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SOY UN JUGUETE DEL DESTINO por shiki1221

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CAP 9: REENCUENTROS

 

Un nuevo día se presentaba en Konoha, solo había un estruendoso grito en aquella ciudad, ya no eran dos al unísono como siempre. Solo el de un joven azabache de catorce años amenazando de muerte a su idiota hermano mayor.

Ya habían pasado dos años, desde que Naruto se marchó de aquel lugar para cumplir su sueño, inexplicablemente sus cartas dejaron de llegar y no había manera de preguntarle qué sucedía. El menor de los Uchiha no tenía celular ni computadora en su casa, ya que Itachi no ganaba suficiente dinero como para costeárselos y aún no cumplía los dieciocho años para reclamar su herencia, aunque si se encontraba próximo a ello. Sin embargo, aunque los tuviera tampoco podría comunicarse con el rubio sin saber su número o mail. En pocas palabras, estaba totalmente incomunicado con Naruto.

Pese a lo mucho que extrañaba a su mejor amigo, Sasuke siempre se esforzó en mostrar indiferencia ante el asunto. No le gustaba que se preocuparan por él, solo porque sintiera un poco de nostalgia. Además, se sentía bastante bien con la compañía de su amiga Hinata. Luego de haberla salvado de ese depravado, del cual no habían vuelto a saber nada. El menor de los Uchiha se dedicaba a entrenar en el dojo Hyuga con la meta de derrotar al dueño del lugar, pero aún no lo conseguía. Eso en lugar de deprimirlo, lo motivaba más, para esforzarse y cerrarle de una vez la boca.

La de ojos perla era la que tenía que curarlo tras cada derrota, era como una enfermera personal para él. A medida que pasaba el tiempo ellos se empezaron a conocer mejor, logrando una relación de amistad, debido a esto el de ojos oscuros se convirtió en algo así como su protector en la escuela. Se encargó de mantener alejadas a las rubias que se aprovechaban de Hinata. Hay que agregar, que no estaban nada contentas con su intromisión, gracias a él, ellas habían perdido a quien hacía las tareas, los trabajos y hasta las pruebas por ellas en el pasado. Sin Hinata, por su propia inteligencia, las gemelas Yamanaka jamás habrían terminado siquiera la primaria.

Ellas eran demasiado ricas y hermosas, como autoproclamaban, como para perder su tiempo en algo según ellas “inútil”. Ese tipo de esfuerzos se los dejaban a personas “inferiores” como Hinata. Pero su comodidad escolar se vio por un momento interrumpida, por la aparición del azabache que les plantó cara y evitó que se le volvieran a acercar a la chica que tenían como amiga-sirviente. Aprovechando su dinero consiguieron a alguien que les hiciera todos los deberes escolares. Pero no era lo mismo que tener a la de ojos perla, la persona a la que le pagaban era eficiente, mas no tenían el mismo placer macabro que les provocaba humillar y minimizar a la Hyuga.

Aquella vez que se la ofrecieron a ese pandillero, lo habían hecho por la simple razón de “demostrarle” a la pobre chica que no valía nada. A los oídos de Ino y Shion había llegado, de casualidad, un comentario de algunos chicos que decían que la chica más hermosa de la secundaria era Hinata. Eso era algo que no se podían permitir, así fue como movidas por los celos y la envidia decidieron hacerla sentir como una vulgar prostituta. Ellas no se iban a conformar solo con lo que le hiciera ese sujeto, sino que se encargarían de restregárselo en la cara cada vez que se les diera la gana. Todo eso fue evitado, por fortuna para los Hyuga y desgracia de las Yamanaka, por el metiche de ojos ónix.   

 

POV DE HINATA

 

Estamos en el segundo año de secundaria, la verdad por primera vez me emociona asistir a la escuela, ahora que al fin tengo un amigo verdadero. Sasuke-kun es realmente muy amable a su manera, me recuerda en cierta forma a mi padre, que también demuestra su preocupación y cariño de una manera algo “especial”. Si se lo llegó a decir en persona a Sasuke-kun seguro se enojará, pero es la verdad. Ahora entiendo porque Naruto-kun lo apreciaba tanto, no por nada es su mejor amigo.

