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SOY UN JUGUETE DEL DESTINO por shiki1221

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CAP 10: PROMESA CUMPLIDA

 

 

Ya había pasado un año desde que Itachi finalmente cumplió la mayoría de edad. Ahora vivía en una casa un poco más grande que la anterior, él no era una persona que le gustara regodearse por tener una casa inútilmente ostentosa, su hermano estuvo de acuerdo en ello, ya que entre los dos eligieron la casa. Era modesta de dos pisos y todas las habitaciones necesarias y algunas que de hecho les sobraban. La vida parecía sonreírles un poco, luego de tanto tiempo viviendo en la carencia de cualquier pequeño gusto, y en ocasiones, de las necesidades básicas.

Itachi asistía a la Universidad con más comodidad por no tener que matarse entre dos trabajos de medio tiempo, era su segundo año en la carrera de administración de empresas. Sin embargo, que no trabajara medio tiempo no significaba que estuviera de ocioso, sino todo lo contrario, se dedicaba a llevar a cabo investigaciones y negociaciones con personas que pudieran resultar de confianza, ya que la empresa SHARINGAN aún no era suya.

No era tan simple recuperarla, no era una cuestión de llegar y decir “soy Itachi Uchiha dueño de las empresas por ser el hijo del dueño anterior”. Eso no serviría de nada y menos con esos accionistas buscando la manera de desacreditarlo para no perder el control. El mayor de los Uchiha debía esforzarse por conseguir aliados en el ámbito de los negocios, lo más confiables posibles, para que lo apoyen y ayuden a no caer ante los buitres. Siendo tan joven, era una misión bastante difícil hallar a quien le tomara en serio en sus razonamientos económicos.

Con todo en contra Itachi no desistía y tampoco se amargaba, debido a que tenía a dos personas sumamente especiales en su vida. Ambas conviviendo bajo el mismo techo desde hacía unos meses.

 

BUUUMMMM BUUUUMMMMM

 

Y ese es el sonido de una de las personas más valiosas en la vida de Itachi cuando intentaba cocinar.

—Dei-chan, ¿otra vez cocinando? —preguntó el azabache con una sonrisa algo pervertida al verlo delante con un delantal blanco.

—Hoy es un día especial, es el primer día de sasu-chan en el instituto, estoy tan emocionado, aún recuerdo mis días de instituto como si fuese ayer...

—Ni que hubiese sido hace tanto. —le replicó divertido— Aunque sería mucho menos tiempo para ti, de no ser porque lograste saltarte un año solo para estar en las mismas clases que yo.

—CALLATE UCHIHA O TE DEJO SIN DESAYUNO. —gritó el rubio.

—Eso si el desayuno decide bajar del techo. —comentó con burla el menor de los Uchiha bajando por las escaleras.

—Ay no ototo, yo quería ser el que te despierte como cada mañana.

—Las explosiones de Dei-chan ya hicieron ese trabajo. —comentó mientras se quitaba de encima a su aniki que lo estaba abrazando— No sé qué es peor sus explosiones, tus bromas o los gemidos de ambos en la noche.

—Bueno no importa. —dictaminó el ojiazul muy rojo por la vergüenza— Debes darte prisa y desayunar.

El rubio le servía el desayuno, uno que, por cierto, solo era cereal y leche, ya que no podía preparar otra cosa sin hacer explotar la cocina. El destrozo de este día era el primero de la semana, seguramente les sucederían muchos más, si dejaban al “artista culinario” acercarse a la cocina. Mientras tomaban el desayuno Deidara se perdía en sus pensamientos.

 

POV DE DEIDARA

 

Me siento tan feliz de poder compartir el desayuno con mí… aunque me apene decirlo, amado novio y mi cuñadito. Al parecer valió la pena mi esfuerzo por pasar al mismo año que Itachi. Desde aquel día en el que hicimos estallar el laboratorio y nos castigaron juntos, yo busqué estar cerca de él. De manera inconsciente, no lo hice a propósito, solo buscaba acercarme a Itachi, porque de alguna manera, era divertido estar con él. Me tomó un par de semanas, pero con mi determinación pude impresionar lo suficiente a mis maestros para que me promovieran con él.

