CAP 11: ¿EL TIEMPO TE CAMBIO?
Luego de aquel encuentro en el baño de la escuela, Naruto le pidió a su mejor amigo que lo fuera después de la escuela, a su departamento de lujo; aquel que había comprado con el dinero que le pagaban de sus conciertos. El rubio se disculpó sinceramente por no poder mostrarse cercano a él en público, pese a que esto le dolía mucho al azabache, haciéndole pensar que se avergonzaba de que lo vieran junto a él.
Ya no era como antes, cuando los dos pasaban desapercibidos para el resto del mundo y podían hacer lo que les viniera en gana. No le quedo de otra que resignarse, el Uzumaki ahora era famoso, tenía que cuidar con quien andaba. No por ello iban a renunciar a verse, para el ojiazul, el azabache aún era su mejor amigo. Serían “amigos secretos”, de esta manera podrían estar como en los viejos tiempos, sin arruinar la reputación que se había ganado como “yondaime”.
Esa misma tarde quedaron de verse, el ojiazul prometió avisarle al portero acerca de él, para que lo dejara pasar nada más decirle su nombre. Este encuentro sería un absoluto secreto para todos los demás. Por parte de Sasuke, era un poco molesto tener que andar de “puntitas de pies” a cada paso para que nadie notara hacia donde se dirigía. ¡Ni que estuviera robando, para vigilar quién lo veía y quién no!
Se despidió de sus amigos y le pidió a Hinata que lo disculpará con su padre, por faltar ese día al dojo, prometiendo que se esforzaría el doble la siguiente vez. Ella no estaba del todo segura del porqué de aquella petición, pero confiaba en su amigo y sabía que tendría algún motivo importante para hacer algo como eso. Claro que antes de separarse, le recordó que, si necesitaba hablar de algo, no dudara en acudir a ella que siempre estaría dispuesta a escucharlo.
Al llegar a la dirección indicada, vio que era de un complejo departamental para ricos. Se sorprendió visiblemente, de que el dobe viviera en un lugar tan costoso, por un momento se le cruzó la idea de haberse equivocado de lugar, pero decidió probar suerte. Se acercó al portero, quien lo miró con mucho asco y desprecio, a lo que el de ojos noche le restó importancia, si él se vestía de manera casi andrajosa, era solo por la comodidad que le brindaban sus ropas de siempre.
—¿Qué es lo que buscas aquí mocoso? —le preguntó de mala manera.
—Soy Sasuke Uchiha y vengo a ver a Naruto Uzumaki. —como siempre, contestó de manera altanera y orgullosa, pese a como le habló.
—No te creo, tú no puedes ser Sasuke Uchiha. —aseguró con desconfianza.
—Bueno yo no creo que usted haya ido a la escuela, sus modales son pésimos. Aun así, trabaja en este lugar tan costoso y refinado ¿no? Pero si no me cree está bien, me largo. —no iba a hacer un escándalo, él era una persona que no le gustaba llamar la atención por nada.
—¡ESPERA TEME! ¡NO TE VAYAS! —gritó Naruto saliendo del ascensor apenas se dio cuenta de que se estaba yendo.
—Ah hola dobe lo que pasa es que… —pero fue interrumpido.
—No pasa nada Uzumaki-sama, ya lo estaba por llevar ante usted. —dijo el portero, quien se apresuró a hablar con temor de que se diera cuenta de su error.
—Bueno no importa, yo lo llevaré personalmente. —afirmó el rubio, antes de llevarse a su amigo a rastras hasta su departamento.
Al entrar, el pelinegro se sorprendió mucho, de lo espacioso y llamativo que era el lugar, todas las paredes estaban pintadas de colores como amarillo y naranja. Que el color naranja sea el preferido del rubio, no significaba que debía ponerlo en todos lados. Tenía varios muebles caros e iguales de llamativos que las paredes.
—¿Te gusta teme? Yo mismo escogí la decoración ttebayo. —dijo alegre.
—Se nota que tú lo decoraste, por eso es tan raro y chillón. —se burló el menor.
—¡OYE! Eres malo, al menos deberías tratar de ser amable, después de lo que le hiciste a mi bebé ttebayo. —se quejó haciendo pucheros.
—¿A tú qué? —francamente no entendía de que hablaba.
—¿Ya te olvidaste que saltaste sobre mi auto está mañana?
—Me bloqueaban el paso. —contestó con simpleza— aún no me puedo creer que hayas logrado tú sueño.
—Bueno en realidad... —dijo mientras se rascaba la nuca— Yo bueno… soy famoso, pero siento que me falta algo… mm la verdad no sé qué.
—Bueno dobe es normal. —comentó mientras se sentaba en un sofá y se encogía de hombros— siempre hay que buscar la vida es así.
