Los pitidos continuos de las maquinas del hospital, el borboteador pegado a la pared, la cánula nasal que aportaba oxígeno a sus pulmones, cables, el olor a desinfectante, las sabanas limpias, la venosa que mantenía su vena permeable y por lo tanto su brazo frio, todo aquello era parte del día a día de Tetsuya, aquel día se sentía un poco más débil que el día anterior, ni siquiera se podía sentar en su cama por cuenta propia así que se había visto obligado en presionar el botón de la cama eléctrica e incorporo la cabecera a 75°, se arrepintió de inmediato al ver que su mejor amigo y cuidador se había despertado de un incómodo reposet de la habitación y se levantaba presuroso para verle y verificar que estaba bien.
-Kurokocchi… ¿te sientes mal? ¿Quieres algo? ¿Le hablo a algún medico?- Tetsuya miro a Kise con culpa bien marcada en sus ojos, valla, el joven y guapo rubio se veía fatal, en serio fatal, las ojeras marcadas en sus ojos y el cansancio dibujado en todo su cuerpo era prueba contundente que llevaba más de dos meses cuidándole día y noche, pese a que se rolaban varios amigos para siempre estar alguien con Tetsuya, Ryota era el que siempre estaba más tiempo ahí.
-solo… quería cambiar un poco de posición… y… quiero un poco de agua…-
El rubio le asistió rápidamente y se sentó en la orilla de la cama para estrechar con mucho cuidado su mano.
-perdón Kurokocchi… me quede dormido… - el ojiazul trago el fuerte nudo en su garganta, si Ryota había dormido apenas una hora había sido mucho, siempre le vigilaba, fingía no darse cuenta pero Tetsuya sabía que cuando “dormía” el rubio siempre le acercaba un dedo a la nariz o verificaba su pulso constantemente con temor a que muriera.
-no te disculpes… tienes que dormir… y comer… y darte un buen baño- lo último avergonzó un poco al rubio, tenía sus 3 buenos días sin bañarse y seguramente el glamour de modelo que solia ondear como bandera se había ido al caño.
-en un rato más viene Takaocchi y Aominecchi me llevara a casa, no te preocupes.
Takao era amigo de ambos, trabajaba en el hospital como trabajador social y él les había presentado a Midorima, el médico de cabecera de Tetsuya, Aomine era el esposo de Ryota, todos amaban a Tetsuya, él lo sabía por qué siempre se lo demostraban.
-estoy cansado…- confeso el ojiazul pese a que no había hecho otra actividad más que mover la mano para ajustar la cama, estaba en la horrible recta final, su corazón ya no daba para más, podía sentir como el órgano le decía a gritos que en cualquier momento dejaría de funcionar en su totalidad y le mataría.
Tetsuya ya no temía a la muerte, ya no, tenía una mínima esperanza de que algún donador le diera su corazón pero eso también implicaba la muerte de otro ser, la batalla interna entre morir y vivir se debatía día a día en sus pensamientos.
-tranquilo cariño, Midorima dijo que tú caso avanzo en la lista y eres de los próximos candidatos, en cuanto un corazón esté disponible te operaran y estarás como nuevo.-
Tetsuya quiso llorar, quería vivir, deseaba trabajar en el jardín de niños que su abuela había dirigido por años y que en ese momento había cerrado a causa de su enfermedad, quería comer pizza hasta que el botón del pantalón reventara, tomar malteada de vainilla hasta caer en un coma hiperglucemico, quería tener sexo… una buena sesión de sexo que le dejara inconsciente por varias horas. Pero también quería morir… estaba cansado de la horrible sensación de escapar de los guadañazos de la muerte minuto a minuto, del cansancio extremo, las inyecciones, los medicamentos, de todo.
Respiro profundamente y arrecio el apretón de manos que Ryota había iniciado.
-gracias, enserio muchas gracias…- el rubio beso su frente, Tetsuya era su mejor amigo, casi su hermano, el único que le había conocido por quien era no por su maldita fama de modelo, temía más que nada que Tetsuya muriera, por eso mismo se pasaba tanto tiempo como podía ahí con él, negándose rotundamente a un día llegar al hospital y encontrarse con la horrible noticia de que su hermanito había muerto.
Midorima entro a la habitación con una sonrisa radiante, en serio que nunca en sus 3 años de conocerle lo habían visto sonreír, ni siquiera cuando se había casado con Takao o cuando había sido primero en la carrera.
-lo tenemos…- susurro emocionado y Ryota tras analizar aquel par de palabras se tapó los labios para ahogar un chillido.
Tetsuya derramo un par de lágrimas… un corazón, por fin habían encontrado un corazón para él.
-todo va a estar bien… te estaremos esperando aquí, todos, se fuerte, si vez la luz corre en sentido contrario, te amo mucho Kurokocchi...-
El ojiazul asintió a todas las indicaciones de su amigo y permitió que le diera un pico rápido mientras le trasladaban en la camilla al quirófano, estaba nervioso y agradecido de que sus amigos estuvieran ahí. Vio que Aomine abrazaba al rubio para infundirle confianza y Takao besaba rápidamente los labios del ojiverde deseándole suerte en la cirugía que estaba por practicar, Tetsuya cerró los ojos y respiro profundamente, habían encontrado un corazón nuevo, el solo tenía que dar el suyo, tenía que vivir, tenía que aguantar, no vivía para sí mismo, vivía para los demás también, seguro todo estaría bien…