Sin embargo, a pesar de que éramos compañeros, nuestra relación era solo de peleas infantiles, jamás me hablaba de su vida, hasta aquel milagroso día en el que esa pandilla atacó a sasu-chan. Como falté a clases pude ver el otro lado de la vida de Itachi, la parte triste de ésta, a decir verdad. Trabajar para sobrevivir, matarse estudiando para recuperar lo que le pertenece, criar a su hermanito, protegerse ambos de los enemigos de su difunto padre. Definitivamente esa imagen no cuadraba con la sonrisa que siempre me mostraba cuando nos molestábamos mutuamente.

Me encanta formar parte de esta pequeña familia, ésta puede que no sea la mejor forma de vivir, pero si algo les sobra es amor. Y ahora que soy el novio del inepto de Itachi y el confidente de Sasuke, daré mi mejor esfuerzo porque sean felices, quiero verlos sonreír siempre. Aún recuerdo el día en que se me declaró, fue un momento que jamás olvidaré.

 

Flash back

 

Deidara se llevaba muy bien con Sasuke, luego de aquella divertida tarde, en la que se conocieron. Se quedaba a dormir o a comer con ellos, aunque el mayor de los Uchiha, seguía molestándolo como siempre.

Los sentimientos del rubio, se fueron aclarando poco a poco, a medida que aumentaban los momentos de convivencia, hasta llegar a la conclusión a la que tanto le temía: SE HABÍA ENAMORADO DE ITACHI. Ellos eran amigos, aunque poco y nada le preocupaba ese hecho, en cuanto a declararse se trataba, con la esperanza de ser correspondido o que en el caso de un rechazo siguieran solo como amigos. Lo que le aterraba y evitaba que se expresase como siempre, era que tenía miedo por Sasuke. Los quería demasiado a ambos, pero sabía que los hermanos Uchiha solo se tenían él uno al otro, si él se declaraba ¿qué sucedería?

En el caso de ser aceptados sus sentimientos, Itachi dejaría de lado su prioridad, que siempre fue su hermanito, lo haría sentir solo y triste al perder a la única persona que le quedaba en la vida. En el caso de que fuese rechazado había problemas también ¿Cómo se lo tomaría el pequeño pelinegro? ¿Bien o mal? ¿Sentiría que estaba traicionando su confianza al declararse a su hermano? El ojiazul era consciente de la ignorancia de menor de los Uchiha en temas sexuales.

Siempre lo hizo reír el recordar como un día durante la cena que tenían los tres, Sasuke le preguntó a Itachi un tabú, ¿qué es el sexo? Itachi estaba más rojo que en toda su vida, tartamudeaba y tomaba agua tratando de calmarse, y lo único que consiguió fue casi ahogarse con el líquido. Pidió a gritos saber quién lo estaba corrompiendo y juró muertes y torturas a los que le hablaban de dicho tema. Curiosamente los responsables eran sus senseis, que anunciaron que pronto tendrían clases de educación sexual, de ahí la curiosidad de pequeño pelinegro. Bueno lo importante era que, esa era la gran razón, por la que no se confesaba.

En un fin de semana muy lindo en el que Kushina y Minato pasaron a la nueva casa de los Uchiha, conocieron a Deidara, en uno de esos encuentros para comer tan comunes en ellos, ya que querían ver como se encontraban. Dado que ambos adultos siempre velaron por los Uchiha, inclusive, ellos ya conocieron a todos los nuevos amigos de Sasuke. Sin su hijo, toda la atención e instintos paternales de ambos, se volcaron a los Uchiha, por ende, se aseguraban que no anduvieran con malas influencias. A pesar de que sabían que extrañaba a Naruto, los reconfortaba saber que Sasuke ya no estaba solo. Ellos lo querían mucho y no querían que sufriera una depresión, de igual manera se preocupaban, por Itachi como si de un niño se tratase, ya que a sus ojos eso es lo que era.

Nee dei-chan, ¿por qué te tatuaste esas lenguas en tus manos? Ttebane. preguntó la pelirroja con curiosidad mientras almorzaban.

Esto es algo que solo un... antes de que el rubio pelilargo terminara de hablar, para decir lo mismo de siempre, una voz le interrumpió.

Eso es porque dei-chan es un artista, las lenguas son para comunicarse, hablar, expresarse, como artista él muestra lo que piensa o siente con sus manos, a través de sus obras ¿no? le preguntó para saber si había acertado.

