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SOY UN JUGUETE DEL DESTINO por shiki1221

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CAP 3: ¿Kurama o kyubi?

 

  

En la casa abandonada o “jardín secreto”, como le decían Naruto y Sasuke actualmente, se encontraban precisamente ambos durmiendo abrazados en el sofá. Al no detenerse la lluvia, sumado al hecho de que había anochecido y no tenían la menor idea de donde estaban, la única opción que les quedaba era pasar la noche en el lugar. No estaban con ningún tornillo suelto como para aventurarse y correr peligro sin ninguna razón. 

Ya amaneciendo, la luz comenzaba a filtrarse por las ventanas, sacando a los dos jóvenes de sus adoloridos sueños. Sí, no hay duda de que ambos estaban muy adoloridos, y no era para menos, ya que por no querer pasar frío tuvieron que dormir pegados el uno al otro y transmitirse calor mutuamente. Pero el pequeño y malévolo sofá, en el que se encontraban, les había puesto en una posición por demás incómoda y algo… comprometedora, debido a que el rubio tenía abrazado al azabache encima suyo, y éste estaba con las piernas abiertas a los costados de las caderas del kitsune. Sin embargo, son solo niños de doce años, ellos no tenían ningún pensamiento lujurioso ni pervertido.

—Buenos días teme, Ay ay ay mi espalda pesas mucho. —reclamó el rubio con dolor— seguro que tú si dormiste de maravilla sobre mí. —comentó rencoroso.

—Buenos días dobe y no te hagas ilusiones, fue muy incómodo, me duele todo el cuerpo y mis piernas están entumecidas. —eran las quejas del azabache que se estiraba para recobrar la movilidad perdida.

—Ya amaneció, debemos volver, mis padres deben estar muy preocupados, —dijo Naruto con algo de miedo— espero no hayan exagerado y llamado a la policía. Aunque estoy seguro que Itachi ya habrá llamado al FBI o la CIA.

—Tsk no molestes dobe, mejor salimos a ver si encontramos un camino de regreso. —afirmó frustrado el azabache.

—Será mejor que nos apuremos, tengo hambre, no cenamos nada y ya quiero un buen desayuno. —se quejó el rubio mientras su estómago gruñía.

Ambos salieron de la casa, bajo la atenta mirada de cierta criatura peluda, y comenzaron a caminar buscando la ruta para volver. Mientras tanto, en la casa Namikaze-Uzumaki, los dos adultos se encontraban desayunando con total tranquilidad. El Namikaze leía el periódico mientras bebía su café y su esposa estaba sentada frente a él comiendo tostadas junto al café.

—Nee ¿crees que Naru venga a desayunar tebanne? —preguntó la pelirroja.

—No creo, seguro que ya está desayunando muy a gusto con Sasuke-kun y su hermano, solo espero que no coma demás. —comentó el rubio.

—Bueno será mejor que le llame y le recuerde que hoy viene de visita su padrino Jiraiya-sama, para que no se entretenga a la salida del colegio. —dijo la madre de Naruto.

Rápidamente fue hacia el teléfono y marcó a la casa Uchiha. En la cual cierto azabache estaba un tanto molesto con su irresponsable ototo.

—¡Maldición! Hoy no pude despertarlo con una de mis geniales bromas ¿De qué me voy a reír el resto del día? ¡OTOTO-BAKA ERES MUY CRUEL! ¿Por qué le quitas la diversión a tu adorado nii-san? —se auto-cuestionó en voz alta Itachi— Esto es culpa de Naruto-kun, seguro Sasuke se quedó a dormir con él. —se dijo a si mismo con aura macabra debido a cierto pensamiento no muy sano, que incluía a su ototo siendo devorado por el kitsune— Cálmate Itachi, solo son niños no le está haciendo nada raro. —respiró con dificultad conteniendo su ira— Naruto-kun sabe que si alguien se propasa con Sasuke morirá.

Sus sobreprotectores y algo psicópatas pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido del teléfono. Se obligó a sí mismo a tranquilizarse para responder la llamada con naturalidad.

—Aló, habla Itachi. —contestó la llamada.

Buenos días Itachi-kun, soy la madre de Naru, ¿me harías el favor de avisarle que no se tarde en volver de la escuela? Hoy tenemos visitas.

—Si me permite preguntar ¿por qué no le avisa usted misma? —preguntó con confusión.