Nos dirigimos al salón luego de saludarnos como de costumbre, hablamos de cosas sin sentido, siempre me resulta divertido hablar con él, sabe de muchas cosas, tiene un gran repertorio de temas para conversar, pero su favorito, que a veces me perturba un poco, es la VENGANZA. Si es que a menudo me cuestionó si no sería conveniente que visite a un psicólogo, cuando empieza se emociona demasiado. Están: el me vengaré de Itachi, el me vengaré de tu padre, de tu hermano Neji, del creador de los disfraces de gato ¿por qué los odiará? La lista es muy larga, me tomaría más de una semana contar todas las venganzas que ha llevado a cabo, y eso solo excluyendo, las que no ha logrado todavía.

Hace un tiempo me presento a su amiguito especial, se llama Kurama, es un lindo zorrito, me recuerda mucho a Naruto-kun, creo que al pequeño kitsune yo también le agrado. Jamás me ha mordido, siempre se ve atento a lo que hace Sasuke-kun como si lo estuviera cuidando. Serán imaginaciones mías supongo, ese zorro no puede ser tan inteligente.

La clase ya ha dado comienzo y Uchiha está en las nubes, noto que no está prestando ni la más mínima atención ¡Él está… está... está DURMIENDO! ¡¿CÓMO ES QUE NADIE LO HA NOTADO?! Mejor aprovecho para hacer que se despierte, mira que es irresponsable y yo que antes creía que era una persona fría, seria y sin sentimientos. Le arrojé una bolita de papel con un pequeño mensaje en ella, le atiné justo en la cabeza. Ve el papel y lo lee. Me ha mandado la repuesta en el mismo papel, de la misma manera que yo le mandé el mío, a ver que dice.

 

Sasuke-kun despierta o el sensei te regañará”-ahí está mi mensaje.  

 

Hinata, ¿qué importa? yo sé todo acerca de esta clase, lo estudié en el verano ya te lo dije antes

 

Aunque tiene razón en eso, no puedo dejar que lo castiguen. Le mandaré otro mensaje, esta vez dice:

 

no te atrevas a dormirte, ¿me oíste Sasuke Uchiha? o te dejaré sin ese postre que tanto te gusta, recuerda que solo yo lo sé preparar

 

Al parecer captó el mensaje, ya no se ha vuelto a dormir, pero se dedica a dibujar, no necesitas ser muy listo para imaginar, de que van sus dibujos. Ya una vez vi sus cuadernos y cuando se aburre dibuja las mejores venganzas que se lo ocurren. En serio necesita terapia. Y así pasamos el resto de las clases, él sin prestar atención, siempre se las arregla para encontrar con que distraerse. ES UN MALDITO NIÑO MALCRIADO, es más infantil de lo que aparenta o de lo que yo jamás pensé. Ningún maestro le llama la atención por ello, parece que no notan que existe. Mientras tanto Sasuke-kun disfruta las ventajas de ser invisible ante todos, tanto senseis como compañeros.

 

FIN DEL POV DE HINATA

 

Una vez que terminaron las clases, Hyuga y Uchiha se retiraron juntos ya que como todas las tardes el azabache iba a entrenar con el padre de su amiga. El peligro los acechaba, sin que ninguno de los jóvenes se diera cuenta, unos ojos llenos de rencor y odio seguían sus pasos memorizando el camino que ellos usaban con tanta frecuencia para asistir a clases. El perseguidor tenía una sonrisa perturbadora en el rostro, mostraba una perversa satisfacción de haber vuelto a encontrar a su presa. Por ese día se alejó sin hacer ningún movimiento contra los chicos que tenía delante.

A la mañana siguiente, el menor de los Uchiha se encontró con su amiga de camino a la escuela, iban caminando tranquilamente mientras hablaban, hasta que sorpresivamente fueron rodeados por lo que suponían era un grupo de pandilleros. No tenían por donde escapar, estaban totalmente encerrados en un círculo, para empeorar la situación, aunque sabían pelear medianamente bien, eran demasiados para ellos dos solos, y se encontraban en una zona poco transitada, nadie podría socorrerlos ni llamar a la policía.

—Hola, al fin nos volvemos a encontrar. —habló un sujeto con pinta de pandillero, mayor que ellos por unos años, que resultaba muy familiar para la chica.

—T-tu-tú eres... —tartamudeó Hinata muy asustada y temblorosa.

