CAP 20: COMPRENSIÓN MUTUA
Los dos jóvenes se hallaban por completo solos en aquel puente, siendo sus cabellos mecidos por la suave brisa de primavera. El pelinegro estaba sorprendido de ver frente a él, al intérprete de aquella canción tan llena de soledad y dolor, tanto así que se sintió completamente identificado con ella y con los ojos aguamarina, que ahora lo observaban, con asombro y... ¿enojo?
Aunque Sasuke no se percatara, el pelirrojo estaba por un lado sorprendido por hallar a su última esperanza para aferrarse a la vida. Justo cuando creía todo perdido, aparecía delante de él, tal y como un ángel que acude al llamado de una pobre y descarriada alma como la suya. Pero lo que le molesto fue ver las lágrimas que corrían por las mejillas sonrosadas del ojinegro, sin contar con aquellas que aún se mantenían presas en esos pozos negros que tenía por ojos. Tenía ganas de matar a la miserable persona que se atrevió a causar tal angustia en el chico, que llamaba internamente, ángel oscuro.
—¿Qué te sucedió? —cuestionó el pelirrojo queriendo averiguar la causa de aquellas gotas saladas en los ojos negros.
—Eso es algo que debería preguntarte yo. —le dijo serio al de ojos claros— Ibas a saltar del puente ¿verdad? —más que pregunta sonaba a afirmación, y una que denotaba el enojo de pensar en lo que pudo suceder de no aparecer a tiempo y detenerlo, aunque al principio no supiera lo que sucedía.
—… —silencio por parte de Gaara que no sabía qué hacer, por un lado, deseaba contarle todo el sufrimiento que cargaba confiando en que el pelinegro lo entendería, pero con el temor de que lo tomase por loco, al querer contarle su vida de improviso, puesto que no eran amigos ni nada parecido, apenas conocidos y sólo por el nombre de cada uno. Además, había que sumarle que no sabía cómo expresarse libremente con confianza, a no ser que se tratase de su hermana mayor.
El de ojos oscuros tratando de no ser tan frío y directo como usualmente era, buscó en su mente la manera de hablar de lo que sea que le pasaba al pelirrojo, sin incomodarlo ni forzarlo a nada. Él no era muy dado a hacer amistad con desconocidos ni a simpatizar a la gente, como lo era su ahora ex mejor amigo rubio. Frunció el ceño sin darse cuenta, con lágrimas que escapaban traviesas por sus blancas mejillas al pensar, no sólo en la pelea de hace unos minutos atrás, sino también en las heridas emocionales que le proporcionaba a su frágil corazón.
Viendo el estado de su salvador, Sabaku decidió ser él quien tomara la iniciativa, si bien él tenía más problemas que el azabache, con sólo verlo sintió que su mundo se iluminaba de nuevo. A diferencia del otro que sentía su mundo oscurecerse, pero habitual en él quiso levantar su muro de frialdad e indiferencia para ocultar su egoísta deseo de perderse en la tristeza que lo embargaba. ¡PERO JODER! No podía ser tan desgraciado de dejar que aquel chico, que le recordaba a si mismo, se suicidara o lo viera tan lamentable. ¿Cómo confiar en las palabras de aliento de alguien que no puede animarse ni así mismo? Cierto era que no sabía nada de alentar a la gente, pero lo intentaría.
—¿Quieres ir a hablar a otro lugar? —dijo con nervios mal camuflados el de ojos aguamarina— Digo... parece que los dos tenemos… problemas si problemas y yo… etto… —el pelirrojo ya no se reconocía a sí mismo. ¿Desde cuándo él mostraba nervios o siquiera tartamudeaba?
—Je parece que me quisieras animar cuando el que quería hacer un salto olímpico desde este puente eras tú. —dijo Uchiha tratando de quitar la tensión del momento, aunque agradeciendo la propuesta— ¿A dónde quieres ir?
—Bueno la verdad yo no soy de Konoha, así que no conozco muchos lugares agradables. Elige el lugar que quieras, yo te acompañare a donde sea. —dijo el pelirrojo soltando todo sin pensar, sólo sintiendo que debía decirlo.
