Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SOY UN JUGUETE DEL DESTINO por shiki1221

[Reviews - 50]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

CAP 7: HINATA

 

POV DE SASUKE

 

Me levanté realmente temprano para poder irme sin mi nii-san. Es que está es, no solo mi pequeña venganza por todas sus ridículas bromas, sino también una manera de que descanse un poco más, pues se lo merece. Ha trabajado demasiado durante sus “vacaciones”. Yo sé que es mi culpa que tenga que esforzarse tanto. Sin mi desayuno y su “necesidad” de acompañarme, podría descansar dos horas más, así que quiera o no hoy dormirá como una persona normal.

Además, los padres del dobe me quieren acompañar al primer día de clases, normalmente sería Minato-san y Kushina-san con el dobe e Itachi me llevaría a mí. Pelearíamos apenas encontrarnos y luego todos reiríamos, como nos gustaría que Naruto estuviera aquí, pero bueno, he estado recibiendo cartas suyas todo el verano y según me contó no le va nada mal. En serio extraño demasiado a ese usuratonkachi, pero jamás lo admitiré, antes me corto la lengua.

Ambos adultos, tal y como acordamos, me pasaron a buscar en su auto para llevarme a la secundaria. Solo por ser el primer día, Kushina-san insistió en que debíamos tomarnos una foto todos juntos. Aunque me sentí un poco mal, me recuerda que no tengo a mis padres conmigo y pareciera que estoy usurpando el lugar del dobe. Pero Minato-san me tranquiliza diciendo que está foto es para que Naruto vea que las cosas por acá van bien.

Con eso logró convencerme de que nos tomáramos la dichosa foto, incluso sonreí, no tanto como suele hacerlo aquel baka, mostrando todos sus dientes, pero si sonreí con toda la sinceridad posible de expresar para mí.

Mi primer día, al igual que los que le siguieron, fueron normales y monótonos, pero sobre todo grises y melancólicos. No me interesa hacerme amigo de estos mocosos de papá, montón de niños ricos mimados, y a ellos yo no les intereso por ser un becado. Ni que les hubiesen dicho que los becados tenemos una enfermedad contagiosa y mortal.

La pobreza no es contagiosa, pero la estupidez tal vez si, así que me aseguro de mantenerme a la mayor distancia de ellos. Logré identificar a Hinata, que al parecer está en la misma secundaria que yo, también veo a las rubias descerebradas, Ino y su gemela Shion, ambas igual de estúpidas, y al parecer populares en la escuela. Sigo sin entender que es lo que hace Hinata con gente así, pero como no es mi problema, lo dejo pasar.

 

FIN DEL POV DE SASUKE

 

Un día, siguiendo su habitual rutina Sasuke se retiró de la escuela al finalizar su horario correspondiente. Sin embargo, de camino a su casa pasó delante de un terreno baldío en el que vio a un sujeto besando y manoseando a una chica de su edad. Primero cerró los ojos pensando en lo depravada que era la gente, como para hacer ese tipo de cosas en lugares público, donde cualquier infante podía manchar la inocencia de su mente con esas imágenes.

Aunque algo evitó que se fuera inmediato, como estaba por hacer, y eso era que, cuando aquel joven con apariencia de pandillero unos años mayores que él, dejo de besarla, la chica empezó a gritar por ayuda. No le tomo ni cinco segundos a Sasuke reconocer aquella voz: era Hinata, quien estaba siendo atacada. Se maldijo mentalmente por pensar cosas que no eran, en lugar de llamar a la policía.

A pesar de no ser muy apegado, ni cercano a aquella chica, sabía que nadie merecía lo que aquel pervertido le estaba haciendo. Tomando valor se acercó a paso decidido, por fuera se veía realmente calmado, pero por dentro estaba aterrorizado. Justo cuando el próximamente violador (si es que no lo había hecho antes), estaba por golpear a la asustada ojiperla, para que deje de hacer tanto escándalo, el pelinegro lo sostuvo del brazo impidiendo su cometido.

—Suéltala en este mismo momento. —habló Sasuke sin mostrar emoción alguna.

