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Una segunda oportunidad por elfasilveriana

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Notas del capitulo:

Estos personajes no me pertenecen son originalmente de J.R.R. Tolkien un escritor maestro.

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Perdon por no subir capitulo recientemente es que la escuela, maldita escuela D: Bueno aqui tienen el capitulo que lo disfruten. Y muchas gracias por los comentarios que siempre me ayudan a seguir los cpaitulos xD Un saludo Imelda, acompañame a los 60 años de el señor de los anillos D:< 

 

Jjajajaja ya no los molesto y a leer.

Gracias a los sentidos de los elfos podían sentir el rastro dejado por Glanhír que por cierto era bastante obvio, más de lo que esperaban, y aquello podía ser peligroso. Aragorn era ahora quien dirigía al pequeño grupo de elfos, incluyendo a Nárwë y a Gimli el enano, todos caminaban en silencio para estar más atentos a cualquier cosa que pudieran escuchar. Y fue ahí cuando un pequeño susurro de una hoja rompiéndose capto la atención de Aragorn.

-Sal de ahí- dijo secamente el rey y todos los elfos y enanos oyeron una enorme carcajada que pertenecía al mismo Glanhír mientras salía detrás de los árboles.

-¡Vaya oído agudo, primo!- agrego divertido resaltando la palabra “Primo”, el hombre no se movió de su lugar, permaneció ahí mirando divertido a Aragorn, el rey no podía quitar la mirada de odio en él.

-Estas rodeado, no tienes a donde ir, ahora entrégate Glanhír y prometo que tu sentencia será corta- dijo Aragorn desenvainando su espada y  levantándola amenazadoramente hacia el hombre.

-Y yo prometo que mi hacha no adornara tu cabeza- dijo Gimli sin poder evitar hablar, aun así nadie replico, ante las palabras del enano. Pero aun así el hombre no se intimidaba, si no que volvió a lanzar otra carcajada.

-Todos vosotros son unos ingenuos- dijo con una sonrisa Glanhír –Pueden que hallan liberado al bosque y a mis prisioneros del hechizo, pero no crean que esto ha acabado- y empezó con un leve temblor en el suelo, que se extendió por todos lados,  resulto que eran trolls y pocos orcos que ya habían estado dentro del bosque, ahora eran ellos quienes estaban rodeados,  los elfos se juntaron solo analizaban la situación para encontrar un huida.  Aragorn que había perdido de vista a Glanhír, observo una figura negra que deslizaba detrás de los trolls.

-¡Glanhír se escapa!- grito el rey, y una preocupación se adueñó de él, seguramente iría a por Legolas.

-Ve tras ellos- le dijo el enano

-Nosotros los detendremos, necesitaras a los demás en caso de que ocurra algo peor que esto- dijo Nárwë y Gimli asintió.

-¿Estarán bien?- pregunto el rey, era obvio que no desaprovecharía la oportunidad de ir tras aquel traidor. Los dos nuevos amigos asintieron. Enseguida el grupo de elfos y Aragorn se deslizaron debajo de los trolls o por cualquier otro hueco sin protección. Cuando orcos y trolls querían ir tras aquel grupo que se alejaba corriendo sobre el bosque. Un enano y un elfo se interpusieron en su camino y aunque bien solo eran dos, orcos ya habían empezado a correr del miedo al reconocer al cazador Nárwë y en seguida ambos se lanzaron contra los trolls que parecían insistir el no querer retroceder.

 

                     *~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

-Ada, Ada, Ada…- repetía preocupado el pobre Legolas que zarandeaba a Thranduil sobre sus brazos, el rubio tenía el mismo aspecto que Legolas cuando aún intentaba tener los ojos abiertos. Pero Thranduil parecía ya sin vida cosa que le preocupaba demasiado al príncipe.

Su Ada necesitaba ayuda pero no podía conseguirla, Legolas también se sentía agotado y el miedo de que tal vez los dos pudieran morir ahí lo invadió de tal manera que acepto su derrota junto a su padre. Sin otra cosa en mente, cubrió el cuerpo de su Ada de hojas y flores que rodeaban el bosque, de tal manera que su cuerpo no se veía, pensó en tenderse en su lado hasta que alguien los encontrara o bien la muerte los sorprendiera.

