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Una segunda oportunidad por elfasilveriana

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Notas del capitulo:

Estos personajes no me pertenecen son originalmente de J.R.R Tolkien un escritor maestro.

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¡¡¡AVISO!!!: Se me olvido decir antes que este fanfic tiene un poco de la historia de la pelciula, perdon por no avisar :D, y otra cosa, aveces no se encontrar las palabras correctas y termino poniendo otras que no quedan muy bien xp.

 


Espero que disfruten este capitulo, ya pronto sacare el Lemmon :D no se me aburran xD SALUDOS A TODOS!.

Ambos reyes elfos iban al mismo paso veloz por los pasillos del enorme reino de Aragorn que ahora lucia su esplendor, Thranduil y Elrond mantenían la mirada al frente y como había dicho al mismo paso, la pobre y bella Arwen venia casi corriendo para alcanzarles aunque intentaba mantener su mirada serena, para cuando se habían detenido la elfa casi se estampaba con la espalda de Thranduil si no fuera porque freno a tiempo. Se encontraban ante las puertas enormes de la biblioteca, gracias a las visitas de Elrond él ya se había memorizado todos los lugares del reino. Los guardias que se encontraban a los lados de esta,  abrieron las puertas de inmediato al notar la presencia de los tres elfos.

Sin perder el paso ambos reyes entraron al mismo tiempo seguidos de Arwen que miraba curiosa la biblioteca, sin importar cuantas veces la reina haya estado hay, nunca se cansaba de las maravillas que contenían cada uno de esos libros.

-Mi hijo está encerrado en aquel bosque con un hechizo de la cual no sé nada, estoy seguro que debemos empezar con su búsqueda ahora- dijo Thranduil observando como Elrond pasaba la mirada lentamente por los enormes estantes repletos de libros bien cuidados, por lo cual le causaba una impaciencia pues estaba preocupado por su hijo aunque no lo demostrara.

-No hay porque tener prisa, aun no se con exactitud qué clase de hechizo es aquel que cubre el bosque donde se haya Legolas-  contesto Elrond mientras que de un estante bajo, sacaba un enorme libro de pasta dura y color marrón, un poco de polvo soltó cuando lo dejo caer en la mesa donde más libros se hallaban apilados. Lo abrió dejando ver unas degastadas hojas pero en buen estado para el tiempo que lleva en aquel estante.

-¿Qué es lo que buscas con tanta paciencia?- pregunto Thranduil mientras se acercaba lentamente al lado de Elrond, Arwen no quería parecer curiosa pero se acercó y ambos elfos parecieron no notarla.

-Con el tiempo que te has tardado en llegar, me dedique a investigar sobre aquel hechizo que invade el bosque pero al parecer las respuestas que te voy a dar no serán nada de tu agrado al igual como no fue del mío- dijo Elrond mientras pasaba las hojas con suma delicadeza.

-¿Qué tan mala puede ser la noticia como para que no sea de mi agrado?- volvió a preguntar Thranduil que solo miraba cada una de las pagina que Elrond pasaba.

-Por lo que pude saber, el hechizo que cubre el bosque es magia elfica- dijo Elrond deteniéndose en una de las paginas, donde las escritura de los hombres señalaban a un elfo que se encontraba dibujado al centro.

-¿Magia elfica dices?, porque habría razón de ser magia elfica- insistió en saber el elfo rubio que ahora miraba con atención aquella página. -¿Es esto un conjuro?- pregunto señalando las runas elficas del lado superior derecho.

-Si lo es- afirmo Elrond –Escritas en Sindarin- dijo mirando al Thranduil que también le devolvió la mirada.

-¿Estás dudando de mí?- dijo ya un poco enfadado ante la mirada de Elrond.

-¡Oh no quise decir eso!- afirmo rápidamente el rey elfo –Tengo más que claro que tú y Legolas son los únicos sindar sobre los elfos silvanos, pero ¿Por qué un conjuro en sindar?- finalizo Elrond volviendo la mirada a la hoja donde el dibujo del elfo.