—Vete mocoso este no es asunto tuyo, a ella le gustara lo que le voy a hacer. —le contestó soltándose de su agarre y a su vez liberando a Hinata.

—Pero ella no quiere nada de esto, déjala en paz. —dijo mientras se colocaba delante de la víctima que estaba en shock.

—Sus amigas me dieron permiso de divertirme con ella, así que no está mal. —contestó con una sonrisa demasiado tétrica.

Sasuke sintió una gran indignación, ¿qué esas dos rubias huecas la habían ofrecido? ¿Así se hacían llamar sus amigas? El coraje que sentía era inaguantable. Solo porque esas dos eran ricas y populares se creían con el derecho de prestar a una becada como un juguete. Porque si, Hinata entró con una beca legítimamente ganada. La mencionada lo único que pudo hacer fue aferrarse a la espalda del ojinoche mientras temblaba de miedo, éste volteó a verla a la cara. Cuando sus miradas se cruzaron, él supo que ella estaba desesperada por ayuda, sin importar de quién proviniera.

Así, con la resolución de que no podía ser tan desalmado como para abandonar a una chica en apuros. Sasuke golpeó al sujeto con un puñetazo directo al rostro. Claro que este no se quedó tranquilo y se lo devolvió. Estuvieron enfrascados en una pelea de puñetazos y patadas, ambos estaban muy lastimados, pero no se detenían. Y es que, a pesar de no ser un peleador, Sasuke se mantenía en pie por puro orgullo, simplemente no quería sentirse inferior a aquel repugnante ser. La situación se alargó hasta que el agresor se dio cuenta de la cercanía de unos policías transitando la zona. Se alejó rápidamente, no sin antes gritar que cuando lo volviera a ver lo mataría.

Ya sin aquel delincuente juvenil cerca, el ojinoche se acercó a la asustada chica para asegurarse que estuviera bien, o todo lo bien que se podía estar después de vivir una situación como aquella. Tenía la ropa desarreglada y él no se encontraba mucho mejor, hasta tenía golpes que pronto se volverían morados. Antes de poder hablar con Hinata, recibió un golpe en la mejilla que lo obligó a retroceder.

—ALEJATE DE MI HERMANA MENOR ¡DEPRAVADO! —gritó un joven un par de años mayor, de cabello largo castaño y ojos perlados iguales a los de Hinata.

—Tks descuida eso es lo que iba a hacer, no tienes que “pedírmelo”. —dijo el azabache con sarcasmo en la última palabra mientras se tocaba la cara.

—SI CREES QUE PUEDES IRTE SIN ANTES PAGAR LO QUE…

Pero antes de terminar la frase, la misma Hinata se interpuso entre ellos, ya que se encontraba más calmada, le dijo a su hermano mayor, sin tartamudear ni una vez (N/A: ella solo tartamudea con gente ajena a su familia). —esa no es la manera de hablarle a Sasuke-kun, quien hizo el favor de ayudarme cuando más lo necesitaba. —agarró del brazo al Uchiha y empezó a caminarꟷ acompáñame a mi casa por favor, para que cure tus heridas.

—No hace falta, ya me las arreglaré cuando llegue a mi casa. —replicó.

—No, tú vienes con nosotros, quiero que me expliquen exactamente qué fue lo que sucedió. —dictaminó Neji seriamente tomando el otro brazo del azabache por si intentaba escapar.

Este tipo sonó como todo un yakuza, pero quién me manda a mí a meterme donde OBVIAMENTE NO ME LLAMAN”-pensó con tristeza el de ojos ónix mientras se lo llevaban casi a la fuerza a su casa. De igual manera, después de los golpes que recibió no le quedaban muchas ganas de volver a pelear, al menos no por ese día.

Una vez en la casa de los Hyuga, Sasuke no pudo evitar sorprenderse de que la casa fuese también un dojo, donde se enseñaban artes marciales. No lo soltaron en todo el trayecto hasta la sala de estar, que se hallaba luego de cruzar la sala de entrenamientos. Allí lo hicieron sentarse, mientras Hinata iba a buscar el botiquín de primeros auxilios y Neji vigilaba que no se “escapara”.

