y creí que no había nadie, escuché cierto murmullo desde la sala y pensé que Reborn estaría dentro. Quise sorprenderlo así que me escabullí y noté que algo no andaba bien. Antes de entrar escuché la voz de una mujer… ya te podrás imaginar ¿verdad? – el castaño solo asintió – Reborn estaba en la cama con una joven, esa es la forma más simple de explicarlo

—no creí que mi tío pudiese hacer algo así – sostuvo su frente entre sus manos suspirando con profundidad, sin poder creer lo que había ocurrido

—yo tampoco lo creí, así que entré sin aviso y los vi. La chica estaba semi vestida y encima de… — con tan solo recordarlo le dolía el pecho, fue lo más doloroso que le pudo haber ocurrido – ya te harás una idea… bueno… yo me enfurecí, le grité que era un imbécil e inconsciente por hacer esas cosas en ese departamento respetable y bla, bla, bla… entonces salí de ahí corriendo soportando las lágrimas. Reborn intentó detenerme antes de que saliese del lugar, pero yo no quise saber nada. Me bastaba con lo que vi… y terminé nuestra relación – Lambo admiró las calles afuera del lugar. Recordarlo fue doloroso, pero a la vez liberador. Tsuna era al único que podía contarle esas cosas, después de todo su relación con Reborn era como un secreto exclusivo

—pero… ¿no te buscó? él debió al menos disculparse – Tsuna se sentía indignado, jamás se imaginó escuchar algo así… ¡por Dios! ¡Su tío era despreciable!

—sabes que tu tío jamás se ha disculpado con nadie. Así es su carácter y aunque yo también tenía esperanzas de que me buscaría al menos, jamás lo hizo… Tsuna… todo eso se acabó – suspiró viendo la molestia de su amigo, era la reacción normal

—en verdad lo lamento, si mi tío no se disculpó lo haré yo en su lugar. Sinceramente jamás creí que fuese capaz de hacer algo así

—no se lo digas a nadie y menos le reclames a Reborn. Sabes que se pondrá en contra de ti, déjalo como está – se apresuró a convencer al castaño. No quería que se metiera en problemas – solo te lo conté porque confío en ti… quería poder desahogarme un poco, pero nada más

—pero tú no te mereces eso Lambo

—puede ser, pero… dejémoslo como está. Ya todo ha sido dicho y si Reborn jamás me buscó pues significa que simplemente no correspondía a mis sentimientos – le brindó una sonrisa leve

—lamento haberte llamado así y hacer que recordaras todo

—por el contrario, me alegra que hayas regresado. Lo que me pasó con tu tío no cambia el hecho de que somos amigos Tsuna – le sonrió golpeándole la frente al castaño – además hay algo que debo entregarte – le dio un pequeño llavero y un celular – no creí ser capaz de dejárselo a tu tío personalmente así que me haces un favor enorme

—al menos quédate con el celular. Así podrás comunicarte conmigo – Tsuna vio aquellos objetos, movió las llaves en sus manos, pues no podía quitarse el enfado

—lo haré desde la casa de mi padre. Tenemos conexión con Vongola

—¿tu padre? ¿Lambo acaso tú…?

—decidí seguir mi camino Tsuna

—¿qué es lo que harás?

—sabes que dejé todo por estar con tu tío. Así que retomaré mi vida, me iré a Italia y desde ahí le pediré apoyo a mi padre. Consideré que la mejor idea era estudiar en algún lugar de Alemania

—¿Alemania?

—o en Inglaterra, aun no lo decido – Lambo se irguió en su asiento mostrándose decidido, ya había perdido mucho tiempo en algo que no valía la pena. Era hora de seguir – lo único que sé, es que quiero empezar a tomar las riendas de mi vida

—¿quieres olvidar a Reborn? – vio al jovencito ojiverde asentir levemente con una sonrisa melancólica – mantendré el secreto – sería mejor no decirle nada a su tío, suficiente daño había causado

—no es necesario, sé muy bien que jamás me buscará… no te preocupes Tsuna, estaré bien – pensar que Reborn lo buscara y le rogara que no viajara, pues… era un sueño imposible. Lambo lo conocía perfectamente, eso nunca pasaría

—¿cuándo te vas? – no sabía que sentir en ese momento, rabia por su tío infiel o tristeza por la futura partida de Lambo

—en una semana – vio a Tsuna y quiso sincerarse un poco – no te mentiré. En el fondo tengo esperanzas de que vuelva por mí, pero… eso solo es un sueño y nada más

—Lambo sea lo que sea que necesites puedes contar conmigo. Llámame en cuanto llegues a tu destino y… espero que seas feliz

—gracias Tsuna… ¿sabes? lo único bueno es que en un futuro seré capaz de ayudarte – sonrió con cariño – te prometo que me convertiré en un buen líder, nuestras empresas trabajarán juntas y obtendremos todo lo que nos propongamos  

 

 

Continuará...

 

Notas finales:

 

Fue un gusto enorme escribir todo ésto, les agradezco nuevamente y aquí se despide 1827kratSN

 

BESOS SENSUALONES!!!


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