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SOY UN JUGUETE DEL DESTINO por shiki1221

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CAP 8: MOLESTANDO A DEI-CHAN

 

 

Después del castigo, del cual Itachi no pudo escapar, salió del instituto para dirigirse apurado a su trabajo como mesero en un restaurante modesto llamado Akatsuki, cuyo dueño era un hombre joven de pelo anaranjado, y muchos piercings en la cara, de nombre Pain. Al llegar se encontró con Kisame corriendo de un lado a otro tratando de atender a todos los clientes, ya que era también su compañero de trabajo, a su vez que fue él quien le recomendó en ese lugar para trabajar. El jefe también se encontraba allí, atendiendo lo más rápido posible, bastante enojado.

—Oye Itachi llegas tarde. —le dijo un poco molesto su jefe a penas entrar al local.

—Lo siento, lo que pasa es que me castigaron en la escuela, —le trato de explicar— pero no volverá a pasar, se lo aseguro.

—Eso espero. —dijo Pain con un tono severo, aunque rápidamente cambio a uno divertido— ¿Castigo? Jajaja ¿dónde quedo tu gran poder de manipulación?

—No tuve tiempo de usarlo, me castigaron sin mediar palabra. —contestó mordaz— Además todo es culpa de ese travestí.

—Bueno, me encantaría oír cómo es que lograron evitar caer en tus chantajes y estafas, pero ahora necesito que lo apliques con los clientes. —ordenó.

—Solo les estoy tomando órdenes, no les estoy quitando su dinero.

—Eso lo sé muy bien, pero tú siempre te encargas de convencerlos de pedir lo más caro del menú, y eso nos favorece a todos. Gracias a eso tienes un buen sueldo sin contar con las propinas. —habló el jefe, mientras lo empujaba hacia los vestidores del restaurante, para que se diera prisa en ponerse su uniforme.

Ya cambiado, comenzó su turno junto a Kisame, ahora tenían mucho trabajo que hacer. Estaba lleno de clientes que pedían de todo, con la exigencia extra, de que se lo lleven en muy poco tiempo. Muchas mujeres fueron específicamente a esa hora sabiendo que era el turno de Itachi. Entre todas había una que destacaba considerablemente. Una joven de cabello azulado de nombre Konan, no se hacía notar solo por su belleza, sino también porque era una muchacha rica, que acostumbraba ir diario a ese modesto lugar con solo un objetivo. Cuando Itachi se acercó a su mesa con su pedido, ella mostró de inmediato el objetivo antes mencionado.

—Nee Itachi-kun, ¿no te gustaría ganar un poco de dinero extra? —preguntó con una inocencia demasiado falsa.

—No gracias, mi sueldo es bueno. —respondió Itachi tranquilamente.

—Pero piensa en todo lo que te puedo ofrecer si aceptas mi oferta. —insistió la joven tratando de no mostrar su enfado ante el rechazo.

—Ya lo tengo bien pensado y mi respuesta es no.

 

POV DE ITACHI

 

A ver, cuando entre a trabajar que yo sepa sería un mesero en este restaurante, sin embargo, desde hace demasiado tiempo aparecen algunas mujeres y para mí horror hombres, que al igual que Konan, intentan comprar “mis servicios”. Por favor, esto no es un host club ni yo un prostituto. Nunca falta alguien ofreciéndome una “generosa propina” por un “pequeño servicio extra”. Tengo que lidiar con esto todos los días en cualquier trabajo que haga, pero tengo que aguantar un poco más, pronto cumpliré dieciocho años y tendré mi herencia. No obstante, no puedo permitirme el lujo de bajar la guardia, ya una vez frustraron mis posibilidades de estar tranquilo. Aunque yo sea de mayor edad, debo conseguir la tenencia de Sasuke, si me lo quitan estoy frito y no por nuestra empresa, sino porque mis esfuerzos por protegerlo se irán por la borda.