-Pero si aquí estas, pequeño príncipe….- dijo una voz que dejo a Legolas helado de pie cuando estaba a punto de dejarse caer en el lecho de hojas.

Glanhír sonreía victorioso mientras observaba a Legolas mirarlo sorprendido.

-Eh venido a tu ayuda-  el hombre extendió su mano como si aquel gesto pudiera convencer al elfo  de ir con él. –Anda ven, te llevare a los brazos de Aragorn de nuevo- Legolas era consiente que estaba mintiendo, sabía que aquella invitación era de la forma más amable que Glanhír podría ofrecerle, dio un paso hacia atrás pero no miro a su padre, sabía que si lo hacía, Glanhír se daría cuenta del cuerpo tendido de su Ada, tenía que alejarlo como fuese de Thranduil.

Dio un paso hacia atrás y no tomo más tiempo, salió corriendo. Glanhír por su parte se rio para sí mismo y enseguida fue tras Legolas, sin darse cuenta que cerca de el estaba el cuerpo aún vivo de Thranduil tendido en hojas.

 

                   *~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

¿Cuántas veces el Thranduil no había sufrido? ¿Ya cuantas veces lloraba encerrado en su habitación? El rubio había pasado la mayor parte de su infancia  en crianza de otra familia y no la suya propia, muy pocas veces veía a su padre y si lo hacía era muy rara la vez que le prestaba atención al pequeño Thranduil.

Aquel pensamiento de melancolía le vino a la mente, al ver a lo lejos a Eärendil, padre de ambos gemelos, jugando con sus hijos. Thranduil solo los observaba, escondido tras un árbol. Ahora no quería verlos, estaba celoso, sí que lo estaba, y no había pasado más que poco tiempo desde que  ahora pertenecía a una familia que no era la suya.

Aquella familia no era como la suya, no claro que no, y era aquello por lo cual le molestaba.

Que un medio elfo tuviera más suerte que un elfo el cual era destinado a ser rey, claro que eso aún no lo sabía con exactitud.

Thranduil no se había percatado de algo, estaba tan metido en sus pensamientos que  no se dio cuenta que Elrond ya había notado su presencia desde lejos y había parado de correr, ahora lo miraba fijamente. El rubio se sintió ridículo bajo la mirada de Elrond, el medio elfo lo había visto escondido, espiándolo a él y su familia y aquello lo hizo enrojecer de vergüenza, las piernas le temblaban y no tenía valor para salir corriendo. Ya era demasiado tarde para cuando Elrond llamo la atención a su padre y este cautivado por el pequeño rubio que bajaba la mirada a causa de la vergüenza, se acercó a él. Thranduil tembló aún más.

-No deberías esconderte de esa manera...- dijo el padre de los gemelos arrodillándose para quedar a la altura del rubio y tomándole con delicadeza el hombro. En cambio Thranduil abrió los ojos que antes los había tenido cerrados, había creído que él le daría un regaños tal y como su padre le daba cada vez que espiaba asuntos que no le incumbían. Era la única manera en que recordaba a su padre, siempre dándole regaños y dedicándole miradas amenazadoras. –Está bien, ¿Te gustaría unírtenos?- pregunto el igual el medio elfo.  El pequeño rostro de Thranduil se enrojeció y sus ojos brillaron, era la primera vez que alguien lo trataba de esa manera, el pequeño no tardo en asentir emocionado y aceptar la mano extendida que Eärendil le ofrecía.

 

-Yo no quiero ser un mal padre-  comento Thranduil una ocasión a Elrond, recién tenían una apariencia de ser unos muchachos. –No eh tenido oportunidad de estar junto a mi padre y dudo que en un futuro la haiga….-

-No digas esas cosas Thranduil-  le contesto el medio elfo. –Lamento que no tengas una buena relación con tu padre, aun así no tienes por qué copiar los mismo pasos que el con un futuro y posible hijo-

-Lo sé, pero es injusto para mí, solo puedo recordar a mi padre cuando discutíamos, ningún recuerdo de él que sea más decente……- volvió a decir el rubio, el realmente no quería ser como su padre. Y aquel pensamiento de no ser igual que su padre  lo hizo volver en sí.