-Ahora que lo dices, cualquier elfo utiliza la lengua sindar, o la mayoría de los elfos lo manejan- aseguro ahora Thranduil que miraba con atención aquel elfo dibujado en el enorme libro.

-Uno de los noldor- dijo mientras observaba el cabello del elfo dibujado y coloreado con carbón vivo - Los Elfos Noldor los más dotados intelectualmente de todos los Elfos, así como los más fuertes y los de mayor orgullo.- Elrond y Thraunduil ahora prestaban más atención al dibujo de aquel elfo de cabello oscuro y facciones como las de cualquier elfo.

-¿Los elfos de Noldor?, porque habría de tener relación alguna con el hechizo- Thraunduil sabía que Elrond llevaba la sangre de los Noldor aunque no había escuchado de aquellos elfos durante tiempo.

-Porque ellos fueron quienes crearon el hechizo que ahora cubre el bosque, una vieja leyenda cuenta sobre porque haber creado un hechizo tan peligroso que solo los más sabios podían practicar este conjuro- dijo Elrond rozando las runas con la yema de los dedos.

-Me encantaría que fueras más claro en lo que me tratas de decir- dijo ya impaciente el elfo rubio que se encontraba harto de las explicaciones del pacifico elfo Elrond.

-Mi energía ya no es suficiente Thraunduil, tú lo sabes, tampoco hay fuerzas en lady Galadriel, nosotros que somos provenientes de los noldor no podemos hacer nada- Thraunduil miraba con suma atención a Elrond tratando de descifrar antes a lo que quería referirse. –Eres tú, Thraunduil, el único que puede salvar a tu hijo, te daré mi fuerza como medio elfo de noldor y gracias a tu buena relación como sindar con los noldor te enseñare lo necesario para que puedas deshacer ese hechizo que solo los noldor pueden quitar con facilidad aunque hacerlo significa perder todo rastro de tus energías- era aquella la noticia que no habría de ser del suficiente agrado para Thraunduil, y vaya que era verdad.

 

 

           *~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

 

 

Aragorn procuraba no adelantarse mucho y mantenía a Legolas al frente, aunque siempre había ocasiones en que el elfo se tropezaba por las pocas fuerzas de sus piernas y Aragorn tenía que cárgalo la mayoría del trayecto.  Solo hasta que el elfo se hartara y pidiera caminar nuevamente. Fue de esta manera tratando de buscar agua, algún lago o rio pero no encontraron nada, el cielo se hizo anaranjado a causa del atardecer y decidieron parar ya que ambos tenían hambre. 

Prendieron una fogata en la una zona donde los arboles eran los suficiente enormes como para tapar la iluminación de la fogata. Ahora comían frente a la fogata, ambos en silencio y sin mirarse pero aun así era un silencio cómodo, a veces escuchaban  uno que otro movimientos provenientes de las hojas pero luego resultaban ser ardillas o cualquier animal nocturno que buscara alimento o que se retiraba para dormir. En aquel momento el bocado casi se le atoraba en la garganta al pobre Aragorn cuando la cabeza de Legolas se recargo en su hombro y no es como si fuera la primera vez que lo hacía, de echo habían sido muchas noches en la que el elfo se la pasaba recargado pacíficamente en su hombro solo que ahora se le hacía demasiado incomodo, volteo la mirada para ver el rostro de Legolas pero cuando observo este ya se había quedado dormido o tal vez tenía los ojos entrecerrados.

-Dígame Aragorn, ¿usted ha estado enamorado?- la voz de Legolas le dejo en claro que no estaba dormido ni nada por el estilo pero aquellas pregunta ya le había secado de la garganta  y el bocado aun permanecía en su garganta ahora más imposible de digerir. Hubo un gran silencio después de la pregunta del elfo que aún permanecía recargado en su hombro, cuando aquel bocado por fin despareció de su boca abrió la boca para hablar.