 

FIN DEL POV DE ITACHI 

 

Otro día pesado para Itachi que llegaba a su fin, luego de una ardua jornada de trabajo, la cual le costaría llegar muy tarde a su casa, pero, había algo diferente que le traía un poco de alegría. Puede que haya terminado castigado por culpa “rapunzel”, sin embargo, le hacía mucha gracia las muecas que puso cuando lo confundió con una chica. Ahora sus días parecían prometer más diversión, claro a costa de su rubio compañero. Más animado por ese pensamiento, las clases en el instituto se volvieron más entretenidas para él.

Comenzando su rutina habitual, Itachi no pasó por alto que su tierno hermanito se largara a la escuela el primer día sin él. Se las cobró de la manera más cruel que podía idear una mente tan maquiavélica como la suya… ¡NO LE COMPRÓ TOMATES POR UNA SEMANA! Para muchos esto no era la gran cosa, pero para un adicto a aquella fruta, se convirtió en un tormento de abstinencia. El mayor de los Uchiha estaba feliz, ahora tenía dos personas para atormentar a su gusto. En su casa a su ototo y en la escuela se reiría a costa de Deidara, lo del rubio también fue una especie de venganza por el castigo que le dieron.

Un nuevo día, una nueva broma para Sasuke al levantarse. Siguiendo sus tradiciones, Sasuke intento vengarse a golpes de su nii-san sin mucho éxito, para luego ambos dirigirse a sus respectivas escuelas. A penas llegar a su instituto, Itachi saludó a sus amigos y cuando llegaron al salón de clases, se encontraron a Sasori discutiendo con Deidara sobre arte.

—El arte debe ser eterno, en lo trascendental se encuentra la belleza. —gritó Sasori, enojado por las contrarias de Deidara.

—Eso no es verdad, el arte es efímero, debe ser espontaneo y fuerte como una explosión hmn, pedazo de imbécil. —replicó el rubio.

—Una dama no debería hablar así, creerán que eres un chico. —interrumpió el pelinegro con su típico aire de superioridad.

—Yo no parezco un chico SOY UNO, MALDITO CABRÓN hmn. —rechinó los dientes con fuerza Deidara ante la provocación del Uchiha.  

—No, no, no, no es bueno avergonzarse de lo que eres. —otra vez Itachi hacía gala de su capacidad de irritar a la gente con su calma.

—SOY UN HOMBRE, MALDITA SEAS. —gritó el rubio mientras le lanzaba un libro, que nuevamente esquivó el de ojos noche, aunque esta vez en lugar de hacer explotar el salón solo noqueo a su profesor de historia.

—Que temperamental te encuentras hoy, ¿estás en tus días? —preguntó de manera burlona Itachi, ya que Sasori hace rato fue dejado de lado, al igual que la confrontación acerca del verdadero arte y su belleza.

—¿Qué días? —preguntó sin entender que quería decir.

—Tu menstruación, seguro tienes las hormonas alborotadas.

Fue lo último que dijo Itachi, antes de salir corriendo por su vida, con un furioso Deidara atrás arrojándole todo tipo de cosas, libros, cuadernos, cuando se le terminaron los suyos, atacó con los que les pertenecían a otros estudiantes que estuvieran cerca. Uno comenzaba a pensar que Itachi era masoquista, en su casa su hermanito actuaba de manera similar, lo perseguía y atacaba con lo que hallará y en la escuela el rubio también. Pero al Uchiha le hacía explotar de júbilo correr por su vida, luego de cabrear a personas fácilmente irritables como esos dos.

 

POV DE DEIDARA

 

¿En qué idioma le hago entender al desgraciado “rey helado”, que soy hombre y me trate como tal? No hay oportunidad en la que no me diga que me comporte como lo que soy, según él una “dama”. En serio cada vez me dan más ganas de hacerlo explotar, ohh si sería un homicidio glorioso, ese infeliz me hace parecer un miembro del al qaeda (N/A: famoso grupo terrorista al que se hace responsable de la caída de las torres gemelas). Pero tiene un gran físico, como me gustaría hacer una escultura suya, sería casi tan maravilloso como hacerlo explotar, por todas sus estupideces.