 

Y volvió a recordar, todos los  momentos que pasó con su hijo cuando perdió a su madre.  La alegría, tristeza, enojo,  eran tantas cosas que había compartido junto a Legolas y no quería que ahí terminara todo, solo por el orgullo de ambos.

 

Abrió los ojos de sorpresa.

Se sentía nuevamente reanimado lo suficiente como para ponerse de pie y las hojas que lo cubrían cayeran por sus movimientos, Thranduil estaba seguro de a dónde ir, al igual que sabía que Legolas estaba en problemas, iría a salvar a su hojita. No quería volver a perderlo.

 

                  *~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

 

Tanto Arwen como Elrond podrían sentirse agradecidos con Legolas. Gracias al elfo Arwen había tenido el valor para jurarle amor eterno a Aragorn, pero no solo eso si no, en varias ocasiones Legolas le ayudo mucho durante la infancia de Arwen. Como enseñándole a combatir, ya que, Elladan y Elrohir casi no tenían tiempo para ella, es por eso que la elfa siente un gran afecto por el elfo Legolas hasta poder considerarlo un hermano más.

Los magos y Arwen solo seguían a Elrond, ya que el medio elfo podía sentir a Thranduil y a donde fuera el seguramente también estaría Legolas.

 

Y mientras caminaba a paso rápido detrás de su padre, hubo recuerdo que había nublado su mente. Fue antes de que nuevamente los sobrantes de la compañía del anillo partieran a diversas tierras para acabar con los orcos que aun reclamaban venganza. Aragorn, ahora como rey no tenía tiempo para el mismo y mucho menos para su alrededor, por lo cual ni Arwen y tampoco Legolas y Gimli habían logrado  poder tener una conversación bien establecida con el rey. Las noticias de que pronto Aragorn y su ejército tenían que partir, llego de repente.

Arwen había buscado la oportunidad para poder hablar a solas con su ahora esposo, pero siempre llegaba un mensaje o un asunto el cual tenía que acudir con emergencia.

Era una alegre noticia que quería compartir con el humano que más quería, al final no parecía posible decirle aquella noticia. Encerrada en la habitación la cual se suponía que debía estar compartiendo con su amado, sentada sobre

 aquel lecho, donde él ni siquiera dormía junto a ella. Arwen lloraba sin consuelo hasta que su llanto paro, al escuchar el chirrido de la puerta abrirse, una pequeña esperanza le lleno el corazón al esperar que fuera Aragorn, aunque no fue así.

-Arwen- dijo amablemente Legolas, que entraba a la habitación y cerraba la puerta con delicadeza detrás de él. La elfa un poco avergonzada por su llanto, se limpió las lágrimas con las palmas de las manos. -¿Qué sucede?- pregunto el elfo sentándose a un lado de ella.

-Nada en especial- respondió Arwen , controlándose para no acurrucarse en Legolas y llorar.

-No tienes por qué mentirme, te conozco muy bien sé que algo te sucede, y no me iré de aquí hasta que me lo digas….- agrego Legolas rodeando a Arwen en un abrazo y ella se dejó vencer en sus brazos comenzó a llorar.

Y Legolas le dio tiempo para que ella pudiera desahogarse con él, y estuvieron así hasta que finalmente la elfa se secaba las lágrimas sobrantes en sus mejillas.

-Tal vez digas que estoy siendo muy ridícula…- dijo con voz baja la reina mientras aún seguía abrazada por Legolas.

-No diré tal cosa, si tu lloras, no lo haces por cosas sin valor debe ser por algo importante- Dijo Legolas acariciando el largo y hermoso cabello de Arwen.