—Veo que se acuerdan de mí. —contestó burlón y malicioso.

—¿Quién eres? —preguntó indiferente Uchiha— Yo sí que no te conozco.

—¿CÓMO QUE NO TE ACUERDAS DE MÍ? ¡TE JURÉ QUE TE MATARÍA! ¿NO ESTÁS ASUSTADO? —preguntó molesto por su falta de temor.

—No, la verdad es que no. Digo, ni siquiera sé quién eres. —apenas terminó de decir esto, el de ojos noche recibió un fuerte golpe en la cabeza, pero no de alguno de los pandilleros, si no de quien menos lo esperaba.

—SASUKE-KUN ¡¿CÓMO TE OLVIDASTE DE ESTE SUJETO?! SE SUPONE QUE ENTRASTE A MI DOJO PARA PROTEGERTE DE ÉL. —dijo señalando al líder de aquel grupo que se preparaba para atacarlos.

—¿EH? Yo entré para darle una paliza a tu padre, yo solo quiero venganza, nada más. —comentó sin importancia hacia el asunto.

—Bueno yo también y vengo a cobrarme lo que me hiciste aquella vez, ¡TODOS ATAQUENLO! Yo me quedaré con la chica también tengo cosas que terminar con ella.

La pelea comenzó, con clara desventaja para Uchiha, que, si bien había mejorado sus habilidades de pelea, no era jackie chan como para hacerle frente a todos esos sujetos al mismo tiempo él solo. Mientras Hinata estaba muy asustada como para acordarse como pelear, y ese sujeto no se quedaría con las ganas como aquella vez, se prometió terminar con lo que empezó.

En otra parte, más específicamente el instituto al que asistía Itachi, se encontraba el mencionado viendo el tatuaje que se había hecho Deidara como regalo de cumpleaños para sí mismo. Todos miraban intrigados dicho tatuaje tratando de entender los motivos del mismo.

—Deidara-san, ¿por qué se tatuó una lengua en cada mano? —preguntó un compañero, sacando a la luz la intriga general de todos.

—Eso es algo que solo un artista podría entender hmn. —contestó el rubio.

—Yo lo entiendo dei-chan, —se metió Itachi como siempre— es porque eres un pervertido. Quieres que sea más fácil imaginar que te la chupan cuando vas a orinar, se nota que te gusta masturbarte ¿En quién pensarás?

—¡Si CREES QUE PIENSO EN TI ESTÁS CHIFLADO UCHIHA! HMN. YO NO ME TOCO PENSANDO EN QUE LO HACES TÚ. —gritó el ojiazul.

—Eso lo confirma, dei-chan eres un depravado. —comentó el azabache comenzando a alejarse antes de un ataque hacia él.

—¡NO ERES MÁS QUE UN NIÑO CAPRICHOSO E INMADURO HMN! SIGUE CON COMENTARIOS COMO ESE Y TE HARÉ EXPLOTAR LA CASA Y MATÓ A TU GATO. —amenazó a gritos Deidara, quien estaba fuera de sí, gritando lo que se le ocurría.

—Yo no tengo un… —Itachi no terminó la frase, ya que le vino a la mente el recuerdo de su ototo a los cuatro años usando su piyama de gato negro.

Se veía adorable, tanto que se perdió en esa tierna imagen, preguntándose si le quedaría igual de tierno usar uno similar ahora que creció. Aquel pensamiento se esfumó rápidamente al pensar que se vería demasiado VIOLABLE para su gusto. Mientras, Deidara lo veía desde hace rato en silencio, preguntándose porque no le respondía como siempre y se asustó al verlo hacer gestos raros y balbucear cosas inentendibles. Primero, sonriendo como bobo, con algo de baba en la boca para después mostrar enojo mientras se golpeaba a cabeza contra la pared. No logró cuestionarle nada, ya que apareció Hana la amiga de Itachi y se la veía un poco pálida y agitada como si le faltara el aliento.

—I-Ita-Itachi-kun debes... darte prisa. —intentó decir, aunque no podía terminar de hablar.

—¿Qué te sucede Hana? ¿Pasó algo malo? —preguntó Uchiha preocupado.

—Es-es... sa-Sasuke, Sasuke está en problemas. —al fin lo logró decir.