Deidara estaba que no se lo creía, nadie se había dado cuenta de lo que significaban esos tatuajes y tampoco se lo contó a nadie. De verdad ese niño era muy perceptivo, logró ver lo que nadie había notado. La emoción que lo embargaba lo hizo actuar sin pensar, y para variar, también hablar.

¡Sasu-chan eres increíble como quisiera adoptarte para mí!

Oh oh el rubio reaccionó tarde, ya había abrazado a Sasuke mientras gritaba y luego recordó lo celoso que era Itachi, ahora seguro se enojaría con él, por querer sacarle a su hermanito. Volteó lentamente la mirada, como esperando ver algo terrible, en dirección al pelinegro de pelo largo, pero se sorprendió al ver como se levantaba tranquilamente de la mesa y se acercaba a él. Lo tomó de las dos manos y le dijo firme y con decisión: Sé la madre de Sasuke.

KYAAAA AL FIN LO DIJISTE. gritó la mujer Uzumaki.

Espera no entiendo ¿qué quieres decir con eso? el ojiazul menor tenía cara de WTF? ¿Qué le estaba pidiendo?

A ver dei-chan ¿quieres que te lo explique con dibujitos, señales de mano, o algo más acorde con tu pequeña mente? se burló el Uchiha mayor.

¿QUÉ DIJISTE UCHIHA? HMN

Lo que mi estúpido nii-san quiere decir es que está enamorado de ti.

La confusión no se alejaba de Deidara, no entendía que pasó, ni que le estaban tratando de decir.

LO SABÍA, LO SABÍA, NO PUEDES ENGAÑAR A UNA FUJOSHI TTEBANE.

Verás Deidara-kun, hace algún tiempo Itachi-kun vino a nosotros a pedirnos consejo de si era correcto que se te confesará. Él tenía miedo que lo rechaces por no poder dedicarte todo su tiempo, debido a... bueno ya sabes su vida. explicó más claramente el rubio mayor.

El rubio de pelo largo miró al pelinegro que tanto amaba y se sintió feliz de saber que era no solo correspondido, sino también, de que tenía sus mismos miedos. Ambos estaban sonrojados, pero aún temían, la última palabra se la dejarían al menor de los Uchiha.

A mí no me molesta. No es como si mi nii-san me fuese a abandonar ni nada parecido, solo quiere que vivas con nosotros dei-chan. No creerán par de idiotas que no merecen ser felices ¿o sí? dio el último veredicto con una sonrisa sincera para esos dos idiotas sobreprotectores.

Ambos al fin se liberaban de aquel espantoso miedo que no les permitía estar juntos, para ser reemplazado por la felicidad, de saber que contaban con el apoyo del más afectado.

¿Deidara amas al amargado de Itachi-kun? preguntó emocionada la mujer pelirroja.

Si lo amo a pesar de ser un arrogante, infantil, molesto… fue interrumpido.

Si lo describes no terminaremos nunca, y tú Itachi Uchiha ¿amas a este uke de nacimiento llamado Deidara?

Lo amo a pesar de ser un afeminado, travesti, pirómano… otra frase que fue interrumpida.

¡MUY BIEN CHICOS! ¡POR EL PODER QUE ME CONFIERE EL YAOI YO LOS DECLARÓ ESPOSOS TTEBANE! WII CUMPLÍ MI SUEÑO CASÉ UN PAR DE GAYS.       

Ambos se besaron, después de esa extraña afirmación, mientras Minato lloraba de felicidad, él siempre lloraba en momentos especiales. Sasuke fue a la cocina y empezó a arrojarle tomates y huevos podridos a su hermano.

¿QUÉ CARAJOS TE PASA OTOTO BAKA? —gritó mientras lo fulminaba con los ojos.

Una vez vi en la televisión que era una tradición en las bodas arrojar arroz, pero no está bien desperdiciar comida, así que les estoy dando un buen uso a estos alimentos que ya no son comestibles. Además, es mi venganza por las bromas que aún no me he cobrado. explicó Sasuke feliz arrojándole comida.

Luego de eso, y una larga ducha para Itachi, los cinco salieron a celebrar en un restaurante, la “maravillosa” boda de Deidara y el Uchiha mayor y la nueva “maternidad” del ojiazul. Ya que los “recién casados” ya tenían al pelinegro menor como a un hijo.