—Esa frase me gusta, suena bien para una canción, —se sentó junto al Uchiha mientras pensaba— es una inquietud que yo siento en mí.
—¿Te estás inventando una canción ahora?
—Al parecer sí. Nee Sasuke-teme ayúdame, ¿sí? —preguntó con ojos de cachorro triste, como la primera vez que le pidió ayuda para escribir una canción— cuando terminemos jugaremos videojuegos ¿sí?
—Está bien usuratonkachi, pero que sea rápido, yo vengo como invitado no como compositor tuyo.
Una vez de acuerdo, se pusieron a trabajar en la letra. Entre risas y bromas, como hacían en todo lo que tuvieran que hacer juntos, se dedicaron por completo a su creación. Les tomo aproximadamente dos horas, mientras Sasuke se encargaba de que las frases fueran lo más poéticas y bellas posibles, Naruto se encargaba de los acordes. Una vez acabada la canción el ojiazul tomó su guitarra y comenzó a cantar su nueva creación…
Siempre hay que buscar, la vida es así,
es una inquietud que yo siento en mí.
Debes saber bien lo que buscando estás
solamente así tú lo encontrarás.
Que cada cual no es igual,
es sentirse feliz,
distinta es la opinión,
o riqueza es, o el amor tal vez,
su gran motivación.
Búscalo si es que en ti esa es la verdad
pues así la humanidad nació.
Siempre hay que buscar, la vida es así,
es una inquietud que yo siento en mí.
Debes saber bien lo que buscando estás
solamente así tú lo encontraras
—Al parecer te quedo bien la canción dobe. —le comentó feliz por lo bien que cantaba el rubio— Es la segunda vez que te oigo cantar sin desafinar.
—Yo aún no sé en qué mundo vives Sasuke baka, como para no saber nada de mis múltiples éxitos. —dijo sumamente curioso.
—En mi propio mundo. Ahora los videojuegos, ¿tienes algo para comer? —preguntó mirándolo fijamente— muero de hambre, ya que ALGUIEN, me interrumpió en la hora del almuerzo.
—Ya, ya no te enojes te lo compensaré ahora mismo ttebayo.
POV DE NARUTO
Estoy tan feliz de volver a ver a Sasuke, él es lo único verdadero en mi vida, bueno él y mi otra querida amiga Sakura-chan, ella fue la única que estuvo conmigo cuando ocurrió aquel incidente que me abrió los ojos a la realidad. Sé que puedo confiar plenamente en el teme, me dolió lo que sucedió en Kirigakure y aun así en cierto modo estoy agradecido de dicha experiencia, ya que me hace sentir más cerca de Sasuke.
Esta debe ser la sensación que tuvo cuando, al fin, cayeron las hipócritas máscaras que llevaban las personas a su alrededor. Entiendo mejor su dolor y él, siempre me ha entendido a mí, por eso mismo no puedo permitir que lo vean conmigo. Muchos se me acercan a diario por interés, el teme ya pasó por esto una vez, no quiero que por mi culpa lo quieran utilizar a él. Ya tuvo suficiente de engaños, él no me traicionaría jamás, pero hay demasiadas personas que yo me sé que, al ver nuestra cercanía, lo podrían manipular para llegar a mí.
FIN DEL POV DE NARUTO
Luego de jugar videojuegos y comer comida chatarra, llegó la hora de despedirse. Ambos quedaron en que encontrarían momentos para reunirse y divertirse juntos. En esa misma semana, no habían perdido oportunidad de encontrarse al menos unas tres veces, se la pasaban muy bien juntos sin que nadie lo supiera. Aunque, pensándolo con detenimiento, no era muy distinto a cuando ambos se escapaban para verse en el jardín secreto.
Aquel fin de semana, el menor de los Uchiha fue al supermercado a comprar algo para comer que, en lo posible, fuera instantáneo, ya que actualmente no tenían cocina gracias a cierto artista terrorista. Mientras estaba allí, se encontró con Kushina, que también buscaba verduras y carne para preparar el almuerzo y los ingredientes para la cena de esa noche.
—Hola Sasuke-kun, ¿cómo estás? Ttebane. —le preguntó con una sonrisa.
—Hola Kushina-san, me encuentro bien, ¿y usted está feliz de que el dobe regresará? —le preguntó el Uchiha con curiosidad de saber si el rubio se comportaba con sus padres de la misma manera que con él.
—Oh bueno… —empezó a hablar con algo de tristeza— la verdad me alegró su regreso, pero dime, ¿has hablado con él? —cuestionó con esperanza.
—¿Por qué lo pregunta? —respondió con otra pregunta hecha con auténtica curiosidad.
—No, por nada en especial. —desvió la mirada intentando ocultar algo— ¿Qué van a comer ttebane? —rio nerviosa mientras intentaba despistarlo.