—Yo... he vivido toda mi vida en Konoha, pero no soy de salir demasiado, pero puedo llevarte a un lugar que me gusta mucho es tranquilo y algo solitario, por lo que nadie nos molestará si vamos allí. —sonrió débilmente el pelinegro antes de levantarse del suelo en el que aún se encontraba durante la conversación y comenzó a caminar siendo seguido por Gaara.
POV DE GAARA
No puedo creerlo ¡KAMI-SAMA AHORA SÉ QUE EXISTES! Mira que mandármelo justo cuando lo llamaba con el pensamiento y mi espíritu cansado. Eso que oí una vez de un pastor, resultó ser verdad, aunque dicha persona resultara algo dudosa, ya que hablaba de ofrecerle sacrificios a jashin-sama, pero que leía la biblia con tanto ahínco que logró llamar mi atención con aquella frase que en aquel momento me pareció ridícula:
“Dios enviará a sus ángeles a detener la caída de cualquiera de sus hijos en la Tierra cuando más lo necesiten”
Cuánta razón tenía, me pregunto ¿a dónde iremos? Además, dijo un lugar tranquilo y algo solitario y yo estoy yendo como un bobo sin saber que me espera. Y si quisiera violarme podría hacerlo con total tranquilidad y no habría testigos ¡¡¿QUÉ COSAS PIENSO?!! No creo que Sasuke fuese capaz si quiera de pensar en algo así, pero yo… sí lo pensé. ¡MIERDA! parezco un desesperado sexual, aunque desde la primera vez que lo vi me pareció lindo. ¡NO, BASTA GAARA! Deja de pensar pecaminosamente. Es apenas la segunda vez que lo veo y hablo con él, aunque ganas no me faltan de... Ja me gustaría ver a los que dicen que soy un frígido, ahora parezco de todo menos eso.
Lo peor me siento muy contrariado, primero estoy totalmente deprimido pensando en mi desgraciada vida y ahora resulta que me atacan las hormonas. Aunque tal vez, sólo quiera buscar una cosa totalmente lejana y nada relacionada con mi familia que me distraiga, pero no es justo que fantasee con Sasuke sólo para aliviar mi dolor. No quiero utilizarlo, sólo quiero sentirme comprendido, no seré como los imbéciles que conozco que cuando tienen problemas liberan su stress a revolcones de una noche, y yo sé que Sasuke vale demasiado para ser tratado así.
FIN DEL POV DE GAARA
Para cuando Sabaku salió de sus tormentosos y algo censurables pensamientos, ya estaban en la mitad de un camino que atravesaba el bosque, ahora si estaba asustándose. En medio del bosque podría suceder cualquier cosa y ambos eran jóvenes y… hombres. Además, a esa edad las hormonas podrían ganar el control de ellos en cualquier momento y sin supervisión de un adulto ¡que kami los libre!
—Aquí adelante hay un puente en el que suelo venir a pensar y despejar mi mente, si quieres puedes contarme lo que te pasa y si no… —encogiéndose de hombros Uchiha le dijo— Bueno te largas y fin de la historia. —él iba a ser solidario, pero no uno de esos entrometidos que te atosigaban hasta solucionar tus problemas.
—Es hermoso este lugar. —en verdad no era fácil impresionar a Gaara, pero lo que veía sí que lo hizo, logrando que olvidara por completo los pensamientos surgidos de sus alborotadas hormonas. Frente a él, un hermoso lago de aguas cristalinas, rodeado del verde pasto y un pequeño puente de madera a la orilla del mismo.
Sin proponérselo algunos recuerdos agridulces asaltaron al de ojos verdes, no es que, no atesorada los momentos con sus hermanos, pero las vacaciones familiares siempre eran más estresantes de lo que deberían ser. Su padre siempre lo comparaba con sus hermanos, reprochándole que ellos si nacieron bendecidos con suerte de tener salud e inteligencia, mientras que él tuvo suerte de nacer. Sin embargo, lo hizo llevándose la vida de la mujer que su padre amó, ya que, si de él hubiese dependido, lo habría abortado al instante de saber de su existencia para evitar la tragedia que significo la perdida de aquella mujer.
