CAP 2: Itachi
POV DE ITACHI
Después de dormir, si se le puede decir dormir, a acostarse durante cuatro horas en la cama. Me levanto para preparar el desayuno para mí y mi hermano menor. En estos momentos me dispongo a despertar al tonto hermano menor que tengo, así le digo normalmente, pero bueno, ¿qué le voy a hacer? Somos hermanos, mi deber y pasatiempo es molestarlo. jeje es tan divertido verlo hacer esos pucheritos adorables, aunque nunca se lo diga en voz alta, pero es tan tierno cuando está enojado.
Dicen que no hay mejor manera de empezar un nuevo día que con una sonrisa y en eso estoy totalmente de acuerdo, pero lo único que me hace reír es ver la cara de mi ototo después de una de mis bromas. Dejo el desayuno ya preparado en la mesa. Ahora a pensar en cómo despertarlo.
Veo distraídamente la cocina y no puedo evitar recordar la mansión en la que alguna vez vivimos, era tan grande y lujosa llena de sirvientes para mantenerla impecable, aunque a mi madre siempre le gusto verificar con sus propios ojos que todo estuviera en perfecto orden. Pero la comida era otra historia, ella nos preparaba la comida cada día, la cocinera solo era necesaria en las fiestas.
Ahhh dejo salir un suspiro de melancolía, al recordar como solía decir que no existía comida más deliciosa que la que está hecha con el amor de una madre, siempre usaba las comidas para que la familia se reuniera al menos dos veces al día. En el desayuno y la cena, ya que el almuerzo Sasuke y yo lo comíamos en la escuela y mi padre casi siempre en la oficina, a menos que fuera fin de semana, esos días si comíamos las tres veces juntos.
Veo la heladera y me doy cuenta de que la manera más divertida de despertar a alguien es con algo bien frío, pero el agua helada es muy cliché, usaré algo mejor, HIELO SII, nada será más refrescante. Llevo en mi mano varios cubitos de hielo y al llegar a la habitación de Sasuke, me doy cuenta que se ve tan parecido a nuestra madre, tiene el cabello a los costados de la cabeza por lo que su cara se ve perfectamente y es tan parecido a ella, en especial por los rasgos tan finos y delicados. Es un alivio saber que siempre se cubre la cara con el pelo, porque no me quiero imaginar lo que pasaría si algún pervertido se fijará en él ¡Y SI ALGUIEN SIQUIERA TIENE ALGÚN PENSAMIENTO IMPURO CON MI OTOTO MORIRÁ LENTAMENTE EN MIS MANOS! NADIE ES DIGNO DE TOCAR MI MÁS VALIOSO TESORO.
Bueno volviendo a lo importante, es hora de despertarlo, porque si sigo mirando su linda carita perderé todo el valor de interrumpir su sueño, es un pecado capital tener que quitar esa expresión angelical de su cara, pero es necesario. Cierro los ojos para mantenerme firme en mi decisión de despertarlo, levanto un poco de su ropa sin mirar y tiro los cubitos de hielo. De inmediato empieza a gritar y a perseguirme… ¿con un bate? ¿DE DÓNDE CARAJOS LO SACO? Que mala suerte yo quería meterlos en la parte superior de su piyama, pero por error… y no mirar, los puse en su pantalón, está más cabreado que nunca.
Luego de nuestra carrerita matutina, el desayuno pasó normalmente y mi hermano fue a buscar a su mejor amigo Naruto-kun, me alegra mucho que al menos tenga un amigo de verdad como ese rubio, dobe, como le dice mi ototo. Luego de buscar mis cosas me dirijo a cumplir mi deber de estudiante. Mientras voy camino al instituto pienso, para variar, en el bienestar de Sasuke. El rubio siempre dijo que quería a mi hermanito como a un hermano, aunque me da cierta... incomodidad, porque no son celos, los Uchiha no sienten celos. A veces me pregunto cómo hubiera sido si Minato-san y Kushina-san nos hubieran logrado adoptar, ellos eran los únicos en los que confiábamos.
Todo por culpa de esos malditos accionistas con complejo de pirata, que nos querían tener bajo su custodia legal, para exhibirnos como botín de guerra. ¿Por qué razón? Ninguna más que lo típico en ese tipo de personas, el control total de las empresas SHARINGAN. He aquí el por qué desearía más que nunca que mis padres no hubieran muerto, porque jamás me arrepentiré de ser un Uchiha, el orgullo ante todo siempre lo mantengo y ningún honor es más grande que tener mi apellido.