—Y bien, ¿cuáles son tus intenciones con mi hermana menor? —habló Neji con la misma entonación que el padrino, solo le faltaba el gato para que sea igual.

Si me habla así que no he hecho nada, ni me quiero imaginar lo que le pasara al pobre desgraciado que intente desposar a Hinata. Claro, si este imitador del padrino, no lo hace desaparecer antes en la bahía de Tokyo”-pensó Sasuke.

—No tengo ninguna intención, solo vi a ese tipo intentando aprovecharse, ella pidiendo a gritos auxilio y yo estaba de casualidad por ahí, nada más.

—No te creo, ella es muy linda, puede que no te quisieras aprovechar como aquel “sujeto” que dices, —hasta hizo las comillas con los dedos demostrando que no le creía lo dicho— pero seguro te quisiste lucir haciéndote el héroe.

Sasuke iba a contestar con alguna de sus típicas frases de hielo, para mandar bien a la mierda a ese idiota, que le recordaba tanto a Itachi por su manera de ser, porque según notó, era tan o más guardabosques que su propio nii-san. Eso le hizo pensar, si ya de por si era difícil lidiar con su hermano mayor siendo varón, que sería de él si hubiese nacido mujer. Definitivamente le agradecía a kami-sama y a sus padres haberlo hecho hombre al nacer. Justo cuando iba a lanzar alguno de sus comentarios sarcásticos o hirientes apareció Hinata. 

—Eso es imposible nii-san, jamás pasara nada entre nosotros porque nos gusta la misma persona. —afirmó tranquilamente la joven.

La cara de estupefacción de ambos chicos era increíble. Era digna de capturar en fotografía y enmarcarla, dado que ambos solían ser serios e impasibles, así que verlos con la cara desencajada era sencillamente cómico.

—E-eso qui-quie-quiere decir que... —trató de hablar Neji.

—Correcto nii-san, es justo lo que piensas. —afirmó con una sonrisa Hinata.

—¡ERES LESBIANA! —gritó el castaño a todo pulmón.

—¡¿QUÉ?! NO, además ¿por qué asumiste que soy lesbiana y no que Sasuke-kun sea gay? —reprochó enfada la ojiperla.

—¡OYE! espera un minuto, yo no soy gay. —se metió Sasuke— NO me gusta NADIE. Además ¿a ti no que te gustaba el dobe o solo lo acosabas como pasatiempo?

—A ti también te gusta Naruto-kun, estoy segura los he observado desde hace muchos años.

OK, Sasuke lo único que pudo decir después de oírla fue “pervertida”. Pero bueno entiéndalo, ella dijo que llevaba años “observándolos”, él tiene trece años, o sea, ¿hace cuánto estaba obsesionada? Él se dio cuenta de que los seguía hace solo dos años. Antes de poder pensar en cosas más coherentes, o comenzar la dichosa explicación que pedía aquel futuro sicario castaño, apareció un hombre de mediana edad, con una cara que denotaba absoluta seriedad.

—Oto-sama, bienvenido. —dijeron los Hyuga al unísono.

—¿Quién es él y que hace en mi casa? —demandó saber autoritario.

Ni un saludo, que falta de educación, ya veo de donde le nace lo yakuza al aniki de Hinata, ella no se les parece”-pensó el ojinegro.

—Eso es justo lo que estaba preguntándole, al parecer hubo un incidente en el que mi hermanita se vio involucrada. —le dijo velozmente Neji.

Lo único que hizo el jefe de la familia fue sentarse y exigir la historia completa, que obviamente solo la podía otorgar Hinata, quien con todo el nerviosismo del mundo relató lo que pasó. Ella explicó como sus “amigas” la convencieron de ir a aquel lugar, para reunirse con ellas e ir a algún lugar de compras, pero no transcurrió demasiado para que apareciera ese sujeto diciendo que ellas le habían prometido una chica linda para divertirse, y que al parecer era ella. Luego aclaró que Sasuke pasaba por ahí y fue el único que la socorrió, ya que antes habían pasado varias personas que fingían ser ciegas de lo que pasaba y no intercedían. El Uchiha se mantuvo al margen del relato, debido a que él desconocía los hechos de llevaron a eso.