Aun así, los hermanos Sabaku se trataban de manera indiferente delante de su progenitor, pero a sus espaldas eran realmente muy unidos. Temari pese a ser la hermana del medio, había adoptado el papel de madre con los otros, siempre cuidándolos, alentándolos y aconsejándolos para el futuro. Esos eran de los más felices recuerdos que guardaba y que le dolían por saber que sólo quedarían en eso, simples memorias.
—¿Estas bien? Pareces triste. —dijo Sasuke posando una de sus manos en la del pelirrojo para incitarlo a acercarse al borde del puente, se sentaron uno al lado del otro sin decir nada— Suelo venir mucho aquí así que estoy muy seguro que nadie molestara, puedes hablar con confianza.
—Bueno... yo... la verdad es que no sé por dónde empezar, mi vida es un desastre y no quisiera meterte en él. —dijo Gaara bajando la mirada.
—¿Qué tal si me explicas el secreto de tu canción? La que cantabas cuando nos conocimos. —la verdad sentía curiosidad por saber qué es lo que realmente significaba. El menor de los Uchiha presentía que el motivo de su sufrimiento estaba allí.
—Esa canción resume mi sentir por la vida. —contestó serio mirando al lago— Verás, mi padre me odia porque cuando nací mi madre murió en el parto. Yo siempre trate de ser alguien de quien estuviera orgulloso, para de alguna manera pagar la culpa que sentía por eso. Pero nunca es suficiente, todo lo que hago no vale la pena y nadie parece ver o entender lo que sufro. —dijo agachando la mirada al sentir esos sentimientos de insuficiencia.
—Nadie parece preocuparse es lo que decía en la letra ¿no? —alegó Sasuke haciendo memoria de aquella canción.
—Exacto. Siempre me dicen que hacer o me piden cosas que para mí no tienen relevancia, pero cuando no necesitan nada de mí, me apartan en la primera oportunidad que se les presente, nunca les importa lo que yo opino, lo diga o no. No quiero vivir de esa manera porque sé que jamás seré lo que mi padre pretende. Por eso prefiero odiar a mi padre por ser quien es y que me odie por lo que en verdad soy, a intentar mantener una ilusión de que yo lo amé por lo que no es o que me apruebe por alguien quien realmente no soy. —explicó el de ojos aguamarina dejando salir todo lo que guardaba en su corazón.
—Siendo alguien así de valiente, me sorprende que hayas intentado quitarte la vida. —la verdad era que el de ojos noche no lo comprendía. Si tenía la fuerza para revelarse contra el mundo. ¿Qué pudo ser tan fuerte para derrumbar a una persona así? En su caso personal, se vino abajo por mucho menos que él.
—Es que en verdad no soy tan fuerte, la que me alentaba y me daba ánimos para demostrar quien en verdad soy, sin importarme los demás, era mi hermana mayor pero ya no está… —las lágrimas que no se había permitido soltar ni cuando recibió tal noticia ni en el funeral, escapaban rápidamente de los ojerosos ojos del pelirrojo— Ella… sniff ella murió… sniff dicen que se… sniff suicido y...
—Te sientes totalmente solo y desamparado rodeado de gente hipócrita a la que en verdad no le interesas a no ser para utilizarte. —completó el azabache recordando que se sintió igual al fallecer sus padres.
—¿Cómo lo sabes? —realmente sí que juzgó bien al pelinegro, se dio cuenta de lo que le pasaba y sentía con tan poca explicación de su parte.
—Es que yo he pasado por algo similar. —dijo en un suspiro el Uchiha— Ahora te contaré como sé lo que sientes…
Sasuke le contó todo lo que le había sucedido en la vida, todas sus experiencias buenas, malas, felices y dolorosas en su pasado hasta llegar a su problema actual con el asunto de su tenencia, todo de manera resumida, al igual que lo hizo Gaara. Animado por las anécdotas del pelinegro, el otro se sintió más en confianza y logro abrir su hasta hace poco gélido corazón, al igual que su acompañante le dijo de sus mejores y peores momentos en familia, omitió cualquier cosa que saliera de sus ámbitos familiares. Al igual que Uchiha omitió el nombre su mejor amigo y la profesión que lo llevó a cambiar tan radicalmente, sólo dijo que era un buen amigo del que se distanció y que ahora confiaba más en una chica que en él.