Mi padre me dejó, o mejor dicho, nos dejó la empresa SHARINGAN a nosotros, por derecho nos pertenece somos los dueños legítimos, pero debemos ser de mayor edad para ejercer nuestro mandato. Por ahora los que tienen las acciones de la empresa son los que deciden su rumbo, por lo tanto, si alguien tiene control legal sobre alguno de nosotros, automáticamente, nadie se le puede oponer.
Por eso cuando Minato-san intentó adoptarnos al morir nuestros padres, esos malditos movieron cielo y tierra para que no pudiera. A quien más odio es a Danzou, hace no mucho me enteré de que él soborno a la jueza para que declarada que Minato-san no era apto para tener nuestra custodia. Siempre supe que había algo raro, en especial con tan patética excusa, “ya tiene un hijo propio, si quiere otro puede hacerlo, no es necesario que adopte, está perfectamente bien de salud al igual que su esposa, a menos que sea impotente, no necesitan hacer esto”. Sin embargo, mi hermano y yo sí necesitábamos de la adopción, era una cuestión de protegernos, pero todos veían los beneficios que eso le daría al padre de Naruto-kun.
Llego a mi instituto con mi típico porte de frialdad e indiferencia, varias chicas suspiran cuando pasó cerca. Todas están babeando y eso que no he hecho nada, pero da igual, este es un instituto de prestigio aquí la mayoría viene de familias acomodadas, creen que todo en la vida es divertirse, no es que sea una mala filosofía, el problema es que el tipo de diversión que acostumbran es burlarse o aprovecharse de cualquiera a quien consideren inferior. Donde para mi desgracia, estoy catalogado, pero mi ventaja es que, al ser inteligente, atlético y sumamente sexy, no todos se atreven a meterse conmigo. A lo lejos en una parte cercana a la entrada de la escuela veo a mis amigos.
Por suerte tengo a dos mejores y únicos amigos, uno es Kisame tiene la piel de un extraño color azulado y ojos negros muy pequeños, no puedo evitar compararlo a un tiburón, se parece demasiado. Y ni hablar de lo mucho que ama nadar, vive en el agua, por eso es miembro del club de natación y no uno cualquiera, sino el capitán del equipo. Bueno, no es que sea demasiado cercano a él, es sólo que con él puedo hablar tranquilamente sin que me envidie o se quiera aprovechar, después de todo, él también ingreso a ésta escuela por una beca. Tal vez por eso nos entendemos.
Mi otra amiga es Hana Inuzuka, es una chica de cabello largo de color castaño, piel blanca y en su cara tiene unos triángulos en cada una de sus mejillas. Ella es la única que no intenta ligarme, porque si tengo que hablar del resto de mis compañeras o de las chicas de otros colegios cercanos no terminaré de quejarme por sus acosos e intentos de violaciones. Algunas de ellas han intentado esparcir rumores de que las embaracé. Me gustaría saber desde cuándo una mujer se embaraza porque le salude un hombre.
—HEY UCHIHA. —gritó un pelirrojo muy molesto mientras se acerca.
—¿Qué quieres Sasori? —pregunto con cansancio, siempre lo mismo.
—Saber ¿por qué la chica que intenté conquistar me rechazó? —me dijo entre dientes parece que me culpa de algo. Pero ¿de qué?
—No sé, la lista de posibles razones es larga, —le dije con superioridad— que no eres muy atractivo, que resultas muy aburrido cuando hablas de tu arte durante horas, que no tienes buen físico, que…
—¡YA CALLATE UCHIHA! —me gritó y todos voltean a ver— ESTO ES TU CULPA.
—Yo no tengo la culpa de tu falta de personalidad, eres como una de tus jodidas marionetas, aburrido y sin mucho chiste. —lo hice cabrear.
—MIS MARIONETAS SON ARTE, ES OBVIO QUE UN INCULTO COMO TÚ NO LAS ENTIENDE, PERO QUÉ SE PUEDE ESPERAR DEL POBRETÓN. —se burló.