—La verdad me decepcionas mucho Hinata, ¿cómo te fuiste a dejar engañar de esa manera? Y peor aún, no te defendiste, provienes de un dojo te he enseñado todo para defenderte, y dependes del auxilio de las demás personas. Por kami, llevo años entrenándote y no hiciste nada. Eres débil, demasiado blanda y una deshonra para esta familia. —afirmó con tal indignación que no parecía hablarle a su propia hija.

Ella solo se limitó a sollozar en silencio desde su asiento y Neji veía impotente sin emitir palabra alguna en su defensa.

—¿Qué puede saber usted de deshonra cuando es un maleducado de primera? —intervino Sasuke por primera vez desde que apareció aquel hombre.

—Mocoso maleducado, ¿cómo te atreves a hablarme así en mi propia casa? —ahora la ira iba contra el de cabello oscuro.

—Oh ¿y usted me enseñara educación? Cuando no fue capaz ni de saludarme, así sea por cortesía cuando vino y vio que tenía un “invitado”. —había claramente burla en esa oración, acompañada de su típica media sonrisa marca Uchiha.

—Por lo que me dijo, solo corriste con suerte, ya que no venciste a ese sujeto, yo que tú no andaría de arrogante cuando no lograste vencer a tu oponente. —replicó el mayor de los Hyuga, mientras sus hijos miraban sorprendidos.

—Yo hubiese ganado, se lo aseguro.

—Entonces… no te importara demostrármelo en el dojo ¿o sí?

—Oto-san no puedes hacer... —intentó intervenir la única mujer presente.

Con una mirada severa de parte de su padre la joven guardo silencio, el de ojos ónix solo sonrío con confianza antes de asentir con la cabeza y todos se dirigieron al dojo. Una vez ahí el Hyuga mayor y el menor de los Uchiha tomaron posiciones para iniciar el encuentro, apenas Neji diera la señal. Cuando lo hizo, el azabache no tardo demasiado en moverse para tomar una distancia segura y analizar a su oponente, al mayor le pareció entretenido ver que al menos no solo usaba la fuerza en combate, sino también el cerebro, como debe hacer un digno guerrero.

—¿Qué sucede no pretendes atacar? Al parecer eres igual de débil que mi inútil hija. —le picó con la intención de provocar.

—Si pretende que me enfade no lo conseguirá, yo no tengo una relación de amistad con ella ni nada parecido, que la insulte me tiene sin cuidado. —habló con calma Sasuke— Solo es la acosadora de mi mejor amigo y al parecer lesbiana de closet.

Eso shockeo al mayor momentáneamente, dándole la oportunidad de un ataque certero al menor. Que lo golpeó con un puñetazo en el estómago. Lástima que años de entrenamiento fortalecieron tanto los abdominales del dueño de aquel dojo, que no tardo en reponerse y responder. Aunque el más joven no se limitaría solo a recibir golpes, él también dejaría golpeado a ese viejo. Pasados los minutos el Uchiha ya se mostraba cansado y jadeante, sin posibilidades de ganar, pero con el orgullo siempre en alto, mientras que su oponente estaba de lo más tranquilo.

—Niño, al parecer eres igual de débil que mi hija, hasta Hanabi su hermana menor es más digna y fuerte que ella. —dijo el patriarca Hyuga. (N/A: el orden es así Neji es el hijo mayor, le sigue Hinata y luego Hanabi)

—Cállate viejo, ahh. —jadeó sin aliento el ojinegro— No recibiré sermones de alguien como usted que no conoce la verdadera fuerza.

—¿Verdadera fuerza? Explícame eso, porque te aseguro que Hinata no posee ningún tipo de fuerza. —la burla del viejo cabreó a su joven oponente.