—No puedo creer que alguien sea tan tonto para dejarse llevar por lo que dice alguien que conoce hace poco, en comparación contigo que has sido su amigo de toda la vida. —comentó entre molesto y sorprendido, él se la pasaba buscándolo desde hace un año, cuando llegó a Konoha, mientras el otro lo apartaba. Aunque en su interior, desde el día en que se conocieron hace tres años que quería verlo.
—Ahh. —suspiró cansado de tanto hablar, llevaban quien sabe cuántas horas hablando de lo más general de sus vidas y ya comenzaba a anochecer— Yo no lo entiendo, pero ¿qué se le va a hacer?
—Me sorprende que no pierdas por completo la fe en la gente después de todo lo que te ha sucedido. —dijo Sabaku— Has estado hablando conmigo, alguien a quien apenas conoces, si yo fuera tú no volvería a acercarme a nadie.
—Eso sería darle demasiado crédito a ese idiota. —declaró molesto el pelinegro— No me dejaré vencer por algo tan simple. ¿Qué me dolió? Sí, no lo voy a negar, pero no puedo cerrarme a las personas, eso sólo sería ser un cobarde, no quiero dejar escapar mis sueños por esconder mi corazón para que no salga herido. No me da miedo resultar herido por confiar en los demás, después de todo, todos vamos por la vida hiriendo a otros y siendo heridos también.
—Pero eso no te hace más fuerte. —dijo tratando de entender lo que pensaba.
—Lo sé, podría dejarlo y no hacer nada, pero no me gustan los remordimientos. —dijo con seguridad y calma— Yo tengo buenas personas que son como mi familia, Iruka-sensei que cuido de mi hermano y de mi desde pequeños, los padres de mi amigo que siempre me ayudan, el novio de mi hermano, mis amigos, todos ellos me ayudarán siempre que haga falta así que no importa cuánto me lastimen los demás, ellos me curarán.
—¿Cómo que te curarán? —preguntó algo confuso el pelirrojo por la expresión.
—Cuando las personas nos rechazan o nos traicionan se siente un horrible vacío en el pecho que duele mucho y eso sólo puede ser curado con... —lo que estaba diciendo Sasuke transportó la mente del Sabaku a su infancia.
FLASH BACK
Se podía ver a un pequeño pelirrojo de unos seis años de cabello de fuego y ojos aguamarina llenos de lágrimas, acercándose a la habitación de su querida hermana mayor, corriendo para contarle lo que le pasó en su primer día de escuela con sus compañeros. Luego de contarle como lo ignoraron e insultaron por cosas que no llegó a entender.
(N/A: lo que dice temari y gaara es lo que se dijo en el cap 76 de naruto pero cuando conversan yashamaru y gaara)
—Hermana, duele mucho, aunque sé no estoy sangrando, pero aun así duele mucho aquí dónde está el corazón. —señalando el lado izquierdo de su pecho.
—Gaara, una herida en el corazón es de lo más peligrosa porque nada tarda más en sanar y no hay medicina para curarlo y en ocasiones nunca sanan. —explicó con dulzura a su hermanito, sabiendo el origen del desprecio de sus compañeros, el cual no era otra cosa más que las habladurías de su padre con sus conocidos quienes a su vez les enseñaban a sus hijos a despreciar a Gaara. Al ver como el pequeño entristecía por saber que no había cura aclaró— No te preocupes, si hay algo que cura un corazón roto, pero es un remedio un poco complicado, porque sólo puede ser administrado por otra persona, es la única manera de curar ese dolor.
—¿Y cómo la consigo? No quiero que siga doliendo ¿Cómo puedo deshacerme de este dolor? ¿Qué es lo que puedo hacer? —pidió casi con desesperación y con esperanza de abandonar esa horrible sensación.
—Sólo hay una cosa que puede sanar el corazón y es con una medicina muy especial que sólo puedes conseguir de las demás personas y es... —el recuerdo de la suave voz de su hermana se vio interrumpido al volver a la realidad.
