Ahora bien, de alguna manera se encontraban en esta situación, todos los que buscaban a Legolas habían llegado al mismo tiempo en su encuentro, y cada uno de diferentes lugares, pero lo peor era lo que estaba frente a ellos. A Elrond no le dio tiempo de regañar a Thranduil por su estupidez de huir estando en mala condición puesto que Glanhír tenía aprisionado a Legolas contra él.
-¡Legolas!- había gritado el Rey en cuanto vio a Legolas retorciéndose, intentando apartar los brazos de Glanhír de su cuello.
Aragorn giro a un lado y tardo en darse cuenta, que, Thranduil estaba también allí observando aterrorizado y luego giro la mirada al otro lado y ahí también estaba Elrond, Gandalf, Radagast y lo que Aragorn tampoco espero, Arwen también se hallaba con ellos. Aunque claro que no había tiempo para preocuparse por ella.
-¡Deja ir a Legolas, Glanhír…….!-
-¿Qué harás si no hago eso?- le interrumpió burlón el hombre, Aragorn por su parte vacilo por el atrevimiento ¿Qué haría si el no soltaba a Legolas? ¿Matarlo? ¿Matar a alguien de su sangre? Él no se atrevería a hacer tal cosa.
La espada entre sus manos comenzó a temblar, jamás pensó verse a el mismo temblando frente a alguien, el nunca actuó de esa forma aun estando frente a la misma boca de Sauron.
Por otro lado los que se encontraban allí solo observaban a Aragorn como si de algo lo ayudara sus miradas, Arwen mantenía ambas manos juntas observando con ojos preocupados como Legolas se hallaba atrapado por el brazo del hombre y más aún por Aragorn que a simple vista para la bella Arwen podía ver el miedo en sus ojos. Ella jamás lo había visto de esa manera.
-Ya te lo dije rey Aragorn, si quieres a Legolas deberás abandonar tu puesto como rey- amenazo Glanhír con una sonrisa.
-No puedo dejar el reino en manos de una persona como tú – dijo Aragorn, el mismo deseo que su voz sonara segura, pero en su voz había duda.
El rey estaba presionado ¿Dejaría el trono por su preciado Legolas? Y busco dentro de sus recuerdos las razones de porque debería dejar un puesto importante por el elfo, al final hallo literalmente miles de razones desde que lo encontró llorando en medio de la nada, desde que formaron la comunidad del anillo el elfo siempre lo defendía de las ofensas de Boromir, desde la destrucción del anillo, y cuando fue coronado rey, Legolas siempre estuvo allí. Y si él no se equivocaba Legolas estaría de acuerdo con todo lo que Aragorn hiciera, conocía a Legolas él no se rendiría fácilmente, Aragorn busco con desesperación los ojos de Legolas y el elfo al sentir la mirada del hombre en el dejo de retorcerse y ambas miradas se encontraron. Ninguno de los presentes lo noto pero Legolas asintió para Aragorn después de que sus ojos se encontraron. El rey estaba listo para hablar pero el miedo aún estaba en él, no sabría qué pasaría si lo que diría salvaría a Legolas.
-Te lo diré de nuevo Aragorn, deja el trono y yo dejare ir a Legolas- dijo una vez más Glanhír con una voz impaciente.
El espacio se quedó en silencio, y por un momento giro la mirada a Elrond, el alzo la mirada para que ambos ojos se encontraran, y rápidamente Elrond entendió lo que Elessar diría para respuesta.
-No cederé el trono- dijo Aragorn ahora con una voz más segura. Arwen soltó un pequeño grito y Thranduil estaba a punto de salir corriendo para intentar separar a Legolas de aquel hombre. Cuando una voz en su cabeza lo interrumpió.
-“No te muevas”- era la voz de Elrond que sonaba dentro de su cabeza –“No cometas más idioteces “- le regaño, y Thranduil sabía que si él lo detenía era porque había una solución para aquella situación, ¿Pero cuál es? Se preguntó Thranduil.