 

Fin del flash back     

 

Qué lindo recuerdo es ese, me rio sin darme cuenta, pero es que ese día me puse tan feliz. Los señores Minato y Kushina son muy amables y me dieron un montón de consejos sobre cómo criar niños, aunque Sasuke es todo un adolescente, igual los escucho tal vez cuando pasen algunos años, después de casarnos adoptemos un niño. EHHHHHH ¿QUÉ ACABO DE PENSAR? ¿CASARNOS? No es que me desagrade la idea, pero… lo seguirán desacreditando si hace eso. Me molesta y me entristece, saber que la imagen de mi novio siempre es atacada, por esos malnacidos accionistas. Que es muy joven, que no sabe lo que hace, y un sin fin de rumores que provocan que los tratos con otras empresas de los que él se encarga terminen en fracaso. Pero, sin importar que, yo lo acompañaré y apoyaré en todo.

 

FIN DEL POV DE DEIDARA

 

—Hey ototo-baka, llamó Kushina-san y dijo que Naruto-kun volvió anoche.

—¿En serio? —preguntó tratando inútilmente de ocultar su felicidad— Bien me voy al instituto, se me está haciendo tarde.

—Que tengas mucha suerte sasu-chan. —se despidió Deidara.

—No te acerques a ningún hombre, mujer o alien desconocido. —le “aconsejó” desconfiando Itachi con su típica paranoia.

Los otros dos sudaron una gota estilo anime al oírle decir “alien”, ¿cuántos aliens podía conocer Sasuke? Lo dejaron pasar por su propio bien, no era bueno meterse en una pelea verbal con el pelinegro mayor, lo más seguro es que perderían. El ojinoche menor se fue directamente a la casa de su mejor amigo y al llegar tocó a la puerta, siendo atendido por Kushina.

—Buenos días Sasuke-kun. —saludó cordialmente con una sonrisa.

—Buenos días Kushina-san, ¿es verdad que el dobe regresó? —preguntó ansioso.

—Sí, llegó ayer en la noche, pero no se encuentra aquí. —la pelirroja bajo un poco la mirada en dirección al suelo ocultando su tristeza.

—Oh lo entiendo. —ocultó su decepción— Bueno me voy.

—Que tengas suerte en tu primer día en el instituto. —lo despidió más alegre.

—Muchas gracias. Que tenga buen día Kushina-san. —se despidió Sasuke.

El joven pelinegro salió corriendo a su escuela, se le estaba haciendo tarde y todo porque la ansiedad de ver a su mejor amigo de nuevo, lo impulsó a desviarse de su camino, a pesar de tener el tiempo justo. Suerte que tanto tiempo entrenando con los Hyuga le había brindado mayor resistencia física. Corrió todo el camino hasta llegar al establecimiento, que curiosamente, estaba lleno de gente en la entrada impidiéndole el paso. Ya iba retrasado y no iba a permitir que ese absurdo grupo que se encontraba amontonado, por alguna causa que él no conocía, le impidiera llegar a tiempo.

Frente al histérico grupo de adolescentes que se observaba, había un llamativo, por no decir extraño, auto de un color naranja chillón con flamas negras a los lados, tenía las ventanas polarizadas por lo que desde afuera no se podía ver el interior del mismo, pero los de adentro si hacia afuera. Solo había un lugar en el que esa multitud no bloqueaba el paso y era justamente donde se encontraba ese auto.

Uchiha no quería perder más su tiempo, así que hizo algo que nadie se hubiera esperado, saltó sobre el auto y se deslizó por la parte delantera del mismo, llegando hasta un camino libre que le permitía el acceso al instituto. La cara del alocado grupo estaba desencajada, ¿cómo se atrevía aquel chico a pasar de esa manera sobre el auto del famoso cantante internacional “Yondaime”?

En el interior del auto se encontraban tres personas, el conductor era un hombre de pelo plateado que se cubría un ojo con el cabello y la mitad de la cara con una bufanda, bajó un poco la ventana para gritarle al chico. Pero inmediatamente fue detenido por yondaime, quien había logrado verle la cara al chico en el momento en el que saltó sobre el auto, ya que el impulso elevó sus cabellos, mostrando su cara.   