-¿Por qué lo pregunta rey elfo?- pregunto Aragorn y luego el elfo se revolvió  un poco incómodo en su hombro pasaron segundos o tal vez minutos para que Legolas volviera responder.

-Tuve un sueño- dijo, el rey no dijo nada pues simplemente dejo que el elfo continuara y así lo hizo. –Yo paseaba por los pasillo del reino de Ada, hasta que una mujer, o más bien, una elfa de dulces cabellos rojizos apareció y sentí algo raro, justo……aquí- le dijo a Aragorn llevándose la mano al pecho donde estaba el corazón.

-¿Algo raro?- pregunto Aragorn tratando de no sonar disgustado aunque el mismo no entendía de porque debería estarlo.

-Si, en mi sueño, Ada me explicaba que eso se le llamaba estar enamorado, tal vez tu sientas lo mismo- dijo Legolas antes de guardar silencio, Aragorn se sintió disgustado aunque no sabía exactamente de qué y sin importar que trato de buscar tal respuesta dentro de su cabeza no lo hallaba y luego su voz salió por si sola.

-Yo también estoy enamorado- dijo el rey y enseguida Legolas se separó de su hombro y lo miro con aquellos ojos azules llenos de curiosidad.

-¿De quién?- pregunto, Aragorn miro con ternura la cara del elfo que se encontraba sucia a la causa del barro y luego sonrió.

-Me temo que no le puedo decir tal afirmación- dijo poniéndose de pie dejando al elfo curioso  un poco molesto.

-¿Por qué no?- agrego Legolas mientras observaba como el rey se recostaba entre las hojas secas preparándose para dormir después de apagar la fogata.

-No tienes por qué preocuparte por eso, te lo diré tarde o temprano, eso te lo aseguro- dijo el rey antes de cerrar los ojos y quedarse dormido por completo. Legolas no tardo en imitarle aunque él se recargo en el grueso tronco del árbol más cerca y cerró los ojos, dejándose llevar por el cansancio. De alguna manera el cansancio aumentaba cada vez más, no sabía si debía preocuparse por ello pero luego dejo de importarle cuando se sumergió de nuevo en un sueño.

 

Y como siempre se encontraba caminando por los pasillos, aun con las elegantes ropas que no mostraban peso alguno, y con la corona de hojas que siempre acostumbraba a llevar después de lo sucedido.  Se dirigía donde siempre, justo cuando bajo la escalera, la vio, sentada en las bancas bien talladas de mármol estaba ella, su larga cabellera rojiza que tocaba casi el suelo y a un lado de ella descansaba el carcaj junto con su arco. Vestida con su ropa de batalla como ella acostumbraba.

-Te estuve esperando- dijo Tauriel volteando la mirada cuando Legolas estuvo a su lado y este le sonrió.

-No tenemos algún conflicto con otros reinos por ahora, ¿Por qué llevar tu ropa de batalla?- pregunto Legolas que tomaba la larga cabellera de Tauriel entre sus manos y comenzaba trenzarlo, ella solo se quedó quieta mientras su cabello era trenzado.

-Me eh acostumbrado a vestirme siempre con estas ropas, no veo que haya problema-

-Tu belleza es increíble me gustaría verte vestida de otra manera- dijo Legolas mientras que con manos expertas trenzaba el último de sus mechones y era amarrado por un broche de flor.

-No creo que haga falta sus halagos, mañana será el festival de las estrellas- Así como los elfos del bosque estaban acostumbrados a organizar esplendidos banquetes, aquel festival era el más importante para Tauriel lo suficiente como para dejar la ropa de batalla y vestirse con elegancia.

-Si es así, entonces no puedo esperar ni un segundo más-

-Yo tampoco soy capaz de esperar- dijo Tauriel volteando completamente y le sonrió, en aquel recuerdo el corazón de Legolas se aceleraba al ver la bella sonrisa de la elfa, de modo que, estaba enamorado de Tauriel, aunque muy en el fondo sabía que tal vez esto no terminaría bien.