—¿QUÉ DEMONIOS LE OCURRIÓ A SASUKE?

Aquella seriedad sorprendió al rubio, jamás lo había visto de esa manera, tan enojado, a la vez que preocupado ¿Quién era Sasuke? ¿Por qué parecía tan importante para Itachi? ¿Qué relación tenían? ¿Por qué lo hacía sentir incómodo verlo así? Movido por la curiosidad del cambio tan radical del azabache, decidió seguirlo tratando de ir a la par, pero el de ojos oscuros se movía como poseído por el demonio. Apenas terminaron de decirle donde estaba Sasuke salió corriendo y era demasiado rápido como para seguirlo de cerca.

 

Volviendo con Sasuke…

 

El joven azabache ya se encontraba prácticamente vencido, recibió una gran cantidad de golpes, no solo a mano limpia, sino que, los muy malditos usaron hasta palos contra él. Estaba muy lastimado, pero seguía peleando mientras el líder intentaba someter a Hinata a la fuerza, con ayuda de algunos secuaces, ésta se resistía lo mejor que podía. Pero también comenzaba a perder fuerza, después de todo, eran seis chicos mayores que ella. Cuando todo parecía en vano, apareció la salvación de ambos chicos, allí se encontraba alguien a quien Sasuke conocía muy bien.

—Hola Sasuke, veo que tienes problemas. —comentó el recién llegado.

—¿Por qué mejor no empiezas a hacer algo útil? En lugar de decir lo obvio. —respondió ofendido.

—Bueno, bueno siempre tan gruñón, no has cambiado nada.

Pronto, no solo el recién llegado se dedicaba a pelear contra los pandilleros, sino que se le sumaron un chico y una chica. Con el trío presente, lograron deshacerse de todos los agresores con una facilidad alarmante. Al terminar con esos cobardes, que como pudieron escaparon del lugar, los tres pudieron hablar con las víctimas.

—¿Ahora en que lío te metiste Sasuke?

—En ninguno que te importe, Suigetsu. —le contestó molesto el de ojos ónix.

—Eto, ¿quiénes son ellos? ¿Tú-t-tú los conoces Sasuke-kun? —preguntó tímidamente Hinata, mientras miraba a sus salvadores.

—Oh ellos son unos amigos míos de cuando estaba en el orfanato de Iruka, te los presentaré, él es Suigetsu, —señaló con fastidio al peliblanco de dientes filosos con el que había hablado, luego señaló a la chica pelirroja con lentes— ella es Karin— y él es Juugo. —afirmó apuntando al de cabello naranja.

—M-mu-mucho, mucho gusto y-yo-yo soy Hinata Hyuga. —se presentó con timidez.

—¿Qué hacían por aquí ustedes? ¿No deberían estar de camino a la escuela? —cuestionó el pelinegro.

—Oh nosotros nos dirigíamos a la escuela, vamos a la misma que ustedes ¿Qué no se dieron cuenta? —les preguntó Karin muy alegre.

—Pues la verdad es que no. Yo no sabía que venían a la misma secundaria que nosotros. —les comentó indiferente el Uchiha.

—La verdad es que nosotros también entramos con una beca, pero casi no asistimos a la escuela debido a que siempre nos molestan por ser becados. Eso nos enfurece demasiado y nos hizo meternos en varias peleas, en las que siempre favorecen a esos niños ricos. —le explicó Juugo.

—Si ahora nos ven como una pandilla, aunque nos falta nuestro intrépido líder. —dijo Suigetsu divertido mientras recordaba divertido el orfanato.

 

Flash back

 

En el orfanato de Iruka se veían a cuatro niños de unos 9 años nada más, reunidos en un círculo, planeando cuidadosamente una misión importante. Un pequeño pelinegro, una pelirroja, uno de cabellos anaranjados y otro de color blanco.

Bien Karin tú te encargas de vigilar, Suigetsu si ella te da la señal tienes que usar la distracción que se te ocurra, mientras Juugo y yo recuperamos ese frasco de galletas de chocolate. ordenó un tierno Sasuke con sus mejillas sonrosadas mientras daba las instrucciones¿Todos entendieron el plan?

Sí líder sasu-chan. respondieron al unísono los otros tres.

 

Fin del flash back

 

—No importa, muchas gracias por ayudarnos, lamento no haberme dado cuenta que vamos al mismo colegio. —se sinceró el pelinegro.