—¿Qué acaso no está desayunando contigo y Sasuke-kun? —cuestionó con cierto temor, que no pasó desapercibido para Itachi.

—Sasuke se quedó a dormir en su casa, ¿cierto kushina-san? —no le daba buena espina la respuesta que podría obtener.

No, yo pensé que Naru se quedó en tu casa. —ahora de temor paso a miedo— Ay por kami-sama, ¿y si les paso algo?

—Kushina-san cálmese ya mismo empezaremos una ardua búsqueda junto con la policía, el FBI y la CIA, no importa cuánto nos lleve encontraremos al secuestrador, asesino y violador que se los llevo para sus perversiones. —afirmó con determinación y por sobre todo odio.

¿SECUESTRADOR? ¿ASESINO? ¿VIOLADOR? ¡¿QUÉ DEMONIOS LE PASÓ A MI HIJO?! —interrogó entre gritos la pelirroja. Lo que decía solo logró alterar a su esposo, que no entendía el por qué de esos gritos, pero no le gustaban nada.

—Es que lo más seguro es que alguien se haya llevado a mi ototo y a su hijo a la fuerza. —ya estaba desesperado por saber dónde estaba su hermano—Tal vez en estos momentos estén…

La frase quedó en el aire, al ver que Sasuke entraba por la puerta con total tranquilidad y sin ningún daño, al menos eso era lo que aparentaba.

¿Itachi-kun estas bien? Te quedaste con la palabra en la…

La pelirroja también se quedó callada, al ver a su hijo sentándose en la mesa, comenzando a devorar todo lo que había en ella. Tanto Itachi como Kushina corrieron a abrazar hasta casi asfixiar a los recién llegados, ambos lloraban de manera algo cómica al ver a sus niños de regreso.

—Ototo baka ¡estas vivo! —gritó dramáticamente el azabache mayor, luego paso de alivio y alegría a una voz de ultratumba— ¡¿SE PUEDE SABER DÓNDE DEMONIOS ESTUVISTE?!

—Estaba con el dobe. —contestó con un leve temblor por el tono de su aniki.

—¡NO ME MIENTAS SUS PADRES LLAMARON NO ESTUVISTE EN SU CASA! —gritó.

—No estuvimos en su casa… sino en otro lugar. —su cuerpo tembló levemente, pero no podía permitirse que el otro azabache lo notara, lástima que lo hizo.

—¿Dónde estuvieron y qué hicieron exactamente? —cuestionó autoritario.

—En un lugar secreto del que no te voy a decir y solo estuvimos durmiendo juntos, aunque me duele todo el cuerpo. —se quejó con un puchero que salió de sus labios de manera inconsciente.

—¿Por qué te duele? —se preocupó por ese dolor, y se había aliviado un poco al oírlo decir que no estuvo solo.

—Es que dormí encima del dobe y las piernas se me durmieron por tenerlas tanto tiempo abiertas, supongo que la mala posición me hace doler todo. —afirmó mientras ponía ambas manos en su espalda para aliviarse.

Esto provocó que a Itachi le saltara una vena en la frente, de nuevo acudieron a su mente, los pensamientos insanos de su ototo siendo secuestrado y violado, pero esta vez en vez de imaginarse a un viejo verde se imaginó a Naruto. Ante esas ideas como todo buen Uchiha haría, habló de manera calmada, y dijo: ꟷqué bueno que estés sano y salvo ototo, ahora si me disculpas debo hacer una llamada.

—¡¡NARUTO NAMIKAZE UZUMAKI TUS DÍAS ESTAN CONTADOS PERVERTIDO!! ¿CÓMO TE ATREVES A DESVIRGAR A MI OTOTO? —gritó Itachi en el teléfono.

El grito de Itachi dejó sordo a Minato, que era el que sostenía el teléfono, algo que el azabache desconocía, ya que marcó el número de memoria, pero no se molestó en revisar quien había atendido la llamada. Lo peor de todo, era que su reclamo fue con toda la fuerza de la que disponía su garganta, como consecuencia, Naruto y Kushina que no estaban muy lejos, también alcanzaron a escuchar. Las reacciones de los tres que oyeron ese grito fueron, en primera instancia, quedarse totalmente en shock y al reaccionar se oyeron los gritos de la familia completa que fueron…

—¡¡KYAAAAAAAA!! LO SABÍA, ESTOY TAN FELIZ TEBANNE. —dijo la pelirroja con estrellitas en los ojos, ¿adivinen qué? resulta que Kushina era yaoista.