 

Así eran los festivales del reino, llenos de risas y cantos, bailes y vino, Legolas todavía no había probado ni una gota de vino. Sus compañeros reían entre si mientras chocaban los tarros o los recipientes de vidrio con vino en él.

-Legolas compañero, ¿no vas a disfrutar este deliciosos vino?, es apenas reciente- dijo uno que se encontraba al lado de Legolas mientras le tendía un tarro con vino.

-Ahora no gracias- dijo el elfo hacia su compañero, este solo levanto los hombros y volvió a la plática con los demás, la razón por la cual Legolas solo se encontraba sentado era porque buscaba a Tauriel con la mirada, tardo unos minutos, tal vez horas para que el rubio visualizara a la elfa entre la multitud, se levantó de golpe de la mesa sin hacer caso a las preguntas de sus compañeros y se adentró entre la multitud.

-¡Tauriel!- elevo la voz cuando estuvo frente a ella pero pronto se quedó helado ante la apariencia de Tauriel, ella volteo al escuchar su nombre por parte del elfo. La elfa iba vestida con un vestido que llegaba hasta los talones, totalmente amplio, el vestido era blanco con los hombros y un poco de pecho descubierto, una capa verde cubría las desnudez de sus hombros y estaba cerrado por su blanco cuello por un broche de flor roja, la misma que utilizaba Legolas para trenzarle el cabello, hablando de cabello, este iba trenzado por la coronilla de la cabeza, estas se unían por detrás para formar otra trenza más grande que ocupaba todo su cabello, esta trenza estaba decorada por flores rojas que se colaban con el color rojizo de sus hermosos cabellos  y por último, sus orejas, estaban rodeadas por un adorno de bronce que dejaban a la vista la hermosura de su rostro.

-No te quedaras toda la noche mirándome ¿cierto?- dijo Tauriel, soltó una risita cuando Legolas mostro un leve sonrojo en sus mejillas y apartaba la mirada de ella.

-Claro que no, ¿te gustaría acompañarme?- agrego Legolas ofreciéndole su brazo, ella sonrió y paso el suyo por el espacio. Ambos esquivaron la gente que bailaba en parejas, hubo uno que otro que pisara la larga capa de Tauriel, de tal manera que decidió quitárselo y tendérsela a Legolas para que lo llevara. Cuando llegaron a un espacio apartado del festival, Legolas observo los hombros desnudos y  la espalda que contaba con agujeros dejando también a la vista la piel de su espalda. .

-Ven- le llamo Tauriel y el elfo acudió al instante a su llamado, se colocó a su lado. –Mira- señalo a las estrellas y Legolas miro, aquel año estaban más brillantes que otros festivales y vaya que le dejo maravillado.

Al dejar de mirarlas, Tauriel le dedico una sonrisa y arrebato su capa de las manos del elfo para dejarla tendida en la hierba, después, la elfa tomo las manos de Legolas, una la coloco en su propia cintura y la otra las entrelazo con la suya. De modo que terminaron en una posición típica para el baile, la música pacifica de los elfos se escuchaba hasta el espacio donde se encontraban ambos, al principio fue Tauriel quien guio a Legolas en el baile, luego el elfo tomo el control y ambos se movían con el compás de la música. Hasta donde su memoria le podía permitir aquella noche de festival, fue las mejor de su vida aunque también la peor.

 

El año siguiente, antes del festival de las estrellas habían salió al bosque negro debido a una plaga de arañas. Legolas iba al mando del grupo junto con Tauriel, corrían esquivando los arboles guiados por las enormes telarañas cuando una se interponía en su caminata, sacaba con habilidad la daga y cortaba la telaraña para seguir, fue cuando varios gritos  se escucharon, Tauriel miro a Legolas y sin decir palabra se desviaron para encaminarse a donde provenían los gritos, escalaron ágilmente los árboles, basto con ver que varias arañas rodeaban a un grupo de enanos, para luego saltar ágilmente y sacar el arco en el aire seguido de los demás, no le dio tiempo de preguntarse dónde se había metido Tauriel.