POV DE SASUKE
¿Por qué al mencionar al dobe se puso triste? Es igual que cuando lo fui a buscar el primer día de clases, debo averiguar qué le pasa, quiero mucho a Kushina-san, no me agrada que esté triste. Si no puedo solucionar su problema, al menos serviré para que se desahogue, como siempre han hecho ella y Minato-san con mi hermano y conmigo.
—¿Quiere que la acompañe mientras compramos? —ofrecí buscando ganar tiempo.
—Sabes que me agrada mucho tu compañía Sasuke-kun. —me contestó sonriente.
Estuvimos comprando todo lo necesario, obviamente ella compró mucho más que yo. Al terminar con lo que necesitábamos me invitó a una pequeña cafetería para tomar algo mientras le contaba cómo me iba en el instituto. Le conté como salté sobre el auto del dobe y ella solo río por mi “travesura” a su parecer.
Me siento como un traidor y a la vez no. Por un lado, le dije que vi a Naruto, pero que me ignoró y pasó de mí completamente al momento de vernos, lo que es cierto, pero no le dije nada de los encuentros secretos que he tenido con él hasta ahora. Estoy cumpliendo con el dobe de no hablar con absolutamente nadie sobre nuestra amistad, pero Kushina-san se ve triste y presiento que tiene que ver con él.
FIN DE POV DE SASUKE
—Así que hasta a ti te ignora ¿verdad? —le preguntó muy dolida.
—¿Qué quiere decir con hasta a mí? —no le gustaba verla así, ella era alguien muy querida para él— ¿sucedió algo cuando volvió con ustedes?
—Bueno verás … —comenzó a relatar lo que ocurrió cuando se volvieron a encontrar luego de tres años.
Flash back
Era un día domingo por la tarde, como cualquier otro, en la casa de los Namikaze-Uzumaki. Minato se encontraba leyendo tranquilamente, mientras Kushina revisaba que prepararía para cenar, ya que estaba oscureciendo. Justo en ese momento sonó el timbre de su casa. La pelirroja dejó lo que hacía para atender a la visita, esperando que fueran los Uchiha o Deidara.
Grande fue su sorpresa, al ver que delante de ella, estaba su querido hijo, aunque se veía nervioso y vestía como para salir a robar. Nada más verlo intento abrazarlo, pero Naruto solo entró a la casa rápidamente, ignorando olímpicamente a su propia progenitora. El rubio mayor se levantó a ver quién le visitaba y la felicidad no tardo en manifestarse en sus ojos azules en forma de lágrimas.
—Hijo… snif... has... snif vuelto. —sollozó el padre de Naruto.
—Estamos muy felices de verte, pero podrías habernos llamado y te habríamos preparado una fiesta ttebanne. —reprochó la pelirroja algo molesta.
—Está será una visita muy corta. —les habló el rubio menor con suma frialdad nunca antes vista— solo les quería decir que no se me vuelvan a acercar, porque yo fingiré que no los conozco y me quiero ahorrar el escándalo.
Esas palabras atravesaron el corazón de ambos padres provocándoles un gran desconcierto que fue explicitado en palabras.
—Naruto, ¿por qué nos dices eso? —le interrogó el rubio mayor.
—Es que ahora me conocen como yondaime en el mundo de la farándula, para los medios yo tenía padres millonarios que murieron trágicamente y me heredaron todo su dinero. Para todos soy huérfano, así que si ustedes se aparecen no harán más que arruinarme la vida.
—Pero, ¿por qué has mentido acerca de nosotros? ¿Acaso te avergüenzas de tus padres ttebanne? —preguntó con dolor la Uzumaki.
ꟷPor supuesto que sí, son pobres en comparación al dinero que yo mismo he ganado. No puedo permitir que se sepa que vengo de una familia tan poco pudiente, sería el hazme reír de mis competidores y mis fans de decepcionarían mucho al saber de dónde provengo.
—Pero Naruto tú no puedes… —habló su padre tratando de hacer que entre en razón, esa actitud no le gustaba para nada.
—Además solo me harían pasar ridículos, —le cortó lo que iba a decir su padre y señaló a su madre— tú que eres fanática de esa aberración del yaoi, te gustan esos asquerosos homosexuales, ya una vez insinuaste que yo era gay, si dijeses algo así a la prensa mi reputación se iría a la mierda. —luego encaró al Namikaze mayor— Tú eres demasiado llorica siempre lagrimeando por cualquier estupidez, no me puedo permitir que averigüen que mi padre no es aquel hombre fuerte y estricto que les conté en mis múltiples entrevistas.