-¿Qué has dicho?- pregunto extrañando Glanhír por la respuesta que él no esperaba.
-Lo que has escuchado Glanhír, no puedo ceder al trono, ni aunque se tratase de Legolas- aquellas palabras fueron difíciles de pronunciar para Aragorn.
Los ojos de Glanhír se abrieron por la sorpresa, el definitivamente no esperaba aquella respuesta de los labios de Aragorn.
-Estas mintiendo, ¡No puedes abandonar al hijo del rey del bosque verde solo para salvar tu puesto!- le escupió con furia, forzando mas el agarre en el cuello de Legolas.
Aragorn quería gritar que se detuviera pero hacerlo significaba demostrar su terrible preocupación hacia su elfo, debía mantenerse firme si quería salvar realmente la vida de Legolas, su elfo haría todo lo posible mientras, para darle tiempo a Aragorn.
-No miento, Legolas es capaz de sacrificar su vida por esta tierra y si él lo hace yo se lo permitiré por las mismas razones- contesto Aragorn y así Glanhír termino por sacar un pequeño cuchillo, el último que escondía entre sus ropas para colocarlo en el cuello del elfo.
-Cede al trono y te devolveré a Legolas- volvió amenazar el hombre –O prometo quitarle la vida- Thranduil al escuchar estas palabras tuvo que ser detenido por los brazos de Elrond, que lo rodearon por completo como en un abrazo para no salir corriendo hacia el hombre que tenía atrapado a su hojita, el rubio forcejeo pero el agarre de Elrond era aún más fuerte y cuando se dio cuenta que era inútil escondió su rostro en el pecho del sanador y lloro, no quería saber qué sucedería, Elrond solo lo consoló acariciándole el cabello con la mano.
-No abandonare el trono- volvió a decir Aragorn, en cambio Glanhír tomo fuertemente el cuchillo acercando la hoja afilada al blanco cuello del elfo, y mientras el hacía tal cosa Aragorn miraba a Glanhír directamente a los ojos y en la mirada del rey podía verse la seguridad de su decisión.
Glanhír no espero más, cuando se enteró de que no causaba ningún temor en Aragorn, soltó una maldición inentendible y separo el cuchillo del cuello de Legolas al mismo tiempo que lo apartaba de él.
-¡Largo tonto elfo!- le grito el hombre. Él se alejó y Legolas por dentro estaba aliviado sé que su plan halla funcionado, Glanhír lo había dejado ir y Aragorn tenía que seguirse controlando para no estrechar a Legolas en sus brazos frente a Arwen cuando el elfo se acercó al rey tambaleante. Aunque no pasó nada más, Legolas estaba a punto de caer en cuanto llego frente a Aragorn, pero el rey alcanzo a tomarlo por la cintura antes de que callera.
-¡Necesitamos actuar ahora!- dijo Gandalf que se acercaba a Legolas junto a Radagast, el elfo ya estaba tendido en el suelo mientras los magos se acercaban a el listos para sanarlo antes de que aquel hechizo lo invadiera por completo.
Aragorn luego de dejar con delicadeza a su elfo sobre la tierra para que Gandalf hiciera de las suyas, ya se había acercado a Glanhír que estaba sentado con la cabeza gacha.
-Pensé que escaparías- dijo Aragorn observando como el hombre alzaba la mirada para verlo.
-No hace falta huir más, ya no hay nada más que pueda hacer, creí que el elfo seria lo suficiente para que fueras capaz de abandonar el trono por el- agrego Glanhír apartando la mirada, estaba vencido y seguramente todos sus ejércitos estaban caídos fuera del bosque.