FIN DEL FLASH BACK
—Amor. —dijo el pelinegro— Por muy cursi e impropio de mí que suene, el amor de quienes en verdad nos aman nos hace fuerte ante la adversidad. —una cálida sonrisa salió de sus labios al pensar en su familia.
—Me recuerdas a ella. —se le escapó en un susurro, que Uchiha logró oír, pero prefirió callar imaginándose a la persona a la que se refería.
—Descuida seguramente en algún lugar se halle la respuesta del por qué naciste. —Uchiha viendo la cara de confusión del otro le aclaró— Porque te aseguro que no es para sufrir solamente. En fin, me tengo que ir ya ha anochecido y mi hermano ya me dará por muerto en unos minutos más. —explicó con un tono de broma.
—De acuerdo, pero espero que nos volvamos a ver pronto... —casi suplicó en su interior que el azabache no se alejara de él, aunque con las cosas que le dijo en la tarde, sabía cómo encontrarlo de nuevo, pero no quería que se encontraran si el otro no quería volver a saber de él— Etto yo sé que tu mejor amigo te ha traicionado y bueno tal vez no quieras confiar en alguien como yo al que ni conoces pero… —estaba nervioso quería ser amigo del Uchiha pero temía un rechazo de su parte por la amistad rota recientemente.
—¿Quieres ser mi amigo? —después de lo bien que se sintió con Sabaku en verdad no le molestaba ser su amigo— Está bien, por mí no hay problema, pero eso sí, no te ofendas, pero la confianza se construye con tiempo ¿ok? —le aclaró debido a que no le contaría cada detalle de su vida hasta no poder confiar absolutamente en el otro.
—De acuerdo. —fueron las últimas palabras que uso para despedirse de su nuevo amigo mientras con renovados deseos de salir adelante volvió al hotel en el que estaba quedándose por el momento.
La plática con el pelirrojo resultó de lo más gratificante para Sasuke, aunque era una pena no haberlo vuelto a encontrar en esa semana que ya había transcurrido. No les conto a sus amigos de su charla con Naruto, por lo que sus días en la escuela seguían normales, dentro de lo que cabe, ya que esta tenía otra atmosfera.
El instituto temblaba al ver pasar a yondaime y no era precisamente de emoción, como en otras ocasiones, si no de miedo por el mal humor que se cargaba. Los motivos eran algo que sólo Sakura conocía, lo que también la traía de un humor que hacía pensar que estaba en sus días. Lo que más parecía acrecentar esa ira homicida en ambos jóvenes famosos, era oír la nueva canción, del resucitado shukaku, que sonaba en todos lados:
Sabes no pido nada mas
Que estar entre tus brazos
Y huir de todo el mal
Que a todo he renunciado
Por estar junto a ti
Sabes no dejo de pensar
Que estoy enamorado
Te quiero confesar
Que soy solo un esclavo
Que no sabe vivir sin ti
Estribillo
Cuando llegaste tú te metiste en mí ser
Encendiste la luz
Me llenaste de fe
Tanto tiempo busque
Pero al fin te encontré
Tan perfecto como te imagine
Como aguja en un pajar
Te busque sin cesar
Como huella en el mar tan difícil de hallar
Tanto tiempo busqué, pero al fin te encontré
Tan perfecto como te imagine
Sabes te quiero confesar
Que te encuentro irresistible
No dejo de pensar que haría lo imposible
Por quedarme cerca de ti
Estribillo de nuevo
Sabes no pido nada mas
La canción ciertamente era muy romántica, toda una innovación en el repertorio del cantante, que pareció tocar fondo tras el fallecimiento de su hermana. Y eso era algo que traía de malas a yondaime, su más reconocido competidor. El rubio estaba seguro que Shukaku estaba acabado y ahora resultaba que aparecía de la nada con una canción que resultó ser todo un éxito en los rankings de los más escuchados. Por eso cualquiera de sus compañeros escolares que se acercara a ellos era blanco seguro de su frustración.