—¡¿ERES GAY NARUTO?! ¿POR QUÉ NO ME DIJISTE? Tendremos que hablar de hombre a hombre, o bueno en tu caso de hombre a... ¿qué eres? ¿seme o uke? —preguntó Minato con algo de ansiedad y nerviosismo.

—¡NO SOY GAY! Y tú papá, ¿me puedes decir qué es eso de seme y uke? —gritó esta vez el rubio menor.

—Yo te lo puedo explicar todo con muchos detalles Naru-chan. —comentó de manera algo siniestra la pelirroja.

—No, no y no, prefiero no saber nada, esa mirada tuya no me gusta nada oka-san. —dijo con miedo Naruto.

Luego de largas y tediosas horas, en las que el Uchiha menor y el kitsune debieron explicar a sus respectivos familiares, que no había sucedido nada de lo que ellos pensaban, las cosas volvían a estar tranquilas. La explicación fue un arduo trabajo por un pequeño problema: ELLOS NO ENTENDÍAN QUE ES DE LO QUE HABLABAN SUS PARIENTES. (N/A: son niños de 12 y como mencione antes no tienen pensamientos lujuriosos, así que los reclamos les parecieron extraños, dormir juntos no era raro para ellos).

Fuera de los largos regaños, y del castigo monumental, por haber pasado la noche quien sabe dónde, ya que ninguno de los menores rompió su promesa, los adultos e Itachi desistieron. Y los días se sucedieron con su habitual monotonía, con la única diferencia que ambos chicos siempre que podían se escapaban a su “jardín secreto”.

El único que no se sentía a gusto con que ellos dos siempre fueran a la casa abandonada, era el zorrito, quien irónicamente fue el que los guío hasta allí.

malditos mocosos desde que me siguieron siempre se aparecen por aquí”-Pensó frustrado el pequeño zorrito de pelaje anaranjado casi rojizo, quien solo en sus patitas y la punta de su cola tenía un color blanco.

Después de haber limpiado un poco la casa, sin exagerar, no la dejaron reluciente, pero si lo suficientemente limpia para que no estornudaran a cada minuto debido al polvo. Naruto se encontraba mostrándole a Sasuke algunas revistas juveniles, donde aparecían chicos de su edad, que ya eran celebridades.

El azabache no le daba importancia, poco y nada le interesaban las celebridades, pero el rubio era otro cantar, él soñaba con volverse famoso algún día. Mientras juraba que algún día sería más famoso que el cantante pelirrojo que aparecía en la portada de la revista, aun teniendo su misma edad, según el artículo. El zorrito saltó y le arrebató la revista a Naruto, mordiéndola y arañándola con sus garras.

—¡MALDITO SEAS BICHO DE MIERDA! ESA ERA MI REVISTA. —gritó el rubio mientras perseguía al kitsune— Y yo que pensaba adoptarte como mascota.

—Dobe deja a tu primo felpudo en paz. —dijo con calma el azabache.

Sinceramente no entendía el alboroto, pero bueno, hace rato que ignoraba el monologo de su amigo, acerca de otros artistas de su edad que ya eran reconocidos y de volverse famoso como ellos. Sin embargo, decidió intervenir y detener esa estupidez que era la persecución con el zorro.

Tomó con sus manos al zorrito en pleno salto, que había dado para atacar la cara del rubio. El animalito se removió y rasguño los brazos del azabache, suerte que él acostumbraba usar ropa ancha y larga que le cubría todo el cuerpo, así que no sintió sus garras. Pero el zorrito le miro con odio por invadir, lo que consideraba, su territorio junto con ese “otro zorro rubio” y le mordió la blanca mano, dejando brotar sangre, que mancho de inmediato la boca del pequeño animal.

—¡Sasuke suelta a ese animal! Tu mano está sangrando ttebayo. —ordenó el rubio preocupado— Ese bicho podría tener alguna enfermedad.

—Shh tranquilo dobe no pasa nada, además es nuestra culpa por invadir su territorio, él estaba aquí antes que nosotros, de hecho, no estaríamos aquí de no ser por este amiguito. —respondió con calma a pesar del dolor.