No tardaron mucho en acabar con las arañas y acorralar a los enanos, después de eso Tauriel regreso con un enano, demasiado alto como para serlo. ¿Cómo iba a saber, que su amor no iba a ser correspondido?.

Una vez de encerrar a los enanos, noches después era el festival de las estrellas, Legolas estaba decidido a declararle su amor a Tauriel e incluso no le dio tiempo de quitarse la ropa de batalla por estar pensando de qué forma seria la perfecta para declararse, solo que, sin importar que volteara por todos lados no logro ver un vestido blanco o una capa verde o un cabello rojizo bien trenzado, después de esperar largo tiempo se levantó de donde estaba y pregunto a uno de los guardias en donde se podría hallar Tauriel.

-La eh visto bajar a los calabozos - agrego el guardia sin dar tantos rodeos, enseguida Legolas se dirigió a los calabozos y se detuvo al escuchar voces, era la de Tauriel y…….al parecer un enano. Y era verdad. Tauriel estaba sentada en uno de los escalones frente la celda del enano más alto. Aquel enano le hablaba sobre una luna de fuego y ella parecía prestarle toda la atención y a la vez conmovida. Era la primera vez que Tauriel no asistía a un festival de estrellas y todo por un enano.

Una punzada de dolor se sintió en su pecho. Y jamás pensó que aquel dolor sería tan insoportable.

 

             *~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

 

-¡Legolas!- aquel grito hizo que abriera los ojos por completo, el rey se encontraba frente a Legolas, seguramente llevaba tiempo intentando despertarle. La espalda le dolía un poco al elfo a causa de estar recargado toda la noche en el tronco de un árbol.

-¿Qué sucede?- dijo Legolas estirándose un poco y vio como Aragorn se ponía de pie.

-No quería despertarte, así que hace unos momentos fui a ver los alrededores, creí que era imaginación mía pero si mis sentidos no me engañan escuche el sonido de agua correr por el norte- Agrego el rey con un pequeño brillo en los ojos.

-¿Enserio?- Aragorn asintió y enseguida el elfo se puso de pie un poco más animado, esta vez, cuando comenzaron a correr esperanzados atraves de los arboles no hubo ningún problema con Legolas estaba mejor aunque aún se sentía cansado. Aragorn colocaba la oreja sobre la tierra para comprobar si realmente iban por el camino correcto pero siempre afirmaba escuchar la corriente de agua. Corrieron por el bosque sin tomar en cuenta el tiempo, las esperanzas se hicieron mayores cuando empezaron a sentir la tierra húmeda bajo sus pies y el olor también inundaban sus narices.

-¡Así que era verdad!- exclamo alegre Aragorn, habían llegado a algo parecido a un manantial, el agua era totalmente limpia y una pequeña corriente la llenaba, no sabían de donde venía esa agua pero con esa bastaba. El rey se inclinó a la orilla de esta y junto ambas manos para llenarlas de agua, se llevó las manos al rostro y soltó un suspiro de alivio al sentir el agua fresca correr por su rostro realizo esto varias veces hasta que el barro seco desapareció de su rostro.

-¿Tomaras un baño?- dijo Aragorn mientras dejaba la pechera de hierro a un lado seguido de esto empezaba a quitarse la playera larga debajo de esta.

-M-me gustaría tomar un baño sin que estés tu aquí- al escuchar esto el rey paro y observo al elfo, este tenía las mejillas rojas.

-Lo lamento, si quieres puede tomar el baño tu primero- era claro que Legolas aceptaría pues un elfo no puede soportar la suciedad. Aragorn  aviso que mientras Legolas se bañaba buscaría algo de interés en el bosque y eso hizo.