-Claro que lo hubiera hecho, si no fueras de mi sangre seguramente Gondor ya no sería mío- Glanhír volvió a mirarlo por lo dicho, no le quedaba de claro qué era lo que quería decir el rey –Eres un dúnedain y por lo tanto sé que tú no eres capaz de quitarle la vida a alguien que no sea un enemigo , eres listo Glanhír y haz planeado todo esto sin que yo llegara a sospechar nada de ti y para ello haz utilizado mi punto más débil enfocándote en mis sentimientos hacia Legolas, pero tú fuiste engañado por tus miedos e inseguridad que realmente llegaste a imaginar que no dejaría el trono por él, cuándo realmente te lo hubiera dado todo por salvar su vida. Así que has fallado y espero ya aceptes la derrota- Dijo Aragorn mirando a Legolas que aún estaba sin color y tendido sobre la tierra con la mano de Gandalf tocando su frente, seguramente diciendo algún hechizo.
Pero fue ahí cuando Aragorn giro la mirada y se encontró con la de Arwen, ella parecía feliz de verlo con esos ojos que antes causaban en el sensaciones y que ahora solamente le causaba incomodidad, Aragorn no quería mentir más ¿Cómo le diría a Arwen lo suyo con Legolas?
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Legolas abrió los ojos desorientado, no tenía ni una idea de que había ocurrido después de que aquel hombre lo soltara, se incorporó en la cama, y pronto noto que estaba en unas de las habitaciones de la ciudad blanca, donde Aragorn le había asignado un lugar para quedarse. Aparto las sabanas que aun cubrían sus piernas, un pequeño dolor de cabeza lo invadió y sostuvo su cabeza con una mano para sentir que una venda rodeaba su cabeza y aquello le dio algo de gracia, recordó la batalla en el Abismo de Helm cuando Gimli había aparecido con una venda en la cabeza junto a Eomer, se puso de pie en cuanto el dolor disminuyo y descalzó se encamino a la puerta para abrirla, pronto sus oídos percibieron una gran escándalo proveniente de abajo, no tardó mucho en bajar las escaleras y dar con las puertas abiertas de donde debería ser el comedor, y cuando entro logro ver a gente de un lado a otro mientras que otros permanecían sentados en diferentes lugares, luego Legolas percibió el olor a medicina por todo el lugar. Estaban tratando a los heridos pero lo que se preguntó el elfo fue ¿De dónde habían salido los hombres heridos?
-¡Dama Éowyn!- llamo Legolas en cuanto sus ojos identificaron entre la multitud la cabellera dorada de la mujer que se movía de un lado a otro con vendas o a veces cubetas con agua ateniendo a algún herido y pasar a algún otro. Ella lo miro en cuanto escucho su nombre.
-¡Legolas! ¿Pero qué haces aquí? Deberías estar descansando – dijo Éowyn que se acercó al elfo ahora con una canasta de hierbas al parecer medicinales.
-¿Qué está sucediendo?- pregunto bastante confundido a lo que Éowyn solo le quedo contestar.
-Hubo una batalla fuera del bosque, teníamos que evitar que los orcos entraran a él, ya que ustedes aún se hallaban adentro, pero me temo que es todo lo que tengo que decirte pues tengo aún mucho heridos libres de la batalla que tengo que atender – dijo la dama acudiendo muy pronto junto a una mujer que la llamaba. Legolas quería ayudar pero todos se veían tan atareados que dudaba poder hacer algo útil, así que salió del lugar.
Y había decidido dirigirse a la habitación de Aragorn pues no quería volver a la cama ya que se sentía un poco inquieto, camino de vuelta escaleras arriba y se dirigió a las puertas de la habitación de Aragorn, aunque había algo extraño, la puerta estaba abierta y sin pensarlo la abrió casi de inmediato, se quedó de helado al ver a Aragorn tomando del rostro a Arwen mientras se unían en un beso.
-Aragorn…….- vacilo el elfo y el nombrado al escuchar aquel pequeño susurro se separó de los labios de Arwen bastante sorprendido.