 

Flash back

 

Estaban en la clase de educación física, cuando el profesor les dijo que hicieran estiramientos. Deidara al igual que sus compañeros abrió las piernas lo más que pudo para hacer el ejercicio. Hasta que oyó aquella voz burlona que tanto detestaba.

Si abres las piernas de esa manera tan indecorosa, las personas pensarán que eres una mujer muy fácil, dei-chan deberías cuidar tus posturas. ahí estaba Itachi para acotar algún comentario irritante.

¡NO SOY MUJER SOY UN HOMBRE! hmn Y YA DEJA DE DECIRME DEI-CHAN ME MOLESTA MUCHO. el carácter explosivo del rubio se mostró rápidamente, él era como una bomba con una mecha muy corta. Haciendo lo propio de siempre quiso atacar al pelinegro. Vio una pelota cerca de él y la pateó con todas sus fuerzas, pero para su desgracia le pegó a una ventana rompiéndola instantáneamente. RESULTADO: nuevo castigo para Deidara y victoria para Itachi que salió muy feliz por su obra del día.

En clase de historia, se discutía acerca de los derechos de las mujeres comparando la actualidad con el pasado. Cada alumno debía escribir acerca de una postura a defender, tratando de que no todos eligieran la misma, se les asigno de manera aleatoria quien defendía el derecho de votar de las mujeres y quien sería el opositor. A Deidara le tocó en contra, algo que agradecía internamente, ya que creyó que si le tocaba a favor Itachi lo fastidiaría, pero en oposición a tal derecho, se sentía a salvo.

En resumen, es por eso que las mujeres no deberían votar. terminó un buen discurso el rubio de cabellera larga.

No deberías hablar así de las mujeres, dei-chan estamos hablando de tus derechos y tus compatriotas, hasta te pareces a un hombre hablando así. susurró Itachi de manera que solo unos pocos lo oyeran, entre ellos Deidara.

De nuevo la furia recorrió a Deidara, que no tardó en encontrar un libro de peso considerable para arrojárselo al pelinegro, su puntería había mejorado con la “práctica”, no golpeó a su profesor, ni rompió la ventana, pero tampoco le atinó a Itachi, sino a su compañero de banco, Kisame

—Increíble dei-chan tienes mucha fuerza para ser una “dama”, hasta pareces un chico. comentó con clara intención de hacerlo enojar.

NO PAREZCO UNO, YO SOY UN C-H-I-C-O, VUELVE A DECIRME QUE SOLO PAREZCO UNO Y TE HARÉ EXPLOTAR MUAJAJAJAJA. rio como maniaco.

Señor Deidara, esto no es un grupo terrorista, así que le sugiero que no amenace de muerte a su compañero. Está castigado. dijo el sensei.  

Pero... yo... no... habló Deidara tratando de excusarse de su castigo sin éxito.

Durante una clase de arte, en la que tenían que dibujar un paisaje, Deidara estaba pintando tranquilamente, hasta que se le acercó su peor pesadilla. Ya sabía lo que venía, siempre era igual.

Dei-chan si te sientas así pareces una chica, esa pose es muy femenina.

NO ME PAREZCO A UNA LO SOY. gritó sin pensar de tanta costumbre.

Dei-chan acabas de admitir ser mujer. comentó divertido mientras se alejaba del rubio, antes de que exploté.

¡¿QUÉ?! articuló luego de entender sus propias palabras y las anteriores de Itachi¡YO NO QUISE DECIR ESO! ME ENGAÑASTE MALDITO hmn.

Yo no te dije que fueras una chica lo afirmaste solito. gritó a cierta distancia mientras el ojiazul lo atacaba con pintura, la cual curiosamente no le dio a su objetivo, pero si a todos sus otros compañeros.