Al estar alejado de aquel manantial observo que no había nada interesante, solo árboles o un montón de rocas, quería que pasara el tiempo rápido pero cada segundo se le hacía eterno, decidió esperar recargado a un árbol y tratar de relajarse, pero esto no duro mucho cuando un canto lo saco de su tranquilidad que apenas había comenzado a invadirle. Si podríais haber escuchado seguramente hubieran quedado encantados y querían seguir aquel canto, eso fue lo que exactamente hizo Aragorn y no lo pensó dos veces. La mente se le fue por unos instantes y cuando volvió en sí mismo se dio cuenta que aquel canto lo había llevado al manantial donde Legolas se bañaba, ¡peor aún! era el elfo quien cantaba esas letras armónicas, el bosque pareció callar para escucharlo cantar. El rey se escondió tras un árbol aunque no lo espió solamente cerro los ojos y dejo que su canto lo tranquilizara.

Todo se había tranquilizado, por un momento nada importo, ni siquiera el hecho de que se encontraban atrapados en un bosque o que Legolas no lo recordase. Pero todo se vio interrumpido cuando un sollozo por parte del elfo se dejó escuchar interrumpiendo su canto, en ese momento todo volvió a la normalidad y Aragorn solo escuchaba el llanto de Legolas, era un llanto que causaba pena en cualquiera que lo escuchara y el rey esta vez tomo su decisión de salir de donde estaba escondido. El elfo estaba desnudo aunque el agua le llegaba hasta la cintura, todo su cuerpo era pálido pero era obvio que su piel era suave de eso no habría de negarlo por parte de un elfo, él se cubría el rostro con ambas manos mientras lloraba, no pareció importarle cuando escucho el sonido del agua. Aragorn se había metido al agua aun con las ropas puestas  para acercársele, Legolas aun así no se movió solo siguió llorando, el rey acerco sus brazos al cuerpo del elfo lentamente y lo rodeo con ellos tan suavemente que pensó que cualquier rose lo lastimaría, era cierto que su piel era suave pero lo único que quería era tranquilizarlo, el rey lo apretó más hacia su cuerpo.

-Que sucede bello elfo, ¿Por qué tu llanto es tan amargo y doloroso?- dijo Aragorn que empezaba a sentir la pesadez de su ropa a causa del agua.

-Un mal sueño eso es todo- dijo Legolas con dificultad para no sacar un sollozo mientras hablaba, el elfo escondió su rostro en el pecho del rey.

-¿Puedes darme una pista de que fue lo que soñaste?- pregunto el rey quien escondió la nariz en el cabello rubio y ahora mojado del elfo.

-Me han roto el corazón Aragorn- dijo Legolas mientras comenzaba de nuevo otro llanto, el rey se sorprendió por la respuesta de Legolas.

-“Seguramente fue un recuerdo”- se dio para si el rey que solo apretó más el abrazo. Legolas sin importar cuanto trataba de evitarlo no podía parar las lagrima que salían y salían de sus ojos, las lágrimas y el cabello mojado del elfo ya había mojado la ramera de Aragorn, a decir verdad eso no era lo que realmente importaba. Algo en la cabeza de Aragorn le dijo que era ese el momento más que perfecto para crear unos nuevos recuerdos juntos, algo le pasaba a su elfo y ahora necesitaba su ayuda más que nada.

-¿Recuerdas que te dije que estaba enamorado de alguien?- dijo Aragorn apartando con lentitud al elfo y este le miro con los ojos azules, la curiosidad del joven elfo ya se había hecho notar.

-Si- respondió con debilidad y sin notarlo el llanto ya había parado.

-Bueno, sucede que esa persona de la que estoy enamorado…..- se calló un momento y Legolas solo se quedó mirándole curioso esperando a que continuara, fue ahí cuando el rey tomo del mentón a Legolas suavemente, el elfo no pudo decir nada pues Aragorn ya había terminado la frase. –Eres tú-

Y todo se detuvo, cuando acerco sus labios con los de Legolas.

Parecia como si fuera la primera vez que tocaba sus labios con los del elfo.

Notas finales:

Gracias por leer =D


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