El zorrito notó que ese humano que lo sostenía entre sus brazos, no gritaba e intentaba golpearlo, como normalmente lo haría cualquier otro en su lugar. En cierto modo se sentía a gusto estando así con él, era cálido y lo tranquilizaba su presencia. Bien era cierto que los animales pueden distinguir a las personas con malas intenciones y el pequeño felpudo no las sentía, así que dejó de morderlo y en vez de eso, le lamió la mano lastimada, intentando en vano, que dejara de sangrar.

—Woow, nunca deja de sorprenderme la facilidad con la que te haces amigo de los animales, ehh Blanca nieves. —se burló el rubio— Ahora ven acá que te curo lo que te hizo ese bicho.

El rubio estiró su mano para sujetar la muñeca del herido, pero antes de lograrlo, el causante le dio un zarpazo con sus garras, haciendo que el otro retrocediera, mientras fruncía el ceño.

—No es nada grave, estoy bien, después me limpiaré bien y listo. —comentó el afectado mientras acariciaba la cabeza del animalito— ¿Era en serio que lo viste como mascota? —preguntó señalando al zorro.

—Hum en un principio sí, pero… —mirándolo con rencor— ahora no estoy seguro.

 

Ni que quisiera ser tu mascota zorro hueco”-pensó el zorrito mientras gruñía.

 

—¿Para qué lo querías como mascota? —cuestionó con curiosidad el azabache.

—Para que cuidará nuestro escondite mientras no estamos. —explicó el rubio señalando la casa—Él sería el perro guardián.

 

Que denigrante, soy un zorro, no un chucho cualquiera”-pensaba con una mirada de rencor intentando que ese zorro rubio entendiera.

 

—Creo que no le gusta tu idea. —comentó divertido Sasuke al ver las miradas de odio de los “dos” kitsunes— Hey zorrito, ¿te gustaría ser nuestro amigo? —le preguntó mientras volteaba al animalito para mirarlo.

 

“Son un poco molestos, pero no parecen ser malas personas, sé que el rubio fue el me dejó la comida estos días y este mocoso pelinegro es incluso respetuoso conmigo. Bien decidido los cuidaré a ambos, desde hoy son mis cachorros”

 

El zorrito sentía el inexplicable impulso de cuidar a esos dos niños, así que movió la colita de un lado a otro para demostrar que le gustaba la idea, solo de apariencia, sus ideas eran bien distintas, pero ¿qué más daba? de cualquiera de las dos formas estaría a su lado. A ambos jóvenes les sorprendió y les alegro que haya “aceptado” ser su amigo, suerte que no supieran, que el animalito no los veía como iguales o dueños sino como cachorros que lo necesitaban.

—GENIAL AHORA HAY QUE PONERLE UN NOMBRE DATTEBAYO. —gritó de emoción el rubio—Veamos, ¿cuál podría ser? ¡Ya sé! ¿Qué tal kyubi como el demonio zorro de las 9 colas? Ese animalejo es un verdadero demonio.

El zorrito gruñía ante lo dicho, según el peludito, el rubio solo exageraba, bien era cierto que le encantaba hacerlo enojar, pero no quería causarle ningún daño real, solo quería que se cansara y se largara de su territorio.

—Hmm por cómo te gruñe creo que no le gusta la idea, dobe. —comentó el azabache— ¿Qué te parece... Kurama?

El rubio y el animalito lo miraron curiosos por la sugerencia mencionada.

—Es una deidad que según algunas leyendas se encargaba de proteger un pueblo y a sus habitantes si estos le ofrecían un tributo, él según tú se encargara de cuidar este lugar y siempre le traes comida. ¿Ves? Ahí está el tributo. —terminó de explicar el de ojos noche.

—Me parece una buena idea, aunque todavía me parece un demonio ttebayo. —comentó aún algo enojado el ojiazul.

El zorrito movía la colita con alegría el nombre le gustaba, dado que le hacía sentir muy importante.

 

Se le olvidó mencionar que también los cuidaré a ellos, en serio lo necesitan. Ambos ocultan sus sentimientos más importantes. El pelinegro se ve frío e indiferente, pero creo que esconde un corazón frágil. Y el rubio a pesar de sonreír todo el tiempo me da la sensación que oculta sentimientos muy negativos en el fondo, los cuales podrían traerle serios problemas. Por eso estaré al lado de ellos y velaré por su bienestar.”

 

 

Continuará…..

 

         

 

  

 

 

 

 

 

   


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