Según lo que alcanzaron a oír, se rumoreaba que era shukaku, el ex cantante del momento, fue transferido al instituto Tsukiyomi, aumentando el temor y la emoción de los estudiantes de tener no uno, sino dos cantantes famosos y una súper modelo en su escuela. Las malas lenguas no tardaron en sacar rumores en contra del recién llegado, como que al estar acabado se decidió a estudiar, que venía a pelear contra yondaime por quitarle su puesto como mejor cantante, etc.
Como siempre el grupito de Sasuke se hallaba apartado de todo lo que rodeara al mundo de la farándula, aunque pese a ello todos disfrutaban de las canciones que componía shukaku. Eran realmente profundas, bastante oscuras y llegaban a considerarse satánicas por las ancianitas que lo llegaban a oír, por el ritmo de rock pesado que tenían algunas de ellas. Aun así, no les gustaba que hablaran tan mal de alguien que pasaba por una depresión tan fuerte, cuya causa, según tenían entendido, era el suicidio de su hermana mayor; una reconocida súper modelo llamada Temari. El cantante con mala racha, tuvo la suerte de no ser colocado en el mismo salón que yondaime, ya que era legendaria la rivalidad y odio que existía entre ambos.
Ese primer día escolar para el pelirrojo fue un desafío, tener que lidiar con sus compañeros que no tardaron en querer “ayudarlo” a adaptarse, vaya montón de hipócritas. Pero todo fue peor al llegar al comedor del instituto, el cual se convirtió repentinamente en un coliseo romano, al ser ocupado el mismo espacio físico por las dos fieras que eran shukaku y yondaime. Quienes de inmediato, se pararon uno enfrente del otro, con ojos que demostraban el más puro odio jamás existido.
—¿Qué haces aquí shukaku? Pensé que estabas junto a tus discos en la basura. —dijo con veneno el ojiazul al tenerlo enfrente.
—Que más quisieras yondaime pero no estoy aquí por ti. —le contestó el pelirrojo con más frialdad de la que acostumbraba— ¿Oíste mi nueva canción verdad? ¿Digo quién no? —dijo con superioridad viendo la furia deformar la cara del rubio que no se creía el descaro del otro de seguirlo hasta su escuela.
—¿Eso que tiene que ver? —la pregunta del Uzumaki sonó fría y seria.
—He venido a buscar al ángel oscuro que inspiro esa canción. —dijo con calma tratando de dejarle claro que no le buscara pelea porque no venía con esos ánimos, aunque tampoco se mostraría como un cobarde que huye del rubio.
—¿Esa persona desdichada estudia aquí? —le comentó con burla sabiendo que en la canción el pelirrojo hablo sobre haberse enamorado.
—Así es y yo permaneceré aquí por esa persona. —aseguró confiado.
La tensión era palpable en el comedor para todos que se hallaban expectantes de lo que pudiera acontecer entre esos dos cantantes famosos, ambos se quedaron callados momentáneamente, analizando lo dicho por el otro. Siendo un ambiente de este tipo, la mayoría de los estudiantes no hacía nada para provocar que un posible ataque fuese dirigido a alguno de ellos. Pero había excepciones, y ese era el caso de cierto despistado que recién volvía de la biblioteca, luego de hacerle un favor a su más “querido”, con sarcasmo remarcado, amigo.
—Oye copia barata si tantas ganas tienes de leer los libros de la biblioteca, te sugiero que la próxima vez no le hables a la encargada acerca de los síntomas de la menopausia, puede que ya los tenga no se los recuerdes. —dijo con burla el pelinegro recién llegado sin mirar a nadie, ya que mientras caminaba hojeaba el libro entre sus manos.
—Sasuke. —fue el susurro que escapó simultáneamente de los labios de ambos cantantes quienes se vieron entre sí consternados y con más odio que antes. Su rivalidad y enemistad era bien conocida desde que ambos compitieron en Kirigakure, pero ahora parecía que se comprendieron entre sí al instante, tanto la mirada como los sentimientos usados al pronunciar aquel nombre. Encontraron algo que tenían en común, en lo que estaban de acuerdo, y que lejos de ser un motivo de reconciliación, no era más que un motivo nuevo por lo que luchar entre ellos.
CONTINUARÁ….