-Es una lástima que me conoces demasiado bien,  sería más fácil engañarte- Ambos rieron ante su comentario y después la elfa por fin se decidió a hablar. –Legolas, es una alegría para mi saber lo que Aragorn no sabe aún, y es que realmente eh querido darle la noticia yo misma. Pero el trabajo lo tiene de un lado a otro y ni siquiera ha tenido tiempo para mí que soy su esposa ni para ustedes que son sus amigos más leales, siempre el lado de la cama donde él duerme está vacío y me da miedo imaginar que se acurruca con alguien más. –Legolas pareció temblar pero Arwen siguió – Y eso me lastima pues llevo en mí, al futuro heredero e hijo de Elessar- finalizo posando su mano en su vientre. Y entonces hubo un gran silencio en la habitación la cual incomodo a la elfa, ella estaba esperando palabras de felicitaciones por parte de Legolas pero este no hablaba. Luego ella se separó del abrazo del elfo y lo miro, estaba con la mirada perdida y parecia que estaba a punto de llorar.

-Legolas ¿Estas bien?- pregunto Arwen.

-Sí, es solo que me da mucha alegría por ti y a la vez pena el que no puedas darle la noticia a Aragorn- dijo Legolas dándole una sonrisa. –Si deseas puedo arrastrarlo hasta aquí, para que le des la alegre noticia-

-No hace falta, una vez que regresen de su viaje, se lo diré sin vacilar- Arwen le sonrió y antes de que ella pudiera decir otra cosa Legolas pidió su permiso para retirarse y una vez que la elfa se lo concedió, Arwen creyó ver como varias lagrimas se deslizaban por las mejillas de Legolas antes de darse la vuelta hacia la puerta y salir de la habitación. Pero ella no dijo nada, no había razón por la que Legolas llorar por la noticia de que ella esperaba un hijo de Aragorn. O eso era lo que Arwen creía.

 

Para Arwen, aun había tantas cosas que aclarar, pero solo podía hacerlo una vez que encontrara a Aragorn, siguió su caminata rápida siguiendo a Elrond y detrás de ella los magos que podían sentir más de cerca la energía de Thranduil.

             

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Aragorn caminaba seguro, ahora estaba solo, hubo varios enemigos durante el camino y todos los elfos que lo acompañaban se quedaron a luchar para que Aragorn siguiera su camino, llevaba la espada en mano y la mirada en alto. No quería permitir que su “primo” le hiciera algo a su elfo, no se lo permitiría.

 

Aragorn había pensado muchas veces en cortar aquella relación de amantes que tenía con su “compañero” elfo, él pensaba en su vida con Arwen , todos los peligros que tuvo que pasar y tiempo para que por fin estuviera casado con la bella elfa y ahora, Legolas simplemente se le había confesado y lo había besado ese mismo instante. Se sentía sumamente culpable por estar engañando a alguien tan dulce como ella.

Esto era lo que pensaba mientras se encaminaba a la habitación donde cada noche se acurrucaba a un lado con Legolas. Pero cuando abrió la puerta, vio la figura de Legolas recargado en la puerta que daba hacia el balcón iluminado por el brillo de innumerables estrellas y la luna, y aquello cautivo los ojos del hombre. Una vez más no tenía el valor para decirle que no quería estar a su lado. Se acercó a el veloz y a Legolas no le dio tiempo para decirle algo cuando giro la mirada con una sonrisa en su bello rostro.

Aragorn ya lo había jalado hacia él y unió sus labios con los del elfo de una manera desesperada. Y aunque en ninguna de las ocasiones había tenido valor de hacerlo suyo. El rey no quería seguir engañando a más gente, no podía estar junto a Arwen sin pensar en Legolas y tampoco podía estar junto a Legolas porque no quería engañar a Arwen

Recostó a Legolas como lo hacía en otras noches y como siempre lo besaba. Aun no tenía sus sentimientos claros ¿Qué era lo que sentía exactamente por Legolas?, él no lo sabía y pronto quería arreglar aquella duda, para poder decidir entre su dulce Arwen o su hermoso elfo.

 

El rey se despreció en ese instante por haber pensado en abandonar su amor, ahora más que nunca lo quería tener cerca. No quería pensar en Arwen por ahora solo quería preocuparse por mantener a salvo a Legolas.

Aragorn se culpó a si mismo pues un extraño pensamiento llego a él.

Tal vez  el secuestro de Legolas lo ayudo en entender que era lo que sentía por el elfo. Y ahora ya no tenía dudas.

Amaba a Legolas.  

Notas finales:

Gracias por ller :3 dejen reviews que me alegran el alma.


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