—Pues si tienes tanto dinero aprovéchalo y paga a una prostituta así dejas de perseguir chicas, a algún maestro que te enseñé lo que es arte de verdad, porque chucky es más agradable que esas cosas que fábricas o tal vez a algún psiquiatra que curé tus delirios de grandeza, puede que consigas ser una mejor persona para tener al menos una cita sin pagar. —seguí mostrándome impasible con mi sonrisa marca Uchiha.
De inmediato, todos los curiosos a nuestro alrededor comenzaron a reírse a carcajadas, a excepción de los “secuaces de Sasori”, que se tapaban la boca para no hacer lo mismo. Sin perder el tiempo, me voy al salón de clases junto a mis amigos, que me felicitan por no perder la compostura ante las idioteces que me dijo ese inútil marionetista. La verdad ya estoy acostumbrado, es que él estaba en el mismo orfanato que mi ototo y yo. Me pregunto si habrá sido tan malo que lo adoptara ese tal Raikage, a mí no me agradaban sus ambiciones. Intenté advertir a Sasori de que ese sujeto no era de fiar, pero si en aquel entonces no teníamos una buena relación, desde que fue adoptado, surgió un odio intenso hacia mí.
FIN DEL POV DE ITACHI
FLASH BACK
Se veía a un chico de pelo rojo y piel blanca, de aproximadamente doce años, en el orfanato de Iruka, apartado de los otros niños. Hacia un mes que había llegado debido a que, desgraciadamente, su abuela falleció por su edad avanzada, ella era la que se hizo cargo de él desde que sus padres murieron cuando él tenía tres años. Pero al llegar al orfanato se mantenía alejado de los otros niños, la mayoría de los de ahí habían sido abandonados de bebés o muy pequeños como para recordar algo de sus padres. Para ellos no era un problema estar allí, ya que sentían que ese era su hogar gracias a los cuidados de Iruka y sus ayudantes, eran como una gran familia.
Sin embargo, para niños como Sasori o los Uchiha era muy difícil abandonar sus recuerdos con su familia. Los niños educados por Iruka sabían que no era bueno tratar mal a ningún recién llegado, por lo que se acercaron a Sasori, tal y como tiempo atrás lo habían hecho con los Uchiha. Pero a diferencia de los pelinegros, que hablaban con ellos tranquilamente, no como si fueran mejores amigos, pero si con respeto, Sasori no les dirigía ninguna palabra cortés, era muy malo con los niños a su alrededor. Por lo que poco después dejaron de acercársele.
La situación no le gustaba a Iruka y no encontraba la razón para que los tratara de esa manera, él sabía que podría sentirse solo y tal vez algo temeroso, como los Uchiha que eran muy desconfiados hasta de los otros niños. Aunque jamás les faltaron al respeto a nadie, solo no eran muy abiertos por miedo a salir heridos (estos alegaban que no tenían miedo a nada, solo no eran muy apegados a nadie). El pelirrojo estaba demasiado aislado de los demás. Así que tuvo la idea de preguntarle a Itachi si no podía hablar con él, ambos tenían una situación similar y rogaba que fueran amigos.
El pequeño Itachi de doce años aceptó, sabía que lo que seguramente vivía el otro era muy doloroso, al igual que para él. Se acercó a hablarle cerca de un árbol, en el patio delantero del orfanato.
—Hola, te llamas Sasori, ¿verdad? Soy Uchiha, Itachi Uchiha, mucho gusto en conocerte. —se presentó de manera educada.
—Sí, soy Sasori ¿qué quieres? —preguntó con indiferencia el pelirrojo.
—Nada en especial, solo me preguntaba porque te aíslas de todos los demás. —pregunto con algo de curiosidad.
—Eso es porque yo no soy como ese montón de huérfanos. —comentó con desdén— Tú tampoco eres como los demás, eras rico antes ¿no?
—Eso no responde mi pregunta, tener o no tener dinero no cambia que hay que ser educado con las personas. —dijo Itachi enojado— Si esa es la única razón de que seas tan frío con todos, me das asco. —contestó con una mirada fría.
—NO ME MIRES ASÍ, SE NOTA QUE TE CREES SUPERIOR A LOS DEMÁS SOLO APARENTAS SER UNA PERSONA EDUCADA, MALDITO. —gritó mientras Itachi se alejaba del lugar.