—Ahora nos conocen como hebi, por los problemas que causamos. Por eso no asistimos a muchas clases, es normal que no nos veamos. Nee sasu-chan tú siempre serás nuestro líder y amigo, no te preocupes. —lo tranquilizó Karin, sorprendiendo a Hinata por lo que ellos le contaban acerca de Sasuke.

—Eso es cierto sasu-chan no estamos enojados, nos da gusto volverte a ver. —habló feliz Suigetsu mientras lo abrazaba por los hombros.

Sin embargo, el Uchiha estaba tan golpeado, que hasta ese ínfimo toque provocó que soltara un quejido de dolor, que fue escuchado por la persona menos indicada.

—¡¿QUÉ LE ESTÁS HACIENDO A MI OTOTO?! —gritó un Itachi recién llegado mientras golpeaba al de ojos morados.

—No espe... —antes que Sasuke terminara de hablar, fue abrazado con mucha fuerza, haciendo notar la preocupación y alivio del mayor.

—¡YA LLEGÓ LA COMADREJA! —gritó con burla el golpeado— tan aguafiestas como siempre ehh comadreja-sama.

—OH son ustedes de nuevo delincuentes infantiles ¿Siguen robando galletas o ya avanzaron a los pasteles? —les dijo Itachi con superioridad.

Deidara veía a la distancia como Itachi, estaba realmente serio mientras interrogaba al pelinegro más pequeño acerca de lo que sucedió. Un gran alivio provocado por averiguar que la persona que el Uchiha fue a buscar era su hermanito se instauró en su pecho, algo que no entendía muy bien ¿Qué fue esa sensación de... temor? ¿Temor a qué? ¿A qué alguien fuera tan importante para el pelinegro que se alejara de él sin más?

—Oiga señorita, ¿es amiga de mi nii-san baka? —preguntó quién, ante los ojos del rubio, era tan solo un niño pequeño.

—Sí, si... lo soy. —respondió mostrándole una pequeña sonrisa, luego prestó atención a sus palabras— NO SOY MUJER, SOY HOMBRE HMN.

—Bien, hoy no irás a la escuela. ꟷdijo el mayor de los Uchiha dirigiéndose a su ototo— Ni yo tampoco iré al trabajo ni volveré al instituto, me quedaré a cuidarte todo el día. —ordenó el “jefe” con su mirada fija en su hermano menor dándole a entender un no-me-contradigas— ¿Quieres venir con nosotros dei?

—Bueno, de todas formas, ya es tarde para volver al instituto. —aceptó apenado.

—Chicos, vengan conmigo quiero que nos pongamos al día, hace mucho no sé nada de ustedes, y tú hina también necesitas que te curen, yo hablaré con tú familia. —mandó el menor de los Uchiha con la misma mirada que su nii-san.

Todos fueron a la casa de los pelinegros, ya que ninguno tenía ganas de asistir a la escuela ese día, demasiadas emociones para ellos, era mejor descansar. Prefirieron pasarlo bien entre risas y bromas, poniéndose al día, y conociéndose mejor. Era la primera vez que Itachi llevaba un amigo a la casa, eso era algo que Sasuke no pasó desapercibido, pero le alegraba, ese rubio era interesante.

Para Itachi también era una experiencia nueva, él conocía a esos tres desde antes, pero luego de dejar el orfanato, no supo más de ellos. Le parecían irritantes, pero lo que tenían a su favor era la lealtad desmedida a un amigo, como demostraron ese mismo día. Y aquella chica era una buena persona a su parecer. Le emocionaba enormemente ver a su hermanito con más amigos. Desde hace mucho, su único amigo era Naruto, pero él no estaba con ellos. La compañía de esos cuatro evitaría que Sasuke se sintiera solo sin el rubio.

En otros lugares del mundo, se encontraban tres personas muy diferentes, distantes entre sí por varios kilómetros, pero estaban igual de ansiosas de ir a Konoha, todos por diferentes motivos y medios. Pero una única persona a la que deseaban ver.

 

 

Pronto nos volveremos a ver Sasuke Uchiha

 

 

Era el pensamiento compartido por estas tres entidades desconocidas…

 

 

 

CONTINUARÁ… 

 

 

 

 


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