 

 Fin del flash back

 

Es un niño en cuerpo de adulto, y que cuerpo... NO, ¿en qué estoy pensando? Siempre está molestándome, a él no le preocupa nada, todo se lo toma a chiste. Solo es un maldito infantil, él no sabe lo que es portarse como una persona madura. Estuvo molestándome toda la mañana, como de costumbre, ya hasta parece que se lo tomo como parte de su rutina diaria, ¿que no sabe lo mucho que sufro cuando se dedica a sacarme de quicio? Luego de mi agitada mañana, me dirigí a comprar algo para comer en la hora del almuerzo, no tenía tanta hambre solo me compré un café, y algunas galletas. Por ahí vi al pesado Uchiha, traté de mantener la distancia con él y evitar sus provocaciones. Pero que maldita, mala suerte la mía, que resulta que entre la gran cantidad de alumnos que había terminé tropezando con él, vertiendo todo mi café, caliente debo aclarar, sobre él.

 

FIN DEL POV DE DEIDARA

 

—¡AHHH ESTÁ CALIENTE! —gritó Itachi mientras se quitaba la camisa que llevaba por el ardor que le provocaba.

La cara de las mujeres y Deidara, que lo presenciaban no podía estar más roja, había varias con hemorragia nasal que estaban a punto del colapso por pérdida de sangre. Otras tantas que lograban mantenerse conscientes babeando, obviamente, para seguir admirando ese magnífico torso blanco al descubierto, mostrando su bien esculpido abdomen. Para empeorar o mejorar, dependiendo de cómo se mire, Itachi se tocaba el torso tratando de disminuir el ardor en su piel, aunque se veía demasiado erótico.

—Me arde mucho ¡maldición! ¿A cuántos grados te tomas tu café rapunzel? —le preguntó molesto a Deidara.

Deidara estaba fascinado, si antes deseaba hacer una escultura con Uchiha de modelo, ahora no se rendiría hasta lograrlo.

—¡DESEO TU CUERPO! —gritó Deidara llamando la atención de todos.

—¿Y quién no? Has fila. —le contestó una de las pocas que aún estaba consciente.

—¡PERVERTIDO! —le contestó el de ojos ónix al rubio.

—No, solo lo quiero un rato, nada más. —dijo Deidara como si fuera normal.

—No soy descartable, me quieres usar para satisfacerte y después deshacerte de mí.

—No, tú no entiendes, solo quiero hacer una escultura tuya.

—Ahh ya entiendo, pudiste decirlo desde el principio, ¿así me la vas a hacer? ¿Sin camisa o con qué tipo de ropa?

—No claro que no, quiero que sea como el David de miguel ángel, así que te quiero tener desnudo.

—MANIÁTICO SEXUAL. —le gritó Itachi mientras buscaba algo con que defenderse y encontró... —ATRÁS TENGO MERMELADA Y NO DUDARÉ EN USARLA.

—¿Con pan? —se burló el rubio para molestar, ante eso recibió un ataque de mermelada justo en medio de la cara— Ahora sí.

Deidara también buscó con que atacar, pero solo encontró crema, bueno era lo mejor que tenía a la mano y se lo lanzó. Sorprendentemente fue la primera vez que le acertó al pelinegro, estaba acostumbrado a fallar, pero era cierto que la práctica hace al maestro. Lo peor es que esa traviesa crema recorría lentamente el cuerpo en el que cayó, definiendo cada musculo a su paso. A todas las presentes se les empezó a antojar crema marca Itachi.

—Ni creas que esto se quedará así. —afirmó el Uchiha atacando.

Lo que comenzó como una de sus típicas disputas terminó convirtiéndose en una guerra de comida, cada vez que ellos esquivaban un ataque éste golpeaba a algún estudiante que se vengaba sin mirar, provocando que se desatará el famoso “todos contra todos”. El director apareció en la puerta exigiendo al culpable, lo que significó un nuevo castigo doble para Itachi y Deidara. Los mencionados, lejos de sentirse frustrados por su reprimenda, se sentían felices, se habían divertido bastante en ese “conflicto alimenticio”, no podían arrepentirse, pagarían las consecuencias con gusto.

 

 

 

CONTINUARÁ….. 

 

        


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