Desde entonces Sasori solo buscaba alguna ocasión para pelear o molestar a Itachi, cosa que nunca le resultaba, se podría decir que era imposible, ya que Itachi mantenía la calma, ante todo. Eso era lo que más le cabreaba al pelirrojo, autoproclamado, su némesis.
Un día como cualquier otro, Itachi estaba descansando sobre la rama del árbol en la entrada del orfanato, era el único lugar en el que podía descansar de Sasori. Cuando el sonido de un auto lo sacó de su tranquilidad. Aún escondido se asomó a ver al recién llegado. El que bajo del lujoso auto era un hombre alto, musculoso, bronceado de cabello rubio, tenía cara de jefe de la mafia. Lo que no hacía más que acrecentar la desconfianza de Itachi. A su lado se encontraba otra persona muy similar más joven y bajo que tenía una expresión aburrida.
—Omoi ¿este es el lugar? —preguntó el más alto con firmeza.
—Sí señor, este es el orfanato de Iruka. —contestó rápidamente el más bajo.
—Y pensar que debo adoptar un maldito mocoso para no perder mi herencia. —gruñó— Todo sea por no perder mi parte del dinero.
—Señor, si me permite, he oído rumores de que aquí están los herederos de la empresa SHARINGAN. —dijo tratando de calmarlo.
—Si eso es cierto podemos obtener grandes beneficios, si adopto a alguno de los mocosos huérfanos, son una mina de oro. —dijo sonriendo malicioso.
Itachi no era ningún tonto, sabía que ese tipo no se traía nada bueno entre manos y con el sigilo de un ninja, se alejó del lugar sin ser notado para buscar a su ototo. Cuando al fin lo encontró, en el patio de la parte de atrás, se lo llevó rápidamente para esconderse. En el camino se encontraron con Sasori, quien como de costumbre quiso molestar a Itachi.
—¿A dónde vas con tanta prisa Itachi? —preguntó con burla.
—No tengo tiempo para ti Sasori, me tengo que llevar a Sasuke, hay un empresario multimillonario que quiere adoptarnos. —explicó con prisa.
—¿QUÉ? ¿POR QUÉ A USTEDES? —gritó encolerizado el pelirrojo— USTEDES NO VALEN NADA, NO MERECEN SER ADOPTADOS.
—Créeme lo que menos quiero es que ese sujeto se nos acerque, no es una buena persona, se le nota demasiado lo ambicioso que es. —dijo Itachi.
—Tratas de engañarme como siempre, pero no te funcionará. —replicó con terquedad el otro.
—En serio Sasori, te aconsejo que no te le acerques tú tampoco. —trató de hacerlo entrar en razón Itachi.
Pero sus consejos y advertencias fueron ignorados. Sasori fue corriendo hacia donde se suponía estaba el raikage, mientras Sasuke y su aniki se ocultaron en la habitación de Iruka. Si alguien viene a buscar un niño para adoptar no va al dormitorio de director, era el lugar perfecto y les funcionó de maravilla.
Fin del flash back
Esa fue la última vez que Itachi y su ototo vieron a Sasori, aunque Itachi se reencontró con él de nuevo en la secundaria, y le demostraba incluso más odio que antes. Desde entonces que el pelinegro está seguro que tomó la decisión correcta, al no permitir que los adoptaran.
Actualmente como tutor legal de los Uchiha aparece Iruka, pero solo pocos, saben que eso es solo para llenar los papeles de los colegios de ambos chicos. Viven solos en su propia casa, después de tantas veces, que tuvieron que esconderse para no ser encontrados por los empresarios codiciosos.
La escuela terminó sin que Itachi se diera cuenta, de tan perdido que estaba en sus pensamientos se le pasó la hora. Al salir se dirigió a su trabajo, del cual no saldría hasta las once de la noche, para luego ir a su casa y hacer las tareas y trabajos que les dejaron ese día.
Su día era muy agitado y lleno de deberes y responsabilidades. Pero este sacrificio y esfuerzo tenía un objetivo, recuperar las empresas sharingan. Aunque la monotonía de su vida no era la típica en un adolescente de dieciséis años. Ir a estudiar, trabajar, volver a su casa estudiar, descansar unas horas y volver a empezar. Todo era tan aburrido que solo deseaba que ocurriera algo inesperado que le devolviera el color a su vida.
CONTINUARÁ….