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En el tiempo por Whitekaat

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Notas del capitulo:

Gracias todos los comentarios y  lindos que me han dejado por el reto mil besitos para todos ustedes y a los que lo leen tambien <3

 

 

 

#28
DESENCANTO


Lo pensaba y lo pensaba, más no encontraba ningún recuerdo que se asemejara a su interrogante. Traía a su mente recuerdos tan antiguos como el tiempo mismo, repasando entre los laberintos de su memoria, buscando si es que en algún momento se había sentido de esa manera o algo que se le pareciera, pero nada…Aioria nunca se sintió así, jamás se había desencantado de Saga y probablemente jamás lo haría.

— ¡Cuidado! —la voz del gemelo lo trajo devuelta la realidad pero demasiado tarde, su pie resbaló, desequilibrándolo y rompiendo el suelo sobre el que estaba parado. Las montañas de Grecia no perdonaban a nadie, el inestable terreno y sus afiladas conformaciones de rocas lo hacían un lugar peligroso y casi mortal en el cual estar.

Aioria vio la cara de Saga y pensó que quizás era momento de olvidarse de Saga, que quizás era él el culpable de todo y que ya era de hora de dejar al gemelo tranquilo y que tomara otro camino, morir fuera de la caverna de Cronos le significaba a él no volver a la vida, no volver en el tiempo, morir como cualquier otro ser humano y despedirse finalmente de Saga.

Pero había algo que no se lo iba a permitir o más bien alguien no se lo iba a permitir, Saga no lo iba dejar desencantarse de él, tanto consciente e inconscientemente. Sus pies colgaban a una grana altura y su cuerpo sólo se mantenía a esa distancia por el fuerte agarre de una mano sobre su muñeca.

— ¡Idiota, deja de jugar! — Saga afirmado a una roca mantenía los cuerpos de ambos suspendidos en el aire, no iba dejarlo caer, no podía y no quería hacerlo, tenía muchas cosas que decirle al castaño, muchas cosas que aun no lograba entender, muchos sentimientos que no había podido expresar y si el otro moría jamás podría sacar de su pecho todo aquello.

Una lágrima cayó desde el rostro de Aioria mientras aun era sostenido por la mano del gemelo. Saga no lo iba dejar irse, Saga no lo iba a dejar rendirse, no le permitiría desencantarse de él y recordó porqué nunca había logrado darse por vencido y era porque Saga siempre estuvo ahí dándole esperanza cuando esas ideas se le veían a la mente.

 

 

 

 

 

 

 

#6
PEQUEÑO


Lo miraba desde la izquierda, desde la derecha, lo giraba, lo movía hacia el otro borde y desde todos los ángulos que eran posibles, quería alargar lo más que pudiera la situación, no podía comer un bocado más, ni si quiera aquel pequeño pedazo de carne que seguía en su plato. No era porque no tuviese hambre, era porque había perdido el apetito al primer bocado. No podía decir nada de la presentación del platillo, lucía delicioso y el aroma era apetecible, pero Aioria recordó que no todo lo que brilla es oro.

— Si no te gusta no lo comas, siento que te estoy torturando— Saga no lo miró en ningún segundo, comía su plato como si nada lo alterara, como si  su sabor no lo perturbara, su temple se mantenía sereno con cada bocado y el castaño se preguntaba si era él el que estaba exagerando.

Terminaría de comer toda la comida de aquel plato y ese todo que quedaba era ese último  y pequeño bocado que de solo verlo lograba atormentarlo, debía hacerlo, porque Saga lo había hecho para ellos, para él y el geminiano se había esmerado en hacerlo.

El castaño sabía que el gemelo no cocinaba pero no recordaba que lo hicieran tan mal, al menos no como esta vez, pero el león se veía atrapado en un dilema mayor que sólo no comer, realmente era desagradable, demasiada sal, casi sin sabor y mal cocida, pero más desagradable sería sentir la ira/odio del geminiano al herir su orgullo tras rechazar algo que él mismo había hecho. No comer no era una opción para Aioria.

— Esto sabe horrible, no te haré pasar por esto— Saga robó aquel último y pequeño pedazo de su plato y se lo llevó a la boca y el castaño vió como en la cara del mayor se formaba un mueca de disgusto, Aioria se sentía pésimo por ser un mal actor y por ser descubierto por el otro.

—Para la próxima prometo que sabrá mejor— Saga le dedicó una tímida sonrisa y giró su cabeza hacía el plato,  Aioria  tomó el rostro del gemelo entre sus manos y  lo besó, necesitaba sacarse ese sabor amargo de su boca y para el león no había otro sabor más delicioso que los labios de Saga.

 

 

 

 

 


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