—Hasta donde yo sé, ella no le hace daño a nadie, no golpea, ni insulta y siempre brinda su ayuda a cualquiera que la pida, —recuperó un poco el aire para hablar, ya que la pelea estaba momentáneamente suspendida— ¿Sabe lo fácil que es desconfiar de todos y cerrarse al mundo por cosas que a ella le han pasado? Sin embargo, continúa confiando en las personas y es amable con ellas, aunque no se lo merezcan. Para mí esa es la verdadera fuerza, seguir un camino en el que se cree, sin importar lo que pase y proteger las creencias que se tengan a pesar de todo.

Eso ciertamente sorprendió a Hiashi, a leguas se notaba lo joven e inexperto que era ese pelinegro, pero al parecer conocía algo de la crueldad del mundo y aun así se mostraba orgulloso y desafiante ante la misma vida. El brillo en sus ojos demostraba que él tampoco era de los que renuncian a sus principios y que no daría su brazo a torcer ante nadie. Pero ya era hora de acabar aquel encuentro. Así que de un movimiento rápido lo tumbó contra el suelo.

—Perdiste mocoso. —informó con una sonrisa altanera.

—Quiero la revancha. —no dejaría su orgullo maltratado por ese vejete.

—No eres capaz de vencerme, llevo años de entrenamiento y experiencia, tú solo eres un niño y uno muy débil, —alardeó el mayor— pero si quieres puedes intentarlo las veces que quieras, ven a este dojo todos los días para aprender a pelear. Solo así puede que algún día te cobres esta derrota.

Los tres menores estaban sorprendidos, el azabache porque no se esperaba esa propuesta, y los Hyuga porque su padre le haya pedido que sea su discípulo. A pesar de la manera en que lo dijo, ellos conocían a su padre y sabían que esa era la manera más amable que tenía de pedir algo. Lo más sorprendente era que Hiashi Hyuga no tomaba aprendices, sino que estos se ofrecían, o mejor dicho suplicaban que los aceptara y él simplemente los rechazaba, por no verlos dignos de sus enseñanzas.

—Acepta Sasuke-kun. —intervino Hinata antes de que se le ocurriera rechazar la oferta— En serio te conviene aprender, recuerda que ese sujeto irá por ti si te vuelve a ver, será mejor que estés preparado.

—Ja, ese tipo no me asusta, pero con tal de demostrarle a este viejo, que conmigo no se juega, lo haré. —dictaminó con decisión.

Ya pasado el enfrentamiento y una nueva curación para el azabache, éste se dirigió a su propia casa. Una vez solos los Hyuga comenzaron una nueva charla entre ellos.

—Ese chico sería un digno prometido para ti Hinata. —habló sincero el jefe de la familia.

—Lo lamento oto-san pero me gusta su mejor amigo. —dijo Hinata avergonzada.

—Tal vez para tu hermana Hanabi, claro cuando crezcan y la edad no sea un problema para la sociedad. —comentó pensativo el mayor— Hablando de ella, ¿dónde está?

—¿Lo olvidaste? Le diste permiso de dormir en la casa de su amiga. Y no vas a poder comprometerla con él, porque según Hinata, Sasuke es gay. —dijo divertido Neji.

—Bueno... entonces... —su padre lo observaba a él fijamente, augurando algo malo.

—Oto-san basta, a Neji nii-san le gusta su compañera, ya sabes Ten Ten. —lo defendió su hermana menor. Neji se sonrojo de la vergüenza por lo dicho.

El mayor de los Hyuga solo suspiro, en verdad le hubiese gustado que ese chico se formara en su dojo para ser parte de su familia. Tenía mucho potencial para explotar.

Bueno si no se casan al menos espero que sean buenos amigos, en verdad espero que influencie de manera positiva a Hinata, él la hará crecer como persona si lo hace”-pensó feliz de verdad el Hyuga mayor. A pesar de las apariencias, él solo quería lo mejor para sus tres hijos, por eso a veces era demasiado estricto. Ya estaba cansado de que se aprovechen de la amabilidad de su segunda hija, pero con ese chico tan orgulloso a su lado, quizás aprendería a valorarse más a sí misma.

 

 

 

CONTINUARÁ…..

 

      

 

 

 

 

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).