El de ojos oscuros llegó al salón junto a sus amigos, Hinata que le reprochaba lo que hizo en la entrada y “taka”, nuevo nombre para el ex hebi, alucinaba por su atrevimiento con alguien tan famoso. Los miembros de Taka les explicaron la fama del tal yondaime a sus dos amigos ignorantes de este hecho, pero ninguno de los dos morenos lo conocía ni por casualidad, no sabían absolutamente nada del mismo.

Karin de lo más feliz, anunció que se enteró, que ese cantante estaría en la misma clase que ellos. Ni Hinata ni Sasuke le dieron mucha importancia, hasta que lo vieron entrar. Cabello rubio resplandeciente como el sol, piel canela, ropa costosa, tres marcas en cada mejilla y unos ojos azules intensos. Los dos pelinegros se quedaron sin habla ese no podía ser yondaime era... NARUTO.

El rubio vio con aburrimiento como las chicas babeaban por él y susurraban de manera muy audibles lo guapo que era, mientras los chicos lo alababan cómo siempre, pero su mirada se posó sobre el menor de los Uchiha, el cual también lo miraba esperando que se le acerque. El Naruto que él conocía le saltaría encima y lo abrazaría con fuerza, sin embargo, con tristeza observó cómo lo veía indiferente para luego desviar la mirada como si nada, e irse a su asiento. Esto desoló al de ojos ónix, ya que su amigo lo había olvidado. Pero haciendo gala de su autocontrol no mostró lo que sentía en ese momento, él no se permitiría llorar por algo como eso, aunque Hinata si se dio cuenta de aquel malestar en él.

Las clases pasaron de manera relativamente normal, algunos de los maestros le daban cierto trato especial al rubio por su fama y porque eran fanáticos suyo. Sasuke no le prestó atención a eso, ya que se encontraba demasiado perdido en sus pensamientos, estuvo así hasta que llegó la hora del almuerzo.

Karin, Suigetsu, Hinata, Juugo y él se fueron a un lugar apartado para almorzar tranquilos y no escuchar todo el alboroto que hacían sus compañeros. En medio de sus charlas sin sentido se les terminaron las bebidas, decidiendo con un juego de piedra, papel o tijera le tocó a Sasuke ir a comprar las bebidas para todos. El perdedor de dicho juego no pudo más que maldecir una y mil veces su suerte, ahora tenía que ir hasta la máquina expendedora que estaba en el segundo piso del edificio, tenía que cruzar delante de los baños para llegar, debido a que la estúpida máquina se encontraba al fondo del pasillo.

Iba caminando maldiciendo a todos, cuando de repente, al pasar delante de los baños para hombres unos brazos lo jalaron al interior. Estuvo a punto de golpear y gritar al idiota que se atrevía a hacerle eso, pero tenía la boca tapada por una de las manos de su agresor. Antes de forcejear, oyó algo que lo dejó helado por la sorpresa.

—Te extrañé mucho teme. —susurraron a su oído. Al girarse pudo comprobar que quien le hablaba era…

—Dobe, ¿en serio eres tú? —preguntó desconcertado creyendo que alucinaba.

—Sí, claro que soy yo ttebayo. —contestó alegre mostrándole una sonrisa como las de cuando eran tan solo eran unos niños— Te dije que volvería, cumplí mi promesa, volví como acordamos.

—¿Por qué me ignoraste cuándo entraste a salón? —cuestionó en tono enojado.

—Es que yo… lamento no haberme acercado, porque créeme que no te ignoré, ya deberías saberlo soy muy famoso. Debo cuidar mi imagen, no puedo mostrarme demasiado sentimental. —le explicó arrepentido.

—¿En serio lo eres? —preguntó con un poco de incredulidad.

—¿Qué? ¿Es que acaso no has escuchado mis canciones? Están primeras en el top 10 de éxitos. —dijo un poco alto sin creer lo que oía.

—Sabes que yo no soy muy afín a ese tipo de cosas, y como me dejaste de escribir, no había manera que me enterada que te iba bien.

—No has cambiado nada teme, estoy tan feliz de volver a verte.

 

El rubio volvió a abrazar con fuerza a su mejor amigo, ambos estaban felices por el reencuentro, pero… ¿cuánto les duraría la alegría?

 

 

 

CONTINUARÁ……

 

 

 

 

 

 

 

 


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