Ambos adultos no sabían cómo reaccionar, lo que oyeron de la boca de su propio hijo, era sin lugar a dudas lo más triste que jamás alguien les podría decir. ¿Se habían equivocado? ¿No eran buenos padres? Su propio niño consentido, los dio por muertos, solo por la humillación que representaba estar emparentado con ellos.
Sentían que les desgarraban el pecho, pero mientras trataban de asimilar los sentimientos que tenían encontrados, su hijo de dirigió a la puerta. Ellos estaban más que felices por verlo regresar y saber que triunfó en algo casi imposible, como lo era su sueño, pero lo que les decía los hizo desear de manera egoísta que le hubiese ido mal. Puede que si no fuera famoso no les estaría haciendo esto. Antes de irse totalmente, volteó para decirles lo último para destrozar sus corazones.
—No me esperen, porque ni pienso volver jamás a esta casucha y tampoco se molesten en buscarme porque los ignoraré. Naruto Uzumaki no tiene padres, ambos murieron el día que nació yondaime.
Y se largó de la casa, sin mediar ninguna palabra más, los adultos no pudieron más que sollozar, mientras entre ambos buscaban la manera de justificar lo que acababa de suceder. Se culparon a ellos mismos de lo que les recriminaron, tal vez fallaron como padres y no le dieron lo que su único hijo necesitaba. Aquella noche ninguno de los dos durmió o comió, el apetito se esfumó de sus estómagos al ser suplantado por un gran nudo, y el sueño que les traería paz, no les llegaba para acallar a sus tormentosos pensamientos de una culpabilidad, innecesaria, pero que aun así sentían.
Fin del flash back
Kushina no se veía para nada bien, relatar lo ocurrido implicaba un gran esfuerzo, más el hecho de saber que Sasuke-kun también fue ignorado, mataba la última esperanza de que alguien haga entrar en razón a Naruto. Además, la pelirroja no tenía el valor de hundir en la depresión por causa de sus palabras, a quien vio como un segundo hijo. Ella era perfectamente consciente de cuanto extrañaba el pelinegro a su mejor amigo, y que ahora después de tanto esperarlo, éste no quiera saber nada de él, era muy difícil de explicar.
—Ese maldito dobe como pudo decir algo semejante. —el pelinegro se encontraba furioso por lo que oía. Así que era verdad, ¿si se avergonzaba eh? bueno de él no había problema, poco y nada le afectaba, bueno si le afectaba, pero disimulaba. Pero de ellos, que eran sus padres, era imperdonable.
—Nee Sasuke-kun no te enojes con él, ¿sí? Al fin cumplió su sueño. Nosotros como sus padres estamos muy orgullosos de él por sus logros. Sigue siendo nuestro amado hijo y solo deseamos su felicidad, así que respetaremos su decisión. —dijo la mujer agachando la cabeza con tristeza palpable.
El menor de los Uchiha notó lo afligida que se encontraba, pero al mismo tiempo, no pudo evitar sentir una gran admiración por ella, poniendo la felicidad de su hijo por sobre todo incluso las despectivas palabras que le dirigió. Ya arreglaría cuentas con su “mejor amigo”, por honor a su palabra cumpliría con la promesa de mantener su contacto con él en secreto, aunque se muriera de ganas de decir que él mismo pondría a “yondaime” en su lugar. Sin embargo, había prioridades, primero intentaría animar a la Uzumaki. Si no se equivocaba lo que ambos necesitaban ahora era compañía y apoyo, los compensaría como pudiera.
—Kushina-san, ¿le molestaría si mi hermano, dei-chan y yo fuésemos a cenar con ustedes esta noche? —preguntó falsamente desinteresado.
Ante lo dicho, Kushina no pudo más que esbozar una sonrisa maternal, notó la preocupación del pequeño azabache, y sabía que no se alejaría hasta comprobar que todo estaba bien. Los planes de su joven acompañante eran obvios, pero seguía siendo un gesto muy tierno de su parte, que no le molestaba en lo absoluto. Sabía que correría a su casa a contarles todo a sus “padres” para que fueran con él a “cenar”.
—Claro que no Sasuke-kun, sabes que ustedes siempre serán bienvenidos en nuestra casa ttebane. —respondió con una sonrisa sincera.
—Bueno, menos mal porque no tenemos cocina, y no me fío de la comida instantánea. —le comentó en tono de burla antes de despedirse.
Mientras caminaba de regreso, Sasuke no pudo evitar plantearse muchas dudas, ¿el dobe había dicho algo tan cruel a sus propios padres? ¿Tanto había cambiado? ¿Cómo es que con él se comportó como el mismo dobe de siempre? Tendría muchas cosas que aclarar, pero por ahora, solo les daría compañía a los adultos con aquella cena. Pronto descubriría que tanto había cambiado la persona a la que consideraba su mejor amigo.
CONTINUARÁ…..